GÉNESIS

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Cuándo comienza el mundo

Génesis contesta algunas de las preguntas más fundamentales que siempre enfrentaremos:

¿Quién soy?
«Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó» (1.27).

¿De dónde vengo?
«Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida» (2.7).

¿Por qué estoy aquí?
«Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra».

Somos guardianes de la creación de Dios.

Génesis es una antigua palabra griega que significa principio. De eso se trata el libro: el principio del universo, de los seres humanos, del pecado, de la nación judía.

Aquí vemos a Dios que infunde vida en Adán y Eva, que navega con Noé durante el diluvio, que se maravilla ante la fe de Abraham, y que viaja con las familias de Jacob cuando escapan del hambre en Israel emigrando a Egipto, donde acabarán como esclavos que fabrican ladrillos para Faraón.

Sin Génesis el resto de la Biblia no tiene sentido. Las Escrituras hablan del plan de salvación de Dios: su estrategia para extenderse a los seres humanos y salvarlos del pecado y la destrucción que este ocasiona. Génesis muestra por qué es necesaria la salvación: la creación de Dios fue invadida y contaminada por el pecado. Y solo el Creador puede restaurar su creación.

Frases célebres

• «En el principio creó Dios los cielos y la tierra» (1.1).

• «¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?» (4.9). Respuesta de Caín a Dios cuando le pregunta dónde estaba Abel, a quien Caín había asesinado.

• «Noé halló gracia ante los ojos de Jehová» (6.8). Por esto Noé y su familia no murieron en el diluvio.

• «Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar» (22.17). Promesa de Dios para Abraham, padre de la nación judía.

Tras bastidores de Génesis

IL-starPapeles protagónicos

Adán y Eva, la primera pareja humana del mundo (3.20)

Noé, constructor del arca y sobreviviente del diluvio (5.29)

Abraham, el hombre escogido por Dios para convertirse en padre de los judíos (17.4)

Isaac, el hijo prometido por Dios a Abraham; nacido cuando Abraham tiene cien años (17.19)

Jacob, padre de los hombres cuyos descendientes llegaron a ser las doce tribus de Israel (25.26)

José, el hijo favorito de Jacob, quien se convirtió en un líder de Egipto (30.24)

IL-bookTrama

Dios hace un mundo hermoso y sin pecado, y crea a los seres humanos para que lo cuiden. Estos primeros humanos, Adán y Eva, disfrutan una relación única entre ellos y con Dios, y se les encomienda administrar un mundo maravilloso repleto de vida. Adán y Eva, sin embargo, deciden comer del fruto que Dios había advertido que los mataría. El Señor expulsa a la pareja del huerto del Edén, explicándoles que cosecharán las consecuencias prometidas: morirán. Pero antes, la mujer «con dolor dará a luz los hijos», y el hombre tendrá que «comer el pan con el sudor del rostro» (3.19).

La humanidad y Dios se separan. Apartado de Dios, el mundo se vuelve tan perverso que Dios lo purga en un gran diluvio, salvando solo a Noé y su familia. Después el Señor concibe un plan para reivindicar a la humanidad de la atadura del pecado.

Dios empieza su plan al crear una nación de judíos por medio de Abraham. Esta nación debe aprender a obedecer y hacer «justicia y juicio» (18.19). Más tarde Dios promete ampliar la esfera de su salvación, haciendo a los judíos «benditos en todas las naciones de la tierra» (18.18).

IL-cameraQué buscar

La verdad a la antigua. No lea la historia de la creación con la esperanza de que esté escrita como un reporte moderno de laboratorio. Lo que Génesis enseña acerca de la creación es verdadero, y una cantidad creciente de científicos cree que el universo nació de una manera asombrosamente similar a lo que Génesis ha dicho siempre. Pero el libro expresa esta verdad del modo en que se expresaba la verdad en tiempos antiguos, no en los términos técnicos y súper precisos de la ciencia moderna. El enfoque es mucho más en el quién de la creación que en el científico cómo. En contra de todas las afirmaciones de que la creación ocurrió por sí misma (por medio de alguna causa desconocida), o de que sucedió a través de tonterías o conflictos de cualquier cantidad de dioses (según muchas otras historias antiguas de la creación), el Génesis senci-llamente establece: En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Muchos de los detalles relacionados con cómo lo hizo permanecen en el misterio. Por ejemplo, los cristianos tienen diferente opinión respecto a si los días de la creación fueron períodos de veinticuatro horas o largas extensiones de tiempo. (Ver «Creación en seis días» en Reseñas.)

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Creación reivindicada. Observe cómo el pecado original de Adán y Eva llega a envolver todo el mundo, y cómo Dios empieza a corregir el problema.

Adán y Eva desobedecen a Dios. A Caín le dan celos de su hermano menor y lo mata. Lamec mata a un joven que lo hirió y presume de que quien busque venganza será castigado once veces más que cualquiera que intente vengarse de Caín, a quien Dios había dado un marco especial de protección. La maldad, la violencia y el asesinato cubren la tierra durante la época de Noé, así que Dios purga al mundo con un diluvio. Una civilización restaurada y perfeccionada repite el espíritu del pecado original, desafiando a Dios, haciendo que el Señor esparza a la humanidad por los cuatro puntos cardinales del planeta, e imponiéndoles una variedad de idiomas.

El mismo primer pecado corrompió la «buena» creación de Dios, con dolorosas consecuencias entre las cuales se cuenta una relación rota entre él y los hombres. A partir de ahí el pecado se extiende y contamina a todo el mundo.

Dios decide redimir su creación y hacerla buena otra vez. Comienza con un hombre justo: Abraham. De él nace una nación distinta para que sirva al Señor y llegue a ser un modelo de bondad para el resto del mundo.

Amor por los desvalidos. Observe cómo Dios muestra su amor por personas que la sociedad tiende a menospreciar. Aunque la costumbre antigua exige que el hijo mayor obtenga la atención y la gloria, Dios hace brillar la luz en hijos menores como Isaac (en vez de Ismael), Jacob (en vez de Esaú), y José (quien tenía diez hermanos mayores).

Luego está el asunto de las mujeres estériles, damas tratadas a menudo como si hubieran hecho algo para merecer la esterilidad. Dios las salva de su agonía al volver fructíferas a Sara, Rebeca y Raquel, y más tarde a las madres de Samuel, Sansón y Juan el Bautista.

¿Sabía usted?

• James Dean hizo en 1955 su debut en la pantalla en Al oriente de Edén, una historia de John Steinbeck de dos hermanos luchadores semejantes a Caín y Abel. El título de la película viene de Génesis 4.16. Es al oriente del Edén adonde Caín huyó después de matar a su hermano.

• El Génesis dice que Dios hizo a Eva como ayuda idónea para Adán (2.18). Esto ha llevado a mucha gente a discutir que las mujeres son inferiores a los hombres. Pero la palabra hebrea traducida «ayuda idónea» en unas biblias, y «compañera» en otras, es la misma expresión que describe el papel de Dios al ayudar a los seres humanos (Salmos 33.20).

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IL-computerAutor y fecha

No se nombra al autor del Génesis. Muchos eruditos dicen que el libro muestra evidencia literaria de ser una mezcla maravillosamente compuesta de varias fuentes antiguas. Pero la tradición judía dice que Moisés escribió los primeros cinco libros de la Biblia. Jesús está de acuerdo (ver Juan 7.19). Si Moisés lo escribió, pudo haber recibido directamente de Dios parte de la información como pasó con los Diez Mandamientos. Otro material pudo venir de relatos transmitidos en forma oral y escrita. Abraham, por ejemplo, vino de la región donde se inventó la escritura; él pudo haber escrito parte de su historia. Los cristianos reciben este libro, y los demás de la Biblia, como inspirados por Dios para revelar a los seres humanos cómo es él y cuál es su voluntad para nosotros.

No se sabe cuándo se escribió el Génesis. Este abarca un período desde el inicio de la creación hasta la muerte de José en Egipto, aproximadamente en el 1800 a.C. Algunos eruditos bíblicos dicen que el libro se recopiló de varias fuentes, quizás aun en el 500 a.C., casi mil años después de Moisés. Pero si Moisés lo escribió, es probable que lo haya hecho durante los cuarenta años que él y los israelitas vagaron en la Península de Sinaí después de salir de Egipto. Sin embargo, no se sabe cuándo se realizó este viaje; algunos eruditos dicen que el éxodo, como se le llama al viaje, ocurrió en 1400 a.C. Otros discuten que ocurrió doscientos años más tarde.

El libro se escribió para mostrar que la creación de Dios era buena, y que después de que se arruinara por el pecado Dios comenzó su plan para redimirla por medio del pueblo escogido que proviene de Abraham.

IL-worldUbicación

Las regiones mencionadas en el libro abarcan una extensión de mil seiscientos kilómetros desde el pueblo natal de Abraham, Ur (en Irak), hasta la tierra que Dios le prometió en Canaán (Israel), y hasta Egipto. No está claro dónde estaba el huerto del Edén. Las teorías más firmes lo sitúan en algún lugar en el Oriente Medio, especialmente en la fértil franja de tierra entre los ríos Tigris y Éufrates en Irak, o a lo largo del Río Nilo en Egipto.

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Escenas extraordinarias de Génesis

Después que Dios creara los cielos y la tierra concluyó su creación con algo apoteósico: los seres humanos. «Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente». Dios hizo a Eva de una costilla de Adán.

A diferencia de todas las demás criaturas, los humanos están hechos a imagen de Dios «conforme a su semejanza». La responsabilidad de ellos es administrar y cuidar la tierra.

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Dios crea a Adán
(1.26–31; 2.7)

En un huerto paradisíaco en Edén, Adán y Eva están limitados solo por una regla: no deben comer el fruto de un árbol particular porque si lo hacen morirán. A pesar de eso Eva lo come y luego convence a Adán de que también coma.

Dios expulsa del huerto a los primeros seres humanos, y promete que morirán después de experimentar una difícil existencia, diferente a todo lo que habían conocido antes. Eva sufrirá al dar a luz. Adán luchará por obtener suficiente alimento. La presencia del pecado cambia radicalmente la creación para mal.

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Eva come el fruto prohibido
(3.1–24)

El agricultor Caín es el hijo mayor de Adán y Eva. El pastor Abel es el hijo menor. Cada uno de estos hombres hace una ofrenda a Dios; Caín da de la cosecha y Abel ofrece ganado. Dios acepta la ofrenda de Abel pero rechaza la de Caín, quizás porque este no sacrificó lo primero y lo mejor de sus cultivos (v. 7).

Enfurecido por los celos, Caín comete el primer asesinato registrado en el mundo. Mata a su hermano.

Como castigo Caín no vuelve a cosechar; si lo intenta, la tierra nada producirá. Además Caín está condenado a volverse fugitivo, «errante y extranjero en la tierra». Pero Dios lo protege con una señal no descrita que de algún modo advierte a los demás que no lo maten.

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Caín mata a Abel
(4.1–16)

«La maldad de los hombres era mucha en la tierra—dice Dios a Noé, el único justo que quedaba—. Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo».

El Señor da instrucciones a Noé de construir una enorme casa flotante de tres pisos, de aproximadamente ciento cuarenta metros de largo, catorce de alto, y veintitrés de ancho. En esta arca Dios conserva a Noé y su familia, junto con parejas de cada clase animal, salvaje y doméstico. Durante cuarenta días caen torrentes de lluvia hasta cubrir las montañas.

Solo después de cinco meses las aguas se retiran lo suficiente para que el arca descanse en la cadena montañosa Ararat en Armenia, como a ochocientos kilómetros al norte de donde muchos eruditos creen que comenzó la civilización.

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El diluvio destruye la vida sobre el planeta
(6—9)

Los descendientes de Noé hablan un idioma, trabajan juntos, y se vuelven arrogantes debido a sus logros. Deciden construir una torre enorme, quizás algo como una escalera al cielo o en honor de dioses paganos.

Dios dice: «Nada les hará desistir».

El Señor detiene el proyecto de la torre y pone una pausa al orgullo humano haciendo que de repente las personas hablen idiomas distintos. En consecuencia la humanidad se esparce por toda la tierra, según parece concentrada en grupos lingüísticos.

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El pueblo empieza a construir la Torre de Babel
(11.1–9)

Dios inicia, por medio de Abraham, su plan de restaurar la creación a su bondad original. Le dice a Abraham que salga de su tierra y vaya a lo que ahora es Israel. El Señor indica que dará esta tierra a Abraham, y «haré de ti una nación grande». El patriarca es de setenta y cinco años de edad y no tiene hijos en ese tiempo. Pero obedece y sale para la tierra prometida llamada Canaán.

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Abraham va a Canaán
(12.1–9)

Dios hace un contrato o pacto formal con Abraham. Le promete: «Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Así será tu descendencia». Para sellar el contrato, Abraham ofrece en sacrificio una becerra, una cabra, una tórtola y un palomino.

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Dios hace un pacto con Abraham
(15.1–21)

Mensajeros divinos visitan a Abraham cuando van a evaluar la situación en Sodoma y Gomorra. Prometen que él y Sara tendrán un hijo. Sara, quien escucha en el interior de la tienda, se ríe para sí. Después de todo Abraham tiene noventa y nueve años y ella noventa. Sin embargo, un año después nace una estrella: Isaac. Así comienza la nación judía.

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Sara ríe ante la promesa de un hijo
(18.1–2)

Después de dar esta feliz noticia, los mensajeros divinos se van a Sodoma y Gomorra, ciudades gemelas en un valle en algún lugar de Canaán. Su indagación muestra tal profundidad de perversión que Dios decide destruirlas. Es más, los hombres de Sodoma llegan tan lejos que tratan de violar a los mensajeros angelicales que Dios envía para advertir a Lot y su familia que salgan de ahí. Los ángeles ciegan a los candidatos a violadores.

Con Lot y su familia fuera de la ciudad, el Señor «hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielo» (19.24). Cuando la esposa de Lot miró hacia atrás se convirtió en estatua de sal.

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Sodoma y Gomorra son destruidas
(19.1–29)

Para probar la fe de Abraham, Dios le pide que mate a su hijo, Isaac, como sacrificio. Este es el retoño a través del cual el Señor prometió engendrar la nación judía. Sin embargo, Abraham obedece.

Isaac no sabe lo que está pasando. Cuando Abraham levanta el altar del sacrificio, su hijo le pregunta dónde está el cordero. Su padre contesta: «Dios se proveerá de cordero para el holocausto».

Cuando Abraham levanta el cuchillo para matar a Isaac de repente un ángel aparece y le dice que se detenga. «Ya conozco que temes a Dios—dice el ángel—, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único».

El Nuevo Testamento plasma esta historia como presagio de Jesús. Dios en realidad hizo lo que Abraham estuvo dispuesto a hacer: ofrecer a su hijo unigénito como sacrificio (ver Juan 3.16; Romanos 3.21–25). Juan el Bautista presentó a Jesús al mundo, diciendo: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1.29).

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Abraham se prepara a sacrificar a su hijo Isaac
(22.1–19)

Isaac crece, se casa y tiene dos hijos: Esaú y Jacob. Los dos hombres se separan después que Jacob, el hijo menor, engaña a su padre para que le diera la bendición en el lecho de muerte que por tradición se daba al hijo mayor. La noche anterior a la tensa reunión de Jacob con su hermano mayor Esaú, quien había jurado matarlo, el primero se topa con un hombre misterioso. Jacob quizás lo reconoce como un mensajero divino, porque se agarra de él y dice: «No te dejaré, si no me bendices».

Los dos hombres luchan hasta el amanecer, cuando el varón misterioso le saca a Jacob el muslo de su encaje. Este hombre entonces bendice a Jacob dándole el nuevo nombre de Israel. Jacob se convierte en padre de doce hijos, cuyos descendientes se convertirán en las tribus de Israel. El hijo más famoso es José.

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Jacob lucha con un mensajero celestial
(32.22–32)

José es el hijo favorito de Jacob, nacido de su esposa favorita. José sabe esto, y alardea fanfarroneando y hablando mucho. Sus diez hermanos mayores están tan hartos que deciden deshacerse de él.

Cuando José va a la campiña a observar a sus hermanos, estos lo agarran y lo lanzan a un foso. Mientras discuten si matarlo o no, pasa una caravana de comerciantes de esclavos que se dirige a Egipto. Los hermanos de José lo venden por veinte monedas de plata, en una escena que parece anunciar a Judas traicionando a Jesús por treinta monedas de plata (Mateo 26.15).

En Egipto, José cae preso después de ser acusado falsamente de intentar violar a la esposa de su amo. Permanece en prisión hasta que lo manda a llamar el gobernante del país.

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Los hermanos de José lo venden como esclavo
(37.12–28)

Faraón, rey de Egipto, tiene un sueño que lo deja sintiéndose preocupado. Sueña con siete vacas flacas que devoran a siete vacas gordas, pero que no engordan. A este sueño sigue otro de siete espigas enjutas que consumen a siete espinas llenas. Muchas personas en tiempos antiguos creían que los dioses se comunicaban por medio de sueños. Algunos reyes consultaban intérpretes de sueños, como hizo Faraón. Pero cuando los sabios del rey no logran interpretar el sueño manda a llamar a José, quien había interpretado correctamente los sueños de otros.

José le dice a Faraón que Dios está advirtiendo a Egipto que la nación disfrutará de siete años de buenas cosechas, seguidos de siete años de sequía. El agradecido Faraón nombra a José como funcionario superior encargado de manejar las reservas de trigo.

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José interpreta el sueño de Faraón
(41.1–40)

El hambre se extiende en Egipto y también en Israel. Los hermanos de José hacen el viaje de varios centenares de kilómetros hasta Egipto en busca de trigo para la venta. No reconocen a su hermano menor, ahora un hombre maduro y casado. Pero él los reconoce.

Al principio José mantiene su identidad en secreto. Pero finalmente ya no se puede contener. «Soy José», les dice. Entonces comienza a llorar. Cuando logra hablar de nuevo les pregunta si su padre aún está vivo.

En verdad Jacob vive, pero aún está deprimido por la pérdida de José.

José ofrece a sus aterrados hermanos la seguridad del perdón. «No os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá—explica—; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros» (45.5).

Ante la solicitud de José, y con la aprobación de Faraón, Jacob y toda su familia extendida se muda a Egipto para huir del hambre. Pero están destinados a sufrir la suerte del joven José; se convertirán en toda una nación de esclavos. Para liberarlos se necesita una acción de Dios, obrando por medio de un renuente pastor llamado Moisés.

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José revela su identidad a sus hermanos
(45.1–15)

Reseñas

Antiguos estilos de vida. Los detalles en la historia de Abraham y sus descendientes reflejan con exactitud la vida en esa época, según registros de la región natal de Abraham en lo que hoy día es Irak. Por ejemplo, entre las 282 leyes inscritas en el bloque de piedra de dos metros de alto llamado Código de Hammurabi, hay una que estipula que las esposas pueden utilizar a sus esclavas como madres suplentes. En este caso el hijo pertenece legítimamente a la madre adoptiva. Sara (esposa de Abraham) y Raquel y Lea (esposas de Jacob) usaron madres suplentes para incrementar el tamaño de sus familias. Acuerdos prenupciales inscritos en las tablillas de Nuzi, sobre el Río Tigris, confirman esta costumbre.

Sodoma y Gomorra. No hay rastros de estas ciudades que Dios destruyó en una tormenta de fuego y azufre. Pero esa región es rica en gas, petróleo y químicos subterráneos, entre estos azufre. El valle también se sitúa en una importante falla de terremotos. Una teoría dice que Sodoma y Gomorra fueron niveladas cuando un sismo abrió un pozo de gas natural que brotó, y que más tarde se encendió por acción de fuego o rayos y produjo los efectos descritos en Génesis.

Creación en seis días. Muchos dicen que la historia de la creación parece un mito.

Específicamente el relato bíblico de que el universo fue creado en seis días no cuadra con teorías científicas actuales que dicen que la creación necesitó inimaginables millones de siglos. Los cristianos están divididos en si días significa segmentos de veinticuatro horas o extensiones mayores de tiempo; la palabra hebrea original puede significar lo uno o lo otro. Aunque el Génesis no contesta nuestras preguntas acerca del cuándo y cómo de la creación, ofrece con claridad el punto principal que quiere resaltar: Dios es el creador.

El diluvio. Al contrario de la historia de Noé y su arca, no hay evidencia arqueológica convincente de que esa inundación mundial ocurriera en este planeta. Sin embargo, hay evidencia firme de que al menos un importante aluvión se tragó ciudades enteras en la fértil región donde quizás comenzara la civilización humana: a lo largo de las riberas de los ríos Tigris y Éufrates en lo que ahora es Irak. Rastros de un diluvio datan de aproximadamente el 3400 a.C. La epopeya babilónica también habla allí de una gran inundación.

Algunos eruditos se preguntan si el diluvio solo cubrió el mundo civilizado conocido (la palabra hebrea para mundo utilizada en esta historia no es la más común para describir el planeta tierra; es un término que también puede significar tierra o nación).

Otros se preguntan si el diluvio cubrió todo el planeta, y sencillamente aún no hemos encontrado la evidencia. Lo que hemos descubierto son historias de diluvio de más de cien culturas en todo el mundo: Egipto, Grecia, Norte y Sur América, China, el Pacífico Sur.

El Génesis nos muestra una y otra vez que fue escrito en las maneras y formas usadas en la antigüedad para expresar verdad, no para satisfacer la curiosidad científica moderna. Fue escrito para revelar cómo es Dios y cómo empezó el largo proceso de restaurar su buena creación y su relación con la humanidad rebelde.

Libros afines

• Para más de la historia de la creciente familia de Abraham, lea Éxodo. Este empieza donde se queda Génesis, con los israelitas en Egipto. El Éxodo habla de Moisés llevando la esclavizada nación al hogar que ahora es Israel.

• Para más acerca de la obra de Dios en la creación, lea su respuesta a Job, quien sintió que tenía el entendimiento intelectual para discutir con el Señor (Job 38.4—40.2). O lea el poderoso poema del profeta Isaías acerca de aprender a confiar en el Dios de la creación (Isaías 40.10–31).

• Para saber más acerca de por qué Abraham es tan importante para judíos y cristianos, y de cómo el Nuevo Testamento lo presenta como alguien que fue salvado por su fe en Dios, lea Romanos 4.1–25 y Santiago 2.14–26.