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El discurso de la forma de vida alienígena prosigue.

—Hemos abandonado nuestro planeta natal para cumplir una misión. Necesitamos desesperadamente un plasma especial que proporcione energía a nuestros generadores de pensamiento. Sin ese plasma, ya agotado en nuestro planeta, nuestro fin está cerca. Necesitamos la guía del pensamiento. Sabemos que hay dos planetas que disponen del plasma. Uno de ellos se llama Kenda.

El corazón te da un vuelco.

—¡Genial! —dices bromeando—.Vamos.

Todo parece detenerse. Un sonido extraño penetra en el vacío. No es ni fuerte ni suave, y no procede de ninguno de vosotros, sino del exterior.

Si crees que el sonido es amistoso, ve al capítulo 86 e

En caso contrario, ve al capítulo 87 e