Orígenes
América: treinta y siete países
Este capítulo está basado en estudios realizados por el etnólogo francés Paul Rivet: Los orígenes del hombre americano. Por el historiador israelí Yuval Noah Harari: De animales a dioses. Por el historiador venezolano Francisco Herrera Luque, y en los libros, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, y otros, de fray Bartolomé de Las Casas; Las Américas y la civilización, del antropólogo brasileño Darcy Ribeiro; La expoliación de América, del historiador argentino Juan C. Vedoya; Visión de los vencidos del antropólogo e historiador mexicano, Miguel León-Portilla; La naturaleza de las Indias Nuevas, del historiador italiano Antonello Gerbi; Los últimos indígenas de América del Sur, del antropólogo austriaco Fritz Trupp; Los cuatro viajes del almirante, de Salvador de Madariaga, y documentos escritos por los Cronistas de Indias, Juan de Escalante de Mendoza, fray Alonso Angulo, Gonzalo Fernández de Oviedo, Bernal Díaz del Castillo, Martín Fernández de Enciso, Francisco López de Gómara y fray Pedro Simón.
Según el etnólogo francés Paul Rivet, creador de la teoría oceánica sobre el origen del poblamiento americano, la población indígena de nuestro continente es el resultado de migraciones procedentes de Asia, Australia, Polinesia y Melanesia.
Sus investigaciones confirmaron teorías que establecen cómo —en parte— se trató de oleadas inmigratorias a través del estrecho de Bering, entre Siberia, al oriente del Asia, y Alaska en América del Norte: océanos Pacífico y Glacial Ártico.
Los migrantes aprovechaban el período glaciar y la congelación de los mares para recorrer una senda de 87 kilómetros que separa allí a los dos continentes.
Según Rivet, en la actualidad han sido hallados rastros de hace treinta y cinco mil años que lo confirman.
No obstante, para el historiador israelí Yubal Noah Harari, el Homo sapiens fue la primera y única especie humana en alcanzar América, a donde llegó hace unos 16 mil años, es decir, alrededor de 14 mil antes de Cristo.
Él sostiene que los primeros seres arribaron a pie a este continente gracias a que en aquella época el nivel del mar era lo bastante bajo para que un puente continental conectara el nordeste de Siberia con el noroeste de Alaska.
Harari establece que los sapiens habían llegado inicialmente a Siberia, entre otros motivos porque en las tierras árticas abundaban los animales voluminosos como los renos y los mamuts: grandes cantidades de carnes, grasa, pieles calientes y marfil.
Con el paso del tiempo las bandas de sapiens se extendieron por todas partes persiguiendo a mamuts, mastodontes, rinocerontes y renos.
Hacia el año 14 mil antes de Cristo, la cacería llevó a algunos de ellos desde Siberia hasta Alaska.
Sin embargo, el historiador israelí ha establecido que dos mil años más tarde, unos 12 mil antes de Cristo, el calentamiento global fundió el hielo que cubría al estrecho de Bering y permitió un paso más fácil.
Utilizando el nuevo corredor —dice él—, la gente se desplazó en masa hacia el sur, extendiéndose por todo el continente americano: así, se instalaron en los densos bosques del este de los Estados Unidos, en los pantanos del delta del Misisipi, en los desiertos de México, en las junglas de América Central.
Otros se establecieron en la cuenca del Amazonas y otros en los valles de las montañas andinas o en las pampas de Argentina.
Según él, todo esto ocurrió en uno o dos milenios:
Hacia el año 10 mil antes de Cristo los humanos ya poblaban la Tierra del Fuego, el punto más al sur de nuestro continente:
Pienso que este es el verdadero descubrimiento de América.