Lillian Gish

Y la mujer real, sobre la que se levanta el mito de la gran vampiresa, heredera de todas las mujeres que han encarnado la fatalidad a través de los siglos, no puede resistir ese personaje y su leyenda. La obra de todo artista acaba por devorar su vida cotidiana y personal; Greta Garbo lo ha rehuido y se ha quedado sin su vida y su personalidad. «Hace años que estoy muerta». Cuando ve sus películas habla del personaje en la pantalla como si fuese algo totalmente ajeno a ella, designándola en tercera persona: «Ahora, ella sale de la casa…». En la época en que en el mundo dominaba lo mítico sobre lo experimental, lo fantástico sobre lo real, esa sombra hubiera perseguido y atormentado a la mujer, como los fantasmas de Shakespeare. Pero ahora de lo que Greta Garbo ha huido es también de la vampiresa y su fábula, al huir de esas multitudes que la adoran, la acosan y buscan acercarse a la deidad que ha encarnado en su pobre figura humana. Como Marilyn Monroe, no ha podido afrontar ni su mito ni su éxito; aquélla se dejó caer en la muerte y Greta Garbo se dejó llevar por el curso de la vida más anónima, anodina, vulgar y vacía, hasta no ser nada, «como un tronco a la deriva». Lo que también forma parte de su mito, lo que quizás es la venganza de su personaje. Una vez más el mito es más fuerte que la realidad, y si lo real sirve de base para levantar un mito, este mito acaba por crear otra realidad. Greta Garbo es la expresión de esta mitología del amor, del misterio de la mujer diosa para las más grandes multitudes que, desde el comienzo de los tiempos, contemplaron la imagen de una mujer.

FILMOGRAFÍA: 1922: Luffar Petter, de Erik A. Petchsler; Gösta Berlings Saga (La leyenda de Gösta Berling), de Mauritz Stiller. 1925: Die freulose Gasse (Bajo la máscara del placer), de G. W. Pabst. 1926: The Torrent (El torrente), de Monta Bell; The Temptress (La tierra de todos), de Fred Niblo. 1927: Flesh and the Devil (El demonio y la carne), de Clarence Brown; Love (Ana Karenina), de Edmund Goulding. 1928: The Divine Woman (La mujer divina), de Victor Sjöström; The Mysterious Lady (La dama misteriosa), de Fred Niblo; Woman of Affairs (La mujer ligera), de Clarence Brown. 1929: Wild Orchids (Orquídeas salvajes), de Sidney Franklin; The Single Standard (Tentación), de John S. Robertson; The Kiss (El beso), de Jacques Feyder. 1930: Anna Christie (Ana Christie), de Clarence Brown. NOMINACIÓN (A. P.); Romance (Romance), de Clarence Brown. NOMINACIÓN (A. P.); Inspiration (Inspiración), de Clarence Brown. 1931: Susan Lenox: Her Fall and Rise (Susan Lenox), de Robert Z. Leonard. 1932: Mata-Hari, de George Fitzmaurice; Grand Hotel (Gran Hotel), de Edmund Goulding; As You Desire Me (Como tú me deseas), de George Fitzmaurice. 1933: Queen Christina (La reina Cristina de Suecia), de Rouben Mamoulian. 1934: The Painted Veil (El velo pintado), de Richard Boleslawski. 1935: Anna Karenina (Ana Karenina), de Clarence Brown. 1936: Camille (Margarita Gautier), de George Cukor. NOMINACIÓN (A. P.). 1937: Conquest (María Valewska), de Clarence Brown. 1939: Ninotchka (Ninotchka), de Ernst Lubitsch. NOMINACIÓN (A. P.). 1941: Two Faced Woman (La mujer de las dos caras), de George Cukor.

Lilian de Guiche nació el 14 de octubre de 1896 en Springfield (Ohio), Estados Unidos. Murió el 27 de febrero de 1993 en Nueva York, Estados Unidos. Formó pareja con su hermana Dorothy, dos años menor y tan parecidas que Griffith y otros realizadores debían pedirles que vistieran de forma diferente para poder distinguirlas con facilidad. Pero Lillian es una de las grandes figuras dominantes de los primeros años del cine, porque tiene grandes condiciones de actriz dramática y, sobre todo, por ser una figura creada por David W. Griffith, gran genio del cine. Debuta en el teatro de niña, en la compañía de Alice Niles, en el melodrama «In Convict Striper», y permanece varios años con ella. Luego, con su hermana Dorothy actúa en otras compañías. Las dos entran en el cine por Mary Pickford, en los comienzos de su carrera, bajo la dirección de Griffith. Y en aquellos estudios de la Biograph las hermanas Gish trabajaron como extras, en un número indeterminado de películas cortas, en su mayoría hoy desconocidas y perdidas. Su primera actuación fue en El enemigo invisible (The Unseen Enemy, 1912), cuya protagonista era Mary Pickford. Su primer papel importante es en The Mothering Heart, en 1913, y su primer gran éxito lo obtiene ese mismo año con Judith de Bethulia (1913-14), primer largometraje norteamericano, de cuatro rollos y aproximadamente una hora de duración. Pero su consagración como una de las máximas estrellas del cine norteamericano y mundial se centra en su extraordinaria interpretación de Elsie Stoneman, la tierna y dulce muchacha amada por el coronel sudista de El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, 1914-15), de Griffith. El colosal éxito de la película hace de Lillian Gish una de las más grandes, admiradas e idolatradas estrellas del cine, figura representativa de toda una época y una mentalidad.

Después, en su larga obra destacarán siempre los films de Griffith, como Corazones del mundo, El gran amor, Un mundo aparte…Pero sobre todo La culpa ajena y Las dos tormentas, cuyas interpretaciones han de quedar como sus obras magistrales. Y cuando Griffith decae, parece arrastrar con él a su actriz predilecta. En Las dos huérfanas la actuación de las hermanas Gish está sujeta al amaneramiento y sensiblería general del film. La actriz se independiza de su creador, en decadencia, e interpreta una serie de películas, algunas extraordinarias, a lo largo de la década de los veinte: La hermana blanca (The White Sister, 1923), de Henry King; Vida bohemia (La Boheme, 1926), de King Vidor; las dos mejores películas dirigidas por Victor Sjöström en Hollywood, La mujer marcada (The Scarlet Letter, 1926), y El viento (The Wind, 1928), y aquel estupendo film pacifista de Fred Niblo, El enemigo (The Enemy, 1928). Pero la influencia de Griffith es más profunda y permanente que la circunstancia de su dirección. La Gish es su obra y nunca podrá desprenderse de esta impronta original, que un día la marcó y la hizo. La llegada del sonoro no es más que el motivo circunstancial para su progresiva desaparición de la pantalla y su paso a papeles de característica en films más o menos importantes. En realidad, deja de contar en el cine. Actúa en la televisión y, sobre todo, en el teatro, donde goza de prestigio y alcanza éxitos de público y de crítica; obtiene el premio Pulitzer en «All the Way Home», en 1961.

Lillian Gish es el lado humano de la expresión de David W. Griffith como forjador del cine norteamericano y uno de los grandes creadores fundamentales del cine mundial. Todas sus concepciones, a la vez simplistas y complejas, se hacen personaje en esta mujer, su actriz predilecta. Su concepcción fundamental de la lucha entre el Bien y el Mal, con el triunfo del primero, se encarna en esta muchachita bella, débil, ingenua, pura, de mirada cándida, labios en forma de corazón y bucles infantiles. Toda la auténtica poesía de Griffith y toda su sensiblería están en Lillian Gish. A lo largo de toda su obra están presentes sus ensueños de adolescente, hijo de un coronel sudista que le enseñaba a recitar los versos de Tennyson –«Idilios», «In memoriam»– y de Browning, con sus poemas y sus dramas románticos, oscuros y puritanos –«Hombres y mujeres» o «El anillo y el libro»–. Y desde luego, fundamental y decididamente, Charles Dickens y sus personajes. Es el espíritu victoriano inglés el que yace continuamente en el trasfondo de su obra, como reminiscencia de la patria que sus antepasados abandonaron, pero de la que siempre se sienten orgullosos. Este espíritu victoriano, romántico, sentimental y puritano lo pone Griffith en Lillian Gish, y con él la hace y la deshace.

También representa un ideal americano de recompensa: la débil y poética criatura, a la que salvar y proteger, en el pueblo pragmático y emprendedor y duro, dispuesto a todas las conquistas. Como Mary Pickford, Mae Marsh, Blanche Sweet…y otras actrices semejantes salidas de las manos de Griffith, que produjeron una florecimiento parecido en el cine norteamericano y mundial, durante casi veinte años. Precisamente en aquellos años en que la mujer conquista su independencia social y económica, lucha en la vida junto y frente al hombre, se corta el cabello y empieza a mostrarse cada vez más desnuda…Estas heroínas de Griffith son un vivo anacronismo. Pero ese halo romántico y sentimental constituía la emanación natural de su personaje y todo tendía a manifestarlo, desde el juego escénico de la actriz, hasta la fotografía con la que se filmaba. En Vida bohemia, ya bajo la dirección de Vidor, el iluminador Erik Sartov fotografiaba a la Gish dirigiendo los focos sobre grandes espejos, a través de velos de gasa, para obtener esa iluminación blanca, irreal, sentimental, que la actriz requería. Pero bajo todas las imprescindibles concesiones a su época y todos los condicionamientos de su formación, venidos de Griffith, en Lillian Gish hubo siempre una gran actriz, en la que se han formado tantas otras. Greta Garbo, por ejemplo, la admiraba sinceramente. Lillian Gish siempre será un gran nombre en la historia del cine.

FILMOGRAFÍA: 1912: An Unseen Enemy (El enemigo invisible), de David W. Griffith. 1914: The Battle of the Sexes (La batalla de los sexos), de David W. Griffith; Home Sweet (Dulce hogar), de David W. Griffith; The Escape (La evasión), de David W. Griffith. 1915: The Birth of a Nation (El nacimiento de una nación), de David W. Griffith; Intolerence (Intolerancia), de David W. Griffith. 1917: Hearts of the World (Corazones del mundo), de David W. Griffith; The Great Love (El gran amor), de David W. Griffith; The Greatest Thing in Life (Lo más grande en la vida), de David W. Griffith. 1919: A Romance of Happy Valley (Un mundo aparte), de David W. Griffith; Broken Blossoms (La culpa ajena), de David W. Griffith; The Heart Susie (Pobre amor), de David W. Griffith; The Greatest Blossom (El mayor problema), de David W. Griffith. 1920: Way Down East (Las dos tormentas), de David W. Griffith; Remodeling Her Husband, de Lillian Gish. 1921: Orphans of the Storm (Las dos huérfanas), de David W. Griffith. 1923: The White Sister (La hermana blanca), de Henry King. 1924: Romola, de Henry King. 1926: La Boheme (Vida bohemia), de King Vidor; The Scarlet Letter (La mujer marcada), de Victor Sjöström. 1927: Annie Laurie, de J. S. Robertson; The Enemy (El enemigo), de Fred Niblo. 1928: The Wind (El viento), de Victor Sjöström. 1930: One Romantic Night (Una noche romántica), de Paul L. Stein. 1933: His Double Life (Su doble vida), de Arthur Hopkins. 1942: Commands Strike At Dawn (Los comandos atacan al amanecer), de John Farrow. 1946: Miss Susie Slagle’s, de John Berry; Duel in the Sun (Duelo al sol), de King Vidor. NOMINACIÓN (A. S.). 1948: Portrait of Jennie (Jennie), de William Dieterle. 1955: The Cobweb, de Vincente Minnelli; Night of the Hunter (La noche del cazador), de Charles Laughton. 1958: Orders to Kill (Orden de ejecución), de Anthony Asquith. 1960: The Unforgiven (Los que no perdonan), de John Huston. 1966: Follow Me Boys, de Norman Tokar. 1967: The Comedians (Los comediantes), de Peter Glenville; Warning Shot, de Buzz Kulik. 1978: A Wedding (Un día de boda), de Robert Altman. 1983: Hobson’s Choice, de Gilbert Cates. 1984: Hambone and Hillie, de Roy Watts. 1986: Sweet Liberty (Dulce libertad), de Alan Alda. 1987: The Whales of August (Las ballenas de agosto), de Lindsay Anderson.