Ministración a mentirosos y glotones ociosos
Algunos pastores sienten como si estuvieran ministrando a una congregación de individuos de dos caras. No obstante, en el caso de la iglesia de Tito se suponía que esto era muy cierto. Pablo afirma que uno de los escritores y maestros más respetados de Creta dijo: «Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos» (1.12). Antiguos escritos griegos confirman esta opinión de los cretenses, porque en griego «cretinizar» es un verbo que significa «mentir».
El apóstol asigna a Tito la organización de iglesias entre estas personas, dándole irónicamente una orden que debe parecer una contradicción: reconocer como dirigentes de la iglesia a cretenses «que tengan buena reputación» (1.6).
El apóstol y su colaborador conocen la reputación de los cretenses, y que es merecida (vea «Pablo calumnia a los cretenses» en Reseñas). Pero según parece los ministros también recuerdan lo que Jesús dijo cuando sujetos religiosos lo regañaron por codearse con mentirosos, pillos y otros personajes sospechosos: «El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lucas 19.10).
Pablo recuerda a Tito que Jesús puede influir en personas de cualquier parte, incluso Creta, porque Jesús fue determinante en ellos: «Nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados […] aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros»—explica el apóstol—, pero que ahora que estamos «justificados por su gracia [de Cristo], viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna» (3.3, 7).
Frase célebre
«Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos» (1.12). Palabras de un escritor y profeta cretense, a quien Pablo cita, aparentemente para advertir a Tito, que el ministerio en Creta será un desafío.
Tras bastidores de Tito
Papeles protagónicos
Pablo, ministro itinerante que recorre cerca de mil seiscientos kilómetros e inicia iglesias en todo el imperio romano (1.1)
Tito, uno de los compañeros itinerantes no judíos de Pablo, a quien el apóstol nombra para organizar las iglesias en la isla de Creta (1.4)
Trama
Durante uno de sus viajes misioneros, Pablo visita la isla de Creta, al sur de Grecia. Pablo siente la necesidad de continuar su viaje, pero deja a uno de sus compañeros de viaje, Tito, «para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad» (1.5).
Algún tiempo después Pablo escribe esta corta misiva a Tito; quizás el apóstol la escribió en la misma época que 1 Timoteo, después de designar a Timoteo a la iglesia en Éfeso. Ambas cartas tienen mucho material parecido. Pablo instruye a Tito en las cualidades que se deben buscar al seleccionar dirigentes de la iglesia. Pablo también dice a Tito cómo aconsejar a grupos distintos de personas en la iglesia. Que las mujeres ancianas, por ejemplo, «sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino» (2.3).
El apóstol concluye la carta de tres capítulos instando a Tito a insistir en que las personas se lleven bien mutuamente, y a evitar falsos maestros.
Qué buscar
Consejo para un ministro. Esta epístola es el consejo de un ministro experimentado a un ministro más joven. Expertos bíblicos llaman cartas pastorales a las tres epístolas (1 y 2 Timoteo y Tito) porque contienen consejos de Pablo a estos dos hombres que una vez fueron sus compañeros de viaje, pero que ahora están pastoreando iglesias.
Requisitos para líderes de las iglesias. Parte de la tarea de Tito en Creta es elegir dirigentes para cada iglesia en la isla. Puesto que Pablo sabe que un mal líder puede matar una congregación, ofrece a Tito una lista de requisitos. El dirigente de iglesia debe ser «irreprensible, marido de una sola mujer—explica el apóstol—, que tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía» (1.6). Además, dice Pablo, el supervisor de iglesia debe ser «irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo» (1.7–8).
Falsa enseñanza. Tito enfrentó algo similar a la clase de competencia religiosa que Timoteo en Éfeso. Pablo dice: «Evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho» (3.9; este consejo es similar a 1 Timoteo 1.4, 7). Aparentemente Pablo está hablando de judíos cristianos, muchos de los cuales tienen gran orgullo de sus orígenes familiares, y creen que todo cristiano—incluso no judíos—debe obedecer las leyes judías que Dios proporcionó a Moisés. El apóstol enseña que la era de la ley terminó cuando Jesús fue sacrificado por los pecados de la humanidad (Colosenses 2.14).
¿Sabía usted?
• Medio millón de personas viven hoy día en Creta, y la mayoría se consideran miembros de la Iglesia Ortodoxa de Creta, una rama de la Iglesia Ortodoxa Griega. Hay más de tres mil iglesias ortodoxas en la isla.
Autor y fecha
La carta la escribe Pablo (1.1) a Tito, quien está dirigiendo la obra de varias iglesias en Creta. Sin embargo, algunos eruditos insinúan que uno de los compañeros de Pablo escribió la carta después de la muerte del apóstol, extrayéndola de sus otras cartas y sermones, y aplicando luego los mensajes a problemas que surgieron posteriormente en Creta. (Por discusiones acerca de quién escribió la carta, váya a «¿Quién escribió Timoteo y Tito?» en la sección Reseñas de 1 Timoteo.)
No está claro cuándo se escribió la epístola. No hay mención de que Pablo visitara Creta, ni en las narraciones de Hechos ni en alguna de sus cartas fuera de esta. Por esto algunos insinúan que Pablo escribió la carta después de los acontecimientos descritos en Hechos. De ser así, el apóstol fue liberado de la cárcel en Roma aproximadamente en el 62 d.C., y luego hizo un cuarto viaje misionero. Es probable que durante ese viaje asignara a Tito para Creta; después fue arrestado y enviado otra vez a Roma. Esta vez Pablo fue ejecutado allá por el 67 d.C., durante la persecución de Nerón contra los cristianos.
Ubicación
Pablo dirige esta carta a Tito, quien está organizando iglesias en la isla de Creta, como a ciento sesenta kilómetros al sur de Grecia. (Vea el mapa en Gálatas.) La isla tiene aproximadamente doscientos cuarenta kilómetros de oriente a occidente, y cincuenta y cinco de norte a sur; en kilómetros cuadrados es más o menos del tamaño de Rhode Island. Esta es una tarea de corto plazo para Tito. Pablo dice que pronto enviará reemplazo, y que desea que Tito se le una en Nicópolis, una ciudad sobre la costa occidental de Grecia.
Escenas extraordinarias de Tito
Después de la llegada de Pablo a la isla de Creta, y del inicio de iglesias en varias ciudades, el apóstol decide seguir adelante. Pero comisiona a Tito, uno de sus colaboradores, que se quede el tiempo suficiente para levantar líderes y esclarecer la confusión acerca de falsas enseñanzas que rápidamente empieza a amenazar las iglesias.
Por carta Pablo se mantiene en contacto con Tito, aconsejándolo en la selección de líderes y en cómo luchar contra falsas enseñanzas que socavan el cristianismo.
El apóstol dice que los dirigentes deben tener sólida reputación y muy buena disposición. Además deben estar totalmente de acuerdo con las enseñanzas centrales de Pablo, las cuales resaltan que la salvación es por fe en Jesús, no por obedecer leyes judías.
Pablo sugiere un ataque doble contra falsas enseñanzas.
Primero, le pide encarecidamente a Tito que ataque las enseñanzas falsas con enseñanzas verdaderas: «Habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina» (2.1). Luego el apóstol explica cómo Tito puede medir su eficacia: la fe en Jesús se debe expresar en las vidas de las personas.
Los hombres mayores serán más pacientes, las mujeres mayores dejarán el chisme, las jóvenes serán más amables, y los jóvenes aprenderán a dominarse.
Segundo, Pablo dice a Tito que se aleje de falsos maestros que arman líos en la iglesia. «Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio» (3.10–11).
El apóstol concluye con la misma oración que termina muchas de sus cartas: «La gracia sea con todos vosotros. Amén».
Tito enseña a una congregación en Creta
(2.1—3–11)
Reseñas
Enseñanza de Pablo: Sujeción a gobernantes. Algunos eruditos creen que Pablo no escribió esta carta, debido a la elección de palabras y las enseñanzas del escritor; además, la supuesta estructura de organización muy desarrollada de la iglesia sugiere que el escrito se realizó décadas después del apóstol, cuando era cada vez mayor la institucionalización en la iglesia. Sin embargo, parte del material central en Tito repite lo que Pablo dijo en otras epístolas.
Por ejemplo, el apóstol dijo a Tito: «Recuérdales [a los cretenses] que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan» (3.1). Pablo dijo lo mismo a cristianos en Roma, en una carta que la mayoría de los eruditos concuerda en que es verdaderamente del apóstol (Romanos 13.1–2).
Pablo calumnia a los cretenses. «Tonto, vulgar o insensible», son definiciones modernas de un cretino. Pablo dio su propia definición parecida de los cretenses al citar un poema humorístico del siglo sexto a.C., del poeta y profeta cretense Epiménides: «Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos» (1.12). Pablo añade a este versículo poético: «Este testimonio es verdadero» (1.13).
¿Por qué Pablo calumniaría a las mismas personas que afirma estar tratando de ayudar?
Quizás el apóstol dijo eso debido a que los calumniados se habían ganado su mala reputación, y Pablo no quería que Tito pensara que los problemas ministeriales en Creta fueran culpa del ministro.
Mil años antes Creta había sido famosa por sus hábiles arquitectos e ingenieros; los griegos viajaban allá para estudiar la arquitectura. Pero más tarde entró el comercio a todas partes, y Creta recibió la triste fama de dar refugio a piratas y mercenarios.
Libros afines
Para más del consejo de Pablo a un ministro, lea 1 y 2 Timoteo. La epístola a Tito es tan parecida a 1 Timoteo que tal vez las dos cartas se escribieron al mismo tiempo.