2 CRÓNICAS

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Búsqueda de Dios en una lección de historia

Este libro trata de la esperanza.

Para un pueblo al pie de cenizas y montones de piedras que una vez constituyeran su nación, su ciudad y su hogar, la esperanza es algo crítico.

Después de medio siglo de exilio en lo que hoy día es Irak, los judíos recibieron permiso para regresar a su tierra natal. Bastantes no volvieron porque se habían acostumbrado a su nueva vida. Muchos de los judíos jóvenes y suficientemente sanos para hacer el viaje de casi mil seiscientos kilómetros hasta Israel nunca habían visto el lugar. Este no era un hogar para ellos.

Sin embargo, muchos otros judíos, jóvenes y ancianos, habían preservado las historias de su pasado. Sabían que Dios les había prometido la tierra. De modo que regresaron. Pero con desesperación necesitaban saber si este era parte del plan de Dios. Quizás el Señor había abandonado a los israelitas por desobedecerle. Tal vez para esa época él ya había escogido a otro pueblo.

El escritor de Crónicas presenta una lección de historia mezclada con un sermón de certeza para los judíos que luchaban con esa clase de dudas. Les muestra su prolongada historia con Dios y les sugiere que también tendrán un prolongado futuro.

No obstante, lo que hace de Crónicas un clásico es su mensaje eterno: Si hay esperanza desde arriba para un pueblo deshecho como el judío, entonces hay esperanza para nosotros.

Frases célebres

• «Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra» (7.14, NVI). Promesa de Dios para Salomón en caso de que el Señor deba castigar a Israel por cometer pecado.

Tras bastidores de 2 Crónicas

IL-starPapeles protagónicos

Salomón, rey de Israel y constructor del templo (1.1)

Ezequías, un rey piadoso que ayuda a Judá a sobrevivir en Asiria (28.27)

Josías, rey y reformador religioso (33.25)

IL-bookTrama

Salomón es coronado rey después de la muerte de David su padre. Construye el templo y gobierna la nación durante una época dorada de paz y prosperidad. Después de la muerte de Salomón, las tribus del norte rechazan a su hijo como rey cuando el joven soberano amenaza gobernar con severidad. Estas tribus forman una nación aparte, la cual más adelante es asolada por los asirios. Los sobrevivientes son deportados y nunca regresan. Después de ciento cincuenta años, Judá, la nación del sur, también es destruida y el pueblo deportado. A estos judíos, sin embargo, finalmente se les permite volver a su tierra y reconstruir su nación en ruinas.

¿Sabía usted?

• Los constructores en la antigüedad valoraban más que cualquier otra la madera de cedro que Salomón importó del Líbano y utilizó en la construcción del templo. Su madera colorada era resistente a la putrefacción, no tenía nudos, y producía una fragancia agradable al olfato humano, pero que ahuyentaba insectos. Los árboles de cedro pueden vivir tres mil años. No obstante, debido a la gran demanda de cedros del Líbano, solo quedan restos del bosque que una vez fuera fabuloso.

IL-cameraQué buscar

La moraleja detrás de la historia. Observe que, tal como ocurre en 1 Crónicas, este libro no solo es un informe histórico. Después de todo ya se han escrito los libros históricos que cubren esta época. Crónicas es historia desde un punto de vista sacerdotal; para los judíos que han regresado del exilio en Babilonia es un intento de interpretar lo que significa esta historia. La moraleja detrás de la historia es que el pueblo judío tiene un futuro con Dios.

Escasez de material acerca de la nación del norte. El escritor casi se desentiende por completo de la nación norteña de Israel, excepto para reconocer los grandes acontecimientos: Su separación de la unión y su exterminio.

En lo que al escritor de Crónicas respecta, las tribus perdidas de Israel, como llegan a conocerse, ya no representan al verdadero Israel. Se ha roto su relación con el pacto de Dios. Desde el principio de su separación adoraron ídolos. En consecuencia su nación es destruida y a los ciudadanos sobrevivientes los llevan al exilio… y nunca regresan. Los que se han quedado son absorbidos por culturas extranjeras al mezclarse con colonizadores asirios.

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IL-computerAutor y fecha

No se identifica al escritor. Antigua tradición judía afirma que Esdras escribió 1 y 2 Crónicas junto con los libros de Esdras y Nehemías. Al igual que los libros de Samuel y de Reyes, los dos de Crónicas se escribieron originalmente en un solo volumen que más tarde fue separado para que cada uno cupiera en un solo rollo.

Es probable que Crónicas se haya escrito a principios del siglo quinto a.C., cerca de cien años después que muchos de los judíos regresaran del exilio y reconstruyeran el templo.

Las historias se han escogido con mucho cuidado para asegurar a los judíos que tienen un legado piadoso y que su pacto con Dios aún está vigente. Pero las historias también les motivan a no repetir las equivocaciones del pasado.

IL-worldUbicación

La mayor parte de la historia se lleva a cabo en lo que hoy día es Israel. La «época dorada» del reinado de Salomón termina con su muerte, y rápidamente la nación se divide en dos: Israel en el norte y Judá en el sur.

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Escenas extraordinarias de 2 Crónicas

Poco después de que Salomón es coronado rey de Israel, Dios le habla en un sueño, como ha hecho con Abraham, Jacob y José en años pasados.—Pídeme lo que quieras que yo te dé—dice el Señor.—Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo—contesta Salomón.—Por cuanto no pediste riquezas, bienes o gloria, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría—dice Dios—. Sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti.

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Salomón pide sabiduría a Dios
(1.1–17)

En lo alto de una colina desde donde se divisa Jerusalén, Salomón construye el primero de los tres únicos templos que los judíos han tenido. Él reúne una extraordinaria fuerza laboral de ciento cincuenta mil trabajadores.

Siete años después se concluye el trabajo. Israel tiene uno de los templos más hermosos y costosos del mundo antiguo, un centro de adoración con techos, muros y pisos de oro. Este templo de blanca piedra caliza tiene veintisiete metros de largo, nueve metros de ancho y trece metros y medio de alto.

En el interior solamente se permiten sacerdotes. En el salón del fondo, donde solo el sumo sacerdote puede entrar una vez al año, yacen los Diez Mandamientos dentro de un cofre cubierto: El arca del pacto.

En este templo los judíos ofrecerán sacrificios a Dios por cuatrocientos años… hasta que invasores babilónicos destruyen la edificación.

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Salomón edifica el templo
(3.1–17)

En la época en que muere Salomón, los israelitas están cansados de pagar pesadas cargas impositivas para mantener la administración y la enorme familia del rey (tiene mil esposas). También están cansados de que se le reclute para construir ciudades, fortalezas y palacios.

Los israelitas piden alivio al rey Roboam, hijo y sucesor de Salomón. El inexperto monarca responde con dureza: «Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo con escorpiones».

Las tribus del norte se separan, inician su propia nación a la que llaman Israel y nombran su propio rey. Solamente la tribu de Judá, en el sur, se mantiene leal al descendiente de David.

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Israel se separa en dos naciones
10.1–19)

La nación del norte sufre bajo reyes impíos por casi doscientos años. Asiria invade y aniquila el reino en el 722 a.C., llevándose cautivos a los sobrevivientes.

Igual que otras naciones de la región, Judá ha estado pagando impuestos a Asiria. Pero cuando el rey asirio muere muchos años después, Judá decide rebelarse.

El ejército de Senaquerib, el nuevo rey asirio, captura una ciudad judía tras otra antes de tender sitio a Jerusalén. Al estar cerca de los muros de la ciudad, el comandante asirio grita sus advertencias: «¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? … ¿Creéis vosotros que vuestro Dios podrá salvarlos?»

El Señor envía un ángel al campamento asirio. A la mañana siguiente el cuartel está lleno de cadáveres. Deshonrado, Senaquerib retorna a Asiria.

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Senaquerib sitia a Jerusalén pero sufre desastre
(32.1–23)

La nación sureña de Judá sobrevive a su hermana del norte por casi ciento cincuenta años. La razón es que Judá tiene muchos monarcas piadosos. Pero algunos reyes hacen descarriar al pueblo.

«Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas». Dios decide castigar a Judá (36.15–16).

Jerusalén, la capital de Judá, sufre un sitio de año y medio en que muchos mueren de hambre. Cuando soldados babilónicos del rey Nabucodonosor atraviesan los muros de la ciudad, arrasan con ella. El glorioso templo de Salomón, símbolo judío de identidad nacional y religiosa, es saqueado y después destruido.

Los ciudadanos judíos que sobreviven al asalto son deportados a Babilonia como cautivos.

La nación de Abraham y David ya no existe.

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Jerusalén cae ante Babilonia
(36.9–21)

Alrededor de cincuenta años después el Imperio Persa derrota a Babilonia, exactamente como Babilonia había dominado antes a Asiria. El nuevo gobernante es Ciro, quien inducido por Dios, emite el siguiente decreto: «Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá».

Con esta promesa, muchos judíos empiezan su largo viaja a casa.

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El rey de Persia libera a los judíos
(36.22–23)

Resenñas

Política de Ciro de liberar cautivos. Tanto 2 Crónicas como Esdras dicen que el rey persa Ciro dejó que el pueblo judío conquistado regresara a su tierra en Judá para que pudiera reconstruir el templo. Un cilindro de piedra de veinticinco centímetros de largo grabado con escritura cuneiforme confirma que Ciro tuvo la política de dejar que el pueblo derrotado volviera a su patria.

Conocido como el Cilindro de Ciro, el documento cita las palabras del rey con la orden de reconstruir los santuarios sagrados en ciudades santas «al otro lado del Tigris. … También reuní a sus antiguos habitantes y los devolví a su tierra».

Ningunos setenta años de exilio. Jeremías, el profeta que fue testigo de la caída de Jerusalén en el 586 a.C., dijo que el exilio duraría «setenta años» (Jeremías 29.10). Solo duró alrededor de cincuenta, porque el rey persa Ciro dejó que los judíos volvieran a casa allá por el 538 a.C., exactamente después de que Persia derrotara a los babilonios (2 Crónicas 36.22).

La diferencia de veinte años permanece como un misterio. Sin embargo, existen varias soluciones posibles:

• Jeremías pensaba en la primera deportación de judíos a Babilonia. Esto ocurrió allá por el 605 a.C., casi setenta años antes del decreto de Ciro.

• El exilio se extendió desde la destrucción del templo en el 586 a.C. hasta que se volvió a dedicar en el 516, setenta años después.

• Jeremías no hablaba de setenta años en forma literal. Solo quiso decir mucho tiempo. Esta cantidad se utilizó de este modo en la Biblia en otras ocasiones (2 Crónicas 36.21; Daniel 9.24).

Libros afines

• El libro de Esdras continúa la historia de Israel, con los judíos que regresan del exilio e inician la obra de reconstrucción del templo.

• Para más detalles de la época que cubre el libro, lea 1 y 2 Reyes.

• Para ver brevemente lo que Jesús pensaba cuando habló de «Salomón con toda su gloria» (Mateo 6.29), revise el capítulo nueve, acerca de la reacción de la reina de Sabá ante Salomón.