Una de las cosas más maravillosas de las relaciones humanas es que uno puede ser afectado de tantas maneras y aprender tanto de las diferentes personas que entran en nuestras vidas. Si yo tuviera que nombrar a todos aquellos que han dejado en mí una huella, necesitaría otro libro. Así es que por ahora me limitaré a reconocer y agradecer a quienes me ayudaron a que este libro fuera una realidad y aquellos que han influido en mi desarrollo personal y profesional.
Llevo varios años planeando este libro. Tomó diferentes formas. Escribí y re-escribí varias propuestas, pero no fue hasta que Rene Alegría de Rayo, HarperCollins, leyó una de ellas que realmente comenzó a tomar forma. Le agradezco a Rene su interés y su entusiasmo. Aun así, como periodista multi-media, ama de casa y madre de dos hijas y dos hijastras, no hay mucho tiempo libre para una tarea adicional. Si no hubiera sido por mi agente literario Bill Adler, quizás no hubiera seguido adelante con el proyecto. “Ya no es tu opción”, me dijo Bill. “Tienes que contar tu historia.” Gracias por el empujón Bill y por simplificar el proceso. Y gracias a Glenn Mott de King Features por presentarme a Bill, por creer en mí como columnista y apoyarme como autora.
Durante más de dos décadas mi co-presentador en el noticiero Jorge Ramos y yo hemos sido testigos de algunos de los momentos más trascendentales de la historia moderna. Juntos hemos visto y hemos reportado sobre el increíble crecimiento y la influencia que ha adquirido nuestra comunidad hispana. Hemos compartido momentos tensos e intensos, políticamente cargados y emocionalmente devastadores. Y durante todo este tiempo se ha comportado con gracia, serenidad y respeto. Como autor Jorge ha abierto el camino y me inspiró a escribir mi historia. Gracias Ramitos por ser un gran compañero, por responder a mis millones de preguntas y escuchar mis inseguridades.
Pocas personas me motivaron a que escribiera este libro como lo hizo Sylvia Rosabal-Ley, aún antes que fuera mi jefa. Le agradezco el pensar que mi historia era suficientemente interesante para convertirse en libro. Me considero afortunada de haber trabajado con grandes directores de noticias. Antes de Sylvia, fue Alina Falcón cuya inteligencia, gentileza y ecuanimidad han sido una verdadera inspiración. Guillermo Martínez me enseño mucho sobre el delicado balance de cubrir noticias políticamente susceptibles, y como una relación profesional se puede convertir en una amistad. De Pete Moraga, mi primer director de noticias aprendí no solo las bases del periodismo sino como aplicarlas con humanidad y humildad. Gracias a Frank Pirozzi por apoyar mis nuevos proyectos y a Ray Rodríguez por su liderazgo y cordialidad.
Nuestro departamento de noticias ha gozado de éxito durante tantos años no solo por el liderazgo de nuestra gerencia sino simplemente porque tenemos un gran equipo. Me siento afortunada de trabajar con todos los profesionales detrás de “Noticiero Univision”, en los estudios y en el campo. Les agradezco a Marilyn Strauss, Patsy Loris, Porfirio Patiño y Lourdes Torres por compartir conmigo momentos históricos y trágicos, tanto profesional como personalmente. Ángel Matos ha sido mucho más que el ojo detrás del lente en mis viajes alrededor del mundo: ha sido mi amigo y protector, y por eso le estoy profundamente agradecida.
Gracias a mis amigos tan especiales como lo son Teresa Rodríguez, Lazz Rodríguez, Emma Carrasco, Roy Blom, Manny Machado y especialmente mi querida Regina Córdova Schonwetter por no permitir que el tiempo y la distancia se interpusiera entre nuestra amistad.
Le agradezco a Liz Balmaceda por su increíble talento como escritora pero también por su sensibilidad y compasión, por tratar mi historia como si fuera suya y mis más íntimos sentimientos con el mayor de los respetos. Gracias a mi familia en México que tanto tiempo me tomó conocer por compartir conmigo detalles fascinantes de nuestra historia familiar. A mi Nina Espie por su amabilidad y mi prima Frida por siempre estar allí cuando la necesito.
Ningún éxito profesional se puede comparar con la importancia de la familia. Sin embargo, es irónico como a veces son ellos los que más sufren por nuestras actividades profesionales que nos roban el tiempo. Le agradezco a mi familia por su paciencia, su apoyo, su amor incondicional y por ayudarme a poner mi vida en perspectiva.
Gracias a mis hijas Julia y Gaby por ser mi sueño hecho realidad y aguantar mis largas horas de trabajo. A mis hijastras—o medias hijas—Bianca y Erica por enseñarme que el amor y el respeto se pueden cosechar. A mi sobrina Cici y mi sobrino Charlie, mis hermanas Isabel y Tina por mantener unida a nuestra familia. Y a mis padres Lucita y José Luis, gracias por ser seres humanos tan maravillosos y por ser la fuente de los valores que han regido mi vida.