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Tu grupo de cuatro naves vuela en formación en cuña. Aceleras al máximo buscando en el espacio galáctico esa extraña nave y sus pasajeros.Los escáneres de todas vuestras naves están sintonizados en una frecuencia equivocada. Esas criaturas no emitirán señales de respuesta como las de los seres vivos y su nave no responderá como sería de esperar al radar: está hecha de una materia suave y gelatinosa con la capacidad de absorber las ondas y almacenar esa energía para su uso propio. Las ondas del radar, por tanto, no regresarán a vuestras pantallas. Simplemente se perderán.

Y entonces, gracias a tu intuición, la ves: la tenéis justo delante. El grupo en formación reduce la velocidad y concentra su poder en esa extraña nave, que estalla ruidosamente y se desintengra.

¿Bien hecho? No está tan claro.

FIN