LA HISTORIA
DEL REIKI
En muchas escrituras religiosas antiguas se mencionan sistemas de curación similares al reiki. Sin embargo, podemos asegurar que los orígenes de esta técnica van mucho más allá de la historia registrada. Mientras grandes culturas se extinguían, también se perdían sus conocimientos sobre sistemas de curación, o eran diluidos o absorbidos por otras tradiciones. Cada vez que ha habido la gran necesidad de un sistema curativo simple y efectivo para el cuerpo, la mente y el espíritu, el reiki ha surgido de una forma u otra.
Desde que llegó el reiki a Occidente por primera vez, proveniente de Japón, la “historia” tradicional de este sistema se ha convertido en una parte apreciada e integral de la práctica y enseñanza de muchos maestros. Casi todos los practicantes de reiki han conocido esta historia, y hasta el momento nadie ha cuestionado su autenticidad. La mayoría de maestros occidentales remontan su linaje hasta Hawayo Takata. Ella es reconocida por muchos en Occidente como la tercera gran maestra de reiki, y como se verá más adelante, la persona que llevó el reiki fuera de Japón. En algún punto durante esta transición fue adaptada la historia original del reiki, probablemente con buenas intenciones, para que fuera más admisible, o tal vez más fácilmente entendida por los occidentales.
Cuando esta historia fue contada por primera vez en Occidente, habría parecido muy extraña, o tal vez casi pagana, sin el aspecto cristiano que puede haber sido introducido por Hawayo Takata y su maestro, el doctor Chujiro Hayashi. Además, el Estados Unidos de la posguerra no habría estado receptivo a los japoneses, y por consiguiente tampoco aceptarían una técnica curativa japonesa no cristiana. Quienquiera que haya decidido hacer esto por cualquier razón, concibió una sabia y valerosa idea. Debe haberse dado cuenta que un día, tal vez en el momento adecuado, la historia más exacta sería ampliamente conocida, y para ese tiempo la historia adaptada habría cumplido su propósito de hacer el reiki más aceptable y de este modo más extendido. Si observamos el objetivo principal del reiki, que es aliviar el sufrimiento y mejorar la calidad de vida, entonces lo mejor es que se beneficien de él la mayor cantidad de personas posible. En este sentido, adaptar la historia original puede haber sido una decisión sabia que ahora ha cumplido su propósito.
Los practicantes de reiki occidentales nos encontramos en una transición hacia un entendimiento más claro de nuestras raíces. Algunos maestros han trabajado duro en los últimos años para descubrir una historia del reiki más precisa. Esta investigación muestra una versión fascinante, más completa y clara, de los eventos que rodearon la vida de Mikao Usui, y la manera en que se enseña actualmente el reiki en Japón, como él originalmente lo enseñó.
En este capítulo veremos tanto la historia occidental tradicional, como la versión más concisa de la más reciente investigación. Parece que información nueva acerca de Mikao Usui y el “reiki japonés” sale constantemente a la luz, y es probable que esta tendencia continúe por algún tiempo. Si usted desea conocer esta información tan pronto como esté disponible, necesitará tener acceso a internet. Hay excelentes artículos sobre muchos aspectos del reiki en internet.
Figura 2.1 Doctor Mikao Usui, fundador del reiki.
(Foto usada con el permiso de Phyllis Leí Furumoto)
Hay muchos aspectos de la historia tradicional del reiki que no son reconocidos o verificados en Japón. Sin embargo, esta historia es aún una parte relevante y única de nuestra herencia y cultura del reiki. En esencia es muy cercana a la versión original japonesa, y tiene una energía especial cuando es contada en una conferencia pública o durante una clase de primer grado de reiki. Rodea de cerca al corazón del reiki, comunica muchos conocimientos valiosos para la práctica y el entendimiento de este sistema. Por esta razón puede superar la prueba del tiempo además de la información nueva recibida de Japón.
La historia tradicional
No hace mucho tiempo vivió un hombre que tenía una pregunta inquietante: “¿Cómo curaba Jesús?” ¿Los que seguían un camino espiritual similar al de Jesús podían curar como él lo hacía? De acuerdo con esto Jesús había dicho: “Puedes hacer todas las cosas que he hecho, e incluso cosas mejores”. La historia de esta búsqueda ha sido transmitida de maestro a estudiante en su forma original desde que el reiki fue enseñado por primera vez. Un entendimiento personal de la parábola moderna, que contiene muchas lecciones acerca de la naturaleza humana, siempre ha sido resaltado como una parte básica para la práctica exitosa del reiki que conocemos hoy día.
El doctor Mikao Usui nació en 1864 en Japón, y fue criado por misioneros cristianos. Mientras la mayoría de niños japoneses eran educados bajo las religiones tradicionales, sintoísmo y budismo, Mikao Usui estudió la Biblia y las historias y enseñanzas de Jesús. Después de dejar la escuela y elegir el estudio de la religión, se convirtió en profesor de teología, y finalmente fue nombrado pastor de una escuela de niños cristianos.
Una mañana, mientras conducía un servicio de capilla, recibió preguntas sobre sus creencias por parte de los niños de mayor edad. Le preguntaron si creía en los milagros bíblicos que Jesús había realizado. Él contestó que sí. Luego le pidieron que demostrará su fe desarrollando un milagro. Quedó estupefacto, y le pareció increíble que una pregunta tan simple repercutiera tanto en su fe. Profundamente afectado por este incidente, sintió que no podía continuar enseñando honestamente la vida y el ejemplo de Jesús. Decidió renunciar para dedicar el resto de su vida a profundizar su fe y descubrir cómo podían ser realizados tales milagros de curación. Muy por dentro sabía que si su fe era verdadera podría recibir el don de la curación y ayudar a que otros hicieran lo mismo. También era consciente de que si no atendía este llamado se lamentaría profundamente tiempo después.
La búsqueda de Cristo
El cristianismo no era una religión extendida en Japón, así que el doctor Usui emigró a Estados Unidos, donde pasó muchos años estudiando las escrituras cristianas más detalladamente. Sondeó sus inquietudes con muchos eruditos y miembros de la Iglesia. Muchas veces se desanimaba por las respuestas que recibía, y a menudo se sentía lejos de encontrar la verdad. Sin embargo desarrolló su conciencia interior, y empezó a confiar menos en aquellos que le ofrecían respuestas, y más en su propia y cada vez más profunda relación con Dios, además de su sabiduría natural intuitiva. Durante su búsqueda experimentó muchas coincidencias y frecuentemente se sintió guiado —y a veces casi empujado— a situaciones que le daban claves y señales para la siguiente etapa de su viaje. Estos sucesos (tales como encuentros casuales con otras personas con caminos espirituales similares y el respectivo conocimiento que le daban) lo motivaron, profundizaron su fe, y le permitieron confiar en que “sabía” dónde continuar.
El doctor Usui también estudió los escritos y las enseñanzas de otros famosos maestros espirituales y místicos, no exclusivamente de la tradición cristiana. Pensó que esto complementaría y enriquecería su propia fe y entendimiento del camino espiritual, y su búsqueda por el don de la curación. A menudo estudiaba las enseñanzas de Buda y sus discípulos así como sus trabajos curativos, los cuales le parecían muy similares a los de Jesús y sus seguidores. Mientras descubría más similitudes entre el budismo y el cristianismo, gradualmente se dio cuenta dentro de sí mismo que las respuestas finales a sus preguntas podrían encontrarse mucho más cerca.
Después de siete años en Estados Unidos, el doctor Usui retornó a Kyoto, Japón, para estudiar a profundidad los sutras budistas, y los registros de la vida y las enseñanzas de Buda. Visitó muchos centros budistas, sin embargo encontró que los monjes y las monjas de esta religión, al igual que los misioneros cristianos, principalmente enseñaban y estimulaban el crecimiento espiritual, y la práctica de curar era considerada una distracción para dicho crecimiento. El propósito primordial de la misión era ayudar a las personas a alcanzar la felicidad interior a pesar de problemas externos como enfermedades y pobreza, que tarde o temprano no podrían evitar. La curación se dejaba para las prácticas de medicina convencional y complementaria.
Descubrir a Buda
Durante sus estudios y viajes por todo Japón, el doctor Usui encontró un abad (sacerdote de alto rango en los monasterios budistas) que tendría un profundo efecto sobre él y su viaje espiritual. El abad invitó al doctor Usui a vivir y estudiar en su monasterio, él aceptó y permaneció ahí varios años. El ambiente claro y tranquilo del monasterio le brindó el espacio perfecto para valorar el trabajo que había hecho en Estados Unidos, y durante su estancia se convenció cada vez más de que el único lugar donde encontraría la habilidad para curar era dentro de sí mismo.
El abad fue una gran inspiración para él, y pasaron muchas horas discutiendo su progreso y cómo alcanzar sus objetivos. La amistad entre los dos creció y Usui llegó a reconocer al abad como un grande pero humilde hombre con una fuente ilimitada de sabiduría y compasión. El abad se convirtió en el guía espiritual del doctor Usui a lo largo del camino interior hacia la fuente de su propio ser. La misma curación de Usui o el florecimiento de su conciencia lo llevarían a alcanzar el don de curar.
Estudiar los sutras
El doctor Usui estudió y meditó las escrituras budistas o sutras en japonés, chino y sánscrito (uno de los más antiguos y sublimes lenguajes espirituales, que el mismo Buda Shakyamuni habló y enseñó hace más de 2000 años). En los antiguos textos sánscritos descubrió los símbolos que lo guiarían, por medio de la oración y la meditación, hacia las técnicas de curación que estaba buscando. Al principio no sabía qué hacer exactamente con los símbolos, o de qué manera usarlos como herramientas para curar.
Mientras sus estudios avanzaban, encontraba pasajes en los sutras que parecían “hablarle”, él los leía y meditaba frecuentemente en sus enseñanzas, que cada vez adquirían un significado más profundo. A menudo discutía sus ideas con los otros monjes y con el abad, tratando siempre de ahondar en su conocimiento. Esta dedicación constante le permitió revelar y expandir su conciencia, de tal forma que pudo ganar un entendimiento claro de la naturaleza de la mente, y de cómo ésta, además de tener el poder de crear enfermedades físicas, emocionales y mentales, podía también curarlas. Se hizo aún más consciente del sufrimiento de los demás, y esta empatía le dio una mayor determinación a sus esfuerzos.
Retiro a la montaña
El doctor Usui sabía que había estudiado todo lo que podía, y que las respuestas que buscaba estaban finalmente a su alcance. Se dirigió a una montaña budista sagrada cercana a Kyoto, la cual tenía un nivel de energía vital especialmente puro. En este lugar ayunó y meditó durante tres semanas, eliminando así los obstáculos restantes dentro de su mente, y abriéndose completamente a cualquier cosa que pudiera recibir. Previamente le dijo al abad que si no regresaba después de veintiún días, deberían ir por sus restos para enterrarlos. Estaba tan enfocado en su misión, y motivado por el deseo de ayudar a los demás, que no pretendía volver sin una respuesta a sus inquietudes.
Caminando las diecisiete millas hacia la montaña, encontró un lugar tranquilo al lado de un arroyo. Su intención era sólo tomar agua durante su retiro, pues sabía por experiencia que le daría más claridad y poder a sus meditaciones. Llevó consigo veintiún piedras, y cada día lanzaba una para marcar el paso del tiempo. Meditó acerca de las lecciones que había aprendido en el monasterio bajo la conducción del abad. Su concentración fue muy fuerte y estable, y sus energías internas tan claras, que pudo con facilidad manifestar y experimentar continuamente la pureza de la luz interior. Cuando este alto nivel de conciencia está purificado por completo, se convierte en la mente omnisciente de un Buda; tal vez desde otra perspectiva podría decirse que crea una completa unión con Dios o la conciencia de Cristo.
Un final y un comienzo
Una mañana el doctor Usui se dio cuenta que sólo restaba una piedra. Era el día final de su retiro. Meditó en la oscuridad que precedía la primera luz del amanecer, y experimentó una mezcla de emociones y recuerdos de su vida; sabía que su búsqueda estaba finalizando, y que pronto terminaría su vida o le sería dado el don de la curación para compartirlo con los demás. Tenía una fe firme y completa devoción, había hecho todo lo que podía, y sabía que se encontraba en un punto de no retorno.
A través de la oscuridad vio una luz sobre el horizonte donde esperaba la salida del sol. Esta luz se hizo cada vez más luminosa, y parecía moverse hacia él rápidamente. Usui se dio cuenta que si no se movía sería golpeado por ella. Estaba decidido a relajarse y a dejar que esta experiencia sucediera. Permaneció en el mismo lugar, sabiendo que esto sería un fin y un comienzo. La luz golpeó su frente, y perdió el conocimiento.
Conciencia clara
Cuando el doctor Usui despertó ya era mediodía. Recordaba todo lo que había sucedido. Después de que la luz lo golpeó fue rodeado por colores hermosos y sensaciones agradables, seguidos por una gran luz que llenaba todo el espacio —la naturaleza de sabiduría, compasión y felicidad. Dentro de esta luz aparecieron grandes burbujas transparentes, cada una contenía los símbolos sánscritos que había encontrado en los textos budistas. A medida que memorizaba el contenido de una burbuja, ésta se alejaba y aparecía la siguiente. El cuerpo, el habla, la mente de Usui fueron dotados con la energía y la simbología del reiki, y de este modo entendió el significado completo de cada símbolo.
Este conocimiento surgió de manera espontánea, era casi como si el dador y el recibidor fueran de la misma naturaleza. Parecía haber sólo olvidado temporalmente esta verdad interior, y ahora la recordaba desde lo más profundo de su ser. Luego decidió llamar a este conocimiento reiki, o energía vital universal.
Cuatro milagros del Reiki
La emoción del doctor Usui fue muy profunda, se sentía privilegiado por lo que había sucedido. Quiso regresar rápidamente al monasterio para compartir sus experiencias con el abad, quien lo había ayudado tanto en su búsqueda.
En su afán por regresar lo más pronto posible al monasterio y contarle su descubrimiento al abad, el doctor Usui se tropezó contra una roca y se lastimó el pie. Como su dedo sangraba dolorosamente, se sentó y sostuvo el pie con sus manos. La herida sanó instantáneamente. Éste fue el primer milagro curativo del reiki.
En su viaje de regreso se detuvo en un café ubicado al borde de la vía, y ordenó una gran comida. Al comienzo el cocinero se rehusó a servirle, observando que el doctor acababa de terminar un largo ayuno, y afirmando que tal cantidad de alimento lo enfermaría. Pero el doctor Usui insistió y posteriormente no sintió ningún efecto adverso. Éste fue el segundo milagro del reiki. La comida fue llevada por la nieta del cocinero, quien padecía un gran dolor a causa de un diente infectado. El doctor Usui preguntó si podía tocar el área inflamada, y luego de hacerlo se detuvo el dolor y la hinchazón desapareció inmediatamente. Éste fue el tercer milagro curativo. El doctor Usui sentía un gran regocijo y continuó su viaje al monasterio para compartir las buenas noticias.
En el monasterio, los monjes le dijeron que el abad se encontraba en su habitación enfermo de artritis. Usui se bañó y se vistió con ropa limpia para visitarlo. El abad se alegró mucho al verlo y al oír acerca de su descubrimiento y le pidió una demostración, la cual inmediatamente alivió su dolores. Discutieron cómo el doctor Usui podría usar su don de curación, y quiénes serían las personas más necesitadas del reiki.
El doctor Usui decidió vivir en los barrios bajos de Kyoto, donde podría ofrecer su ayuda a pobres y desamparados. Luego, en el momento apropiado, los ayudaría a encontrar trabajo y enviaría al monasterio a algunos de los más jóvenes, donde serían entrenados por los monjes en habilidades útiles para ellos. El abad apoyó mucho las intenciones del doctor Usui pero le recordó: “Debes sanar por completo a la persona, una curación temporal del cuerpo y la mente no es suficiente; todos deben buscar sinceramente un cambio interior positivo y duradero, antes de que sea posible una curación permanente”.
Una valiosa lección
El doctor Usui practicó y enseñó varios años el reiki en las áreas más pobres de Kyoto, y aunque con frecuencia se burlaban de su intención por ayudar, no abandonaba su labor, ya que muchas personas parecían beneficiarse del reiki. Sin embargo, después de algún tiempo empezó a observar a algunos de sus primeros estudiantes pidiendo de nuevo limosna en las calles; les preguntó por qué lo estaban haciendo. Ellos le respondieron que trabajar y ganarse la vida era mucho más duro que salir a pedir limosna cada día. Aunque habían podido ayudarse a sí mismos, carecían del esfuerzo o deseo de continuar mejorando o manteniendo la posición que habían alcanzado.
Al descubrir esto el doctor Usui se desanimó, abandonó su misión, y se retiró a meditar sobre lo que había sucedido. Pensó en los monjes y el énfasis que ellos daban a la disciplina moral; el autodesarrollo y la ética espiritual, y se dio cuenta de que esto era lo que faltaba en su ministerio con los mendigos. Parecía que el reiki los había ayudado a ver que era posible una forma de vida diferente, y había inicialmente ayudado a producir cambios positivos físicos y mentales. Sin embargo era débil el deseo de estas personas por mantener dichos cambios, o no estaba basado en una fuerte y constante intención de mejorar por sí mismos.
Por consiguiente disminuyó el ímpetu de la moralidad mejorada y las actitudes que habían alcanzado, y fueron atraídos de nuevo por el deseo de sus antiguos hábitos profundamente arraigados. Esto no era un juicio de cómo deberían haber vivido los mendigos, todos tenemos el derecho de decidir nuestro propio camino en la vida, y efectivamente muchos de esos primeros pacientes, que lo intentaron sinceramente, pudieron transformar sus vidas de manera permanente con la ayuda del reiki. De este modo el doctor Usui tenía que examinar completamente su proposición para compartir el reiki con otras personas, y después de meditar aún más, introdujo los cinco principios del reiki como parte de su práctica:
1.No se enoje hoy.
2.No se preocupe hoy.
3.Sea agradecido hoy.
4.Trabaje duro hoy (práctica meditativa).
5.Sea bueno con los demás hoy.
NOTA: éstos son los principios enseñados por muchos maestros de reiki occidentales, son muy similares a la versión japonesa, originalmente atribuida al emperador Meiji (1868-1912). En la inscripción conmemorativa del doctor Usui son llamados los cinco principios del emperador Meiji.
Una linterna en la oscuridad
El doctor Usui admitió que tenía que encontrar personas con un verdadero deseo de mejorar sus cualidades interiores además de su calidad de vida. Decidió viajar por todo Japón para enseñar reiki, lo hacía donde encontraba gente tratando de crear una mejor vida, y buscando una oportunidad para aprender y crecer.
Al llegar a una ciudad solía caminar durante el día llevando una linterna prendida. La gente se reía de él, y le preguntaban por qué lo hacía. Al ganar la atención de las personas decía: “Todo lo que veo es oscuridad, si desean aprender más acerca de su luz interior deberían venir a mi charla y demostración esta noche”. Luego contaba la historia del reiki y realizaba curaciones; ésta fue la forma en que muchas personas se unieron al reiki en Japón.
El reiki llega a Occidente
A mediados de los años veinte, el doctor Usui conoció al doctor Chujiro Hayashi, un oficial naval reservista de 47 años. El doctor Hayashi había pasado la mayor parte de su vida laboral en las fuerzas armadas, pero por mucho tiempo había mantenido interés por el camino espiritual y las artes curativas. Hayashi debió impresionarse por la pacífica pero poderosa presencia del doctor Usui, su gran sabiduría y auténtica compasión. Después de practicar y experimentar el reiki por algún tiempo bajo la conducción del doctor Usui, Hayashi decidió dedicar el resto de su vida a la práctica y la enseñanza de esta técnica.
Se dice que el doctor Usui y el doctor Hayashi trabajaron juntos para desarrollar la “forma efectiva del reiki”, esto es, cómo dar mejor los tratamientos, las doce posiciones de las manos, los diferentes grados de entrenamiento y cómo enseñar el reiki. El legado del doctor Hayashi es un sistema de curación que tiene gran claridad, fuerza y simplicidad, y que nos permite mantener la esencia de la intención del doctor Usui. Esta combinación de esencia y forma crea una clara configuración de cómo practicar y enseñar reiki, de tal manera que practicantes de futuras generaciones puedan experimentar la esencia de este sistema y practicar la forma como fue dada a otros hace muchos años. El planeta entero se beneficia a medida que más personas adoptan el reiki; niveles más profundos y claros de conciencia y entendimiento surgen naturalmente en la mente de quienes buscan una solución a los problemas personales y globales, pero esta continuidad de curación global sólo será posible si podemos mantener la forma del reiki cerca a la intención del doctor Usui.
Después de la muerte del doctor Usui se dice que el doctor Hayashi se convirtió en el segundo gran maestro de reiki. El doctor Usui fue enterrado en un templo cercano a Kyoto, con la historia de su vida escrita sobre una piedra conmemorativa (ver la traducción al final de este capítulo). Se dice que la tumba fue honrada por el emperador de Japón.
Una nueva era para el reiki
El doctor Hayashi dirigió una muy exitosa clínica de reiki en Tokio junto con otros practicantes hasta 1940. Durante este tiempo enseñaba y daba reiki a muchas personas, y mantenía registros detallados de todos sus casos. Hacia finales de los años treinta, Hayashi tuvo una serie de intuiciones respecto a la inminente Guerra Mundial, y cómo afectaría su vida y el futuro del reiki. Debido a su anterior servicio militar; no podía evitar ser llamado de nuevo a las filas. Incapaz de reconciliar su vida de curador con la posibilidad de hacer daño a otras personas, y entendiendo que la potencial guerra haría incierto el futuro del reiki en Japón, decidió otorgar el título de gran maestro a alguien que pudiera continuar su trabajo en otra parte. Eligió a Hawayo Takata como la tercer gran maestra de reiki. La señora Takata era una experimentada y respetada maestra de reiki que practicaba en Hawái, y hasta lo que sabemos, fue la primera persona que llevó esta técnica más allá de las costas de Japón —una decisión que simbolizaba la confianza depositada en ella por el doctor Hayashi.
En la parte final de su vida, el doctor Hayashi enseñó a la señora Takata todo lo que había aprendido del doctor Usui, y de su propia experiencia. El día de su muerte reunió a sus parientes cercanos, les dijo adiós, y los dejó con mensajes personales especiales. Se sentó en la postura japonesa tradicional, meditó, y oró durante un corto tiempo. Luego respiró profundamente y murió. El doctor Hayashi, al igual que su maestro Usui, fue un gran hombre. Juntos fueron responsables de la creación y expansión de uno de los más sencillos, profundos, y completos sistemas de curación que hemos conocido.
La historia de la señora Takata
Hawayo Takata nació en Hawái en 1900, era estadounidense de padres japoneses. Cuando tenía 29 años su esposo murió y ella quedó sin dinero para criar sus dos pequeñas hijas. A la edad de 35 años tuvo graves problemas de salud, había perdido mucho peso y estaba muy afligida por la muerte de varios miembros de su familia. En el otoño de 1935, después de haber llegado casi al fin de su resistencia, y siguiendo la oración y la búsqueda interior, tuvo una clara intuición de que la respuesta a sus problemas podía ser encontrada en Japón.
Desesperada, aunque confiada de que su intuición provenía de Dios, viajó a Tokio a ver un doctor amigo en un hospital. Después de muchas pruebas, se le informó que la única esperanza era la cirugía. Ella tuvo la clara intuición antes de la operación de que ésta no sería necesaria y que conocería otra forma de tratamiento. En la consternación de doctores y enfermeras rechazó la anestesia y abandonó su cama. Mientras salía del hospital le preguntó a su doctor amigo si conocía otro tratamiento, y él le mencionó la clínica de reiki del doctor Hayashi.
La señora Takata visitó al doctor Hayashi, a pesar de su inicial escepticismo respecto al reiki y su simple uso de las manos, decidió continuar tratamientos regulares con él. Para su sorpresa y agrado, su salud empezó a mejorar cada vez más hasta que cesaron todos sus problemas.
El reiki fuera de Japón
La vida de la señora Takata se había transformado tan completa y maravillosamente gracias al reiki, que ella en agradecimiento deseaba aprender la técnica para compartirla con otras personas. Preguntó al doctor Hayashi si le podía enseñar reiki para practicarlo en Hawái. Este sistema no había sido utilizado fuera de Japón, y el doctor Hayashi pudo haberse preguntado si permanecería fiel a la intención del doctor Usui cuando fuera interpretado por otra cultura.
Sin embargo debe haberse dado cuenta de que el reiki estaba destinado a extenderse fuera de Japón, así que aceptó la petición de la señora Takata, con la condición de que permaneciera en Japón como practicante aprendiz durante un año. A lo largo de su entrenamiento aprendió a tratarse a sí misma, a dar reiki a otras personas y a desarrollar una profunda relación personal con el reiki, para que con el tiempo necesitara menos ayuda del doctor Hayashi y adquiriera más confianza en su propia sabiduría, intuición y experiencia. El doctor Hayashi estaba muy satisfecho con el progreso de la señora Takata durante el periodo de aprendizaje, y justo antes de que ella regresara a Hawái, la inició en el segundo grado de reiki.
Convirtiéndose en maestra
Después de que la señora Takata desarrolló exitosamente la práctica del reiki en Hawái durante dos años, invitó al doctor Hayashi a que la visitara a principios de 1938. Hayashi estaba muy impresionado con lo que ella había alcanzado, y cómo había respetado y enfatizado el linaje y la tradición cultural del reiki. Durante esta visita la señora Takata fue iniciada como maestra de reiki.
Hayashi reconoció el entendimiento natural de la señora Takata y su empatía hacia el sufrimiento de los demás que se originó por las experiencias difíciles de su propia vida. Durante los años siguientes también reconoció su integridad profesional, honestidad y apreciación del valor y el potencial del reiki como técnica curativa y como herramienta para el crecimiento personal y espiritual. A menudo pensaba que Hawayo Takata sería la persona ideal para proteger y seguir el linaje del reiki.
En 1941, no mucho antes de su muerte, aunque le había enseñado a otros maestros, Hayashi decidió que debido a su completa dedicación y gran ejemplo del reiki “viviente”, la señora Takata debería sucederlo como el tercer gran maestro. Después de la muerte del doctor Hayashi, ella continuó practicando y enseñando la técnica en Hawái durante muchos años. Fue a partir de sus setenta años, cuando se sintió segura de que sus estudiantes estaban listos para recibir, y ella y el reiki listos para dar, cuando comenzó a entrenar maestros de reiki.
La cuarta gran maestra de Occidente
Hawayo Takata murió el 11 de diciembre de 1980, después de haber enseñado a veintidós maestros en Estados Unidos y Canadá. Su nieta Phyllis Lei Furomoto se convirtió en la cuarta gran maestra de reiki, y aún sostiene este título. Cuando Phyllis era niña ayudaba a su abuela a dar tratamientos de reiki, por ello esta técnica se convirtió en parte de su vida diaria. En cierto sentido, este temprano vínculo con la señora Takata fue el comienzo de su viaje y aprendizaje para un día convertirse en gran maestra. A medida que se hacía mujer el reiki sólo era una presencia obvia en su vida, y llevó una vida personal y profesional como cualquiera. Aunque la señora Takata frecuentemente hablaba de su trabajo con el reiki, fue hasta que Phyllis tenía más de treinta años que consideró la petición de su abuela de viajar y practicar la técnica con ella.
La decisión de hacer esto fue un punto crucial en la vida de Phyllis. Pasaban mucho tiempo juntas como colegas, practicando y hablando y discutiendo acerca del reiki. A veces discrepaban en sus ideas sobre la vida y el trabajo con este sistema curativo. Esta relación y el respectivo proceso de aprendizaje mutuo continuaron incluso durante algún tiempo después de la muerte de la señora Takata, pues Phyllis sintió frecuentemente su fuerte y pacífica presencia. Sus diferencias y discusiones como maestras de reiki fueron una fuente de conocimiento y autodescubrimiento, y tal vez sirvieron para dar confianza a Phyllis en sus propias ideas en su camino a convertirse en una gran maestra.
Una comunidad mundial de reiki
El conocimiento global del reiki es transmitido oralmente gracias a las experiencias positivas de muchas personas, es un proceso de crecimiento natural. El deseo de la señora Takata era que el reiki fuera una técnica de curación conocida ampliamente alrededor del mundo, y a su vez respetada. El cumplimiento de su deseo ha reformado hasta cierto punto el papel de gran maestro. Actualmente los grandes maestros occidentales no son sólo testaferros espirituales con la responsabilidad de preservar el linaje, sino más bien guías que, por ejemplo, pueden estimular y permitir que practicantes individuales, grupos y la comunidad de reiki en general puedan encontrar, desarrollar y establecer sus propios procesos naturales de crecimiento y orden.
En años recientes, debido a que el reiki se ha hecho popular en todo el mundo, Phyllis ha compartido sus responsabilidades con Paul Mitchell. También estudiante de la señora Takata y conocido y respetado como maestro de reiki, Paul tiene mucha experiencia y habilidad natural para expresar y comunicar la “forma” del reiki tradicional desde una perspectiva occidental. Este mayor énfasis en la forma ha surgido en respuesta al número y la diversidad de personas y culturas que ahora practican este sistema, y a la posibilidad que con el tiempo, sin una forma, podemos de algún modo diluir o perder la habilidad para valorar, alcanzar y recibir la esencia del reiki.
Tal vez podemos ver el reiki como un árbol, las ramas representan la forma y la savia la esencia. Estos componentes tienen una dependencia mutua para su crecimiento continuo y saludable. Para mantener y proteger la habilidad de alcanzar el reiki, la forma simple nos da una guía (o marco) común sobre un nivel consciente que los maestros pueden transmitir a los estudiantes similarmente.
Phyllis y Paul se ayudan y complementan entre sí, viajando como un equipo y como individuos, compartiendo su conocimiento y ejemplo de vivir con el reiki y ayudar a establecer grupos de maestros capaces de comunicar la esencia y la forma de este sistema dentro de sus propias comunidades y culturas. Este proceso de conocimiento parece ser el mensaje que Phyllis y Paul están dando por medio de su trabajo.
Reiki japonés: un nuevo comienzo
Muchos aspectos de la historia tradicional del reiki han sido cuestionados, mientras que la nueva información acerca de sus orígenes, de acuerdo con la práctica japonesa, se ha convertido en aire fresco para los seguidores de este sistema alrededor del mundo. Parece que hemos abierto las ventanas para permitir que la energía entre y nos transporte a un nuevo nivel de conciencia. Tales cambios a menudo traen conflictos menores o diferencias de opinión, pero esto sólo puede ser positivo si recibimos abiertamente las nuevas ideas y el crecimiento interior.
El siguiente es un artículo realizado por Frank Arjava Petter, muy conocido por su trabajo de descubrir y presentar información concerniente a las raíces del reiki y su práctica actual en Japón. Los puntos de vista que él expresa nos ofrecen una perspectiva diferente y tal vez más clara acerca del linaje del reiki en Occidente.
Reiki: ¿quién está a cargo?
Por Frank Arjava Petter
He tenido la oportunidad de vivir en Japón y dar clases de reiki desde 1993. Con la ayuda de mi esposa japonesa, Chetna, y Shizuko Akimoto, un maestro de reiki japonés, he contactado a varias personas que aprendieron reiki gracias a las enseñanzas de los primeros estudiantes del doctor Usui, además de miembros de la familia de este gran maestro y los integrantes del Usui Shiki Ryoho de Tokio. Durante estos encuentros discutimos la historia del reiki y la manera como se practica en Japón. Por medio de la información que estas fuentes me ha proporcionado he aprendido muchas cosas interesantes acerca de esta valiosa técnica, que no se conocen aún en Occidente.
Durante muchos años hemos estado observando la historia del reiki desde un punto de vista occidental. Esta historia ha tenido algunas limitantes, y a causa de las barreras culturales e idiomáticas, no fueron verificadas muchas de las ideas de la versión occidental. La vida del doctor Usui, o Usui Senséi, como es llamado por sus seguidores en Japón, fue nublada por un carácter místico. Debido a esto ha surgido información errónea acerca de Usui Senséi y su vida. Recientemente se ha originado de nuevo la pregunta de quién es el verdadero sucesor de Usui Senséi, y por tal razón me gustaría aclarar las cosas.
Después de la muerte de Usui Senséi, el 9 de marzo de 1926, el Usui Shiki Ryoho, que fundó y presidió, había tenido cinco presidentes secuenciales, los únicos y verdaderos sucesores de Mikao Usui. El primer sucesor fue el señor Ushida, quien tomó las responsabilidades después que Usui Senséi murió. El segundo fue Iichi Taketomi, el tercero Yoshiharu Watanabe, el cuarto fue el señor Wanami, y actualmente está al mando la señora Kimiko Koyama.
El título de gran maestro no fue ni es usado en el Usui Shiki Ryoho, o Usui Kai como es llamado ahora. Por consiguiente este título nunca fue otorgado a Chujiro Hayashi, como actualmente se cree en Occidente. El único sucesor de Usui Sensei fue el señor Ushida, en 1926. Hayashi fue uno de los muchos discípulos respetados de Usui Sensei, pero no más ni menos que eso. En aquellos tiempos los discípulos como el señor Hayashi, a quienes el presidente les otorgaba el estatus de profesor, a menudo tenían sus propios pupilos.
Ésta es la razón por la que hay tantas corrientes diferentes de reiki fluyendo por todo Japón. Sin embargo, no hay cuestionamiento alguno sobre el actual liderazgo de Kimiko Koyama.
La verdad acerca del genuino sucesor de Usui Senséi no fue conocida en Occidente por una razón bastante simple. Hace años escuchamos por el teléfono de un miembro del Usui Kai que no estaban interesados en el reiki de países extranjeros. Esta actitud explica por qué los registros nunca fueron oficializados como verdaderos. Los japoneses generalmente son más tolerantes, mucho más que los occidentales. Cuando llueve, llueve, y cuando brilla el sol, brilla el sol. Usualmente no tienen interés alguno por las cosas que suceden en el extranjero. Esto involucra la destrucción ambiental, las guerras internacionales, la política, y por supuesto el reiki, y las mentiras que circulan acerca de él. Se han cometido tantos abusos en nombre del reiki, que no es de sorprenderse que los miembros del Usui Kai guarden sus conocimientos para ellos.
Sin embargo, no soy japonés ni tengo carácter pasivo, pero me apasiona la verdad. Ésa es la razón por la que deseo dar la información anterior para todos ustedes. El reiki es energía pura, sin importar qué etiqueta se le ponga. No hay un reiki bueno o malo; la energía no tiene atributos morales y nunca puede ser apropiada por alguien. Es un derecho que obtenemos al nacer, y por consiguiente es libre como el viento.
En este espíritu de amor, luz y unidad, les deseo a todos lo mejor en su camino hacia la verdad, desde Japón con amor.
(Frank Arjava Petter es un maestro de reiki radicado en Japón; es el autor de Reiki Fire.)
¿Dónde seguir?
El artículo de Petter muestra una información nueva acerca de las raíces del reiki. Sus ideas y observaciones sirven para acentuar la pasión que muchos practicantes sienten con respecto al futuro del reiki, y para que conozcamos mejor la forma, el linaje y la pureza de la práctica. Información más clara acerca de la historia del reiki será invaluable para ajustarnos a las intenciones del doctor Usui y a la esencia de este sistema. Sin embargo, muchas de las respuestas a estas preguntas yacen con el practicante individualmente, pues a fin de cuentas son cambios personales y por consiguiente oportunidades para el crecimiento personal.
El siguiente artículo, realizado por la inglesa Mary Ellis, una maestra de reiki independiente, muestra esto de manera más detallada.
Integridad del reiki, ¿somos reiki?
Por Mary Ellis
La actual confusión y el fuego cruzado, en algunos casos que involucran pleitos entre maestros, han marcado un tiempo de profunda y a veces dolorosa reevaluación de mi propio aprendizaje y desarrollo por medio de la experiencia con el reiki.
Me encontré con este sistema en 1992. Fui a una charla introductoria, y durante la noche colocamos nuestras manos en el chakra del corazón, y fue como si hubiera llegado a casa. Sabía que sin importar lo que el reiki fuera, sería bueno para mí. Con un entendimiento intuitivo más profundo supe que esta técnica era todo lo que necesitábamos para curarnos a nosotros mismos y curar a los demás, permitiendo que el reiki fluya a través de nosotros.
El reiki es amor; más que la curación manual, externa y visible, es la esencia de un amor incondicional. Si pudiéramos encarnar este amor, darlo a los demás y a nosotros mismos, no habría necesidad del reiki o cualquier otro tipo de curación, pues no existirían las enfermedades, ni tampoco habría temor, ira, codicia, dolor, terror y desesperación, ya que el amor es la ausencia de todo eso.
Puedo recordar los pasos graduales de mi iluminación durante los pasados cinco años, el sutil y constante cambio de alguien que por temor solía empujar y en ocasiones intimidar a los demás para que se hiciera su voluntad. Estaba tan desesperada por obtener lo que creía que necesitaba para realizarme, ser feliz, y encontrar seguridad, paz y amor.
La polaridad de confusión es claridad. En la reunión de la Asociación de Reiki en 1994, Phyllis Lei Furomoto estaba muy consciente de que no deberíamos permitir que la confusión nos cegara ante la verdad del reiki. El reiki siempre está presente, sin importar quién realiza el tratamiento y quién lo recibe. No puede ser cuantificado y estructurado racionalmente; su sencillez define que sólo “existe”, y cuando es dado para curación fluye de sí mismo en la cantidad apropiada de acuerdo con la necesidad. Cuando podamos hacer que un cambio en la conciencia permita que nuestro corazón armonice con nuestra divinidad, cuando nuestro ego se convierta en el servidor del alma, entonces el reiki será más poderoso. En realidad es enorme el potencial de esta energía para curar y hacer el bien, mucho mayor que nuestra limitada percepción.
La confusión nos fuerza a todos a observar nuestros corazones, a cuestionar nuestra integridad. Esta presente confusión tiene un propósito; como maestros y practicantes del reiki, es para nosotros un desafío personal y colectivo buscar claridad, para reconocer y ser nuestra propia verdad; ¿practicamos reiki o somos reiki?
Mientras la realidad se descubre, la tradición occidental del reiki tiene tres elecciones: ajustarse al linaje japonés, aferrarse a nuestra historia y linaje tradicional, o encontrar un punto medio que permita que estos dos aspectos crezcan gradualmente en un movimiento, reconociendo y valorando las similitudes y diferencias.
¿Necesitamos un gran maestro? Para quienes lo necesitan, tenemos uno muy bueno; pero igualmente está bien que algunos no lo requieran. De hecho muchas personas están de acuerdo en que Phyllis Furomoto es excelente en ese papel. Si queremos una historia del reiki precisa, y un conocimiento profundo de las intenciones originales del doctor Usui, entonces la traducción de la historia de la piedra conmemorativa es perfecta.
La inscripción sobre esta piedra fue escrita anónimamente por uno de los discípulos cercanos del doctor Usui. En una sección dice: “Incluso ahora, después de la muerte del doctor Usui, el reiki se extenderá hasta muy lejos durante un largo tiempo”. Según esto debe haberse dado cuenta que algún día muchas personas leerían sus palabras acerca del doctor Usui y el reiki. Por consiguiente podemos asumir que escogió de manera cuidadosa sus palabras, y que efectivamente éstas son sinceras y precisas.
En la parte final de la inscripción el escritor dice: “Me pidieron que escribiera estas palabras para ayudar a mantener vivo el gran trabajo del doctor Usui”. Esto nos da una indicación del poder de la inscripción y su relevancia para practicantes, y especialmente maestros de reiki. Leer constantemente esta inscripción, y meditar en su significado, puede ayudarnos a crear un vínculo cercano con el doctor Usui, y entender qué hace “exitoso” a un practicante o maestro de reiki.
La siguiente es la inscripción que se encuentra originalmente en la tumba del doctor Mikao Usui, fundador del reiki. La tumba se encuentra en el templo Saihoji, en el distrito de Tayotama en Tokio, Japón.
Inscripción conmemorativa al doctor Usui
Quien estudia duro (esto es, practica meditación) y trabaja asiduamente para mejorar el cuerpo y la mente, con el fin de convertirse en un mejor individuo, es llamado “un ser de gran espíritu”. Las personas que usan el gran espíritu con un propósito social, esto es, para enseñar a muchas personas el camino correcto y hacer el bien común, son llamados “maestros”. El doctor Usui fue uno de ellos. Él enseñó el reiki del universo (energía universal). Innumerables personas llegaron a él para ser curadas y aprender el camino del reiki.
El doctor Usui nació en el primer año del periodo Keio, llamado Keio Gunnen, el 15 de agosto de 1864. Su primer nombre era Mikao y el otro es pronunciado Gyoho (o Kyoho1). Su nacimiento fue en la aldea de Yago, en el barrio Yamagata de la prefectura Gifu. El nombre de su ancestro es Tsunetane Chiba.
El nombre de su padre era Uzaemon, y el de la familia de su madre era Kawaai. De lo que se conoce, era un estudiante talentoso y trabajador. Siendo adulto viajó a varios países occidentales y a China para estudiar. Trabajó arduamente, pero en cierto punto corrió con mala suerte. Sin embargo no renunció y se capacitó por sí mismo. Un día se dirigió al monte Kurama para ayunar y meditar en un retiro de veintiún días. Al final de este periodo sintió repentinamente la gran energía del reiki en la parte superior de su cabeza, lo que guio a este sistema curativo. Primero usó el reiki en sí mismo, luego lo ensayó en su familia. Debido a que funcionó bien en diversas enfermedades, decidió compartir su conocimiento con la gente. Él abrió una clínica en Harajuku, Aoyama, Tokio, en abril del undécimo año del periodo Taisho (1921). No sólo ofrecía tratamiento a innumerables pacientes, de los cuales algunos llegaban de muy lejos, también realizaba talleres en los que transmitía su conocimiento. En septiembre del duodécimo año del periodo Taisho (1923), el devastador terremoto de Kanto sacudió a Tokio. Como resultado de esta catástrofe miles de personas murieron, quedaron heridas o se enfermaron. El doctor Usui lloró por su gente, pero también llevó el reiki a la devastada ciudad y usó sus poderes curativos en los sobrevivientes. Su clínica pronto se hizo pequeña para atender la multitud de pacientes, así que en febrero del año catorce del periodo Taisho (1924), construyó una nueva fuera de Toldo, en Nakano.
Su fama se extendió rápidamente por todo Japón, y se iniciaron las invitaciones a aldeas y ciudades distantes. Una vez fue a Kure, en otra ocasión visitó la prefectura de Hiroshima, y luego fue a la prefectura de Saga y a Fukuyama. Durante su estadía en esta última ciudad sufrió una fatal apoplejía, el 9 de marzo del año quince del periodo Taisho (1926). Tenía 62 años.
El doctor Usui tuvo una esposa llamada Sadako, cuyo nombre de soltera fue Suzuki. Tuvieron un hijo y una hija. El primero, Fuji Usui, tomó los negocios de la familia después de la muerte de su padre. El doctor Usui era un hombre muy cálido, sencillo y humilde. Era físicamente saludable y bien proporcionado. Nunca hacía alarde de sus logros y siempre tenía una sonrisa en la cara; también fue muy valiente en momentos de adversidad. Al mismo tiempo era una persona muy prudente. Tenía muchos talentos. Disfrutaba leer, y era extenso su conocimiento sobré medicina, psicología, adivinación y teología de religiones de todo el mundo. Este viejo hábito de estudiar y recoger información desde luego le ayudó a descubrir el camino hacia la perfección y el entendimiento del reiki. (Creo que esto se refiere a su experiencia en el monte Kurama). El reiki no sólo cura enfermedades, también mejora habilidades innatas, equilibra el espíritu, hace saludable el cuerpo, y de este modo ayuda a alcanzar la felicidad. Para que enseñe esto a los demás, usted debe seguir los cinco principios del emperador Meiji y cimentarlos en su corazón.
Deben ser expresados diariamente, una vez en la mañana y otra al anochecer:
1.No se enoje hoy.
2.No se preocupe hoy.
3.Sea agradecido hoy.
4.Trabaje duro hoy (práctica meditativa).
5.Sea bueno con los demás hoy.
El objetivo final es entender el antiguo método secreto para lograr felicidad (reiki), y de este modo descubrir una cura para muchas enfermedades. Si sigue estos principios llegará a tener la gran tranquilidad mental de los antiguos sabios. Para que empiece a diseminar el sistema reiki, es importante que su punto de partida sea un lugar cercano a usted (usted mismo), no comience desde algo distante como la filosofía o la lógica.
Siéntese tranquila y silenciosamente cada mañana y cada noche, con sus manos dobladas en el Ghasso o Namaste. Siga los grandes principios, y sea limpio y tranquilo. Trabaje sobre su corazón y haga cosas desde el calmado espacio dentro de usted. Cualquiera puede tener acceso al reiki, pues comienza en el interior de la persona. Los paradigmas filosóficos están cambiando el mundo. Si el reiki puede extenderse por todo el planeta, tocará el corazón humano y la moral de las sociedades. Será útil para muchos, y no sólo curará enfermedades, sino también la tierra como totalidad. Más de 2 000 personas aprendieron reiki a partir del doctor Usui. Otros lo recibieron de sus discípulos superiores, y extendieron aún más dicha técnica. Incluso ahora, después de la muerte del doctor Usui, el reiki se extenderá durante mucho tiempo. Es una bendición universal haber recibido este sistema y poder transmitirlo a los demás.
Muchos de los estudiantes del doctor Usui convergieron para construir este monumento conmemorativo aquí en el templo Saihoji, en el distrito de Toyotoma.
Se me pidió que escribiera estas palabras para ayudar a mantener vivo este gran trabajo. Aprecio profundamente su labor y me gustaría decirles a todos sus discípulos que estoy honrado por haber sido escogido para esta tarea.
Muchos podrán entender el gran servicio que brindó al mundo el doctor Usui. Su inscripción conmemorativa es reproducida con el amable permiso de sus autores: Frank Arjava Petter, autor de Reiki Fire, y su esposa, Chetna M. Kobayashi. La traducción original del japonés tradicional al contemporáneo fue hecha por Masano Kobayashi, madre de Chetna. Muchas gracias a ellos por su especial trabajo.
1 El nombre del doctor Usui puede haber cambiado, pues era una antigua costumbre japonesa que el maestro diera un nuevo nombre a su estudiante para romper la continuidad con el pasado y comenzar de nuevo. A veces el estudiante mismo adoptaba otro nombre.