La vida es sueño, «comedia famosa de don Pedro Calderón de la Barca», es una de las obras capitales del teatro universal por la gran riqueza de sus ideas y la belleza de sus palabras. No se puede cambiar —adaptar— ninguno de sus versos, porque en ellos reside su majestuosidad y hermosura, pero a menudo no son fáciles de entender por la oscuridad de la expresión barroca de su creador. Los editores intentan solucionar esas brumas con notas a pie de página, aunque no siempre se disipan del todo con ellas porque la dificultad no reside solo en las palabras, sino que a menudo abarca un espacio mayor. Esa es la razón de mi edición con comentarios, que se van intercalando en el texto de Calderón. No son estos su glosa, porque en ellos no se explica lo que no tiene dificultad de comprensión y se deja entonces la voz sola a los versos; el comentario se ofrece solamente como una solución a los lugares oscuros que presentan, para que se tenga a mano la aclaración de las dudas que pueden haber surgido. Tampoco se desarrollan en los comentarios los asuntos de la obra, porque no se pretende de ninguna manera sustituir su lectura con una prosificación glosada, sino ayudar a entender la comedia para aumentar el disfrute con su total comprensión.
El texto de La vida es sueño es el que figura en la Primera parte de comedias de don Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1636), su primera edición. He modernizado la ortografía y he acentuado y puntuado el texto según las normas académicas. He suprimido asimismo las metátesis (en la primera jornada: «prendeldes», «mataldes», «escondelde», «ataldes» y «tomalda» por «prendedles», «matadles», «escondedle», «atadles» y «tomadla»; en la tercera, «seguilde» por «seguidle») y he modernizado las formas verbales cuando podían llevar a confusión, siempre que no afectara el cambio a la métrica del verso: en vez de «huigamos», «huyamos», en lugar de «trujiste», «trajiste» (primera jornada); en vez de «hicistes», «trujistes», «llegastis» y «trujese», edito «hicisteis», «trajisteis», «llegasteis» y «trajese» (segunda jornada); modifico «perdistis» por «perdisteis», «fuistis» por «fuisteis», «trujeron» por «trajeron» (tercera jornada).
He mantenido la forma «efeto» solo cuando se apoyaba la rima en ella («Porque sé el secreto / de quién eres, y en efeto…» y «para la muerte secreto; / de donde claro se arguye / que quien más su efecto huye / es quien llega a su efeto».), y también «vencellas» (que rima con «estrellas»), «perfetas» (rima con «planetas»), y «pintallo» por la misma razón («En un veloz caballo / […] fuerza es el pintallo»).