Agradecimientos

¿Quién dijo que la escritura es solitaria?

El secreto de Blackstone House no vería luz sin la ayuda y el aliento de la gente que me apoyó a lo largo de todo este proceso.

A mi editora, Lola Gude. Me diste la oportunidad de crear esta historia y me proporcionaste las primeras pinceladas que me dirigieron por el buen camino, además, de todos los consejos posteriores. Gracias, siempre.

A Caroline March por la ilusión que demostró al contarle este nuevo proyecto y por su empuje.

En esto de la escritura tengo una gurú, Érika Gael. Tus sugerencias, apuntes y comentarios encauzaron esta historia que ahora ve la luz.

Altea Morgan apareció en mi vida a través de Twitter. Comenzamos a hablar de todo y, desde que le expuse la idea de esta historia, se zambulló en ella con gran interés, convirtiéndose en un apoyo a lo largo de muchos meses. Espero que de años. Lo que unió El cuento de la criada que no lo separe nada de nada.

Nieves Hidalgo, Adriana Rubens e Isabel Jenner. Pusisteis luz cuando acudí a vosotras con alguna duda, tendiéndome siempre una mano. Mil gracias.

Ivette Chardis. Gracias por toda la ayuda que me has ofrecido, por las recomendaciones que me indicaste para mejorar toda esta historia. No sabes lo agradecida que estoy.

También a Mariam Orazal que, arañando tiempo de donde no lo tenía, leyó esta historia. ¡Gracias!

A mis amigos, por su paciencia ante mis encierros, por su aguante a mis reiteradas negativas. Ante todo, por comprender que, a veces, vivo en las nubes.

A mi familia, pilar fundamental de mi vida.

Por último, a ti lector. Gracias por darle una oportunidad a esta historia.