Dante le había dicho a Lara que iba a buscar a sus padres dentro del Sistema. Era una intención imposible, pero en realidad tenía otros planes, que no excluían localizar sus restos. Quería resolverlo todo de un golpe. Iría a ver a Grey a su cielo personal. Y para eso tenían que ocurrir dos cosas: la primera era que Dante tendría que morir, pues sólo en cuerpo y alma —esto es, con el yo añadido a la estructura cerebral copiada en el Sistema— se podía entrar en el cielo personal de Grey sin ser invitado. Así que difícilmente volvería al mundo real para pedirle a Lara iniciar una historia juntos.
En fin, tenía difícil solución, pero ésa era la única manera de acercarse a Grey, que para él, era la única persona que podía estar detrás de que hubiera desaparecido la inmensa mayoría de los habitantes del cielo estándar.
La otra parte era cómo conseguir el salvoconducto para entrar en el cielo de Grey. Sólo una persona tenía la tecnología software para poder entrar en el lugar más inexpugnable del Sistema, y era Boss Pérez. Así que iría a verlo y le pediría que le diera la llave para entrar en el cielo personal de Grey. O la tecnología necesaria. Cualquiera de las dos opciones le valía. Había estado allí en inmersión parcial, una presencia castrada en la que no habría podido causar daño alguno a su anfitrión. Pero había grabado datos sin parar. Le serían útiles.