LA HISTORIA DE LOS LIBROJUEGOS

Jorge Luis Borges.

Puede que la serie Elige tu propia aventura (iniciada en 1976) sea el ejemplo más conocido de ficción interactiva, pero no es el primero.

En 1941, el legendario escritor sudamericano Jorge Luis Borges publicó «Examen de la obra de Herbert Quain», un cuento que proponía nueve finales. Más tarde, escribió «El jardín de senderos que se bifurcan», otro cuento con varios hilos argumentales y un protagonista perdido en un laberinto de diversos tiempos.

Julio Cortázar.

Más de veinte años después, en 1964, otro famoso escritor sudamericano, Julio Cortázar, publicó la novela Rayuela. Este libro se compone de 155 capítulos, y el lector puede leerla de diferentes maneras en función de las elecciones que haga. Asimismo, el escritor francés Raymond Queneau escribió una historia interactiva titulada «Un conte à votre façon» [«Un cuento a tu manera»].

Viaje submarino, primera edición.

A principios de la década de 1970, se publicó en Reino Unido una popular serie infantil llamada Trackers [«Los rastreadores»] que contenía una gran variedad de elecciones y finales. En 1976, R. A. Montgomery escribió y publicó su primer libro interactivo para jóvenes, Viaje submarino, como parte de la serie The adventures of You [«Tus aventuras»]. En 1979, la editorial Bantam Books volvió a publicarlo junto con otros cinco libros en una serie titulada Elige tu propia aventura. El éxito de la serie animó a varios imitadores y el término librojuegos empezó a utilizarse para designar cualquier libro que empleara la segunda persona del singular para relatar una historia con elecciones y finales múltiples.

R. A. Montgomery de joven.

En una entrevista que le hicieron en 2013, Montgomery dijo: «Eso no era literatura tradicional. El crítico de libros infantiles del New York Times consideró entonces que Elige tu propia aventura era un movimiento literario.Y lo era. Para mí, lo más importante siempre ha sido conseguir que los niños se pongan a leer. No era el formato, ni siquiera la forma de escribir. Los niños leían porque iban sentados en el asiento del piloto. Eran el escalador de montañas, el médico, el explorador de las profundidades del mar. Tomaban decisiones y, al hacerlo, leían. Algunas personas tienen la sensación de que la literatura no lineal no es “normal”. Sin embargo, los libros interactivos tienen ya a sus espaldas una larga historia que se remonta más de setenta años atrás».