Nació el 20 de abril de 1893 en Burchard (Nebraska), Estados Unidos. Murió el 9 de marzo de 1971 en Beverly Hills (California). Su padre era un pequeño comerciante en aquel pueblo de unos cientos de habitantes. Desde su niñez tuvo vocación teatral, y para asistir a las funciones de las compañías ambulantes hacía circunstancialmente de acomodador o de portero. Así, en el Teatro Orpheum, de Omaha, conoció en 1907 a John Lane Connord, director de la compañía ambulante Burwood; el actor solicitó información sobre un hospedaje, y el muchacho convenció a su madre de que le alojase en su casa. Pocos días después, Connord le daba el papel del niño cojo Abe, en la obra «Tess of the D’Urberville», de Thomas Hardy. No obtuvo ningún éxito de público, pero sí ante su madre, que dos meses después recibió 2.000 dólares de indemnización en un juicio, por daños y perjuicios, y los empleó en los estudios teatrales de su hijo. Siguió los cursos de la Escuela de Arte Dramático de San Diego, del mismo Connord, a la vez que asistía al colegio; a los diecinueve años actuaba en teatros de San Diego. Intervino en algunas películas que la Compañía Edison rodaba en los alrededores de la ciudad, haciendo pequeños papeles al principio. Pero volvió al teatro, actuando durante varios años en ínfimos papeles en la compañía de la que formaban parte Charlie Ruggles, Florence Reed y William Desmond. Fue Ruggles el que le aconsejó abandonar lo dramático por lo cómico. Y cuando la compañía visitó Balboa, donde actuaba la productora Edison, Lloyd se presentó con la esperanza de que le recordasen por sus anteriores actuaciones. No era así, pero necesitaban actores, y durante tres semanas actuó como extra por tres dólares semanales. Cuando acabó el trabajo, decidió la conquista de Hollywood. Pero millares de personas intentaban lo mismo y el acceso a los estudios estaba rigurosamente vigilado. Lloyd consiguió penetrar en los de la Universal con un subterfugio. Convenció al director J. Farrell MacDonald para que le incorporase a sus películas del Oeste, cuyo protagonista era Warren Kerrigan, para papeles de villano o de hombre duro; luego hizo toda clase de interpretaciones, lo mismo en películas infantiles de magia, como El mago de Oz, que en reconstrucciones bíblicas como Sansón (1914). Allí entabló amistad con otro actor secundario, Hal Roach, con el que hacía proyectos cinematográficos, por el momento irrealizables. Pero en 1916 murió un tío de Roach y le dejó una buena herencia, que éste empleó inmediatamente en formar una productora propia para hacer films cómicos cortos: le daría el éxito y la celebridad. Harold Lloyd comenzó aquí su camino de gran bufo de la pantalla.
Roach alquiló una habitación en una vieja casa de Bradbury, en Court Street Hill, en Los Ángeles, cuyo patio trasero servía de estudio al aire libre. Allí interpretó Lloyd numerosas películas de un rollo, a base de golpes, caídas y peleas, por tres dólares diarios. Charles Chaplin ha impuesto el tipo de Charlot y Roach trata de crear algo semejante con Harold Lloyd. Fue «Willie Work» su primer tipo cómico, con bigote, pantalones anchos, chaqueta grande y pequeño sombrero; a su lado actuaban Roy Stewart y Jane Nowak. La serie tuvo poco éxito, y solamente la última –una repetición de las mejores situaciones de las anteriores– logró imponerse. Pero entonces, al renovar los contratos, Lloyd riñó con Roach y se pasó a la Keystone, la productora de Sennett, donde actuaba un equipo encabezado por los astros cómicos del momento: Roscoe Arbukkle «Fatty», Chester Conklin y Ford Sterling. Interpretó una serie, donde resultó oscurecido por aquéllos y decidió volver con Roach, que le ofrecía cincuenta dólares semanales. La empresa Pathé americana solicitaba de Roach la producción de películas cómicas, con un personaje que fuese semejante a Charlot, pero a la vez diferente. Lloyd inventó el de «Lonesome Luke» («El solitario Luke»), formando trío con Bebe Daniels, que hacía de la ingenua, y Harry «Snub» Pollard, que representaba el villano cómico. La serie logró un gran éxito, pero Lloyd pretendía encontrar un tipo personal, sin influencias manifiestas de Charlot. Así crea su personaje definitivo, haciendo evolucionar el anterior, de muchacho un poco perdido y solitario en el tumulto de la gran ciudad. Toda su caracterización consiste en unas gafas de carey y su sonrisa mecánica, de joven optimista. Es un tipo sin una psicología verdadera ni complejidades humanas, pero perfectamente representativo del hombre norteamericano medio, trazado con una serie de facetas externas. Las gafas de carey son el distintivo del hombre de negocios americano o que pretende serlo, el signo de una posible importancia social. El joven emprendedor, pleno de optimismo vital, está esquematizado así. Pero también ha de ser un hombre puro, un poco tímido y desorientado, que acaba por imponerse a través de todas las circunstancias más adversas, que aquí son aventuras cómicas, casi siempre extraordinarias e ingeniosas. Con este tipo representativo realiza una serie de films cortos, de 1917 a 1921, que conquistan el mundo entero. En España recibe el sobrenombre de «Él», y la serie el de «Él, ella y el otro», que eran Lloyd, Bebe Daniels y Harry Pollard, respectivamente. A partir de esta última fecha interpreta películas largas, pasándose a la Paramount, que le sitúan en un primer puesto entre los grandes bufos de la pantalla mundial. La mayoría están dirigidas por Fred Newmeyer y Sam Taylor, dos simples realizadores de oficio, especialistas en lo cómico; en verdad, la gran creación pertenece a Lloyd y a sus gagmen. Cuando Bebe Daniels dejó la productora de Roach para trabajar con Cecil B. de Mille, se contrató a Mildred Davis, una adolescente rubia con la que Harold Lloyd se casará más tarde. Son sus grandes films, su obra fundamental: Marinero de agua dulce, El mimado de la abuelita, El estudiante novato, El hombre mosca, ¡Venga alegría!, Un tenorio tímido, Casado y con suegra, El hermanito y Relámpago, que es su última muda, en 1928. Después, el sonoro va a marcar la decadencia de Lloyd, con escasas excepciones: ¡Qué fenómeno!, ¡Ay, que me caigo! Lloyd repetirá algunas de sus películas de éxito y hará otras, ya sin la rapidez y la frescura de sus mejores días. Hombre que supo conservar su fortuna de los buenos tiempos, se retiró e, incluso, produjo algún film.
El mundo cómico de Harold Lloyd es el orbe del gag. Él mismo es un gag vivo, cuya existencia proviene de los complicados chistes y situaciones visuales en que tiene que moverse. Las situaciones iniciales de sus grandes films son también el gag. En El mimado de la abuelita es un tímido, lo que quiere decir un hombre perdido en la América del triunfo a toda costa. Su abuela le da el puño de un paraguas, haciéndole creer que es un amuleto, y con esta confianza en sí mismo –el gran ídolo norteamericano– emprende todas las aventuras y logra el ideal triunfo final. El hombre mosca son las forzosas hazañas de un empleado que se ve obligado a hacer de hombre que trepa por las paredes de los rascacielos como atracción publicitaria, y toda la película son los gags que de esta situación se deducen. Esos gags eran extraordinarios, porque tenían el mejor equipo de esta especialidad que había en Hollywood. El hombre mosca contiene, quizá, la mejor serie de chistes visuales de su obra, con el vértigo cómicodramático del hombre continuamente suspendido en el vacío. En realidad, fue filmada sobre un promontorio situado encima de un túnel que cruzaba las calles de Los Ángeles. Lloyd nunca fue un acróbata, jamás estuvo a un metro del suelo, pero el efecto es perfecto. La persecución primitiva y las peleas locas de las películas cómicas más elementales se concentran en el gag puro, desarrollándose sobre sí mismo, con lo que adquieren una enorme concentración y eficacia. A veces, llegan al absurdo esencial: Lloyd está colgado de una cornisa del rascacielos, apenas afianzado con la punta de los dedos sobre el abismo, y su novia, desde una terraza a tres metros de distancia, le tiende los brazos protectoramente, como si pudiera soltar las manos sin estrellarse. O los dos amigos perseguidos, que se cuelgan con sus gabanes puestos de una percha, encogiendo pies y manos para que parezcan vacíos. El auto que se le atasca en la vía del tren al intentar ponerlo en marcha con la manivela entonces en uso, la gran locomotora a toda velocidad se lo lleva en pedazos y él se queda dando vueltas a su manivela en el aire. Las mejores películas de Lloyd están construidas con un perfecto lenguaje de chistes ópticos, que muchas veces tienen actual validez. Pero a veces esta mecánica de lo cómico, completamente desnuda, se ha gastado con el uso, al agotarse la sorpresa que en su tiempo produjo. Se han reunido las mejores secuencias de sus films en El mundo cómico de Harold Lloyd y en El lado cómico de la vida, entre otras, que subsisten plenamente en esos momentos cumbres. Harold Lloyd es el chiste cinematográfico vivo, con la mecánica de la risa llevada a una cumbre de perfección.
FILMOGRAFÍA: 1914: The Hungry Actors, de Hal Roach; The Patchwork Girl of Oz, de J. Farrell MacDonald. 1915: Lonesome Luke, Social Gangste, de Hal Roach; Peculiar Patients’ Pranks, de Hal Roach; Ruses, Rhymes and Roughnecks, de Hal Roach; A Foozle at the Tee Party, de Hal Roach; Ragtime Snap Shots…Lucas, de Hal Roach; Great While It Lasted, de Hal Roach; Tinkering with Trouble, de Hal Roach; Bughouse Bellhops, de Hal Roach; Giving Them Fits de Fluke, de Hal Roach; Fresh from the Farm, de Hal Roach; Some Baby, de Hal Roach; A Mixup for Mazie, de Hal Roach; Terribly Stuck Up, de Hal Roach; Pressing His Suit, de Hal Roach; Soaking the Clothes, de Hal Roach; Spit-Ball Sadie, de Hal Roach; Once Every Ten Minutes, de Hal Roach; Lonesome Luke, de Hal Roach; Miss Fatty’s Seaside Lovers, de Roscoe ‘Fatty’ Arbuckle; From Italy’s Shore, de Otis Turner; Just Nuts, de Hal Roach. 1916: Luke’s Shattered Sleep, de Hal Roach; Luke Locates the Loot, de Hal Roach.; Luke’s Fireworks Fizzle, de Hal Roach; Luke, Rank Impersonator, de Hal Roach; Luke’s Movie Muddle, de Hal Roach; Luke’s Newsie Knockout, de Hal Roach; Luke, Patient Provider, de Hal Roach; Luke, the Gladiator, de Hal Roach; Luke’s Preparedness Preparations, de Hal Roach; Luke, the Chauffeur, de Hal Roach; Luke and the Bang-Tails, de Hal Roach; Luke’s Speedy Club Life, de Hal Roach; Luke and the Mermaids, de Hal Roach; Luke Joins the Navy, de Hal Roach; Luke Does the Midway, de Hal Roach; Luke’s Lost Lamb, de Hal Roach; Luke, Crystal Gazer, de Hal Roach; Luke Rides Roughshod, de Hal Roach; Luke’s Washful Waiting, de Hal Roach; Luke’s Society Mixup, de Hal Roach; Luke’s Fatal Fliwer, de Hal Roach; Luke Laughs Last, de Hal Roach; Luke’s Late Lunchers, de Hal Roach; Luke and the Bomb Throwers, de Hal Roach; Them Was the Happy Days!, de Hal Roach; Luke’s Double, de Hal Roach; Lonesome Luke, Circus King, de Hal Roach; Luke Pipes the Pippins, de Hal Roach; Luke and the Rural Roughnecks, de Hal Roach; Luke Foils the Villain, de Hal Roach; Luke, the Candy Cut- Up, de Hal Roach; Lonesome Luke Lolls in Luxury, de Hal Roach; Luke Lugs Luggage, de Hal Roach; Lonesome Luke Leans to the Literary, de Hal Roach. 1917: Pinched, de Harold Lloyd; Lonesome Luke Loses Patients, de Hal Roach; Over the Fence, de Harold Lloyd; Lonesome Luke’s Wild Women, de Hal Roach; Lonesome Luke, Mechanic, de Hal Roach; Lonesome Luke, Messenger, de Hal Roach; Stop! Luke! Listen!, de Hal Roach; Lonesome Luke, Plumber, de Hal Roach; Lonesome Luke’s Honeymoon, de Hal Roach; Lonesome Luke on Tin Can Alley, de Hal Roach; Lonesome Luke’s Lively Life, de Hal Roach; Luke Wins Ye Ladye Faire, de Hal Roach; Lonesome Luke, Lawyer, de Hal Roach; Luke’s Trolley Troubles, de Hal Roach; Luke’s Busy Day, de Hal Roach; Luke’s Lost Liberty, de Hal Roach; Lonesome Luke’s Lovely Rifle, de Hal Roach. 1918: Hey There!, de Alfred J. Goulding; It’s a Wild Life, de D. W. Pratt; The Lamb, de Harold Lloyd; The Big Idea, de Gilbert Pratt; Back to the Woods, de Hal Roach. 1919: From Hand to Mouth, de Hal Roach; Captain Kidd’s Kids, de Hal Roach; Bumping Into Broadway, de Hal Roach; Pay Your Dues, de Vincent Bryan; Be My Wife, de Max Linder; Look Out Below, de Hal Roach; The On the Fire Chef, de Hal Roach. 1920: Number, Please, de Hal Roach; Get Out and Get Under, de Fred Newmeyer; High and Dizzy (Harold, el nuevo doctor), de Hal Roach; An Eastern Westerner, de Hal Roach; Haunted Spooks, de Hal Roach; His Royal Slyness, de Hal Roach. 1921: A Sailor-Made Man, de Fred Newmeyer; Never Weaken, de Fred Newmeyer; I Do, de Hal Roach; Among Those Present, de Fred C. Newmeyer; Now or Never, de Hal Roach. 1922: Grandma’s Boy (El mimado de la abuelita), de Fred Newmeyer; Doctor Jack (El doctor Jack), de Fred Newmeyer. 1923: Safety Last (El hombre mosca), de Fred Newmeyer y Sam Taylor; Why Worry? (¡Venga alegría!), de Fred Newmeyer y Sam Taylor. 1924: Girs Shy (Un tenorio tímido), de Fred Newmeyer y Sam Taylor; Hot Water (Casado y con suegra), de F. Newmeyer y S. Taylor. 1925: The Freshman (El estudiante novato), de Fred Newmeyer y Sam Taylor. 1926: For Heaven’s Sake (¡Ay, mi madre!), de Sam Taylor. 1927: The Kid Brother, de Lewis Milestone y Ted Wilde. 1928: Speedy (Relámpago), de Ted Wilde. 1929: Welcome Danger (¡Qué fenómeno!), de Mal St. Clair. 1930: Feet First (¡Ay, que me caigo!), de Clyde Bruckman. 1932: Movie Crazy (Cinemanías), de Clyde Bruckman. 1934: The Cats Paw (La garra del gato), de Sam Taylor. 1938: Professor Beware! (¡Cuidado, profesor!), de Elliott Nugent. 1947: The Sin of Harold Diddlebock/Mad Wednesday, de Preston Sturges.