Moisés dirige el gran escape
Pida a un amigo judío que le hable del más grande acontecimiento en los cuatro mil años de historia de su pueblo.
Ese amigo señalará hacia el gran escape, una aventura épica registrada en Éxodo.
Esta no solo fue una escena de persecución espeluznante que se desarrolló alrededor de algunos de los milagros más espectaculares de la Biblia. Si usted congela este marco histórico captará el momento del nacimiento de Israel. Aunque centenares de años antes Dios prometió hacer de Abraham una nación, este fue el momento de que la promesa se hiciera realidad.
Bajo la dirección de Jacob había entrado a Egipto una familia hebrea que buscaba calmar el hambre. Bajo la dirección de Moisés salió de Egipto una nación hebrea en busca de libertad de la esclavitud.
Durante su viaje a casa, a lo que ahora es Israel, los judíos aceptaron su papel como descendientes de Abraham, y juraron obedecer a Dios. Por tanto el Señor, por medio de Moisés, estableció las reglas que habrían de gobernar al pueblo. En el centro de tales reglas están los Diez Mandamientos.
La historia es un clásico… no tanto por lo que revela acerca del pueblo judío sino por lo que revela acerca de Dios. Él es el gran liberador, quien puede invadir, e invadirá, el mundo físico para socorrer a quienes le piden ayuda.
Frases célebres
• «Yo soy» (3.14).Nombre de Dios, como se reveló a Moisés ante la zarza ardiente.
• «Deja ir a mi pueblo» (5.1). Exigencia de Dios a Faraón, el rey egipcio.
• «No tendrás dioses ajenos delante de mí» (20.3). El primero de los Diez Mandamientos.
• «Pagarás … ojo por ojo, diente por diente» (21.23–24).
Tras bastidores de Éxodo
Papeles protagónicos
Moisés, quien saca a los israelitas de Egipto (2.10)
Rey egipcio, conocido como Faraón, quien utiliza a los israelitas para labores de esclavos (1.11)
Aarón, hermano mayor de Moisés y fabricante del becerro de oro (4.14)
Trama
Para escapar al hambre en lo que ahora es Israel, Jacob lleva a su familia a Egipto. Permanecen allí aproximadamente por cuatrocientos años. Durante esta visita extendida los descendientes de Jacob aumentan en tal manera que los egipcios temen que los hebreos puedan tomarse el poder. Por tanto un rey egipcio decide convertirlos en esclavos. Los obliga a hacer ladrillos para sus enormes proyectos de construcción, que incluían ciudades enteras. El pueblo pide a Dios que los libere, y el Señor envía a Moisés a hacer exactamente eso.
Qué buscar
Dios se involucra. Observe que el Señor no descansa en la comodidad del cielo mientras espera que los seres humanos resuelvan sus propios problemas. Él es un Dios práctico. Levanta un líder de un hombre que desea permanecer con las ovejas. Origina milagros impresionantes para destruir la terca voluntad de Faraón. Además, el Señor abre un sendero seco a través de una masa permanente de agua cuando los israelitas que huyen quedan atrapados entre un amenazante ejército y el profundo mar azul.
Dos secciones. La primera mitad del libro es la historia épica de la huida de los israelitas de Egipto. La segunda mitad, que empieza en el capítulo 19, está constituida por leyes e instrucciones de adoración para los israelitas.
¿Sabía usted?
• Es probable que las diez plagas no solo sean intentos de torcer el brazo de Faraón para que deje ir al pueblo de Dios. Cada plaga parece enfocar y derrocar a un dios egipcio, para mostrar que el Señor es el único Dios verdadero. Por ejemplo, cuando el Señor cubre la tierra con tinieblas (plaga nueve) prueba su poder sobre la deidad principal Ra: el dios sol.
• Israel capturó de Egipto la Península de Sinaí en la Guerra de los Seis Días en 1967. Pero la devolvió en 1979 bajo las condiciones de un tratado de paz egipcio-israelí.
Autor y fecha
Quizás lo escribió Moisés, aunque el libro no identifica su escritor. Pero otros libros de la Biblia hablan de Moisés como el autor (Josué 8.31; Marcos 12.26). Además, Éxodo 17.14 dice que Moisés escribió al menos parte del libro. Los críticos dijeron alguna vez que Moisés no pudo haberlo escrito puesto que el alfabeto aún no se había inventado. Pero arqueólogos han dejado al descubierto muchos escritos alfabéticos de alrededor del 1500 a.C., tanto en lo que ahora es Israel como en la Península de Sinaí, donde los israelitas pasaron cuarenta años.
Igual que los otros primeros cinco libros de la Biblia, Moisés tal vez escribió Éxodo durante el éxodo. Eso debió haber sido en algún momento durante su viaje de cuarenta años hacia Israel, quizás en el 1400 a.C.
Moisés escribió el libro para recordar a los judíos cómo Dios los liberó de la esclavitud.
Ubicación
El cautiverio israelita y la confrontación entre Moisés y Faraón se llevan a cabo en el Delta del Nilo en el norte de Egipto. El Éxodo y los cuarenta años de vagar por el desierto tienen lugar en la Península de Sinaí, una yerma extensión entre Egipto y Canaán, exactamente al norte del Mar Rojo. El mapa muestra posibles rutas del éxodo.
Escenas extraordinarias de Éxodo
Los israelitas emigran a Egipto durante los días de José para escapar de una hambruna en Israel. Allí engendran tantos hijos que cuando un nuevo faraón toma el poder se queja de que los israelitas representan una amenaza a la seguridad nacional. Por tanto ordena que los esclavicen a fin de que fabriquen ladrillos de barro para enormes proyectos como las ciudades de Pitón y Ramesés. Es probable que los israelitas no hayan construido las pirámides, puesto que la mayoría de ellas se había concluido antes del 2200 a.C., casi mil años antes.
Un registro primitivo egipcio escrito sobre la pared de una tumba describe al esclavo que hacía ladrillos: «Es más sucio que las vides o los cerdos por pisar su barro … Simplemente es desgraciado hasta la médula».
Israel se convierte en esclavo
(1.1–22)
Para controlar la rápida multiplicación del pueblo israelita Faraón ordena matar a todos los niños recién nacidos. Pero la madre de Moisés pone a su bebé en una canasta hermética y hace que flote cerca de donde se baña la princesa. La hermana mayor vigila entre los juncos. Cuando la princesa encuentra al niño y se apiada de él, la hermana de Moisés aparece y le pregunta si necesita a alguien que lo cuide. Cuando la hija de Faraón contesta afirmativamente, la niña va por la madre de Moisés, quien sirve como niñera… y además recibe un salario.
La hija de Faraón encuentra al bebé Moisés en una canasta
(2.1–10)
Aunque Moisés se crió en el palacio del rey, sabe que es israelita y se siente inclinado hacia su pueblo. Cuando ve que un caporal egipcio golpea a un esclavo hebreo, Moisés mata al egipcio y rápidamente esconde su cuerpo en la arena. Cuando Faraón oye acerca de esto decide ejecutar a Moisés. Por tanto, Moisés huye al oriente hacia Madián, que se extiende desde la Península de Sinaí hasta el norte de Arabia. Allí se une a una familia de pastores.
Moisés mata un egipcio negrero y huye
(2.11–22)
Mientras pastorea su rebaño cerca del Monte Sinaí, Moisés ve una zarza ardiendo pero que no se consume. De la zarza sale la voz del Señor que le pide a Moisés que se acerque. «Quita tu calzado de tus pies—le dice Dios—, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es».
Entonces el Señor da a Moisés un encargo aterrador: regresar a Egipto y exigir que el gran faraón libere a los esclavos. Moisés no quiere ir, y lo manifiesta. Pero Dios le promete: «Yo estaré contigo». Así que Moisés va a Egipto.
Moisés ve una zarza ardiendo que no se consume
(3.1–10)
«Deja ir a mi pueblo» es el mensaje de Dios que Moisés da a Faraón. El rey se niega. Moisés amenaza—y manda—plaga tras plaga para convencer a Faraón de que la solicitud viene nada menos que de Dios. El Río Nilo se convierte en sangre. Ranas invaden la tierra, seguidas de piojos, moscas y después langostas. El ganado se enferma. Rayos y granizo destruyen las cosechas. Tinieblas envuelven a Egipto por tres días. El pueblo sufre de úlceras.
Pero solamente la última plaga quebranta el espíritu terco de Faraón. Dios mata al hijo mayor de cada familia, incluida la de Faraón. Pero el Señor pasa por sobre los hogares de los israelitas que han obedecido sus instrucciones de untar el umbral de la puerta principal con la sangre de un cordero expiatorio que han consumido.
Desde ese día fatídico los judíos conmemoran anualmente su liberación de Egipto comiendo una cena pascual.
El ángel de la muerte visita a Egipto
(12.1–32)
«Salid de en medio de mi pueblo», dijo esa noche Faraón a Moisés. A toda prisa los israelitas salen la mañana siguiente en dirección este hacia la Península de Sinaí, enclavada entre el Golfo de Suez y el Golfo de Aqaba, los cuales sobresalen del Mar Rojo como un par de orejas gigantes de conejo.
El dolor de Faraón se convierte en furia. Reúne una gran fuerza de carros que sale en persecución, atrapando a los israelitas en las orillas del Mar Rojo. Dios bloquea el avance de los egipcios con una columna de humo y fuego. Luego envía un fuerte viento que abre un sendero a través de la masa de agua. Los israelitas atraviesan por el fondo del mar.
Cuando los israelitas alcanzan con éxito la otra orilla, los egipcios valientemente—y también neciamente—los siguen. Los muros del mar se vienen abajo, matando a todos los egipcios que entran al agua.
A través del Mar Rojo
(14.1–31)
Al instante se juntan dos enormes olas opuestas, la amenaza egipcia desaparece, y los israelitas están libres. Llena de júbilo, toda la nación se une a Moisés en un cántico de alabanza a Dios. María, la hermana de Moisés, toma un pandero y dirige a las mujeres que danzan.
Los israelitas cantan alabanzas a Dios después de cruzar el Mar Rojo
(15.1–21)
Moisés regresa al Monte Sinaí, donde había encontrado a Dios en la zarza ardiente. Aquí el Señor le da los Diez Mandamientos inscritos en dos tablillas de piedra. Aquí también Dios esboza otras leyes que gobernarán a Israel y clarificarán a otras naciones que Israel está dedicada a Dios.
La reunión dura cuarenta días… suficientes para que los israelitas teman que Moisés tal vez no regrese. Por tanto hablan con su hermano, Aarón, para que construya un becerro de oro, «haznos dioses que vayan delante de nosotros».
Cuando finalmente Moisés regresa y ve a muchos del pueblo danzando alrededor del becerro se enoja de tal manera que lanza las tablillas de piedra, haciéndolas añicos. Ya el pueblo ha roto el primer mandamiento, y el más importante: No adorarás ningún dios ajeno.
Moisés regresa al Monte Sinaí, donde Dios reemplaza los mandamientos inscritos.
Moisés destruye los Diez Mandamientos
(20.1–17; 31.18—32.35; 34.1)
Por instrucción de Dios los israelitas construyen un centro portátil de adoración llamado el tabernáculo. Adondequiera que van lo levantan en el centro de su campamento. El patio del tabernáculo—donde el pueblo ofrece sacrificios a Dios para expresar agradecimiento o para expiar pecados—mide cuarenta y cinco metros de largo por veintidós metros y medio de ancho. Está rodeado por un muro de cortinas de un metro con ochenta centímetros de alto. En el interior del tabernáculo, de trece metros y medio de largo por un metro con ochenta de ancho, los israelitas guardan los Diez Mandamientos, asegurados en un cofre llamado el arca del pacto. Solo a los sacerdotes se les permite ingresar al tabernáculo sagrado.
La presencia de Dios, en forma de una nube, se asienta sobre el tabernáculo. Siempre que la nube se mueve de la tienda el pueblo puede levantar el campamento y continuar su camino.
Los israelitas construyen una tienda santuario
(26.1–37)
Reseñas
El becerro de oro. Los israelitas hicieron un becerro de oro para adorar, cuando temieron que Moisés no regresaría de su reunión de cuarenta días con Dios en el Monte Sinaí. La historia parece confiable, pues su alternativa de un toro joven no está del todo fuera de moda con los tiempos.
Muchas naciones en el antiguo Oriente Medio tenían culto a toros. Es más, Egipto—donde los israelitas acababan de pasar cuatrocientos años—adoraban a un buey dios: Apis. El pueblo creía que Apis les daba campos, ganado y familias fértiles. Una estatua egipcia muestra a un rey inclinado ante un buey joven.
Cuándo se llevó a cabo el éxodo. La Biblia y la arqueología parecen discordar al respecto.
Primero de Reyes 6.1 dice que el éxodo se llevó a cabo cuatrocientos ochenta años antes del cuarto año de Salomón como rey. Su cuarto año fue el 966 a.C., lo cual significa que Moisés sacó a los israelitas de Egipto en el 1446 a.C. Sin embargo, muchos eruditos bíblicos sugieren que el éxodo y la conquista de Canaán (ahora Israel) se efectuaron más o menos doscientos años después (1200 a.C.). ¿Qué evidencia dan? (1) Muchas aldeas cananeas se destruyeron en esa época. (2) Éxodo 1.11 dice que los esclavos israelitas construyeron la ciudad de Ramesés, de la cual los registros egipcios afirman que Ramsés II la construyó en su honor.
Algunos eruditos a favor de la fecha tradicional del 1446 a.C. dicen que no se sabe qué ocasionó la destrucción de Canaán dos siglos después; no necesariamente fue el ejército de Josué. Pudieron haber sido los filisteos. Con relación a la mención de Ramesés, los eruditos dicen que pudo haber sido una adición editorial posterior o un error de trascripción (pero el mismo argumento puede ser cierto para el versículo de 1 Reyes que sitúa el éxodo en el 1446 a.C.).
Los eruditos están divididos al respecto. Muchos se adhieren a la fecha tradicional hasta que alguna evidencia más firme los obligue a pensar de otro modo.
División del Mar Rojo. Muchos encuentran increíble que Dios cree milagrosamente un camino de escape a través del Mar Rojo, o que realizara algún milagro que rompiera las leyes de la naturaleza.
El término hebreo para «Mar Rojo» puede significar «mar de juncos», lo que sugiere que los israelitas atravesaron un pantano poco profundo al norte del Mar Rojo. Para muchas personas es más fácil aceptar que un cálido viento siroco que soplara del oriente del desierto secó rápidamente el pantano. Pero sea que los israelitas atravesaran un mar o un pantano, parece que enfrentamos un milagro. O Dios dividió una masa profunda de agua, o hizo que la fuerza de carros de Faraón se ahogara en un pantano poco profundo.
Libros afines
• Para el resto de la historia, lea acerca del final del éxodo, en que los israelitas llegan a la tierra prometida. Esto se encuentra en Josué, un libro llamado así por el hombre que condujo la nación después de la muerte de Moisés.
• Para ver cómo Israel celebra más tarde el éxodo en cánticos, lea la letra de su libro de canciones: Salmos 78, 105—106, 136.
• Para descubrir cómo el Nuevo Testamento representa a Jesús como el Cordero pascual cuya sangre nos salva de la muerte espiritual, lea Juan 1.29 y 1 Corintios 5.1–8.