Nota de la autora

Llegado este punto es cuando, según mis planes, la novela ha de finalizar.

La historia de Milena (Cristina) y Ezra no puede tener un final feliz. No os empeñéis, es imposible.

Ella ha tomado una decisión, ¿drástica? Depende de cómo se mire, porque para Cristina ya no queda otra forma de escapar.

Es consciente de que está atrapada y de que Ezra jamás le permitirá marcharse como si nada. Lo sabe muy bien y por eso deja de luchar contra lo que siente.

Y él... bueno, él es un hombre acostumbrado a que nadie le replique ni cuestione sus decisiones. Ha tenido una vida dura y se ha curtido a base de golpes, por lo que es incapaz de considerar otro punto de vista que no sea el suyo.

Milena le ha roto los esquemas, su fuerza de voluntad y sus principios se han tambaleado, pero no lo suficiente como para cambiar.

Asumirá la pérdida de Milena y volverá a ser el de antes. Quizá algo más cabrón y rencoroso, si eso es posible.

¿Qué puedo hacer yo?

Esto no es una comedia, es un drama, y todo se ha enredado de tal forma que la solución bonita, el happy end ya no es posible.

¿Tiene que haber un final?

Pero no va a ser el que esperáis. No os va a gustar. De antemano os lo advierto, porque...

... yo no soy capaz de arreglar esta situación...