Nota de la autora

El germen de esta novela nació a mediados de la década de los noventa del siglo pasado. Una joven S. F. Tale estudiaba en el instituto y, en sus clases favoritas, como las de Matemáticas, se dedicaba a garabatear su libreta. De esas hojas iniciales, pasó a otro cuaderno dedicado a relatos que, por casualidades de la vida, estaba escondido al fondo de una de las estanterías de casa. Lo repasé toda una noche y vi la necesidad de reescribirlo. Así empezó esta aventura que me adentró en el siglo XIX inglés.

Lo primero que necesitaba era una localización que cumpliese con una serie de características: uno, la mansión de una familia pudiente; dos, una iglesia, y tres, que entre su historia local contase con alguna leyenda, de cualquier tipo.

Un tanto reticente, inicié mi búsqueda.

En pocos segundos tenía ante mí la localización perfecta: Pluckley, un pueblo en el que se aunaba todo lo que deseaba: una historia local muy nutrida, que superaba todas mis expectativas; la iglesia de San Nicolás, que era perfecta en todos los sentidos para Thomas; una familia pudiente, los Dering, que en su poder tuvieron un manuscrito que puede ser un original de Shakespeare; a mayores me aportaba una estación de tren construida en 1848. Por si todo ello no era suficiente, es el pueblo con más fantasmas de toda Gran Bretaña. ¡¿Qué más podía pedir?! ¡Era mi pueblo! Evidentemente, el Pluckley que recorre a pie Josephine no es igual al original, solo tomé aquellos datos históricos que necesitaba.

Si queréis más información sobre este pintoresco pueblo, aquí os dejo su página web: https://www.pluckley.net/

Para crear la trama del hombre lobo recurrí, antes de nada, a todos los libros de mitología (mi pasión) que tengo por casa. Recabé toda la información sobre la historia de la licantropía, empezando por el mito griego y pasando por la caza de los supuestos hombres lobo en el continente europeo que, como bien señala Killian en su explicación, se produjo hasta el siglo XVIII. Para mi historia me urgía saber si en Gran Bretaña había habido lobos. Los hubo, aunque también fue el primer país en exterminarlos. Todos los datos que Killian le da a Josephine sobre este tema son reales. Puede sonar raro, creedme no lo es; en el siglo XII, en el antiguo condado de Yorkshire, hubo un avistamiento de un hombre lobo. Sí, la realidad supera la ficción. Toda esta información me sirvió para desarrollar la historia de la familia Blackstone, a la que uní dos leyendas de Pluckley: la Dama Blanca y la Dama de Rojo.

En todo este mundo de fantasía se cuelan datos históricos: el primero, la crisis mundial que azotó a todos los países debido a la burbuja del ferrocarril; el segundo, el movimiento feminista que defiende Jo y que cobraría mayor fuerza en la década del setenta del siglo XIX.

Me encantó mezclar todos esos hechos reales con la trama de fantasía que aporta Killian. Solo espero que lo disfrutaseis tanto como yo.

S. F. Tale