El camino

No conseguirá nunca
tu lanza
herir al horizonte.
La montaña
es un escudo
que lo guarda.

 

No sueñes con la sangre de la luna
y descansa.
Pero deja, camino,
que mis plantas
exploren la caricia
de la rociada.

 

¡Quiromántico enorme!
¿Conocerás las almas
por el débil tatuaje
que olvidan en tu espalda?
Si eres un Flammarión
de las pisadas,
¡cómo debes amar
a los asnos que pasan
acariciando con ternura humilde
tu carne desgarrada!
Ellos solos meditan dónde puede
llegar tu enorme lanza.
Ellos solos, que son
los Bhudas de la Fauna,
cuando viejos y heridos deletrean
tu libro sin palabras.

 

¡Cuánta melancolía
tienes entre las casas
del poblado!
¡Qué clara

There is a crowd of wild young breezes
on the river.