LEVÍTICO

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Manual espiritual práctico de Israel

Usted no llamaría a este libro de fácil lectura, pero es esencial leerlo.

Fue esencial en la antigüedad, para judíos serios al respecto de honrar su compromiso de obedecer a Dios. Hoy día también es esencial para mirar sin dificultad cómo aborda Dios el pecado, y cómo estableció un medio por el cual el pueblo se deshiciera del pecado.

Hace mucho los judíos llamaron a este libro el manual del sacerdocio. El nombre Levítico vino después; significa «acerca de los levitas». Obtuvo más tarde esta etiqueta primitiva porque los levitas eran los líderes de adoración de Israel, y el libro está lleno de disposiciones detalladas acerca de la adoración. Sin embargo, ambos títulos son engañosos porque las disposiciones—acerca de sacrificios, festividades religiosas, y rituales de limpieza—no son solo para sacerdotes sino para todo el mundo.

En muchas naciones antiguas solamente a los sacerdotes se les separaba para servir a los dioses y para vivir según un código especial. Pero el Señor aparta toda una nación. Él dijo a Israel: «Vosotros me seréis un reino de sacerdotes» (Éxodo 19.6).

El libro de Levítico es el manual espiritual práctico de los judíos. En cierta manera es el volumen que precede al nuevo manual que viene de Jesús, «el autor y consumador de la fe» (Hebreos 12.2).

Para entender lo que Jesús hizo por nosotros debemos comprender la fe judía sobre la que él construyó.

Frases célebres

• «Seréis, pues, santos, porque yo soy santo» (11.45).

• «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (19.18). Un mandamiento popularizado más adelante por Jesús.

• «Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo» (26.12).

Tras bastidores de Levítico

IL-starPapeles protagónicos

Moisés, quien recibe de Dios instrucciones detalladas de adoración (1.1)

Aarón, hermano mayor de Moisés y sacerdote principal encargado de implementar las disposiciones (6.8)

IL-bookTrama

En realidad no hay un guión que seguir. Después de salir de Egipto los israelitas acampan en el Monte Sinaí por un año. Allí es donde reciben los Diez Mandamientos, instalan un tabernáculo como centro de adoración, y reciben aproximadamente seiscientas leyes que los gobernarán. Muchas de esas leyes se conservan en Levítico.

IL-cameraQué buscar

Plan de salvación. Es fácil desviarse por todos los detalles de la ley, y en el intento de descubrir exactamente por qué Dios ordena a los israelitas que cumplan todos estos rituales y obedezcan estas leyes, algunas de las cuales podrían parecer extrañas y hasta injustas. En vez de eso, lea el libro como el primer paso del plan de salvación de Dios, un paso que dramatiza la seriedad del pecado y la importancia de obedecer a Dios.

Israel es único. Observe que al diseñar para Israel estos rituales y estas leyes Dios le está diciendo al pueblo que debe ser santo, es decir, una nación alejada de costumbres pecaminosas y dedicada a él. De este modo Israel se convierte en testigo para el mundo, testificando que Dios es santo y que merece nuestra obediencia.

¿Sabía usted?

• La Campana de la Libertad está grabada con palabras que describen el toque de trompeta que indica la liberación de los esclavos al inicio del jubileo, una celebración de cada medio siglo: «Pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores» (25.10).

• La idea de un chivo expiatorio—alguien que lleva la culpa de otros—viene de Levítico. En el día nacional de arrepentimiento de Israel, conocido como Yom Kipur o día de la expiación, el sumo sacerdote pone las manos en la cabeza de una cabra, transmitiendo simbólicamente al animal los pecados de la nación. Entonces lleva a la cabra al desierto para que muera. Cuando la cabra se va, también se va el pecado de Israel.

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IL-computerAutor y fecha

No se identifica al escritor, pero tradicionalmente se considera que es Moisés. Gran parte del libro informa las disposiciones específicas de adoración que Dios da a Moisés en el Monte Sinaí. Es más, casi todo Levítico trata de alocuciones de Dios; probablemente Moisés da las citas.

Al igual que los demás libros atribuidos a Moisés (los primeros cinco de la Biblia), Levítico quizás fue escrito durante los cuarenta años que tardó Israel en llegar a la tierra prometida. Tal vez algo de Levítico se escribe a principios del viaje, exactamente después que Moisés recibe de Dios las instrucciones de adoración. Moisés debió haber querido implementar las reglas tan pronto como fuera posible, lo cual significa que debía enseñar a los sacerdotes que a su vez enseñarían a las masas.

El libro se escribió para dar disposiciones a Israel sobre cómo vivir en paz con Dios y unos con otros. Levítico no es solo un libro de leyes religiosas sino también de leyes civiles. Eso se debe a que Dios se presenta más que como Señor en tiempo de adoración, se presenta como Señor todo el tiempo.

IL-worldUbicación

Israel está acampado por un año al pie del Monte Sinaí mientras Dios da a Moisés las leyes preservadas en Levítico. Una gran montaña asociada con este suceso es Jebel Musa («Monte de Moisés»), de 2.500 metros de altura cerca de la punta sur de la Península de Sinaí (ubicación aproximada marcada en el mapa con un triángulo). En el siglo cuarto de nuestra era los cristianos construyen allí un monasterio para conmemorar la reunión entre Dios y Moisés.

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Escenas extraordinarias de Levítico

Dios crea un complicado sistema de sacrificio de animales. Esto ofrece al pueblo un medio visible y tangible de expresar su tristeza por el pecado, y de tener la seguridad del perdón de Dios. Igual que una dramática lección objetiva y ayuda visual, el sacrificio también recuerda al pueblo la seriedad del pecado: este ocasiona muerte espiritual. Esto lo ilustra de manera vívida la muerte del animal.

El ritual requiere que el adorador ponga una mano sobre la cabeza del animal, quizás como señal de reconocer que el animal está a punto de perder la vida por su causa, es decir por el pecado del hombre. «La vida de la carne en la sangre está—explica Dios—, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas» (17.11).

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Se sacrifica un cordero por el pecado cometido
(4.27–35)

El Señor dice a los judíos que pueden comer animales que rumian y tienen pezuñas hendidas (como el ganado), peces que tengan escamas y aletas, y ciertos insectos (como langostas, grillos y saltamontes). Pero Dios prohíbe una amplia variedad de animales, entre ellos cerdos, camellos, mariscos, lagartijas y muchas aves como se muestra aquí.

El señor no explica por qué.

Algunos han especulado que Dios estaba protegiendo a los judíos de problemas de salud, o de idolatría, puesto que algunos animales prohibidos se usaban en rituales paganos… especialmente el cerdo. No obstante, podría ser solo que Dios estuviera dando un modo de mostrar a Israel y a otras naciones que los judíos fueron separados para el servicio especial a Dios.

Quienes comen alimentos no aceptados por el Señor se hacen ritualmente impuros, y deben seguir ciertos rituales de limpieza antes de que puedan adorar a Dios.

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Los judíos solo pueden comer animales escogidos
(11.1–47)

El día de la expiación, conocido también como Yom Kipur, se vuelve el día más santo en el calendario judío. En este día, cada otoño, el sumo sacerdote ofrece sacrificios por los pecados de toda la nación. Primero sacrifica un buey para expiar los pecados de su propia familia. Luego sacrifica una cabra por los pecados de la nación. Después pone la mano sobre la cabeza de una segunda cabra—llamada «chivo expiatorio»—y confiesa los pecados de Israel. A esta cabra se le lleva al desierto y se la deja para que muera y de este modo se lleve lejos los pecados del pueblo. Esta imagen del chivo expiatorio se asocia en el Nuevo Testamento con Jesús, quien «fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos» (Hebreos 9.28).

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La nación se arrepiente el día de la expiación
(16.1–34)

Reseñas

Leyes exclusivas de Israel. Aunque las más de seiscientas leyes de Dios escritas en los primeros cinco libros de la Biblia son parecidas a las leyes de otras naciones durante esta época, hay algunas diferencias importantes que revelan que Israel no solo estaba tomándolas de otros.

Por ejemplo, el Código de Hammurabi, escrito varios centenares de años antes de Moisés, favorecía a la élite. Si un hombre de clase alta sacaba el ojo a otro aristócrata, pagaba con la pérdida de uno de sus ojos. Pero si hacía lo mismo a un plebeyo, compensaba al hombre herido con solo «una mina (aproximadamente una libra) de plata». Además, si un constructor edificaba una casa para un hombre acaudalado, y la casa se derrumbaba y mataba al hijo del dueño, se debía ejecutar al hijo del constructor.

La ley bíblica, sin embargo, prohibía el castigo sustitutivo, y trataba de igual modo a todos los ofensores sin importar la categoría. La ley también hacía provisión especial para quienes estaban en desventaja. Los agricultores tenían que dejar parte de sus cosechas en el campo, y la recogían los pobres, las viudas, los huérfanos y los extranjeros en la tierra.

Media hermana. Esta fue una de las muchas reglas que el Señor dio a Israel: «La desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, tu hermana es; su desnudez no descubrirás» (18.11). Sin embargo, así es exactamente como empezó la nación judía.

Abraham, padre del pueblo judío, se casó con su media hermana Sara y luego tuvieron un hijo llamado Isaac. Así lo explicó Abraham al rey Abimelec: «A la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre» (Génesis 20.12).

Eruditos bíblicos judíos en la Edad Media, y el erudito cristiano del siglo dieciséis Juan Calvino, estaban tan incómodos con esta aparente disparidad en las Escrituras que sostuvieron que Abraham y Sara eran primos. La Biblia dice que no lo eran.

La realidad es que el matrimonio de Abraham y Sara vino primero. Las leyes de Moisés llegaron varios cientos de años después. Por tanto, el matrimonio no muestra irrespeto por la ley; más bien confirma que la historia de Abraham llega más temprano, como dice la Biblia.

Libros afines

• Para descubrir cómo los escritores del Nuevo Testamento levantaron la fe cristiana sobre tradiciones judías, lea Hebreos. Allí se muestra a Jesús reemplazando el sistema expiatorio, ya que él mismo se ofrece como sacrificio final y definitivo por el pecado, de «una vez para siempre» (Hebreos 7.27).