Hay una posibilidad de escapar. Durante un momento de tranquilidad en la batalla, tu grupo huye a unas montañas remotas. La energía de los láseres, la nave y los sistemas de comunicación se desvanecen misteriosamente. Solo te quedan tus propias fuerzas. Las armas no te sirven. Los aparatos de radio y los transportes son solo pedazos de plástico y metal. Tampoco funcionan. Para sobrevivir, ahora tendréis que cazar y apoyaros mutuamente.
FIN