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Melisa

Voy a empezar por desmentir que tenía pensado invitarlo a casa antes de verlo. No, no estaba premeditado ni planeado, me salió cuando estábamos con Barcelona a nuestros pies, me apeteció y, qué narices, tenía la opción y la aproveché. Que, a estas edades, está feo desaprovechar una ocasión y aunque estoy segura que Lorena y Chloé hasta me ayudarían si necesitara intimidad, prefiero no tener que recurrir a ello. Que luego los favores se pagan muy caros, y esas dos son demasiado listas para darles cancha.

No voy a entrar en detalles, no es adecuado regodearse delante de los demás, pero puedo afirmar que la noche ha sido, incluso, mejor que la anterior. Y no solo por todo el sexo que Adrien me ha propiciado, o, mejor dicho, que hemos compartido, sino porque se nota que la complicidad va más allá que en ese terreno. Que nos entendemos en él, es evidente, pero no solo ahí, y estamos a gusto incluso cuando no lo tengo dentro o no estamos haciendo preliminares. Así, como para que se entienda todo bien y no haya dudas al respecto. Que hemos dormido poco también es un hecho, pero, como es fin de semana, cero preocupaciones, las mismas que tengo en este instante sobre la comida de hoy. Si es que con el cutis que llevo y la felicidad que desprenden mis poros, todos los ataques que me puedan hacer, me van a resbalar. Que sí, que sí, que todos sabemos que no será así, pero de ilusiones también se vive y todo empieza por creérmelo yo misma. Si no, mal vamos.

Adrien se ha ido a casa hará unos veinte minutos porque me ha dicho que prefería cambiarse de ropa y ponerse presentable, añadiendo que si seguía conmigo, no saldríamos a tiempo y tampoco quería dar una mala impresión. Ni que fuésemos a reunirnos con el Papa. Que son mis hermanas y sus novios y todos ellos están más curados de espanto que cualquiera. Aunque no negaré que hasta me gusta que le ponga interés. Él que dice ser el chico duro del grupo, si es que lo que no consiga una Prieto…

Chloé: Todavía no has confirmado asistencia, pero Lucas ya ha ido a por los postres, más te vale que lo traigas de la mano.

Lorena: Sabes que si se raja, no dará señales de vida Chloé.

Fer: Yo no voy, no puedo creerme que las tres Prieto se hayan hundido al mismo tiempo. No estoy preparado para ver como Mel se hace mayor.

Jaime: Tú no vienes porque aún no has salido de la cama y no estás solo, pero ya te llegará.

Chloé: ¿Una cita y yo sin saberlo? A ver si me voy a tener que poner celosa. ¿Cenamos hoy?

Lorena: Chloé, te recuerdo que tienes novio y se llama Lucas, deja de jugar a ponerle celoso con Fer.

Fer: Es que es muy divertido.

Chloé: Es que es muy divertido.

Jaime: Suerte que Lucas no está aquí. Pero nos estamos desviando, sé que os gusta mucho a los dos ser el centro de atención, pero ¿alguien sabe algo de la pequeña?

Chloé: Que ayer quedaron para tomar algo y que todavía no había recibido invitación. Eso lo sé por Blanca, porque la impresentable de mi hermana apenas abre la boca.

Lorena: Eso es porque el chico le interesa y no quiere que la sermonees con lo contrario.

Fer: A mí ponme al día en esa cena, dile a Lucas que me paso por su casa a recogerte [cara con guiño de ojo].

Chloé: Lo haré.

Jaime: Tú sigue tentando, que acabarás asesinado.

Melisa: Que sepáis que vuestra conversación es muy interesante y, Chloé, me voy a chivar a Lucas en cuanto lo vea. Por lo pronto, llegaremos sobre las dos. Es un placer comer con vosotros.

Chloé: No juegues con fuego que te quemas, y hoy soy yo la que tiene la sartén por el mango. ¿Dices eso y te quedas tan ancha? Cuéntanos detalles, que estoy segura que hoy eráis más de uno en casa…

Silencio el grupo porque si no esto va a ser un no parar y yo todavía me tengo que duchar y demás antes de que me pase a recoger y nos vayamos a casa de Jaime. También, porque no quiero dar ningún detalle más ni darles más mercancía para ser el blanco fácil este mediodía. Que a estos les das la mano y, antes de que te des cuenta, ya te han cogido todo el brazo. Miedo me dan, pero ya no hay marcha atrás. Solo espero que no vayan a atacar y que Adrien se lo tome todo con sentido del humor y no piense que nada de lo que puedan decirle va con maldad.

Me entretengo un poco más de lo normal en la ducha, me encanta notar como el agua desciende por mi cuerpo, y nada de pensamientos eróticos, simplemente, me gusta esta sensación. Como también soy de las frikis que les gusta meterse debajo de la lluvia y notar como se le va calando todo. Llamadme rara o lo que queráis, pero es algo que siempre me ha gustado. Por ello, quedarme debajo el chorro y dejar los pensamientos en blanco es mi top número uno para relajarme. Salgo renovada y lista para lo que pueda venir. Unos tejanos, un jersey de punto y las botas, más que suficiente para una comida en familia. Como si estuviésemos sincronizados, cuando termino de peinarme y colocarme los pendientes, ya están llamando al timbre.

—Justo a tiempo —le digo al abrir y veo que no hace ni ademán de entrar por lo que me río por lo bajo.

—Si entro, ambos sabemos que no vamos, así que no me tientes. —Que nos entendamos con tan poco es algo que facilita la cosas, pero que me aterra al mismo tiempo—. ¿Voy bien?

—No me hagas responderte. —La pregunta la hace solo para burlarse de mí y va listo si piensa que voy a contribuir a subirle el ego.

—¿Algo que deba saber de antemano?

—Qué tengo una hermana que está pirada, pero la otra pondrá cordura. Que, habiéndote ganado a Lucas, el resto está chupado porque él sabe dominar a Chloé, y Jaime irá de hermano mayor y protector, pero luego acabará por decir que esa tarea es de Fer y que cuando se digne a aparecer, ya la hará.

—Veo que está chupado. Me comporto con Lorena, me arrimo a Chloé y dejo que Jaime piense que me tiene acojonado.

—Vigila con eso de arrimarte a Chloé…

—¿Crees que tengo posibilidades con ella?

—No vayas por ahí, y vámonos que, al final, llegaremos tarde de verdad.

Sé que lo hace de broma y por él no me preocuparía, pero Chloé es mucha Chloé, y de eso sí que no me fio tanto. Miento, no le vayáis ahora con el cuento, que es mi hermana y sé que es muy consciente que hay límites que no cruzaría jamás. Si sabe que me gusta un chico, mantiene las distancias. O, bueno, no, lo tentará bien y se arrimará a él, pero solo para hacerle la puñeta a Lucas y, en el fondo, es hasta divertido, siempre y cuando yo sea participe de ello.

Vamos a ver si está tan chupado como él dice, que, con los de su edad, puede tenerlo todo dominado, pero estos son de otra pasta.