Viajar en el tiempo es aterrador: es como ir en una montaña rusa hacia atrás, pero a mucha más velocidad. Contemplas el universo a través de tu ventanilla. Ves cómo nacen estrellas y mueren, ves planetas girando a toda velocidad, ves ir y venir cometas, estallar supernovas... y en todo ese tiempo tú ni siquiera estás allí. No eres más que pura energía que ve retroceder el tiempo... hasta que te detienes en Marte,un planeta de la Vía Láctea, un planeta del que nadie ha oído hablar situado en una galaxia insignificante.
Cuando llegas a Marte, eres invisible y puedes desplazarte a través del espacio, a través de la materia sólida, e incluso puedes conocer los pensamientos de la gente.
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