“LOS NÚMEROS 600’S ERAN bastante envidiosos. Por ejemplo, ocurrió una tarde que escuché hablar entre sí al 609, el 687, el 665 y el 637. El tema era, para variar, el 616.
—¡Es un pedante!—dijo rencoroso el 609, que no perdonaba al 616 por irle detrás.
—¡Un odioso!—casi gritó el 637, que envidiaba al 616 por precederle.
—¡Intolerable!—argumentó el 665, que no toleraba la simetría del 616.
—¡Hay que deshacerse de él!—bramó el 687, que no admitía que el 616 consiguiera alcanzar el cabalístico “13” con la suma de sus dígitos.
Conspiraron estos números 600’s en contra del 616 (el resto de los 600’s estaban demasiado atareados ocupado su lugar en la cuenta de la mar como para participar en este cuento), y tomaron prisionero al 616 y lo desterraron a la tierra de los números 700’s.
Por eso, cuando la mar cuenta caballitos para conciliar el sueño, al llegar al 615 se desconcierta y ya no puede continuar. Entonces se queda profundamente dormida.
¿Y el 616? Fue detectado casi inmediatamente por las fuerzas represivas de los 700’s. Se le acusó de incompatible y desestabilizador, y fue condenado a disolverse 88 veces hasta el 7 del origen.
Tan, tan”.
CONTRA LO QUE PUDIERA pensarse, los 100’s son bastante más complicados que el resto de los números. Según ellos mismos, reflejan exclusividad y buen gusto. “Estar dentro de los 100’s”, dicen, “es signo de alcurnia y buena cuna”. Esta soberbia se refleja en el comportamiento ordinario de los 100’s. El número 101, por ejemplo, se siente único y original, se concibe a sí mismo como el alfa y el omega. Los demás comparten este sentimiento. “Después de nosotros, la muchedumbre”, reza reza el lema del “Club de los 100” que, como su número lo indica, sólo tiene 100 miembros.
Tan, tan”
“EL NÚMERO 1 TIENE FAMA de ser el más fugaz de los números. Y tal vez tengan razón, basta que uno tenga uno para que quiera dos.
Tan, tan”
“LOS 200’S SON NÚMEROS con francas tendencias acuáticas. La inconfundible forma de pato que tiene su inicio hace que sea común verlos navegar en los sueños de la mar.
Tan, tan.”