De Don Juan de Matos Fragoso
Salen Don Juan de Ayala y Alvarado, su criado, de camino.
Alvarado Buen lugar es el Toboso.
Don Juan Es el mejor de la Mancha
es lustre, en gala y nobleza.
Alvarado Y hace muy grande ventaja
a Madrid en una cosa. 5
Don Juan Dime, ¿y cuál es?
Alvarado Es muy clara,
que allá dan agua por vino,
y aquí dan vino por agua.
Don Juan ¿Cómo luego tu discurso
se fue a lo grosero?
Alvarado Es gracia 10
que se usa en aquesta tierra.
Pero, dejando las chanzas,
dime qué intento es el tuyo,
porque seguir a una dama
desde Madrid al Toboso, 15
haciendo por ella tantas
finezas, como no ignoro,
estarse sin declararlas
es cosa que nunca he visto.
Don Juan ¿Qué fineza extraordinaria 20
he hecho yo por Beatriz
para poder obligarla?
Alvarado Muchas, que son las siguientes:
Ponerte a menudo galas
porque bien le parecieses, 25
y en demostraciones vanas
dar librea y comer poco,
y estarse tarde y mañana
enfrente de sus balcones
hecho figura de pasta, 30
deletreando por la mano
y haciendo mil garambainas
con los dedos de organista,
y luego volverse a casa
sin que ella te haya entendido, 35
lleve el diablo la palabra.
Y cuando esto no lo sea,
¿la fineza de la barca
de acequia fue niñería?
Don Juan Caer Beatriz en el agua, 40
arrojarme a socorrerla,
y por páramos de plata
ser buzo de aquella perla,
delfín de aquella borrasca
para librar su hermosura, 45
fue demostración hidalga
que la hiciera por cualquiera,
cuánto y más por una dama;
y lo que fue piedad mía
no he de contar por hazaña, 50
además que un pecho noble
cuando obra una acción bizarra
la vanidad de emprenderla
le viene a servir de paga.
Alvarado Pues, señor, yo no te entiendo, 55
si no haces por ella nada,
¿por qué vienes en su alcance?
Don Juan Escucha y sabrás la causa.
Ya sabes como en Madrid
festejé con tiernas ansias 60
a Doña Beatriz Osorio,
de cuya hermosura rara
no solo yo, sino muchos
amantes, con la esperanza
de tan divino imposible, 65
su agrado solicitaban.
Yo, que fui siempre el más fino
y que con mayor ventaja,
abrasada mariposa,
seguí el norte de su llama, 70
paseando su calle un día
vi que junto a su ventana
estaba haciendo terrero
un Don Enrique de Vargas,
caballero conocido; 75
enfadóme la arrogancia
y el desenfado curioso
con que a su balcón miraba,
obligado de mis celos
acerquéme a él con gana 80
de estorbar su desatino
y él, que mi intención repara,
desenvolviéndose diestro
y ya terciando la capa,
a la muda voz del ceño 85
remitimos las espadas;
acudió gente al fracaso
y dividió la batalla,
quedando pendiente el duelo.
Alvarado Pues dime, ¿en la misma casa 90
donde vivía Beatriz
otra dama no habitaba,
la cual se llamaba Doña
Margarita de Guevara,
que se fue a Cádiz?
Don Juan Es cierto. 95
Alvarado Pues ¿no pudiera el tal Vargas
festejar a Margarita
y no a Beatriz?
Don Juan Tú reparas
bien, porque esa misma duda
tiene mi discurso en calma. 100
En fin, ya los dos reñimos,
por cuyo motivo y causa
Don Pedro Osorio, que es padre
de Beatriz, viendo que andaba
no sé qué voz sorda sobre 105
la pendencia, al punto trata
de retirar a su hija
y cuerdamente apartarla
del bullicio de la Corte;
y con familia y criadas 110
al Toboso la conduce,
este lugar de la Mancha
adonde dicen que tiene
poderosa hacienda y casa,
y adonde yo también pienso 115
quedarme en una posada,
disfrazado y encubierto,
siendo amorosa atalaya
de Beatriz, que, aunque desprecia
mis finezas, la constancia 120
de ver que la adoro firme
y que sigo sus pisadas
podrá ser que el desdén temple,
y con la experiencia larga
de ver tanto ardiente afecto 125
se logren mis esperanzas.
Alvarado Y ¿qué hemos de hacer ahora?
Don Juan Dejar que la noche parda
encubra el Sol, y buscar
modo con que esta tirana 130
sepa mi oculta fineza,
y que sigo sus estampas
ciego, enamorado y fino.
Alvarado Y han de ser las caravanas
de suerte que no lo sepa 135
su padre, porque si alcanza
a saberlo, desde aquí
la mudará a la Tebaida,
que es sumamente celoso.
Pero tente, pese a mi alma, 140
que viene Sansón Carrasco,
que es criado de su casa
y temo que te conozca.
Doblando esa esquina, escapa,
que yo le deslumbraré. 145
Don Juan A Beatriz llevo en el alma.
(Vase.)
(Sale Sansón Carrasco de vejete, como que sigue a Alvarado.)
Sansón ¡Ah, caballero, a quien digo!
¡Ah, hidalgo!
Alvarado Y de la Montaña.
¿Qué es lo que me quiere, amigo?
Sansón Pienso que he visto esta cara 150
en Madrid...
Alvarado Y yo imagino
que le he visto en las batallas
del Conde Fernán González.
Sansón Mi padre se halló en las Navas;
¿Vuesarced, aunque perdone, 155
del señor don Juan de Ayala
no es lacayo?
Alvarado Ahora acabo
de llegar de Transilvania
y traigo cartas del turco.
Sansón Pues léame aquesta carta, 160
que es de una sobrina mía
que está monja en las Beatas.
Alvarado No puedo que voy deprisa;
gran flema el menguado gasta.
(Vase.)
Sansón ¡Ah bergantón, vive el cielo! 165
(Salen Doña Beatriz e Inés, su criada.)
Beatriz Tantas visitas me cansan;
di, Inés, a los que vinieren
que estoy fuera y que mañana
de mi noble rendimiento
será su atención pagada, 170
y Sansón Carrasco asista
todo el día en la antesala
para despedir a todos.
Sansón Lo haré de muy buena gana.
(Vase.)
Inés En este lugar, señora, 175
parece que no te hallas,
pues siendo tuyo el aplauso
del donaire y de la gracia
te veo triste.
Beatriz Inés mía:
la vida todo es mudanzas; 180
ya sabes tú los desprecios
con que mi altivez ajaba
la constante idolatría
que en las fabulosas aras
de amor tributó el afecto, 185
sin que ninguna obligara
mi desdén endurecido.
Pero ahora, que olvidada
vivo de aquellos amantes
que mi vista avasallaba, 190
echo menos el obsequio
de tanta adoración vana,
pues no es hermosura aquella
que no triunfa de las almas.
Inés Volvámonos a la corte 195
puesto que estás mal hallada,
que allí solamente son
las beldades celebradas
de los hijos del vecino;
(Aparte.) (¡ay, hijitos de mi alma!) 200
Dios no me mate hasta veros.
Beatriz Tú estás, Inés, engañada
si piensas que arrepentida
estoy de mudar de patria,
pues no es así, que echar menos 205
los aplausos es humana
propensión que no se opone
al fuero de recatada.
Inés Ahora que estamos solas
de los que te festejaban, 210
¿cuál tenías por más digno
de tu inclinación?
Beatriz Repara
que a ninguno la he tenido.
Inés Por el mérito y constancia
quiero que juzgues.
Beatriz Dijera 215
que solo don Juan de Ayala
de mi atención era digno.
Inés ¿Quién, señora, imaginara
que al que hacías más desprecios
era al que más te inclinabas? 220
Beatriz Inclinarme yo es engaño;
dirás la más obligada
y menos agradecida.
Inés Tu padre.
(Sale Don Pedro.)
Don Pedro Beatriz amada,
en quien asiste dichoso 225
el alivio de mis canas.
Como eres recién venida
a este lugar, no me espanta
que en un retiro eches menos
la variedad cortesana, 230
pensiones de la que es noble
vivir a esta ley forzada,
que es dichoso cautiverio
el que al pundonor esmalta.
Hija, sabrás como doña 235
Margarita de Guevara
con quien en Madrid tuvimos
tanta amistad, con la infausta
muerte de su padre quiere
desde Cádiz, donde estaba, 240
volverse a la corte, y como
es muy propio en las desgracias
buscar consuelo, me avisa
que intenta hacer su jornada
por este lugar por verte 245
y estar de ti acompañada
algunos días.
Beatriz Ya sabes,
señor, la fineza rara
con que estimo a Margarita,
y que en una misma casa 250
vivimos en Madrid, donde
fue nuestra estrecheza tanta
que se hizo hermandad el trato,
y que he sentido en el alma
su ausencia; venga en buen hora 255
que ya con esa esperanza
hallo alivio a mis tristezas.
Inés Y yo tendré con entrambas
alegres Carnestolendas.
Inés Y han de ser regocijadas, 260
porque ha llegado al Toboso
un hidalgo de la Mancha
a quien llaman Don Quijote,
que la plebe alborotada
tiene con sus aventuras, 265
y da en decir que es su dama
Dulcinea del Toboso,
una princesa encantada;
y te aseguro, Beatriz,
que es rara la extravagancia 270
de su locura en el modo
de lenguaje, adorno y cara.
Beatriz Por toda Castilla corre
de aquese hidalgo la fama,
y sus raras cosas son 275
de todos muy celebradas.
Inés Y dizque gastó su hacienda
en libros e historias varias
de caballería.
Inés Y tanto
se dio a su lectura vana 280
que de andantes caballeros
sigue el estilo y la pauta.
Beatriz ¿Qué dices, señor?
Inés Es cierto,
mas tú que eres inclinada
a semejantes leyendas, 285
te aseguro que me holgara
que vieses a don Quijote,
porque es una viva estampa
de los Febos y Amadises,
mas con ridícula gracia. 290
Inés Pues, señor, ¿no le veremos?
Beatriz Para mí fuera extremada
diversión de mis tristezas.
Inés Pues poca ha de ser mi maña
si no consigo que tú 295
lo veas; mas ya que aguardas
visitas, pues del Toboso
han de venir las hidalgas
a verte, yo me retiro.
(Vase.)
Beatriz Inés, ya con la esperanza 300
de verme con Margarita
me alegro.
Inés Tu padre en nada
se opone a tu gusto.
Beatriz Vamos.
Inés Todos de alegrarte tratan.
Beatriz Mucho me holgara de ver 305
a este hidalgo de la Mancha.
Inés Y yo de verme en Madrid
que lo demás es patraña.
(Vanse.)
(Sale Don Quijote armado con peto y morrión, y un lanzón en la mano, y Sancho Panza de villano.)
Don Quijote ¿Quitástele el freno, Sancho,
a Rocinante?
Sancho En la yerba 310
de ese ejido mustio y flaco
triste y pensativo queda.
Don Quijote Qué mal entiendes de achaque
de caballos; en la era
presente, ni en la pasada, 315
según las historias cuentan,
no ha habido mejor caballo
pues ni el de Amadís de Grecia,
ni el de Roldán encantado,
ni el de Artús de Inglaterra, 320
todos tres tan celebrados,
con diez varas no le llegan;
dime, ¿has visto tú animal
tan pronto en la ligereza?
Sancho En él carrera no he visto 325
que trote no me parezca,
teniendo una legua larga
de la cola a las orejas.
Don Quijote Como hasta ahora no sabes
de historias caballerescas, 330
Sancho amigo, no me espanto
que ciegos los ojos tengas.
Malambruno, mi enemigo
el encantador, intenta
borrar por este camino 335
mis nunca vistas proezas,
haciendo que mis hazañas
otra cosa te parezcan,
porque sabe que mi brazo,
lanza a lanza y diestra a diestra, 340
a un príncipe ha de vencer
de la Gran Casa de Grecia,
a quien él ampara; pero
sus engaños y cautelas
ociosas son, que conmigo 345
no le han de valer sus tretas.
Y si no di, por tu vida,
sin encargar tu conciencia:
¿a quién has visto, de cuantos
estas historias celebran, 350
que en los más arduos peligros
con más valor acometa?;
¿quién más diestro en las batallas?,
¿quién más sufrido en las penas?,
¿quien mas constante en los riesgos?, 355
¿ni quién sus pasiones mesmas
sepa vencer, sino yo?;
pues sabes que mil princesas,
llevadas de mi valor
y obligadas de mis prendas, 360
ciegas intentaron dar
con mi honestidad en tierra,
y que yo a todas les pago
con desdenes y tibiezas,
por no faltar a la fe 365
que le debo a Dulcinea.
Yo, Sancho, nací en el mundo
para amparar las doncellas,
para socorrer pupilos,
para desfacer afrentas, 370
siendo mi primer intento
resucitar la ya muerta
andante Caballería,
que está olvidada o suspensa
en aquesta edad de yerro, 375
cuando en la de Oro pudiera
de tantos héroes gloriosos
aclamar la fama eterna.
Los Febos, los Belianises
son otra mucha caterva, 380
que con trabajo inaudito
buscaron por esta senda
gloria inmortal, y de todos
yo soy la norma y la regla,
a pesar de malandrines 385
que borrar mi fama intentan.
Sancho Digo, señor don Quijote,
que en cuanto a que verdad sea
lo que Vuesa merced dice
de historias caballerescas 390
no me meto, pero en cuanto
a los prodigios que cuenta
de sus hazañas, es cierto
que estoy por ver la primera,
si no lo son las puñadas 395
que le dieron en la venta
los palos de los yangüeses,
que si son hazañas estas
como dice, ruego a Dios
que en mi vida me sucedan. 400
Don Quijote Dime, y cuando descubrí
los dos campos que con priesa
marchaban ambos al son
de clarines y trompetas
para darse la batalla, 405
¿no me viste en la refriega
dar ayuda a los más pocos,
y que le debió a mi diestra
Pentapolín Garamanta,
que su gran caudillo era, 410
esta victoria?
Sancho ¿Qué dice?
Señor don Quijote, advierta
que el poco comer le tiene
algo flaco de mollera.
Los ejércitos que dice 415
¡pesia a mi alma! es cosa cierta
que eran dos grandes rebaños
de carneros y de ovejas,
y lo que hizo fue sacar
menos de aquesta contienda 420
(cayendo de Rocinante)
seis dientes y cuatro muelas.
Don Quijote A aquel bálsamo encantado
que tanta virtud encierra,
Sancho, le debí la vida, 425
pero el que tú no me creas
nace de no ser armado
caballero; pero deja,
que yo te prometo armar
de mi mano en la primera 430
ocasión en que mi brazo
algún caballero venza.
Sancho Esto me faltaba solo.
Don Quijote Y hablando de otra materia,
dime, Sancho, ¿no llevaste 435
a la sin par Dulcinea
la carta que le escribí?
Sancho (Aparte.) (Por Dios que la hicimos buena;
si yo sé quién es me tuesten;
pero aquí llevarle es fuerza 440
el humor con un engaño.)
Don Quijote Dime, Sancho, ¿traes respuesta?
Sancho Sí, señor, con ella estuve.
Don Quijote ¿Que tanta dicha tuvieras?
Yo aseguro que la hallaste 445
con sus damas y doncellas,
labrando a este esclavo suyo
alguna banda o empresa
que enviarme, ¿no es esto así?
Sancho No la hallé de esa manera. 450
Don Quijote Pues, ¿cómo estaba?
Sancho Acechando
con grande ahínco y vehemencia
unos costales de trigo,
y estaba con la tarea
bien sudada y correosa. 455
Don Quijote Aromas sin duda eran
los que exhalaba, y los granos
de aquese trigo eran perlas;
cuando le diste la carta,
Sancho, y te llegaste a ella, 460
¿no sentiste una fragancia
que los sentidos penetra?
Sancho Lo que yo sentí al llegarme
a la señora princesa
fue un olorcillo algo hombruno. 465
Don Quijote Debiste de olerte, bestia,
a ti mismo.
Sancho Puede ser.
Don Quijote Dime, al despedirte de ella,
¿no te dio por la embajada
alguna alhaja o presea 470
digna de tal carta?
Sancho Dijo
que esperase, y con gran priesa,
por las bardas de un corral,
me echó en un trapajo envuelta
un poco de pan y vaca, 475
diciendo que te dijera
que por no saber leer
quemó tu carta, y que fueras
a verla, y que te esperaba
con más miedo que vergüenza. 480
Don Quijote Discreta señora, pues
porque la carta no lean
debió de quemarla.
Sancho A mí
me dijo que la leyera,
y como no sé lo mismo 485
debió de pasarle a ella.
Don Quijote Ahora, Sancho, en acabando
una aventura a que es fuerza
acudir a toda prisa,
iré a ver a Dulcinea. 490
Sancho ¿Y cuál es?
Don Quijote ¿No viste hoy
como a toda diligencia
en un coche unos follones
llevaban una princesa
y la metieron en un 495
castillo que está aquí cerca?
Sancho Ya lo vi.
Don Quijote Pues ven tras mí,
que si acaso la hacen fuerza
he de quemar el castillo.
(Dentro un Barbero.)
Barbero So, burro, maldito seas, 500
que así das en derrengarte.
Don Quijote Pero, Sancho, aguarda, espera,
que la mayor aventura,
según veo, ha de ser ésta
que me eternice; ¿no ves 505
armado de todas piezas
con sobrevistas azules
un caballero que lleva
un yelmo que ciega el Sol
con los resplandores que echa? 510
¿No ves el caballo todo
con paramentos de estrellas,
que hace estremecer el aire
con relinchos y corvetas?
Sancho Lo que yo veo es un hombre 515
que en un pollino se acerca,
(Mirando al paño.) y que trae una bacía
encima de la cabeza.
Don Quijote Tú no entiendes de esto, Sancho:
¿ves aquella rica pieza?: 520
es el Yelmo de Mambrino
que tantas ansias me cuesta.
Déjame con él, verás
como a su pesar me entrega
el Yelmo que un reino vale. 525
Sancho Dios de su mano le tenga.
(Sale el Barbero con la bacía en la cabeza, en un pollino o como mejor pareciere.)
Don Quijote Atrevido caballero,
que con sandez y soberbia
con esa prenda que es mía
te pones en mi presencia, 530
¿quién eres?
Barbero (Aparte.) (Jesús mil veces
¿qué fantasma será ésta?)
Señor, yo soy un barbero
que vivo en aquella aldea
que desde aquí se divisa, 535
y de otra que está aquí cerca
a gran prisa me llamaron
para que sangre a una enferma.
Esta bacía que veis,
viendo que a llover comienza, 540
por no manchar el sombrero
me la puse en la cabeza.
Dejadme pasar, que yo
en mi vida truje prenda
de nadie, gracias a Dios. 545
Don Quijote Conmigo palabras tiernas,
don sandio, no ha de valeros;
el Yelmo en mis manos deja
luego, cautiva criatura,
o será desta manera. 550
(Va a darle con el lanzón y déjase caer el Barbero y huye dejándose la bacía.)
Barbero ¡Válgame el cielo!, el demonio
que más aquí se detenga.
(Vase.)
Sancho Como perro con vejiga
va el Barbero.
Don Quijote Sancho llega,
verás si tengo razón 555
de alabar tan gran presea.
Sancho Bien haces en alabarla,
la bacía por mi cuenta
bien valdrá sus doce reales,
porque es de azófar y es nueva. 560
Don Quijote Malambruno, mi enemigo,
sin duda, Sancho, te ciega
para que un yelmo precioso
tan vil cosa te parezca.
Y yo no le estimo tanto 565
por el gran valor que encierra
cuanto porque fue de Orlando,
que eternizó su fineza
cuando hizo aquellas locuras
por Angélica la bella. 570
Sancho Sin duda el Moro tenía
desaforada cabeza,
porque a ti te viene grande.
Don Quijote Achicarle será fuerza,
con que me vendrá pintado 575
echándole una visera;
vamos ahora al castillo.
Sancho Quiera Dios que no nos muelan
como en otras aventuras.
Don Quijote Sígueme, Sancho, y no temas; 580
mas ya en el castillo estamos.
Sancho Cerradas están las puertas.
Don Quijote No importa, yo llamaré.
Sancho Dios nos la depare buena.
Don Quijote ¡Ah del castillo encantado, 585
o tú, cualquiera que seas
que asistas en él, responde!
(Sale Don Pedro Osorio viejo.)
Don Pedro ¿Quién llama de esa manera
en mi casa?
Don Quijote Quien procura
ver si en esta fortaleza 590
tenéis oprimida alguna
menesterosa doncella.
Que si es así, en el castillo
no me ha de quedar almena
que en átomos no desfaga 595
y que no aniquile en piezas.
Inés (Aparte.) (Don Quijote es éste, aquí
llevarle el humor es fuerza.)
Señor Don Quijote, vos
vengáis muy en hora buena 600
a honrar esta pobre choza,
que aunque castillo no sea,
como decís, hallaréis
una voluntad en ella
muy conforme de serviros. 605
Don Quijote De palabras halagüeñas
no me pago a vos; a un lado,
que a mi valerosa diestra
guarda el cielo esta aventura.
El castillo pieza a pieza 610
he de ver, sin irme hasta
que lo registre y lo vea.
Inés No hay que registrar, que todos
salen ya a vuestra presencia.
(Salen Beatriz, Sansón e Inés, criada.)
Beatriz Padre y señor, ¿con quién das 615
esas voces?
Inés Beatriz bella,
aqueste es aquel hidalgo
de quien tantas cosas cuentan,
que, pensando que tú estás
en mi casa con violencia, 620
viene a vengarte, y pues eres,
hija mía, tan discreta,
y de historias de estos libros
sabes el estilo, llega
y háblale, que de esta suerte 625
podrá ser que te diviertas.
Don Quijote ¿Has visto, Sancho, en tu vida
tan angelical belleza?
¿Si es a quién diste la carta?
Sancho No, señor.
Don Quijote ¿Pues Dulcinea 630
no es natural del Toboso?
Sancho Sí, señor, pero no es ésta,
que es la otra algo talluda,
menos cuello y más oreja.
Don Quijote Dices bien, que más divina 635
es la que tengo en mi idea.
Sansón ¿Hay figura más extraña?
Inés ¿Hay visión más estupenda?
Don Quijote Yo llego.
Beatriz ¡Sujeto raro!
Don Quijote No vos espantéis, doncella, 640
que a vuestra gran fermosura
todo mi aliento enmudezca,
pues a no estar mis sentidos
pendientes todos de aquélla,
y no digo más, a vos 645
se humillaran mis potencias.
Lo que deseo saber,
si de responder se os membra,
es si en aqueste castillo
os facen alguna fuerza, 650
violencia o desaguisado,
porque si es así, a mi diestra
veréis como este castillo
todo por el aire vuela.
Beatriz Inaudito caballero, 655
a cuya armígera fuerza
deben el ser los pupilos
y la orfandad las doncellas:
en este castillo nadie
me hace tuerto o violencia, 660
que antes se os fabló verdad
asaz alegre y contenta.
En él estoy con mi padre,
el emperador de Armenia,
que es el que veis; y la que 665
vos face tan grande arenga
es la sin par Clodomira,
infanta de la Noruega.
El sabio Alquife, mi amigo,
que darme estado desea, 670
me ha dicho que aguarde fasta
que venga de lueñas tierras
un caballero que a todos
los pasados oscurezca,
y supuesto que sois vos, 675
si no me mienten las señas,
el mismo que dijo el Sabio,
aunque mis partes no sean
en fermosura y valor
comparadas con las vuestras, 680
por vuestra esposa me otorgo,
mas esto con advertencia
de que no habéis de tener
emperatriz o princesa
que os cause ninguna cuita, 685
que siendo de otra manera
fuera una sandia en ponerme
en una tamaña afrenta.
Sansón Inés, sin duda nuestra ama
está flaca de cabeza. 690
Don Quijote Sancho...
Sancho Señor...
Don Quijote ¿Es posible
que tenga yo tal estrella
que todas me soliciten?
Mira si me faltan reinas
con quien casar.
Sancho Ya la miro. 695
Don Quijote
(A Beatriz.) Perdone vuestra grandeza,
soberana infanta, haber
faltado a la reverencia
que a vuestra gran fermosura
y estado se debe, y sea 700
el no haberos conocido
disculpa en mi inadvertencia.
(A Don Pedro.) A vos, ínclito señor,
las manos me dad.
Inés No fuera
decente en mí dar las manos 705
a quien las tiene tan buenas;
pero ya veis que la infanta
se os inclina, y la respuesta
aguarda.
Don Quijote Yo vos confieso
que más ahora quisiera 710
batallar con diez gigantes
que darla, mas pues es fuerza
digo que no puedo ser
su esposo.
Inés ¿De qué manera?
Don Quijote Porque ha mucho que lo soy 715
de la sin par Dulcinea.
Beatriz A caballero tan sandio
no respondo.
Don Quijote Pobre fembra,
qué culpa te tengo yo
de que esta dicha no tengas. 720
(Dentro Uno.)
Uno Disparados van los brutos,
no hay quien su furor detenga.
Don Pedro ¿Qué es aquello?
Inés Que seis brutos
ya sin tino, ni sin rienda,
con un coche de camino 725
van a dar en esas penas,
y van dentro algunas damas.
Beatriz ¡Qué desdicha!
Inés ¡Qué tragedia!
Voy a socorrerlas.
Don Quijote Nadie
de aqueste puesto se mueva, 730
que estas aventuras son
(Deteniendo
a Don Pedro.) de quien nació para ellas.
(Vase.)
Inés Yo voy también a ayudarle.
Beatriz mía, aquí me espera.
(Vase.)
Sansón Vamos, Inés.
Inés Ven, Sansón. 735
Sansón No es de perder esta fiesta;
yo pienso hacerle mil burlas
ya que son Carnestolendas.
(Vase.)
Inés Veamos lo que hace aqueste
Don Quijote de la legua. 740
(Vase.)
Beatriz ¿Vos, escudero, no vais
por si hay algo que se ofrezca
a socorrer a vuestro amo?
Sancho ¡Que le socorra su abuela,
que yo de sus aventuras 745
no entiendo más que una bestia.
Pero, señora, por Dios,
que se case su insolencia
con él, que pierdo un gran cargo
si estas bodas se malean. 750
Beatriz Tan loco es este criado
como el amo; mas ya llega
con una dama en los brazos.
(Salen Don Quijote con Margarita en los brazos.)
Don Quijote Ya estáis, fermosa doncella,
segura de que ningunos 755
malandrines os ofendan.
Beatriz ¡Cielos! ¿Doña Margarita,
a quien espero, no es ésta?
Margarita ¿No es ésta Beatriz?
Beatriz Amiga,
dame los brazos.
Margarita Espera, 760
que he de ser agradecida
antes que contigo atenta.
Valeroso caballero,
a quien la vida confiesa
mi obligación.
(Aparte.) (Mas ¡ay, Cielos! 765
¿qué hombre es éste?, yo estoy muerta.)
No sé como han de pagaros
mis atenciones la deuda
que reconozco, si no es
con quedar esclava vuestra, 770
pues a mí, que yo...
Don Quijote Non pasedes
adelante, hermosa fembra,
que ya yo sé de qué nacen
todas esas cuitas vuestras.
De mí estáis enamoradas 775
las dos, que así la princesa
lo ha dicho a voces, y vos
me lo habéis dicho por señas;
y puesto que yo no puedo,
mientras viva Dulcinea, 780
el remediar a ninguna
de la pasión que os aqueja
ni traigo conmigo algún
retrato que daros pueda,
no lloredes, porque yo 785
me voy con vuestra licencia
a buscar mis aventuras
sin que a las pasiones vuestras
corresponda, y me despido,
conque ¡Dios os favorezca! 790
(Vase, y Sancho.)
Margarita Beatriz mía, ¿qué hombre es éste
que dice que estamos muertas
por él?
Beatriz El más raro loco
que crió naturaleza.
¿Las cosas de don Quijote 795
no has oído?
Margarita Aguarda, espera,
¿luego es éste?
Beatriz ¿Quién podía
ser sino él? Ahora entra
a repararte del susto,
y muy bien venida seas, 800
que por horas te esperaba
para aliviar mis tristezas.
Margarita Vamos, que tengo que hablarte
muy despacio.
Beatriz Norabuena,
vamos, amiga.
Margarita (Aparte.) (¡Ay, Enrique! 805
qué de pesares me cuestas.)
(Salen Don Enrique y Carrillo de camino.)
Don Enrique ¿Tomaste posada?
Carrillo Sí,
pues solo para este efecto
me adelanté en el camino.
Don Enrique Yo con industria me quedo 810
atrás por lo que tú sabes.
Carrillo Esa es atención de cuerdo.
Don Enrique En fin yo llegué al Toboso.
Carrillo Y no llegaste muy presto,
pues que primero que tú 815
ha llegado otro primero.
Don Enrique Ya sé que don Pedro Osorio,
con quien grande amistad tengo
por la antigua dependencia
que con mi padre algún tiempo 820
tuvo en Madrid, vive aquí,
en este lugar ameno
retirado de la Corte,
con su hija aqueste invierno,
en cuya casa hoy se hospeda 825
Margarita, a quien siguiendo
vengo amante desde Cádiz.
Carrillo Pues, señor mío: no es eso
lo que intentaba decirte,
más fondo tiene el suceso. 830
Don Enrique Declárate y no me canses,
Carrillo.
Carrillo Hago lo que debo;
dime: ¿no eres don Enrique
de Vargas?
Don Enrique Pues ¿qué tenemos?
Carrillo No más que pues eres Vargas, 835
que tú lo averigües.
Don Enrique Necio
estás; prosigue.
Carrillo Pues digo
que aquí he visto al caballero
con quien en Madrid tuviste
la pendencia en Barrionuevo. 840
Don Enrique Dirás a Don Juan de Ayala.
Carrillo Sí, señor.
Don Enrique No es sin misterio
el estar aquí don Juan.
Carrillo ¿De qué te pones suspenso?
Don Enrique Válgame Dios, qué de cosas 845
suelen despertar los celos.
¿Si viene por Margarita
y teniendo aviso de ello
vino a esperarla al Toboso?
Carrillo Yo no lo sé ni lo entiendo, 850
también será muy posible
que viniese en seguimiento
de doña Beatriz de Osorio,
pues tú no sabes de cierto
a cuál de las dos se inclina. 855
Don Enrique Nunca he podido saberlo,
y esa duda solamente
desvanece mis recelos;
mas porque él tampoco ahora
conozca el amor secreto 860
con que adoro a Margarita
daré a entender que festejo
a Beatriz los pocos días
que estuviese en este pueblo,
con que encubriendo mi amor 865
hago examen del ajeno.
Carrillo ¿Pues no es mejor declarar
tu amoroso fin honesto
y no andarte por las ramas?
Don Enrique Los hombres que son discretos 870
nunca han de arriesgar la dama
con público galanteo,
porque peligra el decoro.
Carrillo Pues en palacio, que es centro
de la política, todos 875
señalan aquel sujeto
a quienes nobles sirven.
Don Enrique Ese
no es amor, que es rendimiento,
culto, obsequio, vasallaje,
primor, atención, respeto 880
y sacrificio que no
tiene en publicarse riesgo.
Carrillo Es verdad.
Don Enrique Pues si es verdad,
¿para qué me das consejos?
Carrillo Ya yo sé que Margarita 885
te favorece a lo menos
con una esperanza larga.
Don Enrique En ella no es corto premio;
darme por desentendido
he menester con don Pedro 890
yendo luego a visitarle,
y con aqueste pretexto
ver a Margarita; aguarda,
que si no me engaño pienso
que es aquel don Pedro Osorio 895
el que va allí; ¡Ah, caballero!
Carrillo El es, señor, y a nosotros
se viene.
(Sale Don Pedro.)
Don Pedro Pues, ¿cómo es esto?
Señor don Enrique, ¿vos
en el Toboso?
Don Enrique Del Puerto 900
de Santa María acabo
de llegar ahora, y viéndoos
me pareció grosería
no hablaros.
Inés Yo os agradezco
la memoria de acordaros 905
de mí, y pago lo que os debo
deseando que me ocupéis,
que casa y familia tengo
en este lugar.
Don Enrique Ya sé
que aquí os vinisteis de asiento; 910
tomada tengo posada
y juzgo estar algún tiempo
en el Toboso a negocios
de importancia.
Inés Según eso,
aquestos días que son 915
de holgura y divertimiento
podéis frecuentar mi casa,
que allí nos entretenemos
con domésticos festines
unos hidalgos discretos, 920
y hay famosísimos ratos
de gusto y entretenimiento.
Don Enrique El cielo os guarde mil años,
mirad que el favor acepto.
Inés Pues mirad que os aguardamos: 925
mi casa es, la estáis viendo,
y ahora me dad licencia
porque unos huéspedes tengo
a que es preciso asistir.
Don Enrique Pues adiós.
Inés Guardeos el cielo. 930
(Vanse, y sale Alvarado y detiene a Carrillo.)
Alvarado ¡Ah galán!
Carrillo ¿Qué es lo que manda?
Alvarado Decidme, ¿este caballero
no es don Enrique de Vargas?
Carrillo Desde la planta al cabello.
Alvarado ¿Paga bien?
Carrillo No paga mal. 935
Alvarado ¿Y es de Madrid?
Carrillo Todo entero.
Alvarado ¿Y a qué ha venido al Toboso?
Carrillo Preguntón de los infiernos,
deja el interrogatorio
que me has rompido los sesos. 940
(Vase.)
(Sale Don Juan.)
Don Juan ¿Era don Enrique?
Alvarado Sí,
y el criado, que no es lerdo,
no me quiso decir nada
de su venida a este pueblo.
Don Juan Él venga a lo que viniere, 945
porque estando yo contento
con la fortuna que logro
de ver que el rigor es menos
de Beatriz, nada me asusta.
Carrillo Tú hallaste famoso medio 950
de introducirte en su casa
sin ningún impedimento.
Don Juan Ello se vino rodado,
porque, desde que don Pedro
dio en tener conversación 955
y admitir nobles sujetos
aquestas Carnestolendas
para diversión del tiempo,
fácil fue el introducirme.
Alvarado ¿Y se te ha inclinado el viejo? 960
Don Juan Para asegurarle más
y no sospeche que quiero
a Beatriz, he de fingir
que a Margarita festejo,
con que encubro mi designio. 965
Alvarado ¿Y si a Beatriz le das celos?
Don Juan Mejor, que con eso entonces
sabré yo lo que la debo.
(Dentro Don Quijote y Sancho.)
Don Quijote Hijo Sancho:
Sancho Señor mío.
Don Juan Mas, ¿qué escucho, qué es aquesto? 970
(Dentro.)
Don Quijote ¿Qué tendrá aqueste caballo
que sin moverse de un paso
pasar no quiere adelante?
(Dentro.)
Sancho Malambruno lo habrá hecho.
Don Juan Vamos, que éste es don Quijote, 975
con su tema le dejemos.
(Vanse.)
(Salen Don Quijote con un rodelón y Sancho.)
Don Quijote Vive Dios, Sancho, que traigo
apurado el sufrimiento,
pues cuando salir quería
del Toboso no hay remedio 980
de moverse Rocinante.
Sancho Sin duda es encantamiento.
(Aparte.) (Gracias a mí que le até
ambos pies con el cabestro
de mi asno, porque siquiera 985
este día descansemos.)
Don Quijote Alguna grande aventura
me aguarda.
Sancho Así lo sospecho,
y pues Rocinante está
inmóvil, toma un refresco, 990
por tu vida.
Don Quijote Come tú,
que no te afligen desvelos,
mientras yo me satisfago
de mis propios pensamientos.
(Dentro un Comisario.)
Comisario Vayan en orden y espacio 995
si no quieren que los huesos
les muela con un garrote.
(Dentro.)
Galeote I Señor Comisario, quedo,
que somos hombres de bien.
Comisario ¡Vive Dios, que si me apeo...! 1000
Galeote II No la tienda océ.
Galeote I Ginés:
va de jácara y bureo.
(Dentro cantan.) Cuatro son la erres
del que va a la mar:
ropa fuera, rasura, 1005
reñir y remar.
Don Quijote ¿Qué gente es aquesta, Sancho?
Sancho Señor, a lo que yo pienso
deben de ser galeotes,
pues viene una sarta de ellos 1010
atados a una cadena,
e irán los pobres a un remo
forzados.
Don Quijote ¿Forzados?
Sancho Sí,
por delitos que habrán hecho;
pero ya salen aquí. 1015
(Salen unos galeotes atados a una cadena y un Comisario con una escopeta.)
Comisario Ya les digo que no demos
de comer al diablo; callen
y caminen.
Don Quijote Dame el yelmo,
Sancho.
Sancho Pues, ¿qué es lo que intenta,
señor don Quijote?
Don Quijote Intento 1020
a todo mi poderío
desfacer aqueste tuerto.
Sancho Mire, por Dios, lo que hace.
Don Quijote Sancho amigo, yo me entiendo.
Caballero, ¿por qué causa, 1025
si es que agravio no os han hecho,
a aquestos pobres lleváis
forzados, tristes y presos,
y contra su voluntad?
Comisario ¿Qué espantajo es este, cielos? 1030
¡Porque así lo manda el Rey!
Don Quijote El Rey puede en ningún tiempo
forzar a los que son libres.
Comisario ¿Hay tan grande majadero?
¿No veis que por sus delitos 1035
van a bogar en un remo?
Don Quijote ¿Qué delitos?
Comisario No lo sé,
mejor os lo dirán ellos
que tienen poca vergüenza.
Don Quijote Decid, ¿por qué vais, mancebo? 1040
Galeote I Yo voy por enamorado.
Don Quijote Si por eso vais, es cierto
que ha muchos años que yo
pudiera estar por lo mesmo.
Galeote I El amor fue de una bolsa 1045
que le quité a un avariento.
Comisario Sin otras cosas que calla
el muy ladrón embustero.
Don Quijote Y vos, mozo, ¿no diréis
por qué vais a este destierro? 1050
Galeote II Yo, por canario.
Comisario Es verdad,
porque cantó en el tormento.
Don Quijote Y vos, ¿por qué vais?
Galeote III Señor,
figura de monumento,
denos alguna limosna, 1055
y no nos ande moliendo
con saber vidas ajenas,
cuando nos basta el tormento
de ir forzados.
Don Quijote ¿Cómo qué?
Eso no será viviendo 1060
don Quijote de la Mancha
el desfacedor de tuertos.
Yo, caballero, os suplico
con cortés comedimiento,
que deis libertad a todos, 1065
y de no querer hacerlo
sabrá fenecer mi orgullo
lo que no consiga el ruego.
Comisario Hombre o fantasma o quien eres,
¿estás en ti, pues los presos 1070
que van por orden del Rey
quieres que suelte?
Don Quijote No demos
voces, que lo que yo mando
al punto habéis de facello,
¡por vida de Dulcinea! 1075
malandrín, follón, mostrenco!
Comisario Eso será desta suerte,
vive Dios, que no dio fuego.
(Dispara la escopeta, y no dando fuego huye y síguele Don Quijote.)
Don Quijote Ahora veréis, don sandio,
de aqueste brazo el aliento. 1080
Galeote I Quítanos esta cadena,
y todos juntos iremos
a socorrer a tu amo.
(Quítales Sancho la cadena.)
Sancho No ha menester nada de eso,
que es hombre que a los gigantes 1085
se traga como buñuelos;
ya estáis todos desatados.
(Sale Don Quijote por el otro lado.)
Don Quijote Por Dios que anduvo discreto
el malandrín, porque va
que no le ha de alcanzar el viento 1090
Ya todos libres estáis.
Galeote I El grande libertador nuestro
viva, amigos.
Todos ¡Viva, viva!,
a sus plantas nos ponemos.
Don Quijote Lo que habéis de hacer ahora 1095
ya que a mi mando os tengo
es entrar en el lugar,
y ante el gran acatamiento
de la sin par Dulcinea
todos de rodillas puestos 1100
decirle que allí os envía
su cautivo caballero
don Quijote de la Mancha
en señal de rendimiento,
para que de todos haga 1105
a su talante.
Galeote I ¿Oyes, Pedro?
(Aparte.) (Este hombre sin duda es loco.)
Galeote II Dices bien, porque a no serlo,
¡quién en el mundo intentara
librarnos!
Galeote I Seor caballero, 1110
lo que voacé nos encarga
hiciéramos como truenos
todos juntos, mas ya sabe
el peligro manifiesto
en que estamos si nos busca 1115
la Hermandad; antes queremos
irnos todos divididos
a emboscarnos y escondernos.
Esa señora Dulzaina
perdone, que no podemos 1120
hasta escapar del peligro
andar en acatamientos.
Don Quijote ¿Cómo no, infame canalla?
Vive Dios que habéis de hacerlo,
ingrata turba; después 1125
que en libertad os he puesto,
¿así respondéis?
Galeote I (Aparte.) (Amigos,
aquí no hay otro remedio
sino pedradas y a él.)
Galeote II En el mismo pensamiento 1130
estaba yo; señor loco:
desta suerte respondemos
a sus amenazas.
(Éntranse como cogiendo piedras.)
Don Quijote Sancho,
sígueme que contra estos
bien me puedes ayudar 1135
porque no son caballeros.
(Vase.)
Sancho Señor don Quijote, mire
qué piedras están cogiendo;
no los siga.
(Éntrase Sancho como siguiendo a su amo.)
(Dentro.)
Don Quijote ¡Vil canalla!,
tan aleves instrumentos 1140
no os han de valer.
(Dentro.)
Galeote I Ahora
lo verá.
Sancho Señor, cejemos,
mire que se viene abajo
el edificio del cielo.
(Dentro ruido de hondas y piedras.)
Don Quijote Dame ese bálsamo, Sancho, 1145
que mal ferido me siento.
Galeote II Allá va esa peladilla.
Sancho Las costillas me han deshecho.
Galeote I Vayan ahora al Toboso
a contar este suceso 1150
a la sin par Dulcinea.
(Salen Don Quijote y Sancho cayendo en el tablado cada uno por su parte.)
Don Quijote Herido estoy.
Sancho Yo estoy muerto,
señor don Quijote .
Don Quijote Sancho,
¿qué dices?
Sancho Estamos buenos,
pero yo tengo la culpa, 1155
que me ando por vericuetos
siguiendo sus desatinos.
Don Quijote Sancho amigo, yo confieso
que de nuestra mala andanza
solo yo la culpa tengo, 1160
pues, siendo villanos, no
me tocaba acometerlos;
tú pudiste, sin dejarme,
sacar la espada, irte a ellos
y vengarte muy a salvo. 1165
Sancho (Aparte.) (Haráme perder el seso.)
Pues, si yendo usted conmigo
desta manera me han puesto,
¡qué hiciera si fuera solo?
Don Quijote Quizá te tuvieran miedo. 1170
Sancho ¿Qué le importaba a la ilustre
Dulcinea el cumplimiento
de enviarle aquestos presentes,
pues por ella así nos vemos?;
que quemada la veo yo, 1175
plegue a Dios.
Don Quijote Calla, blasfemo,
no fables de mi señora
de esa suerte.
Sancho Ya lo dejo.
Don Quijote Lo que de aquesta batalla
más he sentido es que el yelmo 1180
de Mambrino me abollaron.
Sancho Muy linda alhaja, por cierto;
eso le aflige y no siente
la abolladura de huesos.
Don Quijote Ayúdame a levantar, 1185
porque alguna sangre vierto
de mis feridas, y tráeme
a Rocinante.
Sancho Está enfermo.
Don Quijote ¿De qué?
Sancho De algún mal de piedra
y boca arriba se ha puesto; 1190
solo de aquesta tormenta
quedó libre mi jumento.
Don Quijote ¿Pues cómo?
Sancho Porque le llevan
esos ladrones cuatreros.
Don Quijote Muy malo estoy; vamos, Sancho. 1195
Sancho A que nos emplasten luego,
que bien será menester
cien bizmas.
Don Quijote Yo te prometo
que de aquellos malandrines
te he de vengar, aunque el centro 1200
de la tierra los esconda.
Sancho Con que ya sé, por lo menos,
que así acaba sus hazañas
el ínclito caballero
don Quijote de la Mancha 1205
el desfacedor de tuertos.
(Vanse y da fin la Primera Jornada.)
Fin