El embarazo

 

 

¿El seguimiento médico del embarazo presenta sólo ventajas?

 

Fueron en primer lugar las mujeres las que reclamaron la intervención médica en el parto para luchar contra los graves riesgos que presentaba para la madre y el niño. Mucha gente considera que la respuesta médica ha sido llevada mucho más allá de la demanda. También, en muchos lugares, el exceso de tecnología está en retroceso, en favor de un retorno a un acercamiento más afectivo, tan preocupado por el acercamiento psicológico como por el estrictamente médico.

Sin embargo, no se puede lamentar hoy en día que el seguimiento de la madre y el niño durante el parto haya disminuido considerablemente las consecuencias fatales de las hemorragias del parto.

Para vencer el obstáculo mecánico del parto (la imposibilidad para el niño de pasar a través de la pelvis materna), se empezó a utilizar hace unos 200 años el fórceps, que salvaba a la madre sin siempre respetar, desafortunadamente, la integridad del niño. Para garantizar la seguridad del recién nacido, cada vez más, desde 1927, la cesárea ha suplantado al fórceps.

El segundo riesgo para el recién nacido es la asfixia, pero las técnicas modernas permiten, en general, prevenir este peligro, provocando la salida del niño antes de que se produzcan graves consecuencias.

Practicada de forma razonable, la ecografía obstétrica permite descubrir malformaciones en el feto, cosa que resulta muy útil, ya que pueden curarse al nacer el niño. Así, en el caso de malformaciones digestivas o cardiacas conocidas, los recién nacidos pueden ser operados de inmediato. Pero en el caso de un embarazo normal, la multiplicación de las ecografías no está justificada, sobre todo cuando se trata simplemente de comprobar el sexo del niño.

 

 

¿Cúal es la alimentación más adecuada durante el embarazo?

 

No debe asociarse la importancia de la ración alimentaria ni el peso ganado durante el embarazo al del niño al nacer. El niño toma, si le hace falta, lo que necesita de las reservas de la madre, incluso si esta se alimenta poco o padece vómitos. Un aporte nutritivo bien equilibrado es, no obstante, indispensable para preservar la salud de la madre y evitarle carencias durante y después del embarazo.

Las necesidades energéticas para los nueve meses se consideran entre 70.000 y 80.000 Cal, es decir, de 150 a 200 Cal suplementarias por día en el segundo y tercer mes (el equivalente a un aguacate pequeño, 2 yogures con frutas, una parte de 50 g de queso tipo cantal o dos rebanadas de cake de 25 g, o incluso un plátano grande); 250-300 Cal al día durante el segundo trimestre y 350-400 Cal durante el tercer trimestre. Es preferible ingerir los aportes en forma de tentempiés. Y también se deben modular esos suplementos según cada caso particular: una persona que antes del embarazo tenía tendencia a aumentar demasiado el aporte calórico quizá no tendrá necesidad de aumentar sus aportes energéticos (o únicamente muy poco) antes del último trimestre; mientras que una persona que coma poco podrá permitirse dos o tres tentempiés durante el día a partir del segundo mes de gestación.

En total la mujer embarazada gana de 9 a 12 kg, que se reparten del modo siguiente:

 

— 3-4 kg para el bebé;

— 500-700 g para la placenta;

— 700-800 g para el líquido amniótico;

— 800 g para el útero;

— 400 g para las glándulas mamarias;

— 1 kg para el volumen sanguíneo suplementario;

— 1 kg de retención de agua;

— 3-4 kg de reserva grasa prevista por la naturaleza para ser utilizada durante la lactancia.

 

 

EMBARAZO Y TABACO

 

Hoy en día, en nuestro país, casi un tercio de las adolescentes de 15-18 años son fumadoras y el porcentaje es mayor entre los 20-34 años. Las fumadoras regulares representan el 22 % de la población femenina.

Los efectos nefastos del tabaco durante el embarazo afectan tanto al feto como a la embarazada. Así, aunque la mortalidad en torno al nacimiento ha seguido disminuyendo, a pesar de los progresos médicos no ha disminuido ni el índice de secuelas psicomotoras ni el número de niños recién nacidos con problemas: retraso de crecimiento intrauterino, trastornos respiratorios, neurológicos, metabólicos, infecciosos, prematuros… Asimismo, cada vez más especialistas consideran que el tabaquismo de la madre (y de su entorno) es uno de los factores agravantes que están en el origen de estos problemas.

Es especialmente durante el tercer trimestre cuando la exposición al tabaquismo tiene un efecto máximo en el peso del feto. E incluso el tabaquismo pasivo de la no fumadora cuyo marido sí es fumador puede provocar una disminución del peso del recién nacido de unos 100 g.

Según algunos pediatras, el tabaquismo materno durante el embarazo multiplicaría aproximadamente por cuatro el riesgo de muerte súbita del bebé, incluso aunque el hecho de no acostarlo boca abajo haya disminuido considerablemente este riesgo. La exposición al tabaquismo durante el embarazo aumentaría la sensibilización del niño a los alérgenos respiratorios. Además, la frecuencia de asma es más elevada en niños cuyos padres fuman. Por último, se observa que un tercio de los casos de retrasos mentales de los niños de madres fumadoras están relacionados con el tabaquismo materno durante el embarazo. Abandonar el tabaco durante el embarazo es beneficioso incluso cuando es tardío: en el tercer trimestre juega a favor del peso del recién nacido y evita ciertas complicaciones agudas.

 

 

¿Cuánto tiempo hace falta para perder el sobrepeso?
¿Es necesaria una dieta?

 

Si no se tenía necesidad de seguir un régimen antes del embarazo, no es aconsejable empezar uno después, salvo por prescripción médica. Pero si no existe lactancia materna, es preciso suprimir los tentempiés de más acostumbrados a consumir durante el embarazo.

En el parto, la mujer pierde 5-6 kilos; una semana después de su regreso de la clínica, pierde aún normalmente 2-3 kg. El útero regresa progresivamente a su tamaño y a su peso normal. Los senos empiezan a disminuir de volumen cuando termina el periodo de lactancia. Los últimos kilos que quedan por perder desaparecerán entre los 8 y 12 meses siguientes.

En caso de un peso anterior al embarazo completamente normal, es mejor evitar intentar acelerar el proceso natural de adelgazamiento post partum: un régimen drástico podría tener un efecto en el futuro muy persistente. El embarazo y el puerperio son momentos favorables para el aprendizaje de una alimentación que favorezca la densidad nutritiva de los alimentos más que su densidad calórica.

Es evidente que los kilos de reserva destinados a la lactancia desaparecen más fácil y rápidamente cuando se queman de modo efectivo dando de mamar al recién nacido.

Durante el embarazo, y después, es importante velar por un aporte de proteínas suficiente (carnes magras, aves, pescado, huevos, legumbres), de calcio, de los minerales y vitaminas que se encuentran en frutas y legumbres y de hierro. En cuanto a este último, el médico determinará (tras los análisis de sangre) si es necesario un suplemento.

La mujer embarazada debe evitar las restricciones y poder satisfacer sus gustos y deseos, en los límites de lo razonable. En caso de obesidad que no hubiera sido tratada antes del embarazo, la toma calórica no debería en ningún caso ser inferior a 1.600 Cal al día.

 

 

¿Qué consecuencias puede tener un embarazo sobre la columna vertebral?

 

El peso del bebé, sobre todo en los últimos meses del embarazo, desplaza el centro de gravedad del cuerpo de la madre. Para mantener su equilibrio, hace trabajar las vértebras y los músculos de la espalda, en una posición que le es poco habitual, lo que puede provocar riesgos de ciáticas o dolores musculares.

En general, esos dolores cesan tras el parto. Sin embargo, no deben prolongarse con un cansancio excesivo o malas posturas. Así, para amamantar al bebé, es preciso sentarse confortablemente en un asiento de respaldo recto, con los pies sobre un pequeño taburete, con el fin de que el peso del bebé descanse más bien en las piernas que en un solo brazo; para bañarlo y cambiarlo conviene disponer de una superficie sin peligro para él y una buena altura para la espalda de la madre; no se debe inclinar el busto hacia delante sino plegar las piernas y mantener la espalda recta.

También será prudente evitar caminar con tacones de más de 4 cm de altura o con suelas rígidas: los primeros desplazan el equilibrio del cuerpo, los segundos impiden la buena articulación del pie.

Tras un embarazo, un fisioterapeuta indicará algunos ejercicios físicos simples, para muscular o remuscular no sólo la espalda sino también el abdomen.[2]

 

 

¿Por qué en algunas mujeres aparece un cloasma durante el embarazo?

 

Este cloasma del embarazo consiste en manchas pigmentadas parduscas o grisáceas y aparece sobre todo en mujeres con una tez muy mate durante el embarazo. Se acentúa con una exposición al sol sin crema protectora. Además, el cloasma es más pálido en invierno y más oscuro en verano. En general, desaparece después del parto y a veces reaparece cuando se tiene la primera menstruación. Incluso puede persistir algunos meses, o algunos años, si la madre está deprimida o si ha padecido un fuerte shock emocional.

 

 

¿Se puede dar a luz sin dolor?

 

La tecnología no ha modificado la dificultad de la prueba física que representa el parto. En cambio, la novedad, es la cara del dolor para evitar esta impresión de pérdida del dominio de una misma, tan inquietante durante el parto.

Lo que se conoce como un parto sin dolor es la técnica psicoprofiláctica, propuesta por el doctor Lamaze en 1956, que se extendió por todo Occidente.

El aspecto psicológico es muy importante: lo desconocido suscita una angustia que aumenta la sensación de dolor. Hoy en día, durante las sesiones de preparación al parto, se informa a las mujeres sobre su anatomía y las diferentes etapas del parto. Se les enseñan también técnicas de relajación y respiración para dominar al menos parcialmente el dolor.

La anestesia general o local tranquiliza a las que temen el dolor, a pesar de las buenas sesiones de preparación.

 

 

¿Presenta algún riesgo la anestesia epidural?

 

La anestesia epidural consiste en la inyección de un agente anestésico local a la altura de la duramadre (membrana meníngea que protege la médula espinal), lo que impide el paso del estímulo doloroso que proviene de la mitad inferior del cuerpo. En el momento actual, se ha practicado durante tanto tiempo y con tanta frecuencia, que los accidentes e incidentes tienden a ser mínimos.

La anestesia epidural no es por ello menos delicada de efectuar y exige una seria preparación. No puede por tanto improvisarse y la futura madre debe decidir de antemano si la desea o no.

Sus inconvenientes conocidos son principalmente:

 

— durante el parto, debido a la insensibilización de la parte inferior del cuerpo, las contracciones uterinas son menos poderosas y debido a la relajación de los músculos de la pelvis, la madre tiene un menor deseo de empujar al niño hacia el exterior;

— tras el parto, algunas mujeres sufren cefaleas, provocadas por la perforación de la duramadre con la aguja en el momento de la anestesia. Deberán permanecer acostadas, o bien tendidas, durante algunos días.

 

 

 

¿Después de un parto se produce forzosamente un estado depresivo?

 

Las afecciones depresivas maternas afectan de promedio, al 10 o 15 % de las madres. Según la gravedad, pueden perturbar el aprendizaje de la función materna y el establecimiento de las relaciones entre la madre y el recién nacido.

El más benigno y efímero de esos estados depresivos es lo que se llama la depresión post partum. Se manifiesta, en general, en los primeros días tras el parto o desde el regreso de la mujer a casa, por súbitas crisis de llanto, tristeza, insomnios, ansiedad y, sobre todo, el temor de no saber ocuparse correctamente del recién nacido, de sentirse superada por los acontecimientos. Este estado ligeramente depresivo es generalmente el más frecuente, ya que podría afectar del 26 al 85 % de las parturientas, según las encuestas. Pero no dura, normalmente, más de algunos días o incluso… algunas horas. Se atribuye en general a los cambios drásticos de los índices de hormonas tras el parto. Los psicólogos ven más en este un fenómeno relacionado con el duelo del embarazo, la separación física de la madre y el niño, incluso de las dificultades de adaptarse a los cuidados del recién nacido.

Las psicosis puerperales o psicosis post partum son claramente más graves, pero mucho mas raras: afectarían a 1 o 2 partos de cada 1.000. Para la mitad de los casos, los primeros síntomas se manifiestan en la primera semana después del parto, con ideas delirantes en torno al nacimiento del niño, a veces con un sentimiento de persecución o de agresividad hacia el niño.

Más intensa y más duradera es la depresión post partum pero mucho menos grave que la psicosis puerperal. La depresión post partum es de hecho poco conocida, ya que a menudo se ha descuidado. La joven madre no se atreve a hablar de esta, y si su entorno se da cuenta, el estado depresivo se atribuye de inmediato al cansancio sucesivo del embarazo, el parto y los cuidados del bebé. También los especialistas estiman que poco más del 2-3 % de mujeres con depresión post partum consultan a un psicólogo y reciben los cuidados apropiados. Pero es un buen paso a efectuar, para no arrastrar inútilmente un sufrimiento psicológico que puede ser duradero y tener repercusiones en las relaciones madre-hijo.

 

 

¿El cuerpo cambia radicalmente de forma después del parto?

 

Las transformaciones radicales del cuerpo tras un embarazo son muy raras, sobre todo si se vigila por tener una buena alimentación, caminar durante el embarazo y se recupera una ligera actividad física tras el parto. Sin embargo, se recupera más rápidamente y con más seguridad la silueta de chica joven tras el primer hijo que tras el quinto. La evolución de la morfología corporal también está en función de la edad que se tiene durante el nacimiento del niño.

 

 

¿Cómo se endurecen rápidamente los músculos del abdomen?

 

Para muscular el abdomen, el consejo clásico se basa en los famosos ejercicios abdominales que nadie (salvo los deportistas profesionales) puede practicar más de 2 minutos y, como máximo, 4 días seguidos. Fuera de estos imposibles abdominales (que, mal efectuados, pueden dañar la columna vertebral), lo más simple es pensar en apretar las nalgas en cualquier momento del día, sin esfuerzo, cada vez que estamos de pie, ejercicio que ayuda a esconder el abdomen. Tras 20 o 30 veces al día, sin esfuerzo, cada vez que se está de pie, este simple movimiento puede ser tan eficaz como los abdominales. Inspirar antes, espirar mientras se efectúan.

 

 

¿Se pueden prevenir o eliminar las estrías?

 

Frente a las estrías, existen dos escuelas: una pesimista y fatalista que no ve otro recurso que la operación (con la condición de que las estrías sean por lo menos de 0,5 cm), y la otra optimista, que considera que se puede a la vez prevenir y atenuar considerablemente estas estrías.

Las estrías tendrían un triple origen:

 

— un estiramiento mecánico de la piel: si esta está demasiado tensa (mujeres embarazadas) o muy delgada, se produce una grieta;

— una disfunción de las glándulas suprarrenales y tiroides, especialmente en el caso de chicas delgadas en las que aparecen las estrías;

— por último, la estría está relacionada con una carencia o deficiencia de proteínas locales o generales, a veces de muy corta duración, que lleva al organismo a tomar las proteínas del tejido conjuntivo de la piel, provocando la grieta de la epidermis.

 

Así pues, es posible prevenir esas estrías con un aporte de proteínas suficiente, tanto en la adolescencia como durante el embarazo, evitando también una fuerte tensión de la piel. Ante la obesidad, se trata de modificar las costumbres alimentarias para perder peso; la mujer embarazada podrá, en los tres últimos meses, sostener su vientre ligeramente, sin apretarlo, con una faja que presenta también la ventaja de aliviar la columna vertebral. Por último, la ingestión de vitamina B3, o PP permitirá luchar contra las estrías reforzando la piel. Esta vitamina se encuentra en las carnes y pescados, las almendras, las frutas y legumbres secas (guisantes, lentejas), así como en los aguacates, melocotones, albaricoques frescos y plátanos.

En cuanto al aspecto hormonal, muy delicado, sólo el médico puede decidir si debe ser tratado.

 

 

¿Es posible eliminar la celulitis después del parto?

 

No se puede eliminar la celulitis fácilmente, sea cual sea el momento en que ha aparecido. Además es preciso asegurarse de que se trata verdaderamente de celulitis.

Si se trata de grasa situada en las pistoleras, desaparecerá con bastante rapidez tras el periodo de lactancia materna. Cuando no se practica la lactancia materna, será preciso más tiempo para «fundirla».

Cuando se ha constatado una piel de naranja dolorosa al tacto y que persiste a pesar de una buena higiene alimentaria, característica de la celulitis, se aconseja consultar al médico. Este nos recomendará quizás, a su vez, visitar a un cirujano o a otro especialista para este tipo de problema. Este paso será más prudente que intentar al azar prometedores métodos que, desafortunadamente, a menudo son más perjudiciales que eficaces.

Deberán rechazarse en especial:

 

— los masajes demasiado enérgicos que intentan «romper» la celulitis con el fin de eliminarla. Este despegue de la celulitis puede provocar que el tratamiento sea aún más difícil;

— los masajes por aire: tienen las mismas desventajas que los precedentes. Además, pueden ser origen de varices e incluso de equimosis, en proporción con la violencia del aire propulsado, que debilita más la red de la circulación superficial;

— los ejercicios físicos intensos que tienen como finalidad eliminar primero la celulitis. En efecto, la celulitis no constituye una grasa utilizable para un consumo de energía; además, el esfuerzo no puede acelerar la circulación sanguínea, ya que la celulitis actúa en cierto modo de freno.

 

El especialista le recomendará, sin duda, la introducción local de productos anticelulíticos por ionización (parece que es totalmente indoloro) o por mesoterapia (que se esfuerza por ser lo menos dolorosa posible). El tratamiento es no obstante largo y puede durar de dos a tres meses.

Paralelamente, algunos médicos aconsejarán un régimen rico en proteínas (carne, aves, pescado), potasio (verduras frescas), agua, y pobre en sal, preferentemente a un abuso de diuréticos que pueden ser peligrosos: utilizados a fuertes dosis o de forma prolongada, a veces son responsables de hipotensiones, cansancio, vértigos… Provocan una pérdida de potasio que se acompaña de un gran cansancio muscular. Los diuréticos conducen a una deshidratación del conjunto de tejidos y, en especial, de la piel, que envejece y se arruga. Incluso los diuréticos naturales como las tisanas de cola de cereza, romero o saúco, o las verduras como las cebollas, los espárragos o los puerros deben consumirse con moderación.

Es importante no sobrecargar el hígado, cuyo mal funcionamiento tiene su papel a veces en la celulitis, y luchar contra el estreñimiento que sufren a veces las mujeres con celulitis.

 

 

¿Se puede prevenir la celulitis?

 

La celulitis parece manifestarse en periodos de trastornos hormonales. Esto puede ser durante la pubertad, en los primeros meses en que se empieza a tomar la píldora, durante el embarazo y en la premenopausia. No se le conoce otra prevención que una buena higiene de vida, tanto alimentaria como física, una buena relajación que favorezca el sueño y que compense el estrés diario. Además, se recomienda llevar ropa que no ejerza ninguna presión exagerada (que alteraría la presión sanguínea), en particular en los puntos neurálgicos que la celulitis a menudo escoge para instalarse.

 

¿Se estropean los senos con la lactancia?

 

Se puede decidir amamantar o no al bebé por razones personales, pero el temor a estropear los pechos es un argumento erróneo; la lactancia materna embellece los senos, sobre todo los que son muy pequeños. La succión del bebé estimula la hipófisis y desarrolla ligeramente las glándulas mamarias. Unos senos bien sostenidos que segregan leche materna en ese momento de la vida femenina se mantienen en buena forma.

Cuando las glándulas están atrofiadas artificialmente, los senos comprimidos, se corre más el riesgo de estropearlos. Por ello es preciso detener la subida de la leche lenta y progresivamente.

Cuando se procede al destete, solamente el hecho de alternar la alimentación con biberón y la lactancia natural o materna reduce rápidamente la secreción de leche: cuanto menos solicitada es la glándula, menos segrega y pronto su producción se detiene totalmente.

Durante la lactancia materna, se recomienda llevar a cabo la siguiente dinámica: es bueno dejar que el niño vacíe completamente un seno, y luego darle el otro; en la toma siguiente, se le dará primero el seno que había sido segundo y que no había sido vaciado completamente.

 

 

LACTANCIA MATERNA

 

La leche aparece algunos días después del parto. Antes, las glándulas mamarias segregan un líquido anaranjado bastante espeso: el calostro. Es particularmente rico en proteínas y minerales; posee también propiedades inmunitarias y permite evacuar la materia que obstruye el tubo digestivo del bebé durante su vida fetal. Después, el calostro es sustituido por una leche de transición que precede a la aparición de la verdadera leche.

 

 

¿Se puede prevenir la mastitis?

 

La mastitis es un proceso inflamatorio de la glándula mamaria, casi siempre de naturaleza infecciosa y relativamente frecuente durante la lactancia.

Se ha comprobado que en muchas ocasiones, el nerviosismo y la angustia se encuentran en el origen de la mastitis.

Para relajarse, se recomienda practicar algunos ejercicios simples de relajación, aunque sólo sea tumbarse algunos minutos de lado, con las piernas dobladas.

Es importante reconocer los primeros signos de mastitis: es preciso no dejar que los senos se vuelvan demasiado duros, tensos, dolorosos. No existe casi mayor precaución que la lactancia materna, y cuanto más frecuente sea en los primeros días de la subida de la leche, más se reducirán, sin duda, los riesgos de obstrucción.

Cuando el niño mama insuficientemente y deja un seno demasiado lleno de leche, es preciso vaciarlo manualmente con delicadeza, mediante masajes, que van del tórax al pezón, efectuados si es necesario bajo una ducha templada.

 

 

CONTAMINACIÓN EN LA LECHE MATERNA

 

Se sabe que se ha encontrado un índice de dioxinas demasiado elevado en la leche de algunas vacas, y también se encuentran residuos de pesticidas en la leche materna. La mujer embarazada y en periodo de lactancia deberá evitar la utilización de pulverizadores o insecticidas.

Algunos estudios han demostrado, por una parte, que las madres más jóvenes tienen una leche menos contaminada que las más mayores y, por otra, que esa leche está menos contaminada durante el primer mes de lactancia y se van acumulando varios contaminantes al cabo de los meses. Quizás será preciso amamantar a un hijo de tres a cuatro meses, y luego pasar a una leche artificial (especialmente en materia de protección inmunitaria), que no estará contaminada, al menos es lo que cabe esperar.

Una parte de esta contaminación de la leche materna podría estar relacionada con la alimentación de la madre, según las cantidades de algunos embutidos, crustáceos o verduras que tenga la costumbre de consumir.

Sin embargo, es preciso indicar que no se ha detectado nunca intoxicación del niño debida a la contaminación de la leche materna.

 

 

¿Cómo se evitan las grietas en los senos?

 

Durante la lactancia materna, es preciso evitar que el pezón permanezca húmedo y, por lo tanto, hay que secarlo con la ayuda de una gasa estéril, sin utilizar, no obstante, productos antisépticos agresivos.

Otra precaución útil: evite que las primeras tomas sean muy prolongadas; es mejor que sean más cortas y frecuentes. Al cabo de los días, su duración podrá alargarse poco a poco. Es preciso esforzarse también para que el bebé se acostumbre progresivamente a tener en la boca toda la areola del seno y no sólo la punta del pezón. En la areola se encuentran glándulas sebáceas que proporcionan un líquido lubrificante que evita en general la aparición de grietas.

Sin embargo, cuando se forman las grietas, es preciso tratarlas sin demora con cremas, en general a base de vitaminas A y E, que aconsejará el médico, con el fin de que no presenten ningún riesgo para el bebé.

 

 

¿La lactancia materna constituye un método anticonceptivo fiable?

 

No, ya que no es posible prever con certeza la fecha de la primera ovulación tras el parto. En una mujer que amamanta puede producirse desde los 30 días hasta las seis semanas tras el parto.

 

 

¿Cuál es el mejor método anticonceptivo después del parto?

 

El DIU no puede tenerse en cuenta hasta una treintena de días después del parto, según la opinión del ginecólogo. El diafragma no puede ser utilizado hasta que el útero haya recuperado su tamaño normal.

La píldora puede actuar sobre la lactancia en términos de cantidad; si se desea tomar inmediatamente después del parto, al mismo tiempo que se da lactancia materna, se aconseja escoger las minipíldoras, las que se componen de una dosificación menor.

 

 

ANTICONCEPTIVOS ORALES Y VITAMINAS

 

Las CDR (Cantidades Diarias Recomendadas) de vitaminas aumenta en las mujeres que toman anticonceptivos orales (y en las mujeres embarazadas). Es pues conveniente aumentar su consumo de carne, pescado y legumbres secas (para la vitamina B6); de canónigo y otras verduras frescas de hojas verdes, así como de hinojo, zanahorias y endibias (para las vitaminas B9 y B12).

 

 

¿Qué conviene hacer en caso de relaciones sexuales dolorosas después del parto?

 

Tras el parto, algunas mujeres padecen dolor durante las relaciones sexuales, por falta de lubrificación natural de la vagina. Mientras se espera que el funcionamiento hormonal recupere su normalidad y provoque las secreciones necesarias para esta lubrificación, pueden aplicarse lubrificantes artificiales, que se presentan en forma de cremas o gel.

Tras una intervención quirúrgica para facilitar el parto o una cesárea, se evitarán los dolores relacionados con una cicatrización no demasiado lenta, favoreciéndola.

Algunos remedios homeopáticos, en especial la caléndula, la arnica, la silicea o el hipérico son muy a menudo eficaces. Un médico homeópata le indicará las dosis correctas.

 

 

¿Se puede volver frígida la mujer tras un parto?

 

Las causas de la frigidez son a menudo psicológicas; si, tras el parto, una mujer se encuentra en un «nuevo» cuerpo que no acepta, puede sentir un cierto bloqueo que provoque una ausencia de impulsiones y de deseos sexuales.

Una psicóloga le ayudará a encontrarse mejor en su piel. Una gran vigilancia y mucha paciencia le ayudarán a recuperar, en algunas semanas o meses, un cuerpo y sobre todo una imagen de sí misma aceptada y de la que se reconoce sus posibilidades de seducción.

Si, tras el primer nacimiento, se produce la irrupción de una tercera persona en la vida de la pareja que perturbe la relación amorosa, entonces también un psicólogo (o una pareja de psicólogos) constituirá una ayuda muy valiosa.

Si la sexualidad no parece más satisfactoria, por falta de tonicidad vaginal, es preciso pensar en reeducar el periné. Su reeducación puede empezar aproximadamente 5 semanas después del parto: contraer simultáneamente los músculos del ano y del periné, ya se esté sentada, tumbada o de pie. Basta con imaginarse que se aprieta así un tubo cada vez más estrecho.

 

¿Es definitivo un diagnóstico de esterilidad?

 

Existen muchas mujeres «estériles» que se quedan embarazadas justo después de haber adoptado a un niño. Las causas de la esterilidad son múltiples y no debe dudarse en consultar a varios ginecólogos y conservar la esperanza de un eventual embarazo, sin convertirlo en una obsesión. Según los casos, la ayuda psicológica también puede ser útil.