Yo no juego sólo para mí, no te voy a engañar. Al final a mí me gusta mucho lo que hago, pero cuando veo a tanta gente que me anima alrededor del mundo, de alguna manera también juego para ellos. Porque al final uno siente una responsabilidad. No hay ninguna duda de que la autoexigencia que tengo sobre mí mismo normalmente es superior a la exigencia que siento por los demás. Normalmente, como siempre he tenido una autoexigencia muy alta, no me han generado un extra de presión o de inquietud las expectativas que puedan tener desde fuera sobre mí. Cuando uno hace todo lo que puede, no está obligado a más. Yo lo que me exijo siempre es tener un buen comportamiento, esforzarme y estar ahí hasta el final. ¿Las cosas van bien? Fantástico. ¿Las cosas van mal? Pues te quedas triste por un tiempo, pero uno sabe que ha hecho todo lo que ha podido, y si el otro ha sido mejor, le felicitas y a lo siguiente. A trabajar para intentar la próxima vez ser mejor.
RAFAEL NADAL, Entrena tu fuerza mental
Sin todas las personas que han estado a mi lado, nada de esto habría sido posible.
RAFA NADAL
Ni siquiera en un deporte considerado individual como el tenis el jugador está solo. «Rafa Nadal» no es una sola persona per se, sino un equipo que vibra con él, con el que comparte las victorias y sufre las derrotas.
El equipo técnico de Rafa Nadal lo configuran «los siete magníficos»:
Me veo en línea ascendente. [...] Cuando me despierto no siento ese dolor que tuve.
RAFA NADAL, antes de Wimbledon 2022
Rafa Nadal es una persona especialmente familiar, por lo que sus padres, Sebastián y Ana María, su hermana María Isabel (tres años menor que él) y su esposa Mery Perelló (con la que se casó en 2019, después de catorce años de relación estable) resultan esenciales en su vida personal y en su carrera profesional, para cimentar su espíritu de lucha y superación.
Nosotros nos habíamos preparado durante años para destronar a Federer. Sin embargo, llegó una nueva generación de jugadores, liderada por Djokovic, que nos puso las cosas aún más difíciles.
TONI NADAL, recordando el año 2005,
cuando Rafa tenía diecinueve años
Simon Sinek, gurú del liderazgo, ha acuñado el concepto de worthy rivals (rivales que merecen la pena). Rivales de los que se aprende. «En el deporte, puedes tener un rival al que ganas o te gana. Pero el mundo de las organizaciones no es así, no se da que ganes o pierdas de forma automática. Del mundo de la estrategia ha quedado esto de vencer al rival, como en el campo de batalla, pero los rivales pueden hacer varias cosas mejor que tú. Y puedes aprender de ellos.»
Microsoft estaba obsesionado con batir a Apple. La compañía de la manzana estaba obsesionada con alcanzar la mejor versión de sí misma. La diferencia de foco es importante. Probablemente la compañía fundada por Bill Gates hiciera mejores productos, pero eso a Apple no le importaba, porque estaba centrada en la innovación y en sus clientes.
A aquellos que consideran que aprender de los rivales no es «bueno para los negocios», Simon Sinek les advierte que «no han entendido nada, porque los mejores jugadores del mundo empresarial juegan por el bien de todo el juego, por ampliar la confianza, ser la organización de referencia... y eso te hace más rentable y sostenible». Es lo que Sinek llama «el juego infinito», frente a la mentalidad cortoplacista.
Rafa Nadal lo ha entendido muy bien a lo largo de su carrera deportiva, en la que ha coincidido con otras dos leyendas: el suizo Roger Federer (Basilea, 1981), el mejor tenista de la historia en pistas de hierba, y el serbio Novak Djokovic (Belgrado, 1987). Veinte Grand Slam ganados en el caso del helvético, veintiuno en el del balcánico. Este trío de gigantes del deporte han cosechado juntos la friolera de sesenta y tres Grand Slam. Teniendo en cuenta que se juegan cuatro al año —Australia sobre cemento, Roland Garros sobre tierra batida, Wimbledon sobre hierba y el US Open sobre cemento—, estamos hablando de década y media de dominio absoluto de este triunvirato.
Y es que los genios parecen venir de tres en tres. Pintores renacentistas como Leonardo, Miguel Ángel y Rafael. Filósofos griegos como Sócrates, Platón y Aristóteles. Músicos como Beethoven, Mozart y Chopin. Escritores como Cervantes, Shakespeare y Dante. Genios militares como Alejandro Magno, Julio César y Napoleón. Científicos como Darwin, Einstein y Newton. Tenistas como Nadal, Federer y Djokovic.
«Para que una rivalidad alcance una dimensión planetaria es necesario algo más que unos contendientes de altísimo nivel», ha escrito el periodista deportivo Carlos Báidez en Big Three. «Se necesita además un contraste de estilos y personalidades que potencie las diferencias y obligue al aficionado a posicionarse. Federer, Nadal y Djokovic no podrían ser más diferentes y, sin caer en el estereotipo, son en muchos sentidos estupendos representantes del carácter de sus respectivos países. Federer es frío, elegante y preciso, no sólo jugando, sino también fuera de las pistas. Suiza en formato tenista. Radicalmente opuesto es Nadal, con una personalidad espontánea, alegre y apasionada, cualidades muy españolas y mediterráneas, que lo acercan más a Djokovic, un perfecto ejemplo de la determinación y la capacidad de aprendizaje y adaptación del pueblo serbio.»
Dicen los expertos que Roger Federer es el jugador de tenis mejor dotado que nunca haya existido, con un estilo casi perfecto y unos recursos inagotables. El «mago de Basilea» llegó a lo más alto cuando Pete Sampras llevaba seis años dominando este deporte. Ocho Wimbledon, ocho ATP Final, seis Open de Australia, cinco US Open. Trescientas diez semanas como número 1 del mundo, 237 de ellas consecutivas. Ganó tres de los cuatro Grand Slam en 2004, 2006 y 2007. Ciento tres títulos ATP, a seis de Jimmy Connors. Ha ganado el Premio Laureus cinco veces.
La lucha de Federer contra Nadal representa al diestro contra el zurdo. La técnica clásica contra la ultramoderna. La ligereza felina contra la rotundidad taurina. La moderación y meticulosidad centroeuropea contra la valentía y la pasión ibéricas. El poder decoroso contra una brutalidad arrolladora y sin remordimientos. Zeus contra Hércules. El genio incansable contra la voluntad férrea. El pulido contra la grava. La metrosexualidad contra la hipermasculinidad supermusculada. Un multilingüe ciudadano del mundo contra un chico de provincias y de su casa. Un pasajero de jet privado contra uno de tercera clase. Un conductor de Mercedes contra uno de Kia.
L. JON WERTHEIM
El 31 de enero de 2022, tras la victoria de Rafa Nadal en el Open de Australia (y su vigesimoprimer Grand Slam, que deshacía el empate), Roger Federer publicó en redes: «A mi amigo y gran rival Rafa Nadal. Felicidades de todo corazón por ser el primer hombre que gana veintiún títulos de Grand Slam». Y recordó que «meses atrás bromeábamos porque ambos íbamos con muletas». A sus cuarenta años, el tenista suizo no pierde el buen humor. La amistad entre Nadal y Federer genera una comunicación bastante frecuente.
En una entrevista en la televisión argentina, Federer se deshizo en elogios hacia Rafa: «Es una gran persona, un gran deportista. ¿Quién habría imaginado que podría acabar este año como número 1 después de haberlo sido hace once años? De él decían que se lesionaría, que no podría tener una carrera larga y no podría mantenerse sano por su juego, pero ha encontrado la manera y ha hecho una gran temporada, ganando dos Grand Slam, consiguiendo ya diecinueve. He aprendido mucho de él. Es un gran campeón, muy bueno para el deporte. Estoy feliz de haber compartido con él las batallas que tuvimos en Wimbledon, Roland Garros y el Open de Australia. Quizá acabará como el mejor tenista de todos los tiempos».
Con el talento de Federer, Rafa no perdería ningún partido.
TONI NADAL en La Gazzetta dello Sport
La de Federer y Nadal es una historia de rivalidad legendaria y gran amistad. Se conocieron competitivamente hablando en el Masters 1000 de Miami en 2004. Rafa tenía diecisiete añitos y Roger, veintiuno. En los dieciocho años posteriores, mantuvieron cuarenta enfrentamientos y ganaron cuarenta y dos Grand Slam entre los dos. Lo que podía ser una lucha encarnizada se ha convertido en aprendizaje mutuo. El talento natural de Federer, que juega como si no le costara, se complementa con la ilusión y el esfuerzo de Nadal, con su famoso grito agónico cada vez que devuelve una pelota. La pasión del latino, la sobriedad del suizo. Tal para cual.
En la Laver Cup juegan dobles juntos desde 2016. Fedal, tal vez la mejor dupla de la historia. «Compartir la cancha una vez más como pareja de dobles sería una experiencia realmente especial para ambos en esta etapa de nuestras carreras. Roger ha sido, en gran parte de mi carrera, un gran rival y también un verdadero amigo», declaró Rafa Nadal ante la posibilidad de disputar la Laver Cup en septiembre de 2022. El truco que Rafa utiliza para separar su amistad del juego cuando se han enfrentado es mirarle a los ojos al helvético y decirle: «Enfrentamiento hostil, ¿jugamos?».
Cada vez que te enfrentas a Nadal en la pista sabes que tienes que escalar el Everest para poder ganarle.
NOVAK DJOKOVIC
Novak Djokovic (Belgrado, 1987) es uno de los mejores tenistas de la historia en pista dura. Ha ganado veintiún Grand Slam, de los que nueve son Open de Australia, siete Wimbledon, tres US Open y dos Roland Garros. Posee el récord de semanas como número 1 del mundo, 373, y lo ha sido siete años: 2011, 2012, 2014, 2015, 2018, 2020 y 2021. Posee también el récord de puntos ATP en una temporada: 16.950. Es el único junto con Rafa en haber ganado al menos dos veces cada uno de los Grand Slam. Tiene treinta y ocho Masters 1000, frente a treinta y seis de Nadal y veintiocho de Federer.
Djokovic y Nadal se han enfrentado en cincuenta y ocho ocasiones, un récord entre jugadores masculinos. Treinta victorias para el serbio, veintiocho para el español. Están empatados en hierba, domina Nole en pista dura (20-7) y Rafa en tierra batida (19-8). En dos tandas, Djokovic le ha ganado a Nadal siete veces consecutivas. Su final del Open de Australia 2012 es el partido más largo de una final de Grand Slam: 5 horas y 53 minutos.
Novak Djokovic es uno de los competidores más rápidos del circuito. Su agudeza táctica para descerrajar partidos es impresionante; erosiona las debilidades del rival como ningún otro. Su técnica, tanto para la defensa (con una lectura privilegiada cuando resta) como para el ataque (con una transición portentosa), es excelente. Cuenta con una resistencia física prodigiosa. Y, sobre todo, es flexible hasta el límite de lo imaginable. Estira el cuerpo como si fuera un muñeco elástico, como un muelle, en cualquier superficie. Así le da a la bola desde cualquier altura, por baja que sea, y casi con cualquier ángulo, por cerrada que sea la trayectoria. La zona de confort del serbio, ese margen lateral desde donde poder golpear con ciertas garantías, es la más ancha del circuito masculino. Devuelve siempre una pelota más. Golpes ganadores ante otros tenistas no lo son ante el serbio. Es una respuesta que le suele funcionar: en 2021 ganó tres de los cuatro Grand Slam.
Con Djokovic el grado de amistad de Rafa y Roger no es tan alto, pero el respeto es sumo. En una entrevista a la televisión de su país, Djokovic declaró que Federer, Nadal y él «no somos realmente buenos amigos, de los de salir juntos, pero sentimos un enorme respeto cada uno por el otro y por sus logros». «No podríamos ser amigos porque estamos compitiendo constantemente entre nosotros. Resulta difícil ser amigo de alguien al que siempre tratas de ganar. Pero creo que es importante ese enorme respeto mutuo y que, cuando nuestras carreras finalicen, seremos grandes amigos.»
Rafa Nadal ha llegado a decir, en 2017, que técnicamente Djokovic es aún mejor que Federer. «Cuando está en su mejor versión, debo decir que siento que es invencible.» Ese año tanto el suizo como el español le ganaron al serbio dos Grand Slam cada uno.
El intento de Djokovic de jugar el Open de Australia 2022 sin estar vacunado, considerado un abuso de poder por su parte, no le ha hecho muy popular.
Todavía no es el final, por mucho que en 2023 Federer tenga cuarenta y un años; Nadal, treinta y siete, y Djokovic, treinta y seis. Han escrito juntos unas de las más bellas páginas de la historia del deporte.
Rivales valiosos. Mucho que aprender.
Rafa Nadal tiene unos 15,7 millones de seguidores en Twitter y sigue a 146: las cuentas oficiales de sus patrocinadores (Movistar+, CantabriaLabs, Santander, Kia, Babolat, Nike, Armani y sus CEO); las del ATP Tour y sus principales torneos (Roland Garros, Wimbledon, Australia, US Open, Barcelona); las de deportistas como Federer, Djokovic, Tsitsipás, Rudy Fernández, Dominic Thiem, Garbiñe Muguruza, Feliciano López, David Ferrer, Jabeur, Carlos Alcaraz, Sergio Busquets, Álex Márquez, Alejandro Valverde, Carlota Ciganda, Marc Sallés, Pablo Andújar, Fernando Belasteguín, Carlos Sainz, Pablo Carreño, David Nalbandian, Kevin Anderson, Daniel Caverzaschi, Kim Clijsters, Diana Luna, Almudena Cid, Conchita Martínez, Nico Almagro, Marc Márquez, Adrián López, Sergio Ramos, Juan Mata, Fernando Alonso, Sergio García, Alberto Contador, Marc Gasol, Ricky Rubio, Fernando Llorente, Marc López, Pau Gasol, Andrés Iniesta, Cristiano Ronaldo; además de ciertos medios: Tennis Channel, «Tenis en Movistar Plus», «Tiempo de Juego», Mundo Deportivo, Sport, As, Marca, «Radioestadio», «El Partidazo de COPE»; de periodistas como Christiane Amanpour, Reem Abulleil, Simon Cambers, Musy Isabelle, Ben Rothenberg, José Ramón de la Morena, Juanma Castaño o María Escario; las de los equipos como su Real Madrid, el Atlético de Madrid, el Sevilla FC o el Real Mallorca, las Reales Federaciones de Fútbol, Baloncesto y Tenis, el Gobierno de las Islas Baleares y sus direcciones generales de Deportes y Cultura. Y por supuesto las de la Rafa Nadal Academy, Farma Health, la Fundación y los restaurantes TATEL, además de la de su entrenador, Carlos Moyá, y su director de comunicación, Benito Pérez-Barbadillo.
En 2010, el año del deporte en España (Rafa Nadal era el número 1 del mundo, La Roja conquistó el Mundial de Fútbol y el mejor jugador español de básquet logró el anillo de la NBA), Rafa Nadal, Pau Gasol y Andrés Iniesta protagonizaron una campaña navideña con el lema Brilla, ilumina tu país. Se decía «Ser español no es una excusa, es una responsabilidad», y se defendían «valores como el trabajo y el esfuerzo, valores que los atletas llevan en su ADN». Frente a los que dudan, se recordaban los grandes éxitos del deporte español: «Ricky Rubio, campeón de la Euroliga; Gisela Pulido, campeona del mundo de kitesurf; Nuria Fernández, oro en 1.500 metros; campeones del mundo de triatlón; Atlético de Madrid, campeón de la Liga Europa y de la Supercopa de Europa; oro en los europeos de judo y tiro; Juan Carlos Navarro, MVP de la Euroliga». «Campeones de Europa y del mundo de vela, campeones de Europa de hockey sobre patines, de taekwondo y de los 50 metros mariposa. Y también de rugby femenino y del Dakar y de automovilismo. Y en motociclismo, el triplete histórico. Carles Puyol, Sergio Ramos, Gerard Piqué, Fernando Torres, Sergio Busquets, Cesc Fàbregas, Andrés Iniesta..., campeones del mundo de fútbol. Pau Gasol, segundo anillo de la NBA; Rafa Nadal, campeón del US Open, de Roland Garros y de Wimbledon.»
El spot se emitió en Nochebuena a las 20.55 horas, justo antes del mensaje de S. M. el Rey, y acababa así: «Trabaja y esfuérzate. Con humildad y con respeto. Lucha contra la oscuridad. Sé la luz que dicen que hemos perdido. Brilla. Ilumina tu país». Diez años después, Andrés Iniesta, jugador del Vissel Kobe japonés, se unió a la iniciativa de Rafa Nadal y Pau Gasol #nuestramejorvictoria para luchar contra la COVID-19.