Cuidar los pequeños detalles hace grande el resultado
La calidad de nuestra vida y de nuestro trabajo depende de los pequeños detalles. En el cuento que acabamos de leer, José está tan obcecado en cortar mucha leña que se olvida de algo importantísimo: asegurarse de que su hacha está bien afilada.
Stephen Covey, autor de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, ponía en séptimo lugar precisamente «afilar el hacha», como una metáfora para mejorar tanto tu MENTE, adquiriendo conocimientos, mejorando tus habilidades y adoptando una actitud positiva, como tu CUERPO, haciendo ejercicio, durmiendo suficiente y alimentándote de forma saludable.
Mimar los pequeños detalles marca grandes diferencias en la vida.
Imagina un mundo en el que todos cuidaran bien, no solo de su jardín y de su casa, sino de la escalera, del edificio en el que viven y del portal. Un mundo en el que cada persona incluso fuera responsable de mantener impecable la acera por la que camina cada día para ir al colegio o al trabajo.
Si recogiéramos los papeles que alguien tira al suelo, si todos pusiéramos orden en aquello que ha sido desordenado por otros, si hiciéramos el gesto de cuidar lo que nos rodea, si, en definitiva, atendiéramos con cariño y día a día los pequeños detalles… viviríamos en un mundo precioso.