Jornada segunda
Juan Bautista Diamante

Salen Don Quijote y Sancho.

Sancho ¡Desventurado de mí!

Don Quijote Amigo Sancho, ¿qué es eso?

Sancho Esto no es más que tener

molidos todos los huesos

a cadenazos.

Don Quijote A fe 5

que yo no me siento menos

fatigado de las muchas

pedradas que llevé, pero

consuélome con saber

que esto es a mi oficio anejo, 10

y que debo resistirlo

siempre osado y siempre fiero,

a pie, a caballo, desnudo

y vestido a cualquier tiempo,

pues a cumplir sus deberes 15

estamos los caballeros

andantes tan obligados,

que por desfacer un tuerto,

pisando abrojos y espinas,

descalzos andar debemos, 20

y aún con un sapo en la boca

si lo demanda el empeño.

Sancho ¿Y los escuderos tienen

esa obligación?

Don Quijote Por cierto,

Sancho amigo, que no estoy 25

para responderte en ello

muy bien, mas discurro yo

que, debiendo un escudero

asistir a su señor,

habrá de andar por los mesmos 30

pasos.

Sancho Y si una aventura

sale bien, que no lo espero

en vuesamerced jamás,

¿a quién toca del suceso

la gloria?

Don Quijote A mí solamente. 35

Sancho Y a mí que me ladren perros;

pero yo tengo la culpa,

porque arrímate a los buenos

dice el refrán, y más vale

pájaro en mano es muy cierto; 40

donde piensan que hay tocinos

no hay estacas.

Don Quijote Y todo eso,

¿qué tiene que ver, maldito

seas, con lo que diciendo

estábamos? Ya te he dicho 45

que no ensartes, majadero,

tantos refranes.

Sancho Señor,

yo que lo digo me entiendo;

pero esto dejado, ¿dónde

vamos, cuando en todo el cielo 50

no se ve ninguna estrella,

a peligro de que ciertos

guardas, a quienes quitamos

los galeotes, conocieron

a vuesamerced, la Santa 55

Hermandad, que de los fueros

de caballeros andantes

no tendrá conocimiento,

a vuesamerced y a mí

nos estire los pescuezos? 60

Don Quijote No pienses indignidades

y sígueme, que yo creo

que una famosa aventura,

adonde todo mi esfuerzo

será muy bien menester, 65

se nos viene disponiendo,

y, si de ella salgo bien,

ten, hijo Sancho, por cierto

que una ínsula he de darte.

Sancho ¿En propiedad o en gobierno? 70

Don Quijote En gobierno.

Sancho Luego yo,

¿me ordenaré según eso

de Corregidor?

Don Quijote Al punto.

Sancho Quisiera saber, si de esto

vuesamerced no se enoja, 75

¿qué título darán luego

a Teresa mi mujer?

Don Quijote Corregidora.

Sancho Y es cierto,

y a Sanchica llamarán

todos los de nuestro pueblo 80

Corregidorica; pues

tenga entendido el barbero

Maestre Nicolás y el Cura

que si en chapines me veo

a todos mis insulanos 85

como un gerifalte tengo

de gobernar hasta el cabo;

no, si no métanme el dedo

verán si aprieto... mas digo,

¿que es menester para esto? 90

Don Quijote Ser yo Emperador, o Rey

coronado por lo menos.

Sancho Pues el Gobierno voló.

Don Quijote En manos está el pandero

que lo sabrá bien tocar. 95

Sancho ¿Y ese no es refrán?

Don Quijote A tiempo

traído, un refrán ocupa,

Sancho, el lugar de un concepto.

Sancho Dígame vuesamerced,

pues parece que no veo 100

principio de la aventura

que aguarda, ¿cómo muy presto

podrá ser vuesamerced

Rey o Emperador?

Don Quijote Dirélo,

pues todo es de la materia, 105

pero, ¿Rocinante?

Sancho Al fresco

llora allí las soledades

del rucio, y yo me enternezco

cada vez que se me acuerda

que me le hurtó aquel perverso 110

que vuesamerced quitó

de la cadena...

Don Quijote Confieso

que hacer bien a los ingratos

es desgracia, mas debemos

obrar lo que yo obré cuantos 115

profesan lo que profeso.

Sancho ¡Ay mi rucio!

Don Quijote No te aflijas,

que yo por él te prometo

las tres borricas que en casa

quedaron.

Sancho Y yo lo acepto; 120

mal volvamos a saber:

¿cómo llega un caballero

andante a ser Rey?

Don Quijote Escucha,

que de este modo está impreso:

Llega un caballero andante 125

a la corte de un supremo

Rey o Emperador, adonde

le conocen por sus fechos,

tiene guerra este tal

con otro, sírvele luego 130

el caballero en la guerra

al enemigo venciendo;

tiene este Rey una hija

y al punto se la da en premio

al caballero; muere él 135

hereda la Infanta y veslo

aquí que en cuatro palabras

queda Rey hecho y derecho,

haciendo Duque o Marques,

o Vizconde por lo menos, 140

a su escudero, y si acaso

no hay título vaco de estos,

de alguna ínsula no puede

faltarle nunca el gobierno.

Y así no hay sino esperar 145

a que suceda todo esto,

que o mal me han de andar los bolos

o he de ser Rey de Marruecos.

Sancho Eso pido, señor mío,

y barras derechas, pero 150

vamos a ese reino al punto.

Don Quijote No estamos, Sancho, muy lejos

de él, según se me trasluce.

Sancho No, si es el Toboso reino,

porque dentro de él estamos. 155

Don Quijote Muy fácilmente te veo

engañar a cada paso.

Sancho Pues ¿qué engaño cabe en esto?

Aquella casa de enfrente

¿no es la casa de don Pedro 160

Osorio; y aquellos corrales

¿no son de Aldonza Lorenzo,

por otro nombre llamada

Dulcinea?

Don Quijote ¡Majadero!

la señora Dulcinea 165

has de decir.

Sancho Digo eso,

pero en el Toboso estamos.

Don Quijote ¿Posible es que eso crees, necio?

Sancho Pues, ¿qué tengo de creer?

Don Quijote Sancho, cree lo que yo creo; 170

y si no dime: ¿no viste

a la luz de todo el cielo?

a la sin par Dulcinea,

cuando fuiste mandadero,

convertida en labradora 175

por señas del olor feo

y hombruno que me dijiste

que tenía?

Sancho Y es tan cierto

como dos y dos son cuatro.

Don Quijote Pues sabe que el embustero 180

de aquel sabio, mi enemigo,

a Dulcinea convirtiendo

en humilde labradora,

siendo ella por lo menos

hija de algún Arzobispo, 185

al Toboso hizo lo mismo

desfigurándole en Corte

por arte de encantamiento,

porque yo no pueda hacer

las diligencias que debo 190

en orden al desencanto;

y pruébase muy bien esto

en que tal vez me parece

que en doña Beatriz la veo,

tal en doña Margarita, 195

y aún (esto no has de creerlo)

ayer tarde me mudó

a Dulcinea en don Pedro:

esto hace Malambruno,

pero otro sabio que tengo 200

muy mi amigo, aunque yo nunca

le haya visto y si le veo

no le conoceré, anoche

se me presentó durmiendo

en forma de una tortuga, 205

y me dijo que aquí dentro

de esta ciudad encantada

hallaría mi remedio,

y yo vengo a ver, ¡oh, Sancho!

si hay dueños que no son dueños. 210

(A una reja Doña Beatriz y Doña Margarita.)

Beatriz El ruido de las armas

dice que es él, y deseo

divertirte tanto que

a costa de algún sereno

aquí te traigo a que veas 215

las locuras de este necio,

tal vez discreto y tal vez

loco y siempre majadero:

a cuyo fin los criados

de casa dispuestos dejo, 220

y este instrumento te traigo

para que principio demos,

como al gusto de escucharte

a la intención del suceso.

Canta algo, por tu vida, 225

que toque en sus devaneos.

Margarita Darte gusto es mi mayor

logro, pero te prometo

que suelen sus desatinos

divertirme, y así a un tiempo 230

haciendo lo que me mandas

lograré los dos intentos.

Don Quijote ¿Has oído, Sancho, hablar?

Sancho Sí, señor, pero muy quedo

Don Quijote Y ahora, ¿qué dirás?

Sancho Que hablaron. 235

Don Quijote No pregunto acerca de eso.

Sancho Pues ¿acerca de qué?

Don Quijote Acerca

de que es todo encantamiento.

Sancho Dígame vuesa merced

¿háceles mal el sereno 240

a los encantados?

Don Quijote No.

Sancho Pues encantados tenemos,

que otra gente no quisiera

estarle helando en febrero.

Don Quijote ¿Creeráslo ahora?

Sancho De aquí a un poco 245

miraré bien si lo creo.

(Toca Margarita. A otra reja Inés y Luisa.)

Sancho ¿También tienen instrumentos

los encantados?

Don Quijote Escucha.

Luisa Pues, Inés, principio demos

a lo que nos toca.

Inés Aguarda 250

a que comiencen primero

nuestras amas.

Don Quijote De aventura

somos, no hay sino buen pecho.

Margarita (Cantado.) La cuitada Dulcinea,

nata del garbo manchego, 255

por negros de sus pecados

yace en triste cautiverio.

Encantóla aquel maldito

de Malambruno, a despecho

del valiente don Quijote, 260

desde los pies al cabello.

Ella llora y él se ríe,

sus desventuras sabiendo,

a él le coronan victorias

y a ella le papan duelos. 265

Que mal podrá una doncella

esperar de un caballero

que le deja en un encanto

que la saque de un empeño.

Vientos, si acaso le vierais 270

decidle que mi remedio

consiste en que algunos ratos

Sancho esté mal con sus huesos,

pues el día que se pegue,

saldré de mi encantamiento, 275

debajo de las espaldas

Sancho tres mil y trescientos.

(En la otra reja a Cuatro.)

Cuatro ¡Oh majaderos!

El amo loco y tonto el escudero.

Sancho ¿Azotarme yo?, pues digo: 280

¿soy yo su padre o su abuelo?

Así me daré yo seis

azotes como seiscientos;

si eso aguarda bien se puede

estar los años enteros 285

la señora Dulcinea

encantada; ese remedio

mi señor lo puede hacer.

Inés Alma de cántaro, perro

desagradecido al pan 290

que comes, pregunto: ¿es bueno

que por tu melindre esté

una doncella en el cepo

de un encanto? Pagarás

la ingratitud, y muy presto. 295

Sancho No hay que hablar, que no he de darme

ni un azote.

Don Quijote Atado a un fresno,

corazón empedernido,

don Villano, con el freno

de Rocinante, si al punto 300

no empezáis el vapuleo,

os doblaré las paradas

dándoos seis mil y seiscientos.

Beatriz Eso no ha de ser por fuerza

sino muy de grado, al tiempo 305

que le venga en voluntad

a Sancho, y él a sí mesmo

se ha de dar la disciplina,

que así Merlín lo ha dispuesto.

Sancho Lo dicho, dicho.

Don Quijote Y yo, Sancho, 310

vesme aquí, que a tus pies puesto

te lo pido de rodillas:

debate el mundo el consuelo

de darle la luz al mundo

en aquellos ojos negros, 315

que negros deben de ser

pues los tratan como perros;

haz esto por mí, que yo,

hijo Sancho, te prometo

que si a tu Teresa Panza 320

le aviene acontecimiento

semejante, por librarla

me los pegaré al momento.

Margarita Notable locura.

Beatriz Extraña.

Inés Llegad vos el caballero 325

de alta guisa, que, obligada

de vuestros piadosos ruegos,

vos quiero fablar; dejad

a vuestro duro escudero,

que yo faré que le ablanden. 330

Sancho Verdad debe de ser esto,

mas pegarme yo es mentira.

Don Quijote Vos os miraréis en ello.

(Dentro.)

Inés Hola, Inés.

Beatriz Mi padre, amiga,

ha despertado, y no quiero 335

que menos me eche, además

de que ya de recogernos

es hora.

(Aparte.) (Creí que don Juan

viniese a la calle, que esto

y la duda de su amor 340

a este sitio me trujeron

con Margarita.)

Margarita No poco,

bella Beatriz, dejar siento

de ver el fin de esta burla.

(Aparte.) (Miento, que lo que deseo 345

es ver si Enrique prosigue

en el alevoso intento

de enamorar a Beatriz.)

(Dentro.)

Inés Hola Inés.

Margarita Pero verélo

mañana.

Beatriz Ven, que mañana 350

salir de mis dudas quiero.

(Vanse.)

Don Quijote De la alta ventura mía,

fermosa señora, quedo

desvanecido además,

mas con mucho sentimiento 355

de que en mi mano no esté

sacaros de cautiverio;

y así rogadle a Merlín

que conmute el vapuleo

de Sancho en que haga batalla 360

con seis gigantes rifeos,

que por encima de todos

os sacaré a su despecho

del castillo y del encanto,

y si no puede ser esto 365

por lo menos le pedid

que se dé por satisfecho

de que os aproveche darme

yo los tres mil y trescientos,

que sin quitarme de aquí 370

uno sobre otro os prometo

dármelos tan bien pegados

que se cuenten desde lejos.

Inés Tan agradecida estoy,

¡oh valeroso manchego!, 375

que os quiero favorecer

con mi mano, mas no puedo

por el encanto sacarla.

Don Quijote Yo subiré por el viento

a lograr favor tan alto. 380

Luisa ¿Que intentas?

Inés Veráslo presto:

¿no llegáis?

Don Quijote No, aunque me empeño.

Inés Ayudadle, el escudero.

Don Quijote Sancho, ponte aquí.

Sancho Eso vaya,

pero azotes ni por pienso; 385

no cargue vuesamerced

tanto, mire que no puedo

tenerle.

Don Quijote Sancho, paciencia.

Dadme la mano, mi cielo.

(Échale un cordel de manera que se reconozca que está colgado del brazo.)

Inés Veisla ahí.

Don Quijote No apretéis tanto. 390

Inés Es mucho el amor que tengo.

(Aparte.) (Así no podrá impedir

a Carrasco.)

(Vanse.)

Don Quijote Estate quedo,

Sancho, por amor de Dios,

que si te quitas soy muerto, 395

pues con algunas tenazas

de la muñeca me asieron.

Sancho Pues yo no puedo sufrir

ya la carga.

(Salen Sansón Carrasco y otros tres vestidos de matachines con una manta en que pondrán a Sancho.)

Sansón Hola, escudero

pertinaz y mal criado. 400

Sancho Matachines del infierno,

¿qué me queréis?

Todos Ablandaros.

Sancho ¡Señor mío!

Don Quijote Yo no puedo

valerte, Sancho, que estoy

en un grandísimo aprieto. 405

Sancho ¿Qué me quieren?

Sansón Mantearte,

por tenaz y por perverso.

Uno ¡Vaya arriba!

Todos ¡Vaya arriba!

Don Quijote Sancho, no hagas caso de eso,

que es encantamiento todo. 410

Sancho Mal haya el encantamiento.

Sansón ¿Das palabra de pegarte

los azotes?

Sancho No, por cierto.

Uno ¡Vaya arriba!

Todos ¡Vaya arriba!

Sancho Desventurado escudero, 415

desde el vientre de tu madre

condenado a manteamientos.

Don Quijote Basta ya, bruta canalla;

malandrina...

Sansón ¡Cómo es eso!

¿Pues mal hablado es el loco? 420

Dale recio...

Todos Dale recio.

Don Quijote Sea por ti, Dulcinea.

Sansón Señor, no haga caso de eso

que es encantamiento todo.

Don Quijote Así, Sancho, lo protesto 425

para no ser agraviado.

Sansón Dale recio...

Todos Dale recio.

(Dejan a Sancho y danle con unas vejigas grandes.)

Sancho Basta, señores demonios,

que porque nos dejen quiero

darme los tres mil azotes. 430

Todos ¿Ofréceslo?

Sancho Yo lo ofrezco.

Don Quijote Dios te lo pague, hijo Sancho,

Sancho honrado, Sancho bueno.

Sancho Mas sea con condición

que si fueran de mosqueo 435

algunos han de pasar

por dados, y que los recios

han de valer cada uno

por dos, y que ha de ser esto

cuando me viniera gana, 440

como endenantes dijeron

sin limitación de días;

si así lo quieren...

Todos Queremos.

Sancho Pues déjenme aquí llorando

mis desventuras.

Todos Laus Deo. 445

Sansón Vamos, que falta dar fin

a la aventura.

(Vanse.)

Sancho Por cierto,

que debe de haber diablos

devotos, y digo esto

porque dieron a Dios gracias 450

estos monos.

Don Quijote Ese efecto

hizo la piedad que tú

mostraste en el desempeño

de azotarte; pero prueba

a levantarte que pienso 455

que este brazo se me arranca

de la espalda con el peso;

¡solíviame de los pies!

Sancho Si menearme no puedo,

¿cómo he de soliviar 460

a vuesamerced?

(Sale Sansón Carrasco de gigante con barba.)

Sansón Para eso

estoy yo aquí, flor y espuma

de los andantes guerreros.

Yo soy aquel sabio amigo

que, habiendo visto el exceso 465

de Malambruno, movido

a piedad a daros vengo

libertad; baja tú, y tú

levántate de ese suelo,

tú sin dolor de tu brazo, 470

y tú sano de tu cuerpo.

(Baja a Don Quijote y levanta a Sancho.)

(Cantado.) Venid donde en blandas plumas

descanséis los dos, sabiendo

que lo visto y que lo oído

todo es cierto y todo incierto. 475

Cuanto ha sucedido fue

por obra de encantamiento,

que estas cosas no me pueden

mentir a mí que las vendo.

Del Toboso en los encantos 480

entrad los dos sin recelos,

tú libre de colgaduras,

seguro tú de manteos.

Aquí está la sin ventura

Dulcinea hecha un mostrenco, 485

y así estará hasta que Sancho

acabe su ofrecimiento.

Con ella sin conocerla

hablarás cada momento,

no te des por entendido 490

pues todos te dan por necio.

Para recibirnos, ya

las anchas puertas se abrieron,

entre el osado al peligro

y el cobarde huya del riesgo. 495

(Vase.)

Cuatro ¡Oh majaderos!

el amo loco y tonto el escudero.

Sancho No entre, pese a mi linaje,

vuesamerced porque temo

que nos han de batanar 500

si nos cogen allá dentro.

Don Quijote ¿Cómo que no, si está allí

Dulcinea?

Sancho Yo no pienso

entrar.

Don Quijote Confíate, Sancho,

del mágico amigo nuestro, 505

que no nos puede faltar.

Sancho A Rocinante llevemos.

Don Quijote El sabio cuidará de él,

que con menos fundamento

cuando de Bretaña vino 510

Lanzarote, siendo un clueco,

doncellas cuidaron de él

como harán de mí aquí dentro,

y dueñas del su rocino,

siendo su rocino menos 515

que mi Rocinante.

Sancho Vamos.

Don Quijote Solo lo que te encomiendo

es que, en habiendo lugar,

te sacudas por lo menos

dos mil azotes a cuenta. 520

Sancho Vamos, que ya lo veremos.

(Vanse.)

(Salen Don Juan de Ayala y su criado Alvarado por una puerta, y por otra Don Enrique y Carrillo.)

Carrillo Don Juan es, señor.

Don Enrique Volverme

intento por no encontralle;

mas dejarle en esta calle

siento... quiero detenerme. 525

Don Juan ¡Señor don Enrique!

Don Enrique Así

me nombro.

Don Juan Ya yo lo sé;

¿conocéisme?

Don Enrique ¿Qué os diré

que os esté mejor?

Don Juan Que sí.

Don Enrique Pues digo eso.

Don Juan Claro está 530

que eso debéis responderme

pues os hizo conocerme

esta espada.

Alvarado Malo va.

Don Enrique Y según esa razón

vos también, señor don Juan, 535

me conoceréis.

Carrillo Galván

no hiciera tal conclusión.

Don Juan Sé que sois un caballero

con quien en Madrid reñí,

y con quien en el Toboso 540

haré lo que hice en Madrid.

La razón de nuestro duelo,

que os la quiero repetir,

fue la duda de si amáis

a Margarita o Beatriz. 545

Apartámonos entonces

sin poderlo decidir

allá, y con la misma causa

nos encontramos aquí.

Yo adoro a una de las dos, 550

y a cuál no os he de decir

sin saber a cuál amáis,

ni habré entonces porque a mí

no me da el amor más premio

que el de callar y sentir; 555

pero, porque no del todo

penséis que lo que me oís

es presunción y no queja,

sabed, Enrique, que vi

que a las dos miráis, y como 560

de vos no debo inferir,

siendo discreto, que a dos

a un tiempo el alma rendís,

cuando es para un amor solo

un alma estrecho país, 565

presumo también que a una

amáis y con otra fingís,

mintiendo el incierto a causa

del no incierto desmentir.

Yo traigo resolución, 570

Enrique, de no sufrir

más tiempo esta duda, vos

ved lo que a ella me decís,

porque no se gaste el tiempo

en preguntar de reñir. 575

Don Enrique Por cierto, señor don Juan,

que a querer reconvenir

vuestra razón lo logrará,

pues la causa que decís

que para sentir tenéis 580

tengo yo para sentir.

Que a Beatriz o Margarita

amo, de mí habéis de oír,

pero no que a Margarita,

ni tampoco que a Beatriz. 585

Vos sí (ya que habéis hablado

en cosa que presumí

no oír nunca, por el riesgo

de honor que ello trae en sí)

me habéis de decir a cuál 590

de estas dos damas servís,

pues siendo una la que amáis

son dos las que persuadís.

Alvarado Malo se pone esto.

Carrillo Falta

hace don Quijote aquí. 595

Don Juan Mirad, don Enrique, bien

si en eso os resolvéis.

Don Enrique Sí.

Don Juan Esta casa es de don Pedro.

Don Enrique ¿Y qué en eso me decís?

Don Juan Que nos apartemos de ella 600

donde os debáis persuadir

a que lo que aquí calláis

será lo que allá decís.

Don Enrique Vamos donde averigüéis

el engaño en que incurrís; 605

vuélvete a casa, Alvarado.

Don Juan Pues no nos han de impedir,

viniéndose con nosotros

mejor me parece a mí,

que es embarazar que puedan 610

dar noticia.

Don Enrique Bien decís.

Don Juan Vamos por aquí, pues cerca

está el campo; por aquí.

(Sale Don Pedro Osorio.)

Don Pedro ¿Dónde bueno, caballeros?

Carrillo Esto se ha quedado así. 615

Don Juan Disimular es forzoso.

Don Enrique Ya lo veo.

Don Juan A divertir,

señor don Pedro, la tarde

íbamos, mas si servir

en algo os podemos, nada 620

hay que nos pueda impedir

esta obligación.

Inés Yo iba

a buscaros.

Los dos ¿Qué decís?

Inés Que a buscaros iba, puesto

que sea fácil inferir 625

que de las ocupaciones

que os hayan traído aquí

estéis desembarazados

por mandarlo el tiempo así.

Y ya que obligado esté 630

a procurar divertir

vuestra soledad, supuesto

que una vez principio di

a este intento, hoy que tenía

más ocasión presumí 635

no ser justo que faltéis

de mi casa, donde, a fin

de dar lo que es suyo al tiempo

de agasajar y servir

a Beatriz y Margarita, 640

tiene no sé que festín

la familia prevenido,

a quien da, según creí,

motivo este loco hidalgo

con su extraño frenesí. 645

Mas puesto que os encontré,

y que, según me decís,

divertiros fue el intento

que os traía por aquí,

entrad donde lo logréis 650

y donde me hagáis a mí

la merced de honrar mi casa.

Don Enrique ¿Qué haremos?

Don Juan ¿Qué?, desmentir

nuestro intento con no dar

que sospechar.

Don Enrique Sea así. 655

Don Juan Y no reñir ahora sea

por no dejar de reñir.

Inés ¿Qué respondéis?

Los dos Que el favor

aceptamos.

(Andan por el tablado.)

Don Pedro Pues venid.

¡Hola, Carrasco!

(Sale Sansón Carrasco.)

Sansón Señor. 660

Inés Al mirador del jardín

guía a Enrique y a don Juan,

que yo me vuelvo a escribir

a mi cuarto, ya lograda

la intención con que salí. 665

Don Juan Pues, ¿no os halláis en la fiesta?

Inés Luego os iré yo a asistir;

y ahora perdonad, que tengo

que hacer un propio en Madrid;

quedad con Dios.

(Vase.)

Los dos Él os guarde. 670

Sansón Vamos.

(Vase.)

(Doña Beatriz a una puerta y Margarita a otra.)

Beatriz Presumo que oí

la voz de don Juan aquí.

Margarita A Enrique he escuchado aquí.

Don Juan Ya esto mudó de semblante.

Don Enrique Pues vamos a proseguir 675

lo que comenzado estaba.

Beatriz Mucho hay que temer aquí.

Margarita Mucho aquí hay que recelar.

Don Juan Vamos.

Beatriz Estórbelo así.

Margarita Así lo embaraze.

(Ahora sale.)

Beatriz ¿Dónde, 680

señor don Juan, queréis ir?

(Sale ahora.)

Margarita ¿Dónde, señor don Enrique,

íbais?

Carrillo Hoy no han de reñir.

Don Juan No siendo (¡ay, Beatriz divina!)

hora aún de recibir 685

el favor que quiso hacernos

el señor don Pedro, (así

podremos disimular)

a don Enrique y a mí

Don Enrique Pretendíamos hacer 690

lugar para prevenir,

sin la pensión de esperar,

el logro de conseguir.

Alvarado No los dejes ir, señora.

Carrillo No los consientas salir. 695

Don Juan ¡Carrillo!

Don Enrique ¡Alvarado!

Alvarado y

Carrillo ¿Qué

mandas?

Don Juan y

Don Enrique Que te estés aquí.

Beatriz Cierto salió mi temor.

Margarita Bien el daño discurrí:

lograr una dicha, si es 700

dicha que os veáis aquí,

señor don Enrique, a costa

de esperar, no presumí

que pensión os pareciera.

Beatriz Y aunque lo sea por mí, 705

señor don Juan, os suplico

que padezcáis, y advertid

que lo que no cuesta nada

no se agradece, y así,

para que mal no os parezca 710

lo que esperáis, prevenid

a la dicha de lograr

la paciencia de sufrir.

Don Juan ¿Qué podemos hacer?

Don Enrique Nada

más que esperar a salir 715

de aquí

(Aparte.) (y, esforzando yo

que amo a la bella Beatriz,

veré si descubro algo).

Don Juan Ya es forzoso que sea así

(Aparte.) (y yo, para averiguar 720

las dudas que traigo en mí,

cauteloso alentaré

que amo a Margarita).

Alvarado Di,

¿qué sientes de esta pendencia?

Carrillo Que no se ha definir 725

en esta jornada.

Alvarado Debe

de haber importado así.

Margarita Yo dispondré lance en que

averigüe si a Beatriz

ama Enrique.

Beatriz Buscaré 730

algún modo de inquirir

si a Margarita don Juan

sirve. ¿No entráis?

Don Juan Resistir

vuestro precepto es traición.

Beatriz ¡Qué bien lo sabéis fingir! 735

Don Juan Mejor sé adorar.

Beatriz ¿A quién?

Don Juan Preguntáoslo a vos.

Beatriz ¿A mí?

Don Juan No me hagáis que lo que callo

me haga el despecho decir.

Beatriz ¡Ah, traidor!

Margarita ¿A qué aguardáis? 740

Don Enrique A obedeceros.

Margarita Venid.

Don Enrique Ya os sigo sin alma.

(Vanse Don Juan, Beatriz, Don Enrique y Margarita.)

(Dentro.)

Don Quijote ¡Sancho!

Sancho Eche, señor, por aquí

vuesamerced.

Carrillo Y nosotros,

para ayudar a reír, 745

con todos nos mezclaremos,

si te parece.

Alvarado Sea así.

(Vanse Carrillo y Alvarado.)

(Salen Don Quijote y Sancho.)

Don Quijote En aquesta soledad

que te ofrece la ocasión,

de aquella tunda es razón 750

que te pegues la mitad.

Retírate entre esos ramos,

y, sin que nadie lo vea,

de suerte que yo lo crea,

puedes comenzar.

Sancho Jugamos. 755

Señor mío, esto ha de ser

cuando me viniere a cuento,

que estoy del manteamiento

que no me puedo tener.

Fuera de que en confesión 760

pienso que desde que entramos

aquí encantados estamos.

Don Quijote No vas fuera de razón,

pero presto lo veremos.

(Dentro cajas y clarín.)

Sancho Ya yo lo comienzo a oír. 765

Don Quijote Sancho hermano, prevenir

las manos que obra tenemos.

(Al otro lado instrumentos músicos.)

Sancho ¿Quién causará aquel ruido

y esta música?

Don Quijote Es usanza

en los encantados, Sancho, 770

que el sabio que los encanta,

como no comen ni beben,

los divierta con batallas

y músicas, que uno y otro

rumor son pastos del alma. 775

Sancho Una tropa hacia nosotros

de caballeros y damas

se viene, y si no estoy ciego

yo conozco aquellas caras.

Don Quijote No hagas caso de los ojos 780

en los encantos, y calla

si callaren los que vienen,

pero si hablaren habla,

que esto es lo que hacerse suele

en las casas encantadas, 785

Sancho Estoy mirando...

Don Quijote ¿Qué miras?

Sancho Si traen alguna manta

o algunas vejigas.

Don Quijote No.

Sancho Pues, de esa manera, vaya.

(Van saliendo Beatriz, Margarita, Inés, Don Juan, Don Enrique, y, haciendo cortesías a Don Quijote y a Sancho, se irán sentando, de suerte que Inés y Don Quijote queden en medio.)

Don Juan ¡Ay, soberana Beatriz! 790

Don Enrique ¡Ay, Margarita adorada!

Beatriz En esta burla intentemos,

pues estamos declaradas,

averiguar este enigma

que igualmente nos agravia. 795

Margarita Veamos qué asientos toman.

Don Juan Finja así.

(Siéntanse Don Juan junto a Margarita y Don Enrique al lado de Beatriz y después de sentados, Inés, que traerá el rostro tapado, se vuelve a levantar y, tomando a Don Quijote de la mano, le sienta junto a sí; y Sancho se sienta en el suelo.)

Don Enrique Deste modo haga

la desecha.

Beatriz La primera

experiencia ya es contraria.

Don Quijote Mi señora Dulcinea 800

debe de ser la tapada,

pues el Mágico, mi amigo,

dijo que aquí dentro estaba.

Sancho Como no haya manta más,

que ninguno hable palabra. 805

Margarita Sin mí estoy.

Beatriz De ira reviento.

Margarita Dejaré caer la banda,

pues la seña hizo Beatriz.

(Deja caer una banda y arrójanse a ella Don Juan y Don Enrique.)

Don Juan Buena ocasión.

Don Enrique No levanta

favores que a mí me tocan, 810

ni tiene presunción tanta

nadie.

Don Juan Que os toque no sé,

pero sé que está esta banda

en mi mano (así le obligo),

y que ha de ser mía.

Beatriz Falta 815

que yo lo consienta, pues

siendo mía, aunque se caiga

a Margarita, en la parte

que la hallo puedo cobrarla;

¡soltad los dos!

Don Quijote O los dos 820

(Empuñando

la espada.) seréis conmigo en batalla.

Beatriz ¡Soltad!

Los dos Perdonad.

(Sale Don Pedro Osorio.)

Don Pedro ¿Qué es esto?

¿Pues este ruido en mi casa?

¡Señor don Juan, don Enrique!

(Quédase con la banda Beatriz.)

Beatriz Respondido, señor, te hallas 825

(así lo enmiende) de todos,

pues no ignoras lo que pasa,

viendo que esta prenda, sobre

que envidiosos litigaban

estos caballeros, es 830

y fue siempre destinada

para el señor don Quijote .

Don Quijote Perdonad, fermosa dama,

que a vista de mi señora

no me resuelva a tomarla 835

sin que licencia me dé.

Inés Tomadla, animal, tomadla,

porque no tenemos celos

las que estamos encantadas.

Inés ¡Que así me engañase yo! 840

Inés Bien salió de la borrasca.

Inés ¡Ea, sentémonos todos,

señores!

(Siéntanse.)

Sancho Para mis barbas,

si aquí hay maldito el encanto.

Don Juan En la duda que me estaba 845

me estoy.

Don Enrique Nada averigüé.

Beatriz No hizo la experiencia nada.

Margarita Quedóse así la sospecha.

(Dentro caja y pífano.)

Don Pedro ¿Qué es eso?

Don Quijote Alguna demanda

parece, y lo es pues tenemos 850

escudero ya en campaña.

(Sale Carrillo en forma de enano con una barba muy grande.)

Carrillo Dios guarde a vuesasmercedes:

Mi señora la Trifalda,

condesa de pelo en pecho,

mujer que a cuatro tiradas 855

no se atreverá ninguno

a desmentir por la barba,

habiendo oído que está

el andante de la Mancha

en este castillo, a vos, 860

el castellano, me manda

pedir licencia de entrar.

Inés Decidle que entre.

Carrillo Deo gracias.

(Vase.)

Sancho El enano es estudiante.

Don Quijote Cerca la ínsula anda, 865

Sancho.

Sancho Sí, señor, mas temo

que esté más cerca la manta.

Inés Atendamos si os parece,

señor don Quijote .

Don Quijote Vaya.

Cuatro (Cantan.) ¡Ay, desdichada, 870

de esta trinca de pobres viejas barbadas!

(Sale Luisa vestida de dueña con barba, y otros dos que la acompañan de la misma manera.)

Luisa (Canta.) Yo soy, señor don Quijote,

aquella vieja Trifalda,

llamada así por las tres

basquiñas que me acompañan. 875

Habrá un hora no cabal

que apenas tenía barba,

y agora por mi desdicha

ya la peino luenga y blanca.

El traidor de Malambruno 880

desta manera me trata,

por el deseo que tiene

de entrar con vos en batalla.

Del modo que aquí nos veis

a las tristes malogradas, 885

quedan viejas y doncellas

en el reino de Cambaya.

Sed nuestro barbero, así

se vea desencantada

la señora Dulcinea 890

a costa de Sancho Panza.

Y, pues llega Clavileño,

amo y escudero partan

a esta barbada aventura

en la silla y en las ancas. 895

Pues si no partís al punto

por el aire a la demanda,

si non desfacéis el tuerto,

que lloren por vuestra causa.

(Cantan a Cuatro.)

Cuatro ¡Ay, desdichada, 900

de esta trinca de pobres viejas barbadas!

(Acabando de cantar el estribillo, baja por una apariencia un caballo, y uno, vestido de salvaje, se apea.)

Salvaje Sobre esta máquina suba

quien tuviere ánimo.

Sancho Vaya

mi señor, que yo no tengo

ánimo por una gansa. 905

Luisa Vos habéis de ir, y si no

triste de mí, desdichada.

Las dueñas El escudero ha de ir,

¡vaya el escudero, vaya!

Don Quijote Señora, ante vos postrado, 910

mi sujeción os demanda

licencia para partir

a esta aventura.

Inés Tomadla,

y mi bendición con ella.

Don Quijote Bueno es hallarme con armas; 915

¿con qué se rige este bruto?

Salvaje Con esta clavija.

Don Quijote ¡Hala,

Sancho!

Sancho ¿Que yo tengo de ir?

Don Quijote Estas señoras lo mandan.

Luisa No perdáis tiempo, señores, 920

tened piedad de estas barbas.

Don Quijote Ten ese estribo, que a ti

te pondrá luego a las ancas

este buen salvaje.

Luisa Hola,

llevad la vista tapada, 925

porque no os desvanezcáis.

Don Quijote Es prevención de importancia;

¿estás ya puesto?

(Tápase Don Quijote y pónese a caballo, y luego Sancho.)

Sancho Ya estoy.

Don Quijote Pues las manos en la masa

tengo ya de la aventura; 930

señora doña Trifalda,

yo os juro a Dios de dejaros

bien presto lisa la cara.

Y a ti, sin par Dulcinea,

o su sombra o su fantasma, 935

pues voy a ver a este perro,

yo te dejaré vengada,

y a ti, Sancho, sin azotes.

Ya hallé la clavija, vaya

por el aire Clavileño 940

hasta el reino de Cambaya.

Las dueñas Dios te guíe, valeroso

manchego, contigo vaya

Dios, intrépido escudero,

que ya vais treinta mil varas 945

de la tierra.

Luisa Tente bien,

Sancho, mira no te caigas,

que te bamboleas mucho.

(Vanse Las dueñas.)

(Sóplanles con unos fuelles grandes.)

Sancho ¡Tal aire hace!

Don Quijote ¡Que me arrancas

de la silla, majadero! 950

¡No aprietes tanto!

Sancho Mal haya

mi padre, señor, pues quiere

vuesamerced que me caiga,

que hace un aire que me lleva.

Don Quijote Sancho, de este aire es la causa 955

que estamos en su región,

y no sé como templara

esta clavija que temo,

según el caballo larga,

que nos suba a la región 960

del fuego.

(Ándanles con estopas encendidas alrededor de los rostros.)

Sancho Y es cosa clara

que por este lado a mí

se me chamuscan las barbas.

Inés Más lástima hace que risa

de estos simples la ignorancia. 965

Carrillo Pues vamos para que a nadie

hallen aquí, y acabada

crean la aventura ha dado

fin, dejando aquí esta lanza,

a prevenir otras burlas 970

con que os diviertan mañana.

(Pone una lanza en el suelo clavada, de que penderá un letrero.)

Don Pedro Bien dice Carrasco; vamos,

os dejaré en las posadas.

(Vanse todos.)

(Suena dentro ruido de truenos, vuela Clavileño cayendo Don Quijote y Sancho, que se destaparán.)

Sancho La región es del infierno

esta.

Don Quijote Clavileño, aguarda, 975

que me arrojas de la silla.

Sancho Ay, pobres de mis espaldas.

Don Quijote Este es el mismo jardín

de endenantes, y una lanza

está aquí clavada, en quien 980

está esta letra colgada:

«Venció el Manchego, y por él

quedan las viejas sin barbas.»

(Dentro.)

Carrillo Entrad donde halléis el triunfo

de la vitoria pasada. 985

Don Quijote Vamos, y sin discurrir.

Sancho Eso es lo mejor.

Don Quijote Mañana

sabremos, Sancho, si tienes

que lidiar con tus posadas.

Fin