Andrea Rastelli CONDOMINI, VENENO Y MISTERIOS
(Guía semi seria para condominio de supervivencia)
Prólogo
El condominio: cruz de todos los italianos que no pueden permitirse el lujo de vivir en una casa sin la presencia de un vecino en el arco de por lo menos un kilómetro.
En este libro quiero contarles lo que realmente sucede en un condominio, más allá de la pura teoría que se podría encontrar en cualquier libro sobre el tema. Allí podrán encontrar reflexiones, consejos y anécdotas recogidas desde 1998, cuando el administrador del edificio donde vivía me propuso de escribirlas:
- ¿Le importaría tomar la administración del condominio? No te preocupes, es muy tranquilo.
No hay condominios tranquilos. Cuando usted solicita información sobre un edificio en el que usted va a vivir, o usted es un administrador y le dicen que el apartamento es tranquilo, no se fíe.
Todo comenzó en ese momento: nunca asistí a una asamblea, el único conocimiento que poseía eran esos años recogidos para la creación de un programa imaginario para la administración de un condominio que tenía que presentar en el examen de fin de año.
Cuando llegó la convocatoria de la reunión, de acuerdo al orden del día, me di cuenta de que no era todo tranquilo: había algunas cuestiones pendientes, e incluso un juicio presentado por algunos propietarios contra el condominio. Me obligué a no aceptar demasiados problemas ya que no tenía la más mínima experiencia. El día de la reunión estaba en casa, de repente sonó el timbre y tuve que enfrentar el administrador con los vecinos, me dijeron que como yo no estaba presente, querían conocerme. Traté de balbucear algo que me tire hacia atrás, pero ya estaba casi deportado por la fuerza a la asamblea del piso. La reunión se llevó a cabo como de costumbre en el sótano del edificio, por las escaleras, llegamos al vestíbulo del garaje sólo iluminado por la tenue luz de una bombilla que cuelga de un portalámpara. Frente a mí se destacaban los rostros de los dueños que estaban sentados en semicírculo, había muchas caras conocidas, pero algunos no sabía quiénes eran. Me presenté entre insultos dirigidos al viejo administrador culpable de haber "conspirado" con los demás por mi elección en el momento del recuento de los votos, en un clima muy "caliente", que podría gloriarme por primera vez el título de "Jefe" .
He salido bien, se transmitió por el barrio de boca en boca mi fama y tomé la administración también de otros condominios. Yo trabajaba en la oficina de un contador, y estaba tomando la cualificación para convertirme en un Consultor de Trabajo y de repente me encontré proyectado en un nuevo mundo y tuve que aprender a entrar en algunos mecanismos desconocidos hasta ahora, en el que después de tantos años todavía me resulta difícil encontrarme. Pensé que el administrador del edificio tenía mucho que ver con mi profesión como contador, que básicamente consistía en la división de los gastos. Pronto me di cuenta de que el trabajo del administrador es muy complejo.
El administrador no sólo debe hacer bien la división de los gastos, sino también ser un conocedor perfecto, de las normas del Código Civil que regulan la propiedad común, incluida toda la legislación que abarca las instalaciones, las leyes fiscales, órdenes de pago, contratos de arrendamiento, contratos en general, seguros de accidentes y, sobre todo, debe ser un buen psicólogo.
La crítica recurrente que sentía de los administradores de edificios era siempre la misma: "Los costos de las obras se han duplicado en comparación con el anterior y no se ejecuta bien, seguramente el administrador nos ha comido." Para evitar este tipo de críticas me obligué a trabajar con honestidad. En las empresas siempre he tratado con personas confiables que supieran hacer su trabajo a conciencia. Me preocupé siempre por exponer lo más claramente posible los costos y las asignaciones correspondientes en los folletos para dar a los propietarios, de modo que nadie pueda dudar de mi justicia. Lamentablemente tuve que aprender, por las malas, que el trabajo con honestidad y responsabilidad no exime a muchos propietarios para quedarse en su convencimiento de que: "Todos los directores roban, ya sabes ..."
En estos años de desarrollo de la profesión de administrador empleé una máxima que es siempre válida en cualquier condominio: "¿Quién tiene un problema que se lo tenga" sé que piensas que es una frase egoísta y cínica, pero así funciona el trabajo en un condominio. Cuando un inquilino tiene un problema que otros no tienen, nadie está dispuesto a gastar dinero para resolverlo, y el administrador, sin la autorización de la Asamblea no puede proceder
Ahora ya están listos para entrar en este mundo particular, de venenos, ponzoñas y para aprender acerca de los misterios de la vida del condominio.
Reglas
Fundamentos de cada condominio
Para empezar explicaré las reglas necesarias para sobrevivir en un condominio. Tenéis en cuenta que se trata de un mundo aparte, donde incluso el familiar, si es un inquilino, podría ser un enemigo potencial. Hablar de reglas en este ámbito puede parecer extraño, de hecho, éstas son especiales, no las encontraréis en ningún texto escrito, pero si os gusta o no, son los que marcan la vida de cada condominio.
Principios generales:
1 Quién tiene un problema o se lo tiene o se lo resuelve por cuenta propia;
2. Pase lo que pase en el edificio la culpa será del administrador;
3 No hay condominios tranquilos, el más tranquilo está albergando una implosión;
4. Cada trabajo costarará mucho más de lo que se podría haber imaginado al inicio;
5. Cada edificio es diferente, lo que funciona para uno nunca va a funcionar para otro;
6. Cuando se está con problemas siempre negar, incluso ante la certeza;
7. Haz, y arrepiéntete, nunca habrá nadie para darte las gracias por un trabajo hecho en forma gratuita;
8. Si presentas una compañía y está todo bien nadie te lo agradecerá, si sale mal te masacrarán;
9. Cualquier trabajo realizado se podría haber hecho mejor, a un precio más bajo y en menor tiempo;
10. Ante cualquier trabajo realizado, todo el mundo podría haberlo hecho mejor, pero nadie lo hizo.
Las principales normas sobre el funcionamiento de la planta:
1. El ascensor y la caldera se rompen siempre en vísperas de las fiestas después de las 18:00;
2 Cuando llega el técnico, el ascensor y la caldera funcionan otra vez milagrosamente;
3. Después que el técnico se va, dejan nuevamente de funcionar;
4 Cuando el ascensor hace un ruido extraño, a la llegada del técnico no se oirá más;
5. Después que el técnico se va, el ruido iniciará de nuevo;
6. Ningún operario utiliza el ascensor durante el trabajo, pero la cabina está siempre sucia;
7 Cuando el ascensor se necesita en la planta baja, seguro han dejado abierta la puerta en el último piso;
8. La caldera se rompe siempre en los días más fríos;
9. Ninguno toca el termóstato de la caldera, pero el técnico siempre lo encuentra movido;
10. El tanque de combustible se deteriora siempre después de haber sido reabastecido.
Principales pensamientos de los inquilinos:
1. Cuando el problema no me concierne, no es un problema;
2. Si el inquilino tiene un problema, que se lo resuelva solo, no puedo pagar por ello;
3 Si el administrador ha actuado así, seguramente hay algo debajo;
4. Si el operario ha cobrado mucho, seguro que está de acuerdo con el administrdor;
5. Si yo no estuviera en este edificio no se haría nada;
6. Los otros pagan menos que yo a pesar de tener apartamentos más grandes;
7. El administrador siempre está de partes de los otros, nunca de parte mío;
8. El nuevo inquilino es una buena persona hasta que no empiece a vivir allí;
9. Los otros no quieren gastar un euro para el condominio;
10. Si lo hago yo, le doy un placer a los demás, así que es mejor que llame a un técnico.
Misterios del condominio:
1. Las cosas se rompen solas, no ha sido ninguno;
2. Todo el mundo ve todo, pero cuando se rompe algo nadie ha visto nada;
3. Si uno quiere mantenerlo oculto lo sabe todo el mundo, si uno quiere que lo sepan no lo sabe nadie;
4. La puerta está siempre abierta, pero todos los inquilinos juran de cerrarla cada vez que pasan ;
5. La llave rota en la cerradura de la puerta no es de nadie;
6. La desaparición del aviso del pagamento de las cuotas;
7. La casilla condominial está siempre llena de publicidad de todos, pero ninguno las pone;
8. El patio está siempre lleno de migajas, pero nadie sacude el mantel desde el balcón;
9. Los platillos para la comida de los gatos, todos dicen que los tiran, pero siempre están alrededor;
10. El temporizador que regula los tiempos se mueve por su cuenta.
Las 10 cosas que molestan a la mayoría de los inquilinos:
1. La puerta abierta;
2. Los platillos, alimenticios, de plástico de los gatos que quedan esparcidos por el patio;
3. La puerta del ascensor que se cierra con violencia;
4. El incumplimiento del inquilino que gasta dinero para todo, excepto para el condominio;
5. La llave rota en la puerta;
6. El buzón lleno de anuncios;
7. Las motos aparcados en el patio bajo el signo: "Prohibido estacionar motocicletas";
8. La convocatoria para la reunión del condominio;
9. Los carteles colocados en la puerta;
10. El volumen alto de la TV de los vecinos.
Ley de Murphy en los condominios
1 Si un trabajo puede ir mal, irá mal;
2 En el condominio más tranquilo y pacífico, abrirán una discoteca;
3.Después de rehacer la fachada, una tubería rota causará una enorme mancha;
4.Después de sustituir la cerradura de la puerta, a un inquilino se le rompe dentro la llave;
5 Si en una semana llueve dos días serán aquellos en los que la empresa hace la limpieza;
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6 Después de dos meses que vino el electricista por una lámpara, cuando se vaya se fulminerà otra;
7 Se acuerda de cancelar el contrato, de diez años, de seguros después del último día;
8 Los problemas son inversamente proporcionales al número de inquilinos;
9.El operario que había funcionado bien la última vez, cuando lo vuelvan a llamar hará sólo daño;
10. El operario que había funcionado bien la última vez, ha dejado la actividad.
Los inquilinos:
1. El inquilino que da más problemas está siempre presente en la reunión;
2. El inquilino que está vendiendo la casa es la que da menos problemas que todos;
3. El inquilino que da menos problemas de todos empiezará a dar más problemas que todos los demás;
4. El inquilino que sufre de claustrofobia se quedará encerrado en el ascensor;
5. El inquilino con la peor escritura será llamado a actuar como secretario de la reunión;
6. El inquilino más odioso para el administrador será designado como consejero;
7. El inquilino más rico es siempre el último en pagar las cuotas;
8. Ell inquilino que paga regularmente las cuotas dejará de hacerlo;
9. El inquilino que no paga regularmente las cuotas seguirá sin pagarlas;
10. El inquilino que pide siempre de hacer un nuevo trabajo, no paga regularmente las cuotas.
Las relaciones entre el administrador y los inquilinos
Cada director tiene en sus archivos mentales una serie de peticiones típicas que se tratan a diario con los inquilinos, por lo que ya tiene las respuestas preparadas, a veces mecánicas, debido básicamente a que las peticiones son siempre las mismas, también en las actitudes. Les propongo peticiones de carácter genérico formuladas por los inquilinos y las respuestas del administrador, las excusas utilizadas para no pagar el condominio y aquellas para justificarse de ciertas acusas.
Las solicitudes típicas de los propietarios y sus respuestas:
1.¿ No se lo dijo nadie, que hace un mes, que el foco de mi piso está quemado?
No, cada vez que vengo compruebo que todas las luces se enciendan.
2 Controlé el operario, trabajó tanto como ocho minutos y ¿se tomó todo ese dinero?
El operario llegó esta mañana a las 8, y se fue a los 17, yo estaba allí también.
3 ¿Meteríar un cartel en la puerta que pidiera a los inquilinos de cerrarla?
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Ya es el quinto que pego, obviamente no saben leer.
4 ¿Por qué mi vecino que riega el jardín todos los días consume menos agua que yo?
La distribución del agua es la única cosa que yo no hago, hable con la empresa.
5 Por fin lo veo, ¿pasa sólo cuando hay que tomar el dinero?
Presta poca atención, ya que estuve aquí toda la semana pasada para observar el procedimiento.
6 A aquella empresa no tienen que llamalar más, cuesta demasiado y hace un mal trabajo.
Mire que en la reunión fue elegida también por usted, porque era más barata que las demás.
7 ¿En qué momento se puede empezar a hacer ruido en la mañana? ¿Y cuando en la tarde?
No es que en los otros momentos puede hacer toda la confusión que quiere, hay límites.
8 La empresa de limpieza utiliza un producto con un olor demasiado fuerte, ¿puede decirle de cambiarlo?
Pero si fué usted que se quejó de que en las escaleras no se sentía el olor a limpieza.
9 ¿Por qué debemos pagar por el agua de las fuentes si sólo una persona la está usando?
Pero si fué proprio usted a no querer eliminar las fuentes.
10 ¿Puede decirle al anciano del primer piso de mantener el volumen de la televisión más bajo?
Se lo diré cuando usted le diga a su hijo de no tener la música del estéreo a todo volumen.
Excuse por no pagar, es decir: "Me gustaría pagar, pero ..."
1 ... esta vez espero que paguen antes los demás, estoy harta de hacer siempre el primero.
2 ... debe esperar hasta el final del mes, cuando me acredítan el salario.
3 ... tengo que ir al banco para que me den una nueva chequera.
4 ... fui al cajero automático cerca de casa, pero no funciona.
5 ... no sabía que iba a pasar hoy de lo contrario preparaba el dinero.
6 ... quiero ver en primer lugar que el trabajo se ha hecho bien, de lo contrario no pago.
7 ... extraño que yo no he escuchado cuando golpeó, he estado toda la tarde esperando.
8 ... tengo que hacer controlar las cuentas a mi hijo porque me parece que pago demasiado.
9 ... no he encontrado el aviso en el buzón del correo, alguien debe haberlo tomado.
10 ... le corresponde pagar al inquilino, se lo haga dar a él.
Las justificaciones cuando se le acusa de algo:
1. El inquilino de abajo tiene una mancha en el techo en correlación a su cuarto de baño.
No es posible, mi baño no pierde, lo rehice, no más de un mes atrás.
2. Los inquilinos se quejan porque cuando riega toda el agua cae en el patio.
No puede ser, soy muy cuidadoso, ni siquiera cae una gota.
3. El inquilino que está cerca se queja de que tiene el volumen del televisor demasiado alto.
No se puede, no veo la televisión casi nunca y cuando lo hago el volumen es bajo.
4. Los inquilinos se quejan de que su gato hace las necesidades en sus felpudos.
No puede ser, estas cosas no las hace, las necesidades la hace en la calle.
5 La empresa ha encontrado que los pañales tapaban el desagüe.
No puede ser, no son los míos, aunque sólo yo tengo un hijo pequeño.
6. Los inquilinos se quejaron porque ayer su hijo tenía el volumen del estéreo a gran volumen.
No es posible, está castigado y cuando salí le dije que no lo vuelva a encender.
7. Sus operarios han utilizado el ascensor como si fuera un montacargas.
No es posible, siempre traen todos los materiales por las escaleras a pie.
8. Sus trabajadores hacen ruido, incluso en las horas en las que no se permite.
No puede ser, me aseguraron que sólo en esas horas hacen trabajos en silencio.
9. Los inquilinos se quejan porque su hijo fuma en el ascensor.
No puede ser, mi hijo no fuma y si lo hiciera yo sería el primero en saberlo.
10. Los inquilinos han notado que en su pared exterior hay una mancha de infiltración de agua.
No es posible, porque en esa pared no pasa ninguna tubería de agua.
El división de gastos es más complicado - Las partidas de gastos:
1. los frentes de los balcones;
2. la impermeabilización del patio que sirve de cobertura para el garaje;
3. expensas del ascensor por la planta baja;
4. trabajos para drenar las descargas de las columnas;
5. la reconstrucción de la terraza en forma irregular que sobresale al externo;
6. la deuda del incumplimiento de los ocupantes;
7. los gastos por la calefacción central;
8. la distribución del agua;
9. la reconstrucción del patio delante de las tiendas;
10. la rampa del garaje.
Complicaciones:
1 ¿se han de considerar como parte del condominio o privado?
2 ¿El gasto debe ser dividido en milésimos de propiedad o a mitad con los propietarios del garaje?
3 ¿La planta baja paga el ascensor?
4 ¿Quién descarga en los pozos?
5 ¿La parte que sobresale fuera es considerado azotea o balcón?
6 ¿Va dividido por milésimas de propiedades, en partes iguales, o de acuerdo a su naturaleza?
7¿ Cómo dividir los gastos cuando no hay en el reglamento una tabla específica?
8 ¿Cómo dividir los gastos cuando no hay contadores individuales en los apartamentos?
9¿ Es considerado como área común o privada?
10¿ Se debe dividir entre los propietarios de la casilla en base a las milésimas de propiedad o en partes iguales?
Por desgracia, no es fácil de responder a todas estas preguntas y si intenta hacer una búsqueda en textos especializados o a través de Internet usted encontrará muchas respuestas y juicios de expertos en contradicción entre sí. En el edificio las certezas son muy pocas y cada vez que la administración hace desglose de los gastos y la envía a los condominios, cruza los dedos y espera que nadie se lamenta. A veces la solución más simple, cuando no hay tablas específicas, es compartir los gastos en partes iguales, pero esto puede estar bien para algunos trabajos, no es muy correcto cuando se trata de agua o de la calefacción, porque al final quién consume más, paga como cualquier otra persona. Para imputar a cada ocupante lo justo sería necesario saber el consumo de agua que cada apartamento tiene, en base a una tabela diseñada y para la calefacción según la anchura de las superficies radiantes. Cuando un edificio no tiene ni contadores individuales o tablas para la distribución de calefacción, se deberían hacerlo. ¿Cree usted que los que consumen más agua, porque tiene una familia grande y un jardín, o consumen más calefacción, porque tienen un apartamento más grande, están dispuesto a enfrentar un gasto que se traducirá en el pago de una cuota de condominio más alto? ¿Quién dijo que sí, significa que aún no ha elaborado los mecanismos que regulan la vida en los condominios, o ha saltado la lectura de las reglas al principio del libro.
Los principales miedos de cada ocupante
En la mente de los propietarios, como resultado de la información obtenida por los medios de comunicación, los temores son contagiosos. Las fobias que pueden relacionarse con diferentes eventos.
a) los desastres:
1. fallo estructural del edificio;
2. la pared principal derribada por los vecinos durante un trabajo;
3. el olor a gas que se siente en el interior o en las afueras del edificio;
4. los viejos del piso superior que se olvidan del gas totalmente abierto;
5. las cuerdas del ascensor que se rompen y la cabina que cae en el vacío;
6. el posible derrumbe de un balcón o una cornisa;
7. Infiltraciones en los cimientos que podrían causar el colapso del edificio.
b) los desastres económicos:
1. el administrador que escapa con el dinero comunal;
2. tener que pagar las cuotas en circulación del propietario moroso;
3- el contador manipulado por el ocupante para pagar menos;
4. miles de errores desfavorables;
5. el aumento de los costos de un trabajo en ejecución;
6. el administrador que está de acuerdo con la empresa y aumenta el costo de la obra;
7. un gasto de gran cantidad de la cual no se conocía su existencia
c) Enfermedades:
1.el repetidor para teléfonos móviles instalados en un edificio adyacente;
2. desagües malolientes que pueden causar enfermedades infecciosas y la presencia de ratones;
3. el estado de degradación en el que está el sótano;
4. el cajón de la basura demasiado cerca de la puerta;
5. animales exóticos en poder del vecino;
6. animales que pueden ocultarse en los jardines mal cuidados;
7. el humo del cigarrillo en las escaleras y en el ascensor.
d) inconveniente en el condominio:
1 ir a la asamblea de condominio;
2 ser el presidente o el secretario de la asamblea del condominio;
3. estar convencido de no haber pagado la última cuota del condominio;
4. ver que el vecino que nunca paga el condominio está siempre de buen humor;
5.las paredes delgadas que permiten sentir cada cosa se dice en los apartamentos;
6. no saber de memoria, ni menos un artículo del Código Civil sobre el condominio;
7 el vecino que durante la noche se exhibe con rumores ruidoso en la cama.
e) pérdida de la tranquilidad
1. el nuevo operador de la tienda debajo del condominio es el dueño de una discoteca;
2. los vecinos acaban de tener un bebé;
3. el nuevo vecino es un músico;
4. los hijos del vecino que han regalado a los padres ancianos un sistema de cine en casa;
5. un aeropuerto construido en las proximidades;
6. un número desconocido de estudiantes que vienen a vivir al lado;
7. el hijo del vecino que escucha la música a todo volumen a todas horas.
Catástrofes
El momento más dramático es cuando nos enteramos en la televisión del colapso de un edificio debido a un fallo de la estructura o de una fuga de gas. Inmediatamente en la mente del ocupante resurgen todos los temores inactivo desde el último incidente de este tipo. A partir de ese momento el ocupante iniciará: a sentir extraños crujidos, a temer que el vecino durante la renovación de su apartamento derribe o rompa la pared principal, a sentir olor a gas en cualquier lugar y a creer que la humedad en el sótano pueda ser debido a una pérdida de agua en el subsuelo que a largo plazo afecta a la estabilidad de los cimientos. El ocupante en este momento no puede mantener sus miedos y en lugar de hablar con un buen psiquiatra, se lo dice a sus vecinos más impresionables, para convencerse de que las cosas están ocurriendo en realidad en el edificio y no son sólo un producto de su imaginación. Sembrado el pánico sólo hay que informar a la persona designada para su seguridad: el administrador. ¿Qué se espera del administrador? Por supuesto que se van a presentar con un grupo de técnicos que revisan todos y cada ladrillo, cada tubería y todas las plantas con el fin de tranquilizarlos y hacer desaparecer de sus mentes todo temor. Desafortunadamente las cosas en un edificio funcionan de esa manera. Se sabe que si un edificio se derrumba por una fuga de gas, al día siguiente en cada edificio habrá al menos un ocupante que jurará de oír un fuerte olor a gas que viene de quién sabe dónde. Si en vez el colapso fue debido a un fallo de la estructura el día comenzarán una serie de llamadas telefónicas de los ocupantes que han encontrado una grieta en la pared. No te imaginas cuántas veces me veo obligado a ir con un constructor a los apartamentos para ver las grietas en las paredes siempre debido a una lesión de los revoques. Tras la vibración de la tierra, de hecho, es fácil que se creen venas en los revoques especialmente cuando el edificio es nuevo y hay movimientos de asentamiento. Estas venas no son peligrosas por lo que es sólo un problema estético que se soluciona con un poco de revoque y una capa de pintura. Las grietas que hay que mantener bajo observación son las que tienden a ampliarse. Un método práctico para comprobarlo, me enseñó un albañil, es poner en una grieta una tira de cinta, si la cinta con el tiempo tiende a desprenderse entonces significa que la grieta se ensancha y es bueno que sea revisada por un experto.
desastres económicos
La fobia de carácter económico que no deja dormir a los ocupantes es que el administrador pueda escapar con todo el dinero, que por desgracia es un evento menos raro de lo que piensas. Lo extraño es que he oído hablar de administradores que huyeron con el dinero en efectivo y que una vez que se los rastreó volvieron a administrar el condominio.
En segundo lugar está el temor de tener que pagar las cuotas del ocupante moroso, lo que puede ocurrir cuando el fondo caja ya no es suficiente y el administrador para afrontar los gastos tiene que pedir a los demás un suplemento de cuota a los ocupantes. Este dinero no se pierde porque el ocupante moroso de forma espontánea o por mandato judicial les pagará. Sólo es anticipar el dinero esperando que el ocupante moroso por las buenas o por las malas sane su posición.
En tercer lugar, la posible conexión con otro usuario o al contador condominiale con el fin de no pagar el consumo cargando a expensas de los demás. De vez en cuando un ocupante me pregunta si puedo comprobar eventual manipulación de los medidores, que no se basan en convicciones actuales, porque ha visto o tiene conocimiento de algo, sólo porque en su cabeza ha deslizado este gusano y que sería, por supuesto, el administrador ha eliminarlo. Y no hace falta decir que nunca he encontrado a un ocupante que se haya enganchado a otro o al condominio. De hecho, no hay cosa que no haga enfurecer más a los ocupantes del condominio que tener que pagar el consumo de otra persona.
El temor a un gasto repentino y alto es muy popular. La pregunta más frecuente dirigida al administrador cuando pasa por el cobro de la cuotas es: " ¿No es que hay algún gran trabajo en el programa?". Después de haber hecho la pregunta el ocupante deja prácticamente de respirar a la espera de una respuesta, permanece colgado a los labios del administrador esperando de capturar un "No" o "Sí, pero para la otra columna." Si no hay trabajos en vista que puedan interesarlo, el ocupante reanuda el color, su corazón vuelve a latir, el gran temor se va. Esta fobia se manifiesta también durante la ejecución de las obras la cuales ya están aprobadas y debe conocer el costo. Digo "debería" porque los ocupantes son muy conscientes de que durante las obras definitivamente sucederá algo inesperado que aumentará el costo estimado. Y no hace falta decir que nunca ocurre un inprevisto positivo como: usted tiene que volver a hacer una terraza, quitado los azulejos ve que la envoltura está en perfectas condiciones, no hay necesidad de cambiarlo, tal como estaba previsto, el importe de las obras se reduce a la mitad. En su lugar sucederá que: usted tiene que reparar un metro cuadrado de terraza, retira los azulejos, la empresa señala que la envoltura está totalmente deteriorada, es necesario rehacer la terraza, el costo de la obra se cuadruplicó.
Enfermedades
En cuanto al temor a las enfermedades está en primer lugar en los pensamientos de los propietarios la instalación del repetidor de teléfonos móviles en un edificio adyacente. Lástima que el terror de las ondas electromagnéticas no convence a estos ocupantes a disminuir el uso de los teléfonos móviles. Lo que es increíble es que hay propietarios que cada día fuman sesenta cigarrillos, consumen litros de vino y bebidas espirituosas, hablan por teléfono 7- 8 horas y luego se manifestan en contra de las ondas electromagnéticas diciendo que son perjudiciales para la salud.
Un temor recurrente en los propietarios son los animales portadores de enfermedades que pueden anidar en lugares donde la vegetación se ha dejado de cultivar. El riesgo de este tipo de situación es a menudo utilizado por los ocupantes, después de varias peticiones para limpiar el área que queda sin respuesta, para asustar a los demás, para que ellos también soliciten al administrador darle el trabajo a un jardinero para despejar el área.
Los condominios tienen terror a los ratones, temiendo que pueden, a partir de los pozos, subir a los apartamentos a través de las tuberías y salir fuera del váter. Personalmente, yo no nunca he visto una rata por ahí, pero varios ocupantes han jurado haber visto ratones monstruosos salir de sus váter .
Malestares Condominiales
El malestar mayor de cada ocupante es sin duda asistir a la reunión, no considerándose preparado para deliberar sobre las cuestiones, no soportando el clima, con todos los que se presentan con el cuchillo entre los dientes, y sobre todo constatandola una gran pérdida de tiempo. El malestar aumenta si usted viene llamado a desempeñar el papel de presidente o secretario, porque en ese momento el miedo de no saber nada acerca de las reglas y regulaciones del condominio se vuelve terror.
Con respecto a las dificultades que muchos no creerán, hay propietarios que tienen siempre la duda de no haber pagado la cuota y así de vez en cuando me llaman para ver si cumplieron con los pagos. Si bien hay propietarios que se sienten incómodos en el pago, con retraso, de la cuota incluso de un día, disculpándose en varias ocasiones con el administrador de las molestias, hay otros ocupantes que no plantean el problema en absoluto y se muestran un tanto molesto cuando el administrador se ve obligado a pedir el pago.
La pérdida de tranquilidad
El primer lugar entre las causas que pueden llevar a la pérdida de la tranquilidad, es una discoteca situada cerca del edificio, o incluso debajo de este, les puedo asegurar que es una presencia constante una de las peores pesadillas de los propietarios. Cada vez que se cierra una actividad en los locales cercanos, a los propietarios se le cruza un escalofrío que desaparece sólo después de que se dan cuenta de la nueva actividad que se llevará a cabo. En la elección de la compra de una propiedad uno de los elementos más considerados es la tranquilidad del lugar. Imaginemos entonces un ocupante que huyó del caos de la ciudad, y encuentra la casa de sus sueños en una agradable ciudad sin tráfico y lejos de los aeropuertos, inmediatamente después de la compra ve la apertura de una discoteca abajo de su casa. Imagina durante la noche cuando las ventanas de la casa de sus sueños comienzan a vibrar con el sonido de la música a todo volumen y a convertirse en su canción de cuna, aparte el ruido del tráfico que lo había impulsado a moverse a ese pequeño pueblo aislado del mundo. Al menos antes el ruido del tráfico a cierta hora de la noche se calmaba....
La segunda cosa que socava los sueños de los propietarios son los hijos de los vecinos, por la noche el llanto cuando son pequeños, el ruido producido durante los juegos cuando crecen y la música que escuchan con el volumen muy alto cuando se convierten en adolescentes.
Las rarezas de los propietarios
No hay nada que hacer, los ocupantes son extraños, llevan a cabo comportamientos fuera de toda lógica. Cada uno tiene sus propios caprichos, pero extrañamente tiende a enfatizar sólo los de los demás. La actividad principal de los propietarios es espiar a los demás y reportar las confidencias recibidas a los otros, es un juego de masacre que a la larga afecta a todos
Los "higienistas"
1.para no ensuciar en la casa dejar los zapatos fuera de la puerta, en la alfombra;
2. utilizar el compartimento en el techo del ascensor como papelera;
3. dejar la bolsa de basura fuera de la puerta para tirarla;
4. abandonar objetos en el patio, en el sótano o en la terraza;
5. tirar pañales desechables o toallas íntimas en los sanitarios;
6. limpiar su propio balcón lanzando por debajo toda la tierra;
7. extender la ropa sin escurrir perjudicando a los pisos inferiores;
8. dejar hacer a sus mascotas las necesidades por el patio y en las alfombras;
9. regar las plantas dejando gotear el agua desde el balcón;
10. podar las plantas y dejar caer las hojas y ramas a los pisos inferiores.
Burlas el ocupante "enemigo"
1. cerrarle el portón que ha dejado abierto, para descargar cosas desde el coche;
2. sacarle la publicidad de su caja y ponerla en la mía;
3. dejar amontonada la tierra en el corredor para demostrar que se ha limpiado;
4. recoger hojas y ramas caídas desde su balcón y ponérselas en su buzón;
5. recoger platillos con comida para los gatos y tirarla;
6 .dejar específicamente abierta la puerta del ascensor para que no pueda usarlo;
7. pedir la intervención del administrador cada vez que hace arreglos en su apartamento;
8. hacer secar, tirando ácidos, las plantas del patio que él pretende;
9. si tiene una terraza en la planta baja tirarle de todo;
10. en la asamblea rechazar todas sus propuestas, incluso yendo en contra de los propios intereses.
Las manías
1. llenar de plantas los corredores y la escalera para impedir el paso de las personas;
2. mover continuamente las plantas a las macetas de los corredores y de la escalera;
3. observar a los demás a través de la mirilla de la puerta o detrás de las ventanas;
4.caminar a paso lento por el patio para escuchar los discursos de los demás ;
5. mirar por el balcón al oír voces que vienen desde el exterior;
6. alimentar los gatos en el patio con una cuchara;
7. poner carteles de protesta en la puerta;
8. eliminar cualquier publicidad adherida a la puerta;
9. limpiar los zapatos en los felpudos de los demás ocupantes;
10. en la temporada de fiestas colocar a Santa Claus que sube por el balcón.
Consejos para los Administradores
Quisiera ahora dar consejos prácticos para aquellos que deseen entrar en la profesión de administrador o que están trabajando actualmente. El primer consejo que recibí, me fue dado por el administrador de mi edificio y puedo decir que ha sido esclarecedor. Él me dijo: - Cuando un ocupante quiere decirte algo, dile que lo haga por escrito, así se puede entender las tonterías que escriben las personas.
Los propietarios tienen un mal hábito, pero quizás es mejor hablar de astucia, de olvidarse de lo que dicen y de esta manera nosotros podemos recordarles, pero no nos engañemos, seguramente encontrarán a alguien capaz de negar incluso lo que ha escrito. Yo personalmente he mantenido varias de estas cartas, y de vez en cuando me gusta releerlas.
Consejos para los que quieren entrar en la profesión de administrador de un edificio:
1. que los propietarios pongan todo por escrito, si tienen una queja que la escriban;
2. Nunca confíes en nadie, todo lo que se ha dicho en voz alta será retirado;
3. escuchar siempre más campanas, nunca es solamente una de las partes a estar equivocada;
4. no involucrarse con "rencillas" en el interior del edificio, mantener las distancias;
5. el día y hora de la reunión, si lo deciden los ocupantes tienes que cambiar una y mil veces;
6. lo que es bueno para un ocupante no es bueno para otro;
7. lo que ha ido bien hasta ahora, en el futuro no irá bien;
8. es inútil enloquecer para que sea lo más claro posible, el balance nadie lo lee;
9. No seas demasiado disponible, siempre hay alguien que se aprovecha;
10. "Todos estamos de acuerdo" no existe en el edificio, siempre hay al menos un disidente.
El consejo que quiero darle a los directores jóvenes es, no confiar en las cosas que se dicen en voz alta. Lo digo porque tantas veces cometí este error. Para los ocupantes es fácil decir: "Hagamos este trabajo, ya que todos estamos de acuerdo." En un condominio nunca están todos de acuerdo, siempre habrá al menos un voto particular, que en el caso de trabajo no autorizado por la asamblea puede crear problemas, y estén seguros de que ningún ocupante dirá: "La responsabilidad es nuestra, porque le habíamos dicho al administrador de hacer el trabajo ".
Trabajando en este campo se darán cuenta de que, lamentablemente, los ocupantes en el momento en el que hay que asumir las
responsabilidades sufren de lapsos de memoria misteriosas, y estén seguros de que en caso de controversias todo será en contra, nadie va a admitir sus propios errores.
No hay sólo administradores deshonestos, también hay muchos ocupantes que por pagar unos pocos euros de menos están dispuestos a pasar a por encima de todo y de todos.
II Los principales interventos
Las principales figuras que animan la vida de un edificio son tres: los ocupantes(propietarios), los administradores y las empresas. Todo gira en torno a estas figuras, cada uno tiene sus propias peculiaridades y no hay un modelo único. En los últimos años he desarrollado una serie de patrones recurrentes en cada categoría. Un capítulo aparte lo he reservado para los consejeros, ¿quiénes son? Y lo más importante, ¿qué hacen?
Los ocupantes (inquilinos o propietarios)
Al ser la categoría más grande, podemos encontrar diversos tipos y no es dicho que el ocupante no puede pertenecer a más de una. La verdad es que vivir en un condominio es estresante, cada ocupante vive en constante ansiedad de saber lo que otros están haciendo, lo que otros piensan de lo que está haciendo, si alguien intenta joderlo y es mejor sea él a hacerlo . Pero, sobre todo, cada ocupante está convencido de que no todas las personas son correctas como él. Todo el mundo piensa que actúa bien, que son siempre los demás a cometer errores, e incluso ante la evidencia nunca admiten sus errores.
Trate de pensar qué tipo de ocupante es usted y a qué categoría pertenece (ya puedo asegurar que el 99% no se ajusta a la del ocupante perfecto). También puede tratar de inserir los ocupantes que viven en su edificio en las variadas categorías. ¡A divertirse!
El moroso
El ocupante moroso, hay al menos uno en cada edificio, es aquel que no paga la cuota regular. Se podría apostar cualquier cantidad que en el momento de la recolección siempre fallará su cuota. Al moroso no le gusta hacerse pasar por aquel que busca por todos los medios de retrasar los pagos y así inventa siempre excusas, que por supuesto nadie cree, tal vez él no es consciente, pero lo prefiere así. Las disculpas se centran en tres estrategias distintas:
1)no tiene el dinero, porque no sabía que pasaba el administrador;
2) sabía que pasaría el administrador, creía de tener el dinero, pero no lo tiene;
3) ha leído mal la fecha de la notificación.
La estrategia 1) contiene en sí mismo un misterio: la desaparición del aviso de pago que queda en el buzón o en el hall de entrada, o en el tablón de anuncios. Por la desaparición del aviso dejado en el buzón de correo, las causas pueden ser diferentes:
a) la notificación ha sido tomada por otro ocupante que se ha equivocado de buzón;
b) la notificación ha sido robada por otro ocupante con el fin de hacer pasar una pésima figura;
c) la notificación nunca fue puesto en el buzón por el administrador;
d) un miembro de la familia tomó la notificación y la dejó en alguna parte de la casa;
e)el mismo tomó el papel del buzón, pero no recuerda donde lo puso;
f) la notificación ha sido objeto de un proceso de autodestrucción en el buzón.
Con respecto a la desaparición del aviso publicado en el hall de entrada se puede preguntar:
a) ¿cómo es que todos han leído excepto el moroso?
b) ¿quién es el alegre ocupante que le gusta hacer estas bromas?
c) ¿quién podría tener interés para que una hoja como esta desaparezca?
d) ¿ poqué la hoja desapareció y a su regreso a casa reapareció milagrosamente?
Para la estrategia 2) las excusas varían según el tipo de pago escogido: Efectivo
a) los cajeros automáticos de la zona estaban rotos o no estaba disponible función para retirar dinero;
b) había tomado el dinero, pero tuvo un gasto inesperado para el niño;
c) el dinero lo tiene el cónyuge que aún no ha llegado a casa;
d) tenía que cobrar el sueldo ese día, pero aún no le han pagado;
e) el dinero estaba allí, pero desapareció.
cheque
a) no puede encontrar la chequera;
b) los cheques de la chequera ya fueron todos utilizados;
c) se recuerda que la misma mañana ha utilizado el último cheque disponible; sabía que había terminado la chequera, pero el banco no tenía más disponible;
d) el último cheque, pero comete un error al llenarlo.
Hay que tener en cuenta que el moroso, cuando paga, generalmente lo hace en efectivo, pero el día de la recolección de las cuotas prefieren hacerlo con cheque. El problema es que él y su chequera están siempre en diferentes lugares, nunca están juntos. La escena habitual que se repite en cada pagamento es la del ocupante moroso que hurga en todos los bolsillos en busca de la chequera, a continuación, comienza a buscar en todos los rincones de la casa y pregunta a todos los miembros de la familia si la han visto. Las pocas veces que viene "descubierto" se presenta con todos los cheques ya separados, nunca hay uno para su uso y es allí que inmediatamente desencadena la buena intención de ir al día siguiente al banco para que le den una chequera nueva, con la promesa de pagar la deuda al administrador inmediatamente.
Para el moroso que paga en efectivo la excusa más popular es siempre la del cajero automático que no funciona. No sé cómo sucede, pero el cajero automático del ocupante falla inexplicablemente el día del pagamento de la cuota condominial, en ese día todos los cajeros automáticos de la zona son golpeados por una misteriosa epidemia, "Mi manda Raitre."(novela que defiende los derechos del consumidor). Otro inconveniente es que muchas veces el cónyuge regresa tarde y por desgracia tenía el dinero con él, pero aquí debemos tener en cuenta la hora pico de tráfico que en muchas ciudades impide que los ocupantes regresen a casa a tiempo para pagar al administrador.
Cuando el moroso agotata todas las excusas posibles para no pagar, aquí viene toda su inventiva y su ingenio que le hace preguntar casualmente al administrador " ¿ No es que puedo pagar con la tarjeta?" Me gustaría mucho cuando esto ocurre, poder tener una registradora, para sacar a relucir y ver la cara que hace el ocupante, mientras le pregunto: ¿” tarjeta de crédito o débito "? Pero estén seguros de que el ocupante moroso no se desanima e inventará algo como que las tarjetas han caducado o han sido falsificadas en el último retiro efectuado.
Me siento en la necesidad de hacer un llamado a los bancos para controlar mejor el funcionamiento de los cajeros automáticos y sobre todo dar de inmediato una nueva chequera a los clientes que la soliciten sin tener que esperar más de un mes como es habitual con los ocupantes morosos.
La última del moroso es simular haber leído mal la fecha de la notificación, la estrategia 3). Es la más difícil de lograr, ya que necesita de una grande actuación y ser muy convincente. A la llegada del Administrador el ocupante moroso muestra su cara más sorprendente y fingiendo caer de las nubes pregunta: "Pero, ¿no tenía que pasar mañana?" Por supuesto, aún pensando que el pago debía hacerse al día siguiente nunca sucede que el moroso tenga el dinero para pagar su cuota. Los más expertos reclaman incluso que la recogida estaba prevista para el día anterior, habían dejado de lado el dinero, pero no viendo venir el administrador y habiendo tenido un gasto urgente ( medicamentos para los niños), se vieron obligados a gastarlos .
El ocupante moroso se puede dividir en tres tipos diferentes:
Sin dinero
El ocupante moroso y sin un centavo es aquel que generalmente tiene una familia grande y cambia constantemente de trabajo. Cuando el administrador va a cobrar la cuota pone a menudo junto con su esposa, las madres de las escenas por la pérdida de empleos y otros, que concluye con la promesa de que cuando iniciará el nuevo trabajo, lo primero que va a hacer es saldar toda la deuda que tiene con el condominio. El fatídico día de la recogida de la cuota, no está en casa o se le rompe el timbre de la puerta y llama a los pocos días al administrador preguntando ¿ por qué no ha pasado ya que quería saldar la deuda?. Los más descarados llegan a culpar al administrador porque no pasando nunca por su casa, su deuda aumenta. Después de varias promesas de pago, el ocupante moroso tiene la intención de pagar la deuda "a plazos", pero después del primer o al máximo el segundo mes, las buenas intenciones disminuyen y la deuda comienza a crecer.
Ejemplo: Deuda inicial € 500,00;
Plan de pago: € 50,00 al mes durante 10 meses;
1er mes: dió € 50,00, residuo € 450.00 ;
2do mes: dió € 50,00, residuo € 400.00 ;
3er mes: cuota de condominio € 150,00, dió € 30.00, residuo € 520,00;
4to mes: dió € 20,00, residuo € 500.00 ;
5to mes: perdió el trabajo, dió € 0,00, residuo € 500.00 ;
6to mes: cuota de condominio €150,00 , dió € 0.00, residuo € 650.00 ;
7mo mes: amenaza de requerimiento judicial, dió € 30.00, residuo € 620.00;
8vo mes: dió € 0,00, residuo € 620.00 ;
9no mes: cuota de condominio €150,00 , dió € 0.00, residuo € 770.00 ;
10mo mes: segunda amenaza de requerimiento judicial, dió € 20.00, residuo € 750.00 ;
Resultado después de la reprogramación: Deuda inicial € 500,00, debito final € 750.00.
El moroso sin dinero está siempre controlando a los demás, listo para reportar al Administrador cada gasto: "Dice que no tiene el dinero para pagar el condominio, pero la mujer siempre vuelve del supermercado llena de bolsas con compras", "vi que compró un nuevo juguete para su hijo," "Se ha comprado un auto nuevo ", "En esa casa siempre dan grandes fiestas."
El chantajista
El chantajista es el ocupante moroso que se niega a pagar las cuotas, ya que cree de haber sufrido daños del condominio y quiere que el tema sea resuelto lo antes posible, de lo contrario amenaza de no pagar más. En realidad, se entiende muy bien que su intención no es satisfacción por los daños sufridos sino, no pagar el condominio. Las posibles razones de chantaje:
1) es el único ocupante que no pueden ver la televisión con la antena central;
2) es el único ocupante de no tener un lugar para aparcar en el patio;
3) Quiero que sea reparada la infiltración proveniente de la planta superiora su apartamento;
4) quiere esperar hasta que todos los demás ocupantes morosos hayan pagado;
5) quiere que su solicitud sea aprobada en la reunión;
6) quiere esperar hasta el final de la obra;
7) quiere verificar que la obra se ha ejecutado bien;
8) quiere que un profesional pagado por el condominio verifique la obra;
9) quiere que el administrador controle las cuentas porque está seguro de estar pagando demasiado;
10) quiere hacer controlar las cuentas a una persona de su confianza.
Después de que el problema se ha solucionado, se aferra a otras cosas y la intriga que ya no pueden salir. A menudo es un derivado de la sensación tipo anterior que, dijo, falsamente acusado por otros condominios no pagar cuotas, atacando a todo y todos se quejan de cualquier molestia y la amenaza de no pagar más que el edificio, como si ya estuviera haciendo. El chantajista es quizás el tipo de novio ocupante aún menos creíble porque, por desgracia para él, las unidades de condominio deben ser pagados en cualquier caso, independientemente de los presuntos daños.
El súper ocupado
Es el tercer tipo de ocupantes morosos, el más astuto, no es que él no quiere pagar, no tiene el tiempo. Por desgracia en el día del pago, está en el trabajo o fuera de la ciudad. Cuando finalmente logras encontrarlo en casa terminó su chequera o no la encuentra. Odia pagar tarde y cuando los plazos se están acumulando, pide los detalles de la cuenta bancaria para pagar el condominio con un bonífico que por desgracia nunca llegará. El propietario moroso super ocupado es sin duda el más irritante porque no paga, no porque no tienen el dinero, sino por falta de interés, o porque se olvida, o no tienen tiempo o por su hábito crónico de pagar todo tarde. Por supuesto, el super ocupado, a sabiendas de que no puede estar presentes en el día del pago, dada su apretada agenda, nunca piensa en dejar dinero a su cónyuge o al vecino así tratan de pagar en su nombre; por desgracia, no tiene tiempo para eso tampoco. Su tiempo es demasiado precioso para estas cosas, pero también debe darse cuenta de que es valioso para el administrador, obligado a tener que regresar a su casa para cobrar la cuota.
El ocupante moroso para el administrador es causa de múltiples pérdidas de tiempo:
1) hay que llamarlo todo el tiempo para evitar que se "olvide" de la deuda;
2) Citas continuas, con cada vez un evento inesperado para no pagar;
3) tener que reconstruir cada vez su deuda;
4) tener que mantener sus recibos para dárselas en el momento del pago;
5) tener que emitir nuevos recibos porque sólo paga una parte de la deuda;
6) siempre encuentrarse al descubierto por el dinero que falta;
7) Como consecuencia, tener que retrasar los pagos de los proveedores;
8) organizar planes de cuotas que nunca van a ser respetados;
9) escribir solicitudes de pago enviándolo por correo;
10) Dirigirse a un legal para un requerimento judicial.
El pedante
El ocupante pedante es un:
1Hace todo, va desde las obras de construcción hasta instalación eléctrica, dá asesoramiento administrativo a jurídico;
2 Conspirador, trama detrás de los demás ocupantes , buscando de promover sus "protegidos";
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3 Desconfiado, siempre debe comprobar lo que dice el administrador;
4 Presuntuoso, todo lo que se ha hecho sin preguntarle, está mal;
5. Mentiroso, se esconde detrás de: "No sé, no me acuerdo, yo no sabía nada ...";
6 Egocéntrico, está convencido de que todo el edificio gira en torno a él;
7 Insaciable, nunca encontrará un administrador de su agrado;
8 Excelente, siempre quiere demostrar a los demás ocupantes saber más que todos;
9 Egoísta, que parece actuar en el interés de todos, en realidad, sólo cuida su propio interés;
10.Vanidoso, le encanta ser elogiado y halagado por los demás ocupantes.
Se podría pensar que el ocupante pedante no sea muy simpático ¿no? Tienen razón. Al pedante le gusta dar cátedra de todo, asegúrese siempre de que su interlocutor esté un escalón por debajo de él .Está firmemente convencido de que nadie sabe más que él y cuando él no sabe nada ... lo inventa, porque odia no estar preparado en un tema. Y es campeón nacional de “asirse a las ramas”, no se mueve por nadie, tiene siempre la respuesta correcta negando las afirmaciones hechas, sin ningún problema, incluso sólo unos momentos antes.
Frases que le han permitido de llevar el título de campeón de “asirse a las ramas”:
1 "Yo no recuerdo haber dicho nunca tal cosa."
2 "Si me dejan teminar, ya que estaba llegando al punto."
3 "La idea es buena, aunque esto ya lo había dicho yo, pero no importa."
4 "Ahora no vamos a ver quién se ha equivocado, lo importante es el bienestar del condominio."
5. "Obviamente, no me han entendido por qué yo estuve de acuerdo desde el principio."
6 "Puede que haya sido un error, pero el error más grande lo ha cometido el administrador."
7 "Tal vez no se acuerdan bien, pero yo decía que era incorrecto y usted que era correcto ."
8 "Si me preguntaban antes a mí, en lugar del administrado, se resolvía de inmediato."
9 "Puedo estar equivocado, pero ¿cuántas veces he tenido razón?"
10 "Les he dado consejos sin esperar nada del condominio."
Cuando alguien tiene una buena intuición, se convierte de inmediato en su idea, ya expresada en reuniones anteriores y sus "seguidores" están dispuestos a jurar que él lo había dicho antes que nadie. Luego, en un momento de humildad, que no le conviene, con su mejor cara de bronce lustrada para la ocasión, sin embargo, señala que estas cosas no les importan, no importa si fue el primero en lanzar la 'idea, es importante que se ha encontrado una solución al problema. El sabelotodo es peligroso porque crees que lo sabes todo sobre la administración de condominios. Es considerado con gran estima por los demás, que vienen a él con cualquier problema y para preguntar si las asignaciones realizadas por el administrador son correctas, con el fin de tener la luz verde para pagar.
En la asamblea se convierte en el protagonista, su pasión es hacer el presidente de la asamblea, dirigir la discusión y dictar las actas a la secretaria. El ocupante sabelotodo, sabe todo acerca de quórum, los porcentajes y los artículos de la Ley, conoce de memoria las milésimas de cada apartamento y gracias a la influencia que tiene sobre los ocupantes se presenta a las reuniónes con más de una delega. Es un gran teórico, pero a menudo no tiene en cuenta que la realidad es otra cosa.
El sabelotodo señalar cualquier irregularidad del administrador, tratando de ponerlo en mala imagen. Va a las empresas y oficinas públicas, donde fue el administrador para verificar la verdad de las afirmaciones. Me tocó un ocupante sabelotodo que no convencido de que había operado, y por lo tanto no podía asistir a la reunión, con la excusa de tener que devolverme el libro de actas vino a ver si yo estaba realmente en el hospital.
El contracorriente Principales características del ocupante contra:
1 escabullirse cuando se toman decisiones para ser los primeros en criticar;
2. ser el único que no está de acuerdo en nada;
3 ser tan contra hasta el punto de ser capaz de contradecirse a sí mismo;
4. no participar nunca a la reunión por compromisos ineludibles;
5. dice todo a trabajo realizado, ya que nunca se equivoca y siempre da una buena impresión;
6 discutir sobre todo y de todos, siempre cuando se digna a asistir a la reunión;
7 aparentar no haber entendido lo que se decidió hacer;
8. siempre caer de las nubes diciendo de ser el único que no ha sido notificado;
9. estar convencido de que todo el mundo está en su contra;
10. encuentrar siempre las razones para no estar de acuerdo con los demás.
No hay nada más irritante que un ocupante contra. Tiene una forma de actuar muy astuta, que es tomar distancia cuando se adoptan decisiones para reaparecer poco después criticando. Los demás ocupantes hablan de él diciendo: "Total ya sabes que no está de acuerdo." El contra siempre tiene excusas para no participar a las reuniones, para después desafiar las resoluciones tomadas:
1 ¿Todos los ocupantes han elegido un color para pintar una pared?
Él quería otro más claro o más oscuro dependiendo de la opción del color.
2 ¿Todos los ocupantes han decidido instalar la antena Central?
Él mantiene su antena porque es completamente funcional y no la quiere tirar.
3 ¿Todos los ocupantes han elegido el diseño de la puerta nueva?
Él prefería hacer una más simple o más compleja que el modelo elegido.
4 Todos los ocupantes están de acuerdo para instalar una antena de telefonía móvil en la azotea.
Él sabe datos científicos nunca revelados que demuestran la nocividad.
5. Todos los ocupantes están de acuerdo sobre los peligros de las torres de celulares.
Él sabe datos científicos nunca revelados que prueban que son inofensivos.
6 Todos los ocupantes están de acuerdo en el tratamiento de una disputa legal.
Sentío a su abogado que le dijo que la disputa se había perdido desde el principio.
7 Todos los ocupantes están de acuerdo en no hacer frente a una disputa judicial.
Sentío a su abogado que le dijo que él ya ha ganado.
8 Todos los ocupantes han acordado volver a confirmar el administrador.
Él reconociendo la habilidad del administrador no está plenamente convencido.
9 Todos los ocupantes han acordado vender el cuarto de calderas a un propietario.
Él no está de acuerdo, sería más probable alquilarlo.
10 Todos los ocupantes están de acuerdo en alquilar la sala de calderas a un ocupante.
Él no está de acuerdo, estaría más inclinados a vender.
Si sus preferencias las expresara en la asamblea tal vez sus motivos pudieran convencer a los demás de que ellos también podrían eventualmente alcanzar su elección. Entrar en el juego es más difícil, participar a las elecciones y tal vez equivocarse con la que a primera vista podría ser considerada como la mejor. A ningún ocupante le gusta la actitud del contra que es irremediablemente aislado de todos especialmente en la reunión, por supuesto, cuando se digna a participar.
El petulante
Es una especie muy extendida, el ocupante petulante no se pierde nada de lo que sucede en el edificio. Es muy diligente para alertar al administrador de lo que está sucediendo en el espacio de un kilómetro de la construcción y sobre todo en el edificio. La llamada siempre comienza con: "No sé si alguien ya lo ha advertido, pero están haciendo trabajos ...". El ocupante petulante no sabe cuales son días de fiesta y horarios, cualquier momento es bueno para alertar al administrador de todo lo que sucede en su campo de visión que puede representar a su incuestionable juicio, un peligro potencial. En la mente del ocupante petulante emergen imágenes de desastres inminentes:
1 Los trabajos del edificio de al lado podrían causar peligrosos deslizamientos de tierra;
2. una fuga de agua puede llegar a los cimientos causando problemas de estabilidad para el edificio;
3. un ruido del ascensor podría ser un síntoma de un colapso inminente de la cabina;
4. el humo que salió del taller podría ser una nube tóxica peligrosa;
5. la construcción de una veranda en un balcón puede convertirse en un peligro para la estabilidad del edificio;
6. las raíces de los árboles del jardín podrían romper las tuberías de la red del alcantarillado;
7.las hierbas del jardín podrían ocultar una colonia de ratones que invaden el condominio;
8. una ventana de la escalera que cierra mal podría con el viento soltarse y caer por debajo;
9. el trabajador que está cavando en la calle podría romper la tubería de gas y hacer volar todo;
10. el árbol en el jardín con el viento se mueve demasiado y podría caer.
Su principal preocupación radica en que un operario rompa el muro maestro al interno de un apartamento y entonces, sólo si oye el sonido de un martillo neumático de inmediato llama al administrador: " siento un ruido increíble que viene del piso de arriba, incluso las paredes y el suelo tiemblan, ¿no es que los trabajadores están destruyendo una pared maestra? "el petulante ocupante nunca actúa en primera persona, siempre delega todo al administrador, que debería tener una línea directa para casos particulares con la policía, la brigada y los bomberos listos para correr a cada alarma. Para que sus señalizaciones no caigan en vano, porque a lo mejor en ese momento el administrador tiene cosas más importantes que hacer, él petulante magnifica situaciones, haciendo correr al "cabecera" del condominio. No hace falta decir que las señalizaciones del ocupante petulante no se revelan casi nunca ciertas porque, por desgracia, él creía que ... le pareció que, estaba convencido ... de que ... Él pensó en su propio negocio!
Al final, de acuerdo al aire bastante fruncido del administrador, quien corrió a toda prisa y sin ninguna razón, el petulante no encuentra nada más que decir que: "Bueno, mejor así, ya que no ha ocurrido nada serio."
Llamada tipo del ocupante pedante:
ocupante: ¿Hola, es el administrador?
Administrador: Sí, soy yo
c:. ¿Lo molesto?
a: La verdad es sábado, precisamente 15 de agosto y estaría de vacaciones con mi familia.
c:. no sé si alguien ya le ha advertido del incidente que ocurrió esta mañana.
a:. Gracias a Dios, no todo el mundo piensa en llamarme el 15 de agosto.
c:. Lamento haberlo molestado, no lo habría hecho, pero sucedió algo grave.
a:¿Qué pasó de grave para tener que llamar el 15 de agosto?
c:. La puerta no funciona, hay una llave rota dentro.
a: ¿Solo eso?
c:. No lo hubiera molestado, pero si no se repara tenemos que dejarlo abierto.
a:Y déjenlo abierto, el lunes llamo al herrero si puede ir, siempre que no esté de vacaciones.
c:. ha lo sabía, se van todos de vacaciones y aquí, mientras tanto, la puerta permanece abierta.
a:. ¿Cuál es el problema? La puerta está siempre abierta, no la cierra nadie.
c:.¿ no es que podría venir a poner un cartel para pedir a la gente de cerrarla?
a:. Repito, ¡ es 15 de agosto! Y desde que soy administrador hice cinco .
c:. queda el problema de quedarse con la puerta abierta, al menos hasta el lunes.
a:. Lamentablemente desde aquí, no puedo hacer nada, si usted conoce a un herrero que venga.
c:. ¿Y dónde puedo encontrar un cerrajero? Y también hay que pagarle.
a:. Esto no es un problema, pagaré a mi regreso.
c:. ¿Y si quiere que le paguen de inmediato?
R:. Puede usted anticipar el dinero u otro ocupante yo a mi regreso lo voy a reembolsar.
c:. ¿Y cuánto pedirá? Yo no tengo esa cantidad de dinero disponible. ¿Quién lo paga?
a:. Disculpe, ¿ usted conoce un cerrajero que puede venir hoy?
c:. No, ¿que sé yo? Aparte, hoy es agosto.
a: Entonces no creamos otros problemas, tendrá que esperar hasta el lunes.
c:. no se puede esperar hasta el lunes, están todos de vacaciones, podían entrar ladrones.
R:. Si los ladrones quisieran estrar, seguro que no se asustarían de una puerta cerrada.
c:. Pero esta semana ya han robado en cinco apartamentos en nuestra área.
a:. repito por enésima vez, no puedo hacer nada hasta el lunes.
c:. Pero si la puerta permanece abierta entran los gatos del patio y hacen las necesidades en las escaleras.
a:Entonces dejen la puerta arrimada, no creo que los gatos sean capaces de abrirla.
c:¿Puede al menos venir a pegar un cartel que diga que la puerta está rota?
a:Estoy de vacaciones a 400 kilometros de distancia, ¿ pretende que vaya a pegar un cartel?
c:. En fondo, he pagado también por esto. Pero si usted está de vacaciones ...
a:Haga una cosa, pegue usted un cartel, necesita una hoja de papel y un poco de cinta adhesiva .
c: ¿Y dónde encuentro una hoja de papel blanca, hoy es ferragosto están todos cerrados.
a:Quisiera yo también cortar esta conversación.
c:. ¿almenos mañana puede hacer vinir alguien?
a:. Mañana será domingo 16 de agosto, ¿ donde quiere encontrar a alguien?
c:. Tal vez el herrero no ha viajado y mañana puede venir, ya que es una cosa urgente ...
a:. Bien dicho, por una cosa urgente, una llave rota en la cerradura no es urgente.
c:. Entiendo, pero si esta noche vienen a robar la responsabilidad será suya.
a:. Repito, no puedo materializar un herrero el 15 de agosto.
c:.¿ Pero el lunes vendrá el cerrajero?
a:. no lo sé, voy a tratar de llamar aquellos que conozco, pero no te puedo asegurar nada.
c:. Pero entonces ¿cuándo vendrá el cerrajero?
a:. No sé si no lo encontrara en una semana, cuando vuelva vamos a ver qué podemos hacer.
c:. Espero que la llave rota no cause un cortocircuito, y se caiga la luz.
a:. Les puedo asegurar que la llave rota no puede causar un cortocircuito.
c:.Lo saludo. Lamento haberlo molestado, no lo habría hecho sino fuera urgente.
a: en realidad no lo era ... llámame si hubiesen novedades.
Después de diez minutos.
c:. ¿Hola es el administrador?
a:. Soy yo, ¿qué más hay?
c:. Lamento haberlo molestado, pero me había dicho que llamara si había noticias.
¿Por qué, ya se han producido?
c:. Quería decirle que todo está resuelto, la cerradura estaba sólo un poco dura.
a: ¿Qué significa que era un poco duro?
c:. Sí, el señor de la planta baja ha puesto aceite y ahora mi llave entra.
a:. ¿Y la llave rota?
c:. no había, mi llave no encajaba y me pareció que había una rota en el interior.
a:.¿ Y me hizo perder todo este tiempo para nada?
c:. Qué puedo decir, después de todo, es mejor así. Hemos resuelto todo sin gastar nada.
En este punto la llamada ya no es narrable, debido a la vulgaridad.
El entrometido
El ocupante entrometido es el que conoce cada evento que ocurre en las casas de los vecinos. Su frase típica es: "Usted sabe, yo me ocupo de mis asuntos, pero ..." y luego termina con un: ". Le recomiendo no diga que lo supo de mí"
Cosas que conoce el entrometido de los ocupantes y que se refiere a todos:
1 situaciones familiares: felizmente casados, en crisis, que tiene una amante, que se está separando;
2. enfermedades: de los propietarios, los hijos y los parientes dentro del tercer grado y conocidos;
3 situaciones escolares: los que estudian, quién cojea, quién va a particular, los que han sido rechazados;
4. situaciones económicas: los que no tienen problemas, los que tienen muchas deudas, los que están con serios problemas;
5 nuevas compras: casas, muebles, automóviles, barcos;
6 hábitos: los que van a dormir temprano, quién entra tarde, los que ven mucha televisión;
7 trabajo: la ubicación, las perspectivas, los ascensos, traslados, despidos;
8 fechoría: quién ensucia las escaleras, los que leen el correo de los demás, los que fuman en el ascensor;
9 preferencias políticas: quién es de derecha, quién de izquierda, quién es indeciso, y los que no van a votar;
10 popularidad del administrador: quién es feliz, quién lo critica, los que le gustaría otro.
El mejor momento para las confidencias es el día de la recolección de las cuotas, cuando pueden hablar cara a cara con el administrador lejos de miradas indiscretas. Básicamente, una vez que el administrador entró en su casa y cerró la puerta no lo dejan ir, ajeno al hecho de que el pobre hombre tiene otros 15-20 apartamentos para visitar. Los más organizados calculan el tiempo de llegada del administrador para preparar café y decirle: "Estaba preparando café en este momento, le ofrezco una taza." Es el fin. Una vez sentado, el administrador ya no puede levantarse y tiene que escuchar toda la historia de lo que ha sucedido desde la última visita y también lo anterior porque el ocupante entrometido tiene el hábito de contar el mismo evento más de una vez, no se entiende si por olvido o por el simple placer de informar algo. El entrometido tiene una técnica propia, que comienza con una charla de cosas del condominio y luego insinúa casi descuidadamente algunos chismes sobre un ocupante cualquiera, diciendo sorprendido al administrador: "¿Por qué? ¿no lo sabías?" En ese momento comienza a entrar en detalles, descargando todo para todas partes sin salvarse ninguno. El entrometido conoce las situaciones familiares de todos, él sabe quién ensucia las escaleras, los que regresan tarde, conoce las enfermedades de todos, invade la privacidad, intercalando las historias con la excusa de no contarlo a nadie. Cuando el administrador logra levantarse y se dirige a la puerta, el entrometido lo frena y sigue hablando haciendo de escudo entre la víctima y la puerta, si pudiera se extendería en el suelo para no dejarlo pasar. El último acto de la tragedia suele darse en las escaleras con el administrador que comienza a descender los escalones lentamente, alejándose del descansillo, moviéndose hacia atrás, hacia la puerta de entrada (por lo general se deja intencionalmente para el final). Y él continúa impertérrito a hablar ... hablar ... hablar ...
El obrero
El ocupante obrero es un jubilado que se ocupa gratuitamente del mantenimiento del edificio.
Trabajos realizados en forma gratuita por el ocupante obrero:
1 sustitución de las bombillas;
2. reparación de las cerraduras de las puertas cuando queda dentro una llave;
3 riego y poda de las plantas;
4. limpieza de las cloacas, liberándolas de los detergentes, toallas sanitarias y pañales;
5. limpieza de las rejillas de aguas pluviales, liberándolas de las hojas y la suciedad;
6. limpieza de la terraza comunitaria, con el corte de malezas alrededor de las rejillas de ventilación;
7 regulariza los temporizadores y la instalaciones;
8 reemplazo de los nombres en el portero automático;
9 engrasar las bisagras y cerraduras de puertas y portones;
10 pequeños trabajos de albañilería, fontanería y elettricidad.
El ocupante obrero realiza estos pequeños trabajos, que si se encomiendan a una empresa impondría una carga para el condominio. Debería ser visto como un ángel salvador; para agradecerle el gesto sería bueno darle un regalo en Navidad, alguien incluso podría sentirse obligado a darle una mano. ¡Pero no! La única cosa que puede generar en los demás es la necesidad de darle consejos. Cada ocupante, de hecho, dice algo con respecto al cambio de la bombilla, al corte del seto, sobre cómo se deben ajustar las cosas y por supuesto, todo lo que hace el ocupante obrero nunca está bien. También cuando trabaja se siente decir con un tono irónico: "Bien, gracias a Dios que usted está aquí para hacer las cosas." Todos los propietarios se quejan de los costos y cuánto cuesta reemplazar una bombilla, pero nadie está dispuesto a sostituirla. No es difícil, sólo basta una escalera y un poco de buena voluntad. Y entonces llaman al administrador: "No sé si alguien ya ha advertido que hace un mes que se ha quemado la lámpara de mi piso." Parece una exageración, pero es una de las llamadas más frecuentes, así que tenemos que explicar a todos, que el administrador cada vez que visite el condominio no debe controlar el funcionamiento de la luz en cada piso, tal vez él va allí durante el día, cuando las luces están apagadas, pero todo el mundo espera que sea otro que le haga saber al administrador. El ocupante obrero es una especie rara, porque casi siempre desiste de continuar su trabajo, no siendo éste apreciado y de hecho a menudo, incluso criticado. Una vez que el ocupante obrero decide dejar de ser el benefactor de los condominios, los demás se dan cuenta cuánto cuesta reemplazar una bombilla, podar el jardín y limpiar los desagües cuando los trabajos se ejecutan por una empresa. Entonces, se recuerdan del obrero que a este punto responde con el clásico gesto y tiene toda la razón.
El impaciente
El ocupante impaciente es aquel al cual todo le molesta. Todo le molesta y por supuesto exagera cada situación para demostrar que ha sufrido enormes daños. Cada sonido y cada olor, incluso si proviene de la bodega (mientras que él vive en la planta superior) se vuelve insoportable. El ocupantes impaciente es sensible a cualquier tipo de ruido (excepto los causados por él), su drama personal son las reestructuraciones de apartamentos, aún más extremo cuando el trabajo implica el apartamento por encima del suyo.
Las principales razones por las que el ocupante impaciente llama al administrador:
1. Los trabajadores no respetan los horarios durante los cuales no se permite hacer ruido; - Por la tarde tiene en casa su nieta que siempre se despierta;
2. Los trabajadores utilizan el ascensor como un elevador y en consecuencia siempre se rompe; - La esposa ha tenido que subir todas las escaleras llenas de bolsas de compras;
3Los trabajadores están tomando corriente desde el panel eléctrico del condominio; - Ha tropezado con el cable y fué un drama porque él podía morir electrocutado;
4 Los trabajadores han manchado la entrada del edificio y se ha ensuciado la alfombra; - Tenían que venir invitados y ha hecho el ridículo;
5. Los trabajadores han levantado mucho polvo y se vio obligado a mantener las ventanas cerradas; - Había dejado las ventanas abiertas para secar los pisos que se han embadurnado;
6 Los trabajadores han cubierto la terraza con lonas que hacen ruido con el viento; - El ruido era tan fuerte que no ha podido pegar ojo en toda la noche;
7 Los trabajadores han respondido mal después de que él se había quejado por el ruido; - Se produjo una riña, por suerte es una persona civilizada;
8 Los trabajadores han dejado caer un clavo que terminó en su terraza; - Podría haber ocurrido un accidente porque estaba demasiado oxidado;
9 Los trabajadores han dejado una bolsa de cemento en el patio; - Es mejor hacerla retirar porque alguien podría tropezar y caer;
10 Los trabajadores silban y cantan mientras trabajan;- No puede escuchar las noticias en la televisión y por lo tanto tiene que comprar el periódico.
Terminado de exponer todas sus quejas, el ocupante impaciente insta al administrador que se haga cargo de exigir una indemnización al propietario del apartamento por el uso excesivo del ascensor y de la corriente del condominio sin recordar que un mese antes, él había hecho unos trabajos haciendo utlizar a sus trabajadores el ascensor y la corriente condominial.
El ocupante impaciente en algunos aspectos es muy similar a la del ocupante petulante sólo que mientras el segundo se fija en las cosas que considera beneficiosas a través de sus intervenciones, el primero tiene las actitudes clásicas de personas que en un edificio nunca debería vivir. Para él, todo se convierte en un trastorno, los vecinos no deberían pasar la aspiradora, hacer reparar fallos en la casa, tocar un instrumento, tomar el sol en la terraza, tener una mascota, hablar unos con otros a través de la ventana, colgar la ropa, comer en el balcón , invitar a la gente a cenar, dejar diez minutos un objeto en la entrada. Esto puede parecer exagerado, pero les aseguro que he conocido a muchos ocupantes con estas características, ya que la primera persona a la que buscarán para expresar su decepción siempre será el administrador. El impaciente no soporta los chicos que jugando hacen mucho ruido, que son groseros,que tocan el timbre, que rompen las plantas en el patio, que emiten sonidos en la escalera cuando son grandes, que lloran mucho durante el día y especialmente por la noche cuando son pequeños. Luego están los animales, perros que ladran, gatos que maúllan y van a otros jardines; para él soportarlos es un dolor enorme y así comienza a adherirse al reglamento y normas de higiene.
El ocupante impaciente es el enemigo número uno de los gerentes de las tiendas, en particular de tiendas de moda abiertas hasta altas horas de la noche, delante de la cual se forma una multitud de jóvenes que charlan en la calle, y es cuando inician las llamadas de teléfono a la policía, brigada y defensa civil, se recogen firmas para cerrar el local, gritos a los provocadores quienes a su vez responden con intercambios de amenazas, insultos y a menudo incluso cubos de agua para los más indisciplinados.
Una cosa que, literalmente, molesta al ocupantes impaciente son los pasos de la gente de arriba, como si él y su familia no caminaran sino flotasen en el aire tanto que el ocupante de abajo no se da cuenta de su presencia en lo más mínimo.
III – Condominio + Test
El reestructurador
El ocupante reestructurador tiene el apartamento donde se llevan a cabo los trabajos. En general, todo comienza con la compra de la propiedad y las renovaciones habituales antes de irse a vivir. Desde ese día los trabajadores se convertirán en un mobiliario fijo de la casa. Se comienza con el geómetra, el arquitecto, el ingeniero, el albañil, fontanero, carpintero, electricista, pintor, quien coloca la antena, el ingeniero de la planta de aire acondicionado, el vidriero, el herrero, el operario del móvil, jardinero, el que coloca las tiendas en la terraza, etcétera. Los trabajadores, se suceden en un ir y venir continuo en el interior del apartamento, llevando toneladas y toneladas de diversos materiales: vigas de madera, kilómetros de tuberías, paneles aislantes, ventanas de aluminio, cables eléctricos, cables telefónicos, antenas y antenas parabólicas, sistemas de telefonía e intercomunicadores, puertas, azulejos y parchet, pintura, acondicionadores de aire, rejas, puertas, toldos balcón, ladrillo, bolsas de cal y cemento, martillos neumáticos, luces de techo, lámparas, muebles, sofás, televisores, equipos de música, lavadoras y refrigeradores. Todo naturalmente transportado con el ascensor del condominio, depués los demás se quejan de que está siempre sucio y parado en el piso del ocupante reestructurador.
Elementos que hacen que te des cuenta de que has entrado en la casa de un ristrutturatore ocupante:
1. muebles, siempre cubiertos con sábanas blancas, que dan a la casa un toque de películas de terror;
2. un piano, que también está cubierto, que está ahí, nadie sabe cómo tocar, pero es un buen recuerdo;
3 revoltijos de mobiliario de diferentes épocas y estilos;
4 cajas tiradas aquí y allá de donde salen los objetos más extraños;
5. libros polvorientos esparcidos por todas partes;
6 objetos rotos que en el caos general nadie se siente obligado a tirar;
7 palos de la cortina y cuadros esperando que alguien finalmente los cuelgue en una pared;
8. un enorme acuario con un pez pequeño vagando solitario;
9 cables que salen de las paredes y techos en espera de una lámpara;
10 paneles para contra-techos jamás hechos.
La frase típica del reestructurator es: "No haga caso a la suciedad y el polvo, pero ya sabe, con los trabajadores siempre en la casa. Esperemos que terminen pronto estas obras, no puedo más ". Y a mí me encantaría contestar: "Imagínese los demás ocupantes ..."
Entrando en la casa de reestructurator, todo se ve como si él acabara de mudarse y esté en proceso de acomodación, pero ya pasaron cinco años que vive allí y cada cosa ha quedado exactamente donde lo dejó la empresa de mudanzas.
Al principio, el ocupante reestructurator es homenajeado por el comité de recepción de los apartamentos a bombo y platillo, todo es un gran cumplido:
1 "Pero, que hermosa es su casa."
2 "El dueño anterior la tenía muy mal, era un verdadero horror."
3 "Ha tenido un muy buen gusto en la elección de los muebles, se ve mucho más grande."
4 "Lo que necesite, no se haga escrúpulos, suene el timbre."
5 "En este edificio somos todos una familia."
6 "parecemos un poco peleones, pero al final todos nos queremos mucho."
7 "No se preocupe por el ruido, todos hemos hecho trabajos en nuestro apartamento."
8 "Entre vecinos un poco de comprensión se necesita. "
9 "Con el anterior propietario no se podía llevar bien."
10 "Sus hijos son deliciosos."
Luego, después de unos días las cosas cambian, y llega la primer llamada al administrador:
1 "Disculpe, pero¿ los trabajadores pueden empezar a trabajar a las siete?"
2 "Pero ¿cuándo terminan estos trabajos? Desde hace meses que estan trabajando ".
3 "¿Viste que toldos horribles que montaron? Y además son diferentes de todos ".
4 "¿No es que derribaron algún muros maestro?"
5 "Este mes la limpieza de las escaleras las paga él, ya que siempre están sucias."
6 "El ascensor lo pagará él, ya que los trabajadores lo han utilizado como un montacarga."
7 "¿Has oído que lío que hacen sus hijos? Son muy groseros ".
8 "Dígale que quite de inmediato las plantas del descanso de la escalera, no se puede pasar."
9 "Le diga a los trabajadores que la entrada no es un armario de materiales."
10 "Esperamos que se vaya pronto. Estamos hartos! "
En un condominio lamentablemente los romances no duran mucho tiempo, se mueven a la velocidad de la luz, de la riqueza a la pobreza, por lo que el ocupante se encuentra en la próxima reunión a tener todos en contra y el hecho de que todos son una familia y de llegar a un acuerdo no se habla más.
El propietario
El propietario no vive en el edificio, alquila su propio apartamento, de este modo, es odiado por los otros ocupantes que ven una sucesión de individuos de todas las edades y nacionalidades que van a vivir allí. El hecho de que no vive en el edifico a menudo no permite al propietario darse cuenta de las molestias que pueden causar sus inquilinos cuando son ruidoso, por lo que siempre intenta minimizar estando de su parte, especialmente para evitar el riesgo de perderlos.
El mayor dolor de un condominio son los estudiantes universitarios. El propietario muy contento, advierte al administrador de haber alquilado el apartamento a estudiantes universitarios que vienen de fuera de la ciudad, chicos talentosos de gran cultura que no darán ningún problema, ya que durante todo el día estarán en la universidad. Pero por la noche ... por la noche el apartamento se convierte en un gran salón de baile hasta el amanecer. Los estudiantes universitarios sin supervisión de los padres y con un apartamento disponible aprovechan a invitar a amigos y conocidos organizando fiestas, antes y después de la cena, llenas de diversión y caos. La música fuerte hasta altas horas de la noche, gritando por las escaleras, portazos todo el tiempo, sonido de pasos y saltos, nubes de humo por las escaleras y en el ascensor, botellas lanzadas desde los balcones, y finalmente redada policial, advertida por el ocupante impaciente. Por supuesto, todas las quejas llegarán al administrador que instado por todos los otros ocupantes tendrá que explicar a los estudiantes que el edificio no es una discoteca y se verá obligado, si siguen las fiestas, a alertar al propietario. Los chicos, ante las palabras del administrador dicen que nunca llevan a nadie, sólo un hermano o un primo que viene a verlos de vez en cuando. Siempre están a la universidad y al contrario, son ellos al ser molestados por los ruidos de los demás durante el día, solo buscan un poco de paz para estudiar. Si uno se dirige directamente al propietario, no es que las cosas van a mejorar, se asombrará con la promesa de regañar a los estudiantes con la amenaza de echarlos si pasa nuevamente. Más tarde llamará el administrador afirmando de haber hablado con los estudiantes, que han confirmado que no han dado fiestas y no han hecho entrar personas extrañas en el apartamento. Y así, después de unos días de calma, el edificio volverá a ponerse en movimiento hasta altas horas de la noche con chicos que entran y salen del edificio a todas horas. A este punto, la pregunta que todos los ocupantes se hacen es: "¿A dónde van, ya que los estudiantes juran que nunca entra nadie? ¿Tal vez los ancianos de la planta superior tienen una doble vida? "Misterios condominiales.
Las relaciones entre propietarios e inquilinos son a menudo tormentosa, no lo creerán, pero casi siempre las diatribas se refieren a razones económicas.
Principales motivos de disputa entre propietario e inquilino:
1. pago atrasado de la renta;
2. falta de pago del alquiler;
3. registración o no, del contrato de arrendamiento;
4. tarifa más baja que debe indicarse en el contrato de alquiler para registrar;
5. El pago de la inscripción del contrato de arrendamiento;
6. ¿quién debe pagar el condominio?;
7. inquilino moroso del condominio;
8. ¿quién debe pagar por las reparaciones al interno del apartamento?;
9.aumento INE de la renta;
10. aumento en el alquiler debido a mejoras.
El objetivo de cada propietario es de hacer pagar al inquilino la cuota entera del condominio. Si el inquilino conoce la ley, sabe que está obligado a pagar solo el consumo, salvo pacto en contrario que se especificará en el contrato de arrendamiento. El reparto de los gastos entre el propietario y el inquilino se rige por la Ley 29/1994 art 1542 reforma, 4/2013 sobre el justo alquiler, accesible y descargable a través de Internet. El principal temor del propietario es encontrarse con un inquilino moroso que no paga ni el alquiler ni los gastos del condominio, a este punto el propietario, además de no recibir el dinero por el alquiler se verá obligado a asumir los gastos de la causa de desalojo que durará años y, al mismo tiempo tendrá que pagar la cuota del condominio. Quiero aclarar un aspecto que siempre es motivo de discusión con el dueño: el deudor del condominio es y sigue siendo el propietario de la vivienda. El administrador, no es responsable como querría el propietario, de "correr" detrás del inquilino moroso para el pagamento de la cuota condominial. El propietario en cambio cree que la falta de pago de las cuotas es un asunto que debe resolver el administrador con el inquilino, pero no sabe que cualquier medida cautelar será dirigido directamente a él.
Cuando el contrato de arrendamiento no se ha registrado, el propietario por miedo a ser descubierto por el fisco, inventa la historia de que el inquilino es un pariente. La cosa es muy divertida porque el administrador y los otros ocupantes son conscientes de que no existe una relación de parentesco entre ellos, sino que es sólo un truco para evitar el pago de impuestos sobre las regalías recibidas. El propietario, sin embargo, impertérrito, sigue hablando de primos, tíos y sobrinos entre las risas de sus vecinos.
El jubilado
El ocupante jubilado es sin duda una de las figuras más sensibles dentro de un condominio. Por lo general, habita solo, se mantienen con la jubilación y vive aterrorizado con la idea de tener deudas, por esto que a diferencia del ocupante moroso, siempre quiere pagar las cuotas de antemano. Apenas cobra la jubilación, su primera preocupación es pagar el condominio. Así que llama al administrador para saber cuándo pasará por las cuotas y, pide amablemente, si él puede pagar antes, no queriendo correr el riesgo de gastar el dinero reservado para la entrega. Como vive solo, la visita del administrador es una alegría, ya que tiene la posibilidad de hablar con alguien, su casa siempre está en orden, todo en su lugar, con muebles antiguos y un olor característico de las cosas viejas. Pregunta siempre si hay noticias por el placer de hablar un poco, en parte porque de problemas condominiales no entiende mucho, sobre todo no puede entender por qué los otros se pelean por todo y nunca se ponen de acuerdo en nada. Es un mundo diferente al de la mayoría de los ocupantes, a menudo arrogante, pendenciero e irrespetuoso del trabajo de otros.
Pro y contra del ocupante jubilado:
Pro:
1 paga periódicamente las cuotas;
2 no es objeto de controversia, siempre va todo bien;
3 está siempre de buen humor;
4 intenta de no dar problemas;
5 no participa a las reuniones.
Contra:
1 el volumen alto del televisor,
2 el gas de la cocina que queda abierto;
3 el grifo del agua que deja abierto;
4 poca disponibilidad para trabajar caros;
5 no participar a las reuniones.
Cuando el jubilado es muy anciano los ocupantes están aterrorizados porque a veces deja el gas y el agua abierto, pero por desgracia, el administrador no puede hacer nada sino basarse en la responsabilidad de los hijos,y pedirle de controlarlo mejor. Es de poca utilidad, sin embargo, cuando uno se dirige a personas poco preocupadas de como viven sus padres. A veces, hay hijos que con el fin de proteger los intereses de los padres, pero sobre todo sus futuros intereses, lo acosan en todo lo relacionado con el condominio, criticándolo todo el tiempo, tal vez por no haber expresado decisiones contrarias en la Asamblea. Estos hijos no se dan cuenta que si realmente quieren proteger los intereses de sus padres (y los suyos) se deben encargar directamente ellos en ir a la reunión o al menos acompañarlo. En un edificio de apartamentos, por ejemplo, tuve un sardo jubilado, cuyos hijos estaban siempre presentes con él en la reunión para traducirle las cosas más importantes del italiano al dialecto.
El ocupante jubilado es una persona muy tranquila, trata de no aportar molestias, pero crea una de las cuales no se da cuenta, el volumen del televisor. La mayoría de las quejas sobre el ocupante jubilado llegan por el volumen de la televisión que mantiene muy alta y por supuesto no es fácil decircelo. El jubilado negará siempre, él dice que la TV no lo ve casi nunca, y mantiene el volumen bajo para evitar disturbios. Sin embargo, después de haber expuesto el problema, lo que es aún más complicado es si el ocupante jubilado es sordo como una tapia, por unos días, a pesar de haber negado previamente todo, tratará de mantener el volumen a niveles más bajos, pero después de algún tiempo, sin entender nada y no ser capaz de leer los labios, volverá a subir el volumen y empezarán de nuevo con las quejas. Un consejo práctico para los hijos de los pensionados que viven solos es compreles un par de auriculares para escuchar la televisión con el debido respeto hacia todo el condominio.
Debo decir que en mis recuerdos hay muchos ocupantes jubilados que me trataron como a un sobrino y por desgracia algunos de ellos hoy no están más. No podré olvidarme de sus ojos, llenos de alegría al verme, aunque yo iba a su casa para recoger la cuota condominial, felices de recibir una sonrisa y poder intercambiar, aunque sea por unos minutos, unas cuantas palabras.
El administrador
El ocupante administrador comete un error fundamental: no se da cuenta de que él no es el administrador del edificio, ya que hay uno y es suficiente. A menudo no lo hace con malicia, sino sólo con el deseo de sentirse necesario, de hecho, es un ocupante jubilado. El administrador toma medidas que en la mayoría de los casos no son como los demás ocupante quisieran, por lo tanto se quejan con el administrador verdadero. El ocupante administrador se mete en todo: ajusta el resorte de la puerta, regula el horario de la calefacción central, regula el tiempo para encender la luz en las escaleras, mueve las plantas del patio, llama la compañía de jardinería para la poda de los árboles, cambia de día para la limpieza de las escaleras, abre libremente el correo del buzón condominial, cambia el día de la asamblea, reprocha a los demás ocupantes, tira cosas almacenadas en el garaje que considera basura, da directivas a los trabajadores, en fin, nada escapa a su control.
Todo lo que hace genera una reacción en los otros ocupantes:
- hora 08.30 se da cuenta de que la puerta no se cierra correctamente y decide ajustarla;
- hora 09.30 el ocupante de la planta baja siente que la puerta golpea más de lo habitual;
- hora 10.00 el ocupante de la planta baja regula el resorte aflojándolo;
- hora 11.00 el ocupante del primer piso saliendo nota que la puerta no se cierra correctamente;
- hora 11.30 ha hablado con el ocupante del segundo piso, junto deciden ajustar el resorte;
- hora 12.00 el ocupante administrador descubre que alguien ha manipulado el resorte;
- hora 12.30 regula el resorte pegando un cartel en la puerta que prohíbe tocar;
- hora 13.00 el ocupante del primer piso saca el cartel y afloja de nuevo el resorte;
- hora 13.00 los dos amigos del primer y segundo piso deciden de ajustar nuevamente el resorte;
- hora 13.30 el ocupante administrador está furioso, han sacado su cartel;
- hora14.00 el ocupante administrador reajustar el resorte y cerca el área;
- hora14.30 aquel de la planta baja, viendo la zona libre de disturbios, reajusta nuevamente;
- hora15.00 los dos amigos no están conformes, la puerta todavía no se cierra, se debe actuar;
- hora15.30 el resorte está roto, los tornillos se han perdido y las piezas están dispersas en el suelo;
- hora16.00 el verdadero administrador ha sido avisado, se necesita con urgencia llamar a un cerrajero;
- hora17.30 viene el cerrajero que declara: el resorte ha sido manipulado, no se puede reparar;
- hora18.00 comienzan a culparse de responsabilidades entre el ocupante administrador y los demás;
- hora18.30 el cerrajero termina de montar el nuevo resorte a un costo de € 250.00.
Lo mismo ocurre para ajustar la hora de inicio de la calefacción y de la luz en las escaleras. Como ocupante administrador tiende a ver sólo sus propias necesidades y no las de los demás, tal vez porque vive en el piso intermedio, que es generalmente más cálido o los pisos superiores donde la luz es mayor y así, como con el resorte de la puerta, habrá otros ocupantes que cambiarán el temporizador de programación hasta romper su mecanismo. Piensa de esta manera, para simplificar la tarea del administrador y finalmente ha encontrado una ocupación desde que dejó de trabajar, pero sin darse cuenta de que su comportamiento, sin embargo, complica el trabajo. El administrador se verá obligado a responder a decenas de llamadas de protesta de los que con razón se preguntan ¿quién es el administrador del edificio?. Como si esto fuera poco, el administrador debe continuamente "tapar" lo que hace el ocupante administrador especialmente hablando con las empresas e informándoles que es él el verdadero administrador y no el otro y por lo tanto no deberán tomar disposiciones de él.
La frase típica del ocupante administrador para justificar sus acciones es: ". Todo el mundo estaba de acuerdo", pero nunca es así, siempre hay un disidente y después se hace difícil explicarle que sólo fue una iniciativa del ocupante administrador, el cual no tiene las competencias de ejecución y, más importante aún, es muy complejo de arreglar después de que, por ejemplo, hizo derribar una planta.
El "Beverly Hills"
El ocupante "Beverly Hills" no tiene muy claro que el barrio en el que vive no es de super-lujo, sino que es un barrio muy popular y por lo tanto los edificios son de tipo popular y no villas Californianas. A este tipo particular de ocupantes le gusta el lujo desenfrenado, querría transformar el edificio en una residencia de Hollywood.
Principales sueños del ocupante Beverly Hills:
1. una piscina en el patio;
2. transformar el patio en un jardín con plantas tropicales, calles bordeadas de árboles, bancos y juegos;
3 cabina de ascensor sustituida por otra con detector de piso y un enorme espejo;
4. un enorme portón con apertura a distancia, y con pequeñas lanzas doradas en la parte superior;
5. terraza del edificio convertida en un solarium con un montón de sillas de playa y camas;
6. garaje pintado con colores brillantes, nueva iluminación y básculas con control remoto;
7 renovar el cuarto de la caldera con el fin de hacer reuniones y fiestas para hacer que jueguen los niños;
8. poner vasos enormes por las escaleras y sustituir las ventanas;
9 sustituir los pisos del pasillo y la escalera por otros en mármol de Carrara,
10 pavimentar la rampa de la casilla con azulejos de colores que formen dibujos.
Sus ideas son hermosas, pero difícil de conseguir debido a los costos involucrados. Siempre que en la reunión hay que aprobar un trabajo, y como siempre se trata de gastar lo menos posible, el ocupante Beverly Hills da rienda suelta a su imaginación con propuestas costosas que nadie quiere apoyar.
Este gran lujo contrasta con el hecho de que el ocupante Beverly Hills apenas paga sus cuotas a tiempo, sobre todo los trabajos. A él no le gusta que se pongan pedazos o trozos de piezas, pagaría más a gusto si las cosas fueran reemplazadas en lugar de que intenten repararlas, pero los demás ocupantes no quieren gastar, y así se ve obligado a vivir en un edificio de apartamentos sórdido en el que se avergüenza cuando se alojan la familia y los amigos. La pregunta que surge cuando el ocupante Beverly Hills expresa sus quejas es: "¿Por qué no te vas a vivir a otro lugar, tal vez en una villa con la codiciada piscina?".
El pulgar verde
El ocupante pulgar verde es un gran amante de las plantas, lo cual no sería una mala cosa si su pasión no lo llevara a aprovechar cada rincón libre del edificio para poner los vasos.
Acciones del ocupante del pulgar verde:
1 pone algunos maceteros en su balcón;
2 llena el balcón de macetas;
3 pone las plantas de interior dentro de su casa y deja las de exterior en su balcón;
4 compra enredaderas que después de algunos años se apoderan de las paredes de los balcones;
5. no encontrando espacio para la nueva maceta, la coloca en el descanso de la escalera cerca de la puerta;
6. llena todo el descanso de la escalera de su piso con macetas de todos los tamaños;
7 comprar una enredadera que crece alrededor de la puerta y también cubre el timbre;
8 empieza a colocar las nuevas macetas en los otros descansos;
9 empieza a colocar las nuevas macetas entre los escalones de la escalera;
10 empieza a colocar las nuevas macetas en el patio, llenándolo completamente.
Una cosa que trato de explicar al ocupante pulgar verde es que las macetas, incluso si están equipadas con el platillo, son muy perjudiciales para los balcones porque traen humedad e infiltración. Esto afecta principalmente a los apartamentos de abajo y sus balcones, pero ya que el problema lo tendrá el apartamento de abajo, no le concierne. Cuando el apartamento y los balcones son insuficientes para dar cabida a todas las plantas, y debido al crecimiento de las ya existentes y de las nuevas llegadas, el ocupante pulgar verde comienza poniendo una maceta fuera de la puerta, y luego continua con otra maceta, y otra, y otra ... incluso cubre todo el descanso, la escalera, los otros descansos, la entrada, el patio, hasta la cobertura total de cada pequeño rincón. El ocupante pulgar verde es muy sensible y entonces ¡cuidado en decirle que está exagerando con las plantas!, ya que es una declaración de guerra, con toda la contaminación que se respira en las ciudades ¿nos quejamos por un poco de verde? Además el ha donado sus plantas al edificio pero nadie se sintió obligado a darle las gracias. No importa si por las escaleras ya no se puede pasar y es necesario zigzaguear entre las macetas, si las paredes de los descansos están cubiertas de plantas trepadoras y para tocar el timbre de una casa se necesita un machete, si el árbol de la felicidad del patio se ha convertido en un baobab que llegó al tercer piso.
También el ocupante pulgar verde, en general, es un ocupante jubilado que pasa sus días cuidando de sus plantas y dando consejos a los demás sobre cómo tratarlas. Siempre está empeñado sobre sus macetas, tanto las que están en el balcón o alrededor del edificio. Por lo general, como resultado de la actitud del ocupante pulgar verde se crea una verdadera guerra en el edificio entre los que quieren las plantas y quienes las dejarían secar a todas. Dada la situación, otros se sentirán autorizados a colocar sus plantas en los descansos y en el patio. Esto hace que el ocupante pulgar verde esté muy enojado porque las otras plantas no son tan hermosas como las de él, y así en el patio y en el descanso comienza un movimiento de macetas, casi que se mueven por sí mismas. El ocupante pulgar verde, de hecho, moverá las plantas de los demás ocupantes a los rincones más escondidos para resaltar las suyas. Cuando se darán cuenta, se sentirán ofendidos por el hecho de que alguien ha trasladado sus plantas y las colocarán en lugares aún más visible. El ocupante pulgar verde dándose cuenta de la nueva masacre cometida se pondrá furioso, incapaz de comprender como le pueden gustar las plantas tan feas y así moverá todas las macetas y de esta manera se irá adelante por un tiempo, o al menos hasta que una de las dos partes no se canse.
El ocupante pulgar verde, además de no ser tolerado por convertir el edificio en una selva tropical, también provoca verdaderas lluvias torrenciales cuando riega sus plantas. Por supuesto, cuando el administrador será invitado a pedirle de tener más cuidado durante la operación, que dura un promedio de dos a tres horas, el ocupante pulgar verde jurará por lo que es más querido para él que presta mucha atención y que es imposible que desde su balcón haya caído una sola gota en el patio. Creo que muchos ocupante colocados delante de una evidencia en video, serían capaces de negar, igualmente, de haber cometido el hecho, no hay nada que hacer. Algunos ocupantes pulgar verde para resolver el problema de regar las plantas todos los días, ha pensado en instalar en su terraza un sistema de riego programado, pero si no está bien controlado o si falla, puede dar lugar a cascadas que hacen palidecer incluso a las de Niagara. El hecho es que cuando el ocupante pulgar verde está regando sus plantas es muy recomendable salir de la puerta con un paraguas.
El recolector de firmas
El ocupante recolector de firmas tiene mucho del ocupante pedante, sólo que en lugar de llamar al administrador para hacer valer sus propias razones, recoge firmas de los demás por cualquier motivo. Cualquier solicitud presentada al administrador, se hace a través de una recolección de firmas, aunque no sea necesario. El ocupante recolector de firmas es visto por algunos como un "héroe encapuchado" al son de los papeles sellados y lleva adelante sus argumentos en contra de los abusos cometidos por el administrador, otros en cambio lo ven como una molestia que no hace más que girar la escalera con una hoja completa de solicitudes, en busca de aquellos que deseen suscribirse. En algunos aspectos se asemeja al ocupante delegado, del cual hablaré más adelante, siempre en busca de ocupantes antes de la reunión, para hacerse firmar el modelo de delegación. El momento de mayor exaltación para el recolector de firmas es cuando la recolección terminó, y puede presentar el documento en mano al administrador, o mejor aún, por correo certificado con aviso de recibo.
El rito de la carta certificada:
1. mete dentro del sobre la hoja con todas sus hermosas firmas;
2 va presumido a la oficina de correos con la carta a la vista;
3 tiene la esperanza de que algún ocupante al verlo, le pregunté dónde va;
4 se eleva unos pocos centímetros del suelo, para explicar por qué tuvo que intervenir;
5 arribado a la oficina de correos llena un módulo de memoria para la carta certificada;
6 paga la carta certificada (a menudo de su propio bolsillo, pero con satisfacción);
7 mirar con cuidado donde se deposita para asegurarse de que no haya errores;
8 se ve que se coloca en un lugar diferente de lo habitual, lo hace presente de inmediato;
9 pide al secretario cuánto tiempo tarda en llegar la certificada;
10 muestra con una mueca toda la decepción de los que esperaban que fuera necesario menos tiempo.
Él sabe perfectamente todo el tiempo necesario para la entrega de la carta y la devolución de la aviso postal. Si pudiera la seguiría paso a paso, hasta la casa del administrador; los más audaces, sin embargo, pasan todos los días por el buzón a comprobar si ha llegado. Pagaría cualquier cantidad de dinero para ver la cara que hará el administrador cuando lea la carta. Entonces comienza la espera, muy agitada, del aviso de recibo, él está intranquilo y desde el día previsto para la devolución del aviso de recibo, comienza a torturar el cartero preguntandole si tiene un aviso de recibo para él y si puede comprobar diariamente si ha vuelto a la oficina de correos, con el pedido de entrega inmediata, ya que es un documento muy importante. Cuando finalmente el comprobante está en sus manos (no sale de su casa durante el día, esperando al cartero en la esquina de la calle y se reúne con él tan pronto como lo ve venir), una gran alegría lo invade: "¡Misión cumplida!" Ahora sólo espera la reacción del administrador y poder demostrar que la razón está siempre de su lado.
El "Foro"
El ocupante Foro sólo habla en presencia de su abogado, que contacta día a día y sabe todo lo que sucede en el edificio. Es una evolución del ocupante recolector de firmas, tal vez la primera vez fue el abogado el que le sugirió fortalecer una petición al administrador mediante la recolección de firmas. A un cierto punto decide que no debe ser él a ponerse en contacto con el administrador, sino su abogado, que le paga para ello. Y así, casi todos los días, el administrador recibe una carta certificada con el habitual membrete del bufete de abogados, a veces se ve obligado a tener que ir a recoger la correspondencia, porque a la llegada del cartero no está en el estudio. Las cartas tienen generalmente un tono amenazante y terminan con la frase: "... me veré obligado a salvaguardar los derechos de mi cliente y a tomar acciones legales." Por supuesto todo esto para el ocupante tiene un costo que depende de la conciencia del abogado. Si el abogado es una persona correcta informa adecuadamente a su cliente cuando la intervención es innecesaria porque el derecho reclamado no está respaldado por ninguna norma jurídica que, de hecho, da disposiciones en sentido contrario; pero si el abogado ve en su cliente un "pollo desplumado" no dudará en decirle: ". No te preocupes yo me encargo, escribimos una bonita carta de inmediato" A veces es el cliente que se " auto despluma", insistiendo en que el abogado tome acción, y al final, después de haber explicado una vez más la inutilidad de su intervención, escribe la misma letra para deshacerse de él. Actualmente cada ocupante, incluso el más inesperado, tal vez porque del tipo moroso sin dinero tiene su abogado de confiaba o se mantiene informado sobre la legislación actual no perdiéndose un episodio de "Foro" y cortando de varios periódicos todas las respuestas de los lectores expertos en temas relacionados con el condominio. Lo que el ocupante "Foro" no sabe es que a menudo las respuestas a las problemáticas sólo se aplican a un caso concreto y no para todos los asuntos relacionados con el mismo tema. No siempre, de hecho, el caso de un condominio se puede comparar con la situación de otro, incluso el más pequeño detalle puede cambiar la situación. El ocupante "Foro" siempre pone en todos sus discursos la frase "de acuerdo a la ley", y mientras la dice le brillan los ojos. Sostiene en particular el hecho de que las instalaciones del condominio se encuentran "conforme a la ley", por esta razón en la asamblea le gusta citar toda una serie de normas relativas a los sistemas eléctrico, de gas y de protección contra incendios que, sin embargo, no tienen nada que ver con el tipo de edificio donde vive porque a lo mejor la altura del edificio o el número de plazas de aparcamiento es inferior a los límites establecidos para su aplicación. El ocupante "Foro", al no ser un técnico, posee la extraña habilidad de mezclar y combinar toda la información de la cual tiene conocimiento, creando un gran lío. A menudo son las empresas, con la complacencia del administrador, de convencer a los ocupantes que se requiere un trabajo por ley, y por supuesto el ocupante "Foro" es el primero en "morder".
Durante las reuniones, el ocupante "Foro", conocedor supremo de todas las leyes, dice una avalancha de tonterías de las cuales ni siquiera se da cuenta, y sobre todo, genera una gran confusión en los demás. No sólo se limita a citar las normas inexistentes sino corrige continuamente lo que ha dicho el administrador acicalandose con su falso conocimiento.
Principales leyes citadas por el ocupante "Foro"
a) Leyes inventadas
1 Se necesitan 3 preventivos para elegir, un del administrador y dos de los ocupantes;
2 en la reunión cada ocupante no puede tener más de un apoderado;
3 el seguro de lo construido es obligatorio por ley;
4 el acuerdo verbal de la reunión deberá ser firmados por todos los ocupantes;
b) Las leyes no son válidas para todo tipo de edificios
1 en la cabina del ascensor debe estar instalado un teléfono;
2 en el garaje debe estar presente, una boca de incendio y un extintor cada veinte máquinas;
3 el edificio debe cumplir con las disposiciones en materia de seguridad en el lugar de trabajo;
4. el "Libro del edificio" es obligatorio.
El animalista
El ocupante animalista, es una especie muy común en la selva del condominio, hay por lo menos uno en cada hábitat. Esta especie particular, vive eternamente en desacuerdo con los demás miembros de la manada.
Podemos tener diferentes tipos:
La "mujer de los gatos"
En general, es casi siempre de sexo femenino, en Roma, para este caso, fue acuñado el término "mujer de los gatos”.Tratándose del hábitat del "condominio en la ciudad," el animal que más le asemeja en la naturaleza es el gato. En general, todo comienza cuando un gato callejero, piel y hueso, aparece por primera vez en el patio. El ocupante animalista, con tanta compasión por el gatito todo hueso, siente que nace en su interior un espíritu animalista, junto a la imperiosa necesidad de darle de comer. Inicia con un poco de leche en un plato y termina, después de un tiempo, con platos de pasta elaborados y comidas completas que constan de primer y segundo. Existen "mujeres de los gatos" profesionales que incluso llegan a alimentar los gatos con una cucharita. Todo esto es, por supuesto, una buena cosa. Alimentar a los gatitos, que de otro modo llevarían una vida de penurias denota sin duda un alma noble. Por desgracia, no a todos los ocupantes les gusta tener animales en el patio y desde allí inician las peleas y discusiones entre los que acusan a los ocupantes animalistas que han convertido el patio en un zoológico y los que acusan a otros ocupantes por su insensibilidad. La verdad es que a menudo el ocupante animalista cumple su misión sólo llevando alimentos a los pequeños gatitos, sin molestarse en recoger la "basura" al final de la comida, por lo que el patio se convierte en un vertedero de platos de papel y plástico que cuando sopla el viento están dispersos por todas partes. Casi siempre, la protesta viene de la empresa de limpieza que se niega a limpiar el patio cuando está en este estado, no es su responsabilidad la de recoger los restos de alimentos preparados por el ocupante animalista Además de la suciedad debido a los contenedores utilizados para llevar alimentos, están los excrementos que dejan en los macizos de flores si el condominio cuenta con plantas, o en los felpudos de los apartamentos que los gatos aman mucho. Una característica común de todos los gatos, especialmente por la noche, es deslizarse dentro de los portones esperando de encontrarlos abierto o que alguien entre o salga, y una vez dentro, con el calor, hacen sus necesidades. Luego está el período de apareamiento, y si el gato en cuestión es una hembra, el patio se llena de pretendientes con grandes peleas y maullidos, día y noche. Si a los ojos del ocupante animalista, esto es normal, después de todo, "que mal hacen," para los otros ocupantes no lo es. La situación se agrava cuando, como resultado "de boca en boca", el patio empieza a llenarse de 10 o 20 gatos en las horas en que se sirven las comidas o cuando la "gata condominial" da a luz. A este punto, la situación se vuelve tensa y las disputas y las discusiones, entre los ocupantes, están al orden del día. Algunos dan de comer a los gatos y otros pasan después a tirar todo a la basura. Por la noche está, el modelo de "mayordomo Aristogato", que secuestra los gatitos recién nacidos y los pone en una caja, llevárselos. Por desgracia, hay algunos ocupantes criminales que puede llegar incluso a envenenar la comida.
El ocupante animalista regaña a los demás amparándose en la ley que castiga a los que maltratan animales, pero a menudo no sabe, o finge de no saber, que está igualmente prohibido y es punible dejar basura en el suelo. Al igual que con todo bastaría un poco de sentido común, el ocupante animalista si insiste en esta misión, después de comer debería recoger las platos y papeles antes de que se dispersen por el patio y limpiar si está sucio. Esto por lo menos resolvería el problema de los platos en el patio y no aumentarían las tareas de la empresa de limpieza que también debe limpiar la suciedad de los animales en el patio.
Está la "mujer de los gatos", que no sólo da de comer a los gatos en el barrio, sino que le ofrece la hospitalidad de su casa. No habría nada de malo, pero cuando empiezan a quedarse en el apartamento en cuestión, por lo general son de 10 a 20 gatos, pasa a ser desagradable para los otros ocupantes, especialmente si la "mujer de los gatos" no presta cuidado a la higiene, incluyendo olores y maullidos todo el día.
El exótico
El exótico es un ocupante animalista muy particular, a veces incluso peligroso debido a los animales que tiene en casa. Va desde el símbolos de estatus iguana, a toda una serie de especies animales de los más inesperados que posee en su apartamento: arañas, serpientes, pirañas, escorpiones, tortugas gigantes, leones, tigres, y cualquier cosa que la gran imaginación del ocupante animalista lo permita. El problema surge si el animal huyese de casa, estar delante de una iguana podría ser horrible para alguien por la apariencia, pero sin duda no es peligroso, pero si a huir fuese una serpiente, una tarántula o un león las cosas podrían complicarse a pesar de que el ocupante animalista exótico siempre trata de minimizarlo.
Uno de los aspectos que el ocupante animalista no parece darse cuenta es del hábitat, algunos animales tienen que vivir en un ambiente particular, con un tipo de clima y no encerrados en una jaula o por lo menos en un apartamento. Así, se corre el riesgo de hacer el mal y no el bien del animal, cuya presencia se convierte en sólo un medio para satisfacer ciertos caprichos del dueño, que está orgulloso de mostrarlo a sus amigos y familiares y favorecer así una tendencia que se está volviendo cada vez más popular. La ley castiga esta conducta y a menudo el ocupante animalista se ve obligado a vivir escondido, ocultando su pasión, tratando de justificarse con el vecino que parecía haber visto un cocodrilo en su balcón, diciendo que un juguete de su nieto. Algunos de los ocupantes animalistas, para no tomar parte de las sanciones previstas por la ley, se deshacen del animal por la noche y seguramente será una sorpresa para quien se lo encuentrará delante. Las leyendas urbanas americanas hablan de grandes cocodrilos, abandonados en el sistema de desagüe.
El cuida mascotas
El ocupante animalista cuida mascotas es un verdadero desastre, sobre todo si tiene la intención de convertir su casa en un gran hogar para animales, estacionados por sus propietarios que se fueron de vacaciones. Por lo general, tiene un jardín en la planta baja del edificio y dada la escasez de trabajo, se decidió llevar a cabo esta actividad. ¿Tenéis presente un jardín lleno de perros, gatos, conejos, jaulas de pájaros? ¿Tenéis presente los ruidos que puede generar, especialmente si los animales que viven en el edificio por no sentirse menos participan al concierto de maullidos y ladridos? ¿Y el olor que pueden despedir especies animales diferentes bloqueados en unos pocos metros cuadrados? Pero por supuesto, esto no es responsabilidad del ocupante animalista, que piensa que al final de alguna manera hay que ganar algo de comer y un poco de sonidos de animales nunca han hecho daño a nadie en esta ciudad llena de smog, ruidos de motores y bocinazos.
Me pasó un verano que un ocupante animalista se fué para las fiestas, dejando una gata encerrada en una habitación de la casa. El animal en celo, atraía todos los gatos de la zona con sus maullidos durante la noche y el patio del edificio fue sitiada por "pretendientes". Hartos de esta situación, un ocupante levantó la persiana de la ventana, dejada abierta para permitir la circulación del aire en la habitación. El gato fue capaz de salir de su prisión, y todos los maullidos terminaron. Al volver de vacaciones el ocupante animalista me llamó furioso porque el gato podría haber tenido relaciones con otros gatos y tomar alguna enfermedad y amenazó con recurrir a la protección animal. Después de escuchar las amenazas tuve que bloquear el ocupante y decirle que si quería hacer algo así de nuevo, le informaría al condominio por el maltrato animal. El ocupante animalista no dejó más animales solos en casa durante las vacaciones.
Los perros lamentablemente cuando detectan la presencia de personas cercanas o de otros animales que ladran y son naturalmente más, generan más ruido. El ladrido de los perros es una de las principales razones de la controversia dentro de los condominios. Además, no se puede imponer a estos animales a ladrar a la orden y son inútiles, aunque enérgicos, por parte de sus amos a que no lo hagan, porque de esta manera aparte de los ladridos molestos también se añade los gritos de sus patrones.
El gritón
A propósito de gritos, el ocupante gritón es parte de la especie más común, él no habla, grita para decir cualquier cosa, porque quiere hacerse respetar por todos. Su canal favorito es el teléfono porque no pueden hablar en dos a la vez, así tiene la delantera. Su voz chillona se desliza en los tímpanos de manera violenta, es un torrente de palabras que usted no puede hacer frente, porque no escuchar absolutamente nada, va directamente por su camino sin razonar. Es difícil de manejar porque así es su deseo de no ser catalogado como un felpudo por nadie, que no escucha las explicaciones que trata de proporcionarle, por desgracia, en vano, el administrador.
El gritón no tiene un rostro sereno, siempre está enojado por algo. En general, cuando se encuentra con el administrador responde a su saludo con un gemido, sin ocultar todo el mal humor al encontrarlo. Puede pasar que en un momento de aparente tranquilidad, responde con una media sonrisa para saludar y así el administrador piensa que podría ser un buen momento para hablar y explicar su posición en algunos temas en los que se enfrentaron en el pasado. Al principio las cosas parecen funcionar, el ocupante gritón oye las explicaciones del administrador y parece entender las razones.
El administrador en su corazón, se enoja consigo mismo por no haber probado antes, un diálogo con el ocupante, pero es suficiente llevarle la contra en un tema para asegurarse de que las cosas vuelvan como antes. La cara del ocupante gritón comienza lentamente a volverse más roja, aumenta el tono de voz , las palabras que salen de su boca empiezan a enredarse con tensión y sin esperanza, se convierte en lo mismo de siempre, despotricando contra todos y todo. Si no fuera que se vuelve rojo en vez de verde parecería asistir a la transformación de "El Increible Hulk" y se espera que en cualquier momento, sus vestidos comenzarán a rasgarse.
Su medio favorito de comunicación no es la carta certificada como el ocupante recolector de firmas, sino el contestador automático, nada le da más satisfacción de poder dejar un mensaje sin ser interrumpido por nadie, absolutamente un mensaje amenazador en el contestador automático del administrador. Sus mensajes tienen una característica única, de ser incomprensibles por el fervor, lo importante para él no es el contenido, sino los gritos e insultos que deja dentro del espacio concedido por la cinta de grabación. A menudo, el administrador ni siquiera entiende quién es el ocupante, porque por la furia de gritar todo lo que tiene que decir en el espacio de un mensaje, empieza a hablar antes de tiempo, segue hablando, incluso después de que el espacio se terminó, olvida de identificarse y decir en cuál edificio vive y, sobre todo, no se entiende de lo que está hablando. Pensáis la sorpresa del administrador cuando recibe su nueva llamada en la cuál lo acusa, en un tono de voz alterado, de no haber respondido al mensaje que dejó en el contestador automático.
Típico mensaje dejado en el contestador automático del ocupante gritón:
Secretaría: Deja un mensaje después de la señal. Bip!
Ocupante: le ... quería decir ... O si decide de hacer algo, porque no puede ser que todos los días, usted nunca está, me cansé... se sabe que todos los administradores ... y luego la del piso de abajo, tendría cosas que decir sobre su cuenta bancaria, todo el mundo sabe lo que ... y no se puede.... Cada vez es una historia distinta porque usted no interviene. Me agoté, ahora basta, porque el abogado me dijo, y luego ¿quiere ir a juicio? No tengo problemas. ¿Piensa que no tengo el coraje? Yo no me hago poner los pies ... y después ninguno. ¿Entendió? ¡Estoy cansado de esta situación! Y no digo más. O la terminan o me encargo yo. Le había dejado un ... pero no me ha llamado porque había también una bombilla, pero el del piso de arriba no se conoce. Sin embargo, si usted me quisiera llamar estoy en ...
Secretaría: Lo sentimos, pero no hay más espacio para grabar. Gracias por haber llamado.
El ocupante gritón pertenece al grupo de los ocupantes confusos, que mezclan hechos que ocurrieron, cosas que se escuchan, episodios de "Forum"; tratan de poner todas estas cosas en un solo discurso y contrarrestan esto con la explicación dada por el administrador con discursos incoherentes, la única finalidad, como dicen en Roma, es "hacer escándalo", especialmente si se presentan ante un hecho consumado, donde se han absolutamente equivocado, y tal vez sería el caso que pidiese perdón a las personas que han ofendido. El ocupante gritón tiene, incluso, la mala costumbre de ofender tanto al administrador como a los demás, aunque a veces lo hace sin malicia, dado el fervor con el que habla, e inmediatamente se olvida. Es imposible entablar con él un mínimo diálogo, porque está tan convencido de tener razón que nada ni nadie lo puede persuadir, convirtiéndose en un arrogante de no creer, negando la realidad y acusando a cualquiera. Su púlpito principal son las escaleras, donde se las arregla para crear de la nada, peleas furiosas lanza acusaciones de un piso a otro, lo que involucra a todos los condominios. Cuando está particularmente "preparado" no se avergüenza de hacer discursos desde el balcón de la casa implicando así también los edificios de en frente y transeúntes.
También el resto de los ocupantes pasan a " cargarlo de perdigones", sabiendo que sólo con trabajarselo un poco, sobre sus intereses, especialmente económicos, pica rápidamente, para después verlo enojado contra el administrador en cualquier asunto, mientras disfrutan de la cómoda escena, pero nunca aparecen en primera persona
Test
¿Qué clase de ocupante eres?
1) Volvéis a entrar en casa y encontráis el ascensor roto. Pensáis:
a) si dentro de dos días todavía está roto llamo al administrador;
b) llamo a la compañía, al menos, no se pierde tiempo;
c) alguien llamará, o el administrador o la compañía;
d) llamo al administrador, se ocupará él.
2) Encuentráis migas en el suelo de la terraza en la planta baja:
a) vociferáis mirarndo hacia arriba, y señalando que debajo no es una pocilga;
b) escribís un aviso y lo colocáis en la puerta;
c) recogéis todas las migas y las metéis en el buzón del culpable;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
3) Una ocupante siempre alimenta a los gatos y luego deja platillos por cualquier parte:
a) recogéis todos los platos de plástico y se los dejáis delante de su puerta;
b) escribís un aviso que indica que está prohibido ensuciar y lo adherís a la puerta principal;
c) llamáis a una asociación defensora de los derechos de los animales preguntando si está prohibido quitar la "casa de los gatos";
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
4) Os dáis cuenta que alguien lee vuestra correspondencia:
a) vais a la policía y presentáis una denuncia contra personas desconocidas;
b) vais al encuentro del cartero e os hacéis entregar directamente la correspondencia;
c) vosotros decidís investigar sobre él responsable y empezáis a vigilar los buzónes del edificio;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
5) El hijo del vecino llora toda la noche y no te deja dormir:
a) Convocáis a las autoridades locales de salud para que venga un técnico y mida si los ruidos están en la norma;
b) Llamáis al Telefono de abuso infantil para verificar si el niño está sometido a malos tratos;
c) pedís a los padres que eviten hacer llorar al niño, especialmente por la noche;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
6) Su vecino está haciendo trabajos en casa:
a) decidís de trasladar y regresar al vuestro apartamento al final de la obra;
b) os informáis sobre los horarios en los cuales es posible hacer ruido en el edificio;
c) cada diez minutos vais de los trabajadores para saber lo que están haciendo;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
7) Su vecino ha llenado de plantas todo el descanso de la escalera:
a) compráis un machete que te ayude a ingresar o salir de la casa;
b) cada noches trasladáis todas las plantas y las colocáis delante de su puerta;
c) os hacéis entender que si quiere vivir en la jungla que se vaya a la selva amazónica;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
8) Encuentráis un trozo de cornisa del tamaño de 1 cm² en vuestro balcón:
a) llamáis inmediatamente a los bomberos para que cerquen la zona;
b) pedís convocar una reunión urgente para resolver el problema;
c) solicitáis que sea reconocida la zona como estado de desastre natural;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
9) El ocupante de la planta superior, extiende su ropa mojada sobre vuestra ropa:
a) os preguntáis por qué lava su ropa después de haber estirado nuestra ropa;
b) os hacéis presente que la próxima vez, a la ropa se la harás enjuagar él;
c) andáis a colgar la ropa a la terraza haciendole gotear sobre su ropa;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
10) Los hijos de un ocupante siempre dejan los scooters enfrente de la entrada principal:
a) os dirigís a los padres, invitándolos a hacer valer a sus hijos las reglas del condominio;
b) colocáis un cartel de advertencia de que el reglamento prohíbe aparcar en el patio;
c) agujereáis los neumáticos, con la esperanza de que al menos así puedan entender;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
11) Os dáis cuenta de que alguien ha fumado en el ascensor:
a) llenáis la cabina de folletos informativos sobre el cáncer de pulmón;
b) compráis a vuestro cargo un cartel de "No Fumar" y lo colocáis en la cabina;
c) vigiláis la cabina cada tanto para encontrar al culpable;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
12) Encontráis una llave rota en la cerradura de la puerta:
a) con un imán tratáis de sacarla;
b) esperáis que el ocupante responsable proceda a reparar su daño;
c) desarmáis toda la cerradura sin tener la menor idea de cómo volver a armarla;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
13) El ocupante de la planta baja les avisa que hay una mancha en el techo:
a) le informamos que ninguna tubería de agua pasa por nuestro apartamento;
b) le informamos que ningún albañil pondrá un pie en su casa ya que no hay rotura;
c) vosotros la tiraráis de "barullo" hablando en términos de retorno de agua causada por el agujero de ozono;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
14) El vecino ha limpiado el descanso de la escalera y deja allí la basura para que la vean;
a) la vez que limpiáis, le volcáis en el felpudo la bolsa de la aspiradora;
b) hacéis finta de que no pasa nada y dejáis la basura allí, hasta que el vecino la recoja;
c) recogéis la basura y la metéis en el buzón del correo;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
15) El hijo del vecino todos los días escucha la música a muy alto volumen:
a) encendéis el vuestro a todo volumen con los éxitos de Mino Reitano;
b) habláis de ello con sus padres quiénes te dirán que él nunca escucha el estéreo;
c) decidís cambiar de casa;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
16) Los vecinos durante el sexo, se exceden en gritos y gemidos demasiados elocuentes:
a) decidís de desafiarlos participando con vuestra pareja con gemidos más ruidosos;
b) os dirigís a ellos, invitándolos a sentir vergüenza porque hay niños en el palacio;
c) ponéis una cinta a luz roja, haciéndoles creer de que eres tú;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
17) El vuestro vecino anciano mantiene el televisor con el volumen muy alto:
a) Le hacéis quitar la corriente del ente regulador;
b) para Navidad le compráis un par de auriculares para escuchar música;
c) le pagáis a dos delincuentes para entrometerse en su casa y robarle el televisore;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
18) El ocupante del piso superior compró zapatos de madera para toda la familia:
a) os armáis de un palillo y cada vez que alguien camina golpeáis en el techo;
b) le preguntáis si por casualidad están girando en su casa una nueva ficción sobre los hospitales;
c) le pagáis a dos delincuentes para entrometerse en su casa y quemar todos los zuecos;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
19) Vuestro lugar de estacionamiento siempre está limitado por dos coches en los laterales;
a) os inscribís en un curso de contorsión para poder entrar y salir del auto;
b) os ofrecéis como instructor de manejo para enseñar a aparcar en filas;
c) os cambiáis el auto por una oruga con el fin de hacer lugar en el estacionamiento;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
20) El ocupante del piso superior tiene la costumbre de regar las plantas durante el día;
a) os equipadáis con un paraguas cada vez que salís a la terraza;
b) le hacéis presente que cuando querremos ducharrnos, se lo comunicaremos;
c) pagáis un francotirador para que rompa todos los jarrones;
d) llamáis al administrador, se ocupará él.
Resultados de la prueba
Si habéis obtenido más respuestas a): Sois un ocupante muy imaginativo. No os desaniméis a la primera dificultad, pero siempre tratáis de resolver todo con ironía, tratando de no arruinar la relación con los demás. A veces con la ironía se corre el riesgo de golpear a la susceptibilidad de algunos ocupantes demasiados serios. Un consejo: permanecéis siempre así.
Si habéis obtenido más respuestas b): Sois un ocupante muy leal. Siempre sabéis cuál es la decisión correcta. Quizás exageráis un poco cuando se trata de la publicación de avisos en la puerta porque a menudo corréis el riesgo de dejaros llevar y escribís también insultos, que a su vez generan una respuesta por parte del ocupante que se siente en causa y el cuál responde dando vida a infinitas réplicas. Un consejo: cuando escribís una advertencia limitate a la sustancia y evitate añadir comentarios sarcásticos.
Si habéis obtenido más respuestas c): Sois un ocupante muy peligroso. Los otros ocupantes deben tener mucho cuidado de no obtener ningún desaire, porque muchas veces vuestras reacciones son desproporcionadas en relación con el daño sufrido. Un consejo: contáis hasta cien antes de tomar cualquier decisión.
Si habéis obtenido más respuestas d): Sois el terror de cada administrador. El número del administrador en vuestra casa está escrito en letras grandes delante del teléfono, lo tienéis siempre a mano y no pierdéis la ocasión de digirirte al a él, también para cuestiones personales. Un consejo: a veces tratáis de hacer algo directamente solo.
IV
Todavía condominios
El Limpiador
El ocupante limpiador es generalmente una mujer, ama de casa profesional, que toma todo su tiempo para mantener limpio todos los rincones de la casa. El ocupante limpiador no causa gran incomodidad a los otros condominios, a excepción de los que viven debajo. De hecho, como cualquier buena empresa de limpieza comienza su trabajo muy temprano por la mañana, cuando los niños se han ido a la escuela y su marido al trabajo. Cada mañana, el ocupante limpiador pasa la aspiradora en cada rincón de la casa, golpea alfombras y mantas por la ventana, hace al menos dos cargas de lavados, todo, por supuesto, a expensas de los que, en la planta baja, les gustaría disfrutar de más horas de sueño. El ocupante limpiador todos los días aparte de las habitaciones, espolvorea los muebles, lava todas las ventanas, las barandillas de los balcones, el suelo de la terraza, la puerta de la casa, su parte del descanso de la escalera aunque existe la empresa de limpieza, el garaje, la bodega y el buzón de correo llegando a al espacio más estrecho. Por supuesto, el ocupante limpiador es un enemigo acérrimo de los trabajadores de la empresa de limpieza, ya que nunca pueden estar a su altura, cada vez que ve al administrador le dirige su crítica personal hacia la empresa, ya que no es de esa manera que se pasa la escoba, se pasa el paño y se espolvorean las escaleras. Por la mañana, de su casa salen nubes de polvo, por la puerta, en cambio, se notan olores de desodorantes y detergentes de tantos tipos.
La primer cosa que se nota al entrar en su casa son las pantuflas cerca de la puerta, un par para cada miembro de la familia. La primera pregunta que el ocupante limpiador le hace a toda persona que tiene que entrar en su casa es: "¿Tiene zapatos limpios" Ante la vergüenza que, claramente queda pintada en la cara del huésped, tiene la solución preparada: "Se limpie bien los pies en el felpudo ". Sí, pero ¿cuánto? Se da sólo una pequeña pasada e inmediatamente recibe una mirada asesina que parece decir: "¿Me estás tomando el pelo? Si lo hace así, mejor no lo haga. " Y así, el desafortunado comienza a frotar sus zapatos en el felpudo a la espera de que el ocupante limpiador, siempre con una mirada, se declare satisfecho e lo invite a entrar. Uno tiene un poco de miedo de entrar en su casa por temor a ensuciar, ya que el ocupante limpiador está mirando continuamente al suelo, en busca de cualquier rastro dejado por el huésped y ¡cielo santo! si lo encuentra, se apresura inmediatamente con el trapo para limpiar todo porque: "sabe, a mi la casa me gusta mantenerla limpia." El ocupante limpiador saca del bolsillo de su delantal la llave de la sala, que la tiene como una reliquia, es él único guardián. La sala siempre está estrictamente cerrada y se abre, a regañadientes, sólo en la presencia de invitados. Al abrir la puerta uno queda casi ciego por cómo brillan los pisos, muebles y todos los objetos. Pareciera entrar en un templo sagrado, el huésped preferiría quitarse los zapatos antes de entrar, esperaría poder suspenderse en el aire para evitar ser forzado a poner sus pies en el suelo y tener especialmente cuidado de no tocar nada. Busca un lugar seguro para evitar dejar huellas en el suelo. Mira alrededor y ve la alfombra en el centro de la habitación. Con un brico felino y tirando un gran suspiro de alivio por haber escapado del peligro, casi como si acabase de salir de un campo de minas. Pero el grito del ocupante limpiador le hiela la sangre en las venas y lo hace permanecen suspendido en el aire. "¡ No! ¡Sobre la alfombra, no! ¡Acabo de retirarla de la tintorería! " La temperatura en la sala comienza a subir, un repentino calor se apodera del huésped, que comienza a sudar frío. Su mayor temor ahora es que las gotas de sudor caigan en el suelo y esto le hace sudar aún más. La mejor solución sería sentarse, quedarse quieto y evitar ensuciar. Sí, pero ¿dónde? Todas las sillas y sillones están cubiertos con un paño para protegerlas del polvo. Decide de probar con la más cercana y con un nuevo salto busca lanzarse arriba. Pero cuando todavía está en el aire un nuevo grito se hace eco a través de la sala: "¡No! ¡Esa no! Es una silla muy antigua ". El huésped está de nuevo en el aire a la espera de instrucciones. El ocupante limpiador le muestra una silla, tendiéndosela con gran dolor y pregunta: "¿Tiene el vestido limpio" El huésped a este punto no sabe qué hacer, se mira detrás del vestido tratando de ver si hay por desgracia alguna mancha de la cuál no estaba al tanto, y tan pronto recibe el consentimiento del ocupante limpiador, aunque todavía con una mirada poco convincente, se sienta tratando de mantener los pies en el aire para no tocar el suelo y no inclinarse hacia atrás para no tocar el respaldo. La conversación no es nada agradable para el huésped, cada vez que el ocupante limpiador lanza una mirada hacia él, entra en apnea, temblando ante la idea de haber movido algo inadvertidamente, o aún peor, haber ensuciado. Salir de la casa del ocupante limpiador se convierte en una verdadera liberación, querría sumergirse en todos los charcos como un niño y dejar huellas por todas partes.
El Indiferente
Características del ocupante indiferente:
1. no se ocupa de los asuntos del condominio;
2. abona lo que se le comunica;
3. del resumen de fin de año, lee sólo la cifra del balance a débito o crédito;
4. para él, el condominio es un peso y cuanto menos se sepa, mejor te sientes;
5. Nunca expresa juicios, si se ve obligados simplemente escucha el discurso de los demás;
6.de condominio no entiende mucho, sobre todo porque no le interesa;
7. no entiende por qué todos se excitan mucho y no hacen más que pelear;
8. el día del recogida de la cuota se limita a pagar, tiene el dinero preparado;
9. no pierde tiempo en explicaciones al máximo pregunta cuándo será la próxima cuota;
10. Nunca llama al administrador, lo hace sólo en caso de una emergencia.
El ocupante indiferente si ve un operario que está trabajando, no piensa: quién lo ha llamado, porque ha sido llamado, cuanto cobrará por este trabajo. No le interesa, tanto al final cobrará. El peor día de su vida es el de la asamblea, le recuerda mucho a cuando tiene que ir a votar. No está interesado, si pudiera no lo haría, sin embargo, sabe que es su deber de ir y empujado por el cónyuge al final se pone su abrigo, toma una silla plegable bajo el brazo y se va a la horca. El ocupante indiferente con respecto a otros ocupantes, y a excepción del día de la asamblea, está siempre alegre, es un filósofo, siempre tiene una respuesta preparada cuando los vecinos tratan de ponerlo en el medio para dar una opinión. Él se burla de ellos, les toma el pelo y, finalmente, se va dejandolos con la boca seca. El ocupante indiferente sabe que las cosas importantes son otras, le gustaría que todos lo entendieran, pero en el fondo piensa: "Tal vez no tienen nada mejor que hacer en sus vidas."
El Operador
El ocupante operador tiene un negocio en el interior del condominio.
La actividad que nadie querría que se realizara en el propio edificio:
1. la discoteca, absolutamente la peor desgracia que pueda suceder;
2. la venta de medialunas por la noche, con alborotos y motos que van y vienen;
3. el bar, abierto hasta altas horas de la noche (ver más arriba);
4. el taller, con ruidos y smog causado por aceleradas que hacen los mecánicos;
5. la empresa de pompas fúnebres, por razones supersticiosas;
6. la venta de comida rápida, con olores de comida frita durante todo el día;
7. la carnicería, con los ruidos de los refrigeradores que funcionan día y noche;
8. el supermercado, especialmente da problemas en poder aparcar debajo del edificio;
9. la pescadería, con olorers y charcos al externo, cuando limpian el local;
10. el estudio médico, con flujo continuo de personas que entran y salen.
Las actividades se llevan a cabo en un negocio en la calle o en un estudio en el interior del edificio. A primera vista podría parecer muy útil disponer de un supermercado cerca de casa o una tienda de conveniencia, sobre todo en casos de emergencia, pero tener cerca actividades ruidosas no es muy agradable. Una de las peores actividades en absoluto, son los talleres en particular los relacionados con la reparación de motores, porque aparte del ruido, existe el problema de que la vereda se llenará de motos de diferentes dimensiones, y el paso para los pobres peatones se convertirán en una batalla para llegar desde la carretera hasta el portón del edificio. A todo esto hay que añadir las manchas de aceite que se incrustan en el pavimento por lo que en poco tiempo pasa a ser un hermoso uniforme negro, y todos se olvidan el color original. Como si esto no fuera suficiente también existe el lado artístico de los talleres, cuyos propietarios amar empapelar la entrada con cubiertas de plástico deterioradas y neumáticos, creando composiciones de diversos tipos que desfiguran la parte delantera del edificio.
Las propiedad del patio ante los negocios es motivo de discusión entre el ocupante operador y los otros. Según él, de hecho, cuando hay que reestructurar el patio que es parte de la propiedad el gasto es de todos, pero cuando se tiene la intención de gestionar el espacio a voluntad, por ejemplo, mediante el suministro de sillas y mesas, se convierten en su propiedad exclusiva. En realidad no es un problema fácil, a menudo los mapas catastrales son incompletos o en los actos de compra de las propiedades individuales de los negocios no se hace mención a la parte delantera y entonces todo se convierte en objeto de litigio.
Por no hablar de tener un local en el edificio, abierto hasta muy tarde, como una heladería o la clásica venta de medialunas, para alcanzar lo más odiado y temido: la discoteca, que además del continuo ir y venir de los adolescentes entre ruidos y motos, está el problema de la música de tambores sonando muy fuerte y hasta tarde, que no es precisamente lo mejor para aquellos que quisieran probar a dormir.
Además de estas actividades, hay otras que a primera vista podrían parecer inofensivas, incluso útiles para tener debajo de casa, pero pueden revelarse verdaderos desastres para los vecinos. Una carnicería, por ejemplo, parecería sólo una actividad tranquila, pero esconde una trampa: las células frigoríficas están prendidas día y noche; para los que viven en el piso de arriba o debajo de ella no es muy agradable, especialmente por la noche, tener ese constante zumbido en los oídos. ¿ Y un consultorio médico? ¡Nada mejor que tener un médico a mano, en el propio edificio! ¿Pero no tienéis idea de cuántas personas entran y salen todos los días de un médico? ¿Sabéis lo que eso significa? Escaleras siempre sucias, las puertas abiertas y rotas por un continuo abrirse y cerrarse, timbrazos a los interfonos de todos cuando el estudio está cerrado, de parte de las personas que buscan al médico, justo cuando los ocupantes están en la clásica "siesta". Incluso el problema de seguridad es importante para un condominio, un consultorio médico es frecuentado por muchas personas que no se conocen, que circulan por las escaleras, creando de las fobias en el edificio. Sólo con ver una persona con una cara de mala reputación se piensa de inmediato que puede ser un malintencionado, si va al médico sin duda tiene alguna enfermedad infecciosa, tal vez es un adicto a las drogas, y luego, los pacientes cuando entran y salen no cierran el portón y puede entrar cualquiera . Un problema causado por los estudios médicos es que los pacientes no quieren esperar en la apertura del estudio, y así, cuando se encuentran con el portón abierto, o pueden hacerse abrir, se detienen en el recibidor de entrada esperando la llegada de la secretaria. La gente, sin embargo, no encontrándose en el propio edificio, no presta atención a no molestar y, especialmente, a no ensuciar y por lo tanto el recibidor se llena de basura y colillas de cigarrillos.
Luego están los olores, un taller emite una gran cantidad de humo y a veces asfixiante; una pastelería emite olor dulce agradable, a largo plazo causa náuseas; un restaurante de comida rápida o exótica, dejan ese rastro de frito que impregna todo . Y si debajo de su propia casa abre una pescadería, oh, hay un olor que no se puede soportar es ¿el del pescado?
Vivir en un condominio con un negocio no es fácil, se crean continuas disputas y ¿quién tendrá que resolverlo sino el administrador? Debo decir que por un lado entiendo a los ocupantes, y por el otro, trato de satisfacer las necesidades de los que manejan el negocio, porque si bien con los primeros se trata de puntos personales a menudo para molestar a otro; para los comerciantes es un trabajo, viven de esta actividad. Si es verdad que existe el ocupante operador que se aprovecha de la situación y utiliza para su actividad las áreas del condominio, no renueva sus clientes cuando hacen ruidos y no se preocupa por las leyes que limitan la emisión de humos y sonidos; por otro lado existe también el ocupante impaciente al cual todo le molesta y trata de encontrar cualquier excusa para darle en contra y hacer intervenir el administrador, los bomberos y las autoridades sanitarias locales.
Los nuevos padres (padres primerizos)
Los ocupantes primerizos, tienen un bebé recién nacido. Al principio todo va bien, los nuevos padres cuelgan, en la puerta, con orgullo, el lazo del color combinado de acuerdo con el sexo del bebé. Poco después comienzan a recibir elogios de otros condominios, que se muestran muy entusiasmados con el nuevo nacimiento y preguntan sobre la duración del trabajo de parto y el peso del niño, olvidando de preguntar el nombre. Una vez en casa con el bebé, sin embargo, los problemas empiezan porque los niños tienen una mala característica que no es conveniente en un condominio: lloran mucho y lo hacen por la noche.
Las acusas más importante contra los nuevos padres:
1. el bebé llora por la noche;
2. el bebé llora todo el día;
3. por la noche oyen los pasos de la madre que va a amamantar al bebé;
4. sienten durante la noche, ruidos de pasos que van y vienen para hamacar el bebé;
5. el niño lanza los juguetes desde el balcón;
6. el desagüe estaba atascado debido a pañales tirados a la basura;
7. el niño juega en el patio;
8. el niño lanza los juguetes al suelo desde su silla molestando abajo;
9. el cochecito que dejan debajo de la escalera para no acarrearlo cada vez que suben y bajan las escaleras;
10. el moño colocado en la puerta, después de un día comienza a fastidiar.
El problema principal del neonato es cuando empieza a llorar y no hay forma de calmarlo. Encima de todo, por la mañana los nuevos padres deben ir a trabajar habiendo dormido sólo unas pocas horas, y lo más importante es encontrarse delante de los otros ocupantes que en un tono intencionadamente irónico preguntan: "¿Pero este bebé nunca duerme?" Pasando los días la situación se hace más crítica, entre las horas de sueño atrasado y el tono de los otros ocupantes que se vuelve cada vez más amenazante: "¿Es imposible que este bebé llore cada noche así? ¡Encontráis una solución! Haganlo ver por un pediatra, pero uno bueno " Olvidandose que han sido también ocupantes primerizos y aunque ellos habían pasado por el mismo tipo de reproches de otros ocupantes, y a su vez, estos ocupantes también fueron ocupantes primerizos y que habían pasado reproches por otros ocupantes ... hasta llegar a Adán y Eva.
La vida del ocupante padre primerizo en un condominio no es fácil porque a menudo sucede que el niño que ha estado despierto toda la noche, justo cuando empieza a dormirse inesperadamente, con buena voluntad de los padres y vecinos, se despierta por el ruido causado por los trabajadores de arriba y así comienza todo de nuevo.
Como si todo esto no fuera suficiente, está el juego favorito de los niños: el lanzamiento de objetos desde el balcón. Incluso en este caso se suma, la molestia de tener que ir abajo al patio para recuperar los objetos que se cayeron, y las quejas de los propietarios: "Tiene que ser más cuidadoso con su hijo, ayer se le cayó un juguete a unos pocos pasos justo cuando entraba por el portón, por suerte no me ha hecho nada, pero preste más atención, puede ser peligroso. "
Una cosa, sin embargo, a la cual el ocupante primerizo debería tener mucho cuidado es donde tira los pañales sucios del bebé. Sucede a menudo de descubrirlo cuando se limpian los pozos y las alcantarillas están obstruidas, pero por supuesto nadie va a decir que los tira en el inodoro, todos están siempre dispuestos a jurar que lo tiraran a la basura, incluso ante la evidencia del hecho de que es el hijo único bebé con pañales en el edificio.
El adolescente
El ocupante adolescente es un portador sano de ruidos, que los produce con los medios más variados: el estéreo, la moto, la pelota. El ocupante adolescente es la pesadilla del edificio especialmente cuando los padres se van de casa y lo dejan en paz durante unos días con la recomendación de no molestar a los vecinos. ¿No hay nada mejor que invitar a algunos amigos para combatir la soledad, ya que uno está sólo en casa abandonado por los padres? ¿Y si se organizara una fiesta maravillosa con música alta, alboroto, carreras por las escaleras, gritos desde el balcón y objetos que vuelan desde las ventanas? El ocupante adolescente es un gran fan de música que escucha todos los días con el volumen al máximo. Los otros ocupantes se dan cuenta inmediatamente cuando está en casa, no sólo sienten las ventanas vibrar al ritmo de la música sino que llega a sus tímpanos aquel tamborilear que les penetra hasta cada pequeño rincón del cerebro. Por lo general, todo sucede cuando los padres no están en casa, y a la pregunta si durante su ausencia ha tenido el volumen del estéreo alto, el adolescente negará jurando por su equipo favorito.
El ocupante adolescente también tiene la moto, que la aparca regularmente en las áreas del condominio a pesar de las señales de prohibición. Lástima que, además de los carteles no se da cuenta de que el patio no es la calle, y él, cada vez entra y sale del portón estrictamente con el motor en marcha y el acelerador a fondo, a cualquier hora del día o de la noche, para asegurarse que los otros ocupantes lo sientan. Aparte del riesgo de ser atropollado en el patio, el ruido es insoportable, especialmente para los que viven en la planta baja y lo ven continuamente correr con su moto delante de las ventanas. El ocupante adolescente no tiene el más mínimo respeto de las cosas y en vez de bajar de la moto para abrir y cerrar el portón prefiere hacerlo cómodamente sentado utilizando sus pies, en modo de rompelo continuamente, atrayendo aún más la ira de los otros ocupantes. El ocupante adolescente también es generoso: si veinte amigos vienen a visitarlo a su casa, en lugar de hacerles dejar las motos fuera con el riesgo de que alguien les robe, los invita a aparcar en el patio forzando a los otros ocupantes a zigzaguear entre los medios para entrar por el portón.
El patio del edificio, aparte de ser un cómodo aparcamiento, también puede convertirse en un campo de fútbol usando las mochilas para señalar los arcos; una pista de patinaje si el piso es bastante suave; una pista para la patineta, donde colocan objetos en el suelo para saltar y más tarde los desechan convirtiéndose en un elemento permanente del patio; un campo de mini golf usando los pequeños agujeros en el pavimento y cualquier otra cosa que pueda crear su imaginación. El ocupante adolescente no tiene la más mínima idea de cuales son los tiempos en que puede hacer ruido y cuales se dedican para descansar por lo tanto para él es absolutamente normal organizar con amigos un partido de fútbol entre las dos y tres de la tarde, todo incluye celebraciones, hinchas y vidrios rotos. Por supuesto, todas las quejas llegan al administrador que debería encontrar consuelo en los padres, pero a este punto para explicar sus reacciones se ven obligados a hacer una clasificación, la de sus padres:
El padre permisivo
Siempre trata de encontrar una justificación para el hijo, incluso cuando es indefendible. Ante las quejas de los vecinos, referidas al administrador, los padres tiene este tipo de reacción:
1. "Pero, ¿ dónde tiene que aparcar la moto?, es nueva, si la deja fuera la roban."
2. "Yo sé que hay un cartel en el patio que lo prohíbe, pero tal vez él no lo ha visto."
3. "Pero en esta ciudad no hay espacio para jugar, ¿qué molestias da si lo hace en el patio trasero?"
4. "La están haciendo larga por un vidrio y algunas plantas rotas, todos fuimos chicos."
5. " dicen que mantiene el volumen del estéreo alto: ¿Y mi vecino con la televisión?"
6. "Mi hijo no puede estudiar por culpa de la televisión del vecino, pero nadie se ha quejado."
7. "Mi hijo está siempre en la escuela, tiene el derecho a sentir un poco de música cuando llega".
8. " sé que mientras estábamos fuera ha dado una fiesta, ¿tendrá el derecho de invitar a algunos amigos?"
9. "No había necesidad de llamar a la policía porque esta noche escuchaban música a todo volumen."
10. "Sé que ha sido visto pegando goma de mascar bajo el pasamanos de la escalera pero hubiera sido peor en la escalera."
El padre amigo
Cree que tiene un muy buen diálogo con el hijo, por esto lo escucha y hace todo lo que le dice, pero en realidad el adolescente infantil no realiza nada en absoluto y sigue haciendo lo que le queda cómodo, mientras que el padre está convencido de que seguirá todas las disposiciones emitidas por él. Sus reacciones son:
1. "Mire, he hablado con él, pues no entrará más por el portón con el motor en marcha."
2. "Mi hijo estaba muy mal por lo que había pasado, me dijo que no volverá a suceder."
3. "Trataré de hacerle entender dónde ha fallado, tenemos una gran relación."
4. "Ninguno se debe permitir de darle lecciones de comportamiento, de mi hijo me encargo yo."
5. "Me ha asegurado que a partir de ahora sólo encenderá el estéreo en las horas permitidas."
6. "Está todo arreglado, hemos encontrado la solución, le he comprado un auricular para la música."
7. "Estoy muy enojado por el cristal roto, él entendió la lección, no jugará más en el patio."
8. " No sabía de la fiesta durante mi ausencia, sabe son chicos, pero está realmente arrepentido."
9. "Ayer hemos hablado toda la noche sobre los hechos, como usted sabe, nosotros tenemos un muy buen diálogo".
10. "Querrá decir que lo llevaré con mayor frecuencia a jugar juntos, al fútbol, parecemos dos hermanos."
El padre defensor
Como el término lo indica, defiende al hijo incluso ante la prueba. Para él, en el edificio hay una conspiración contra el chico y le echan la culpa por todo lo que sucede porque allí, no hay otros adolescentes, la edad promedio es de alrededor de setenta años. Sus respuestas siempre tienden a justificar el comportamiento, culpando a otros ocupantes o a un chico misterioso que aparentemente está en el edificio sólo para hacer daño y que nadie ha visto jamás. Sus reacciones son:
1. "Cada vez que juega en el patio y hay alguna planta rota lo culpan."
2. " ¿Será algún niño que cuando no hay nadie viene a jugar aquí?"
3. "Mi hijo no ha organizado ninguna fiesta en mi ausencia, lo han inventado."
4. "Cuando yo no estaba siempre iba a la cama a las nueve, tal vez han sido los ancianos de al lado."
5. "De noche, cada vez que se escucha una moto en el patio, vosotros decís que es mi hijo."
6. " ¿No puede ser algún nieto que de noche viene a visitar a sus abuelos?"
7. "Mi hijo me ha jurado que antes de entrar en el patio siempre apaga el motor de la moto."
8. "Mire, estaba en la otra habitación, y si se hubiese tenido el estéreo alto lo hubiera oído yo también."
9. "Justo ayer le estaba diciendo a mi esposa de haber visto un niño que jugaba a la pelota en el patio"
10. "El motor de mi hijo es muy silencioso, no puede ser el suyo a provocar todo ese ruido."
El padre resignado
El más patético, pero tal vez el más consciente de la situación con respecto a los otros. Él sabe que nada de lo que le dirá al hijo, lo escuchará y no tienen la más mínima idea de cómo podría obligarlo a cumplir con los reglamentos de condominio.
Sus reacciones típicas son:
1. "Pido disculpas a todos, voy a tratar de decirselo, se lo he repetido tantas, pero tantas veces."
2. "Trataré de repetirselo por enésima vez, tal vez hoy esté comprensivo."
3. "Si se lo dice usted, administrador, bruscamente, tal vez tenga miedo y lo escuche."
4. "Mire, no sé qué hacer, incluso en casa es la misma cosa, no me hace caso."
5. "Lo he llevado a un psicólogo, ha dicho que es un momento y de tener un poco de paciencia."
6. "No sabe cuántas veces le he dicho de poner orden en su habitación, venga a ver en qué estado está."
7. "No sé qué hacer con él, si alguien pudiera darme un consejo."
8. "Desde que frecuenta malas compañías ya no es el mismo."
9. "Ayer le he dicho que si lo hacía otra vez lo ponía en el castigo: se ha puesto a reir."
10. "Disculpáis, pero ¿cómo hacéis para haceos obedecer por vuestros hijos?".
El padre estricto
El padre estricto es aquel que se sabe imponer, o al menos eso es lo que él cree; a diferencia del padre resignado que sabe desde el principio que no será escuchado. El padre estricto es a menudo un militar graduado y trata de tener en casa la misma disciplina del cuartel y, al menos en palabras es siempre muy duro con su hijo. Sólo después de muchos años comprenderá que es imposible obtener de los hijos la misma obediencia que demuestran sus soldados y a este punto tratará de descargar toda la responsabilidad sobre su cónyuge, que para él es demasiada permisiva. Sus reacciones son:
1. "Esta historia de la moto tiene que terminar, se lo diré por última vez, luego la sequestrerò."
2. "Le había dicho que si él organizaba una fiesta no lo habría dejado salir por un mes."
3. "La ventana la pagará él, así aprende a jugar en el patio a pesar de la restricción."
4. "Por desgracia desde cuando está prohibido el castigo corporal, estos chicos hacen lo que le plazca."
5. "Esta noche cuando vuelva lo llamaré por un informe, y me tendrá que dar una explicación convincente."
6. "Esta es la última que me hace, lo relegaré por un mes, vamos a ver si aprende disciplina."
7. "Tengo doscientos soldados a mis órdenes, ni hablar si no puedo que él me obedezca."
8. "Mañana pondré un candado en su equipo de música, durante mucho tiempo no escucharéis nada más."
9. "Disculpáis, pero he llegado esta mañana, por desgracia con mi esposa siempre hace lo que quiere."
10. "Yo trato de enseñarle disciplina pero mi esposa es demasiado permisiva."
La única cosa que puedo decir es que no importa qué tipo de padre es porque, en el edificio no va a cambiar nada, las motos siguirán corriendo alrededor del patio, las ventanas a romperse, la música estará a todo volumen y las fiestas, ante la partida de los padres, estarán al orden del día.
El músico
El ocupante músico durante el día se ejercicita en casa con su instrumento. Todo muy bonito, ¿pero los vecinos? Es verdad que no hay comparación entre la música disco presentada por los ocupantes adolescentes y la música producida por un instrumento musical, obvio depende del instrumento. La música de un violín o un arpa es melodiosa, pero la producida por una guitarra eléctrica con amplificador no lo es en absoluto. Y ¿qué pasa con la batería? El otro factor importante es el tiempo, el sonido de los instrumentos clásicos es agradable de escuchar, pero después de unas horas, no todos siguen pensando de esa manera, y mucho menos después de un día completo. Incluso del ocupante músico podemos encontrar una variedad de personajes:
El rockero
A tocar la guitarra eléctrica o la batería son especialmente los jóvenes, que a menudo tienen un pequeño grupo y su forma de hacer música es muy rumorosa, sobre todo si se reúnen en el piso del ocupante rockero para probar las canciones que sonarán en sus espectáculos públicos. Su música no es muy apreciada por otros ocupantes porque se caracteriza por los vidrios del edificio que comienzan a vibrar solo con el encendido de los amplificadores. El ocupante rockero en general no es muy sensible a las quejas de los vecinos y, a veces parece hacerlo a propósito,el hecho de elevar aún más el volumen del amplificador después de las protestas.
El concertista
Se prepara para tocar en conciertos de música clásica o para los exámenes en el conservatorio. El sonido de su instrumento al contrario a la del roquero es muy agradable, pero si la pieza ejecutada es siempre la misma, puede convertirse, a largo plazo, en insoportable provocando neurosis o somnolencia en los vecinos. El piano puede ser hermoso escucharlo pero vivir al lado de un ocupante concertista estudiante, que todo el día suena ejercicios sencillos con una o dos teclas, repitiendo los mismos acordes hasta el agotamiento puede hacer venir la tentación de tirar el instrumento por la ventana. Ante las quejas de los vecinos se muestra muy apenado diciendo de tocar sólo en los momentos permitidos, aunque si los ocupantes deberían darse cuenta de que, después de todo, es su trabajo.
El de la banda (musical)
Como dice el término toca en una banda. ¿Qué instrumentos utilizan? Trompeta, bombo y platillos, los más ruidoso entre los instrumentos musicales que puede haber. Nivel de decibelios despedido en el edificio: altísimo. La característica del ocupante de la banda a diferencia del concertista es la de tocar casi siempre música alegre que pone de buen humor, pero el sonido de sus instrumentos no es adecuado para aquellos que les gusta dormir, estudiar o seguir un programa en la televisión. Afortunadamente la bandas casi siempre tienen un lugar para probar juntos y entonces como personaje es bastante raro en un edificio, pero cuando hay ...
El espía
El ocupante espía pasa sus días espiando a todos sin distinción.
Equipo del ocupante espía:
1. una mirilla a infrarrojo instalada en la puerta de casa;
2. uno prismáticos a infrarrojo en el balcón;
3. dos transmisores, colocados uno en el recibidor y en el otro en el ascensor;
4. dos mini cámaras, una situada en el hall de entrada y la otra en el balcón hacia el patio;
5. dos overoles camuflados, del mismo color de las cortinas de la ventana para hacerse invisible;
6. una regadera con una grabadora submarina incorporada para operaciones de gran inteligencia;
7. una pluma con grabador incorporado para ser utilizado en las operaciones a la vanguardia;
8. un archivo secreto que contiene cintas de audio y vídeo grabados en la última década;
9. un búnker camuflado en el balcón con un telescopio submarino;
10. un estetoscopio para escuchar conversaciones en las inmediaciones de la puerta.
Su drama personal, del cual no sabe, es que después de ver miles de película de espías ahora se siente un agente secreto en todos los aspectos y piensa de no ser notado por los otros ocupantes, que saben dónde y cuándo está al acecho. El ocupante espía tiene, a estas alturas, un oído muy fino, capaz de percibir cualquier ruido hasta la carretera, vive generalmente en planta baja, al máximo primer piso, para controlar quién entra o sale del edificio. Apenas oye el sonido de una llave que está entrando en la cerradura de la puerta corre inmediatamente hacia el portón principal, apaga la luz del pasillo, gira la tapa que cubre la mirilla con gran habilidad, sin producir el menor ruido y espera impaciente para saber quién está entrando. Aguanta la respiración para no hacer sentir al ocupante que entró en el recibidor, que desafortunadamente para él, sabe que lo está espiando detrás de la puerta y estaría tentado de mandarle un saludo, un simple gesto con el brazo, pero lo ignora, sería un golpe demasiado grande para el ocupante espía darse cuenta de haber sido descubierto. La espía sigue cada movimiento del ocupante hasta que desaparece por las escaleras, o, si toma el ascensor, espera a que este llegue al piso y abandona su punto de observación sólo cuando ve la puerta cerrarse y siente que está subiendo. Si un ocupante está saliendo, se da cuenta por los pasos en la escalera o el ruido del ascensor que ha llegado al piso, en este caso, inmediatamente corre a la puerta y lo sigue hasta la salida. Su emoción aumenta radicalmente cuando oye las voces, aunque si la tarea se hace más difícil porque además de la observación también debe ser capaz de escuchar lo que están diciendo los ocupantes. En el interior de la puerta principal hay un punto con la forma de la oreja por las muchas veces que durante el día, se ve obligado a convertirse uno solo con la madera para escuchar los discursos de los que entran y salen del portón. Además de la mirilla otro punto de observación para el ocupante espía son las ventanas, apenas siente voces fuera se apresura allí escondiéndose detrás de la cortina, nada le debe escapar, el más profesional tiene unos prismáticos listos para usar. Cuando el ocupante espía no puede entender lo que está pasando y sobre todo, no puede sentir buenos discursos pasa al plan B: sale al balcón fingiendo estar haciendo algo, tropezando alrededor de las plantas o de la ropa colgada y mientras tanto capta alguna señal visual o auditiva. Si en el patio del edificio están hablando entre ellos o con los trabajadores se puede notar fácilmente su pequeña cabeza mirando por las ventanas y todos los balcones de la vivienda con el aire de quien en ese momento quería tomar una bocanada de aire fresco , aunque en pleno invierno. Los otros ocupante ya conocen todos sus movimientos e incluso se divierten hasta cuando se esconde detrás de las cortinas de la ventana, practicamente lo esperan antes de empezar una conversación, pero él esto no lo sabe, está convencido de poseer grandes cualidades de camaleón. La situación se vuelve aún más humillante cuando los ocupantes le hacen sentir a propósito algunos discursos, de manera que pueda informar a los demás o crea que sucedió algo muy importante. Por supuesto su ídolo es James Bond, su sueño es tener algún día todos los dispositivos electrónicos sofisticados que permiten al número uno 007 de poder espiar a cualquiera sin ser notado. En cambio él tiene sólo algunos de esos artículos comprados por correo, publicado en algún periódico que alababa su calidad, pero que en última instancia resultaron ser un poco más que un juguete.
El ocupante espía vive en la satisfacción de poder informar a otra persona todo aquello que pueda laboriosamente "atrapar", sin darse cuenta de que en realidad sus interlocutores ya estaban al tanto de todo, ya que se discutió en la última reunión.
El presencialista
El ocupante presencialista está convencido de que todo el edificio gira en torno a él y que si no estuviera él para hacer las cosas, no las haría nadie.
Sus frases son:
1. "Si yo no me muevo, aquí no se mueve nadie."
2. "Si me fuera, sólo querría ver cómo haríais sin mí."
3. "Si yo no controlara, el administrador haría lo que quiera."
4. "Si no compraba para Navidad un adorno para el árbol del patio, nadie hubiera pensado."
5. "Si no hubiera puesto esas plantas en el patio este edificio sería un funeral."
6. "Si no estuviera yo para regarlas, estas pobres plantas estarían muertas hace mucho tiempo."
7. "Si yo no estuviera en el garaje para barrer viviríamos en un vertedero."
8. "Si yo no avisara al administrador cuando se queman las lámparas viviríamos en la oscuridad."
9. "Si no estuviera allí para controlarla, la compañía de limpieza dejaría todo sucio."
10. "Si yo no estuviera, nadie gastaría un euro en este edificio."
El ocupante presencialista está profundamente convencido de que si no estuviera él, el edificio se enfrentaría a una catástrofe colosal ya que es el único que se pone en marcha tan pronto como surge un problema. Naturalmente, esto ocasiona la ira de los demás que realmente están ocupados, no de vez en cuando como el ocupante presencialista. La diferencia es que ellos hacen las cosas sin auto-celebrar mientras el ocupante presencialista es un maestro en esto y si una vez hace una cosa, de como habla parece que siempre la hizo él sólo él. El ocupante presencialista tiene una técnica muy refinada para hacer pesar las cosas que hace: mientras habla con alguien jactándose de lo que ha hecho y ve un ocupante pasar, o en el balcón, o sabe que hay un ocupante espía escuchando, levanta la voz y dice: "Si no limpio yo aquí no limpiaría ninguno, en este edificio sólo a mí me gusta vivir en la limpieza." El ocupante presencialista llega a provocar en los otros una profunda aversión contra él, habla a espaldas de los otros, no teniendo el valor de enfrentar a la gente cara a cara. Y no hace falta decir que presumirá diciendo:" Apenas lo he visto pasar he dicho que soy el único que hace las cosas aquí, ni siquiera se ha girado pero ha entendido que se refería a él, por otra parte, las cosas las tengo que decir en la cara, no sé estar callado ".
El insomne
El ocupante insomne es molesto casi exclusivamente para aquellos que tienen el apartamento cercano al suyo, en parte debido a que el estado de trastorno se manifiesta durante la noche. El insomnio es definitivamente un problema muy grave que el ocupante insomne trata de resolver de varias maneras:
La televisión
Ver la televisión es un recurso muy utilizado para las personas que sufren de insomnio, ¿qué mejor manera de conciliar el sueño con un agradable programa nocturno? Pero ¿qué pasa con el volumen? El televisor podría resolver el problema, pero es inevitable que a ese punto se trasladará a sus vecinos, especialmente si el método es tan eficaz de hacer dormir al ocupante insomne delante del televisor que permanece encendido toda la noche. Todo con calma de parte de los vecinos, especialmente si estaba viendo un programa musical o una película de guerra. Se recomienda, por lo tanto, para el ocupante insomne que quiere ver la televisión por la noche, un buen par de auriculares, porque a veces mantener el volumen no es suficiente, debido a que algunos programas (en su mayoría comerciales) elevan oportunemente el volumen respecto a la norma para atraer la atención del espectador. Si durante el día nos quejamos porque la televisión no propone nada interesante, por la noche, la situación es aún más angustiosa para el insomne. La primera etapa, durante la larga noche de televisión en busca del sueño, pasa por la entrevista a Marzullo, definitivamente conciliadora pero no lo suficiente para un insomne. Posteriormente, el ocupante insomne comienza a saltar de un canal a otro desgastando, por el uso ,los botones del control remoto; pasando de improbables televentas de utensilios de cocina a las tres de la mañana a los asombrosos programas para niños (tal vez para aquellos con insomnio), a viejas transmisiones y película estrictamente en blanco y negro, a las picantes imágenes de líneas de teléfono erótico. Inútil decir que a la mañana siguiente el insomne no recordará nada de lo que ha visto, ni el momento en el que se ha dormido, extrañamente los vecinos sabrán todo a la perfección, como si hubieran visto la televisión con él, o más bien escuchado.
Los paseos
Los paseos nocturnos pueden ser una buena solución, aunque si no tienen la aprobación del ocupante de abajo, que durante la noche siente continuamente los pasos del insomne, sin importar si está descalzo, tiene las pantuflas o los zapatos. A estas alturas está tan acostumbrado a sentirlo caminar que puede reconocer el tipo de calzado que usa, el ocupante issomne, o si está caminando descalzo. A veces logra saber, incluso, si al zapato se le debe cambiar la suela o si el taco está arruinado y le vendría ganas de aconsejar al insomne que sería hora de llevarlos al zapatero. Y no hace falta decirles que en caso de protestas, el ocupante insomne negará en manera absoluta de caminar por la noche, proponiéndose en su corazón de hacer más suave, desde ahora, sin darse cuenta de que en esas horas cada pequeño ruido se amplifica por el silencio . Un consejo para el ocupante insomne que utiliza este método es evitar los zuecos debido a que son poco molestos para oír sobre su cabeza a las tres de la mañana.
El aficionado
Justo cuando el ocupante insomne ha perdido toda esperanza de poder dormir más de un determinado número de horas por noche, aquí es que decide aprovechar las horas no dormidas a favor de seguir una afición. Aficiones que van desde armar rompecabezas a pequeños trabajos de "hágalo usted mismo", hasta modelar. Incluso en este caso no hay escapatoria para los vecinos, especialmente para los de abajo habituales desafortunados que deberán soportar oír todo el tiempo, la caída de objetos en el piso que rebotan y giran en el suelo, sillas que se mueven y pasos excitados en busca de materiales necesarios. Todo esto hasta que el ocupante insomne no inicie a dedicarse a un pasatiempo más desafiante, realizando trabajos con martillos y taladros. Por la mañana el ocupante insomne baja al quiosco a comprar todas las revistas en las que hay modelos para construir. Ha comprado revistas para construir de todo, desde la cabaña en la montaña, la casita de los pájaros, el coche con mando a distancia, el aeroplano de guerra, el helicóptero de la policia, el modelo de la batalla de Waterloo, el reloj cucú, el galeón español y todo lo que proponían los comerciales. Tan pronto como ve una nueva publicidad en la televisión o en el periódico en el que viene apoyada a la compra de una revista que lleva el primer pedazo para construir cualquier modelo, la revista debe ser suya. Se precipita inmediatamente a su quiosco de confianza preguntandole si la publicación ya salió, o el día en que saldrá, rogándole de dejarla a parte junto a los números sucesivos, ya que absolutamente no puede correr el riesgo de perderla. El problema, es no hacerse ver cuando vuelve a casa con una de estas revistas, ya que como en la mejor tradición del edificio, deberá negar hasta la muerte que es el responsable de los ruidos extraños que los vecinos sientan durante la noche, como golpes de martillo , taladros, herramientas que caen y ruidos de motores de automóviles, motocicletas y helicópteros.
La verdadera tragedia, sin embargo, es que nunca ha logrado construinir nada.
Las razones de los fracasos en la construcción de los modelos son:
1. siempre hay un número de publicación que nunca llega al quiosco;
2. el quiosquero se olvidó de ponerla aparte;
3. la cónyuge del quiosquero la vendió a un cliente sin saber que ya estaba reservada;
4. la publicación ha sido interrumpida después de la edición de los primeros números;
5. mientras construía el modelo ha salido una nueva publicación y lo ha abandonado;
6. ha perdido piezas del kit de montaje, incluidas las instrucciones;
7. no es absolutamente capaz de comprender las instrucciones de montaje;
8. ha roto todas las partes más delicadas, ya que hacían resistencia a encajar;
9. ha mezclado las piezas de los distintos kits y ahora no puede terminar ninguno de los modelos;
10. lo que más le molesta: es que no ha sido capaz de armar el modelo.
Debido a todas estas vicisitudes su casa está llena de cosas sin terminar, no existe un modelo construido en su totalidad. Los visitantes parecen entrar en un gran depósito de chatarra en miniatura con cabinas de aviones cortados por la mitad, cáscaras de máquinas, manubrio de motocicletas, motores, piezas de diferentes modelos claramente ensamblados juntos y folletos esparcidos por todas partes.
La solterona
La ocupante solterona es la mujer que nunca se ha casado, o está separada o es viuda. Su principal característica es estar en letargo, desde hace varias épocas geológicas no se percibe su presencia, a menudo delega a otros ocupantes ya sea para hacerse representar en la reunión o para el pago de las cuotas; el administrador se olvida casi que existe.
De repente con los cambios de estación, se despierta del letargo y tanto para el administrador como para los otros ocupantes comienzan los problemas. Cuando estaba el cónyuge en casa era una presencia discreta, no se interesaba de las cosas del edificio, preguntaba todo a su marido, al máximo pagaba las cuotas si es que recibía esta tarea; ahora comienza su propia guerra personal contra viento y marea, por supuesto, el principal catalizador de todo su resentimiento se convierte en el administrador.
Razones del despertar del letargo:
1. ha quedado sola y se ve obligada a cuidar personalmente de las cosas de la casa;
2. se da cuenta de que la cuota del condominios es demasiado alta en relación a su disponibilidad;
3. tiene una infiltración en la casa debido a antiguos trabajos mal ejecutados;
4. se ha aleada con otras mujeres del edificio contra el administrador y todos los hombres;
5. Está convencida de que el ser una mujer soltera todos buscan aprovecharse de ella;
6. ha decidido que las cosas en el edificio no funcionan y hay que cambiar de gestión;
7. sus hijos la "presionan" de modo que que haga valer sus derechos dentro del edificio;
8. después de haber visto un episodio más de "Forum" decide de "salir al campo";
9. tiene mucho tiempo disponible y decide utilizarlo molestando a todos;
10. en su mente tiene la convicción de que todo el edificio está enojado con ella.
La ocupante solterona después del letargo es difícil de manejar porque se convierte en desconfiada hasta la paranoia, empezando a buscar el apoyo de otras mujeres al interno del edificio, en lucha abierta contra los hombres. En sus acciones, la ocupante solterona es muy eficaz tanto en mujeres que viven solas como con las casadas que comienzan a "debilitar" a sus maridos en temas del edificio. Tener que lidiar con la ocupante solterona es muy difícil porque en su interior tiene un profundo odio por todas las cosas que en años anteriores le ha resbalado por querer una vida tranquila. Es un volcán que por años no ha estado activo, en los que muchos ocupantes han constribuido, extendiendose un poco; pero cuando se despierte y comienze a entrar en erupción, abrumará a todos y todo a fuego lento por años.
Tras la intervención de la ocupante solterona y al grito de: "Poder a las mujeres", todo el equilibrio de un edificio puede saltar y la mujeres comienzarán a pedir a los hombres las "cuotas rosas" para la participación a la reunión del condominio.
El perfecto
Aunque si la mayoría de la gente no cree: el ocupante perfecto existe. Pertenece a la especie en peligro de extinción, como el oso pardo, por desgracia para él no hay ninguna campaña de WWF para preservar su estancia dentro del condominio. Al contrario de los osos, sin embargo, no está dicho que uniendo dos pares, nazca un hijo que será para el administrador un ocupante perfecto.
Las características que debería tener:
1. Llamar al administrador sólo cuando hay realmente necesitad;
2. pagar regularmente las cuotas;
3. No hacer perder el tiempo a los demás, especialmente cuando aquellos están trabajando;
4. llegar a tiempo a las reuniones;
5. hablar en la reunión, pidiendo la palabra, sólo para los asuntos relacionados con el orden del día;
6. cuando se rompe el ascensor llamar inmediatamente a la empresa de mantenimiento;
7. Leer el balance y pedir aclaraciones antes de la aprobación;
8. encontrase en casa el día de la lectura del agua o comunicarlo en tiempo a la empresa;
9. respetar el trabajo de los demás, nunca criticarlo, por la postura que toma ;
10. no pelear con los otros ocupantes, especialmente por razones triviales.
¿Qué dicís? ¿No pertenecéis a ninguna de las características enumeradas? ¿faltáis sólo uno? Paciencia, obviamente no sois un ocupante perfecto y por desgracia, nunca lo seréis, porque así se nace, no se hace.
El ocupante perfecto es aquel que trata de entender las cosas y si se han cometido errores trata de remediarlos con el fin de no repetirlos la próxima vez. El ocupante perfecto es aquel que trabaja con el administrador dando sus consejos, porque sabe que el bien del condominio es también el suyo. ¿Es eso mucho pedir?
Frases típicas de distintos ocupantes:
El moroso: "He ido al cajero automático cerca de aquí, pero no funcionaba."
El pedante: "La idea realmente era mía, pero no importa, lo importante es que el trabajo se haga."
El contracorriente: "Yo no he dicho nada, pero lo sabía desde el principio que el trabajo estaba hecho mal."
El petulante: "Disculpe el trastorno pero básicamente ha sido mejor así que no ha pasado nada."
El entrometido: "pensaba que ya fuese conocido, pero no diga por ahí que lo ha sabido de mí."
El obrero: "Sabéis que les digo, de ahora en adelante el trabajo lo hacéis solos visto que sois capaces."
El impaciente: "¿Podría saber cuando terminan el trabajo? No se puede vivir con este lío ".
El restructurador: "Finalmente este mes el trabajo se completará, estoy agotado."
El propietario: "Intentas de nuevo de pidir el dinero al inquilino, es él quién tiene que pagar."
El jubilado: "Mire yo la televisión la veo muy poco y siempre con el volumen bajo."
El administrador: "Le he dicho yo al operario de realizar el trabajo, pero estábamos todos de acuerdo."
El "Beverly Hills": "Sólo yo en este condominio estoy dispuesto a gastar dinero."
El pulgar verde: " no entiendo quién ha puesto esas plantas en el hall de entrada, son un verdadero horror."
El recolector de firmas: "Estoy recogiendo firmas para convocar una reunión extraordinaria".
El ocupante"Foro": "Sé con certeza que por ley no es como usted dice, yo de hecho, el reglamento lo conozco."
El animalista: "Quiero saber que malestar pueden dar veinte gatos en el patio".
El gritón: "No me hago poner los pies en la cabeza por nadie."
El Limpiador: "¿tiene limpia las suelas de los zapatos? Sabe, a mí la casa me gusta mantenerla limpia ".
El indiferente: "Habláis, habláis mucho, al final, hay que pagar de todos modos."
El operador: "Sólo porque tengo un bar no puedo haber consumido todo el agua debitada."
Los nuevos padres: "¿sois consciente de que esta noche el bebé no ha dormido?"
El adolescente: "Se quejan de mi equipo de música, pero cuando ven la televisión no puedo estudiar."
El músico: "Yo sé que el sonido de la trompeta es fuerte, pero ¿ dónde puedo ejercercitarme?"
El espía: "Se esforzaban por hablar en voz baja, pero he logrado entender lo que dicían."
El presencialista: "Si no estuviera yo, en este edificio no se haría nunca nada."
El insomne: "Ayer por la noche no puede haber sido yo con el taladro, a las diez ya dormía."
La solterona: "estoy cansada, puesto que estaba en silencio habéis hecho como os queríais."
El perfecto: "¿ Hablo con la empresa de mantenimiento? Tenemos el ascensor averiado ".
Los Administradores
Ser el administrador del un edificio es sin duda la más odiada entre todas las profesiones. También hay otras que no son tan divertidas, pero un administrador tiene que trabajar en cualquier momento. Podemos odiar un policía que nos ha hecho una multa, pero es un momento, una vez pagada no nos recordaremos más de su cara, pero al administrador no, a él lo recuerdamos muy bien. Hablar mal de los administradores de edificios es uno de los deportes más populares en Italia, es tal vez como hablar de fútbol. Tratáis de escuchar los discursos de las personas en la calle, cuando véis los hombres que discuten acaloradamente, o están hablando de fútbol o del administrador de su condominio. El administrador a menudo se encuentra solo contra todos y a veces siente la necesidad de refugiarse en el único ocupante que lo defiende en una reunión. También he oído historias de administradores, en determinados barrios "calientes", incluso golpeados o que le han prendido fuego al coche, afortunadamente estas experiencias todavía no las he vivido y espero de no experimentarlas en persona.
Desde que he empezado esta profesión he conocido a muchos administradores y como en todos los oficios he notado tantas personas buenas y otras personas cuyas habilidades dejaba mucho que desear. Por desgracia el administrador es un gestor de dinero y la tentación de dejar que un poco permanezca unido a sus manos es muy fuerte. Ahora les revelaré ciertas picardías en las cuáles no se debe caer y cuáles son las principales funciones del administrador.
Un pequeño truco al que recurren muchos administradores, en el balance, es de poner poco claro su costo real por el condominio. Les hago un ejemplo de indicación de una remuneración en el balance de forma clara y otra deliberadamente complicada:
En primer lugar les digo cuáles son los elementos que generalmente componen la remuneración del administrador:
1,000.00Honorarios
40.00 Retención de seguridad social 4%
208,00IVA de 20% en 1,040.00
1,248.00Total
208.00 Retención del 20% de 1,040.00
1,040.00Neto percibido
En este ejemplo, el costo real para el condominio asciende a € 1,248.00 € de los cuáles 1,040.00 es lo que realmente percibe el administrador, mientras que € 208.00 son pagados por los ocupantes al tesorero como anticipo en previsión de sus impuestos.
Ahora les hago un ejemplo de un balance donde está expuesto claramente la remuneración del administrador y otra con la remuneración indicada en una forma muy complicada:
Balance con remuneración expuesta en forma "clara":
1.248,00 Honorarios administrador
500,00 Limpieza
100,00 Electricidad
50,00 Papelería en general
1.898,00 Total final
Balance "pícaro" con remuneración expuesta en forma poco "clara":
792,00 Honorarios administrador
500,00 Limpieza
208,00 Iva sobre los honorarios
100,00 Electricidad
208,00 Retención sustitución tributaria
50,00 papelería en general
40,00 Contribución Pensión
1.898,00 Total final
––––––––
Como podéis ver el total del saldo final es exactamente el mismo, sólo que en el primer balance la remuneración del administrador asciende a € 1,248.00 mientras que en el segundo a € 792,00. Viendo los dos balances parecería que el segundo administrador tome un salario más bajo y por lo tanto sea más "atractivo", en realidad la remuneración es la misma solo que expuesta de manera diferente. Tal vez ahora alguno de vosotros ya estáis pensando: "Por eso cuando leo el balance del condominio no entienden nada", parcialmente es cierto, aunque aún deberías comprometeros más y sobre todo: leerlo.
El mismo truco se utiliza durante la presentación de las estimaciones de la administración de condominios. Comparar de esta manera dos estimaciones se vuelve complicado para quienes no están familiarizados con la incidencia de cada elemento. Se debe tener cuidado al evaluar el costo exacto para el condominio porque se corre el riesgo que con el fin de gastar menos se elija el administrador con una mayor remuneración. Y esto es algo que no querríais que suceda, ¿verdad?
A menudo en las estimaciones no aparecen los elementos que componen los gastos, los cuáles deberían negociarse previamente, visto que después podrías encuentrarse en el balance:
a) los costos estándar;
b) los honorarios por las asambleas;
c) los honorarios por las horas extraordinarias.
Los costos estándar vienen cargados generalmente como gastos de teléfono, papelería y movimientos realizados por el condominio. Es una cifra puesta allí en el balance pero no verificable. ¿Cómo se hace para saber cuántas llamadas ha hecho, en un año, el administrador en nombre del condominio? ¿Cómo se pueden verificar los costos de los viajes realizados para seguir las prácticas? Todo va dajado a la honestidad del administrador y en este momento sé lo que estáis pensando: "Así que estamos arruinados, con todo lo que se roban."
Los honorarios por la asamblea es un elemento que siempre he tenido la tentación de poner en mi presupuesto, pero que luego no se me ocurre contabilizar. El problema es que a menudo hay reuniones hechas innecesariamente, que no alcanzan el quórum indispensable, tal vez porque las peticiones de los ocupantes son para cosas triviales que sólo afectan a sí mismos, por lo cual el administrador pierde tiempo no remunerado. La idea de calcular la retribución de la reunión en base al tiempo me parece una burla, no obstante sería un gran incentivo para que los ocupantes terminen en tiempos "humanos". Por otra parte, se sabe, nada hace más sensibles a los ocupantes el hecho de tener que gastar más dinero, sobre todo para las asambleas a las que la mayoría de ellos no querría ni menos participar.
La retribución de las horas extraordinarias es una de los costo menos "digerible" para los ocupantes. Muchos administradores lo hacen pasar como obligatorio por ley, pero no es así. La retribución al administrador por trabajar horas extras está previsto por la ley, pero aún así debe ser aprobado por los ocupantes, el administrador no lo puede meter arbitrariamente. Yo para evitar problemas lo resalto siempre entre mis honorarios cuando presento el presupuesto para el administrador del edificio, especificando el porcentaje, de manera que todos lo sepan y lo aprueben en asamblea. Por supuesto, esto no exime en el futuro a los ocupantes de pedir, cada vez que presento una enumeración de gastos por horas extraordinarias, que es eso, y si esa retribución me corresponde por ley. A muchos ocupantes esta retribución les parece injustificada, pero no se dan cuenta de que detrás de un trabajo "importante" hay un gran compromiso del administrador que se hace aún más oneroso a raíz de ellos mismos y de la falta de profesionalidad de algunas empresas.
––––––––
Para realizar el trabajo en un edificio por un administrador implica:
1. Estimaciones:
a) contactar las empresas, el 90% de los cuales llega tarde o no aparece en absoluto;
b) explicar el trabajo a las empresas que se han presentado (incluso con retrasos de una hora);
c) ayudar a la empresa a tomar medidas y a menudo también proporcionarle metro, lápiz y papel;
d) rogar a la empresa de mandarles el presupuesto antes de la reunión;
e) llamar por teléfono a la empresa, ya que falta un día para la reunión y no tenéis el presupuesto;
f) llamar por teléfono a la empresa ya que por la noche está la asamblea y no tienéis todavía el presupuesto;
g) llamar a la empresa porque en una hora está la reunión y falta el presupuesto;
h) hacer modificar el presupuesto a la empresa con las peticiones hechas por la Asamblea;
i) Para tener el presupuesto correcto para la nueva asamblea volver al punto d).
2. Asamblea:
a) convocar a una reunión para la resolución sobre el trabajo a realizar;
b) rogar a los ocupantes de prestar atención a la lectura de las estimaciones;
c) leer las estimaciones de costos y descubrir que no son equiparables entre sí;
d) añadir otros gastos para las obras que nadie tiene el propósito de hacer;
e) actualizar todo en una nueva asamblea, con nuevas estimaciones;
f) convocar de nuevo la asamblea;
g) leer los nuevos presupuestos y descubrir que los nuevos trabajos solicitado cuestan demasiado;
h) si todo va bien ir al punto i), de lo contrario volver al punto a);
i) hacer deliberar a los ocupantes sobre los trabajos a realizar.
3. El contrato:
a) preparar un anuncio de licitación para las obras deliberadas;
b) darle a la empresa un proyecto para asegurarse que sea todo correcto;
c) si para la empresa va todo bien pasar al punto d) de lo contrario volver al punto a);
d) hacer contacto con la empresa para la firma del contrato de trabajo;
e) encontrar al titular para la firma del contrato de trabajo;
f) establecer las fechas de comienzo y final de la obra (que nunca se cumplirán);
g) establecer plazos para los pagos a cuenta y el saldo de la obra (que nunca será respetados);
h) hacer especificar a la empresa los tiempos para la garantía de la obra;
i) firmar el contrato.
4. Permisos:
a) entender cuál es la oficina responsable para los trabajos a realizar;
b) ir al ayuntamiento para saber qué permisos se necesitan para los trabajos;
c) encomendarse a algún técnico del ayuntamiento para el éxito de la práctica;
d) en el caso de andamios en la calle, se necesita hacer las cuentas por la ocupación del suelo;
e) pagar los impuestos para obtener los permisos y / o certificados municipales;
f) retirar del ayuntamiento los permisos y / o certificados;
g) asegurarse de que la empresa y sus trabajadores estén en orden con las instituciones de seguridad social;
h) garantizar que en las obras de construcción las normas de seguridad se cumplan;
i) cruzar los dedos: cada infracción detectada caerá sobre los hombros del administrador.
5. Trabajo:
a) llamar a la empresa porque por la mañana habrían tenido que empezar los trabajos;
b) llamar a la empresa ya que, desde hace una semana habrían tenido que empezar a trabajar;
c) seguir el trabajo haciéndose ver por los ocupantes, que de otro modo se quejarán;
d) ir del ocupante que vive debajo de la obra porque ha sufrido daños;
e) llamar a la empresa para que venga alguien a divisar el daño causado;
f) asegurarse de que los daños causados al ocupante hayan sido reparados;
g) llamar a la empresa para averiguar por qué desde hace una semana no se ven los obreros;
h) responder a la empresa que hasta que no habrán completado el trabajo no tendrán el saldo;
i) comprobar que el trabajo haya sido completado de lo contrario volver al punto g).
6. Pagos:
a) estudiarse el desglose de los gastos de la obra y hacerla llegar a los ocupantes;
b) explicar a los ocupantes que el desglose son disposiciónes de la ley;
c) rehacer el desglose porque el ocupante pedante tiene que pagar un euro más;
d) proceder a la recogida de las cuotas;
e) depositar las cuotas recogidas en la cuenta bancaria del condominio;
f) concordar con la empresa para el pago;
g) si ha estado efectuado el saldo ir a al punto h) en caso contrario volver al punto d);
h) llamar por teléfono a la empresa, ya que todavía no habéis recibido la factura de la obra;
i) si les han dado la factura está todo terminado, de lo contrario volver al punto h).
7. Práctica de la deducción de impuestos:
a) adquirir el modelo;
b) preparar el modelo;
c) hacer las fotocopias de los documentos necesarios;
d) dirigirse a la oficina de correos y enviar el modelo en forma certificada;
e) perder una mañana para hacer una transferencia con diferentes procedimientos de un banco a otro;
f) si habéis efectuado el saldo ir a al punto g) de lo contrario volver al punto e);
g) preparar los certificados de los propietarios para sus declaración de impuestos;
h) entregar los certificados a los ocupantes;
i) responder a todos los contadores y a las Agencias Tributarias que no han comprendido la cifra de las deducciones.
Aún así ¿convicto que es exagerado pedir una retribución en caso de trabajar horas extras?
Entre las funciones del administrador está el de presentar el informe final al cierre del año, dáis importancia no es una facultad es una obligación, pero sucede muy a menudo, más de lo que podáis imaginar, que haya administradores que no convoquen durante años la asamblea para aprobar el balance. Además, ya se sabe, a los ocupantes no les gusta asistir a la asamblea, por lo tanto, ¿qué mejor que un administrador que no convoca? En general, en estos casos después de unos años los ocupantes se comienzan a mover, no tanto porque no han aprobado el informe anual, sino porque tienen miedo de que el administrador se convierta en un fugitivo inalcanzable y con él, lo que es más importante (en todo sentido): el dinero. La falta de notificación de la reunión para aprobar el balance es una razón para su despido porque es una falta grave. En caso de negativa del administrador para cumplir con esta obligación, deben ser los mismos ocupantes a convocar la reunión y, si es necesario, en esa ocasión, revocar y nombrar un nuevo administrador.
Proseguir a un administrador al que le han quitado el trabajo por no haber presentado el balance no es muy simple. No siendo en regla con la presentación del balance es probable que no tenga toda la documentación actualizada y, por lo tanto, tenga algún obstáculo antes de entregarla. Al principio no hay ningún problema, el administrador saliente declara que las cuentas están correctas y que pronto entregará la documentación, pero luego el tiempo comienza a pasar y de la documentación no se ve nada. A mí personalmente me pasó, para acelerar los tiempos, de volver a organizar el balance de acuerdo con los "pedazos de papel" dejados por el administrador anterior o de tener que ir a tapar pagamentos de servicios públicos no efectuados y por el cual el proveedor de servicios estaba por cortar.
Cuando se va a recoger la documentación del administrador anterior nunca se sabe la cantidad de papel que se llevará, especialmente si el edificio es muy antiguo. La mayor cantidad de papel es producto de ancianos administradores que nunca han tirado ni una sola hoja en los últimos años
Gestionando todo sin la ayuda de un ordenador, han acumulado una cantidad industriales de papeles:
1. Los periódicos de contabilidad manuales;
2. Los registros de primer año de los propietarios;
3. Registros de las cartas certificadas;
4. Las estimaciones de costos que parten de los años 60;
5. Cartas de ocupantes;
6. Docenas de llaves y la mitad de ellas no se sabe lo que abren;
7. Los contratos firmados por el condominio antes de la guerra;
8. Recibos de pago y contabilidad de la constitución del condominio;
9. Viejos cuadernos donde se registraron los gastos;
10. Partes mecánicas del ascensor y la caldera dejados en custodia por las empresas de mantenimiento.
Un administrador me contó que yendo a retirar la documentación de un condominio le vino dado un baúl con compartimentos en los que se guardaban una gran cantidad de documentos impresionantes.
En el momento de la entrega se firma un verbal indicando todos los documentos entregados desde la antigua a la nueva administración, el verbal viene redactado previamente por el administrador saliente y en el momento de firmar, se debe comprobar que todo lo que está indicado se entrega. Esta operación puede durar horas, dependiendo de la cantidad de documentación de acuerdo al verbal y de la inquietud del administrador entrante, que a veces en lugar de dar una rápida mirada para ver más que cualquier otra cosa que los documentos entregados se ajusten a lo que está escrito en el acta, comienza a consultar detalladamente página por página, comprobando cada coma y pidiendo explicaciones sobre todo, incluso sobre las prácticas que se remontan a la creación del condominio. Sin duda, el momento más esperado es el pasaje de la caja porque allí se entiende la situación del condominio, si dará problemas en cuanto a la recaudación de las cuotas. Sin duda no es un buen comienzo cuando en lugar de dinero en efectivo viene presentado del administrador saliente una solicitud de devolución de dinero, adelantado por él y una carpeta llena de facturas pendientes por falta de dinero en efectivo.
Por supuesto, donde un administrador puede ser más audaz para "redondear" sus retribuciones es en los trabajos extraordinarios en virtud de posibles acuerdos con las empresas que reconocen un porcentaje si la obra está a cargo de ellos. Un consejo que puedo dar a los propietarios es el de llevar a la reunión vuestro presupuesto, además de los presentados por el administrador, para asegurarse de que no hay estimaciones inventadas porque sí, expertamente infladas para empujar a la asamblea para la elección de una empresa conocida por el administrador, quién presentará seguramente una cotización más baja.
También para los administradores, como para los ocupantes, podemos distinguir varias figuras:
El licitante
El administrador licitante es el que intenta hacer ejecutar la mayor cantidad de trabajos posibles. Características del Administrador licitante:
1. administra sólo edificios en ruinas, con la perspectiva de hacerles muchas obras;
2. para él todas las obras son urgentes de realizar incluso sin el acuerdo de la asamblea;
3. cada día los ocupantes se encuentran obreros trabajando en el edificio sin previo aviso;
4. si un ocupante le dice: "Se podría hacer un trabajo ...", ya lo ha hecho encaminar;
5. cuenta con una red de constructores, electricistas y fontaneros listos para intervenir de inmediato;
6. las empresas que trabajan para él están siempre ocupadas, no arriesgan de parar;
7. nunca presenta estimaciones de las obras, las hace realizar y eso es suficiente;
8. cuando presenta un preventivo, el costo final será tres veces más;
9. durante cualquier trabajo siempre hay una complicación que hará subir el costo;
10. renuncia tan pronto como en el edificio no hay más trabajos que hacer.
El administrador licitante es aquel con el cuál el ocupante no querría tener nada que ver, pero por desgracia, es una especie muy común. Elije los edificios para administrar de acuerdo con la evaluación de los posibles trabajos a realizar, excluyendo a priori los edificios nuevos. El propietario de una empresa me contó de un administrador, con quien colaboraba, que antes de tomar un nuevo condominio lo enviaba a inspeccionar, para saber si el condominio era "correcto" o "incorrecto" si era correcto quería decir que todo estaba bien y no lo tomaba, en cambio si era incorrecto significaba que había muchas renovaciones para hacer y entonces valía la pena trabajarlo. El administrador licitante no tiene ningún escrúpulo en nada, no tiene miedo de llevado a cabo trabajos sin preventivos y sin ningún tipo de acuerdos con la asamblea, forzando su mano sobre la oportunidad dada por la ley para poder actuar él directamente cuando de la negación a la intervención oportuna podrían surgir situaciones de peligro para los ocupantes, para terceros y para la integridad del edificio. Así que cuando los ocupantes se encuentran diariamente a los obreros trabajando en las áreas comunes sin haber sidos previamente alertados; contactan el administrador pediéndole explicaciones, y se sienten decir: "Fue un trabajo urgente, había peligro inminente y no podía esperar vuestra aprobación ". A nada servirán sus protestas sobre la urgente necesidad de volver a pintar por tercera vez en un año las paredes del pasillo. El administrador licitante tiene una densa red de empresas que trabajan casi exclusivamente para él, que dividen su tiempo entre sus condominios y por lo tanto no tienen ningún problema en concederle considerable porcentaje de cada operación realizada. Hablar con él de presupuestos es bastante inútil, porque en las raras ocasiones en la cuál lo presenta en asamblea, el costo final siempre será más alto, inevitablemente ocurrirá algo inesperado que hará que se levante. Es vano incluso decirles que todos los imprevistos necesitaban de interventos urgentes para la cuál no era concebible dejar de trabajar a la espera de deliberar en la reunión acerca del tema. Cuando en un edificio no hay más trabajos por hacer, porque se hizo de todo y mucho más, el administrador licitante entiende que es el momento de "dejar el hueso", y su renuncia es ¡ irrevocable! Poco le importa si los ocupantes han quedado descontentos con su trabajo debido a demasiadas obras realizadas y nunca consultados, y todo a precios exorbitantes. Su objetivo a estas alturas ha sido alcanzado.
El virtual
El administrador virtual es aquel que nunca se ve, ninguno puede hablarle, no se muestra ni para el cobro de las cuotas, porque todo viene depositado directamente sobre la cuenta bancaria del condominio.
Características del administrador virtual:
1. nunca está en la oficina, el teléfono no responde y nunca les vuelve a llamar;
2. su buzón de teléfono está siempre lleno;
3. su secretaria nunca sabe dónde está;
4. está siempre girando alrededor de los condominios pero nadie lo ve;
5. El buzón condominial está siempre repleto de correo y comunicaciones;
6. Ninguno recuerda el último año en el cuál ha estado aprobado el balance;
7. Ninguno se acuerda que cara tenga;
8. los proveedores preguntan, a los ocupantes, acerca del administrador por el saldo de las facturas;
9. el condominio viven en un estado de completo abandono;
10. reaparecerá sólo cuando los ocupantes lo amenazarán con sustituirlo por otro.
Imposible de encontrar, en la oficina no está nunca, al teléfono responde la secretaria que promete que llamará tan pronto como sea posible (si, pero ¿cuándo?) o está el contestador automático con el mensaje: "dejáis vuestros datos y el motivo de la llamada y os llamararéis "o el más inquietante:" gentil usuario la memoria está llena, no es posible introducir nuevos mensajes ". En el buzón del condominio ya no entra ni una estampilla, llena de facturas vencidas de servicios públicos, recordatorios de pagos, amenazas de desconexión de suministros, publicidad de diversos tipos y avisos de los ocupantes con la esperanza de que cuando el administrador recogerá el correo sepa que lo buscaban. Los ocupantes ni siquiera recuerdan cuando ha estado la última vez que se lo ha visto y desde hace cuántos años no se lleva a cabo la reunión para aprobar los estados financieros. Sólo cuando los ocupantes le enviarán una carta en la que se le informe que ellos mismos han convocado una reunión para la revocación de su cargo y el nombramiento de un nuevo administrador, el administrador virtuales se hará presente. Con la cabeza inclinada pedirá disculpas a todo el mundo, alegando problemas personales en los últimos diez años que no le han dado modo de seguir el condominio de manera correcta. La buena noticia que dirá es que por fin ha resuelto completamente sus problemas y si le otorgarán nuevamente confianza promete estar siempre presente yendo todos los días al edificio. En este punto, los ocupantes se sentirán un poco culpable por no haberse dado cuenta de los problemas personales que cernían sobre el administrador, cuidando egoístamente solo a sus necesidades y así decidirán renovar la confianza. A partir de aquel momento pasarán otros diez años antes de volver a verlo.
El quisquilloso
El administrador quisquilloso es el administrador que quiere tener siempre sus espaldas cubiertas, no tiene la mínima confianza en los ocupantes, no confía en nadie. De todo lo que hace debe restar un registro escrito.
Características del administrador quisquilloso:
1. convoca la asamblea siempre por medio de correo certificado con aviso de recibo;
2. sus asambleas se celebran todas en la primera llamada;
3. sólo en el caso de que el quórum no venga alcanzado se pondrá en marcha una segunda;
4. cuando fija horarios imposibles, para la primera convocatoria, se presenta lo mismo;
5. durante la asamblea a ningún ocupante le está permitido irse;
6. no deja realizar un trabajo sin la aprobación de la asamblea;
7. los presupuestos se transmitirán a la víspera de la asamblea en un sobre cerrado;
8. en la asamblea no se pueden abordar temas no previstos a la orden del día;
9. cada solicitud deberá presentarse exclusivamente por correo certificado;
10. Él siempre responderá por correo certificado.
El administrador quisquilloso convoca la asamblea dos meses antes, exclusivamente, por carta certificada con aviso de recibo, para asegurarse de conseguir, en el día de la reunión, que todas las cartas que han vuelto estén debidamente firmadas. La asamblea para la aprobación del balance viene convocada todos los años en el mismo día a la misma hora, la única excepción es si cae un día festivo; la reunión inicia a la hora indicada en el aviso citado. Cada ocupante que se presenta a la reunión después de la hora establecida, viene incluido en el acta y entre los presentes confirman la hora de llegada y el motivo de la demora. Durante las deliberaciones ningún ocupante puede irse antes de lo previsto, a menos que presente certificado médico que acredite la incapacidad para quedarse. El secretario de la asamblea incluirá cada palabra de lo que viene dicho y debe leer en voz alta enunciando bien las palabras, cada frase verbalizada y debe esperar la aprobación de parte de todos. Al final de la asamblea no es suficiente que sean sólo el presidente y el secretario a firmar el informe, sino que lo hace firmar, por seguridad, a todos los ocupantes. El día después de la reunión, una copia del acta vendrá enviada, por correo certificado con aviso de recibo, a todos los ocupantes. Antes de que ejecutar cualquier resolución de la asamblea deja pasar del tiempo establecido por la ley, para oponerse. Las estimaciones presentadas en la reunión están estrictamente en un sobre cerrado, lacrado con cera y el sello de la empresa. Para cualquier trabajo que se realice en el edificio se pide previamente permiso a la Asistencia Sanitaria de la zona y la policía de tránsito; también por el aumento de un centavo del costo, en comparación con la estimación, se vuelve a reunir la asamblea, haciendo parar el trabajo hasta la nueva aprobación del gasto adicional. Al contrario del administrador licitante, a menos de un peligro inminente de colapso, no deja realizar un trabajo sin la aprobación de la asamblea, incluso si se trata de sustituir una bombilla. El administrador quisquilloso nunca da opiniones o autorizaciones verbalmente, cada solicitud debe ser enviada por correo certificado y siempre responderá por correo certificado.
El bandido
El administrador bandido es aquel que ningún ocupante querría encontrar en su camino, pero por desgracia siempre están y siempre estarán.
Motivaciones del administrador bandido:
1. "Si este dinero no lo tomo yo de todos modos van a otra persona."
2. "Los ocupantes hacen todo lo posible para dañarse y entonces no me importa dañarlos."
3. "si quieren despedirte lo hacen de todos modos, incluso si has sido honesto."
4. "Con todos el trabajo que me dan, es sólo una pequeña compensación."
5. "Si me atrapan, devuelvo el dinero, me disculpo y tal vez también me reeligen."
6. "Meto algún costo de más, tanto al balance nadie lo lee."
7. "Todos los administradores hacen así y yo que ¿soy más tontos que los demás?"
8. "Dado que no confían en mí, por lo menos, dirán que tenían razón."
9. "Si las empresas me ofrecen dinero, no puede ser tan tonto para no aceptarlo."
10. "No estoy robando, sólo estoy distrayendo el dinero de la cuenta condominial."
Por otra parte cuando se maneja tanto dinero la tentación de tomar todo y huir de allí está, ¿a quién nunca le sucedió? Solo que para muchos sigue siendo una tentación, otros lo hacen realmente. Nunca he oído hablar de administradores desaparecido ¿con toda la cuenta condominial? Como en todos los oficios está el honesto y el delincuente y en esto los administradores no son una excepción. ¿Cómo reconocer un administrador deshonesto? Es imposible, a mí me pasó, por ejemplo, de conocer a una chica muy amable y gentil que había tomado mi lugar en un edificio de apartamentos donde yo había renunciado, pero han sido los ocupantes a no reconfirmarme. Mi culpa fue la de no haber sido "enérgico" en algunas situaciones, en las que según ellos, había que tomar medidas legales. Bueno, poco tiempo más tarde me enteré de que la chica se había escapado llevándose no sólo dinero del condominio, sino también el dinero de una indemnización por expropiación sufrida desde el condominio. Debo decir que, por un lado estaba apenado por lo sucedido, pero por otro lado, un: "Les está bien, ahora apeláis, también a las acciones legales", he pensado. Lo extraño es que también he oído historias de administradores que huyeron con el dinero, y que luego han regresado al edificio, pidiendo disculpas a todo el mundo e incluso los han vuelto a reconfirmar, evidentemente el arrepentimiento recompensa.
El temeroso
El administrador temeroso es aquel que tiene miedo de todo, nunca toma decisiones por pánico a cometer errores.
Comportamiento del administrador temeroso:
1. tiene miedo de ser sometido a un linchamiento de parte de los ocupantes;
2. tiene miedo de ser llevado a juicio por los ocupantes como resultado de decisiones equivocadas;
3. propone, continuamente, desglosar los gastos para que todos estén de acuerdo;
4.cambios constantemente día y hora de la reunión para escuchar las necesidades de todos;
5. nunca levanta la voz con nadie;
6. minimiza cualquier amenaza recibida por los ocupantes;
7. Nunca contesta cartas de protesta de los propietarios;
8. nunca expresa una opinión para no ponerse en peligro;
9. antes de emprender acciones legales contra un ocupante intenta todas las excusas para no hacerlo;
10. está aterrorizado por la normativa de las instalaciones y la seguridad.
El administrador temerosos pasa sus días rehaciendo las divisiones de gastos, ya que para llegar a que todos estén de acuerdo, antes de la recogida de las cuotas,se las muestra a los ocupantes y por supuesto cada uno fija sus cambios, que seguramente serán criticados por otros. Incluso encontrar el día y la hora para covocar la asamblea, para el administrador temeroso se vuelve difícil, porque no queriendo molestar a nadie toma en cuenta las necesidades de todos y se ve obligado a cambiar todo el tiempo, aún en fase de quejas de aquellos que, en el día laboriosamente encontrado, no pueden intervenir. Al administrador temeroso es inútil pedirle de intervenir enérgicamente hacia alguien o escribir cartas de amenaza; nunca lo hará. Sólo al escuchar las palabras: causa y abogado, palidece, empieza a temblar y tartamudear, su respiración se hace forzada y el corazón comienza a latir con fuerza. Si fuera por él los tribunales podrían cerrar por falta de juicios y los abogados estarían todos desempleados. En la asamblea, se esconde se sienta en la esquina, con la esperanza de que nadie tenga la mala idea de meter su nombre en alguna discusión, o de hacerle alguna pregunta. Está aterrorizado de emitir opiniones, porque sabe que podría enemistarse con algunos de los ocupantes, así que trata siempre de mantenerse lejos.
Los intentos del administrador temeroso a no exponerse si es llamdo en cuestión:
1. "La norma de referencia en estos casos particulares es muy dudosa."
2. "Hay demasiadas regulaciones y resoluciones conflictivas sobre esta cuestión."
3. "Desde un punto de vista, ambas partes tienen razón."
4. "Vosotros tenéis razón, pero los otros no es que todos se hayan equivocado."
5. "Creo que si pudierais encontrar un acuerdo entre vosotros sería la mejor solución."
6. "Antes de ir a juicio hacéis un intento de resolver el problema de manera diferente."
7. "Antes de ir a juicio evaluáis si el juego vale la pena."
8. "Expresar una opinión, así, en el acto, es un poco difícil."
9. "Me abstendría de atestiguar por motivos profesionales."
10. "¿Y si confiáramos la decisión a suerte? ¿Cara o cruz? "
El perfecto
Al contrario del ocupante perfecto, el administrador perfecto no existe, por una sencilla razón; el ocupante perfecto lo es sólo por opinión indiscutible del administrador en cambio el administrador perfecto debe caer bien con todos los ocupantes.
Las cualidades de un administrador perfecto:
1. la honestidad, que debería ser la cualidad número uno de un buen administrador;
2. la competencia, estar al corriente de las nuevas legislaciones;
3. la disponibilidad hacia los ocupantes, aunque a menudo estos se aprovechan;
4. la imparcialidad, siempre juzgar de acuerdo con las normas y no a simpatías personales;
5. la diplomacia, comprender cuándo es el momento de ser una roca y cuando un martillo;
6. la precisión, que es fundamental en esta profesión;
7. la paciencia, una cosa es cierta, para ser el administrador del edificio se necesita mucha paciencia;
8. la incorruptibilidad, no dejarse atrapar por el dinero fácil;
9. la prontitud, en un edificio no se puede dormir, hay que estar atentos;
10. la diligencia, se necesita la de un buen padre de familia.
Poseer todo este talento, sin embargo, no siempre es suficiente, he aprendido que sólo se necesita contradecir a un grupo de ocupantes, a pesar de estar en lo correcto, para asegurarse de que el administrador sea despedido, porque no hace bien su trabajo. He administrado condominios donde me adoraban, pero luego, por un trabajo salido mal, han comenzaron a contestarme sobre todo, a querer ver la prueba de los gastos y a enviar cartas certificadas pidiendo aclaración por cualquier cosa. Por desgracia para los ocupantes el administrador perfecto es aquel que sólo cuida los intereses del condominio y esto es absolutamente imposible. Muchos ocupantes, de hecho, creen que decide de una manera u otra dependiendo a quién quiere favorecer, y no creen que en cambio es la ley quien determina el comportamiento. Los ocupantes deberían entender que el administrador tiene responsabilidades específicas y, por lo tanto, no favorecerá a nadie sólo para cuestiones de simpatía. En las relaciones personales entre ellos pueden hacerse todo el daño que quieran, ya sea deliberar o no un trabajo basado en simpatías o conveniencias, en cambio el administrador debe actuar sólo de acuerdo con la legislación vigente, porque en caso de controversia será él quién rendirá cuentas.
En la mente de los propietarios pasar de administrador perfecto a administrador bandido es muy fácil, sólo hay que contradecirlo en una cosa. Para ser justo, tengo que decir que me pasó también al contrario, osea de ocupantes al inicio desconfiados que se posteriormente se convirieron en mi grandes compañeros.
VI
Las empresas
La relación administrador - empresa es un componente muy delicada y por esta causa de inferencias y controversias por parte de los propietarios, siempre ven en esta unión una relación de rentabilidad económica, "Yo administrador te hago trabajar y tú empresa me reconoce algo." Cuando he comenzado este trabajo, muchos me dijeron, que la ganancia real de un administrador no es la cuota anual acordada, sino el dinero ofrecido por las empresas en relación al trabajo. Comenzando a tener que ver con las empresas me he enterado de que hay administradores que pretenden un porcentaje sobre el trabajo que puede alcanzar el 10%, por supuesto, todo cobrado en negro y sin que los ocupantes vengan a saberlo. A veces, las empresas dejan pequeñas "propinas" a los administradores, generalmente redondeando el importe del cheque o si el pago es en efectivo devolviéndole 10 o 20euros, a modo de que "la próxima vez me vuelva ha llamar."
En este punto analizaré las diversas características de las empresas que habitualmente trabajan en un condominio.
Empresa de limpieza
La limpieza es siempre motivo de discusión para el condominio.
Principales cargos en su contra:
1. el producto utilizado para limpiar huele demasiado fuerte;
2. el trapo no se pasa;
3. cuando se pasa, no se estruje;
4. el tiempo empleado para la limpieza del edificio es insuficiente;
5. el portón nunca se limpia;
6. los buzones de correo nunca se limpian;
7. la cabina del ascensor nunca es limpia;
8. la terraza de la edificio nunca se limpia y crece hierba alrededor del desagüe de la alcantarilla;
9. cuando saltan los turnos, a pesar de las promesas, nunca recuperan el día;
10. las telarañas en las esquinas no se eliminan.
La empresa de limpieza nunca es buena, siempre hay alguien que no está contento, convencido de que se limpia mal. En mi experiencia las mejores empresas son aquellas individuales en las que trabajan el propietario y su familia, porque realizan la tarea con mayor precisión sabiendo que cuando los inquilinos no están satisfechos, puede perder el condominio. Un obrero en una empresa grande, sin embargo, tratar de darse prisa tan pronto como sea posible y, por supuesto, la calidad del trabajo viene afectada.
El trabajo de una empresa de limpieza no es muy controlado, sucede por la mañana, cuando la mayoría de los propietarios se han ido al trabajo, a la escuela o de compras. Nos damos cuenta de que la empresa ha pasado porque la alfombra está levantada, enrollada al lado de la puerta principal. De regreso a casa, se pone la alfombra en su lugar y de aquello que ha hecho la empresa no se sabe nada. Algunos ocupantes para comprobar que la empresa limpie, no pudiendo estar presente, han dejado huellas en el descanso de la escalera: una hoja de papel arrugada en un rincón, tierra derramada de una jarra, una tela de araña. A su regreso a casa chequean si la suciedad ha sido eliminada o se ha mantenido todavía allí, y luego empiezan a contar las semanas utilizadas por el obrero de la empresa para entender que no hay nuevos muebles en el descanso de la escalera.
En el contrato con las empresas siempre se indica cuántas veces deberán barrer las escaleras, pasar el trapo, limpiar las ventanas, las puertas, los buzones del correo, la terrazas, pero después casi nadie comprueba que el trabajo sea realmente desempeñado. Desafortunadamente hay una gran competencia entre las empresas de limpieza que genera una carrera para bajar sus precios tanto como sea posible, reduciendo el tiempo de limpieza, la calidad y cantidad de los productos utilizados, por supuesto, a expensas del resultado final. Por lo tanto, se plantea un gran problema para los ocupantes: ¿gastar poco a costo de la limpieza o gastar más dinero y vivir en un palacio siempre limpio? Por lo general, siempre se opta por la primer solución, a expensas de las empresas que limpian bien, usan buenos productos y dedican mucho tiempo para limpiar el edificio. Las empresas más económicas dan el tiempo de trabajo a sus empleados (a menudo inmigrantes pagados en negro) como de una cadena de montaje de una fábrica. Durante el día descargan el obrero delante del edificio y después de quince minutos pasan nuevamente para retirarlo y llevarlo a otro lado. En quince minutos, el obrero da un rápido barrido a las escaleras, a menudo sin levantar los felpudos, pasa rápidamente el trapo, si tiene tiempo, guarda todo el material en su lugar y corre a la furgoneta de la empresa donde encuentra el dueño enojado porque tarda mucho en cada condominio. Por supuesto que pasa el trapo (si tiene tiempo), sin estrujarlo, utilizando estrictamente sólo agua o añadiendo productos de bajo costo con olores fuertes, pero que dan la idea de que se ha realizado una gran limpieza. Y no hay dudas de que para sacar las telarañas, limpiar el interior del ascensor, las puertas, las ventanas, los buzones de correo, el patio y terraza no se habla.
Cuando el administrador, por solicitud de los ocupantes, transmite las quejas al titular, porque lo que está escrito en el contrato no se ejecuta, él dirá que siempre recomienda a sus empleados de limpiar a fondo todo o que las tareas necesarias se ha llevado a cabo durante el mes anterior. Hay empresas que están dispuestas a hacer bien su trabajo, esto suele ocurrir cuando el propietario es una mujer con su hija que mantienen limpio el edificio como si fuera su casa, a menudo se detienen a hablar con las mujeres que salen y entrar y se crea un ambiente de cordialidad, el día de la limpieza se convierte en una reunión semanal para contarse un poco de chismes del barrio.
La condena de las empresas de limpieza es cuando encuentran en el edificio un pensionado que se levanta temprano y no tiene nada que hacer durante la mañana, sino que seguir paso a paso al obrero teniendo cuidado de que realice a la perfección todos los trabajos, haciéndole levantar todas las alfombras, mover las plantas, barrer en cada esquina, obligándolo a enjuagar continuamente el trapo y repetir varias veces para limpiar hasta hacer brillar cada superficie, eliminando incluso la última mota. A veces también presta sus productos particulares para mejorar aún más la limpieza del edificio. El ocupante en cuestión cronometra con gran precisión el tiempo de llegada y salida del trabajo, y si el obrero se va cinco minutos antes, lo acusará de inmediato con el administrador. Para el obrero, no hay excusas, si evitar de hacer una limpieza con la excusa de falta de una herramienta o un producto adecuado, el pensionista ocupante está ahí, listo frente a él, con todo lo necesario . El pobre obrero no sabe cómo continuar, por un lado tiene el dueño de la empresa que se queja del exceso de tiempo empleado en la limpieza del edificio y por el otro está el ocupante jubilado que no lo deja salir de la puerta hasta que no permanezca completamente satisfecho con la limpieza. También, hay que decir que como de costumbre debería haber un poco de sentido común por parte de ambas partes. Por un lado están las empresas de limpieza que exageran en el corto tiempo permitido a los obreros para limpiar un edificio, porque no se trataría sólo de lavar los pasillos y las escaleras; por otro lado, hay algunos ocupantes que intercambian el obrero que limpia por su camarero personal y se ponen a comandarlo como quieren, pidiendole también tareas que van más allá del contrato acordado.
El técnico del ascensor
Incluso de la empresa de mantenimiento de ascensores ninguno está satisfecho.
Principales cargos en su contra:
1. la empresa no sigue el mantenimiento periódico;
2. el ascensor está siempre roto;
3. han venido a hacer el mantenimiento pero han tardado poco tiempo;
4. la empresa no deja firma a ninguno el registro de mantenimiento;
5. la empresa deja la hoja en el buzón y listo, sin llevar a cabo el procedimiento;
6. la empresa hace siempre el mantenimiento por la mañana tarde cuando uno regresa con las compras;
7. cada año siempre hay un nuevo trabajo a realizar;
8. la empresa toma demasiado tiempo para responder a las solicitudes de intervención;
9. las estimaciones de los costos de los trabajos extraordinarios son demasiado altos;
10. siempre hay una puerta que cierra mal bloqueando todo el sistema.
El mundo de las empresas de mantenimiento de los ascensores está lleno de pequeños y grandes trucos en detrimento de los propietarios, aunque, al igual que con todos los trabajos, hay muchas empresas serias que pueden aconsejar muy bien al administrador y de esa manera hacen buena figura y, no menos importante, consiguen ahorrar.
Todo comienza con la instalación del sistema, cuando los ocupantes descubren que:
1. ha estado firmado un contrato de mantenimiento de diez años con la empresa de instalación;
2. la cuota de mantenimiento es muy alta en comparación con otras empresas contactadas;
3. la empresa utiliza componentes electrónicos que no se compran en ningún minorista;
4. los repuestos son mucho más caros que los de otras empresas.
El problema de las piezas no comercializadas implicará que en caso de rotura, otra empresa de mantenimiento se verá obligada a reemplazar, por ejemplo, todos los interruptores, en lugar de la esqueda madre no funcionante.
La principal acusa dirigida a las empresas de servicios de ascensores es la de no cumplir con la asistencia de inspección requerida. Normalmente, la ejecución de la visita de control es difícil, no hay un día concreto para ello, uno se da cuenta del control realizado por la hoja generalmente dejada en el buzón de correo del administrador. El informe de confirmación del mantenimiento periódico, no prueba que el intervento sea hecho, sino sólo que un obrero de la empresa entró en el edificio. Cuando el mantenimiento viene realizado correctamente los ocupantes se dan cuenta debido a que el sistema viene detenido para inspeccionar las piezas mecánicas, así que por lo menos por una hora el ascensor no funciona y así están todos obligados a hacer un ejercicio saludable recomendado por muchos médicos . Aunque los pedidos de intervento después de una rotura pueden ocultar artimañas. Hay empresas cuyos obreros se presentan en el lugar con la esqueda de reparación completada, muestran la operación realizada y los repuestos reemplazados (¿clarividencia?). Estas esquedas son reconocidas porque todas están escritas con la misma caligrafía, como si no fuera un obrero quién las ha escrito, sino alguien sentado cómodamente en un escritorio, como una secretaria, para entendernos.
Además del mantenimiento de rutina, hay controles periódicos realizados por un organismo externo bienal. En la verifica de las instalaciones que no son nuevas casi siempre viene señalizada el desgaste de los sogas, la sustitución del panel de control y el cabrestante. Dado que la sustitución del cabrestante es muy caro, a menudo las empresas recomiendan primero la sustitución de los cables, ya que su integridad es muy requerida por los ocupantes, y más tarde, cuando los ingenieros en los próximos dos años impondrán el reemplazo, proceder a la compra del nuevo cabrestante. Lo importante en efecto, a menos que haya sido una imposición que incluya como penalidad la detención del sistema, es mostrar al ingeniero del ente verificador, en la próxima visita, que algo ha estado hecho. La propuesta para los ocupantes de reemplazar sólo las cuerdas y el panel de control puede parecer muy conveniente y la empresa puede presumir su gran honestidad, después de no haber forzado la mano para cambiar el cabrestante y habiendo aplazado el gasto de al menos dos años. En realidad el problema esconde una trampa: la sustitución del cabrestante sin embargo conduce a gastos por la compra e la instalación de nuevos cables, porque dificilmente el nuevo cabrestante tendrá las mismas dimensiones del viejo y por lo tanto la longitud de las cuerdas, recientemente reemplazadas, no irá bien. ¿Sorprendido? ¿Quieres conocer otra astucia? En muchas actas de verifica de viejas instalaciones, viene requerida la sustitución o revisión del cabrestante, y algunas empresas de manutención recomiendan esta segunda solución que es la más barata para el condominio. ¿ lo esperabais? Lástima que el trabajo de revisión debería ser efectuado por un tornero y que este sea un oficio casi desaparecido, se pueden encontrar uno o dos en las grandes ciudades. Algunas empresas deshonestas no hacen más que llevar el cabrestante de punta en blanco al taller, allí le dan una bonita limpieza con disolvente, eliminando las manchas, una buena dosis de aceite para lubricar los mecanismos, y a continuación, vuelven a montarlo haciendo girar su costo, bastante caro (pero menos que el reemplazo), seguido por un artesano maestro en hacer esta operación en la ciudad.
Las características de las empresas deshonestas es aumentar considerablemente el costo de las tareas extras a realizar sobre las instalaciones. ¿Cuál es el problema? Hay que pedir presupuestos a otras empresas a las que se les puede asignar el trabajo. Para las operaciones en el ascensor no es aconsejable proceder de esta forma, siendo arriesgado elegir una empresa que no sea la misma de manutención. De esta manera, se arriesga a que cada vez que el sistema se detiene, la empresa de mantenimiento va a decir que la culpa es de la empresa que lleva a cabo el trabajo, hecho indiscutiblemente dañoso en su opinión, mientras que la otra empresa va a decir que el problema radica en el mal mantenimiento de rutina realizado en el sistema. Una solución la he encontrado. Dado que los mayores ingresos de las empresas de manutención están representados por las horas extras más que por las cuotas de mantenimiento, algunos sólo para tomar el trabajo, concedan al condominio de no pagarles la cuota periódica hasta terminar con el contrato anterior, de manera que el condominio sigue pagando a la antigua empresa, pero el mantenimiento de rutina y el trabajo se llevará a cabo con la nueva. Me ha ocurrido que después de pedir una cifra muy alta por el trabajo, la empresa de mantenimiento acorralada con el riesgo de perder el trabajo y el mantenimiento de la planta, se convieta en un buen samaritano, ofreciendo descuentos de ganga en la operación a efectuar para mantener el contrato existente con el condominio. Un factor importante que asegura a las empresas de manutención es que, cuando se trata de la seguridad de los ascensores, los ocupantes están dispuestos a gastar incluso valores muy altos, ya que todos son muy sensibles al hecho de que el ascensor se averíe, haciendo caer la cabina en el vacío. Esta posibilidad, hay que decir, aterroriza a muchos ocupantes que, de hecho, al contrario de las bombillas fulminadas, recurren al administrador tan pronto como oyen un ruido extraño en el sistema, aunque casi imperceptible.
Una buena empresa, y hay, es aquella que puede asesorar muy bien a los ocupantes aunque yendo en contra de sus propios intereses económicos, a fin de no realizar trabajos que en el futuro tendrá que ser realizados de nuevo. Por ejemplo, recientemente hay una moda generalizada: la instalación del teléfono en la cabina del ascensor. Muchos ocupantes convencidos de tenerse que adaptar a una ley, piden la instalación del teléfono en el ascensor, por lo tanto algunos administradores y empresas han reflexionado en complacerlos. Los ocupantes no vienen puestos al corriente que, aparte de los gastos de la instalación, el receptor necesita una línea telefónica distinta con una cierta cuota y un centro de operaciones de 24 horas sobre 24 que recibe la llamada y envía inmediatamente un técnico, todo naturalmente pagando una sustancial cuota por el servicio. Sin la conexión a un centro de operaciones se vuelve inútil, porque si un ocupante queda atrapado en la cabina, tiene el teléfono, pero "¿A quién llama?" Y, sobre todo, "¿Quién responde?" Llevar una línea telefónica a la cabina del ascensor no es una cosa simple, sería más fácil utilizar el teléfono móvil, pero también tiene sus desventajas.
Los aspectos negativos del utilizo de un teléfono móvil para emergencias:
1. falta de campo en el ascensor;
2. posibles deficiencias momentáneas del campo, justo cuando se tiene la necesidad de llamar;
3. dónde y cómo mantener el teléfono en la cabina;
4. el uso del móvil no para emergencia, sino para fines privados;
5. robo del móvile de la cabina;
6. encontrar quién se hace cargo de verificar que la batería esté siempre cargada;
7. encontrar quién se hace cargo de verificar que haya siempre crédito en la esqueda.
En cuanto al uso del teléfono fijo, los administradores de compañías telefónicas no tienen en cuenta a los ocupantes, sino que aplican tarifas e impuestos altos ya que no tratándose de una línea telefónica de una vivienda, la consideran como si se tratara de una oficina. Todos estos costos serían de tener en cuenta en el momento en que se resuelve de instalar un teléfono de emergencia en el ascensor, en la actualidad es obligatorio sólo para algunas plantas nuevas.
Hablando de personas atrapadas en el ascensor, sería conveniente que hubiesen ocupantes que conozcan el procedimiento para enviar manualmente la cabina al piso correspondiente. Por ley, sólo la empresa o las autoridades pueden ejecutarlo, pero en casos especiales, en los que no puedan intervenir en un corto tiempo, si alguno de los ocupantes conociera el procedimiento manual sería mejor. Cuando las personas permanecen encerradas en el ascensor entran en pánico empezando a gritar y golpear con sus puños contra la puerta, y de nada sirve la tranquilidad que los de afuera intentan transmitirles, especialmente si tienen ataques de claustrofobia. Volviendo a la desconfianza de los propietarios en alertar al administrador en caso de rotura del sistema, una curiosa situación se advierte cuando la puerta del ascensor viene encontrada abierta con la cabina situada más baja, lo que haría pensar que alguien estaba atrapado en el medio del piso, que haya podido salir de alguna manera, trepándose al borde, sin por supuesto, decirle a nadie lo que había sucedido, al menos advertir que la planta está parada.
Hacer cambios en una antigua planta es muy caro, si no hay solicitudes de parar el sistema es recomendable hacer el trabajo a lo largo de varios años, dando prioridad a lo esenciales para la seguridad del sistema (panel eléctrico y cuerdas), y más tarde dedicadalse a las mejoras (cabrestante de doble velocidad, puertas automáticas). Una empresa meticulosa sabe que cuando se parte del cuadro eléctrico es mejor que ya esté preparado para las nuevas tecnologías, por ejemplo, para la apertura automática de las puertas, si en el futuro deseara instalar este mecanismo o para un cabrestante a doble velocidad (aquel que prácticamente hace disminuir la llegada del ascensor al piso para no dar aquel tirón desagradable) de modo que cuando el cabrestante no será más eficiente, se podrá sustituirlo por uno de una o dos velocidades sin cambiar el cuadro eléctrico. Una empresa no meticulosa en el momento de cambiar el cuadro instala una sin estas predisposiciones, de modo que si los ocupantes en el momento de cambiar el cabrestante, optaran por uno de dos velocidades, se necesitaría cambiar de nuevo el cuadro, incluso después de pocos años aunque si sigue trabajando perfectamente.
Empresa constructora
Cuando se trata de trabajos condominiales se piensa a las empresas de construcción que son los más disputadas.
Principales cargos en su contra:
1. retraso en el inicio de la obra;
2. demasiado tiempo empleado para llevar a cabo el trabajo;
3. Los obreros han ensuciado por todas partes;
4. el trabajo ha costado el doble que lo presupuestado;
5. los materiales no eran los acordados;
6. el trabajo ha estado mal hecho;
7. con respecto a la inclinación del suelo los datos han sido incorrectos;
8. algunos de los azulejos del piso se elevan por encima del suelo;
9. han quedado bolsas de basura en el patio;
10. el color de la pintura no está bien.
La principal dificultad es encontrar empresas que trabajen con conciencia porque los costos son significativos cuando se trata de obras importantes y no hay nada peor que encontrarse con un trabajo mal hecho a unos pocos meses de la ejecución. Infiltraciones en el piso de abajo de una terraza, el yeso de una fachada que empieza a hincharse, techos que se desmoronan, no son situaciones agradables si el condominio ha hecho el trabajo sólo para resolver estos problemas y volver de nuevo a lo mismo después de unos años es sin duda un costo importante. La situación puede ser aún peor si el trabajo en lugar de resolver los problemas, los crea.
Si por las obras ha sido pactado un contrado y ha sido regularmente facturado y pagado, por los problemas que se producen posteriormente, se puede recurrir a las garantías legales. No es, sin embargo, una cosa simple, ya que, a menos que la empresa no reconozca que ha hecho un mal trabajo y se declarase lista para remediar la situación, que es bastante raro en nuestro país, debemos armarnos de paciencia y enfrentar procesos judiciales con los tiempos que conocemos bien. A menudo, en este punto el edificio decide renunciar a la controversia y encomendarse a una nueva compañía para remediar el daño hecho por la anterior. Cómo reconocer a una empresa seria es difícil: el único consejo que puedo darles en la elección es confiar en las empresas que ya han trabajado en el edificio o en uno cercano con excelentes resultados, no basarse en una empresa unicamente porque tiene un presupuesto bajo, a veces pagar un poco más hoy puede significar un ahorro más adelante, no debiendo tener que meter más mano en un trabajo. Desafortunadamente, el costo de mano de obra en la construcción es notable, un simple trabajador puede costar a una empresa hasta unos 2.500-3000 € al mes y esto hace que los precios de la obra suban drásticamente, teniendo en cuenta también el aumento del importe de las materias primas. Es por esto que muchas empresas buscan obreros extranjeros, a menudo pagados en negro, que los utilizan para cualquier tipo de trabajo: desde el peón al alicatador, aún no teniendo la capacidad. Una buena empresa de construcción es aquella que según el tipo de trabajo que está llevando a cabo en ese momento alterna los obreros, porque cada uno es experto en un campo determinado. Por ejemplo, para la reconstrucción de una terraza empiezan a trabajar los obreros más jóvenes eliminando el viejo suelo, siguen los obreros más experimentados que preparan el pavimento con la pendiente adecuada y, finalmente, los obreros que participan en la colocación de baldosas. Antes de comenzar el trabajo, todas las empresas juran que sus operaciones se llevan a cabo de manera profesional, que si algo se hiciera mal no tendrán ningún problema de meter mano, pero al verificarse las condiciones será sólo buscar excusas dando las explicaciones más fantasiosas.
El agua es, sin duda, el elemento que produce más daño a las paredes y terrazas, especialmente cuando no fluye sino que se estanca en algún lado. El agua es impredecible, cuando se observa una mancha de infiltración en un techo es difícil saber dónde pudo haber sido generada; la rotura no se encuentra necesariamente en la zona superior, si bien podría ocurrir que provenga de un lugar muy lejano y luego desplazándose por el ático haya encontrado el punto para filtrarse justo donde se ve la mancha. Al ocurrir una infiltración la pregunta formulada por los ocupantes al albañil de turno es siempre la misma: "¿Dónde está la ruptura que la generó" Un albañil siempre respondía a esta pregunta con: "primero por desgracia tengo que romper la pared todavía no tengo la mirada de rayos X de Superman que me permite ver a través de las paredes ".
Para las empresas de construcción he desarrollado tres categorías:
El desorganizado
La empresa que hace el trabajo con gran precisión no preocupándose por las terminaciones sino simplemente tratando de resolver un problema. Toda la incapacidad del desorganizado surge cuando hay que volver a hacer una terraza.
La terraza reformado por el desorganizado tiene los siguientes problemas:
1. La falta de inclinación del piso hacia las alcantarillas para el drenaje del agua de lluvia;
2. pendiente de la terraza hacia las puertas francesas;
3. la altura de los umbrales de ventanas francesas demasiado pequeños, fáciles de superar por las lluvias;
4. piso de baldosas levantados en varios puntos de la terraza;
5. tapas de las alcantarillas elevadas con respecto al pavimento;
6. azulejos no adecuados para pavimento exterior;
7. falta de la envoltura vertical entre la pared y el suelo;
8. falta de la envoltura alrededor de la tapa de la alcantarilla de drenaje;
9. falta de partes del pavimento, no siendo capaz de cortar piezas de azulejo;
10. después de las lluvias, el agua se estanca por días en varios lugares.
Justificaciones típicas a sus defectos:
1. "La pendiente no es perfecta, pero no habrá problemas, el agua fluirá lo mismo."
2. "El muro que he construido está torcido, pero las otras paredes también estaban torcidas."
3. "La descarga está más alta que el piso pero veréis, igualmente el agua convergerá."
4. "El color no es el mismo, pero para este verano cuando secará será perfecto."
5. "El color no es el mismo, pero para este invierno con la humedad será perfecto."
6. "¿Les había asegurado que la humedad habría desaparecido? Sin embargo, la situación ha mejorado ".
7. "En la cavidad he construido un tubo de descarga, pero el olor de todas maneras permanecerá."
8. "La pared parece torcida, pero se debe estabilizar."
9. " veréis que cuando caminaréis entre las baldosas los desniveles no estarán más."
10. "Si el estuco produce globos, es una señal de que la pintura hace transpirar la pared."
Terminando con: "No os preocupáis, si por desgracia tuviesen que verificar problemas, sólo llamarme y vendré enseguida." ¡Parece cierto !
Él no finaliza el trabajo, sino que pone las "piezas" aquí y allá tratando de hacer todo lo mejor. Terminado el trabajo al obrero recoge sus herramientas y se va, sin molestarse en limpiar si ha manchado algo, o si han quedado trozos de materiales en el lugar donde trabajaba. El desorganizado sólo tiene la ventaja de costar poco, como poco duran sus obras, que a menudo deben realizarse de nuevo.
Por supuesto, el desorganizado es muy preciso cuando se trata de pedir su retribución, que de hecho lo querría posiblemente antes, justificándose con la compra de materiales.
El buen ejecutor
La empresa que hace su bien su trabajo y resuelve problemas.
––––––––
el artista
De artistas hay muy pocos. El artista para mí es la empresa que además de hacer bien su trabajo y resolver un problema, también está atenta a la estética y a la terminaciones de la obra, su trabajo es siempre muy limpio, sin manchas. El artista es capaz de rechazar todo el trabajo y hacerlo de nuevo si él mismo no se ha mostrado satisfecho, sin esperar que alguien se lo diga, de hecho, sucede que los ocupantes no notan el pequeño defecto, pero él lo ve y empieza de nuevo el trabajo. El artista es casi siempre más caro que otras empresas, pero por el mismo trabajo es el mejor. En general, es un artesano que trabaja por su cuenta y es consciente de que la posibilidad de tomar otros trabajos, en el futuro, depende de su habilidad. El artista terminado el trabajo limpia todo, no deja material alrededor y en los días sucesivos, cada tanto, pasa para ver la obra y asegurarse de haberla ejecutado a la perfección. El artista está atento a todos los detalles, sabe aconsejar al administrador y a los ocupantes cuidando sobre todo el éxito de la obra.
Yo personalmente sólo he conocido un albañil con estas características y el término me lo ha sugerido un cliente. La persona en cuestión tan pronto como lo ha visto lo ha abrazado diciéndole que le había resuelto un problema de ruido por la cual iba a vender la casa. Indicándolo me ha dicho: "Este no es un albañil, es un artista."
El electricista
El electricista es sin duda uno de los trabajadores más requerido dentro del condominio y, por lo tanto, más difícil de rastrear. Su obra es, por supuesto, no exento de críticas.
Principales cargos en su contra:
1. los intercomunicadores no funcionan;
2. viene a probar los intercomunicadores solo;
3. cuando hay que cambiar una lámpara se presenta después de un mes;
4. la lámpara que ha puesto no era nueva;
5. las lámparas que pone duran poco;
6. ha querido reemplazar todo el plafón en lugar de la única lámpara;
7. viene a cambiar las lámparas sin la escala y alguien siempre debe prestársela;
8. tomó tanto sólo para reemplazar una bombilla;
9. el interruptor crepuscular no funciona;
10. el botón para abrir el portón nunca funciona.
La principal tarea por la cual viene llamado el electricista es el reemplazando de las lámparas, ya que difícilmente esta tarea viene realizada por un ocupante, por una razón muy simple: ningún ocupante haría un trabajo para aportar beneficios a los demás, para después sorprenderse cuando viene a saber cuánto cuesta el intervento del obrero. Al principio, sobre todo en mi condominio, las bombillas las sustituía yo, pero pronto me di cuenta de que nunca nadie me decía "gracias" por la tarea (que por cierto no es tarea del administrador) de hecho, se convertía en un reclamo por parte de algunos ocupantes que me llamaban enojados porque no sustituía rápidamente la lámpara quemada de su entrada; así que ahora cuando me llaman por una bombilla fulminada giro la solicitud a un electricista. El problema es que es muy difícil encontrar un electricista que venga al edificio sólo para cambiar una bombilla y es así que los tiempos del intervento son muy largo, si incluimos el hecho de que difícilmente los ocupantes advierten al administrador apenas se fulmina una: todos esperan siempre que sea alguno a sistituirla. Reemplazar una bombilla se ha convertido en una cosa complicada, especialmente con la llegada de bombillas de bajo consumo, que a diferencia de los viejos diseños de neón, hoy tienen formas y voltajes diferentes. Esto significa que para reemplazar una bombilla de luz en el edificio,es necesario ir al edificio, quitar la luz fundida, ir a una ferretería para conseguir una lámpara igual, regresar al edificio e instalar la nueva lámpara.
Las principales dificultades que enfrenté en la búsqueda de un buen electricista es que están aquellos ancianos que conocen bien su trabajo, saben todo de los transistores, pero poco de microchip; mientras que los más jóvenes conocen los nuevos equipos, pero carecen de experiencia y con frecuencia también de los famosos "conceptos básicos del oficio".
Otra trabajo por la que viene requerido su intervento es la reparación del citófono del cual hablaré en el capítulo relativo a ese sistema.
El herrero
También el herrero es un trabajador altamente buscado y los que realizan reparaciones menores son casi imposibles de encontrar.
Principales cargos en su contra:
1. el portón siempre está roto;
2. el resorte está mal ajustado;
3. cuando se cierra el portón golpea violentamente;
4. el portón se cierra demasiado lento y no tiene la fuerza para activar la cerradura;
5. el portón está siempre abierto;
6. se ha tomado demasiado tiempo para cambiar sólo un resorte;
7. el resorte se rompe con demasiada frecuencia;
8. no era necesario sustituir toda la cerradura;
9. el portón construido es demasiado alto;
10. el portón construido es demasiado bajo.
El herrero en un condominio es llamado generalmente por la rotura del resorte del portón de entrada. Reemplazar el resorte del portón parecería una cosa simple, muchos ocupantes con un poco de práctica en estos trabajos manuales lo hacen por sí mismos, pero con los años me di cuenta de que no es así. Me lo permitió descubrir un viejo herrero que llamaba porque tenía su tienda cerca de mi casa y que luego he continuado a llamar dándome cuenta de su gran habilidad con respecto a otros. Este herrero tenía un equipo especial para "poner en ángulo recto" la puerta a través de un instrumento para prensar, nada tecnológico, todo hecho a mano. Una vez que las puertas estaban perfectamente alineadas colocaba el resorte y luego perdía mucho tiempo para ajustarlas de manera tal que en la última parte, antes del cierre, la puerta frenase su funcionamiento suavemente para acercarse a la otra y encajar la cerradura. Los resortes montados por él dificilmente se rompían, como sucedía con los otros herreros, que en media hora realizaban todo el trabajo sin preocuparse si el resorte se fuese roto porque esforzaba, no quedando la puerta perfectamente recta. Por desgracia, al final todo gira alrededor de la ganancia, más veces se rompe el resorte más veces se le llamará para repararlo, pero si se fija bien una cosa, antes de que se rompa de nuevo pasarán muchos años.
La empresa perfecta
La empresa perfecta es la empresa que sabe hacer bien su trabajo y sabe que será llamada a trabajar en un edificio sólo si ya ha operado bien. Una cosa que me hace enojar es que las empresas a menudo no saben asesorar a los ocupantes, cuidando exclusivamente su propia ganancia mientras con un poco de atención podrían ofrecer un mejor servicio, ganando tanto en prestigio como económicamente. Por ejemplo, durante el trabajo en la reconstrucción de la escalera, se podría recomendar a los ocupantes de predisponer en la pared del corrugado que podría ser utilizado en el futuro para llevar los cables de la nueva iluminación, o la antena parabólica centralizada, o el nuevo intercomunicador. Dicho asesoramiento puede ser una ganancia tanto para la empresa que va a realizar el trabajo como para el ocupante, que se encontrará con una predisposición para las futuras plantas sin tener que romper la pared posterior, rehecha recientemente, o tener que usar canaletas antiestéticas externas. Para explicarme mejor, me ha ocurrido en un edificio de tener que construir un tramo de alcantarillado cuya excavación atravesaba todo el patio del edificio. La empresa era muy experta y en unos pocos días ha llevado a cabo el trabajo. Antes de cerrar la excavación podía aconsejar a los ocupantes de preparar el corrugado subterráneo para su futuro uso. Después del trabajo, de hecho, los ocupantes querían reestructurar el patio mediante la instalación de faroles adicionales y poner nuevas plantas en los canteros de flores y en ese momento se habría podido explotar el corrugado haciendo pasar los cables eléctricos para los nuevos faroles o tubos de un sistema de riego.
La empresa perfecta es también aquella que no causa"hoyos" al administrador y a los ocupantes, obligados a esperar horas hasta la llegada del titular o de un obrero, que tal vez ni siquiera llegan, sin notificar a nadie. No puedo calcular cuántas horas he pasado esperando a empresas que nunca llegaron o han salido con retrasos abismales con respecto al horario acordado.
Los concejales
¿Qué hacen los consejales? ¡¿Quién sabe?! Son designados cada año, junto con el administrador y al día siguiente ya nadie se acuerda de quienes son.
El consejero debería:
1. establecer un puente entre los ocupantes y el administrador;
2. ser una persona de confianza que controle las acciones del administrador;
3. enfrentarse al administrador cuando hay algunas dudas para resolver;
4. ponerse al corriente trámite el administrador sobre la situación de las prácticas;
5. informar a los otros ocupantes de cada comunicación del administrador;
6. elegir junto al administrador los presupuestos más beneficiosos en el caso de pequeños trabajos;
7. controlar las obras cuando falta el administrador;
8. estar al tanto de todo lo que sucede en el edificio;
9. ser la persona con la cual los ocupantes pueden ponerse en contacto para una aclaración;
10. ser la persona a la cual los ocupantes pueden enviarle consultas directamente al administrador.
A menudo, sin embargo, en los condominios el consejero no realiza la tarea de llevar a los demás todo lo que comunica el administrador por lo que este se ve obligado a informar a cada uno de los ocupantes de las mismas cosas, o enviar una circular. De esta manera, el consejero se convierte en un nombre que se incluye en el acta y eso es todo, nadie se dirige a él para tener noticias y, a menudo también el administrador lo ignora. A veces, para evitar tener que volver a convocar la reunión, cuando se trata de pequeñas intervenciones, al consejero le podría ser ordenado por el administrador de elegir el mejor presupuesto, eliminando algunos retrasos típicos de condominios.
También hay ocupantes que quieren este cargo para mostrarlo como un título honorífico, y crean su propia campaña electoral antes de la reunión, invitando a los vecinos a elegirlos, haciendo hincapié sobre su honestidad y rectitud. En algunos condominios me ha ocurrido de elegir al consejero con una verdadera votación entre varios candidatos, mientras que en la mayoría de los casos, en las asambleas, al sólo mencionar la palabra consejero las personas comienzan a mirar al suelo y fingir que no pasa nada como en los tiempos de escuela cuando el profesor preguntaba: "¿Quién quiere venir como voluntario para interrogar?" El nombramiento del consejero en cambio debería representar una elección cuidadosa para que caiga sobre alguien que conozca los problemas del edificio, que entienda de obras, y sobre todo, que esté dispuesto, aparte de la titularidad, de hacerse cargo de todas las tareas. Casi siempre, sin embargo, la elección cae sobre los mismos ocupantes, porque nadie quiere asumir esta posición y la figura del consejero sigue siendo sólo una "figura".
VII
Los elementos principales
Los elementos principales para la existosa gestión de un condominio son tres: el reglamento, la tabla milesimal y la asamblea. Lo ideal sería tener una buen reglamento preparado específicamente para cada tipo de edificio y no el habitual pre – impreso usado por todos, que regula el buen comportamiento, las partes comunes y el reparto de los costos; la tabla milesimale que respete fielmente los valores de las unidades individuales; una asamblea de condominio que participe y que se pronuncie sobre la base de los principios de justicia y equidad no dejándose llevar por antipatías, teniendo en cuenta únicamente los intereses de la comunidad más que el personal. Esta es la receta para un condominio perfecto pero luego, ya se sabe, hay muchos condominios ...
El reglamento del condominio
El reglamento del condominio es un elemento clave para una buena convivencia, pero a menudo los ocupantes se olvidan de tenerlo, o ni siquiera saben de poseer uno y muy pocos lo han leído en su totalidad. Pero, ¿qué estará escrito en esas páginas llenas de artículos y prohibiciones? Poco o nada útil, ya que generalmente el reglamento no es más que una norma pre-impresa y se inserta en la compra de la vivienda en el momento de la firma de la escritura. El reglamento iría redactado por los ocupantes de acuerdo a la estructura del edificio y cómo planean manejar ciertas situaciones.
Elaborar un reglamento para un condominio después de la escritura se vuelve difícil porque requiere la unanimidad de los propietarios, y para darle más valor legal, sería firmado ante un notario. ¿ Los veis a los ocupantes de un edificio ir todos juntos al notario a firmar el reglamento? Personalmente, nunca fui capaz de tratar de organizar algo así.
Por lo general, en cada condominio apenas se hace referencia al reglamento están siempre los que dicen que no se les ha entregado en el momento de la compra de la vivienda, está quien dice que nunca hubo uno, y quien no se recuerda de haber visto uno ni tenido una copia.
Para cualquier divergencia entre los ocupantes, el reglamento es lo primero que hay que ir a ver, antes del Código Civil. Es el reglamento, de hecho, a establecer las normas en el edificio, aceptadas y firmadas por todos los ocupantes y sólo en caso de que el asunto no viniese contemplado, entonces se puede consultar el Código Civil.
En el reglamento del condominio es muy importante que vengan indicadas las innovaciones sobre las partes privadas por lo cual se debe pedir el consentimiento en asamblea El problema de las innovaciónes a menudo ocurre cuando los ocupantes interfieren en las partes externas. Los interventos pueden ser: la instalación de rejas en las ventanas, cerramiento de un balcón realizando un porche, el reemplazo o la elevación de la valla existente, la sustitución de las persianas de madera o plástico con otra de aluminio o hierro, posicionamiento en la fachada de los acondicionadores de aire o la instalación de un toldo. A falta de una norma de estas innovaciones en el reglamento del condominio, cada ocupante podría llevar a cabo lo suyo, no siendo fácil ponerse todos de acuerdo y, de hecho, no es raro observar varios edificios con verjas distintas, toldos diferentes, ocupantes que han cerrado con ventanas desiguales su propio balcón y así sucesivamente, todos a menudo sin necesidad de ningún tipo de autorización de parte del condominio.
En un condominio administrado por mí, un ocupante por temor a robos hizo elevar, por un herrero, la barandilla de su balcón en la planta baja. Los otros ocupantes se rebelaron inmediatamente pidiendo en asamblea la eliminación de la segunda rejilla montada encima de la existente, estimando antiestético el nuevo cerramiento, siendo más alto de la otras terrazas. El ocupante delegó a un abogado, que estaba dispuesto a hacer quitar la rejilla a su cliente, siempre que, le fuesen mostrado todos los verbales en los que se autorizaban a los ocupantes que durante aquellos años habían hecho cambios a sus balcones realizando las verandas. No habiendo una autorización verbal para efectuar dicho trabajo el abogado consideró que si el edificio le hubiera impuesto a su cliente de retirar la rejilla, ellos habrían pedido la eliminación de todas las rejillas construidos en los balcones durante los años anteriores.
Poner en el reglamento que cualquier cambio en el exterior deben ser aprobado por asamblea, puede evitar problemas en el futuro, porque desafortunadamente las peleas de estos temas están al orden del día y la situación se vuelve inmanejable cuando se pretende de un ocupante la existencia de la aprobación por parte de la asamblea, mientras que para los otros este procedimiento no se ha seguido. A veces bastaría un poco de sentido común por parte de los propietarios de entender que, aunque si el reglamento del condominio no menciona nada al respecto, si todo el mundo tiene los toldos de sol de un determinado color, sería adecuado ponerlos del mismo color aunque no se considere lindo; si todos los demás tienen la caldera situada en el balcón en un determinado punto, sería apropiado hacerla instalar en el mismo lugar, aunque sea incómodo; si todos los otros ocupantes tienen pasamanos del mismo tipo y del mismo color sería correcto colocar iguales. Pero se sabe que las palabras sentido común y condominio difícilmente se llevan bien.
Las tablas milesimales
Las tablas milesimales permiten o al menos deberían permitir una distribución equitativa de los gastos del condominio, pero debido a su complejidad siempre son motivo de debate, ya que cada ocupante dentro de sí está profundamente convencido de que a su apartamento le correspondan demasiadas milésimas comparados con otros, y con las mismas características.
Rara vez ocurre que las tablas milesimales de un condominio sean descaradamente erróneas y cuando se comprueba tal circunstancia la "falta de atención" es casi siempre debida a la "astucia" de quien ha construido el edificio, de quienes se las han encargado o incluso redactado, si eran los mismos ocupantes. La respuesta a la pregunta de por qué tantas discusiones en torno a estos números, a menudo con la coma, aparentemente insignificante, y por qué alguien se molestaría en errarle a propósito, es muy simple: más bajo son los milésimos menos se paga. Si por un pequeño gasto, la diferencia de unas pocas milésimas más o menos se vuelve irrelevante, cuando se trata de grandes reestructuraciónes la cosas puede cambiar mucho.
En un condominio, por ejemplo, estaba el constructor del edificio que vivía en el ático. Un ocupante me hizo notar que las tablas milesimales eran incorrectas porque a los apartamentos de las plantas superiores se les atribuyeron milésimas mucho menores en comparación con el primer piso. Estudié el problema y me di cuenta que el criterio adoptado por las milésimas eran aplicable a los edificios sin ascensor, mientras que en aquel condominio la instalación había siempre existido. Porque cuando no está el ascensor los propietarios de los apartamentos de los pisos superiores tienen molestias, les viene dado un coeficiente milesimal inferior. De aquí sale la astucia del constructor que de este modo pagaba una cuota de condominio mucho menor.
Una de las preguntas que me hacen los ocupantes es: "¿Cómo se calculan las Tablas milesimales?"
Trato de explicarlo, aunque no es fácil. Primero de todo les digo que las milésimas derivan de una serie de coeficientes que tienen en cuenta principalmente los metros cuadrados de la vivienda y el tipo de uso que se haga de ella (dormitorio, baño, balcón), de la luminosidad (sótano, planta baja, pisos superiores) y la exposición (norte, sur, este, oeste). Vuestro apartamento tan grande como el del vecino y en el mismo piso, podría tener un valor milesimale mayor porque se enfrenta al sur y por lo tanto es más soleado que el otro con orientación norte. A la luz de todo esto podéis responderos solos a la pregunta que dirigís cada tanto al vuestro administrador del porque de vuestros milésimos son más altos que el de los otros. Es muy simple, tenéis el más grande de los apartamentos, situado en el mejor piso y con la mejor exposición al sol.
Por supuesto, las milésimas irían actualizadas como resultado de cambios sustanciales en un apartamento. Dado que el coeficiente de utilizo para las habitaciones es mayor respecto de la de los servicios y balcones, sería suficiente, en una apartamento, ampliar una habitación y achicar un baño o cerrar un balcón realizando una habitación para tener que poner manos a los milésimos. Pero raramente esto sucede, un poco porque los ocupantes prefieren hacer la vista gorda, habiendo todos, quien más o quien menos realizado innovaciones; casi siempre el ocupante que ha hecho algunos cambios no informa nada al administrador, ni a los demás, diciendo que ha simplemente efectuado pequeños trabajos de mantenimiento. Puede parecer absurdo que los ocupantes no sean conscientes de que un apartamento se ha ampliado, construyendo tal vez sobre la superficie de la terraza, pero es un caso bastante común.
El propietario pide permiso en asamblea para ejecutar las obras que tiene como fin el cierre de una sección de la terraza con la intención de obtener un pequeño armario para las escobas o la construcción de un cobertizo para reparar la pared de la lluvia. Los ocupantes conceden la autorización y luego descubren al final de la obra, que los obreros en la terraza han hecho una habitación extra tratando de escapar de las miradas indiscretas con diferentes coberturas, tales como toldos. Cuando los ocupantes se dan cuenta de la estafa avisan inmediatamente al administrador que contacta al propietario de la vivienda, el cual incluso ante la prueba, sostendrá de no haber cambiado nada y que esa habitación de más, siempre había estado, construida por el dueño anterior pero debido a que estaba deteriorada, sólo la ha renovado.
Para modificar las tablas milesimales necesitan la adhesión de todos los ocupantes, difícilmente se realiza, por lo que aquellos que se consideran perjudicados por las tablas existentes se ven obligados a acudir a los tribunales. Cuando en asamblea se pide de modificar las tablas milesimales estén seguros de que siempre habrá al menos un ocupante que no esté de acuerdo y pensáis un poco, será él que con la reforma propuesta vería aumentar sus milésimas. En esta situación nos encontramos con la persona honesta que afirmará de elegir las divisiones iguales aunque si pagará de más, mientras que la persona no correcta comenzará a aferrarse a dos mil objeciones incluso ante la evidencia de las tablas no correctas, para evitar tener que pagar de más.
Lo que hace pensar es que los ocupantes no se dan cuenta de que ir en causa por las tablas milesimales descaradamente incorrectas significa perder casi con seguridad la causa, sin embargo, pagar un abogado, pagar los costos del litigio y la retribución de los profesionales designados por el tribunal para la redacción de las nuevas tablas, todo sin poder negociar los honorarios; en cambio sería sin duda más barato darle el trabajo a un profesional para rectificar las milesimas existentes elegidas en base a las estimaciones presentadas en la asamblea.
Las tablas presentes en casi todos los edificios son: una tabla general, una tabla para la escalera y una tabla para el ascensor. Algunos ocupantes también pueden tener tablas para repartir el consumo de calefacción, los caminos de entrada condominial, la remuneración del portero y así sucesivamente.
La tabla de los gastos generales reparte la mayoría de los costos y tiene en cuenta todos los factores mencionados anteriormente. El piso en el que se encuentra el apartamento tiene un gran valor. Con el mismo tamaño de vivienda, los pisos que tienen un coeficiente más alto son aquellos centrales que no tienen el problema de poca luminosidad de los pisos inferiores o la inconveniencia de tener como cobertura sólo un techo o una terraza con todos los problemas infiltración de frío que manifiestan los propietarios de los pisos superiores.
La tabla del ascensor viene calculada teniendo en cuenta la mitad de la tabla general y la mitad de la altura de los pisos. Cuando se habla de milésimas de la tabla del ascensor la cuestión planteada por los ocupantes es siempre la misma: "¿La planta baja tiene que pagar el ascensor?" El problema no se plantea cuando hay una terraza en la que se puede suponer que el ocupante del planta baja utilice el ascensor para acceder a ella y luego, aunque mínimamente, debe contribuir a los costos. Pero cuando no hay una terraza condominial, el ocupante no debería participar en los gastos de mantenimiento no habiendo razón para utilizar la instalación.
Cada condominio tiene su morfología y esto complica mucho las cosas. Hay condominios que tienen un ascensor que incluso puede bajar al sótano, otros que al último piso llegan dentro de su habitación, o que construido posteriormente tenga una parada entre dos pisos. Una cosa es cierta, cuando en la asamblea se discute de los coeficientes milesimales todos los ocupantes están dispuestos a jurar por lo que más aprecian que nunca utilizan el sistema.
Atribuir la justa tabla milesimal a los gastos no siempre es fácil, a veces las disputas pueden subsistir durante años. Por ejemplo, siempre con respecto al ascensores, para el mantenimiento se debe utilizar la tabla correspondiente, pero si se instala el sistema o sustituye, el gasto debería repartirse con las tablas generales siendo una mejora que aumenta el valor de la propiedad. Las cosas pueden complicarse, sin embargo, y también ocurre que los ocupantes decidan pasar a la acción contra el edificio para pedir al juez el desglose de los gastos con una tabla diferente del aplicado por el administrador. Un caso bastante frecuente es la cuestión si dividir o no la renovación del patio, que hace de cobertura a las casillas, con la tabla de los gastos generales considerando el patio como una propiedad condominial, o aplicando el artículo 1125 relativo a los pisos dividiendo los gastos a mitad entre el condominio y los dueños de las casillas.
La asamblea
Una asamblea de condominio logra enfurecer las personas viniendo fuera todos sus instintos más bajos. ¿Queréis conocer a una persona? Miráis mientras participa a una asamblea de condominio.
La asamblea de condominio regula la vida del edificio. Todas las decisiones importantes se toman aquí, entonces sería importante para los ocupantes presententarse siempre preparados, informarse antes acerca de los temas del día pidiendo, tal vez, explicaciones al administrador, confrontarse previamente con los otros y documentarse leyendo o sintiendo la opinión de expertos. Pero la realidad es diferente, a menudo los ocupantes no leen el aviso de convocatoria, o al menos sólo lectura de la fecha y la hora. Cuando está la asamblea de fin de año tienen cuidado de dar previamente una mirada al balance, por lo que se presentan a la reunión sin tener la menor idea de los temas sobre los que se discutirá y, sobre todo, sobre cuales tendrán que deliberar. Esto amplía considerablemente el tiempo de la asamblea porque se debe dar un montón de explicaciones que podrían haber sido requeridas antes. No es raro que en asamblea algunos de los ocupantes pida el aplazamiento de la discusión a una sucesiva reunión, porque querría escuchar la opinión de un experto conocido por él, o por qué cuando realiza la lectura de los presupuestos recuerda que tiene un familiar que hace justamente ese tipo de trabajo y puede pedir una estimación de costos. De acuerdo, pero si hubiera leído el orden del día habría tenido tiempo de sobra para dirigirse a estas personas antes de la reunión sin tener que solicitar el aplazamiento.
La asamblea de condominio cuenta con un período indefinido que puede ir de una a seis horas. No hay una regla, incluso en lo que a primera vista puede parecer trivial y, por tanto, más corto, puede ocultar un tema que planteado por descuido por un ocupante puede generar un debate interminable que va a durar horas.
Me pasó de encontrarme en asambleas totalmente pacíficas, donde se estaban deliberando todos los asuntos en el orden del día de una manera rápida y todo presagiaba una breve conclusión. Los ocupantes estaban también sarisfechos de esto, subrayando como ellos estuviesen siempre de acuerdo en todo. De repente, un ocupante hace una pequeña crítica, inocua a primera vista, otro responde de una manera grosera considerando que se dirige a él o a un familiar, y todo cambia dando lugar a una discusión entre los ocupantes con intercambio acusas y amenazas. Un motivo en el que de repente de un estado de calma se puede pasar a un huracán tropical es el de los animales, especialmente los perros. Un ocupante pregunta educadamente si es posible a los dueños de los perros no dejarlos ladrar todo el tiempo, o no dejar comida para los gatos en el patio y de inmediato rompe el alboroto entre acusas de no amar a los animales, de mala educación y de falta de respeto.
La asamblea de condominio no es sólo una simple reunión de personas, es mucho más, es algo que se parece a una obra de teatro. Es una sucesión de emociones, un torbellino de sentimientos, está la tragedia, la farsa, el odio, el protagonista, los extras, el antagonista, la trama, los celos, el resentimiento. La asamblea genera sentimientos contrastantes entre los ocupantes, está quien vive a la espera de recibir la convocatoria y quien se siente mal con la sola idea de tener que ir. Lo único que la diferencia de una obra de teatro es que en la asamblea de condominio es todo real, pero si tratáis de contar lo que ha sucedido durante su desarrollo, ninguno creerá que aquello que contáis sucedió en verdad. Un elemento que falta es la audiencia, tal vez deberíamos hacerlos participar, por un precio, por supuesto, es imposible que tal espectáculo sigua siendo una prerrogativa exclusiva de los ocupantes y el administrador que después ni siquiera pueden disfrutarlo, ya que están muy abocados a participar. Tal vez podría ser la idea de un nuevo reality show: el condominio. Temo que el primero en ser nombrado será el odiado administrador.
¿Hay alguno de ustedes que no está convencido de esto? A continuación, inicia la asamblea, oscuridad en la sala, hacéis silencio, que ingresen los actores, se entra en escena:
El cartel
El cartel de la asamblea de condominio consta del aviso de convocatoria, por lo general un pre-impreso en el que se indica el lugar, fechas de la primera y segunda convocatoria, el orden del día y en la parte inferior hay un espacio para llenar por una eventual delega. La notificación debe ser enviada a las partes interesadas por lo menos cinco días antes, porque todo el mundo debe ser advertido en tiempo so pena de la nulidad de las resoluciones, por lo tanto, sería apropiado tener siempre un recibo por escrito de la notificación de los ocupantes. Generalmente los avisos son colocados en el buzón de correo de los residentes y enviados por correo certificado a los no residentes, con este sistema, en lo personal nunca he tenido ningún problema, pero por supuesto, mucho depende del tipo de ocupantes con los que se tiene que tratar.
En el modelo de aviso de la convocatoria que utilizo para todos los condominios he incluido al final de la página un espacio para la delega, separada por una línea de puntos para cortar y entregarla al delegado, manteniendo el resto para sí mismo, con las fechas y el orden del día . Después de tantos años, todavía hay ocupantes que me presentan como delega toda la hoja y especialmente ocupantes que incluso presentándose de persona en la reunión, llenan igualmente la delega, prácticamente delegándose a sí mismos. El cónyuge o hijo del dueño sería apropiado que se presentara con la delega, aunque si fuera conocido por los otros ocupantes y residente del apartamento.
La fecha y la hora
Decidir la fecha y hora de la asamblea no es una cosa simple, sobre todo si se tiene la maravillosa idea de dejar elegir a los ocupantes. Cada uno tendrá un día en el cual no podría intervenir y en consecuencia todos los días de la semana, incluidos los domingos, habrá siempre al menos un ocupante que no puede asistir. Por esta razón no cometo más ese error, decido yo el día y quién está, está. Otro error a evitar es posponer una asamblea porque un ocupante no podría participar. No saldréis libre, a cada reenvío habrá un ocupante que ese día no podrá participar y si vosotros decidierais hacer la asamblea, de todas maneras, tiraréis las púas de todos que preguntarán por qué para algunos se pospone la reunión y para otros esto no sucede.
Debo decir que a pesar de destacar siempre la segunda convocatoria en negrita, para hacer entender mejor la verdadera fecha de la reunión, nunca falta el ocupante que, pocos días antes me pregunte por qué ha convocado la reunión a las siete de la mañana del domingo. La espada de Damocles que bloquea cada reunión de condominio es aquella de los partidos de fútbol; casi todos los días de la semana hay un partido de Liga, Copa o Nacional y para elegir un día sin evento deportivo deberían ponerse en contacto con un asesor especial del CONI. Sería conveniente que cuando salen los calendarios de los campeonatos de fútbol, de la Copa de Europa y de la selección nacional, simultáneamente viniera redactado un calendario de posibles días en los cuales se puedan realizar las asambleas de condominio. Al menos ningún ocupante volverá a preguntar: "¿Por qué las reuniones son programadas coincidiendo con los partidos de fútbol?"
La ubicación
¿Dónde hacer la asamblea? Esta es una de las principales cuestiones que se plantean en un condominio. La forma más sencilla, funcional y económica es hacerla en casa de los ocupantes a rotación, pero esto casi nunca sucede porque no siempre el ocupante puede recibirnos ya sea porque tiene la casa sucia, o tiene una sala de estar no suficientemente grande, o está haciendo trabajos en casa, o el día de la asamblea no está, o tiene hijos que van a la cama temprano. Por lo general, la rotación involucra siempre los mismos ocupantes, no más de dos o tres, y así, finalmente, estos buenos samaritanos se cansan porque las reuniones se llevan a cabo exclusivamente en su casa y se empiezan a preguntar: "¿Por qué de aquel del primer piso no se hace nunca? "Se llega hasta el punto de que nadie quiere ofrecer su casa para la reunión, a menos que haya alguien, por lo general se trata de un ocupante pensionado, que prefiera hacerla en su propia casa para evitar salir por la noche. Cuando ningún ocupante ofrece su casa surge la necesidad de encontrar un lugar para hacer la asamblea. Algunos condominios cuentan con un pequeño compartimento que se presta de propósito: ex locales de lavanderías, antiguas salas de calderas, área de casillas, áticos. Estos lugares siempre tienen una característica única son incómodos y cuando las reuniones se llevan a cabo en el invierno también son muy fríos. Son sitios incómodos, ya que a menudo carecen de una mesa donde escribir y el lugar es siempre pequeño para acoger a todos los ocupantes, obligados a permanecer en parte de pie y otros sentados. Encontrar una mesa donde escribir es un gran problema cuando la reunión se lleva a cabo aquí. Por lo general siempre hay un ocupante que tiene una mesita portátil y la trae desde su casa. El drama nace el día en que este no participa a la reunión, resulta que ninguno de los otros ocupantes tiene una mesilla, o no quieren prestarla (por miedo a que en el futuro siempre se la pidan a él), hay que arreglárselas. Se puede escribir usando una silla como soporte, o tomar el registro apoyado en las rodillas, genelmente informes ilegibles, incluso más que aquellos escritos cómodamente sentado en un escritorio. Además de una mesa, estos lugares carecen de sillas, por lo que, antes y después de la reunión hay un ir y venir por las escaleras de ocupantes armados de sillas, en general plegables, que llevan debajo del brazo de las formas más inesperadas y sobre todo de épocas imprecisas . Hay sillas mantenidas especialmente para el evento, ahora convertidas en restos arqueológicos reales. La solución más mezquina es hacerla en el hall de entrada, entre las personas que entran y salen y que miran a los ocupantes con aire poco estimulante sentados en los escalones de la escalera. Una solución bastante económica es hacerla en una sala puesta a disposición por la Parroquia, dando una pequeña donación. Sin duda, el resultado más caro es alquilar una sala de un particular, que también puede ser la oficina del administrador. Realizar la asamblea en un local equipado con mesas y sillas, sin tener que llevarselas, con calefacción, sin ser interrumpido por personas que pasan, es mucho más cómodo y funcional, pero hay un inconveniente: la duración. Cuando los ocupantes están incómodos, estando de pie o al frío, tienden a reducir el tiempo y darse prisa por llegar a casa, mientras cuando están cómodamente sentados, con todas las comodidades, las asambleas se alargan de forma espectacular. Lo mismo ocurre cuando la reunión se lleva a cabo en una casa donde la anfitriona ofrece refrescos a base de bebidas y pasteles caseros, donde ninguno tiene prisa por irse.
El guión
En las asambleas de los condominios, para los "actores" el guión a seguir es idéntico a cada actuación, del resto cada ocupantes desde hace años cubre la misma función que conoce de memoria. El guión viene escrito en el libro de actas de la asamblea, pero al contrario de lo que ocurre en una normal representación de teatro, viene escrito cuando los actores han terminado de recitar su parte, dando así un amplio espacio para la improvisación.
Hay una trama muy clara a imitar, a la que todos deben seguir:
1. si en la novela de misterio el culpable siempre es el mayordomo, en las asambleas es el administrador;
2. uno que es bueno no puede convertirse en malo y un malo no puede convertirse en bueno;
3. más las voces se superponen es más interesante el espectáculo;
4. más trenzados son los diálogos mayor es el interés;
5. más se eleva el tono de voz, más efectiva es la broma;
6. los actores pueden sugerirse entre ellos cuando alguien se olvida de su propia broma;
7. los actores pueden dejar el escenario, incluso antes del final del espectáculo;
8. la hora de inicio nunca debe ser respetada;
9. el espectáculo tiene una duración ilimitada, imposible estimarla;
10. son muy bienvenidas las frases de los guiones anteriores si caen bien.
Los actores son libres de moverse, ofreciendo en cada actuación, siempre de más del propio personaje.
Una gran diferencia con un guión teatral son faltas de ortografía y de sintaxis que normalmente no deberían tener: en el acta de la asamblea de condominio están llenos. Una vez me llamó un profesor jubilado a quien había enviado una copia de las actas de la última reunión, me preguntó si fuera el caso de enviar esas páginas llenas de errores por ahí y si ellos podían invalidar las decisiones adoptadas.
El elenco
Los actores de una asamblea de condominio son muy particulares, no deben actuar, sólo interpretar a ellos mismos con sus propios defectos y sus manías:
El participante (el protagonista)
El ocupante participante vive para la asamblea de condominio, unas horas antes del evento va al peluquero o peluquera de confianza como si fuera invitado a una boda. El ocupante participante se estudia el orden del día, y en los días previos se confronta con los otros propietarios reuniendose en pequeños grupos en el patio, tratando de averiguar quién votará por que cosa. Elaborarando cálculos mentales ya sabe quién tendrá la mayoría, entonces trata de mover los votos apoyando una causa en lugar de otra, estudia cada pequeño movimiento de Maquiavelo moderno: nada debe permanecer sin moverse. Su enemigo es el administrador: conspira contra él, hace hincapié en todos los aspectos negativos, exagerando todo y trata de no hacerlo reelegir para nombrar un nuevo administrador de su confianza en que el próximo año seguramente no lo será. Es difícil que un ocupante participante intente dejarse elegir administrador incluso cuando tendría la capacidad, porque para él sería pasar de lo bueno a lo malo, de la parte del protagonista a la del antagonista y por encima de todo se convertiría en el chivo expiatorio. El día de la asamblea siempre llega temprano y es el último en irse. Durante años ocupa el cargo de presidente, con él nadie quiere hacer el secretario y se pierde mucho tiempo para encontrar uno. La elección por lo general cae en un nuevo inquilino que nunca ha participado a una asamblea, y por lo tanto no sabe lo que le espera.
El ocupante participante dirige la asamblea dando y quitando la palabra y, sobre todo, dictando al secretario todo aquello que debe notificar, con un lenguaje técnico y pulido y al final de cada frase escrita, hace releer todo en voz alta buscando el consentimiento de todos los ocupantes, recibiendo felicitaciones por la capacidad de síntesis demostrada. Incluso con un único punto en el orden del día, el acta no será nunca inferior a cuatro páginas, todo lo que se ha dicho viene informado minuciosamente, especialmente, las declaraciones del presidente, con excepción de algunas de sus metidas de pata. Cita todas las normas del Código Civil con gran riqueza, es el príncipe de los Presidentes de las asambleas de condominios, le gustaría que hubieran clasficas como para los deportistas, tal vez una mención especial, para recibir los boletines de calificaciones de acuerdo con el compromiso adquirido y las resoluciones obtenidas. El momento más triste, para él, es cuando cae el telón, cuando tiene que hacerle escribir al secretario la frase fatídica "ninguno teniendo nada más que añadir a la hora ... se declara clausurada la reunión," tristeza, pero también satisfacción por haber llevado una vez más el barco a puerto. A este punto, se adjudica un momento de deleite, calcula el tiempo transcurrido entre el inicio y el final de la asamblea: seis horas y cuarenta y cinco minutos, un gran tiempo, quizás uno de los mejores en absoluto. Echando un vistazo a la asamblea reunida ante él da una orden final al secretario, releer todo el informe. En esos momentos se llena de satisfacción al oír sus declaraciones aunque la voz no sea adecuada para el evento, un poco vacilante y errores desconcertantes en la lectura, que sustraen mucho a su trabajo. Finalmente se levanta obsequioso, espera orgulloso que los ocupantes lo vayan a saludar, lanza una ojeada al grupo que se ha formado tratando de averiguar si están hablando de los hechos relativos a la reunión que acaba de desarrollarse, o simplemente es una charla entre vecinos. Espera que la sala lentamente se despeje poniendo el Código Civil en el maletín que compró esa mañana para la ocasión con todas las últimas actualizaciones, la carta que contenía el programa ahora ya completamente arrugada por el uso y el estudio, las copias de las cotizaciones y los folletos presentado en la reunión. Arreglado todo, cierra muy lentamente, tomando en sus manos como si fuera una Biblia, el "Libro de las actas de las reuniones de condominio" que el secretario le entrega y él le agradece por su trabajo desenvuelto, a pesar de que en su corazón sabe que con un secretario más preparado su actuación hubiera sido mejor. A este punto se dirige hacia el administrador, querría huir con el libro lo siente un poco suyo habiendo "creado" todas las actas indicadas allí, en cambio se ve obligado, contra su voluntad, a entregarselo. Como acto final solicita al administrador con tono altanero cuando podrá tener una copia del informe (para guardar celosamente en su personal " álbum de las actas de las reuniones del condominio" que mostrará cuando será viejo a sus nietos), se asegura de que en su cara se lea toda la decepción ya que él esperaba tenerla mucho antes, tal vez hoy. En ese momento, se concede el placer de una última puñalada al "enemigo" invitándolo a asegurarse de que esta vez todo aquello que ha estado deliberado venga realizado. Saludando al administrador se muestra disponible para cualquier consejo, haciéndole comprender que por cada paso le deberá consultar si quiere ser reelegido el año siguiente. Ya fuera de la habitación el último ocupante, sale él y da un definitivo vistazo a la sala, ahora desierta, al escritorio, casi acariciándolo con una mirada de satisfacción y luego presiona lentamente el interruptor y espera que la oscuridad envuelva todo.
Una vez fuera se detiene en el patio con los otros ocupantes y cuando el administrador se aleja puede finalmente expresar a sus seguidores que lo esperaban, toda su satisfacción con el trabajo que acaba de terminar y un buen propósito para la próxima asamblea. Todavía hay tiempo de revisar por entero lo que ha sucedido, comentar las acciones de los propietarios "enemigos", venerarse de las contramedidas tomadas por el Presidente, y prepararse para la siguiente batalla cada vez más difícil. Al final sólo resta recoger los últimos saludos y volver a trabajar para la próxima asamblea, porque con todas las trampas que esconde no se puede acudir sin preparación.
El superdelegado ( el co-protagonista)
El ocupante superdelegado tiene muchas características del ocupante participante, a menudo son la misma persona. El ocupante superdelegado desarrolla su actividad sobre todo antes de la reunión, siendo su objetivo el mostrarse con el mayor número de delegas, con el fin de resolver la mayoría de las cosas como él quiere. Tiene un círculo de ocupantes que abitualmente le concede la delega, y sabe quien en el edificio normalmente participa o no a la reunión, su propósito es conseguir la delega de estos últimos. Sus víctimas favoritas son principalmente los ancianos, los engaña con modos amables, tratando de hacerle entender que la reunión de condominio es importante, es esencial participar y si estuvieran imposibilitados es necesario que delegasen a alguien del condominio. Por supuesto, a la pregunta: "¿Puedo delegarle a usted?" Su corazón se derrite, su ego alcanza el delirio total, años de actividad de delegado recompensados. Saca del maletín el modelo de delega, impreso en el taller de la esquina, con su nombre escrito en grandes letras precedidas por diversos títulos y del bolsillo de su chaqueta extrae su bolígrafo de oro sólido que utiliza para este propósito. Le extiende al delegante una tableta en madera ligera hecha a medida por su carpintero de confianza, sobre la que apoya el módulo para que signe con comodidad. Controla la firma, coloca el módulo con la máxima atención, con cuidado de no arrugarlo, en un porta-delegas. Recoge el agradecimiento de la delega para asumir esta carga en su lugar, lo saluda con una sonrisa mostrando todos sus dientes y una vez cerrada la puerta corre por las escaleras produciendo una exaltación comparable, en intensidad, a la de Marco Tardelli tras el gol en final de la Copa Mundial en España.
Si el posible delegante responde: "No, gracias: no delegado a nadie" su decepción se lee en la cara, peor aún si la respuesta es "Muy bien, entonces voy a delegar al Sr. Rossi ", pésimo, si el Sr. Rossi es parte del enemigo. Pero se recupera rápido, volverá con más energía en la próxima reunión. Sus otras víctimas son aquellos que no viven en el edificio y que a menudo no participan a las reuniones, él sabe de memoria los números de teléfono, logró obtenerlos nadie sabe cómo. Los contacta, mostrandose decepcionado de que no puedan asistir a la reunión y rápido se propone como delegado de confianza.
El día de la asamblea se sienta a la espera de la petición del administrador: "¿Alguien tiene las delegas?" En ese momento él saca del maletín la carpeta llena casi a reventar con todos las delegas recogidas laboriosamente, se eleva unos metros por encima de los otros ocupantes que tienen solo una, máximo dos delegas y con aire presumido las mete bien a la vista una por una, al administrador, de manera tal que todos puedan contarlas. Una sonrisa de satisfacción se le estampa en la cara, también esta vez es él a representar más milésimas de todos. Música para sus oídos es cuando el presidente lee la lista de los presentes, cada vez que escucha: "representados por el Sr. ... ", su corazón late fuerte, porque su nombre resuena en la sala. Comenzada la asamblea no ve la hora que vengan votadas las resoluciones, cuando el presidente pide que levanten la mano, la satisfacción lo impregna, mira lastimosamente los otros ocupantes que elevan la mano con timidez mientras él es como si tuviera cien manos. Cada voto ganado es un premio por su actividad como un tributo a su determinación.
El administrador (antagonista)
El antagonista por excelencia es, sin duda, el administrador. El administrador siempre está obligado a desempeñar el papel de aguafiestas, del antipatico y en la asamblea de condominio se encuentra solo contra todos. Las reuniones no son todas iguales para un administrador, os asombrareis, pero existen períodos de relativa paz dentro de los condominios. En este período, las asambleas llegan a ser incluso agradables, las relaciones entre los ocupantes son buenas, no hay quejas contra el administrador, se discute con tranquilidad, también hay tiempo para bromear y nadie levanta la voz. A estos períodos hay que disfrutarlos, ya que son muy cortos en el arco de la vida de un edificio. El condominio tranquilo es como un volcán en actividad, con sus pausas que pueden durar años, hasta que un día comienza a despertar. Los signos, al despertar son fáciles de interpretar, pequeños choques, un poco de humo, hasta que el volcán se desvela completamente y más tarde está el sufrimiento por cada cosa que lo rodea. Incluso el condominio sufre el mismo proceso natural: desde un comienzo de calma aparente, inician los pequeños desacuerdos, alguien se vuelve más ardiente, el clima se siente siempre más caliente, hasta llegar a la gran erupción que trastornará todo. Cuando el condominio está en plena erupción al administrador se le hace difícil llevar a cabo una asamblea, en las horas previas inician los calambres estomacales y hay un gran deseo de no aparecer, porque tendrá a todos en contra. Toda cosa hecha por el administrador se convertirá en una falla, los ocupantes se aferrarán a cualquier bagatela y a nada servirán las explicaciones dadas. En este clima caliente el que está muy a gusto es el ocupante participante, que de las últimas reuniones salía muy disgustado por toda aquella bondad, del espíritu navideño, hasta el límite de lo fastidioso. Estas son las reuniones que ama, todos con la cabeza baja contra el administrador y él con una gran posición, finalmente tiene el mando: el nombramiento de un nuevo administrador.
El indolente (apariencia)
El ocupante indolente no está interesado a la asamblea de condominio, si fuera por él aboliría todas las reuniones, no le importa cuánto debe pagar, simplemente que no tenga molestias. Hasta el último está indeciso si participar o no, cualquier excusa es buena para renunciar y si el administrador convoca la asamblea el día del partido no habrán dudas acerca de su ausencia. Por lo general no delega a ninguno, tiene un rechazo completo de todo el asunto, ni siquiera quiere perder el tiempo para completar la delega. No entiende a los otros ocupantes que participan regularmente a las reuniones, piensa que tal vez sean forzados por alguien, o no tienen nada mejor que hacer. Cuando el día de la asamblea los escucha arrastrar por las escaleras la silla plegable hacia el lugar del delito, con la cabeza gacha y la esperanza de volver pronto a casa, tiene una oleada de compasión por ellos y felíz se acomoda mejor en el sofá sube el volumen de la TV sádicamente haciendo eco por las escaleras, eco de la partida que está empezando. Cuando la reunión termina él ya está en la cama para disfrutar de un descanso y en el primer sueño siente a la distancia los pasos cansados de los ocupantes que regresan a sus hogares.
El ocupante indolente, sin embargo, al menos una vez tendrá que asistir a la reunión, tal vez forzado por el cónyuge debido a que el programa le concierne de cerca. Al llegar a la reunión reflexiona sobre todas las veces que no ha participado. Se reconoce de inmediato, tiene una cara triste y deprimida, parece como un pez fuera del agua, no sabe dónde, cómo y cuándo sentarse, trata de escuchar los discursos de los otros ocupantes para entender lo que deba hacer, se sienta en la esquina lejos escondiéndose de todos, le parece de haber retrocedido veinte años, al tiempo de la escuela y como en ese período no se siente preparado. No tiene idea de lo que sucede en una reunión de condominio, sólo sabe que hay peleas y mucho más. Espera que nadie le solicite una opinión, sólo debe levantar la mano, como le ha dicho su esposa, para la resolución de lo que le interesa.
Inicia la asamblea, hasta ahora todo bien, pero después una cosa que no espera, buscan un presidente y un secretario y alguien dice su nombre ... "Rossi ya que nunca viene a la reunión ¿por qué no hace él de secretario?" no es una pregunta, es una orden: toda la asamblea está de acuerdo, él comienza a encontrar mil excusas, pero nadie lo escucha: "yo no sé cómo hacerlo: es la primera vez que vengo ..."; "No puedo escribir, no tengo las gafas ..."; "Tengo una muy mala letra, yo ni siquiera entiendo lo que escribo ..."; "Lo siento, pero no puedo quedarme hasta el final, tan pronto como se decida el primer punto del orden del día ... me tengo que ir "; "Yo no tengo la pluma ...". Pero la compasión no está contemplada en una asamblea de condominio y así viene conducido, por fuerza, a sentarse en el escritorio, le presentan el libro de actas, alguien le pone una pluma en la mano tranquillizzandolo: "No te preocupes, sólo tienes que escribir lo que te dice el presidente." Así se encuentra inmerso en un mundo totalmente desconocido, siente citar artículos de la ley, conocimiento de alta ingeniería, gente que se pelea por nada, amenazas, demandas, personas que él conocía pacíficas y reservadas se atacan entre sí casi yendo a las manos. Él cree que es en una película, tal vez todavía está sentado en su sofá, pero todo es cierto. Al final de la asamblea está destruido, pero viene obligado a releer el acta, porque siempre hay alguien que no estaba atento y ha perdido una parte. Se pregunta si su firma en la nota al pie del acta podrá ser utilizada en los tribunales en contra de él. Tiene una gran confusión en la cabeza, no recuerda si ha votado, ni de lo que ha votado y si el tema del programa que tanto le interesaba ha sido deliberado o no. Es un hombre demolido, se dirige con la cabeza gacha hacia su apartamento con paso cansado como los otros ocupantes, se apoya a la silla como si fuera un bastón y se siente claramente desde la planta baja el silbato final del partido. Pero lo peor ocurrirá cuando su cónyuge, leyendo el acta, descubrirá que en la confusión ha votado de manera contraria a lo que se acordó.
La comadre (la multitud)
Esta figura está representada generalmente por una señora, cuyo objetivo no es ir a la reunión para deliberar sobre los temas de la agenda, sino para poder chismear con otras vecinas de la zona. A la comadre no le interesa nada de la asamblea, ni siquiera sabe de lo que se discutirá, lo importante es estar en un lugar tranquilo, sentada, hablar en voz baja, en lugar de la habitual charla en el patio, de pie y al intemperie. La comadre, si bien es preferible ya que no interfiere en asuntos del condominio y sólo participa a las votaciones de la reunión, por el otro es absolutamente irritante. Una vez que encuentra a sus amigas, además de sentarse juntas y con las sillas en semicírculo para verse de frente, parece que esperaran que alguien les lleve pastas de tè con una infusión. Comprometidas en la conversación no se preocupan por lo que está sucediendo en la reunión, pero hablando entre ellas también salen los problemas relacionados con el condominio y entonces deciden participar interviniendo indebidamente en los debates o haciendo alusión a cosas que ya se han hablado una hora antes. En el momento de la votación no saben acerca de lo que deben deliberar y comienzan a pedir explicaciones que alargan los tiempos creando una irritación general a todos. Debido a ellas, también la lectura del acta se interrumpe y se repite varias veces, ya que con sus charlas no entienden lo que se lee y no dejan comprender a los demás, por lo que el tiempo se estira, se triplica.
Durante la asamblea sus conversaciones, tienen como argumento, "tipo": el lugar donde han comprado los vestidos, los descuento que han logrado obtener, como están los hijos y nietos, donde irán de vacaciones y así sucesivamente. Como ya he dicho este fenómeno afecta principalmente a las mujeres. La verdadera tragedia es cuando los maridos mandan a la asamblea a sus esposas porque, al mismo tiempo, hay un partido de fútbol en la televisión y te encuentras con casi todas las mujeres. Hay poco que hacer, la mayoría del tiempo vendrá perdido en los discursos "sala de estar", el orden del día será alterado de un punto a otro. Las mujeres son por lo general más indisciplinadas que los hombre desde este punto de vista. Los elogios entre ellas abundan: "¿Dónde has comprado esa chaqueta?, es hermosa", "¿Ha perdido peso?, estás muy bien así", "¿Has cambiado el color del cabello?, te ves mucho más joven." En el caso poco probable, sin embargo, si debiera surgir una discusión se volverán muy malas, pero no tienen pelos en la lengua y se reprochan todo, remontando incluso a situaciones que se produjeron antes de venir a vivir al edificio, a través de discursos escuchados en una peluquería. Cuando se encuentran en mayoría en la reunión, las mujeres se sienten orgullosas de contar, por fin, en algo en las decisiones del condominio y entonces les gustaría renovar cualquier cosa. Salen, así, las ideas más extravagantes: de la organización de una colonia de gatos en el patio, al poner cortinas de colores en las ventanas de las escaleras, cambiar los buzones con otros más animados "porque los actuales son tristes", al reestructurar la sala de la caldera ahora abandonado y convertido en una sala de fiestas donde se pueden celebrar cumpleaños, aniversarios y hacer todos juntos la cena de fin de año, y no falta nunca la reestructuración del jardín con la compra de nuevas plantas.
El prólogo
Antes de iniciar la asmblea en sí, está la entrada en escena de los ocupantes, uno a la vez y tarde. Ahora es común en cada condominio de apartamentos que a la reunión, todos se presentan tarde, ya que algunos lo hacen, todo el mundo se siente con derecho a llegar tarde. Los ocupantes con retrasos más modestos están comenzando a perder la paciencia, pero mientras esperan, inician a formular preguntas al administrador. Alguien le cuestiona por qué ha indicado un horario tan temprano para la reunión, sin saber que el administrador decide la hora de inicio siempre suponiendo que los ocupantes se presentarán "puntualmente" con retraso. ¿Quieréis empezar una reunión a las 21.00 horas? Ponéis como horario de convocatoria las 20.00. Además para determinar la hora de inicio el administrador debe calcular por cada ocupante el tiempo promedio empleado en los últimos años para la realización de una asamblea que es muy importante si se quiere acabar en un horario "humano". Una de las cosas más extrañas que suceden es que a menudo son los ocupantes que recomiendan al administrador de no terminar demasiado tarde, como si dependiera de él y no de las charlas y de las inútiles discusiones que aumentan significativamente el horario para la resolución de cada argumento de la agenda. Si realmente el tiempo dependiera de los administradores las asambleas serían muy cortas, de menos de diez minutos cada una.
Desde este punto de vista tenía un fantástico condominio donde las reuniones duraban un promedio de veinte minutos. Era más el tiempo perdido para llegar a un quórum de participantes y recoger las delegas que lo necesario para las deliberaciones. ¡Si fueran todos así!
Entre las críticas dirigidas al administrador a la espera de llegar a un quórum está la elección de la hora y el día ya que simultaneamente hay un partido de fútbol. Para evitar esto, como he dicho antes, el administrador debería tener siempre a mano los calendarios de la liga, las copas y la Nacional con todos los horarios de los mismos, aplazamientos, los cambios y las prórrogas de los aplazamientos, lo que hace la elección del día de la asamblea una tarea difícil. Luego están los ocupantes que se quejan porque la reunión se convoca siempre el día en que no están disponibles, y repiten cada vez los galimatías que hacen en cada reunión, pero que nunca cumplen. Con la mejor voluntad no creo que entre las obligaciones de los administradores también esté saber de memoria el calendario de actividades de los ocupantes, porque si se contempla uno, todos querrán exigir que la reunión tenga lugar el día que les convenga más .
A medida que los participantes comienzan a ser un números considerables y se recogen las delegas, se empieza a transcribir los nombres en el libro de actas con la respectiva cuota en milésima. Después de la primer "elaboración" se procede a la suma de las milésimas de los presentes y de sus delegados, que por supuesto nunca alcanzan el quórum necesario para que la reunión sea válida y puedan votar al menos en segunda convocatoria. A este punto comienza el cómputo de los ausentes para comprobar sobre la base de anteriores participaciones quién aún podría llegar, quién seguramente no vendrá, quién podría al menos dar la delega a alguien y quién no delegará a nadie. "Rossi no ha llegado todavía, extraño por lo general nunca falla", "Voy a buscar la delega de Bianchi, me la hace siempre, se habrá olvidado", "Mira que Bianchi ha partido ", "Los viejos del últimos piso no vienen nunca, y después a esta hora no le abren a nadie "," Trata de tocar timbre en lo de Verdi, veremos si baja "," La sra Proietti ha dicho que su marido aún no ha regresado, pero sin duda vendrá "," A Persichetti lo he visto hace una media hora, debería bajar en unos minutos ". Después de que reunen todos los participantes, recogen las delegas y esperan los últimos con demora, encontraron que hay quórum, entonces se debería comenzar la asamblea. He dicho debería por qué generalmente pasado el momento de tensión con el temor de no tener suficientes milésimos para abrir el encuentro, los ocupantes se relajan y reanudan la charla olvidándose que están todos allí para la asamblea. El administrador se siente un poco como el profesor al cambio de la hora, donde los estudiantes se relajan por un momento entre las dos materias y casi no se dan cuenta de que él entró y le gustaría comenzar la lección. Cuando se da cuenta de que los ocupantes no tienen ninguna intención de poner fin a sus agradables conversaciones para comenzar la asamblea los acalla a todos con una petición aparentemente inocua pero que tiene el poder de detenerles, milagrosamente el aliento: "Necesitamos un presidente y un secretario ". En la habitación cae inmediatamente una helada, todos tratan de esconderse o proponer a alguien para el prestigioso puesto. La solicitud viene pronunciada muchas veces haciendo presente que sin el nombramiento del presidente y el secretario no se puede proceder. Una vez encontrados los dos "voluntarios" se puede empezar el espectáculo en sí.
El espectáculo
El espectáculo comienza generalmente con algunos actores que tratan de lavarse las manos preparando excusas para ausentarse de la reunión después de las primeras cuatro horas. Es un aro salvavidas para entendernos, porque decir a un cierto punto durante la asamblea, "tengo que irme", podría ponerlos en una mala situación hacia los otros ocupantes si no está debidamente notificado antes. Una vez terminada esta fase cada ocupante actor, trata de recapitular por qué está allí y tan pronto como se acuerda del tema que le interesaba, en desafío a la orden del día, decide exponerlo inmediatamente por miedo a olvidarse. Este es el primer momento de confusión, donde todos hablan de todo y la cosa podría seguir hasta el infinito si el presidente o el administrador no hicieran presente que sería el caso de que se siguiera el orden del día y que el asunto fuera afrontado en el punto pre-establecido o en una otra parte del mismo. Lo más difícil en una reunión es hacer cumplir el guión a los actores porque cada uno en cualquier momento se permite de decir lo primero que le viene a la mente y los demás en lugar de "frenarlo", pidiéndole de cumplir con la orden del día, le dan cuerda iniciando discusiones privadas aunque sólo sean dos o tres de ellos, mientras que los otros están hablando sobre otros temas.
La cosa para mí más penosa en la asamblea es cuando el presidente pregunta si todos están de acuerdo en la aprobación del balance. Al unísono todos empiezan a hojear el balance como si fuese (y lo es) la primera vez que lo ven, a pesar de que fue entregado al menos cinco días atrás, pretendiendo de controlar las cifras para luego dar su aprobación. A veces algún ocupante, para hacer ver a los otros que él el balance se lo ha estudiado, hace una pregunta no muy convencido sobre las primeras partidas de gastos que ve y a la respuesta del administrador finge de haber quedado plenamente satisfecho.
Después de la aprobación de la consulta y del balance final, por lo general se pasa a la reelección o no del administrador. En este punto el ocupante pedante sienta cátedra, se quita por un momento el papel de presidente y asume aquel de Ministerio Público. ¿ Adivináis quién será el único acusado? El MP reconstruye en detalle la labor del administrador desde el primer día de su nombramiento hasta unos momentos antes. Al final de su procesamiento se dirige al jurado, pidiendo a cada uno de ponerse una mano en el corazón, confiando en la sed de justicia que está en cada uno de ellos y solicita que el administrador sea condenado a la pena máxima: la expulsión para siempre del condominio. Después de la confirmación o no del administrador se pasa a la designación de los consejales, posición que ninguno querría cubrir, porque nadie tiene la menor idea de lo que hace un consejal. Por esta razón en todos los condominios son designados siempre los mismos, que están felices porque tienen un cargo sin ninguna responsabilidad, sabiendo que al final la culpa será en todo caso del administrador.
Después de terminar el aspecto puramente administrativo se pasa a la parte más sustancial, aquella que esperan todos: el trabajo a deliberar. La lectura de las estimaciones de gastos es la cosa más aburrida que hay en una reunión debido a que la mayoría de los ocupantes en este momento se distrae, no entiende absolutamente de lo que se está hablando, sólo está interesada a la parte relativa a los gastos para poder impugnar, en lugar de saber el tipo de trabajo que se realizará y la forma de ejecutarlo. La dificultad, además de la falta de interés de muchos ocupantes, también se debe a la imposibilidad de obtener las estimaciones realizadas por las empresas en forma correcta y que no dejan margen a la interpretación. Cuando se trata de obras muy grandes, es difícil decidir sobre el trabajo en una sola reunión, (a menudo no funciona incluso con trabajos más modestos). Casi siempre viene deliberado pedir a las empresas nnuevas estimaciones relativas a otros trabajos, exponiendo los precios de manera más clara.
Por lo general, en cada condominio, siempre hay un argumento puesto regularmente en cada orden del día sobre el que nunca se puede analizar porque no todos los ocupantes están de acuerdo y por esta razón constantemente se pide al administrador de proponerlo en una futura reunión . El argumento a menudo se refiere a obras no urgentes o no esenciales, por lo cual se intenta de aplazar la ejecución y el pago. Un tema sobre el que no se reflexiona nunca es sobre los cambios de los aparcamientos, porque los propietarios que lo ocupan regularmente, no están de acuerdo en que se establezcan rotaciónes, de esta manera también los obliga a ellos a aparcar el coche en la calle .
Sobre "diferencias y posibilidades" puede suceder que nadie tenga nada que decir o que vengan sacados temas cuyas discusiones duren más de todos los otros temas del programa en su conjunto.
A diferencia del normal espectáculo teatral, la duración de una reunión del condominio no se puede establecer con antelación y ni menos predecir; con un único punto en el orden del día y con un tema marginal puede durar más que la aprobación del balance. Además los actores en cuestión son impredecibles, son verdaderos histriones, pasan fácilmente de las bromas a las amenazas, desde "Está bien," a "Está todo mal," de "Todos queremos que permanezca como administrador", a "Desde que ha llegado aquí, no ha hecho nada bueno ".
El final
El final de la asamblea es siempre el igual, tantas buenas intenciones, escritas en ese libro, informes que nadie leerá y nadie recordará. Los primeros síntomas de esta pérdida de memoria repentina ocurren inmediatamente después del evento, cuando el ocupante ha vuelto a casa, viene interrogado por el cónyuge de los temas en discusión y no es capaz de decir lo que han resuelto, si el presupuesto ha sido aprobado y el administrador ha sido confirmado.
Para cerrar el tema de la asamblea les resumo algunos principios básicos descritos anteriormente:
Principales reglas de la asamblea:
1. A cualquier hora se fije, los ocupantes se presentan por lo menos con media hora de retraso;
2. independientemente del orden del día nunca dura menos de tres horas;
3. cada trabajo es correcto seguirlo hasta la lectura de las estimaciones de gastos;
4. son siempre los otros que no quieren aprobar el trabajo para no gastar dinero;
5. lo que en el pasado ha sido causa de discusiones, deberá ser recordado en cada asamblea;
6. También en la más tranquila, un tema marginal generará una discusión sin fin;
7. Todo debe ser repetido al menos tres veces, porque siempre hay un distraído;
8. hay un punto en la agenda que siempre se repite, pero nunca hay una resolución;
9. los otros siempre se han equivocado y lo hacen de mala fe, especialmente el administrador;
10. cualquier día se fije la samblea, siempre hay un partido que coincidie y no pueden renunciar;
Principales comportamientos de los ocupantes en la reunión:
1. llegar siempre a la asamblea después de la hora prevista;
2. quejarse porque los otros llegan con más demora;
3. preguntarle al administrador del por qué ha puesto el inicio de la asamblea tan temprano;
4. recomendar al administrador de no finalizar muy tarde la asamblea;
5. preguntarle al administrador por qué él convocó la reunión para ese día;
6. Indicar que son años que vosotros exigís de no poner la reunión ese día;
7. prepararse una excusa para irse antes que termine la asamblea;
8. No mirar para nada el balance y el presupuesto antes de la reunión;
9. hablar, como en la escuela, con el que está sentado cerca;
10. terminada la asamblea y perder completamente la memoria de lo que se ha dicho.
Las excusas más utilizadas para no ser el presidente o el secretario y sus respuestas:
O, "Yo lo haría con placer, pero":
1. "No tengo ni idea de lo que hace un presidente".
Respuesta: "Entonces será el secretario, debe escribir sólo lo que el presidente le dicta."
2. "No puedo, lo siento pero no tengo voz."
Respuesta: "No se preocupes, trataremos de hablar uno a la vez así lo escucharemos."
3. "No puedo escribir porque no traje las gafas."
Respuesta: "Entonces podría ser el presidente".
4. "Tengo que expresar muchos conceptos y no querría distraerme".
Respuesta: "No se preocupe, le daremos todo el tiempo posible para concentrarse".
5. "No tengo buena letra, no se entiende nada cuando escribo."
Respuesta: "Total a las actas no las lee nadie, y después su letra es comprensible."
6. "Dentro de poco debo irme."
Respuesta: "No se preocupe ya que terminamos pronto, todos tenemos algo que hacer".
7. "He sido el secretario en las últimas tres asambleas."
Respuesta: "¡Felicidades! Esta vez será el presidente ".
8. "Yo vivo aquí hace poco y no conozco a nadie."
Respuesta: "Entonces esta es una buena ocasión para conocerlos y aparte usted nunca lo ha hecho."
9. "No estoy preparado, he regresado hoy y mi esposa me ha dicho que estaba la asamblea."
Respuesta: "Pero si discute de las cosas habituales, no se preocupe usted está muy bien preparado."
10. "He dejado mi hija sola y cada tanto tengo que ir a ver lo que está haciendo."
Respuesta: "Tráigamela a casa, así juga con mi hija, también está mi madre para controlarlas."
Test
¿ Sois vosotros un buen participante de asamblea de condominio?
1) Habéis recibido la notificación para la reunión:
a) pensáis a una serie de excusas plausibles para no ir;
b) os hacéis los mismos escrúpulos de conciencia cuando debéis ir a votar;
c) ponéis la hoja de convocatoria a cualquier parte y perdéis la memoria;
d) empezáis a pensar en todas las cosas que se deben hacer para prepararse bien para la reunión.
2) Vuestro vecino os pide de hacer una delega porque él no podrá intervenir:
a) decís que ni siquiera vosotros podéis ir allí, en verdad queríais hacer la delega a él;
b) decís que no os sentís impedido de soportar esta responsabilidad;
c) aceptáis con la promesa de compensarle el favor para la próxima reunión;
d) no esperabais otra cosa, sino lo hubiera pedido él, lo habríais hecho vosotros.
3) Qué lleváis a la asamblea:
a) querríais llevar el balance, pero no os recordáis donde lo habéis puesto;
b) una silla cómoda sabiendo que no terminará antes de las tres horas canónicas;
c) os preparáis para la batalla, sacáis del altillo el casco y la pistola;
d) los últimos cinco balances, las últimas cinco actas y el Código Civil.
4) La reunión ha estado programada a las 21:00:
a) os presentáis a las 21.30 horas sabiendo que todos lo harán así ;
b) os presentáis a las 21.15 horas tratando de estar entre los primeros;
c) os presentáis a las 22.00 sabiendo que de las 21.00 a las 21:59 es todo una pérdida de tiempo;
d) os presentáis a las 20:55 y rezongáis con todos (incluido el administrador) por la demora.
5) Iniciada la asamblea te piden de ser el presidente o el secretario:
a) jugáis la carta de un malestar repentino utilizado siempre por vuestro hijo;
b) jugáis la carta del compromiso repentino que no les permitirá quedarse;
c) jugáis la carta de las gafas dejadas en casa, a pesar de que veis muy bien sin ellas;
d) aceptáis con honor, porque no os esperabais nada más que ellos te lo pidieran.
6) Hay que elegir a los nuevos consejales del edificio:
a) proponéis a la anciana de la planta baja que tiene mucho tiempo a disposición;
b) proponéis que lo hagan los de siempre, ya que es un cargo que cubren desde hace años;
c) proponéis de hacerlo a cambio de una compensación sustancial;
d) cuando dicen vuestro nombre fingís de no querer aceptar y ... aceptáis.
7) Durante la reunión se les pregunta si alguien tiene objeciones sobre el balance:
a) pretendéis darle una última mirada, pero es la primera vez que lo leéis;
b) declaráis de no tiener nada que objetar, aunque no habiéndolo leido;
c) hacéis una pregunta trivial fingiendo que la respuesta para esté completa;
d) sacáis vuestra agenda donde habéis escrito todas las incoherencias.
8) Durante la asamblea los ocupantes de al lado no hacen más que hablar entre ellos:
a) preguntáis si gustan una taza de té y pasteles;
b) lanzáis miradas desafiantes y producís toses elocuente;
c) os ponéis a charlar con ellos buscando los temas más interesante dentro de lo que hablan;
d) Solicitáis al presidente de poner un castigo ejemplar.
9) La estimación del costo de la obra es demasiada alta, pero no quieréis pasar por tacaño:
a) insinuáis dudas de que la compañía haya pedido demasiado respecto al trabajo a realizar;
b) insinuáis dudas de que el trabajo presupuestado no sea tan urgente;
c) insinuáis dudas de que la empresa no esté de acuerdo con el administrador;
d) insinuáis dudas de que el administrador haya inventado que el trabajo es necesario.
10) Os vine señalado que el trabajo realizado por la empresa recomiendada debe hacerse de nuevo:
a) la culpa es de ellos porque no han elegido el otro presupuesto;
b) la culpa es de ellos porque no se han interesado en ponerse en contacto con otras empresas;
c) la culpa es del administrador que no ha presentado ningún otro presupuesto;
d) la culpa es del administrador.
11) Ha pasado sólo media hora y ya se ha llegado al último punto de la agenda:
a) esponéis un tema que en el pasado ha estado causa de discusión;
b) os laváis las manos, todavía unos minutos más seréis libre;
c) os declaráis no convencido sobre la última resolución aprobada, acusando a los otros ocupantes;
d) pedís la relectura de todas las actas de los últimos años para comprobar si hay incongruencias.
12) El ocupante que más odiáis encuentra una solución y todo el mundo está de acuerdo con él:
a) incluso si la idea es buena, para no darle satisfacción desaprobáis todo;
b) pensáis que en el fondo, incluso de su cerebro a veces salen cosas inteligentes;
c) mencionáis todas sus intervenciones anteriores, tratando de demostrar que se contradice;
d) tratáis de convencer a los demás de que, su solución era una vuestra idea.
13) Se desea la revisión de las milésimas evidentemente erróneas pero favorables para vosotros:
a) no estáis de acuerdo, creyendo que es imposible que el técnico que la ha hecho se haya equivocado;
b) tomado nota del error encontrado , es necesario el consentimiento de todos;
c) insinuáis la duda de que esta es una movida política, diseñada para hacerles pagar de más;
d) metéis en "alboroto", citando sentencias inexistentes que te darían la razón.
14) Se le pide por enésima vez de retirar sus pertenencias del sótano:
a) negáis que sean vuestras, proponiendo que las saque alguien;
b) preguntáis como siempre si alguien sabe el número de la empresa municipal;
c) os disculpáis con los otros prometiendo por enésima vez de sacarlas;
d) prometéis de sacarlas cuando será libre la terraza del condominio.
15) Se pide rehacer el pavimento de vuestro techo:
a) para hacerles ahorrar a los demás, proponéis de poner una resina sobre el suelo actual;
b) acordáis, a disgusto, ya que llueve en el apartamento de abajo;
c) insinuáis sospecha que a causar la infiltración han sido las obras de la planta baja;
d) metéis en "alboroto", pidiendo una serie de nuevos presupuestos y análisis.
16) La mayoría está aprobando una resolución para la cual sois contrario:
a) afirmáis que para una decisión tan importante deberían tener otra reunión;
b) a disgusto aceptáis la decisión de la asamblea;
c) aterroriza a todos diciendo que pronto se arrepentirán de no haberlos escuchado;
d) os lamentáis de no haber tenido una delega de más, aparte de las treinta en poseso.
17) La asamblea se está prolongando fatigosamente por más de tres horas:
a) simuláis de tener una tarea urgente, pidís humildemente disculpas y desaparecéis;
b) comenzáis a pensar en todo lo que haréis cuando volveréis en libertad;
c) decidís de tomar cartas en el asunto y empezáis a acelerar los tiempos;
d) no dais prisa, una buena reunión no puede durar menos de cuatro horas.
18) El presidente declara clausurada la reunión después de volver a leer el acta:
a) declaráis: "Hemos pasamos cuatro horas, ¿no son pocas para una sola resolución?"
b) os apresuráis a tomar vuestra silla para iros antes de que algo la reabra;
c) declaráis: "Recordaos que no estaba de acuerdo, entonces no vengáis a pedirme dinero";
d) pedís al administrador cuando podéis tener una copia del acta.
19) Estáis de vuelta en casa, que hacéis:
a) os olvidáis de todo lo que se ha dicho y deliberado;
b) vuestra alegría se ha ensombrecida por el hecho de que dentro de un año habrá otra;
c) pensáis en la posible excusa a utilizar para no ir la próxima vez;
d) esperáis ansiosamente la llegada de la copia del acta en el buzón del edificio.
20) Vuestro cónyuge os pregunta lo que se ha deliberado en la reunión:
a) fingís un ataque de dolor de cabeza debido a la confusión e vais a dormir;
b) a cabizbajos declaráis que en realidad no habéis entendido nada;
c) os atrincheráis detrás de "Si te importaba mucho podías ir tú";
d) sacáis vuestro cuaderno de apuntes y leéis la vuestra acta personal.
Resultados del test:
Si habéis más respuestas a): Sois un ocupante que no se asusta de nada, odiáis la asamblea, pero esto no hace que os perdáis el vuestro autocontrol y sobre todo vuestro descaro que os permite salir de las situaciones más comprometedoras tratando de dar vuelta la tortilla, revirtiendo la responsabilidad con ironía hacia los otros ocupantes.
Si habéis más respuestas b): Para vosotros asistir a la reunión es ante todo un deber, no toleráis esos ocupantes que nunca intervenir y luego se quejan de que no hacen nada. Sois una persona honesta y leal, por lo que también votáis a favor de las resoluciones que supondrán un desembolso de dinero para vosotros. El sentido de la justicia es más fuerte que cualquier otra cosa, es un placer tratáis con vosotros.
Si habéis más respuestas c): Odiáis asistir a la asamblea y no hacéis nada para ocultarlo. Vuestra codicia os lleva a oponerse a cualquier resolución, incluso si es correcta, lo que resulta en un gasto adicional para vosotros. Siempre estáis luchando con todos las demás ocupantes y no hacéis nada para complacerlos.
Si habéis más respuestas d): La asamblea para vosotros no es un deber, es un placer. Durante las reuniones os exaltáis de todo lo que hacéis tratando de poner una palabra en todas las deliberaciones para sentiros satisfecho. Sabéis de memoria todas las normas del condominio, todo el código civil, todas las decisiones adoptadas en la última década, todos los informes elaborados. Vuestra mayor felicidad sería poder hacer al menos una asamblea a la semana, aunque no todos estarían de acuerdo.
VIII
SIETE DEFECTOS DEL CONDOMINIO
La envidia
La envidia es un sentimiento muy común en un condominio.
Principales causas:
1. el vecino tiene una casa más grande y más hermosa;
2. el vecino posee un automóvil de lujo;
3. el vecino es mucho más joven y guapo;
4. el vecino tiene un trabajo más rentable;
5. el vecino siempre recibe personas en casa y se siente que pasan un buen rato;
6. el vecino tiene hijos muy educados que estudian con gran provecho;
7. el vecino es tratado con una mayor consideración por los otros ocupantes;
8. el vecino tiene de milésimas más bajas y, por lo tanto, paga simpre de menos;
9. el vecino tiene las plantas siempre impecable y todo el mundo en el edificio lo exaltan;
10. el vecino a menudo se va de vacaciones y esto siempre está bronceado.
Comportamientos adoptados:
1. criticar su casa, su coche, su apariencia, su trabajo, sus amigos, sus hijos;
2. ostracismo en sede de asmblea hacia cualquier propuesta suya;
3. expresesar siempre un voto contrario al suyo, incluso yendo en contra de sus propios intereses;
4. dar a conocer a todos los otros ocupantes de no querer tener nada que ver con él;
5. en la asamblea criticar cada declaración suya;
6. hacerle burlas como ocultarle el correo o ensuciarle el coche;
7.comprarse un coche más lindo del suyo, endeudándose de por vida;
8. suscribirse a un salón de belleza y mostrarse en el edificio más bronceado que él;
9. llamar un jardinero que haga un jardín inglés en el balcón;
10. hablarle mal de él a los demás y sobre todo al administrador.
Ningún ocupante admitirá de sentir envidia hacia otro, pero este sentimiento está presente y se puede ver fácilmente en sus discursos.
La lujuria
El ocupante lujurioso es una catástrofe sólo para los vecinos, principalmente a causa de los ruidos inconfundibles provenientes del apartamento. Hablo de una catástrofe, porque si bien es cierto que es muy fácil decirle al vecino de mantener bajo el volumen de la televisión o tener más cuidado al regar las plantas, pensáis en la vergüenza de decirle si puede hacer menos ruido cuando hace el amor con su pareja.
Los disturbios mayormente provocados a los vecinos son:
1. "gemidos" y gritos inconfundible que vienen de su apartamento;
2. el ruido de la cama chirriante en cualquier momento del día o de la noche;
3. apartamento utilizado exclusivamente como "guarida" para sus encuentros amorosos;
4. extraños que vienen a ver al ocupante en cualquier momento del día o de la noche;
5. sentirse cada noche en el set de una película a luz roja;
6. sentir siempre pasos, puertas que se abren y se cierran durante la noche;
7. vergüenza de decirle si le fuese posible reducir el ruido, especialmente por la noche;
8. vergüenza con su propia pareja debido a las comparaciones por la frecuencia y la duración de las relaciónes;
9. vergüenza entre quien es visto entrar en el apartamento, y quien lo ve, y sabe lo que va a hacer;
10. poca atención hacia el condominio porque prefiere interesarse en otra cosa.
Más complicado aún es la situación que se produce cuando el ocupante lujurioso es del tipo "a pagamento". La situación es más delicada, porque todos los ocupantes saben lo que sucede allí, pero tratándose de apartamentos en alquiler, tanto el propietario como el inquilino negarán las acusas. Ciertamente para los ocupantes no es nada agradable ver la gente que acude por las escaleras y corredores y que fingen, a fin de no ser descubiertos hacia dónde van, o incluso están en filo en la puerta esperando su turno.
La avaricia
La avaricia es un vicio que se mantiene oculto y sobre todo muy camuflado. El ocupante avaro, como el envidioso, no admitirá ni siquiera bajo tortura de serlo.
Cosas que piensa, pero que trata de decirlas de otra manera:
1. Piensa: ". Este trabajo no lo quiero hacer para no gastar mi dinero"; Él dice: " ¿Estamos seguros de que el trabajo propuesto por el administrador sea realmente necesario?"
2. Piensa: "Nunca jamás tendréis mi dinero para unos trabajos innecesarios."; Él dice: "Si se deben hacer se hacen. Lástima que alguien no quiere gastar dinero ".
3. Piensa: " Ya que nos vemos obligados a hacer el trabajo elegimos al menos el presupuesto más bajo."; Él dice: "No porque sea el más bajo, pero este parece ser el mejor presupuesto".
4. Piensa: "Sé que los materiales son malos , pero al menos gastamos de menos."; Él dice: "A pesar de que cuestan menos sé que esos materiales son tan buenos como los demás."
5. Piensa: "Conozco un inmigrante por unos pocos euros haría el trabajo."; Él dice: "Podríamos encontrar a alguien que haga el trabajo sin la factura."
6. Piensa: "Busquemos al menos con la empresa de economizar con el precio."; Él dice: "El administrador podría pedir a la empresa si pueden hacernos un descuento."
7. Piensa: "No quiero gastar dinero para reemplazar las plantas del patio."; Él dice: "Sé que están todas secas, pero esperemos un poco, podría recuperarse. "
8. Piensa: "Gastar todo ese dinero por plantas me parece una locura."; Él dice: "¿Por qué no le preguntamos alguna señora si nos regala alguna de las suyas?
9. Piensa "No llamo más al administrador cuando se queman las lámparas, cuestan demasiado."; Él dice: "Yo quería llamarlo pero me recuerdo sólo por la noche, cuando ya es demasiado tarde."
10. Piensa: "¿Con todo lo que ya gana por qué tenemos que darle la propina al cartero?"; Él dice: "Es que ya no se usa más y tal vez él se ofendendería".
Característica de cada ocupante avaro que se repite es siempre aquella de querer demostrar como son siempre los demás y no es él, quien no quiere gastar dinero para la obra. Su frase histórica es, decir: "Si tirara veinte centavos aquí por el piso aquellos provocarían una pelea entre ellos para llevarselos".
La ira
La ira es lo peor que se puede encontrar en un edificio. Además, creo que los asuntos del condominio sea en absoluto el tema por el cual se discute de más. No es casualidad que en muchos casos de crónica en los últimos años son la base de muchos de los asesinatos por desacuerdos de condominios.
Características del ocupante rabioso:
1. no ve más allá de sus propias ideas y de su persona, mezquino egoísmo personal;
2. no escucha los argumentos de los demás;
3. no puede hablar tranquilamente con los demás, siempre grita;
4. no quiere saber los motivos que llevaron a los demás a comportarse de una determinada manera;
5. Ataca a sus interlocutores, a menudo llegando a ofensa personal;
6. exige respeto pero no muestra nada hacia los demás;
7. es mal visto por todos;
8. se enoja por bagatelas, cualquier excusa es buena para crear un escándalo;
9. su principal temor es que alguien trate de "dominarlo completamente";
10. todo por él se convierte en una amenaza, cada ocupante un posible enemigo.
La ira está representada por el ocupante gritón, con el que se hace imposible hablar incluso en momentos en que está aparentemente tranquilo.
La soberbia
La soberbia está representado por el ocupante pedante que da clases venerándose de su conocimiento.
Características del ocupante soberbio:
1. no acepta ni consejos ni críticas;
2. está convencido de que todo el edificio gira alrededor de él;
3. nunca admitirá de haber cometido un error o de no conocer la legislación;
4. cada concesión que se ve obligado a hacer, se convierte en un desafío
5. en su batalla personal contra los que no piensan como él no hace prisioneros;
6. considera que siempre tiene la razón y que nadie puede saber más que él;
7. su mayor gratificación es sentirse indispensable para el edificio;
8. trata de convencer a los otros ocupantes que todo se hace gracias a su intervención;
9. trata de convencer a los otros ocupantes que cada euro ahorrado es mérito suyo;
10. tiene una habilidad innata en atribuirse méritos que en realidad son de otros.
El ocupante soberbio es : ¡Pesado! Incluso con él se hace difícil entablar un diálogo porque en cualquier circunstancia o con cualquier tema debe demostrar a su interlocutor de saber más que él. Tenéis la seguridad de que si intentáis hablar con él sobre la situación de los pescadores de conchas de un atolón desconocido, un poco más grande que la plaza de un pequeño pueblo de montaña, sin dudas tendrá su opinión, y les mostrará cómo no teníais la más mínima del verdadero problema que los aqueja.
La pereza
La pereza es una "enfermedad" que afecta a la mayor parte de los propietarios, en particular, al ocupante indiferente llevándolo a rechazar todo lo que implica cuestiones del condominio, y perdiendo todo tipo de interés por algo que en cambio debería importarle muy de cerca, ya sea porque vive en un condominio, ya sea porque tiene que participar en los gastos de gestión.
Las principales características del inquilino perezoso son:
1. no tiene interés en las cosa relacionada con el condominio;
2. empieza a tener malestares después de haber recibido la convocatoria de la reunión;
3. empieza a encontrar todas las excusas posibles para no asistir a la reunión;
4. rechaza de tal manera la idea de la asamblea que no se sienta en delegar su representación;
5. no entiende por qué los otros ocupantes son siempre tan polémicas entre ellos;
6. desaparece cuando en el patio oye hablar de negocios del condominio;
7. no ha leído en su vida un balance;
8. no conoce ni un solo artículo del Código Civil sobre la propiedad común;
9. espera que sean los otros en llamar si la bombilla de luz de su pasillo se quema;
10. es perezoso hasta cuando descubre que una resolución lo ha corrompido cuando ya es demasiado tarde.
La gula
El pecado de la gula, sin embargo, afecta principalmente a los administradores, y es algo que tiene mucho que ver con la codicia.
La gula impulsa al administrador a:
1. ver a los ocupantes como limones para exprimir para obtener la mayor cantidad de dinero posible;
2. pasar sobre cada cosa , especialmente sobre la propia dignidad;
3. adquirir sólo los edificios de apartamentos en donde hay muchos trabajos para hacer;
4. encontrar todas las excusa para aprobar el presupuesto de la empresa con la que está de acuerdo;
5. juzgar urgente cualquier trabajo realizado sin el permiso de los propietarios;
6. hacerles pagar a los ocupantes hasta el aire que respiran;
7. complicar los balances para que nadie entienda nada de los gastos realizados;
8. hacer mucha presión, tratando de ganar dinero en todas las circunstancias;
9. agrandar los ojos apenas ve en el horizonte un gran trabajo para hacer;
10. no siente la necesidad de dar la impresión de estar haciendo algo.
Este tipo de administrador es perjudicial para toda la categoría que seguramente está formada por una gran mayoría de personas honestas, sin embargo, a causa de este individuo, siguen siendo etiquetados con la sentencia definitiva y ahora habitual: " ya se sabe que todos los administradores roban ".
Como reaccionan estos personajes cuando se convoca la asamblea:
El envidioso: "No veo la hora de la reunión, así podré hacersela pagar al vecino."
El lujurioso: "No puede ser, justo el día que me había organizado un triángulo."
El avaro ", me pregunto cuánto dinero quieren gastar esta vez, pero no voy a sacar ni un euro".
El enojado: "No veo la hora de ser convocado, así podré hacerselas pagar a todos."
El soberbio: "Tendré que estudiar toda la semana, no puedo mostrarme sin preparación."
El perezoso: "¿Ya ha pasado un año? ¿Qué excusa puedo inventarme esta vez? "
El avaro: "Tengo que hacer esos trabajos innecesarios, me han prometido el 10%."
Como reaccionan estos personajes cuando hay que volver a hacer una techo plano privado:
El envidioso: " Con todo el dinero que gana tenemos que hacerle la terraza de nuevo"
El lujurioso " Con todo el ruido que harán los trabajadores no voy a ser capaz de concentrarme"
El avaro: " ¿Pero si la terraza es suya porque tenemos que pagar también nosotros? Es injusto. "
El enojado: "Os habéis puesto todos de acuerdo en hacerme pagar este gasto."
El soberbio: "Como la división es compleja les diré yo si la han hecho bien."
El perezoso: "Pero ¿qué significa techo plano?"
El avaro: "Con un techo plano al año podría cambiar el coche más a menudo."
Como reaccionan estos personajes cuando hay que reconfirmar el administrador:
El envidioso: "Mi vecino está feliz con el administrador, voy a votar en contra de la reelección".
El lujurioso: "Me gusta, un día lo voy a invitar a mi casa para cenar y luego ..."
El avaro, "¿Por qué cambiarlo si cobra tan poco, otro habría costado más."
El enojado: "Tenemos que cambiarlo porque siempre le da la razón a los otros."
El soberbio ", yo lo haría mucho mejor que el administrador, básicamente ya lo hago."
El perezoso: " ¿Cambiar el administrador? ¿Por qué hasta ahora quién era? "
El avaro: "Ya que me habéis reconfirmado tendrè que pedirles un pequeño aumento."
Las Instalaciones
El ascensor
El ascensor es una medio muy útil en un edificio de apartamentos y se entiende su utilidad cuando no funciona. No es muy agradable volver llena de bolsas con compras y descubrir que el ascensor no funciona. La culpa no es del administrador, sino de la empresa de mantenimiento, que mencioné anteriormente. Al escuchar a los ocupantes el ascensor está siempre roto y nadie viene para hacerle los controles. El ascensor tiene la extraña habilidad de pararse cuando la oficina de la empresa de mantenimiento está cerrada, o por la noche o en días festivos, o al máximo la noche del sábado. Muchas compañías ahora han extendido la asistencia a 24 horas, incluso en días festivos, el servicio tiene por supuesto un costo extra que ningún ocupante quiere pagar, para después lamentarse cada vez que el ascensor se detiene por la noche o un día de fiesta. Una característica distintiva del ocupante es la de no advertir nunca directamente a la empresa de mantenimiento cuando el ascensor se rompe, a pesar de que en todos los ascensores hay una etiqueta con los nombres y números de teléfono para llamar en caso de emergencia. ¿Qué hace en su lugar? Espera a que sea otro a llamar a la compañía y, si al cabo de unos días el ascensor está aún parado, decide a regañadientes de dirigirse al administrador. Es una causa perdida, he tratado de explicar muchas veces a los ocupantes que en vez de llamarme, ya que en todo caso tienen que hacer una llamada telefónica, es mejor que llamen directamente a la compañía para explicarles con más detalle el problema técnico y especialmente para agilizar el procedimiento. A veces, de hecho, los ocupantes no me encuentran, y si me dejan un mensaje en la secretaría del teléfono o me vuelven a llamar, cuando me entero del problema ya seguramente pasó la hora y la empresa cerró y de esta manera se hablará al día siguiente. No hay nada que hacer, para ellos es algo incomprensible y puntualmente llega la llamada: "Son dos días que se ha detenido el ascensor, ¿no ha llamado nadie? Quería llamar a la compañía, pero no sabía si alguien ya lo había hecho, "Lo habré dicho una y mil veces a los ocupantes, es mejor que el administrador o la empresa reciban dos llamadas telefónicas de más que señalan el problema a que no reciban ninguna y el ascensor permanezca roto durante días. Una de las razones de mayor polémica entre los ocupantes es el uso del ascensor por parte de las empresas de construcción durante la restauración de los apartamentos. Todos los ocupantes son rápidos para quejarse cuando otros lo hacen y minimizar la cosa cuando a usarlo son sus trabajadores. Sinceramente nunca he tenido un ascensor roto porque lo utilizen para transportar materiales y escombros, pero cada vez que se para mientras en el palacio hay restauraciones en un apartamento, la culpa se da al hecho de que el sistema viene transformado en un ascensor de carga. Aparte del problema de los posibles fallos también está la del ascensor siempre sucio de cal y manchas de pisadas, porque los trabajadores después de usarlo para cargar y descargar los materiales, tienen cuidado de limpiarlo o al menos el uso de precauciones cómo cubrir el suelo con cartones.
Tengo que decir que la cabina del ascensor, además de usarlo como un elevador, es a menudo utilizado también como lugar para depositar la basura, sobre todo en aquellos en los que la parte superior hay un hueco para la iluminación en el techo. La situación clásica es la del ocupante que entra y encuentra su correo lleno de publicidad, los toma, entra en el ascensor con los volantes en la mano, después de una rápida mirada con la que no encuentra nada que pueda satisfacer su interés, hace un buena pelota, mira en el techo de la cabina, ve que hay otros papeles y ¿que hace? ¿los saca? Por supuesto que no, toma su bola de papel y la coloca junto a las otras, y total después pasará la empresa para limpiar todo. Lo mismo ocurre cuando alguien entra en el ascensor comiendo o bebiendo algo, y no sabe dónde tirar la envoltura y nada más fácil que tirarla arriba allí en el hueco.
Para la mayoría de los ocupantes el ascensor es sólo un medio que les ahorra la molestia de hacer unos cuantos tramo de escaleras, ya que se presentan delante de la puerta principal, pulsan el botón, entran en la cabina, llegan a su piso y bajan. Después de tantos años que lo usan ni siquiera recuerdan de que color sea su interior. Para otros, la cabina del ascensor representa la tarjeta de presentación para los huéspedes cuando vienen a visitarlos y no soportan por ninguna razón que esté en mal estado y sucia. Así que siempre hay un ocupante en la asamblea que anticipa cada año la propuesta de sustituir la cabina del ascensor o al menos de rehacer el interior exaltando la belleza de las instalaciones por él personalmente "visitadas" en otros palacios. Normalmente, esta propuesta nunca se toma en serio porque los ocupantes no gastan dinero ni para embellecer ni para reemplazar la cabina del ascensor, no les interesa, especialmente a los propietarios de los apartamentos de la planta baja que ni siquiera lo usan.
El ascensor durante los años ha cambiado mucho, desde las viejas cabinas con la moneda, cuando era necesario buscar en los bolsillos 5, 10 o 20 pesetas para poder subir, de lo contrario, se veía obligado a pasar por las escaleras. Muchas de las viejas instalaciones en su lugar todavía tienen puertas que se abren con la llave para no permitir a quién no es del edificio de usar el ascensor. Este sistema está todavía en uso, especialmente en los edificios en los cuales en su interior funcionan, por ejemplo, estudios médicos y hay una gran cantidad de personas que utilizarían el sistema sin contribuir a los costos, hecho que a los ocupantes no les gusta.
La caldera
Afortunadamente, la mayoría de los apartamentos están ahora equipados con caldera autónoma, ya sea porque los nuevos edificios nacen así, o porque en muchos condominios el sistema de calefacción se ha transformado de centralizado a autónomo. Condominios con caldera centralizada, sin embargo, aún existen con todos los problemas que les siguen. Las polémicas más grande surgen principalmente por dos razones: la hora de funcionamiento y la temperatura. Encuentrar una hora en que todos estén de acuerdo es una tarea imposible, porque con el ritmo frenético de la vida moderna, muchas familias durante el día no están y preferirían la calefacción temprano por la mañana cuando se levantan y tarde por la noche; hay personas de edad avanzada que se levantan más tarde, están en casa todo el día y por la noche se van a dormir temprano, los cuales preferirían la calefacción durante el día. Una buena solución es utilizar los contadores instalados en los radiadores. Con este sistema se deja la caldera encendida durante un cierto período de tiempo en el día, y cada ocupante se ajusta la apertura y cierre de los radiadores pagando sólo su consumo real. La solución de programar más lapsos de horarios a lo largo del día para atender las demandas de todos es más caro en una instalación central; para ahorrar en el consumo es más conveniente tener un único horario continuado en lugar de encender y apagar varias veces la caldera en el día.
Que todos estén de acuerdo en la temperatura no es fácil. El sótano, la planta baja y el ático son los pisos más fríos y por lo tanto se necesitaría una temperatura más alta, los pisos intermedios son más cálidos y el administrador debe absorber continuas protestas entre los que sienten demasiado frío y los que sienten demasiado calor. Hay edificios de apartamentos donde la brecha de temperatura entre un piso y el otro es notable y por lo que los inquilinos de los pisos medios se mueven durante el invierno dentro de su casa en manga corta, manteniendo las ventanas abiertas e incluso cierran las válvulas del radiador, mientras que los de planta baja y el ático deben mantener un abrigo y una estufa adicional.
La rotura de la caldera es un gran problema, encontrarse todo un edificio frío no es una cosa agradable, por lo que es adecuado pactar un contrato de mantenimiento con una empresa que garantice la operación dentro de las 24 horas, porque de lo contrario se corre el riesgo de dejar por varios día el edificio en el frío. Para la caldera vale la misma regla del ascensor, estáis seguro de que si se rompe, lo hace en el fin de semana cuando la empresa de mantenimiento está cerraday se debéis esperar hasta el lunes para llamar al técnico. Otra cosa en lo que se asimilan los dos sistemas es que para su reparación los ocupantes están dispuestos a hacer cualquier cosa, hay quienes tratan de retrasar el trabajo, quienes tomar tiempo, otros piden nuevas cotizaciones. La caldera, en particular, debe ser reparada inmediatamente, a cualquier precio, y en primera fila entre los ocupantes que vienen a pagar por el trabajo ¿sabéis quién está?: el ocupante moroso que a la calefacción no puede renunciar.
El gasto de la calefacción es uno de los mayores desembolso para un ocupante con caldera centralizada, porque multiplicando el inevitable incremento anual a familia del costo de los servicios por todas las familias que viven allí, significa que todos los años el aumento del costo es casi el doble. Los condominios con caldera centralizada son difíciles de manejar debido a que es imposible predecir el gasto para el próximo año debido a los aumentos constantes y si también hay condominios morosos; cuando llega una factura de gas de dos mil euros cada bimestre para un edificio de aproximadamente diez apartamentos, se convierte en una cantidad imposible para sacar de la escasa caja.
Más complicado aún es el manejo de calderas a gasoil (calderas de carbón no deberían existir, por lo menos en el papel), donde es necesario controlar el nivel del combustible diesel para hacer llegar el proveedor a tiempo para la recarga, sino se recibe la llamada de los ocupantes enojados porque no hay calefacción, no habiendo ni una gota de combustible en el tanque. No hay duda de que cuando se termina el gasoil la diligencia para alertar al administrador no es ni remotamente comparable a la de una bombilla quemada o a la rotura del ascensor, las llamadas vienen de inmediato e inmediata también debe ser la solución. El combustible diesel es, sin embargo, una excelente arma de "chantaje" contra el ocupante moroso porque si no paga, faltando el dinero en caja, no es posible abastecerse de combustible y entonces todos los demás ocupantes están obligados a permanecer en el frío, y apenas lo vean le recriminarán; él también resta al frío, por lo que casi siempre se las arregla para encontrar el dinero necesario para pagar al menos la cuota de la calefacción. Sobre el suministro de diesel circulan numerosas inferencias de los acuerdos entre administradores y empresas para descargar menos diesel del que se declaró para después dividirse la diferencia, se habla de administradores que se han hecho construir estupendas casas con el dinero obtenido de esta manera, tal vez exagerando, pero se sabe que a veces la realidad supera la imaginación.
Una mención especial merece el tanque de diesel, que cuando se rompe crea diferentes daños:
1. económico: el combustible diesel que se pierde en el suelo (siempre se rompe después del reabastecimiento);
2. económico: la reparación o sustitución del tanque;
3. ambiental: litros de diesel absorbido por el suelo;
4. climático: permanecer por mucho tiempo sin calefacción.
En los últimos años para superar todos estos inconvenientes muchos condominios han transformado su sistema de centralizado a autónomo, pero les aseguro de que los problemas no terminan. Primer problema: ¿Qué hacer con la vieja caldera? Si el tamaño de una caldera de un edificio de unos diez apartamentos es bastante pequeño, no se puede decir lo mismo si la caldera debería abastecer a cincuenta, prácticamente ocupará una habitación. ¿Cómo se puede sacar? ¿Cuánto puede costar? Ante todo, para aquellos que no han tenido experiencia en este campo les digo que hacer desmontar y transportar la vieja caldera por una empresa especializada es muy caro, más de lo que puedáis imaginar. Segundo problema: ¿Qué hacer con el tanque? ¿Puede permanecer bajo tierra? ¡Por supuesto que no! Se debería sacar e incluso aquí, los costos son elevados porque hay que excavar, sacar el tanque y llevarlo al vertedero. Una solución más barata es vaciarlo y llenarlo con tierra o arena. De esta manera se puede dejar enterrado, pero no esperáis de que con esta solución cueste sólo unos pocos euros.
Pero la pregunta más inquietante sigue siendo: ¿Cómo será utilizada la sala de calderas cuando se libere de la estructura?
Las respuestas más interesantes son:
1. por el momento lo mantenemos ahí, en el futuro se verá;
2. local para las asambleas del condominio;
3. alquilar a un ocupante como bodega;
4. vendido a un ocupante como bodega.
Las más imaginativas son:
1. salón para fiestas de cumpleaños;
2. sala de juegos para los niños;
3. centro cultural del edificio;
4. apartamento para alquilar a veinte inmigrantes.
Uno de los primeros deseos de los ocupantes, cansado de asistir a las reuniones en el atrio de la escalera, está el de poder desarrollar la asamblea en el local liberado, aunque a menudo no se tiene en cuenta que el espacio no sería mucho, y contando con el hecho de que no todos participarían. La hipótesis más ventajosa, pero que muchos no quieren oír hablar es el alquiler del local a un ocupante que podría utilizarlo como bodega. No quieren oír hablar porque lo consideran un bien del condominio, que pertenece a todos, pero especialmente para no dar una ventaja a otro ocupante, aunque renunciando esta manera al dinero. La solución de la venta es impracticable como con todas las cosas del condominio ya que se necesita el consentimiento de todos.
El repetidor de téfonos móviles
Todo comienza cuando llega al edificio la propuesta de una compañía telefónica: "¿Por tantos euros al año estáis dispuestos a instalar una antena telefonía móvil en la terraza?" Sí, es un gran dilema. Por un lado está el dinero que nunca está de más, tal vez acompañado por la promesa de renovar el edificio y por el otro está la salud. ¿Pero estas antenas son realmente dañinas? El dilema no es sencillo, en el interior del edificio se crearán, las tres facciones: "Sí", "No", "No se." De parte del "Sí", una oportunidad rara y única, en fondo los ecologistas siempre exageran y luego si no se instalan en nuestro propio edificio quizás se hace en el edificio de al lado y así no se toman el dinero y el problema de las ondas electromagnéticas se mantiene. De parte de los "No" están las personas que piensan que la salud es lo primero y no quieren correr el riesgo, por algunos euros de más en el bolsillo, a estropearla. El "no lo sé", son los indecisos, que ven de un lado de la balanza un montón de dinero, y del otro una sala de hospital. En medio de todo esto hay tanta desinformación, datos aún no claros acerca de las consecuencias que pueden derivarse de los campos electromagnéticos; los expertos que afirman que no hay peligro y otros que dicen lo contrario, prediciendo escenas del Apocalipsis. Si hubiera una respuesta cierta e indiscutible por los científicos de la falta absoluta de riesgo, no habría surgido la cuestión si instalar un repetidor o no, dada la falta de dinero siempre en el condominio, y una respuesta definitiva sobre las ondas electromagnéticas producidas por los teléfonos móviles, la decisión a tomar nunca es fácil. Una vez que hayan decidido por el "sí" y aplacados los enfrentamientos entre los ocupantes comienzan los verdaderos problemas, porque los inquilinos de los edificios adyacentes iniciarán a protestar dando lugar a manifestaciones masivas en el barrio, muestras de protesta, ofensivos escritos en las paredes alabando ser "prostituida" por unos pocos euros, barricadas contra los medios de la compañía telefónica enviados a ensamblar el sistema. Por todo esto la operación se hace a menudo por la noche, en secreto, pero no se sabe cómo, alguien está siempre bien informado y así a las dos de la mañana, los trabajadores se encontran con una multitud de personas en el edificio para evitar el trabajo. A veces los que se quejan del repetidor son realmente envidiosos del hecho de que la empresa ha hecho una oferta al otro edificio o porque su edificio no ha aceptado la propuesta. Lo que me hace personalmente pensar es que estos defensores del medioambiente rara vez caminan sin su teléfono móvil del que es difícil se separaren y es curioso ver que durante estas manifestaciones hablan por teléfono, giran con el auricular pegado en el oído o con el teléfono móvil al hombro en exhibición sin preguntarse cómo podrían seguir utilizándolo sin repetidores. El problema también es político, no es raro que a la cabeza de los "rebeldes" estén los políticos y precisamente se hagan en períodos de las elecciones políticas y que participan activamente en todas las protestas, sólo para obtener algunos votos más. Tenéis la seguridad de que después de las elecciones no recordarán dónde fue instalado el repetidor y tal vez tienen uno encima de su edificio.
La puerta
¿Creéis que la puerta del edificio pueda ser inmune a los debates? Entonces no habéis prestado mucha atención a todo lo que os he dicho hasta ahora. Debéis saber que no hay nada más que pueda hacer enojar a los ocupantes que la puerta abierta. Tan pronto como un ocupante se da cuenta de que alguien es culpable de esta grave falta, inmediatamente decide escribir un mensaje y publicarlo en el vidrio de la puerta: "Invitamos a los señores ocupantes de cerrar la puerta del edificio. Gracias ". A continuación el ocupante nota que son aquellos que no viven allí a dejarla abierta y por lo tanto, corrige el cartel y añade a los ocupantes e incluso a los visitantes. Teniendo en cuenta, sin embargo, que a pesar del cortés aviso la puerta sigue estando abierta, el ocupante provee a reemplazar el cartel con uno nuevo, menos complaciente, como: "Se invita a las personas civilizadas a cerrar la puerta", "Quién deja la puerta abierta en caso de robo tendrá que rendir cuentas "," Si en vuestro edificio estáis acostumbrado de otra manera sabéis que este es un edificio civil y tenéis que cerrar la puerta. " A veces también se tienen resentimientos, hay un ocupante que deja la puerta abierta a propósito, porque él se está trasladando y debe entrar y salir varias veces; pasa otro, ve la puerta abierta, conoce la razón por la que se ha dejado abierta , de todas maneras le da fastidio y cada vez que pasa, cierra la puerta gritando frases como " ¡la puerta se debe cerrar!", " ¡no estamos en un hotel!", " ¡Siempre esta puerta abierta, esto lo diré en asamblea! ". Lo mismo sucede cuando la puerta se rompe y se deja abierta de otra manera los ocupantes no pueden entrar; siempre habrá alguien que encuentra la puerta abierta, sabe por qué no se cierra y como no la puede ver abierta, la cierra con aire molesto. Un clásico de la rotura de la puerta es la llave que se rompe en la cerradura. Estáis bien seguros de una cosa: el culpable nunca se encontrará, no ha sido nadie, la llave entró sola en la cerradura y se rompió. A este punto entra en acción un ocupante imaginativo que sugerirá las ideas más ingeniosas para sacarla y, por supuesto, alguien lo escuchará, tratando de ponerlas en práctica. ¿Queréis saber las soluciones propuestas?
Propongo algunas soluciones ideadas por los diversos "genios" del condominio:
1. herramienta utilizada: un imán normal.
efecto deseado: acercando el imán a la llave, esta es atraída y sale;
efecto que se obtiene: no pasa nada porque el imán no tiene la fuerza para atraer y sacar la llave encajada;
solución necesaria: llamar a un cerrajero que tratan de quitar la llave.
2. herramienta utilizada: otra llave de la misma puerta.
efecto deseado: metiéndola del otro lado de la cerradura la llave rota es empujado hacia fuera liberando la cerradura;
efecto que se obtiene: después de probar con mucho cuidado de poner la llave del otro lado de la cerradura, termina la paciencia, y se procederá con medios menos dulce hasta que se llega a martillar para dejarla entrar, con el efecto final de encontrarse con dos llaves encajadas en la cerradura;
solución necesaria: llamar a un cerrajero que tratan de sacar ambas llaves.
3. Herramienta utilizada: el otro lado de la llave rota y pegamento.
efecto deseado: se pone un poco de pegamento en la parte de la llave rota, se acercan las dos piezas y se unen una vez pegadas se trata de sacarla de la cerradura;
efecto que se obtiene: tan pronto como se trata de tirar la llave las dos partes se dividen de nuevo, el pegamento penetra en la cerradura formando una pelota con la llave encajada siendo imposible quitarla.
solución necesaria: llamar a un cerrajero para reemplazar la llave de la cerradura.
4. Herramientas utilizadas: destornilladores, alicates, un martillo.
efecto deseado: con el destornillador se prueba, martillando en el otro lado de la cerradura como si fuera un cincel, para hacer salir la llave de la cerradura, tratando de agarrarla con la pinza;
efecto que se obtiene: después de los primeros golpes con un martillo y un destornillador pequeño, no obteniendo ningún resultado se pasa a reemplazarlos con un destornillador y martillo siempre más grandes, hasta quebar todos las puntas, romperse los dedos con las tenazas destruyendo la cerradura del tambor irreparablemente;
solución necesaria: llamar a un cerrajero para reemplazar el bloqueo, ir a la sala de emergencia y comprar de nuevo un juego de destornilladores para el vecino.
5. herramienta utilizada: un taladro.
efecto deseado: con la punta del taladro se pretende romper la clave para hacer que las piezas pequeñas puedan desprenderse con mayor facilidad;
efecto que se obtiene: después de haber probado, con una punta más fina, de desgastar el metal de la llave, se procederá con una punta más gruesa que destrozará la llave, y también toda la cerradura haciéndola inútil;
solución necesaria: llamar a un cerrajero para reemplazar toda la cerradura.
6. herramienta utilizada: un destornillador.
efecto deseado: quitar la cerradura, sacar la llave y volver a colocar la cerradura;
efecto que se obtiene: después de quitar cada pequeño e insignificante tornillo, estos se dispersarán por todo el patio y se recuperarán anualmente por la empresa de limpieza durante dos décadas; la llave se sacará de la cerradura, pero será imposible volver a montarla después de varios intentos por parte de cada propietario y después de que la mitad de las piezas se ha perdido o se ha vuelto inutilizable.
Solución necesario: llamar a un cerrajero para reemplazar la cerradura y un buen electricista que restaurará la parte eléctrica.
¿Queréis mi solución?
herramienta utilizada: el teléfono.
efecto deseado: alertar al administrador para que envíe un cerrajero para extraer la llave y no pida ningún tipo de compensación por el intervento;
efecto que se obtiene: 1) llega el cerrajero, en diez minutos retira la cerradura, extrae la llave, coloca nuevamente la cerradura, y pide 100 euros por el trabajo, ya que fue llamado con urgencia y no tardó en llegar; 2) llega el cerrajero, encuentra la cerradura en condiciones desesperadas, como resultado de los intentos de los condominios, en la media hora sustituye todo y pide € 300 porque sólo la pieza cuesta € 200.
solución necesaria: 1) encontrar el ocupante que ha roto la llave y hacerle pagar la factura del cerrajero. 2) encontrar el ocupante imaginativo, darle patadas en el culo y hacerle pagar la factura de la herrería.
Otra causa de rotura de la puerta es el resorte desgastado por la constante apertura y cierre de la misma, pero un culpable tiene que haber. El principal sospechoso es el estudio médico con todos los pacientes que entran y salen todo el tiempo, la puerta durante el horario de apertura del estudio lo único que hace es abrirse y cerrarse y entonces los ocupantes proponen cargar los gastos para reemplazar el resorte al estudio médico. Otros posibles culpables son los chicos que no tienen el más mínimo respeto por las cosas de los demás y salen con los scooters abriendo la puerta a patadas porque tienen las manos llenas de los manillares.
El resorte de la puerta es el tema de la atención de numerosos ocupantes porque dicen que no funciona bien, y que se cierra demasiado fuerte, haciendo saltar de la cama a los ocupantes durante la noche en la planta baja, o muy débilmente obligando a los ocupantes a acompañarla para cerrarla bien. ¿Cómo podemos superar esto? Cada ocupante con un destornillador afloja o aprieta el tornillo pequeño que ajusta el resorte dependiendo del efecto deseado hasta que se rompe el mecanismo y es necesario sustituir toda la pieza.
La puerta del edificio a menudo se convierte en una especie de tablón de anuncios en el que cada ocupante se siente con derecho a colocar avisos de las quejas. El ocupante que se siente en culpa responde al aviso con otro más grande. El primer ocupante se siente obligado a responder, a su vez, por lo que la puerta del edificio se convierte en una especie de foro donde todo el mundo expresa sus opiniones y da sus advertencias y amenazas. Además de las quejas podemos encontrar carteles de "en venta" o "en alquiler" apartamentos, ofertas de servicios para clases particulares, cuidado de niños, acompañador de perros y cuidadores y seguramente habrá algún ocupante que sacará los carteles debido a que le molesta y aquellos que los han publicado lo publicarán de nuevo.
El clásico cartel para la puerta que yo mismo he sido invitado a poner en muchos condominios es aquel con la escritura "Por favor, cierre la puerta", que es también el más ignorado, tal vez incluso más que el de “entrada de coches o garaje”. Se puede encontrar de varios tipos: manuscritos, impresos con el ordenador, etiquetas o de metal plastificado, pequeñas, medianas, grandes, lo que importa es que el resultado es siempre el mismo: la puerta siempre estará abierta. Desafortunadamente recordamos la importancia de mantener la puerta cerrada sólo cuando ocurren hechos desagradables como un robo o presencia de maliciosos o personas sin hogar que se encuentra en el edificio.
Un día fue llamado por un ocupante que había notado, atraído por un fuerte olor a excrementos, aguas residuales cerca de una pared en la planta superior del edificio donde vivía. Inmediatamente pensé en una ruptura de un tubo de desagüe y así, acompañado por el ocupante, fui a inspeccionar la situación. En realidad en la escalera había un líquido, pero en ese lugar no pasaba ningún tubo. Revisando el piso que servía sólo de paso a la terraza y al antiguo lavadero, notamos en la esquina unos paraguas abiertos y trapos apilados a un lado. No hemos tenido tiempo para pensar en quién hubiese podido dejar en ese lugar toda esa basura en lugar de ir y a tirarla, que nos hemos dado cuenta de que había una mujer tendida en el suelo vestida con harapos que atraída por nuestras voces, se estaba moviendo. En ese momento nos dimos cuenta de inmediato el origen de las aguas residuales y por suerte la mujer al ser "descubierta" ha recogido todas sus pertenencias y gritando en un idioma extranjero se ha ido. Les he contado este episodio para hacerles entender lo importante que es en un edificio mantener la puerta cerrada, y sobre todo, no abrir la puerta sin saber quién está citofonando.
Las puertas de acceso a los edificios, excepto los de edificios muy viejos, generalmente son casi todos iguales: un color dorado, con cuatro superficies de cristal grandes protegidos de los elementos de adorno de metal que pueden variar ligeramente de un modelo a otro. Diferentes entre sí en cambio son los portones de acceso a los patios de condominios que pueden tener diferentes formas y colores.
De los portones exteriores los ocupantes nunca están contentos, todo es "demasiado":
1. es demasiado alto o demasiado bajo;
2. es demasiado pesado o demasiado ligero;
3. es demasiado simple o demasiado sofisticado y lleno de garabatos;
4. la estructura es demasiada moderna o demasiada vieja;
5. El color es demasiado claro o demasiado oscuro;
6. se cierra demasiado fuerte haciendo ruido o demasiado suave permaneciendo abierta;
7. El refugio es demasiado pequeño o demasiado grande en comparación con el tamaño del portón;
8. los faroles en los lados son demasiado grandes o demasiado pequeños;
9. los intercomunicadores se colocan demasiado alto o demasiado bajo;
10. ha cuestado demasiado o muy poco (este último no ocurrirá).
Cuando un condominio decide sustituir el antiguo portón, en mal estado, es difícil encontrar un modelo que se adapte a todo el mundo: quién quiere un refugio para la lluvia, quién lo desea con barras verticales quién con una función de intercomunicador incorporado , quién lo quiere lo más simple posible, quién gigantesco para disuadir a los atacantes, quién lo quiere oscuro o claro, al final siempre habrá alguien descontento.
En un condominio, los propietarios decidieron rehacer el portón de entrada. Un viejo arquitecto que vivía en el edificio, por su propia iniciativa, propuso a los otros dibujos realizados por él de la puerta nueva. En los dibujos había reportado todas las medidas y los costos de cada elemento individual habiéndose informado previamente sobre los costos de la plancha y de la parte eléctrica.
Había preparado todo, hasta los faroles y el intercomunicador con un teclado dorado integrado en el portón. Cómo en la mejor tracción cada ocupante quería hacer cambios de acuerdo a su gusto personal. El arquitecto me ha dado una docena de diseños diferente de todos, tratando de cumplir con todos uní las demandas. La cosa que realmente no gustaba a los ocupantes era sólo el panel del intercomunicador por el hecho que estaba incrustado en la parte superior de la puerta y no podía ser fácilmente alcanzada por los niños, por lo que se presentó un nuevo diseño con los paneles de control establecidos en los pilares que sostenían el portón. Hubo quien lo encontró demasiado delgado y quería poner pequeñas lanzas como terminales de las varillas verticales pero él se opuso encontrando horrenda la solución. Tras la ejecución de la obra siguió personalmente el albañil y el herrero porque quería que fueran respetadas todas las medidas, quejándose siempre que no se cumpliese algo del proyecto inicial. Al final nadie estaba contento con la puerta porque era demasiada baja, demasiada pesada, demasiada ruidosa, los faroles en las columnas demasiado pequeños, y por supuesto ni un "gracias", pero sólo tantas risas en la manga para el arquitecto anciano que tanto se había esforzado para la realización de la puerta.
Para los ocupantes que tienen el garaje también existe el portón eléctrico que se abre casi siempre con un control remoto. El mando a distancia es esencial cuando el portón está situado en una calle principal porque no es posible, aunque muchos todavía lo hacen, detener el coche en el medio de la carretera, bajar para abrir el portón, volver al coche y entrar con todo escuchando los bocinazos de los coches que tienen que esperar a que pase toda la operación. El portón eléctrico con mando a distancia tiene una característica poco agradable: se estropea con facilidad. ¡Que alce las manos, quién nunca ha tenido problemas con el portón eléctrico! A romperse es siempre la pequeña tarjeta magnética que no está disponible en el mercado o no se encuentra con facilidad para la realización de las reparaciones. ¿La solución? Si uno tiene suerte, tiene que cambiar "sólo" el controlador, caso contrario todo el mando a distancia.
Pregunta: " ¿Cuándo el mando a distancia es más útil?" Respuesta: "Cuando llueve."
Pregunta: " ¿Cuándo se rompe el portón?" Respuesta: "Cuando llueve."
Lo peor es tener un portón con el mando a distancia que cada vez que llueve falla y se ven obligados a bajar del coche y abrir los brazos manualmente, teniendo que empujar bajo el diluvio las dos pesadas puertas para encontrarse completamente empapado Levanten la mano los que no lo han hecho nunca. No veo una mano levantada: entonces no me sucede sólo a mí.
Una cosa curiosa ha ocurrido en un edificio de apartamentos en el que no estaba claro por qué el portón eléctrico no funcionase por la noche. Los técnicos que estaban de día, cuando todo funcionaba a la perfección, no podían entender realmente este problema de la noche. Pero, sin embargo, el secreto fue revelado, en el mecanismo de apertura se encontró un nido de hormigas, evidentemente, durante la noche se llenaba de invitados, bloqueando así la apertura de portón eléctrico.
Los carteles que generalmente podemos encontrar pegados en los portones del edificio:
1. Por favor, cierrar siempre la puerta.
2. Por favor, no cerrar con fuerza la puerta, sino suavemente.
3. Está prohibido aparcar las motos en el patio.
4. Está prohibido dejar publicidad en los buzones.
5. Por favor, no regar las plantas durante el día.
6. Por favor, no dejar los platos de plástico para gatos en el patio.
7. Tenga cuidado de no dejar caer los objetos en la planta baja y en el patio.
8. Por favor, no jugar con los otros intercomunicadores cuando el consultorio del médico está cerrado.
9. Limpie cuando sus animales ensucian.
10. Por favor no fume en el ascensor.
Las cloacas
Las cloacas en un edificio de apartamentos es sin duda la planta más útil y delicada. La cloaca es delicada porque es fácil de obstruirse si no se mantiene en perfecto estado y si está descargando diversos objetos. Desafortunadamente las cloacas, a menudo están enterradas y ciertamente no representan motivo de embellecimiento para el condominio, se ignoran y se las recuerda sólo cuando ya es demasiado tarde, cuando se encuentra el baño inundado por las aguas residuales. Las cloacas que desbordan no son un bonito espectáculo, ya que dejan atrás la suciedad y los malos olores. ¿Qué sucede cuando se obstruyen las cloacas? En primer lugar, se llama al administrador, con urgencia, no como cuando se rompe el ascensor que puede tardar hasta días. El administrador llama a una empresa correspondiente, la que no está disponible de inmediato, debe pasar al menos un día. Viene la empresa, abre el pozo negro y tratar de averiguar cuál fue la causa del desbordamiento. ¿Sabéis cuál es la causa fundamental de la obstrucción de la red de cloacas? Los pañales y toallas sanitarias. Se puede repetirlo mil veces de no descargarlos en el baño, sino tirarlos a la basura, pero no hay nada que hacer, cada vez que la empresa abre el pozo negro encuentra sólo pañales y toallas sanitarias, que en el agua se hinchan formando un tapón que obstruye la salida. Para los pañales es bastante fácil de averiguar quién pudo haberlos tirado, por lo general no hay muchas familias en el edificio con niños en edad de pañales, para lo otro es un poco más difícil, puedo haber sido cualquier mujer del edificio, excluyendo las ancianas, pero podrína usar pañales. Si se trata de hacer una investigación el culpable nunca aparecerá, sentiendo los ocupantes, todos ellos tiran los desechos en los contenedores de basura, y nadie se le ocurriría hacer una cosa así. Pero debido a que un culpable hay, todo el mundo tiene una idea de quién podría ser, aunque nadie está dispuesto a dar el nombre aún teniendo la evidencia. Incluso si hubiera sólo un niño en el edificio que usa pañales estáis seguro de que la madre está dispuesta a negar cualquier acusación de negligencia. Creo que debe haber un pequeño duende, que de noche, en la oscuridad, se desliza en las cloacas dejando pañales y toallas sanitarias en los pozos, es la única explicación lógica que me viene a la mente, tal vez el duende también está de acuerdo con las empresas especializadas que de otro modo permanecerían desocupadas. Otros objetos fáciles de encontrar en un pozzo negro son los paños de limpieza para el piso, la dinámica es sencilla: se lavan los pisos y el trapo permanece en el cubo con el agua del baño, y luego se tira el agua en el baño y se olvida que en el interior del cubo estaba también el trapo. Pero las buenas amas de casa dijero que esto nunca sucede, incluso en este caso habrá un duende, que combina esta broma. Ojo también con las empresas de la construcción, hacen la prueba de inundaciones cuando terminan una terraza, bloqueando las tapa de alcantarillas con trapos. Los trabajadores una vez que concluyen la prueba dejan libre las bocas de acceso, dejando el paño en el suelo y la presión del agua que ha fluido desde la terraza arrastra por el desagüe, incluso el trapo. Por supuesto, esto también si les preguntas a una empresa de construcción es pura ciencia ficción. ¿Y los juguetes encontrados en las cloacas? Es inútil que les diga que todo padre interrogado sobre el incidente negará que su hijo pueda haber tirado en el inodoro un juguete, aunque sólo sea por accidente.
Además del peligro de obstruirse las cloacas, hay otro inconveniente: el mal olor. Para un buen sistema de drenaje de los pozos las columnas de descarga deben estar equipados con un sistema llamado sifón que bloquea el aire mientras se mantiene a una cierta altura el nivel del agua, de no hacerlo de esta manera pasan los malos olores de la columna drenaje y en consecuencia en los apartamentos a través de los cuartos de baño y cocinas. Un elemento que debe estar presente en el sumidero para evitar los olores es un tubo de ventilación que lleva los vapores hacia arriba, en la terraza. Estas dos dispositivos significa que no debería haber en los apartamentos vapores del las cloacas. He dicho dibería porque se puede verificar dos inconvenientes: el corte del tubo que lleva los vapores y la falta del sifón en las descargas de apartamentos privados. La causa principal de los cortes en la tubería se realizan por trabajos en los apartamentos. El operario que ha roto la pared para hacer de nuevo la tubería, ve otra tubería que no lleva ni agua ni gas, avisa al propietario diciéndole que hay un tubo en la pared innecesario y engorroso, lo corta y termina la pared. Es casi obvio decir que si encontráis el tubo, por donde pasan los vapores, cortado en un apartamento recientemente renovado, e intentáis preguntarle al propietario y / o empresa, van a decir que es una circunstancia imposible que haya ocurrido: "No se cortan los tubos tan a la ligera." En este caso el asunto es complicado de resolver porque los vapores provenientes de la tubería rota ya no están siendo canalizados hacia el exterior, sino que se expanden en la cavidad de las paredes, entrando en los apartamentos a través de pequeños agujeros como las tomas de corriente. La solución es también bastante difícil de encontrar, ningún ocupante admitirá de haber hecho trabajos en su casa que puedan haber afectado las tuberías, si el edificio tiene varios pisos deberían romper todas las paredes en contacto con la tubería y verificar donde ha sido el problema y sin duda no es ni fácil ni barato. La solución más sencilla es hacer pasar por el espacio intermedio un nuevo tubo y eliminar el viejo. Mientras que el corte de la tubería para la expulsión de los vapores es un inconveniente bastante raro, más frecuente es el caso de la ausencia del sifón en los sanitarios de los baños. A menudo sucede que cuando los sanitarios se sustituyen, o simplemente desmontan y los vuelven a montar por el trabajo, el operario no conecta el sifón y esto trae malos olores en el interior del cuarto de baño. Si intentáis preguntarle al propietario y / o empresa ¿ piensáis que os dirán que era su culpa? Desafortunadamente estas cosas pasan y así uno se queja ante el administrador de los malos olores en su apartamento, sólo que el problema no es comunitario sino de su propio cuarto de baño.
Los vapores van hacia arriba, así que lo advierten los propietarios de los pisos más altos, mientras que las que resulten de los pozos lo advierten los de la planta baja. En los apartamentos de los pisos centrales generalmente no se perciben por lo que los propietarios nunca se han puesto de acuerdo para aprobar el trabajo o para resolver el problema, ya que no se refiere a ellos. Quien no vive a diario con el olor de las aguas residuales no es consciente de lo que significa, pero, por desgracia, se sabe, como ya lo he explicado varias veces, frente a los costos para solucionar un problema a otro ocupante es algo que no todas las personas aceptan.
Invertir el baño con la cocina o crear otro baño puede parecer simple porque uno piensa que es suficiente conectarse a las tuberías existentes, pero hay que tener cuidado de que los operarios no intercambien las columnas porque se corre el riesgo de que en las cocinas de los pisos de arriba llegen las emanaciones de vapores del baño trasladado. Un frase común de desaprobar es que es más fácil la obstrucción de las columnas del baños en lugar de las cocinas, no es cierto, porque en las tuberías de la cocina pasa una gran cantidad de detergente y ácidos que no son todos biodegradables, obstruyen los tubos de desagüe reduciendo el alcance y no dejando pasar el agua corriente. Un buen hábito del edificio sería hacer una limpieza periódica de las columnas y los pozos sin esperar una obstrucción, de manera de no tiener problemas de inundaciones, a menos de objetos voluminosos caído accidentalmente en el desagüe, pero las soluciones preventivas en los edificios son pura utopía.
La rampa para minusválidos
La construcción de una rampa para personas con discapacidad es uno de los capítulos más degradante en la vida de un edificio. Pero iniciamos desde el principio. La necesidad surge cuando en un edificio de apartamentos, en los que existen barreras arquitectónicas, viene a vivir un ocupante discapacitado o un ocupante que queda discapacitado. A petición suya para llevar a cabo las obras para romper las barreras arquitectónicas hay una gran solidaridad.
Reacciones de los ocupantes a la solicitud de construir una rampa en el patio:
1. "¡Eso es justo!"
2. "Hay que ayudar a los menos afortunados."
3. "Todos podríamos encontrarnos en esa condición por una enfermedad o un accidente."
4. "El nuestro es un edificio de apartamentos donde siempre nos damos una mano."
5. "Si el Estado no hace nada para las personas con discapacidad, por lo menos nosotros no nos tiramos hacia atrás."
6. "Si no hay dinero para gastar lo haremos con mucho gusto."
7. "Somos personas sensible, tenemos un corazón de carne no de piedra."
8. "En el edificio también hay personas mayores con problemas de movilidad."
9. "Nos convertiremos en usuarios a edad avanzada y por lo tanto en el futuro utilizaremos la instalación."
10. "Haremos todo lo posible para hacer la rampa en el menor tiempo posible".
En el edificio se habla mucho de las personas con discapacidad a la que todos muestran una gran solidaridad, saludándolo cordialmente cuando la encuentran. Hablando con él todos se muestran indignados del hecho que el lugar de aparcamiento reservado para él siempre está ocupado por otros vehículos, por lo que cuando llega a casa siempre pierde mucho tiempo para buscar al propietario, que a veces incluso no lo encuentra y se ve obligado a llamar los vigilantes o aparcar lejos. En el edificio hay un aire de Navidad, aunque si es primavera, ¡por fin una cosa en la que todos están de acuerdo! Todo muy bonito, después de todas las cosas malas que les he contado sobre los condominios, "finalmente", diréis, "también se destaca la bondad y generosidad en ayudar a los menos afortunados.”
Teniendo que presentar una cotización para la reunión, el administrador toma acuerdos con las empresas para hacerles ver la obra. Es en esta etapa que comienzan los primeros problemas. Principal problema: ¿dónde colocar la rampa? ¿Toda a la izquierda de las escaleras, hacia la derecha de las escaleras o en el medio? Segundo problema: ¿cómo debe ser de larga? Por supuesto, más larga es la pendiente de la rampa será más suave, más espacio ocupa en el patio y sobre todo más gastos.
A la asamblea para la resolución de la obra en contra de lo que suele ocurrir, participan todos los ocupantes. Todo el mundo quiere mostrar a los demás a ser sensible a estas cuestiones y nadie quiere aparecer como una persona indiferente a los problemas de los menos afortunados. La estrella de la asamblea es el ocupante discapacitado objeto de una gran atención, está quien le ayuda a entrar en el salón, quien a acomodarse, quien le cede su propio lugar, grandes sonrisas, apretones de manos, declaraciones de solidaridad, unas palabras de celebración tipo: "Ha visto que hemos hecho todo rápido, somos un poco peleadores, pero cuando se trata de solidaridad siempre nos ponemos de acuerdo, finalmente, dentro de poco tendrá su rampa."A este punto inicia la lectura de las estimaciones de costos y se hiela la asamblea: nadie quiere creer lo que escucha, ¿es posible que construir una rampa para sillas de rueda cueste tanto? ¡Hacer el bien es bueno, pero no gastando tanto!
Aquello que los ocupantes ignoran es que para la construcción de una rampa para silla de ruedas se debe presentar un proyecto en el ayuntamiento, una vez obtenido el permiso se pasa a la fase de construcción teniendo en cuenta que debe tener características específicas.
La rampa para discapacitados debe tener:
1. una base sólida para soportar el peso de una persona en la silla de ruedas;
2. pasamanos en los lados que tienen que respetar las medidas establecidas en altura y grosor;
3. la rampa debe ser cubierta con material antideslizante;
4. para suavizar la pendiente y acortar su longitud a menudo es necesario eliminar los peldaños de la escalera;
5. la plataforma debe estar anclada firmemente en el suelo, no debe moverse;
6. hay medidas que deben respetarse en relación con el ancho y la pendiente;
7. los materiales deben ser de la más alta calidad, no se puede correr el riesgo de que la estructura se rompa;
8. debe ser de utilidad para la persona con discapacidad no debe convertirse en un peligro.
Volvamos a los ocupantes que se mantuvieron sin palabras. Después de un momento de consternación la sangre comienza a circular en sus cerebros y les permite hacer un rápido cálculo mental para determinar cuánto va a costar la rampa para cada uno de ellos; resultado del cálculo redondeado: demasiado. En este punto cada ocupante se enfrenta a una elección: satisfacer al discapacitado, que ya empieza a ser un poco desagradable, gastando todo el dinero del aguinaldo o honorablemente dar la vuelta, dando alguna excusa, tal vez con el apoyo de los demás, asignando la culpa de todo a él. ¿Algunas dudas acerca de lo que harán los ocupantes? De repente, el clima en relación al discapacitado cambia. Las amplias sonrisas desaparecen y de víctima de la sociedad moderna, indiferente a los problemas de los menos afortunados, el discapacitado se convierte en un arrogante, que querría obligarlos a construir una rampa que será de uso exclusivo, con su dinero. Ante la incredulidad del ocupante pasado en poco menos de una hora de estrella a mendigo y ante su sincera petición de ayuda la respuesta de los demás es muy simple: "Si propio insiste en la rampa que se la haga con su dinero." La Ley lamentablemente da razón a los ocupantes, que no puede oponerse a la ejecución de obras y a la eliminación de barreras arquitectónicas, pero puede negarse a participar en los costos. En este punto, la reunión se degenera, por un lado, la persona con discapacidad por otro, todo el edificio con el intercambio de acusaciones mutuas. El discapacitado también es criticado por llamar a los vigilantes siempre que encuentra su lugar de aparcamiento ocupado, con la escasez de aparcamiento que hay, si un ocupante le deja por unas horas la máquina ¿qué le molesta? Bastaría tocar el timbre al propietario del coche en lugar de hacer "caos" y si no sabe a quien pertenecen todos los coches para identificar al propietario, debe aprenderlo, que pregunte, porque la voz la tiene. Una tímida esperanza se enciende cuando el administrador señala que hay subvenciones del gobierno, pero se desvanece rápidamente cuando los ocupantes descubren que la contribución es en forma de reembolso que vendrá posteriormente, pero que es necesario anticipar la suma. Dada la falta de disponibilidad absoluta de los ocupantes en participar, el discapacitado anuncia que construirá la rampa a su costo, pero pondrá una cerradura con cadena para evitar el acceso a los demás. ¡Se desata el infierno! A los ocupantes se les despierta la unanimidad, y dicen que no es justo que sólo él puede hacer uso de la rampa, incluso si ellos no han contribuido, y luego una cadena colocada les representaría una degradación para todo el edificio.
El intercomunicador
Vamos de nuevo, os estáis preguntando qué tipo de problemas puede dar un inofensivo sistema telefónico. Una vez más me veo obligado a responderos: "Estamos en un edificio."
Debo admitir con toda honestidad que los principales problemas causados por intercomunicadores no se deben a los ocupantes, sino a la dificultad de encontrar empresas capaces de resolverlos y la cuestión es mucho más grande de lo que se piensa. Es un clásico, cuando tomo la administración de un edificio, una de las primeras cuestiones sin resolver que se me presenta es casi siempre el intercomunicador.
Problemas con el interfono:
1. no se siente ni el sonido ni la voz;
2. no se oye la voz de los que están fuera;
3. quien está fuera no puede oír la voz del que está dentro;
4. no se oye cuando suena;
5. el sonido del teléfono es demasiado fuerte, tanto como para hacer desenganchar el teléfono de su lugar;
6. el sonido y la voz se sienten pero no funciona la apertura de la puerta;
7. a veces funciona, otras no;
8.se sienten siempre algunos crujidos pero no se entienden las palabras;
9. se sienten siempre voces en el fondo;
10. las bombillas al interno se han quemado y en la noche no se pueden ver los nombres.
En un edificio de apartamentos se puede producir uno de estos problemas, varios a la vez o todos juntos. Las fallas se multiplican por el número de instalaciones externas en el edificio que pueden ser incluso tres, en el caso de intercomunicadores en la puerta exterior,en la entrada principal y en el garaje. ¿Alguna vez os habéis sucedido alguno de estos problemas? ¿os tenéis todos? Tranquilos, el problema no se resolverá a menos que no sean capaces de encontrar un electricista que por habilidad o por suerte sea capaz de identificar la causa.
Principios básicos para el funcionamiento de los intercomunicadores:
1. deben esperar al menos dos años antes de que se resuelvan todos los problemas;
2. resueltos los problemas en todos los pisos, habrá al menos uno que lo seguirá teniendo;
3. si una unidad ha siempre funcionado, repara todos los demás, porque comenzarán a causar problemas;
4. el ocupante dirá que su unidad no funciona después de tres meses del intervento;
5. el equipo que no funciona es el del ocupante que no estuvo presente en la verificación;
6. en cada edificio siempre hay al menos un dispositivo que no funciona;
7. el dispositivo que no funciona es el del ocupante que lo se ha sustituido recientemente;
8. basta un solo dispositivo que no funcione para molestar a los demás;
9. después de que el operario se fue se sabrá que el intercomunicador también tenía quemado las bombillas;
10. la falla se encuentra siempre en el punto donde el operario dice: "A partir de ahí, sin duda no se puede confiar."
Como les he dicho el problema principal es encontrar una empresa que sepa dónde poner las manos. Para empezar una empresa seria debería presentarse con al menos dos trabajadores porque uno tiene que quedarse fuera y el otro girar por los apartamentos y hacer los controles adecuados. Cuando el operario está sólo es necesario que los ocupantes lo ayuden y no es lo mismo si lo hace un técnico especializado. A menudo sucede, de hecho, que después de la llamada para reportar el fallo se presenta sólo un operario, que empieza a tocar timbre en todos los pisos y a veces hay personas de edad avanzada que no entienden lo que se les está pidiendo, o, si son incluso un poco sordos, no son capaces de juzgar si el sistema está funcionando correctamente y si la voz llega perfectamente. También pasa de tratar con los operarios que no tienen ni idea de lo que podría ser la falla y empiezan a sustituir piezas al azar con la esperanza de tener suerte, y esperan de no ser llamados por el administrador, porque la intercomunicador sigue sin funcionar. El otro problema que se presenta con frecuencia es que cuando la empresa va a comprobar el funcionamiento, dificilmente todos los ocupantes están en casa, aunque hay advertencias antes, siempre hay alguien ausente y esto hace que sea imposible comprobar que todo funcione perfectamente. También porque, es un clásico, el dispositivo que no funciona es siempre el del ocupante que no está presente. Así que cuando el operario se va y se piensa que el problema está resuelto, llega la llamada del ocupante ausente en el momento de la intervención, enojado porque su intercomunicación que antes funcionaba a partir de ese día ya no funciona. Una de las causas de la avería de los intercomunicadores se produce cuando en los últimos años algunos ocupantes han sustituido su dispositivo . La planta operará terminales de diferentes fabricantes, con diferentes características técnicas o demasiado sofisticado respecto al tipo de línea utilizada. Al reemplazar un dispositivo tenéis en cuenta esto, a veces, podéis instalar uno demasiado "moderno" respecto a la calidad del sistema presente en el edificio que se remonta a la construcción de la propiedad. Digamos que, contrariamente a lo que se podría pensar, la solución más fácil es quizás la más económica si se produce cuando la falla viene del terminal roto en el interior de un apartamento, en aquel caso basta sustituir el equipo que cuesta unas pocas decenas de euros y se resuelve el problema. Debo decir que este epílogo también gusta a los administradores porque el gasto es asumido por el ocupante, y no hay divisiones que hacer o dinero para cobrar. En cambio cuando la falla depende del terminal externo comienzan los problemas porque necesitamos ajustar o reemplazar los componentes electrónicos dentro de ella y esto no siempre es fácil de implementar, ya que es necesario encontrar, como se mencionó anteriormente, una empresa que sea capaz de reparalo y piezas de repuesto para reemplazar, a veces no es fácil, porque no todas las empresas venden sus piezas de repuesto o la terminal puede estar fuera de producción y a veces se ven obligados, por un fallo de una pieza trivial, a tener que reemplazar todo el intercomunicador.
La situación más complicada se produce cuando el fallo está en la conexión entre dos o más interfono externos y el terminal al interno de los apartamentos.
En este caso, es necesario reemplazar todo el cable siendo casi imposible que la empresa sea capaz de:
1. identificar el punto exacto de la falla;
2. llevar el cable a la luz;
3. repararlo;
4. cubrir de nuevo el cable.
Encontrar el punto exacto de la falla se puede determinar sólo si surgen sospechas, porque tal vez antes en ese lugar se han hecho trabajo de parte del edificio y desde ese momento el sistema ya no ha funcionado. No se recomienda poner un "parche" en la zona dañada para restaurar el sistema, porque podría verificarse perturbaciones en la señal debido a la falla y podría repetirse restando una línea "débil". Reemplazar todo el cable puede ser un asunto sencillo cuando la obra de instalación del sistema se ha hecho bien, pasando los cables en el interior del corrugado de las paredes o bajo el suelo, porque en este caso, basta con quitar el viejo cable e inserir uno nuevo. La situación se complica en el caso de los sistemas viejos donde los cables simplemente se han amurallado en la pared o cuando el albañil que ha encerrado los rastros, ha aplastado un corrugado, situación que puede ocurrir sobre todo en las esquinas, evitando así que los cables pasen. Cuando no se puede reemplazar un cable haciéndolo pasar por el corrugado es necesario crear una nueva línea haciendo pasar el cable en el interior o en el exterior de la pared. Seguramente la solución de hacer pasar el cable por los canales externos es la más económica, aunque si la menos linda desde el punto de vista estético, pero a veces se convierten en la única solución posible, especialmente cuando las paredes están hechas con materiales como el cuarzo que no permite poder revestir todo asegurándose de que el recubrimiento sea uniforme con el resto de la pared sin dejar signos visibles de enmiendo .
Pero ¿sabéis cuál es el mayor motivo de disputa entre los ocupantes, por los intercomunicadores? Una cosa muy seria: las plaquetas con los nombres. . Es una de las cosas que les preocupa a los ocupantes, tal vez el edificio tiene una fachada de aspecto desfavorable, todo está sucio, desaliñado pero las placas de los intercomunicadores deben ser todas iguales. Por desgracia, sin embargo, hay ocupantes a la que esta cosa no les importa en absoluto, para no perder tiempo en abrir el intercomunicador para poner la plaqueta con su nombre, o para no pagar a alguien para que lo haga, creen que la cosa más fácil sea encolar todo con cinta o pegamento. Y así se mueve desde la simple escritura con adhesivo a verdaderas obras de arte hechas de capas de cinta que pueden cubrir todo el sistema telefónico. Cuando el interfono está cubierto por completo, durante una reunión un ocupante pregunta si se podría eliminar todas esas etiquetas pegadas y preparar plaquetas iguales. Esta es una petición, generalmente bien recibida por los otros ocupantes, especialmente porque cuesta sólo unos pocos euros a cada uno y así el administrador nombra una empresa para hacer las plaquetas, y posiblemente incluso montarlas. Aquí surge el primer problema: "¿Qué nombres poner?" Suena estúpido, pero me ha pasado, que después de instalar las nuevas placas, tomando los nombres que ya están en el intercomunicador, algunos de los ocupantes pedía que sacaran uno de los nombres que aparecía en la etiqueta anterior, y que añadiera un título antes del nombre, no importa si el espacio de una plaqueta fuese limitado. No siempre es posible escribir más de dos nombres completos con un título. Por esta razón, antes de encargar las plaquetas a una empresa, hago pasar una hoja entre los ocupantes, donde cada uno debe indicar los nombres que tienen que aparecer en su placa. Tras la recepción de las plaquetas se necesita ponerlas en el intercomunicador, a menudo este trabajo lo he hecho yo y no es nada fácil, sobre todo si el aparato es muy antigua, porque es necesario desmontarlo, retirar las pinzas individuales que bloquean las plaquetas, sacar los antiguos nombres, meter las nuevas plaquetas e introducir de nuevo las pinzas, que a veces faltan o con frecuencia durante esta etapa comienzan a saltar por todos lados. Si se quiere hacer un trabajo realmente bueno, en el verdadero sentido de la palabra, debería quitar las etiquetas pegadas y tratar de eliminar los residuos de pegamento, con solvente, que permanecen inevitablemente en la pantalla e impiden leer el nombre que está debajo. Re montado el sistema de plaquetas en su lugar, empezan las quejas de los ocupantes, alguien se da cuenta de que en su etiqueta se olvidaron de introducir el nombre o un título, tal vez después de haber visto de que el vecino puso el suyo, o un nuevo ocupante que vino a vivir en el edificio y se ha casado quiere introducir el nombre del cónyuge y así ¿Qué piensan hacer? ¿Pedir al administrador que haga preparar una nueva plaqueta con la misma empresa? ¡Por supuesto que no! Escriben una nueva y bonita etiqueta y la pegan sobre aquella recién insertada con el miedo de que aquellos ocupantes que estaban finalmente contentos, a pesar de que el edificio estaba deteriorado, por lo menos la etiqueta de los interfonos eran finalmente todas iguales. No sé qué mecanismo absurdo pase por la cabeza de algunos ocupantes en cierta ocasión. ¿No pueden darse cuenta de que si todas las otras etiquetas son iguales, sería adecuado que sea igual la suya? En el edificio en cambio nadie plantea el problema de pedir una nueva plaqueta, además de tener que gastar dinero cuando se puede tranquilamente aplicar encima una agradable cinta. Además de las placas con los nombres en los intercomunicadores también se pueden encontrar placas adhesivas con instrucciones para el cartero que puede ser verdaderos poemas: "Le ruego en el caso yo no estuviera en casa cuando pasa, deje mi correo en el puesto de la señora Rossi y si ni siquiera la encontrase, se lo deja a la señora Blanca "," le ruego si yo no estuviese en casa no dejar los paquetes en los buzones, sino de llevárselos", y así sucesivamente para que sean aún más pintorescos. Y ¿qué hace el cordial ocupante cuando se da cuenta de que alguien pone una etiqueta con una indicación para el cartero en el intercomunicador? Llama al administrador indicando que la etiqueta en cuestión es gigantesca y ha cubierto todo el intercomunicador, no importa si es sólo un poco más grande que un sello de correos, lo importante es exagerar para obligar al administrador para intervenir.
¿Estáis convencido de que el intercomunicador sea una estupidez?
La antena
La antena es otra de esas estructuras a primera vista inofensiva, pero siendo el hábitat de un condominio, puede ser fácilmente motivo de discusión y disputa.
En un edificio normalmente podemos encontrar:
1. la clásica antena de televisión;
2. la esencial parábola;
3. la antena de radioaficionados;
que puede ser:
1. dos o más para cada ocupante;
2. tanto la antena como la parábola centralizadas;
3. Sólo la antena de televisión centralizada.
Como para la caldera los nuevos edificios tienen casi todo el sistema centralizado y en muchos edificios en los que no se planeó originalmente, se optó por esta solución, que sin duda hace que sea mucho más agradable el aspecto exterior del edificio sin todas las antenas de formas y tamaños diferentes montadas en el techo o en los balcones. Antenas que se han duplicado con la llegada de la televisión por satélite, por no hablar de los cables colgantes en toda la fachada.
En cuanto a los ocupantes que no tienen antena centralizada los problemas que pueden surgir son de carácter estétic,o siendo la falta de funcionamiento responsabilidad total del propietario. Discusiones mayores se presentan cuando los ocupantes reemplazan la vieja antena sin eliminarla, y la dejan que se oxide exhibiéndose en la terraza o anclada a la pared o tirada en el suelo esperando que alguien se la lleve. Es muy fácil encontrar en los edificios antenas viejas inservibles sobre la terraza, de la cual nadie puede indicar a quién perteneciese y nadie sueña con tomarse el trabajo para llevarsela o hacer que se la lleven. Otro motivo de discusión es la fijación del cable de la antena a la pared exterior, ya que también sucede de encontrar ocupantes que niegan hacer entrar en su casa al instalador de antenas para permitir fijar el cable a la pared de su balcón que viene de los uno de los apartamentos de arriba, y para vivir tranquila que se ven obligados a dejar el hilo colgando, pero siendo abrumado por las quejas de los otros ocupantes. La antena centralizada tiene un gran inconveniente, como el intercomunicador: siempre hay al menos un ocupante que no ve bien la televisión y que, por supuesto, ha recibido confirmación por parte del técnico de su confianza que el problema no es de su unidad sino la planta. En este punto inicia la diatriba entre aquellos que le gustaría llamar un técnico para cotrolar el sistema centralizado y los que no quieren, porque la televisión en su casa se ve muy bien. Como el interfono, con la antena se presenta el mismo problema, sobre el hecho de que, se les avisa con tiempo, pero dificilmente a la llegada del técnico, para testear el sistema, todos los ocupantes están en casa y por lo que el operario nunca podrá comprobar si la señal llega clara en todos los apartamentos. Si el técnico de la antena no encuentra la falla, termina casi siempre en que los ocupantes que no ven bien la televisión instalen una antena en el balcón o en la terraza comunitaria, invalidando los beneficios, en términos de estética de la antena centralizada y arrastrando la ira de todos.
En un edificio que he administrado vivía un ocupante que se quejaba todo el tiempo porque no podía ver bien la televisión mientras todos los demás no tenían problemas. Un día me paró elevándome aún la cuestión. Le hice presente, una vez más, que sólo él no podía ver la televisión y que lo más probable era que su unidad no funcionara correctamente. El ocupante al principio excluye categóricamente que el problema pudiese ser debido al mal funcionamiento de su nuevo TV. Después de un momento, comenzó una historia sobre las vicisitudes de su televisión, confesándome con franqueza que la unidad la había comprado rota para pagar menos y luego había intentado arreglarlo él mismo, y posteriormente lo hizo ajustar por un amigo que entendía un poco del tema. El ocupante si hubiera hecho las mismas revelaciones en una reunión creo que habría arriesgado de ser linchado por todas las veces que había planteado el tema y había hablado del mal funcionamiento del sistema centralizado.
En el momento de la implementación de la planta centralizada cada ocupante tiene su conducto del cual hace pasar el cable para llevar la señal a su apartamento. Puede ocurrir, sin embargo, que en los últimos años un ocupante ha tomado posesión del conducto no utilizado de otro apartamento donde tal vez los propietarios no tenían televisión o no vivían allí. Todo va bien hasta que llega un nuevo propietario en el apartamento que tiene un televisor y con razón le gustaría que la señal de la antena también llegase a su casa. Pero encuentra su conducto ocupado por otro cable, y para empeorar las cosas, ninguno de los ocupantes le sabe decir de quién es ese cable haciendo todos las clásica supusiciones. A este punto el nuevo ocupante se ve obligado a bajar otro cable desde el exterior o poner una antena en su balcón arrastrando agravios de todos porque la antena centralizada fue instalado con el fin de evitar este desastre.
Para complicar las cosas han puesto las parábolas que ahora azotan en todos los edificios, ya que son pocos los que tienen todavía una centralizada y así se ha repetido el problema de las antenas en balcones y cables que cuelgan.
Resultados de la prueba " ¿Sois un buen participante de la reunión de condominio?":
Con más respuestas a): Sois un ocupante que no tiene miedo a nada, odiáis la asamblea, pero esto no hace que vosotros perdáis el autocontrol y sobre todo la desfachatez que os permite salir de las situaciones más comprometedoras tratando de volcar la tortilla invirtiendo la responsabilidad en los otros ocupantes con ironía.
Con más respuestas b): para vosotros asistir a la reunión es, ante todo, un deber, no toleráis esos ocupantes que no intervienen y luego se quejan de que no hacéis nada. Vosotros sois una persona honesta y leal, por lo que también votáis a favor de las resoluciones que llevarán a un desembolso de dinero. Vuestro sentido de la justicia es más fuerte que cualquier otra cosa, es un placer tratáis con vosotros.
Con más respuestas c): Odiáis asistir a la reunión y no hacéis nada para ocultarlo. Vuestra codicia lleva a frustrar cualquier resolución, aunque correcta, resulta un gasto adicional. Siempre estáis luchando con todos las demás ocupantes y no hacéis nada para complacerlos.
Con más respuestas d): la asamblea de condominio para vosotros no es un deber, es un placer. Durante las reuniones os exaltáis de todo lo que hacéis tratando de poner una palabra en todas sus deliberaciones para sentiros satisfecho. Sabéis de memoria todas las normas del condominio, todo el Código Civil, todas las decisiones adoptadas en la última década, todos los informes elaborados. Vuestra mayor felicidad sería hacer por lo menos una asamblea a semana, aunque no todo el mundo estaría de acuerdo.
Las partes comunes
El patio
El patio es, sin duda, una tarjeta de presentación importante del edificio. De como se mantiene se puede saber si el edificio está habitado por personas que están dispuestos a vivir en un lugar cuidado. Tal vez sería más exacto decir si la mayoría de las personas visto que en ciertas situaciones el individuo sólo puede hacer poco.Mantener en buen estado un patio cuesta porque simplica curar sus plantas colocarlas en macetas o canteros de flores, mantenerlo limpio apoyándose en una buena empresa de limpieza, tener suficiente iluminación con faroles funcionando e iguales y mantener el pavimento. Esto último es muy importante porque un buen suelo no forma charcos molestos cuando llueve, musgo antiestético y, especialmente, no provoca caídas que puede conducir a desventuras judiciales. Por desgracia, las empresas de limpieza a menudo meten en segundo plano la limpieza del patio ocupándose la mayor parte de las escaleras, con el resultado de que a menudo desemboca en un completo estado de abandono.
Cuando el patio es lo suficientemente grande también realiza una función social. Las mujeres generalmente se reúnen en el patio regresando de las compras con bolsas de plástico en la mano y hablan de diferentes temas, los hombres en cambio hablan de un solo tema: temas referentes al edificio. En realidad a veces las mujeres hablan de cuestiones de condominio, pero sólo se refieren a un solo argumento: las plantas en el patio. Mientras que los niños lo utilizan para jugar y por suerte ellos todavía no saben lo que significa la palabra condominio, sólo saben que es algo por lo que sus padres pueden enojarse más que un vidrio roto con una pelota. A menudo, en el patio que deciden el destino de las asambleas mediante el establecimiento de alianzas, estrategias, traiciones y, por supuesto, la persona más nombrada en las conversaciones es: el administrador.
Cosas que no se deben hacer en el patio:
1. limpiar el balcón, sacudir la alfombra o mantel mandando la basura abajo;
2. regar las plantas en los balcones hacienda caer cascadas de agua;
3. dejar que sus hijos jueguen haciendo mucho ruido y provocando daño;
4. alimentar a los gatos dejando por cualquier lado platos de plástico;
5. aparcar la moto a pesar de las señales que lo prohíben;
6. dejar la lavadora, tranquilizando a todos que mañana vendrá la compañía a llevársela;
7. llenarlo con sus vasos recibidos como regalo y no deseado, fanfarronear de haberlos dado al condominio;
8. dejar bajar a su perro para que haga las necesidades;
9. apropiarse de los frutos de las plantas sin dejar nada a los otros;
10. abandonan las bolsas de escombros de los trabajos realizados en el apartamento un mes atrás.
El tamaño del patio no cuenta, los ocupantes logran pelear lo mismo, incluso por patios grandes como poco más de un par de metros cuadrados, porque del patio nadie está satisfecho.
En el patio debería ...
1. poner un poco más de faroles porque en está poco iluminado;
2. mantenerlo más limpio, quejándose con la empresa de limpieza, ya que siempre está sucio;
3. tapar los agujeros porque cuando llueve se forman charcos;
4. compra plantas porque hay poco verde;
5. cortar las plantas porque ensucian y bloquean la luz;
6. poner un banco;
7. reemplazar el piso;
8. asfaltarlo con el fin de realizar plazas de aparcamiento;
9. poner juegos para los niños porque nunca se sabe dónde llevarlos;
10. no dejar estacionar las motos.
Por supuesto todo estos "debería" contrasta con el hecho de que para muchos ocupantes el patio es solamente un paso necesario para llegar a su puerta y gastar dinero para esto no le importa en absoluto.
Una cosa que los niños no pueden entender es por qué está prohibido divertirse en el único espacio lo suficientemente grande como para jugar a la pelota o a las escondidas. Es una desperdicio y los niños no pueden entender.
Qué sentido tiene construir y mantener un lugar donde, para no molestar, los chicos no pueden:
1. jugar a cualquier juego;
2. hablar con los amigos en las noches cálidas de verano;
3. aparcar la moto ;
4. sacar al perro a dar un paseo;
5. cazar lagartijas;
6. depositar momentáneamente cualquier objeto;
7. recoger flores;
8. hacer merienda;
9. andar en bicicleta o patinar;
10. organizar un pequeño mercado de juguetes viejos e historietas.
Del patio trasero recuerdo cuando era niño las partidas de voleibol que jugaba con un vecino usando las verjas como red, listo para dejar tan pronto veíamos al portero y fingíamos de estar hablando de esto y de aquello. La verdadera diversión comenzaba en el verano, cuando por la noche el portero se retiraba a su casa y nosotros podíamos jugar libremente, aunque en penumbra, sin embargo, teníamos las miradas y reproches de los otros ocupantes.
Canteros de flores y jardines
El verde dentro de un edificio representa un elemento de embellecimiento, un toque de color en el interior de una construcción, un pequeño pulmón verde debajo de casa. Puede consistir en simples y grandes canteros de flores poco más de un jarrón, parterres más grandes con árboles dentro o de un pequeño parque. Lo importante, sin embargo, es que estando en el hábitat del "condominio", independientemente de su tamaño, el verde es y será siempre causa de discusiones y disputas. Son sobre todo las señoras a querer el verde en el patio, a los hombres les preocupa poco, ni siquiera recuerdan de tener canteros de flores en el patio y cuando distraídamente lo notan no pueden entender por qué el constructor ha hecho enormes canteros cuando en su lugar podría haber realizado estacionamientos. Las mujeres en cambio, quieren el verde, desean poner esas hermosas flores de colores cuando se entra en el patio, es harina de otro costal. Los hombres a este punto se ven obligados a dar su consentimiento y, en general, mientras que abordan todas las cuestiones mensuales, la tarea de la disposición del verde lo demandano con placer a sus esposas. Una vez aprobado en la reunión, por supuesto, a propuesta de las damas, cuidar mejor de los canteros de flores presentes en el edificio, la pregunta más importante es: "¿Qué plantas poner? " Cada uno tiene su propia idea, que por supuesto no coincide con el de la otras, cada una está convencida de saber más cosas sobre las plantas que todas las demás puestas juntas, a cada una le gustaría que sea tomada en cuenta sólo su solución, para esto y para cada propuesta, las otras desarrollarán toda una serie de problemas para que parezca imposible de realizar.
1. Propuesta: Plantas de gran tallo;
Problemática: con sus raíces pueden comprometer la pavimentación, los cimientos del edificio y las tuberías que pasan bajo tierra; se deben podar cuando crecen y se sabe que más grandes las plantas mayor es el gasto.
2. Propuesta: césped inglés;
Problemática: no estamos en Inglaterra, no es el clima adecuado y la hierba se corta regularmente por un jardinero con costes considerables.
3. Propuesta plántulas baratas;
Problemática: no duran mucho y representarían solamente la miseria, entonces sería mejor no sembrar nada.
4. Propuesta: Cada ocupante ofrece una planta de la que tiene en casa;
Problemática: los canteros se convertiría en un gran revoltijo de colores, y también en un relleno de planta recibidas sin ganas, del tipo: "Me la han regalado y no sé dónde ponerla, la planto en el cantero del edificio".
5. Propuesta: La señora del piso de arriba tiene bonitas plantas, podría donar algo;
Problemática: la dama en cuestión no tiene la intención de regalar sus plantas al condominio, y además son muy costosas y se ha dedicado tanto para hacerlas crecer tan exuberantes.
6. Propuesta: Comprar plantas muy costosas y dividir los gastos entre todos;
Problemática: el ocupante Beverly Hills como de costumbre no se da cuenta de que incluso si el gasto se divide entre todos sigue siendo excesivo y siempre está el ocupante moroso que ya no paga otras cosas, pensemos las plantas.
Hay una cosa en la que todos están de acuerdo: comprar plantas que hacen muchas flores durante todo el año, no ensucien, no necesiten tantos cuidados, no cuestan mucho y se rieguen solas, ¿pero existen?
A este punto se decide de convocar a un experto, el jardinero de confianza de las damas presentes, aquel de la esquina de la calle. El pobre hombre acepta, pero no sabe que le espera. Al llegar al patio se lo pone de inmediato en el medio, cada una tiene su propia idea de la planta que podría servir al propósito, pero no recuerda el nombre y pretende que el jardinero con breves descripciones y aproximaciones del color y la forma, entienda de cual planta se está hablando incluyendo plantas tropicales y acuáticas. Finalmente en el caos general, fulminada en el camino a Damasco, propone escuchar al jardinero, tal vez él podría saber cuáles son las mejores plantas para el tipo de clima y la luz del patio, después de todo fue convocado allí para esto. El jardinero empieza a mostrar una variedad de nombres que nadie sabe que existen, pero cada una no queriendo pasar por una que no sabe nada de botánica, después haberse jactado hasta unos segundos antes, se siente obligada a tratar de explicar a las demás de qué planta estamos hablando, creando una mayor confusión: "Es aquella que parece una rosa pero más oscura y se vuelve tan grande como un girasol", "No es aquella que tiene en el jardín la señora que vive frente de la estación", "No hace flores, da frutos como los dátiles, pero tan grande como cocos "," Lo tenía en casa es como una planta grasa pero similar a un geranio." La discusión se prolonga durante horas y al final el jardinero opta por dos plantas de rosas trepadoras, dos geranios y dos violetas que por lo menos todos conocen. Establecido cuál plantas comprar surge la segunda cuestión: "¿Cómo organizarlas?" Inmediatamente vuelven con las propuestas que generan los problemas pertinentes para hacer frente a esta problemática.
1. Propuesta: Las rosas alrededor y los geranios con las violetas en el medio;
Problemas: demasiado geométrico.
2. Propuesta: Hacer un mazo de flores de geranios, uno de rosas y otro de violetas;
Problemas: demasiado lamentable.
3. Propuesta: En cada mazo poner dos tipos diferentes de plantas;
Problemas: demasiado elaborado.
4. Propuesta: Cercar cada mazo y poner alrededor la grava;
Problema: demasiado caro.
5. Propuesta: plantarlas al azar;
Problemas: demasiado poco imaginativo.
Después de haber pasado un poco de tiempo de la hora de cena y habiendo comenzado un concierto de móbiles con las más diversas melodías de los hijos y los padres que reclaman comer, las mujeres deciden de hacerse traer las plantas del jardinero y de reunirse nuevamente para discutir cómo organizarlas. Y llega el día fijado para decidir cómo disponer los mazos y de inmediato reinician las discusiones. Están aquellas que quieren una agradable cobertura alrededor, quien quiere piedras agujereadas tipo esponja , quien grava y quien un hermoso césped verde. Como es habitual, cada una tiene su propia idea y al final se decide que las plantas compradas son más que suficiente sin tener que gastar más dinero en coberturas y piedras para disgusto del ocupante Beverly Hills y con mucha gratitud de parte del ocupante moroso. A este punto, la señora de siempre "iluminada" hace una pregunta a primera vista inocua: "¿Pero quién va a regar las plantas?" Cala una helada en el patio, y luego paulatinamente las señoras comienza a fantasear, y así también poponen una serie de cuestiones y problemáticas:
1. Propuesta: Se hace por turno, se compra una manguera y se organiza;
Problema: imagínese si los Rossi se ponen a regar, no están nunca.
2. Propuesta: Se podría pedir a la empresa de limpieza en relidad son pocas plantas;
Problema, pero querrán dinero extra y quién sabe lo pedirirán.
3. Propuesta: Se podría crear un sistema de riego automático;
Problema: demasiado caro, debería cruzar todo el patio.
¿Sabéis cómo terminará? Que a las plantas no las regará nadie, nadie las podará, y todos los hombres, que nunca había estado de acuerdo con la compra, no verán la hora que se sequen, por lo menos terminará toda la historia.
Pero cuando las plantas ya están ahí y tal vez hasta los grandes árboles, su poda se convierte en un asunto de estado.
Las solicitudes de los ocupantes para el jardín:
1. podar todas las ramas, porque ya se encuentran dentro de casa;
2. arrancar todas las plantas, ya que provocan suciedad y quitan la luz;
3. arrancar todas las plantas, porque cada vez que hay que podarlas el gasto es enorme;
4. arrancar todas las plantas porque las raíces podrían dañar las cloacas;
5. arrancar todas las plantas porque ven que están enfermas;
6. arrancar todas las plantas para realizar un aparcamiento común o ampliar el que ya está;
7. con toda la contaminación que respiramos es de delincuentes arrancar una planta para hacer espacio para el coche;
8. No podarlas porque total las ramas vuelven a crecer;
9. no podarlas porque cuesta demasiado;
10. plantar más verde.
Cuando llega el jardinero para podar las plantas estalla la situación y el pobre hombre no sabe qué hacer, todos se asoman por el balcón y cada uno tiene algo que decir:
Peticiones de los ocupantes a la llegada del jardinero:
1. "Dale una buena poda en esa planta."
2. "¡No! Pero estamos locos, sólo un corte a las ramas más largas. "
3. "Estamos perdiendo el tiempo haciendo podar por completo."
4. "¡No! Es una especie protegida, no se puede cortar sin autorización ".
5. " ¿Pero realmente les da vergüenza no tener un poco de verde en este edificio?"
6. "Intente usted tener todas estas plantas que le cubren la luz"
7. "ya no puedo salir al balcón hay ramas por todas partes."
8. "disculpe jardinero con todo el dinero que gana ¿ ha cortado sólo unas ramitas?"
9. "así también yo podría."
10. "me niego a pagar tal obra."
La víctima de sacrificio después del jardinero será el administrador quien recibirá una avalancha de quejas de parte de los ocupantes incluyendo aquellos que no quieren pagar por el trabajo, ya que sostiene que el jardinero ha podado demasiado las plantas y los que no quieren pagar porque reclaman que no corta nada, sólo un poco de hierba.
A veces los ocupantes piden hacer cortar un árbol del jardín, pero no saben que no es absolutamente una cosa simple y sobre todo es muy caro y esto debería hacelos detener. En primer lugar, se debe obtener el permiso de la Municipalidad, que por lo general sólo permite erradicar las plantas enfermas, obligando al condominio de poner una nueva planta en su lugar. Obtenida la autorización es necesario dirigirse a una empresa especializada que tenga todo el equipamiento necesario para cortar el árbol en seguridad y para llevárselo entero o en troncos y sobre todo que entregue las certificaciones necesarias.
Acerca de árboles enfermos aprendí, siguiendo el trabajo del jardinero, que hay una enfermedad que afecta a los árboles llamada "caries". Manifestada por las grietas de la corteza que evidencian en el interior del árbol madera seco. La grieta con el paso de los años tiende a expandirse, no hay un peligro inmediato de que el árbol caiga, pero hay que mantenerlo bajo control con el fin de intervenir si es necesario.
Otro elemento de discordia en verde son los árboles frutales: ¿Quién debe recoger los frutos? ¿Se tiene que dividir entre todos? ¿Quién viene primero se los come? A vosotros la temible sentencia.
La zona de aparcamiento
Seguramente tener al interno del edificio aparcamiento para los coches es una muy buena comodidad, aunque como todo lo que es comunitario trae su gran carga de disputas y malentendidos.
Varios tipos de zonas de aparcamiento:
1. Estacionamiento con lugares asignados para cada ocupante:
Es la solución más simple pero no es inmune a los problemas, aunque en número más limitado. Las posibles causas de discusiones son principalmente cuatro:
a) encontrar el propio lugar ocupado por el auto de otro ocupante o un visitante;
b) encontrar un vehículo estacionado frente a su plaza de aparcamiento;
c) los coches que están a ambos costados están aparcados fuera de las líneas, no se puede entrar o salir de su proprio puesto;
d) los puestos no son todos grande iguales y no tienen la misma dificultad de aparcamiento.
Los tres principales problemas se relacionan con una descortesía generalizada, aparcar sin pensar en los demás, que se verán obligados a buscar al propietario del vehículo que le impide entrar o salir de su propio aparcamiento. Lo más irritante es que estas personas, una vez identificadas, no corren de inmediato a mover sus coches, sino con mucha arrogancia terminan con comodidad sus cosas y tranquilamente van a mover el coche con aire molesto, esperando quizás una disculpa por parte de aquellos que sólo quería aprovechar su legítimo estacionamiento.
Por la desigualdad de los lugares no hay remedio, cada ocupante está convencido de que el suyo es un sacrificio con respecto al otro, que en su lugar aprovecha de uno más grande y más conveniente para estacionar.
2. Aparcamiento un por ocupante, pero no asignado.
Los problemas son los mismos que en el caso anterior, sin embargo, aumentan las dificultades, especialmente cuando los puestos no son uniformes en tamaño y dificultad de aparcamiento. Cada ocupante tratará de ocupar el mejor lugar. Se podrán comprobar reservas de plaza: "Me advierte cuando sale así que pongo mi coche en ese lugar" Ocupantes que tienen dos coches, salen con uno y en el buen puesto ponen el otro, ocupantes que llegan más tarde que todos y encuentran todo ocupado excepto aquel lugar en donde se necesitan tres horas de maniobra y gran satisfacción para el taller de su confianza. La otra dificultad es en el reconocimiento de los coches aparcados, si hay lugares asignados se sabe a qué familia pertenece el coche y si hay un visitante se sabe donde fue. Cuando los puestos no están asignados, sin embargo, los autos pueden ser de cualquier persona y si un ocupante ha utilizado más de un lugar es complicado saberlo. A todo esto se suma la usucapción que algunos ocupantes tratando de ejercer sobre el espacio de estacionamiento que ocupan normalmente, considerándolo de su uso exclusivo, librando batallas con los que con razón creen que cualquiera es libre para aparcar donde encuentra un puesto libre.
3. Plazas de aparcamiento con puestos menores a la cantidad de automóviles.
¡Es un caos total! No se termina más, a menos que se llegue a organizar un sistema de turnos de los coches pero es una alquimia que cada ocupante se llega consigo. Los turnos en realidad deberían prever que por un período de tiempo una cierto números de ocupantes debería aparcar el coche en la calle, pero a la comodidad de aparcamiento en el edificio en lugar de la calle no quiere renunciar nadie. Entonces se puede comprobar de todo, coches aparcados en el patio con el motor en marcha a la espera de que salga alguien, está quien aparca más de un coche o de quien se ve obligado a aparcar fuera del edificio, quien se inventa aparcamientos en los lugares más insólitos dejando poco espacio para las maniobras de los otros coches y quien cree naturalmente que un cierto puesto sea para su uso exclusivo. A todo esto se añade el hecho de que a veces algunos lugares están ocupados por coches aparcados durante meses, tal vez porque no tienen seguro, y los propietarios los mantienen ahí para no abandonarlos en la calle, ocupando una plaza de aparcamiento permanente. La situación puede ser aún más complicada si existe la posibilidad de poder aparcar en doble fila, a este punto, los días se marcarán por el sonido de las bocinas y los intercomunicadores, de los que querrían salir y encuentran el espacio para las maniobras totalmente obstruido con otros coches, en un juego bloqueo que pueden tomar horas para desentrañar toda la cosa.
La terraza
La terraza del edificio no puede ser inmune a los conflictos, la mayoría relacionados con la ropa para tender de los cuales les contaré más adelante. Otro tema de discusión es su limpieza que le correspondería a la empresa del edificio, pero los operarios rara vez suben a la terraza por lo que los sindicatos se ocluyen con la suciedad, las malas hierbas que crecen alrededor y cada vez que llueve esta se inunda.
La terraza tiene sus misterios, nadie va allí, unos pocos afortunados tienen celosamente las llaves, a veces ni siquiera el administrador, pero cualquier cosa suceda todos lo saben. En verano algunos de los ocupantes lo utiliza como un solárium con tumbonas y sillas generando una avalancha de comentarios de parte de otras personas que se consideran dañadas como si les estuvieran quitando algo. Si el ocupante que va a la terraza para tomar sol en traje de baño es una chica guapa, se podría verificar una migración inesperada de maridos e hijos, a los cuales de repente no les funciona bien la antena del televisor y se ven obligados todos los días, durante las horas más calurosas, a subir a la terraza con las herramientas de electricista para tratar de mejorar la vista (canal).
Entre los misterios de las terrazas podemos incluir también la desaparición de las tapas de plástico que cubren los tubos de ventilación y que puntualmente, no sé sabe por qué razón, no se encuentran, dejándolos completamente abiertos con el fin de recoger fácilmente el agua de lluvia y causar infiltraciones. E 'inútil pedir explicaciones a los ocupantes, todo el mundo dirá que los tubos han estado siempre así, otros ni siquiera sabían que había algunos tubos de ventilación en la terraza y de los capuchos ninguna traza.
En general, en la terraza hay un lavadero con una fuente de agua que pierde constantemente y que todos dicen que no utilizan. Debemos tener mucho cuidado porque en el viejos lavaderos el principal material utilizado para las tuberías y tanques de expansión es el Eternit, pero también este tema voy a hablar más tarde. De las fuentes sólo se recuerdan en la reunión, cuando al leer los balances cada año descubren que hay una entrada "fuentes de agua". Así que tanto para cambiar comienza una acalorada discusión entre los que eliminarían las fuentes y otros que dicen que a pesar de que él, personalmente, nunca la ha utilizado podría servir. A nadie se le ocurriría decir en la asamblea que utiliza las fuentes, por temor a que después de la "confesión" se le aplique todo el costo del agua. El lavadero se utiliza realmente poco y suele ser el lugar más deteriorado del edificio, a menudo se convirte en una cuarto para meter cosas viejas aprovechando el hecho de que es poco conocido. Siendo al piso superior también está sujeto a infiltraciones y esto se suma a su degradación.
Pero hay un momento en el que todo el mundo recuerda la posesión de una terraza de condominio: cuando se producen fugas en el piso de abajo. Sin duda, el hecho de volver a hacer un piso es un gran gasto, especialmente si la terraza es de grandes dimensiones. Para ahorrar dinero a veces los ocupantes prefieren, en lugar de rehacer el suelo, cubrirlo con una funda, aunque esto puede causar problemas si se pisotean la superficie, especialmente con los tacos, ya que la cobertura podría perforarse.
Las puertas de acceso a la terraza como están expuestas a la intemperie siempre están en ruinas, especialmente en viejos edificios donde estas fueron construidas en madera. Su reemplazo es uno de los temas populares presente en el orden del día, pero en los cuales no se toma ninguna decisión, a pesar de que existen estimaciones de diez años atrás.
Las obras de construcción
Las obras de construcción son la principal causa de disputa entre los ocupantes, conflictos que surgen antes, durante y después de su ejecución. Siempre hay, de hecho, por lo menos uno que no estaba de acuerdo a deliberar, no está de acuerdo sobre el tipo de trabajo que se está haciendo, no estará de acuerdo en el resultado final.
Antes de ilustrar los componentes claves, les doy algunos consejos.
Consejos para recordar antes de comenzar cualquier trabajo:
1. el presupuesto más bajo no siempre corresponde a la mejor obra;
2. aunque elaborado por los ocupantes, una especificación del trabajo ayuda a comparar mejor los precios;
3. hacer seguir a la empresa la prueba de inundaciones después de la renovación de una terraza;
4. por los andamios es importante que la empresa sea asegurada incluso contra posibles robos;
5. el director del proyecto debe ser conocido, de lo contrario se gastar dinero innecesariamente;
6. hacerle entender a los operarios que el ascensor no es un montacargas;
7. al técnico de traje que vino a tomar las medidas, comenzados los trabajos no lo verán nunca más;
8. Si un trabajo no está hecho bien, habláis de inmediato al administrador, no perdáis tiempo;
9. Siempre tratáis de elegir las empresas que habéis visto trabajar bien, aunque en otros edificios;
10. Durante la reunión para la aprobación de la obra evitáis confusiones.
Presupuestos
Los presupuestos son fundamentales antes de la ejecución de un trabajo, pero tienen una característica única: se han vuelto difíciles de obtener. La principal razón es una: Cuando una empresa presenta un presupuesto no tiene la certeza de que ella va a hacer el trabajo y por lo tanto ha perdido tiempo para hacerlo, y en caso de rechazo, se convierte en tiempo inútil. Los presupuestos más complejos para obtener son los de las empresas de construcción, a menos que sea un pequeño trabajo, la reconstrucción de una terraza o una fachada, implica una compleja serie de operaciones.
Operaciones necesarias para redactar un presupuesto:
1. hacer una cita con el director;
2. chequear bien el tipo de trabajo en el lugar;
3. tomar correctamente todas las mediciones;
4. desarrollar las medidas adoptadas para definir la grandeza del área de la intervención;
5. establecer la naturaleza de la intervención a realizar;
6. seleccionar los materiales de acuerdo con el trabajo;
7. calcular el costo de la obra de acuerdo con el tiempo necesario, a los materiales y a la mano de obra;
8. elaborar la estimación a mano o en el ordenador;
9. tener que meter manos a causa de las nuevas demandas de los ocupantes;
10. entregarlo al administrador y esperar confiado.
Una característica de los trabajos de construcción es que a menudo los ocupantes perciben la necesidad de hacer más cotizaciones por el mismo trabajo. Todo nace cuando se convoca a la asamblea para establecer el trabajo a realizar. Poner de acuerdo a todos es imposible, todo el mundo tiene algo que decir sobre la labor a deliberar, en esta sede sale a la luz el contraste entre el ocupante moroso y el ocupante de Beverly Hills. No hace falta decir que el ocupante moroso se presenta a la asamblea, diciendo que él no tiene intención de hacer ningún trabajo porque no tienen el dinero necesario, estando ya en problemas con el pago de las cuotas ordinarias. Cuando se le dice que si la mayoría aprueba el trabajo, él debe de toda maneras participar, entonces, trata de minimizar el gasto, optando por soluciones temporales que tapen por un tiempo el problema moviéndolo lo más lejos posible (a veces se hace con malicia, porque el ocupante moroso sabe que pronto se trasladará porque el apartamento ha terminado en la subasta). Otro es el espíritu de las declaraciones del ocupante Beverly Hills, el cual se declara harto de poner siempre los parches y vivir en un edificio sórdido donde nunca se hace un trabajo para que sea más agradable y que él se avergüenza de vivir en un lugar como este. Todo la asamblea se centrará en este contraste entre el ocupante moroso que rechaza cualquier iniciativa y que busca reducir el gasto a lo esencial y el ocupante Beverly Hills que empuja para renovar todo el edificio, aunque si el trabajo urgente es solamente la reconstrucción de la terraza del condominio, pero dice: "Ya que estamos hagamos también las fachadas." Para la renovación de la terraza del edificio, se pasa de simplemente cubrir el pavimento actual con la vaina, a cubrirlo con la resina transitable, a quitar todo el suelo existente y rehacer la terraza con una losa de piso, para rehacer el suelo de mármol de Carrara con un montón de tumbonas para uso Solarium, sombrillas, mesas y tal vez, por qué no, el sueño del ocupante Beverly Hills: una hermosa piscina olímpica. Para salir del callejón sin salida a este punto un ocupante adelanta la propuesta: " Pidamos a la empresa si nos hace más de un presupuesto para verificar el cálculo de los costos de las distintas soluciones." La armonía vuelve al salón de la asamblea y en el acto se indican las estimaciones de costos que las empresas tendrán que presentar en la próxima reunión.
Las estimaciones solicitadas por los ocupantes:
1. cotización con el simple remiendo en el punto donde proviene la infiltración;
2. cotización con el remiendo de unos 2 metros cuadrados del punto de donde viene la infiltración;
3. cotización para poner una vaina encima del suelo;
4. cotización para poner una capa de resina transitable sobre la vaina;
5. cotización para volver a hacer sólo la mitad de la terraza;
6. cotización para rehacer toda la terraza.
7. cotización con la sustitución del piso actual con uno económico;
8. cotización con el sustitución del pisos actual con uno de baldosas de gres;
9. cotización con la sustitución del piso actual con el de mármol de Carrara.
10. cotización para la renovación del patio e incluso de las fachadas del edificio.
La renovación de la fachada sólo se requiere para tener un orden de magnitud sobre el gasto que sería necesaria para renovar la totalidad del edificio, trabajo que al momento nadie más que el ocupante Beverly Hills tiene la intención de hacer, pero esto, por supuesto, las empresas no lo saben. A partir de ese momento se convierte en una sucesión de peticiones de oferta para todo tipo de trabajo (total son gratuitas). La reunión se cierra pidiendo al administrador de hacerse dar las estimaciones de tres o cuatro empresas y de volver a convocar la reunión tan pronto las tengan. Póngase en los zapatos del administrador que se ve obligado a tener que ponerse en contacto con varias compañías muestrándoles el trabajo a realizar con todas las variantes propuestas por los ocupantes y pedirles a cada una preparar una estimación de costos para la renovación de la terraza, que incluye toda la gama de trabajo adicionales requeridos, que será desde el reemplazo de un relleno hasta la reconstrucción de todo el edificio.
Al llegar al lugar cada empresa procede a la medición de las superficies que pueden hacerse de varias maneras.
Clasifica de los métodos de medición compilados en base a la precisión:
1. metros electrónicos a distancia;
2. mapa planimétrico,
3. metro extensible;
4. cinta métrica;
5. cordel;
6. pasos de conteo;
7. a ojo.
En primer lugar está el método tecnológico, el más preciso, a menos que el operador no sepa cómo utilizar el equipo, pero estáis seguro de pasa también esto.
El segundo método consiste en tomar las medidas directamente desde el mapa planimétrico (cuando la hay) que a menos de errores en los cálculos iniciales, debería conducir a un resultado muy precisos.
El tercer método es el más utilizado, el clásico metro de albañil o uno de esos metálicos, largo lo suficiente para permitir medir superficies también bastante grande.
Los siguientes métodos se ponen en marcha, sobre todo cuando se trata de un albañil distraído, que en el presente en el lugar para tomar medidas, se olvidó de traer el equipo adecuado y así debe confiar en un ocupante, que le ofrece, lápiz y papel, y todo aquello que pueda serle útil para obtener los datos y procesarlos para la cotización.
Me ha ocurrido más de una vez que mostrando a una empresa una terraza para hacerla de nuevo, que el albañil me ha preguntado si yo había tomado un metro, porque no sabía que era necesario tomar medidas.
El cuarto método es bastante complicado e implica una serie de acrobacias si la superficie a medir es amplia e irregular. Siendo la cinta de medir exactamente un metro de largo, deben estar en dos para "pararla" en el punto justo y desde allí continuar la medición. ¿Adivináis cuando el operario está solo, a quien se le pedirá que dé una mano para sujetar el instrumento de alta precisión?
El quinto método es muy similar al primero con la complicación que no se sabe cómo es de larga la cuerda, y luego, más tarde, para desarrollar la superficie exacta es necesariao medir la longitud de la cuerda utilizada. Una complicación adicional es que la cuerda no siendo graduada como un metro, no permite determinar con precisión los valores intermedios.
Los dos últimos métodos son los de la desesperación, cuando en todo el edificio no hay nadie que sea capaz de proporcionar al menos un trozo de cuerda para el albañil.
El sexto método es utilizado por el albañil experto que no pierde el ánimo por no tener ningún instrumento de medición y así comienza a medir con sus pasos la superficie bajo la mirada incrédula del administrador y de los ocupantes.
De la fiabilidad del método "a ojo" prefiero no hablar, pero me ha pasado también esto.
Lo que es importante conocer a los fines de las estimaciones es que, independientemente del método utilizado en tres o cuatro empresas contactadas, no habrá dos que detectarán las mismas medidas.
Después de la fase de visionar el trabajo y la medición de áreas, en el momento de la licencia del administrador corre el riesgo de cometer un gran error: Nunca decirle a una empresa que tiene el tiempo disponible para presentar estimaciones, decirles siempre que la asamblea está convocada para la tarde (tal vez es un poco exagerado). De hecho, si la empresa sabe que tiene tiempo para enviar las cotizaciones no lo tendréis nunca para el día de la reunión, la broma clásica es decirles, "Me sirve para ayer." Lo digo por experiencia personal, a menudo me ha ocurrido que el día de la asamblea no tenía todavía en mi poder las cotizaciones, sólo tantas promesas de haberlas tan pronto como sea posible. Puede sonar extraño, pero es cierto, como he explicado antes, las empresas tienen una alergia en la elaboración de los presupuestos, a veces con razón, sobre todo cuando los ocupantes pretenden estimaciones de trabajo que está claro que ellos nunca lo harán, porque a lo mejor ya ha sido juzgado excesiva una estimación anterior por una obra menor.
Las empresas también temen que se presente el presupuesto demasiado pronto con respecto a la agenda de la reunión, que el administrador pueda mostrarlo a los demás a modo de ejemplo y si surge también ser capaz de leer las cantidades, y estas puedan declarar precios inferior. Para el administrador el día de la asamblea es una sucesión de llamadas telefónicas a las empresas para recordarles de enviar las estimaciones antes de la fecha fijada con el fin de poder iniciar, hacer los arreglos para la entrega de estos y tachar de la lista las empresas confiables que a pesar de las promesas y garantías no proporcionaron ninguna estimación. Les puedo asegurar que me ha pasado más de una vez que una compañía se presentará durante la reunión para entregar su presupuesto pedido dos meses antes.
La lectura de las estimaciones durante la asmblea es una de las cosas más complicadas y aburridas del mundo, sobre todo si se compone de varios elementos, con la descripción de cada acción, informando con detalle los nombres y características de los materiales que la mayoría de los participantes no conocen. Un consejo: presentar en la reunión las estimaciones de naturaleza no homogénea por tipo de trabajo y materiales utilizados es casi inútil, nunca se llegará a una decisión, llegando a ser difícil de entender cuáles son los resultados y los mejores materiales. Otra cosa que complica, si fuese posible, son las medidas de los distintos presupuestos que, como he dicho antes no coinciden siempre entre ellos y nunca se sabe qué compañía ha tomado las correctas. La mejor solución es presentar una oferta a las empresas que indican el tipo de intervención, los materiales a utilizar y las medidas, por lo menos tener las ofertas idénticas y si se tomaron medidas en el capítulo en forma equivocada, serán erradas para todas las empresas, pero esto no detendrá para evaluar cuál es la mejor oferta. Para elaborar las especificaciones de un arquitecto o de un topógrafo da muchas garantías para el edificio sobre todo si estamos en la presencia de obras de cierta importancia. Si el edificio no quiere gastar el dinero para elaborar especificaciones por un arquitecto o un topógrafo, puede ser suficiente compilar uno mismo en sede de asamblea la aprobación de la obra, con la asistencia de algunos de los ocupantes competente (en cada condominio casi siempre hay al menos uno). No va a ser mejor técnicamente hablando, pero tendrá como objetivo llevar en asamblea las estimaciones fácilmente comparables.
Después de leer los presupuestos, y de la cuidadosa y exhaustiva discusión, como cita una frase muy querida a los veteranos de los secretarios de la reunión. Sólo resta elegir la mejor cotización. Los que eligen la compañía se tomarán una enorme responsabilidad, sobre ellos pesará las púas de los demás si los trabajos debieran andar mal y por supuesto los méritos serán divididos en partes iguales entre todos en el caso contrario. Debo decir que me siento más tranquilo cuando los ocupantes optan por una firma presentada por uno de ellos, al menos, nadie puede decir: "Después de todo, la compañía la conocía", en caso de problemas en el trabajo, a pesar de que como se esperaba, no van a recordar que la eligieron ellos , y así al final la culpa caerán de todos modos al administrador.
Una cosa que noté es que a menudo lo que influye en la elección de la cotización es el aspecto. Si se presenta para visionar la obra el responsable de la empresa en traje y corbata con su maletín y saca una agenda y una hermosa pluma dorada para tomar notas y marcar las medidas, es mucho más considerado que un albañil que viene con la ropa sucia de cal, con una agenda vieja en la que escribe las medidas, que a menudo no tiene ni siquiera una pluma y se la tienen que prestar. Esto es engañoso porque el caballero de traje y corbata no es otro que el administrador de una empresa que después hará seguir el trabajo a los operarios, en su mayoría extranjeros, con los que será imposible, incluso hablar, mientras que el albañil sucio de cal a menudo es un artesano que llevará a cabo su propio trabajo y que tienen años de experiencia y realizará él mismo la obra seguramente con muy buen resultado.
Un último consejo especialmente para los administradores: nunca deis a una empresa un presupuesto ya en vuestras manos para usarlo como ejemplo, reaparecerá uno casi idéntico con los importes reducidos por unos diez euros por artículo, es matemático. Si realmente deseáis daros un patrón a seguir en la elaboración del presupuesto, basadandose en uno ya presentado, borrad las cifras, lo mismo vale si a pedirlo es un ocupante para dárselo a una empresa de su conocimiento. A pesar de que asegura que lo van a borrar, no confiáis, para hacer una buena impresión con el resto de los ocupantes no lo hará, para presentar en la reunión un presupuesto más bajo.
La dificultad para hacerse dar una cotización de una empresa reside en el hecho de que hay trabajadores que tienen gran dificultad en la escritura o no sabe cómo calcular el costo final de la obra, de acuerdo a los días necesarios y los gastos en materiales y luego titubean en la entrega con vergüenza de decir la verdad por la cual no lo presentan. Por esta razón, estos operarios a veces me piden cortezmente de ponerles la cotización escrita por ellos en un papel de carta.
El director del proyecto
El odio por el director de la obra es casi comparable al del administrador, nadie habla bien. La crítica mayor es: "Le hemos pagamos mucho y nunca lo hemos visto." En primer lugar hay que aclarar que al director del proyecto no es obligatorio nombrarlo en todas las obras, sólo para aquellos en los que es necesario presentar el Informe del Inicio Actividad (DIA). Tiene una tarea muy importante, supervisar el trabajo a realizar "a la perfección". El director del proyecto también puede administrar la tarea de redactar el pliego de condiciones y esto sin duda sería la mejor solución, ya que puede asesorar a los ocupantes de la intervención requerida y los materiales a utilizar. De su figura se habla mucho en los condominios, porque siempre está la sospecha de que pueda llegar a un acuerdo con la compañía para "cerrar un ojo" en algún trabajo no bien hecho o no ajustarse a lo establecido en el contrato. Nadie lo ve en la "obra", posiblemente por la razón que si se presenta en el edificio por la mañana, solamente lo ven los ancianos y amas de casa que por lo general ni siquiera saben que cara tiene y entonces todos afirman que nunca lo han visto. A menudo es la misma empresa que lleva a cabo el trabajo para proponer su propio director de proyecto en el momentos de conclusión del contrato, pero yo no lo recomiendo a los condominios desde entonces, aunque todavía de la responsabilidad en el trabajo, yo lo aconsejo siempre, que al tener relaciones con la empresa, difícilmente se pondrán de relieve los errores hechos, la empresa prácticamente se encontraría en la posición de tener que controlarse. Un consejo que doy siempre es de buscar alguien de confianza, aún mejor si es un familiar, porque en ese momento habría más seguridad, aunque esto no descarta por completo posibles "manipulaciones" entre el director del proyecto y la empresa. La solución óptima, pero poco practicada, es la de nombrar director de proyecto a un ocupante experto en el campo (arquitecto o agrimensor) que en un edificio de tamaño mediano no es difícil de encontrar. He dicho poco practicado, porque no nos olvidemos de que estamos siempre dentro del condominio, y aunque si el ocupante no haya pedido ninguna compensación por ello, las críticas seguramente no faltarán, porque cuando está de por medio el trabajo, todos se convierten inmediatamente en arquitectos y súper expertos en construcción. Por lo tanto a la propuesta de la participación el ocupante se pregunta: "Pero, ¿quién me dijo de hacerlo?". A veces son los otros ocupantes a no aceptar un gerente de proyecto por razones internas que pueden ir desde la antipatía personal, a la envidia, o al resentimiento por eventos que tuvieron lugar con anterioridad. Más desagradable es en cambio la posición del arquitecto o agrimensor que vive en el edificio, que primero rechaza el cargo de director del proyecto, para después, entrometerse en la obra a medida que se ejecuta, quejándose porque no ha sido realizado de manera profesional y presumiendo más tarde de haberlos seguido en lugar del profesional a cargo que nunca se ha visto, y sin ningún tipo de compensación requerida.
La práctica de la deducción fiscal
Para hablar de la deducción fiscal sobre el trabajo debo antes hablarles de las realizadas en "negro", es decir, sin factura y sin pagar impuestos. Las obras en negro fueron una constante en este entorno porque los ocupantes no pudiendo descargar el costo, prefierían no pagar el IVA y obtener un descuento de la compañía la cual obtenía un gran ahorro en impuestos. En los últimos años en la gestión de los condominios han cambiado muchas cosas.
Los cambios introducidos en la administración de condominios:
1. el condominio se ha convertido en retención de impuestos;
2. la compensación del administrador, aunque si no tiene IVA está sujeto a retenciones;
3. la compensación dada a los operarios, ya sea o no con IVA , están sujetos a retención;
4. el condominio cada año debe presentar el formulario 770 que muestra la lista de los honorarios pagados;
5. el condominio cada año debe presentar la lista de proveedores por el administrador.
Teniendo que presentar las declaraciones de impuestos ningún administrador está dispuesto a hacer trabajos en negro dentro de su edificio, pero como de costumbre, cualquier responsabilidad será atribuida a ellos y todos se lavarán las manos. Esta "ofensiva" a algunos ocupantes simplemente no les cuadra y continuamente piden al administrador por qué ya no pueden hacer trabajos en negro y si existe alguna manera de evitar el pago del IVA que para ellos es indigesto.
La posibilidad de poder deducir los gastos con la declaración de impuestos, por los trabajo realizados en su propio apartamento y en el edificio ha sido sin duda una buena iniciativa contra la evasión fiscal. Debo decir que siempre están aquellos que prefieren no pagar el IVA a la empresa en lugar de deducir 36% o 41% del gasto en diez años. Una pequeña paréntesis, a menudo cuando se pide o no la factura a la empresa se piensa de inmediato al hecho económico de tener que pagar el IVA pero se descuida un tema importante que se refiere a la labor realizada, que puede ser garantizada por cualquier defecto sólo por la factura. A menudo sucede, en los condominios, que por trabajos hecho mal y no facturados, estando en garantía, no se puede obtener la reconstrucción o compensación del trabajo porque no hay rastro de su ejecución. Volvamos a la deducción por la parte que nos interesa, los trabajo en el edificio, hay que decir que esta nueva legislación ha incrementado considerablemente el trabajo y la responsabilidad del administrador. La práctica en sí no es complicada, hay un formulario para llenar y enviar archivos adjuntos con el acta de la reunión de aprobación de los gastos y una declaración de adjudicación de la misma. Más complicados son los pagos a las empresas, especialmente cuando tienen lugar en cuotas.
Los pagos a las empresas, de hecho, deben realizarse exclusivamente por transferencia bancaria y aquí ya hay una primera dificultad para los edificios que no tienen una cuenta bancaria, porque en este caso el administrador tendrá que utilizar su propia cuenta, o ir a un banco con dinero en efectivo y efectuar una transferencia con todos los riesgos de tener que llevar incluso grandes sumas.
La segunda dificultad radica en ser capaz de tener la compensación para las empresas en un plazo razonable debido a los días que los bancos tienen a disposición para disponer de las cantidades pagadas. Desafortunadamente para las empresas los tiempos se alargan enormemente desde el principio, ya que, debido a los atrasos por los ocupantes morosos, como se ha dicho, al menos uno en cada edificio, el administrador tendrá el dinero al término de los plazos establecidos por contrato. Una vez recogidas todas las sumas, el administrador depositará el dinero en la cuenta corriente del edificio, para poder realizar la transferencia en cuanto el banco otorgará la disponibilidad. A este punto entran en juego los bancos, ya que los cheques depositados no son pagados inmediatamente "gastables", sino que se tiene que esperar 3-4 días para valores monetarios, 2-3 días para cualquier otro cheque fuera de la plaza y 7-8 días para el éxito , todo hace que antes de 9-10 el dinero no esté disponible para la transferencia. Pasados los días necesarios, el administrador tendrá que ir de nuevo al banco para hacer la transferencia, siempre con gran dificultad, ya que cada banco tiene su propio procedimiento con respecto a las transferencias y a las deducciones fiscales, que deberán figurar una serie de datos de más con respecto a la ordinaria. Hecha la transferencia, la empresa tendrá que esperar más días, dependiendo del banco, para tener el dinero finalmente disponible. Debido a las fechas bancarias y el buen rendimiento de la operación prevista por los bancos, entre el momento en que el administrador recibe la suma de los ocupantes y el momento en que la empresa tendrá el dinero, pasarán por lo menos dos semanas. Esto, por supuesto, va a expensas de las empresas que ven cada vez más dilatarse el período de recibir las cantidades adeudadas, así que a veces cobran la primera entrega por empezar a trabajar cuando las obras ya se han completado. Para una empresa muy grande tal vez no hay grandes problemas en esperar un poco de tiempo para recibir el dinero, pero para una pequeña empresa artesanal, que se basa en el trabajo del propietario, el problema es significativo. Finalizado el trabajo queda por hacer las transferencias de las cuotas restantes, que pueden tardar hasta un año.
Pero no termina aquí porque para "facilitar" la tarea del administrador le ha estado dado también la tarea de entregar un certificado a cada ocupante con la cantidad indicada para deducir en la declaración de impuestos. Certificado que debe ser entregado antes de la fecha límite para la presentación de documentos de la CAF o al empleador para aquellos que compilan los certificados modelo 730. Entregados los certificados las tareas del administradores no terminan, viniendo el día siguiente inundado con llamadas telefónicas de la CAF y los contadores, quienes le piden orientación en cuanto a cuál es la cantidad para sobre la que se realiza la deducción, aunque siempre se intenta exponer las cifras de la manera más clara posible.
Inicio de la construcción
Las obras en el edificio tienen una característica única: no se sabe cuando empiezan, no se sabe cuando terminan, y sobre todo no saben cuánto va a costar. ¿Estáis sorprendido? Lo sé, va a preguntare "¿Pero entonces el presupuesto y el contrato estipulado con la empresa con una gran cantidad de fechas y cantidades son inútiles" ? La respuesta es: "Sí y no". Es verdad se indica la fecha de inicio, el tiempo necesario para realizar el trabajo y el costo, pero luego, como siempre, la realidad es otra cosa. Para empezar (por así decirlo) la empresa normalmente, casi siempre, tiene un contratiempo que evitará empezar a trabajar el día fijado.
Las excusas de la empresa que no ha comenzado su labor:
1. los materiales no llegaron;
2. planeaba terminar antes un trabajo que tenía que completar;
3. se le ha enfermado un trabajador;
4. esperaba una confirma de parte del administrador;
5. tuvo un accidente con la camioneta como venía;
6. había mal tiempo;
7. ha sentido las previsiones que habría mal tiempo;
8. ha recibido una llamada por un trabajo urgente;
9. motivos familiares graves;
10. otros compromisos, no dando ninguna explicación.
Por supuesto, todas las empresas no comunican al administrador que están con retrasos en el trabajo. El administrador vendrá alertado por una avalancha de llamadas telefónicas de los ocupantes.
Preguntas de los ocupantes por la no iniciación de los trabajos:
1. "¿Porqué el trabajo no ha comenzado?"
2. " ¿No se hacen los trabajos?"
3. "¿Hubo algún problema?"
4. "¿Cree que es una excusa?"
5. "¿La empresa no tenía los permisos necesarios?"
6. "¿Estamos seguros de que es una empresa seria?"
7. "¿Cuándo comenzarán los trabajos?"
8. "¿Si empiezan más tarde, terminará también más tarde?"
9. "¿Porqué nadie nos advirtió que no iniciarían ?"
10. "¿Se puede aplicar a la empresa una penalidad?"
A estas preguntas el administrador no es absolutamente capaz de responder, por lo que debe contestar en forma imprecisa, tratando de no alarmar a los ocupantes.
Desarrollo de los trabajos
Cuando finalmente comienzan los trabajos la situación que encuentra no será lo que se esperaba y e requerirá un trabajo adicional, que tendrá un costo adicional de lo presupuestado:
1. El trabajo planificado: reparación de dos metros cuadrados de terraza del edificio;
Importe presupuestado: €2.000,00;
Imprevisto: con la eliminación de los azulejos se ha visto que por debajo la funda ya no existía;
Solución necesaria: rehacer toda la terraza;
Importe final: € 10.000,00.
2. El trabajo planificado: la reconstrucción de un tramo de las cloacas hasta el pozo central;
Importe presupuestado: €2.000,00;
Imprevisto: El pozo central ha estado hecho mal y las aguas residuales volvería hacia atrás;
Solución necesaria: rehacer el pozo central y los enlaces a otros pozos;
Importe final: € 8,000.00.
3. El trabajo planificado: reparación de una sección del sistema eléctrico de las luces en el patio;
Importe presupuestado: €300,00;
Imprevisto: el cable está totalmente deteriorado con un fuerte riesgo de cortocircuito;
Solución necesaria: rehacer todo el sistema que lleva la corriente desde los postes de luz;
Importe final: €1.000,00.
4. El trabajo planificado: reparación de un cristal que se rompió en la escalera;
Importe presupuestado: €200,00 ;
Imprevisto: el vidriero se dio cuenta de que el estuco en el resto del vidrio estaba todo consumido;
Solución necesaria: restaurar el estuco para el acristalamiento en todo el hueco de la escalera;
Importe final: € 700,00
5. El trabajo planificado: La poda del pino del edificio;
Importe presupuestado: €300,00;
Imprevisto: el jardinero se dio cuenta de que el árbol está enfermo con peligro de caer;
Solución necesaria: cortar el árbol y reemplazarlo con otra planta;
Importe final: €2.500,00.
Seguir el trabajo no es una cosa simple, uno debe estar detrás de los operarios y monitorear todo lo que hacen, nadie puede distraerse un momento. La principal dificultad es que el administrador no puede dejar el resto de su trabajo y dedicarse por entero a un solo edificio para controlar la ejecución de la obra, sobre todo si se trata de trabajos que toman mucho tiempo y que durarán varios días, semanas o meses. La segunda dificultad es que a menudo el dueño de la empresa que había asegurado su presencia constante en el trabajo, se pierde de vista y en su lugar el administrador encuentra sólo los trabajadores. Ahora los trabajadores son en su mayoría extranjeros, el diálogo con ellos, solicitando información sobre el trabajo, es casi siempre el mismo:
Administrador: "Buenos días, ¿hasta dónde habéis llegado con el trabajo?"
Trabajador: "El jefe no está."
Adm:. ", Me había asegurado que hoy vendría y que nos encontraríamos."
Op:. "Jefe camión roto venir, pero se fue."
Adm:. "Se suponía que debíamos encontrarnos porque el trabajo no está bien."
Op:. "No entender. Jefe dijo seguir adelante, está bien ".
Adm:. "No está bien, se lo había dicho al arquitecto."
Op:. "No entender italiano. Jefe dijo está bien después él habla contigo ".
Adm:. "Es una palabra, en la oficina nunca está y al teléfono no contesta."
Op:. "Jefe no está, antes aquí después en oficina."
Adm:. "El piso como lo ha hecho está torcido."
Op:. "Jefe trabajo bien, ha dicho continuar."
Adm: ". ¡Para el jefe irá muy bien, para nosotros no!"
Op:. "Jefe roto luego ajusta, está derecho."
Adm:. ". Para que venga recto debe tirar todo por la borda y hacerlo de nuevo desde cero"
Op:. "No entender, el jefe dijo continuar."
Adm:. "¿Es possible hablar ahora con el arquitecto?"
Op:. "Jefe depués habla contigo, ahora continuar."
Adm:. "Queréis entender que no se puede seguir así, las pendientes están todas mal."
Op:. "Jefe dijo ajusta después."
Adm: ". También os dije que limpiéis cuando ensuciáis el ascensor y el pasillo."
Op:. "No entender italiano, decir al jefe limpiar él."
Adm:. "Cada día los ocupantes me llaman porque está todo sucio."
Op:. "Andáis nosotros limpiar, los otros ensucian."
Adm:. "Incluso ahora el ascensor y el pasillo están sucias de cal."
Op:. "¿Qué pasillo? Jefe limpiar ".
Adm:. "Sólo vosotros estáis haciendo un trabajo en el edificio."
Op:. "Nosotros limpiar como dijo el jefe."
Adm:. "Apenas ve o escucha al arquitecto me haga una llamada con urgencia".
Op:. "No entender italiano jefe en la oficina."
Adm:. "Decís al arquitecto que yo vuelvo mañana y quiero que él esté presente."
Op:. "Mañana jefe dijo que está."
Adm:. "Nos vemos mañana".
Es inútil decirles que, durante el trabajo, el administrador pasa la mayor parte de su tiempo al teléfono entre las llamadas de los ocupantes a los cuales nada les cae bien y la continua búsqueda del dueño de la empresa. El que hasta la firma del contrato se había demostrado siempre disponible y servicial, que era suficiente dejarle un mensaje al teléfono o a la secretaría telefónica para ser re llamardo de inmediato, comenzados los trabajos llamará y se verá exclusivamente para tomar el dinero. Durante el trabajo nunca se encuentra, la secretaria promete que tan pronto como lo oiga le dará el mensaje, al móbil es inalcanzable o no responde, cuando responde por desgracia cae la línea, y no se puede hablar.
Muchos ocupantes, durante los trabajos, entran en un estado de profunda agitación y la única terapia posible para remediar es llamar al administrador que está básicamente pagado para esto.
Los motivos de las llamadas son siempre los mismos:
1. " En el patio se encuentran los operarios, ¿quién los ha llamado? Venga rápido a ver ".
2. "Están utilizando el ascensor, venga ahora para decirles algo antes de que lo rompan."
3. "Es demasiado temprano, venga a decirles a los trabajadores que a esta hora no se puede hacer ruido."
4. "Están enganchados al sistema de la corriente eléctrica, venga a ver."
5. "Han dejado bolsas de escombros en el patio, venga para decirles de sacarlas."
6. "La señora de la planta baja está hablando con los trabajadores, venga a decirle que no se entrometa."
7. "Han cortado un tubo, venga a asegurarse de que no sea el del gas o el agua."
8. "Están utilizando un martillo neumático, controle que no derrumben una pared principal."
9. " No están trabajando, ¿no es que nos hacen pagan todo el día de trabajo?"
10. " Hace dos días que no se ven, ¿no es que no terminan el trabajo y dejan todo así?"
Fin de los trabajos
Comenzados los trabajos nunca sabremos cuándo terminarán, porque en algún momento los operarios desaparecen de repente. Las excusas son las mismas dadas por el retraso en el inicio de trabajo, pero la realidad es que una vez hecho el trabajo más duro y, sobre todo, cobrado el dinero, para la empresa en este momento el edificio pasa en segundo plano, centrando los operarios en una nueva obra . Estáis seguros de que a este punto ningún operario se verá más, para realizar los pequeños trabajos que han quedado.
Es una buena práctica antes de la saldar la empresa:
1. esperar por lo menos hasta el final de todo el trabajo previsto deacuerdo con el presupuesto y / o contrato;
2. No ceder, aunque falte sólo un pequeño ajuste para terminar la obra;
3. verificar el trabajo consultando también a los ocupantes por si han encontrado algún problema;
4. comprobar que hayan resuelto todos los problemas comunicados a la empresa después del final de la obra;
5. dejar para el saldo una cifra considerable, si sólo restan unos pocos euros, no se verá ninguno;
6. comprobar que hayan quitado todos los sacos de escombros del patio;
7. comprobar que no se hayan hecho daño a los apartamentos o al edificio en general;
8. comprobar que se hayan reparado eventuales daños causados a partes del edificio o a privados;
9. hacerse dejar la factura de la obra;
10. hacerse dejar eventuales certificados requeridos por la ley.
Razones de la insatisfacción de los ocupantes terminados los trabajos:
1. los trabajos se han hecho mal;
2. los trabajos se podían haber hecho mejor;
3. se ha gastado demasiado;
4. el material utilizado está estropeado;
5. la compañía ha trabajado poco y ha ganado mucho;
6. la solución adoptada está equivocada;
7. el costo final ha sido superior al presupuestado;
8. los trabajadores han sido groseros;
9. el trabajo podía haber sido mejor, a menor costo y en menos tiempo;
10. nadie ha controlado el trabajo.
Por desgracia, incluso si el contrato especifica claramente los términos y las sanciones por retraso en la entrega de la obra, no es muy simple de que la empresa se comprometa a pagar, por el retraso con los días de lluvia y los obstáculos causados por los ocupantes. En este caso sería necesario emprender acciones legales, pero cuando se trata de unos pocos cientos de euros el juego no vale la pena y esto las empresas lo saben muy bien.
PRINCIPALES PROBLEMAS DEL EDIFICIO
La infiltración de agua
La infiltración de agua de la planta superior es una de las averías más frecuentes (en todos los sentidos) que pueden suceder en un edificio de apartamentos. No es raro que en los edificios más viejos comiencen a manifestarse los problemas en cadena, ya que los tubos están hechos de hierro fundido y con el pasar del agua y de los años se deterioran. Cuando un tubo comienza a dar problemas en un punto, estáis seguro de que toda la columna comienzará gradualmente a presentar el mismo problema. El primero en darse cuenta de la infiltración es el ocupante del piso de abajo, que empieza a notar una mancha en el techo y llama inmediatamente al administrador. Tenéis en cuenta que ver la mancha en el techo en muchos apartamentos no es fácil por la costumbre de los arquitectos en hacer la instalación de falsos techos que no permiten ver si hay signos de filtraciones en las paredes. Cuando el falso techo empieza a humedecerse, el daño se ha vuelto enorme, y ya no hay manera de intervenir a tiempo. Alertado por el ocupante, el administrador suele ir en el acto, acompañado de un albañil, tratando de averiguar si se trata de una mancha sencilla debido a la condensación o si hay una fuga de agua. Si la mancha es por la condensación se recomienda al ocupante mantener la ventana abierta con más frecuencia para ver si de esta manera la mancha desaparezca.
Si la mancha se debe a una fuga de agua hay que ir al piso de arriba para averiguar que es aquello que la producía. El caso más simple para resolver, es cuando la pérdida ha sido causada por el agua que desbordó de la bañera o del tubo de la lavadora, en este caso, es suficiente que el ocupante compense el daño al vecino y todo termina allí. Es más complicada la situación cuando la pérdida proviene de un cuarto de baño y, a primera vista, no está claro lo que podría haberla generado, en este caso se debe comprobar uno por uno los sanitarios necesariamente rompiendo el piso. El propietario de la vivienda, a este punto, intentará por todos los medios de convencer el albañil y al ocupante del piso de abajo que sería más barato intervenir desde abajo con el fin de reparar el daño, en lugar de tener que romper su piso. Cuando se le informa a un ocupante que su cuarto de baño tiene una fuga de agua, este inmediatamente responde que no es posible debido a que el baño ha sido recientemente renovado, sólo para descubrir que ha pasado veinte años al menos a juzgar por los materiales utilizados. Yo personalmente he entrado en baños bastante en ruinas, con azulejos de diferentes tipos, algunos desinstalados, otros rotos, grifos que gotean y con el dueño, que insistía en decir que él lo había hecho de nuevo recientemente. Este tipo de daño puede ser muy costoso cuando se necesita romper el piso, reparar una tubería o ponerla de nuevo, reemplazar los sanitatios que se han roto separándose del piso y restaurar el pavimento. Luego están los daños a la planta baja que puede ir desde la pintura simple del techo hasta tener que pagar el costo de los muebles en ruinas, sobre todo cuando en el apartamento debajo el agua no se limitó a humedecer el techo sino que comenzó a gotear. Un abogado, me contó de haber visto a un hombre que había tenido una fuga en su cuarto de baño y el agua se filtró en el apartamento de la planta baja. El ocupante tenía tapices en las paredes subyacentes y alfombras persas en el terreno y más los efectos del vapor de agua causados por objetos húmedos y ventanas cerradas, había roto el mecanismo de un reloj antiguo, en definitiva, daños de millones de euros.
Tengo que decir, contrariamente a todas las cosas malas que he dicho hasta ahora, que a veces al verificarse un costo muy alto por una reparación, que pesaba sobre un jubilado con pocos recursos financieros, algunos ocupantes me han pedido de repartir los costos entre todos, como si el daño hubiese sido del edificio. Esto puede parecer sorprendente en un edificio, pero muestra cómo la gente buena siempre está presente.
En general, cuando se trata de infiltración del agua, entre dos apartamentos, el problema debería ser de carácter privado entre los propietarios y el administrador, no debería meterse. ¿ He dicho dos veces debería? De hecho, al final, como siempre, el administrador de una manera u otra siempre queda involucrado en estos asuntos. ¿Por qué? Qué pregunta más estúpida: para tenerse las culpas. Al principio, el administrador se interesa por el problema llevando al lugar un operario para asegurarse si el daño es comunitario o privado. Establecido por el operario que la infiltración no se debe a las tuberías del edificio y enunciadas las medidas necesarias para eliminar la infiltración, pregunto siempre al ocupante si tiene un plomero de confianza para hacer el trabajo, o si quiere ejecutarlas con el operario que le puse en contacto. Casi siempre el ocupante encontrando el operario ya en el lugar y conociendo el tiempo necesario para buscar otro rápido, decide confiarle el trabajo. A este punto la tarea del administrador debería terminar aqui, el operario realiza el trabajo, el ocupante le paga y todo debería concluir allí. He escrito de nuevo por dos veces ¿debería? Y si, debería porque terminadas las obras, viene la llamada del ocupante para quejarse del operario que le ha pedido demasiado por el poco trabajo realizado. Escuchando los ocupantes el operario al final nunca hace nada, como si romper una pared, retirar el tubo roto, cámbiarlo, soldar todo, cerrar la pared, restaurar el yeso o azulejos, sea un trabajo sencillo y de unos pocos minutos. Una polémica que siempre surge es aquella de la pintura de la pared reparada y el techo del piso de abajo. Cuando el operario le pregunta al ocupante si debe blanquear la pared, al principio dice que no, total debe rehacer toda la habitación y que se hará cargo de él. Después de que el operario le presenta la cuenta, se enoja con el administrador porque dice que le pidió mucho sin haber blanqueado la pared. Las discusiones sobre la pintura del techo del apartamento de abajo surgen porque el dueño reclamaría que se le pintara de forma gratuita todo el techo de la habitación y no sólo el punto afectado por la infiltración. Por estas razones, al final, a pesar de sentir lástima por el operario que conozco bien, soy más feliz cuando el ocupante me dice: "No gracias, yo tengo mi plomero."
La fachada
Las obras en la fachada son definitivamente los gastos más costosos que los ocupantes tienen que soportar. Puede consistir en rehacer toda la fachada, los frentes de los balcones o como sucede generalmente ambos trabajos. Sabías que una de los principales gastos a tener cuando se rehace una fachada es el costo del andamio que varía de acuerdo a los metros a cubrir y de los días de uso, costo que aumenta cuando la empresa no tiene su andamiaje, y hay que alquilarlos. Cualquier cosa se logra ahorrar con las pequeñas empresas, cuando tienen pocos metros de andamios y realizan el trabajo desmontando y volviendo a montar, moviéndolos a lo largo del perímetro del edificio. Más económico es el uso de una plataforma aérea, sobre todo cuando se trata de pequeñas obras de esquinas y lados frontales de los balcones, que con este sistema se lleva a cabo en un corto período de tiempo sin tener que montar andamios. Actualmente también hay máquinas de pequeño tamaño llamadas "arañas" que pueden ser llevadas al patio sin ocupar la calle y de esta manera no tener que pagar al municipio la tasa por la ocupación de espacio público que también afecta de manera significativa al costo de la obra. Para utilizar la plataforma aérea, sin embargo, es necesario posiblemente moviéndola, que con el brazo llegue a todos los puntos de la fachada donde se necesitan intervenciones. Una oportunidad de llegar con los costos por los trabajo, es de poder utilizar andamios para fines publicitarios, por supuesto, todo depende de la superficie ocupada, el área más o menos comercial en el que se encuentra el edificio y su exposición. El reparto de los gastos para la renovación de la fachada es bastante simple, debe ser dividida de acuerdo a las milésimas de propiedad, el más complicado es el discurso con respecto a los balcones, principalmente a causa de los muchos juicios que han tenido lugar en los últimos años y que sin duda no contribuyeron a simplificar el problema. Los balcones son de exclusiva propiedad de los ocupantes y por lo tanto todos los gastos relacionados con él (pavimentos, barandillas y paneles frontales) quedan a cargo del propietario, excepto debajo del balcón. Siendo comparado a un ático, de hecho, el coste de enlucido y pintura debajo del balcón son pagados por el condominio a continuación (art. 1225 cc). Hasta aquí todo parecería "simple", pero no hay un seguimiento de la Corte Suprema que determina como condominial los gastos por los trabajos relacionados con los balcones que tienen frisos y terminaciones especiales, que en este caso son una parte integral de la fachada . La cuestión principal se convierte entonces en determinar cuándo la terminación de los balcones se puede considerar incluido en la armonía de la fachada y cuando no, porque en algunos juicios se afirmó que el mero hecho de que los balcones y barandillas sean iguales es una condición suficiente para que pueda ser considerado el balcón una parte integrante de la misma porque un color diferente, por ejemplo, sería alterar la armonía. Todo esto hace complicado el desglose adecuado de los gastos, el sentido común diría que el gasto debe ser considerado del condominio cuando uno está de frente a edificios antiguos, ubicados en centros históricos, con terminaciones especiales de barandas y paneles frontales, donde también hay frisos, pero sabemos que las palabras sentido común y de condominios casi no se llevan bien.
Los techos planos
El principal problema de los techos planos son las infiltraciones en los pisos de abajo o el deterioro de la vaina bajo la pavimentación o el desgaste alrededor de la salida de descarga de agua de lluvia. El desgaste de la vaina es debido al tiempo especialmente si se tiene en antiguas terrazas, porque antes de la actual vaina de goma venía colocada una vaina similar a la de asfalto y con los años esta sustancia se deterioraba completamente de manera que cuando se levantan las baldosas no hay ningún resto, sólo el suelo. Las vainas nuevas son más resistentes al tiempo, también porque están montados en capas dobles superpuestas. Colocar la vaina es una operación de mucho cuidado cuando se están llevando a cabo los trabajos en el techo porque si una pequeña capa no se coloca correctamente a partir de ahí se puede penetrar el agua. Debemos asegurarnos de que todo el suelo esté cubierto por la vaina y que por debajo no permanezcan objetos como piedras que pueden cortarla. Muy importante también son la vertical en la pared que hace de la terraza como si fuese una piscina haciendo salir el agua por el tubo de descarga. No por casualidad al final del trabajo es una buena idea ejecutar la prueba de inundaciones cerrando los tubos de descarga para ver, pasada una noche, si el agua se filtra en el piso de abajo. Otro elemento clave para la realización de un buen suelo es la pendiente, que si se hace bien, permite que el agua fluya hacia los agujeros de drenaje sin estancarse en la superficie. Examinando terrazas, nuevas o recientemente renovadas, he visto de todo, desde tubos de descarga para recoger el agua a una altura mayor que el nivel de la terraza; pendientes hechas hacia la puerta ventana de los apartamentos; vainas verticales inexistentes; baldosas no perfectamente alineadas, pero que forman entre ellas pequeños escalones. Habiendo a lo largo de los años acumulado un poco de experiencia en el campo y después de haber escuchado las opiniones de muchos albañiles, aprendí a reconocer algunos signos en las terrazas que indican que el trabajo no se hizo para nada "en regla".
Señales que indican que una terraza tiene problemas de impermeabilización:
1. hierba que crece entre las baldosas, una señal de que hay humedad por debajo;
2. el agua que se estanca en la terraza, incluso después de varios días que llovió;
3. el agua que en los días de calor está en el piso por varios días después de las lluvias;
4. los polvos de materiales que salen entre un azulejo y el otro;
5. líneas negras entre las baldosas, cuando no está sucio;
6. agua estancada alrededor del tubo de descarga, por debajo de la reja, en lugar de fluir dentro.
La distribución del trabajo en una terraza puede llegar a ser muy difícil, especialmente si en la columna debajo vive el ocupante pedante. Si la terraza es comunitaria, no hay problemas, el costo debe ser dividido por milésimas de propiedad entre todos los ocupantes. Los problemas surgen cuando se está en presencia de una terraza de propiedad exclusiva de un ocupante, porque a ese punto el gasto irá dividido en un tercio del ático y por los restantes dos tercios entre los apartamentos por debajo de la terraza, que actúa como una cubierta, de acuerdo a milésimas de propiedad. El desglose de por sí no es complicado, cuando toda la superficie de la terraza cubre los apartamentos de abajo, pero se convierte en una operación de técnicos de la NASA en caso contrario y aquí es donde entra en juego el ocupante pedante. El propósito del ocupante pedante es de no gastar por su participación en la propiedad ni un centavo de más de lo necesario y por lo tanto no hace descuentos en las mediciones y no está dispuesto a ceder en nada, todo lo que en derecho es dudoso debido a sentencias contradictorias, deberá interpretarse para su exclusivo beneficio.
El trabajo para techos planos privados tienen una característica única: mientras todas las demás tareas del condominio implican un desembolso de gasto y una mejora para los ocupantes, el techo plano privado en cambio implica un desembolso de gastos y ningún beneficio tangible para ellos. El único que se beneficia de algo es el propietario, que se encuentra con una terraza nueva, a menos que quiera ponerla a disposición de los ocupantes que han participado en los gastos, pero no creo sucederá alguna vez una situación de este tipo. La asignación de una tercera parte para el propietario de la terraza y dos tercios a los ocupantes de abajo era debido a esto, recaer el peso del costo por la renovación de la terraza sobre quién tiene el uso real. Un error que a menudo cometen los ocupantes es querer considerar en los dos tercios también el apartamento del propietario de la terraza que según ellos debería participar en el gasto por una tercera parte y por la cuota de sus milésimas para los restantes dos tercios. Esto está mal, él participa en el gasto de los dos tercios restantes, sólo si tiene otro apartamento en la misma columna debajo del techo plano de su propiedad. Es un error dividir los gastos de esta manera cuando bajo el techo plano hay un sólo apartamento, en este caso, de hecho, caería el artículo 1126 del Código Civil, ya que el propietario del techo pagaría de menos con respecto al ocupante de abajo, mientras que la finalidad del artículo es exactamente lo contrario. En este caso se debería aplicar el artículo 1125 del Código Civil que se refiere a los pisos, dividendo los gastos a la mitad, aunque no todo, porque el piso está a cargo del propietario de la pavimento y la pintura del techo está a cargo del ocupante de abajo. También aquí se puede encontrar una variedad de interpretaciones, porque algunos dicen que la parte en común que hay que dividir por la mitad sea sólo el piso y si este último no se está interesado por la obra, el costo debe ser pagado en su totalidad por el propietario del techo plano .
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El amianto
El amianto es un problema generalizado, especialmente en los edificios de antigua construcción, más viejos son más amianto en las estructuras se pueden encontrar. El amianto durante años ha sido un material muy utilizado bajo el nombre de Eternit y se puede encontrar en galpones, en las tuberías, en las chimeneas, en los depósitos de expansión de calderas y depósitos de agua de los locales utilizados como lavandería. La denominación Eternit viene del nombre de la empresa más importante que se ocupaba de cemento / amianto, material nuevo que se anunciaba como "eterno" ya durante la era fascista. Como ya sabemos Eternit a pesar de haber mantenido la promesa de ser un material resistente al tiempo, por su alto contenido de polvo de amianto es cancerígeno y es muy peligroso respirar el polvo que se libera sobre todo en el caso de que el artefacto sea dañado. A causa de su nocividad, sería conveniente llevar a cabo un control en los edificios de apartamentos para verificar su presencia, y si es así, se necesita inmediatamente dirigirse a empresas especializadas y por los posibles efectos nocivos del polvo y de las sanciones en las que es probable que uno incurre. Las soluciones propuestas por las empresas normalmente son dos: la sustitución de la estructura con otra de un material diferente (existe en el mercado un nuevo producto llamado siempre Eternit, sin adición de polvo de amianto), o una cobertura con pinturas particulares y tratamientos especiales. Son operaciones muy delicadas, porque hay que manejar las estructuras con cuidado, evitando respirar el polvo y los costos de estas operaciones son muy elevados. Los trabajadores que realizan esta operación deben estar adecuadamente equipados con trajes y máscaras faciales, además hay que incluir el costo de transporte de los materiales en vertederos especializados. Sin duda la opción más barata es ponerse en contacto con un trabajador, que a pesar de las normas de salud destruya la estructura lanzándola en un vertedero ilegal. Este tipo de solución no se las recomiendo por tres razones:
1. la salud del operario y del ocupante que podrían respirar polvo de amianto durante la operación de remoción y destrucción de la estructura;
2. el amianto lanzado en lugares abiertos es un material altamente contaminante para el aire y el suelo;
3. las posibles consecuencias (incluidos pecuniarias) a la empresa, a el administrador y a los ocupantes, en el caso detengan la camioneta con la carga de amianto o si sorprenden al operario tirando los desechos en un vertedero ilegal.
Se debe tener cuidado de que en los jardines comunales no estén enterrados las estructuras de amianto, porque en caso de control puede ser requerido remover todo el terreno con el que ha entrado en contacto.
Los ocupantes no son muy propensos a hacer intervenciones para remediar el problema del amianto, porque subestiman los riesgos para la salud a fin de no gastar dinero y luego, como de costumbre, siempre tratando de posponer el trabajo, a menos que, haya una denuncia de uno de ellos y vengan impuestos por las autoridades justiciales.
Hay ocupantes que viven en edificios con alta presencia de materiales Eternit, tal vez rotos en varias partes, que no hacen nada para reemplazarlos o hacerlos inofensivos, respirando este polvo todos los días y luego protestan porque el ocupante de enfrente ha montado un repetidor móvil.
La ropa que cuelgan
Lo sé, alguien ya está haciendo muecas y se pregunta: "¿Qué tipo de problemas son la ropa que cuelgan?" Me veo obligado a responder: "¿Todavía no tenéis claro en vuestras mentes que no estamos hablando de cosas normales, sino de condominio ? "Incluso la ropa que cuelga puede causar duelos a muerte, o tal vez debería decir: al último hilo. A este punto os estaréis preguntando: "¿Qué podría ser menos perjudicial para el mundo que una sábana colgada?"
Principales razones del porqué en un edificio se puede llegar a las manos por una sábana colgada:
Efecto eclipse solar:
Es el efecto particular del que son víctimas especialmente los apartamentos de la planta baja, que ya por su posición tienen el problema de la poca luz, y mucho menos cuando la señora de la vivienda de arriba extiende la ropa cubriendo las ventanas con sábanas y cortinas. El malestar se hace aún mayor si la señora en cuestión tiende a "olvidar" la ropa que cuelga por días dejando a el pobre ocupante de abajo en un constante estado de eclipse solar que puede variar desde parcial al total.
Efecto Nápoles:
¿Os acordáis de las imágenes de las afueras de Nápoles, donde hay ropas colgadas de un edificio a otro? Bueno, no para todos estos cuadros son agradables, hay ocupantes que puede soportar cualquier cosa, pero ver las señoras que cuelgan su ropa fuera del balcón ¡no! "Pero, ¿dónde estamos? No en Nápoles ". Quizás estos ocupantes deberían explicar a las señoras dónde pueden extender la ropa, cuando en realidad ese es el único lugar porque no hay una terraza comunitaria y los balcones son tan pequeñas, que no hay espacio para un tendedero. Para muchos ocupantes, casi siempre de sexo femenino, nada degrada más que ver en un edificio la ropa colgada en los balcones.
Efecto lluvia:
Este fenómeno meteorológico, afecta principalmente a aquellos que tienen una terraza en la planta baja y se ven obligados a salir con un paraguas cada vez que las señoras de los pisos superiores deciden extender la ropa. Pensar que sería suficiente escurrir la ropa, pero se sabe que es más cómodo extenderla directamente y aparte un poco de agua nunca ha hecho daño a nadie. Este fenómeno meteorológico no sólo afecta al piso de la planta baja, sino que después de las raras conjunciones astrales puede suceder que más de una señora del edificio decida lavar y secar la ropa al mismo tiempo, y colgarla en el mismo lugar del balcón, causando un efecto de lluvia en cascada donde las gotas de la ropa que cuelgan de la señora del último piso se estrellan sobre la ropa de la señora del piso de abajo, que a su vez de este balcón gotea, también, hacia el piso inferior provocando un remolino de gritos a la señora del pisos de arriba por haber ensuciado la ropa apenas sacada de la lavadora. A este punto, las señoras de los pisos inferiores retirarán su ropa que lavarán de nuevo, para extenderlas nuevamente afuera, en el mismo momento creando un nuevo efecto lluvia a cascada.
Efecto hambruna:
El efecto del hambruna se puede verificar en los edificios donde las señoras, para evitar el efecto Nápoles, van a colgar la ropa en la terraza del inmueble. La hambruna es casi siempre debida a la falta de alambres disponibles para colgar la ropa de todos. Se comprueba cada día una carrera para disponer de lugar para colgar la ropa, y no permanecer sin espacio esperando a que alguien recoja su ropa seca con el fin de extender la propia. Pero no sólo se compite por la disponibilidad de los alambres, sino la posición de estos con respecto al sol y la calidad de los alambres, que no son todos iguales. Siempre está, de hecho, el alambre oxidado, que nadie quiere usar para no ensuciar sus ropas, y sobre todo nadie los reemplaza, para no hacer un favor a otros que luego podrían utilizarlo de forma gratuita. Por lo tanto, se requiere la intervención urgente del administrador, que nunca encontrará un operario dispuesto a ir al edificio sólo para reemplazar un alambre para colgar la ropa. La pregunta que se hace a las señoras "¿Pero cuánto puede costar un alambre para extender la ropa?". Obviamente, con el advenimiento del euro mucho, teniendo en cuenta los argumentos y discusiones que tienen lugar todos los días, en cada terraza comunitaria.
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La distribución de agua
¿Creéis que es fácil repartir el costo del agua en un edificio de apartamentos? Nunca habéis vivido en un condominio. Por lo general, la tarea está a cargo de una empresa externa y esto debe suponer que el administrador está lejos de cualquier denuncia o culpa, siendo la única distribución de gastos no atribuible a él. En cambio, es siempre una queja porque nadie cree que la cifra indicada por la empresa corresponda a su consumo real y todos creen que hubo un error. La pregunta al administrador es siempre la misma: "¿Por qué al ocupante que riega el jardín todos los días, que la mujer está siempre lavando, que tiene tres hijos que continuamente se duchan, consuman menos agua con respecto a los demás ? "
Hipótesis sobre el consumo de agua de un ocupante:
1. el ocupante ha manipulado el medidor disminuyendo su consumo;
2. el ocupante no se encuentra el día de la lectura del medidor y luego comunica el consumo más bajo;
3. el ocupante se colgó al medidor de otro que paga su consumo;
4. el ocupante se colgó al medidor del condominio;
5. el condominio tiene el medidor roto;
6. el ocupante recicla el agua;
7. el ocupante está de acuerdo con la empresa que hace la división;
8. el ocupante está de acuerdo con el administrador;
9. el ocupante tiene dos medidores dejando leer sólo uno;
10. el ocupante utiliza garrafas de agua que llena de alguna fuente.
La única verdad es que la repartición del agua nunca coincidirá con la realidad, más que nada representa un promedio del consumo. Para tener un desglose preciso, la suma del consumo total de los apartamentos debería coincidir con lo debitado en la boleta de la empresa de suministro, pero esto no es posible, sólo sería posible si todos los años, en el mismo tiempo que la entidad responsable registros la lectura del medidor general, se tomaran las lecturas de todos los medidores de las unidades individuales, sin excepción.
Las causas para poder efectuar una correcta repartición de agua:
1. no se sabe la fecha en que la entidad responsable se encargará de leer el medidor general;
2. ese día nunca coincide con aquel que la empresa lleva a cabo la lectura de los medidores individuales;
3. al menos un ocupante de ese día faltará;
4. al menos un ocupante ausente olvidará de comunicar la lectura a la empresa;
5. al menos un ocupante tendrá el medidor roto;
6. al menos un ocupante también lo tenía roto el año anterior;
7. al menos un apartamento está deshabitado;
8. siempre hay, al menos, una lectura tomada mal;
9. siempre hay, al menos, una dispersión de agua;
10. siempre hay, por lo menos, una fuente del edificio cuya medidor no se lee durante años.
A todo esto hay que añadir la cuestión de las tiendas, especialmente aquellos que debe consumir una gran cantidad de agua, por ejemplo el bar, porque hay ocupantes que creen que deberían consumir más que un apartamento y los gestores argumentan lo contrario, ya que ellos no hacen baños y duchas, y luego cada año durante la reunión rompe la controversia.
Otro problema son los pisos vacíos de los cuales los propietarios son cuidadosos en comunicar, la lectura del medidor del agua y para lo cual la empresa, no teniendo los datos disponibles, cobra una media de consumo basada en el consumo en el año anterior. A menudo sucede que después de unos años el ocupante, sin entender porqué paga una cuota del condominio tan alto, decide a regañadientes dar un vistazo a las hojas que recibe anualmente del administrador en la búsqueda de lo más relevantes y el ojo cae en el consumo de agua. Inmediatamente una pregunta se abre paso a través del laberinto de su cerebro: "¿Cómo me pueden haber debitado un consumo de agua si la casa está deshabitada desde hace años?" Inmediatamente va al apartamento deshabitado para comprobar si la lectura en el balance corresponde a aquella del medidor. Después de una hora perdida en buscar del medidor de agua, que ni siquiera sabía de poseer, perderá otra hora tratando de entender los números del medidor. Los medidores de agua han, de hecho, una característica única: están instalados en el lugar más incómodo y más oscuro de todo el apartamento y toman cuarenta y cinco minutos para darse cuenta de las cifras. Pero volvamos a nuestro ocupante que con gran decepción ve que la lectura del medidor es inferior al consumo indicados en el balance. Inmediatamente se vuelve rojo de ira, no es posible que le hagan pagar el consumo que no ha realizado. Seguramente debajo hay una estafa del administrador. En su corazón él sabe que ha hecho bien en no confiar, lamentándose por todas las hojas que ha tirado en el pasado sin haberlas ni siquiera mirado. Pero ya es suficiente, el fraude fue descubierto y le deben devolver el dinero. Por supuesto, no se plantea en absoluto el problema de que todo es debido a su negligencia, porque no ha comunicado ni a la empresa ni al administrador la lectura de su medidor y así cuál es la única solución posible: llamar al administrador y enojarse con él, culpable de no haber comprobado su consumo. Es innecesario decirles que la cuestión si bien es de fácil solución implicará diversas molestias para el administrador que tendrá que volver a ponerse en contacto con la empresa para hacer de nuevo la lectura y la distribución del agua sobre la base de los nuevos datos, cubrir el saldo del ocupante, modificar la cuota del presupuesto en base al consumo real y cargar la diferencia a los otros ocupantes. Es superfluo decirles, de hecho, que el problema nunca surge antes de la aprobación del presupuesto, a la que normalmente el ocupante con del apartamento deshabitado no participa y no lee la pila de papeles que le llegan anualmente, tal vez, porque las envía el administrador. El problema resulta, sin embargo, después de varios meses, cuando se ha aprobado el presupuesto y los ajustes se han hecho. Desafortunadamente, como con muchas cosas relativas al condominio, las personas se acuerdan del medidor del agua sólo cuando se dan cuenta de que su consumo ha aumentado respecto al año anterior. En ese momento en su mente emerge un vago recuerdo del técnico de la compañía que el año anterior le había informado de que su medidor estaba estropeado y el administrador le había dicho de reemplazarlo con urgencia.
Objetos abandonados
¿Sabéis cuántas cosas se puede abandonar en un condominio, con la esperanza o la preocupación de que alguien la tire?
Lista de los objetos abandonados en los edificios:
1. Los electrodomésticos (televisión, nevera, lavadora y cocina de gas);
2. la bicicleta rota;
3. bolsas de escombros;
4. puertas y ventanas;
5. ladrillo y azulejos;
6. la antena;
7. muebles viejos;
8. el coche a pedal del niño;
9. paraguas rotos;
10. cajas de fruta de madera o plástico.
Todo depende del espacio que se tiene disponible en el edificio. Motos y coches puede parecer una exageración, pero si el ocupante cuenta con un aparcamiento privado, no es raro encontrar coches y motos abandonadas, que también ocupan un espacio de aquellos que quisieran aparcar su auto en uso.
Podemos tener diferentes situaciones relacionadas con los objetos abandonados:
Nadie sabe de quiénes son.
Es el caso clásico, hay objetos abandonados durante algún tiempo en el edificio y no se sabe de quién es o si el propietario vive todavía en el edificio. A veces son "regalos" que dejan a los ocupantes después de mudarse, al parecer, no entraban en la furgoneta, o el dueño no los quería en su nueva casa y pensó: "¿Por qué tengo que llevar estas cosas rotas cuando a alguien les podría servir?"
Se sabe que los ha abandonado, pero nadie quiere decirlo.
Este segundo caso es bastante frecuente, pero aquí entramos en el campo de la "cobertura de una mala conducta"de la serie: "Yo sé de quién son, pero no puedo decirlo" o "Yo puedo decirle de quién son, pero no le diga a nadie que se lo he dicho ". Nunca se sabrá cuál será la terrible venganza que caerá contra el ocupante que los delató, pero seguramente será terrible a juzgar por la reticencia al hablar.
Se sabe quién los ha abandonado y muchas veces el ocupante ha prometido que los eliminará tan pronto como sea posible.
En este caso tenemos un elemento cierto: se sabe de quién son. Al mismo tiempo, sin embargo, tenemos un elemento incierto: no se sabe qué plazo de tiempo signifique "tan pronto como sea posible." a lo sumo será al menos un año y en el peor de los casos: "Nunca" En general, lo que llama la atención es la actitud del ocupante "depositario" de los objetos, que no está agradecido con el condominio que le ha permitido "estacionar" sus pertenencias en la propiedad común a pesar de tener un jardín de 100 metros cuadrados, pero resulta siempre muy molesto el hecho de que por cinco años en cada asamblea uno le pide quitarlos y él se ve obligado a responder: "Lo haré pronto."
Los ha dejado la empresa que ha llevado a cabo el trabajo, que ha asegurado que volverá a tomarlos.
En general, en este caso hablamos de sacos de escombros y tuberías que la empresa no se ha llevado cuando terminaron los trabajos. Las bolsas de escombros dejados en el patio son una constante en muchos condominios, especialmente cuando los trabajos se realizaron por una empresa pequeña que no tiene un camión para llevárselos. Para este caso particular vale lo mismo que para el anterior, tenemos un elemento cierto elemento y uno incierto. La diferencia radica en el hecho de que si la empresa aún no ha sido pagada hay esperanzas de que vuelva a llevárselos, pero si ha recibido todo el dinero adeudado, nunca volverán y los ocupantes comenzarán a pensar en el modo de deshacerse de ellos.
Pero, ¿dónde dejan, por lo genera, estos objetos fantasmas ? Hay varios lugares, cada uno con sus características positivas y negativas, vamos a examinar uno por uno:
La terraza del edificio
Es el lugar ideal porque la utilizan poco, si lo hacen con suficiente cuidado para no ser visto cuando abandonan los objetos, actuando incluso por la noche, nadie sabrá quién los ha dejado y, sobre todo, escuchen bien: cuando los han dejado. Pueden pasar años antes de que alguien descubra que un muñeco del tamaño de un elefante fue abandonado en la terraza del edificio. El objeto preferido para "aparcar" en la terraza es la antena; el técnico la sustituye por una nueva y la vieja será abandonada inexorablemente en el suelo bastante lejos, para no distinguir a quién pertenece la ruina oxidada. Mientras la terraza ofrece la posibilidad de dejar "temporalmente" objetos grandes (frigoríficos, redes, colchones), por otro lado no permite su óptima conservación al estar expuesto a la intemperie. Por esta razón, por lo general en la terraza se abandonan las cosas para ser desechadas y no mantenidas. Lo ideal es cuando, en la terraza, está el cuarto de lavado que ya no se utiliza, si es necesario puede actuar como una sala de almacenamiento gratuita de cualquier ocupante, que lo usa para almacenar cosas que debe conservar, dejando la terraza para aquello que quiere tirar.
El patio del edificio
El patio del edificio si es suficientemente grande también se presta para acumular cosas y sirve como almacenamiento de artículos voluminosos; sin embargo tiene dos inconvenientes: el primero es que es difícil que al ocupante espia se le pueda escapar que un ocupante deje, sin problemas, un objeto en el patio; el segundo es que el objeto sería visible a todos, molestando; con el resultado de que el ocupante cada vez que ponga un pie en el patio, le vendrá dicho que es el momento de liberarlo por lo tanto sería el momento justo para sacar las cosas que ha dejado.
La cochera del edificio
La cochera del edificio por lo general tiene una característica atractiva: en los últimos años se han depositado tantas cosas que con una más nadie se dará cuenta si está bien "camuflada", entre otras. En la cochera se puede encontrar de todo: puertas, ventanas, ciclomotores y bicicletas de edades no especificadas, barriles de pintura, azulejos, juguetes, alfombras de coches, libros, bolsas, cajas llenas de cualquier cosa y por supuesto nadie sabe de quienes son. Lo que me deja perplejo son la motonetas. ¿Cómo no saber de quiénes son? ¿Alguien seguramente los habrá visto usar? ¿O llegaron durante la noche, traídos por un desconocido, que para no dejarlos en la calle por la noche, en medio del peligro, decidió abandonarlos en una tranquila cochera comunitaria?
Como siempre bromeo un poco sobre el problema, pero hay una gran parte de ocupantes que no les importa lo que hacen los demás, ocupándose sólo de sus intereses, que en este caso es la de deshacerse de un objeto voluminoso o tener un lugar para poner sus propias cosas sin tener que pagar un euro. Los más "inteligentes" son los ocupantes de la planta superior que utilizan a voluntad la rampa de acceso a la terraza y a la sala de la lavandería haciendo que se conviertan en bóvedas personales exclusivas. Debo decir que a menudo estas situaciones son el resultado de negligencia por parte de los ocupantes, el hecho de tener tantos objetos abandonados en las zonas comunes, para encontrarse año a año con un número cada vez mayor de objetos almacenados. Sería conveniente en algún momento dejar todo, hacer un montón con las cosas viejas ayudado por un operario y colocarlas cerca de la puerta para luego quitarlas y empezar de nuevo teniendo cuidado que a partir de ahora los ocupante no abandonen los objetos en las zonas comunes .
El correo
¿Es posible pelear por el correo? ¿Estamos en un edificio de apartamentos? La respuesta es sí, como en cualquier condominio hay al menos una persona que es irresistible a leer el correo de los demás. Es sin duda una de las cosas más desagradable, encontrar en tu buzón de correo, o incluso peor en el suelo o encima del buzón, la propia correspondencia abierta. Debo decir que ya no me gusta que algunos ocupantes habran el correo dirigido al edificio y mucho menos cuando se trata del correo personal. Pero hay algo aún peor: el robo del correo, en particular, paquetes, libros y revistas que son más atractivos. Para evitar esta situación, en muchos edificios de apartamentos, me pidieron reemplazar los viejos buzones con otros más grandes para que el correo puede ser insertado en el orificio totalmente por el cartero, sin quedar a "mano" de nadie y sobre todo que sólo se pueda acceder con llaves. Los viejos buzones, de hecho, tienen la característica de ser de pequeño tamaño, de manera que el correo sobresale y además todos pueden abrirse por medio de una llave maestra que se compra en cualquier ferretería. Si el robo de correo les puede parecer extraño, les parecerá increible que en algunos edificios haya sido robado todo el bloque de los buzones. Un operario que estaba montando los buzones, en un edificio de apartamentos, me aconsejó que pusiera un freno también en la parte inferior, para evitar precisamente que alguien pudiera robar el bloque entero, si se coloca justo encima. Una lucha contínua para los ocupantes, es el ataque indiscriminado de los buzones por los jóvenes armados con carrito de compras e infinidad de panfletos. No se tiene tiempo para vaciar la publicidad de todos los buzones que se llenaron inmediatamente de nuevo. La batalla es aún más difícil cuando muchos ocupantes no encuentran mejor método para vaciar su buzón que distribuirlo en los otros, o poner todo en el casillero de un ocupante específico que por lo general no permanece en el edificio, el cuál encontrará su buzón invadido por la publicidad de todo el condominio. A los ocupantes les encanta llenar de publicidad el casillero del administrador, tal vez porque piensan que después de todo, también se le paga para liberarlos de anuncios no deseados.
Uno de los inventos más inteligentes, brillantes e imprescindibles para un edificio, en mi opinión que merece el Premio Nobel, es el casillero de la publicidad para colgar en la puerta de entrada. Esta invención, de hecho, ha salvado a los buzones de correo de la invasión de volantes publicitarios y a los ocupantes del molesto sonido del intercomunicador que anunciaba la llegada del correo no deseado, con una pelea contínua con varios chicos para defenderse del embarque insistente. Una pena que el buen inventor no tuvo en cuenta un factor muy importante, ya que es un condominios: ¿Quién vacía el casillero cuando no hay un portero? Será necesario inventar un nuevo tipo de casillero que solucione este problema.
La planta baja
Ante que me hagáis la habitual pregunta, os hago una yo: "¿Alguna vez habés vivido en una planta baja?" Si la respuesta es "no", entonces casi no podéis entender el malestar de los que viven allí. Yo personalmente he vivido durante treinta y cuatro años en un apartamento de planta baja y os aseguro, que es el menos cómodo de todo el edificio.
La planta baja es:
1. la planta más oscura;
2. la planta más fría;
3. la planta más ruidosa;
4. la planta donde van a parar todos los objetos que caen desde los balcones.
La planta baja es muy oscura, la luz del sol hace apariciones fugaces, la única ventaja de esta situación es que el coeficiente de luminosidad de las tablas de milésima es muy baja. Aparte de la poca luz con la que cuenta, se añade el ocupante del piso superior cuando decide de colgar del balcón cortinas y alfombras, en forma descuidada que terminan cubriendo las ventanas de la planta baja. Situación que puede durar días, si el ocupante se olvida o las deja colgandas allí deliberadamente, sabiendo que si las entra en casa tendrá que plancharlas.
La planta baja es el piso más frío porque debajo no tiene otro apartamento, se apoya en el terreno, a menos que existan cocheras o bodegas, sin embargo es fría y húmeda. Incluso en este caso a las molestias naturales se suman aquellos ocupantes que no cierran la puerta dejando que en el invierno entre todo el frío en el vestíbulo del edificio, que luego "entrará" por debajo de la puerta de la planta baja.
La planta baja es el piso más ruidoso debido a el constante ir y venir de la gente en el edificio, especialmente por la noche, no prestando ninguna atención al hecho de que algunos podrían dormir allí. El sueño de los ocupantes que viven en la planta baja se ve sacudido por dos ruidos en particular:
1. la puerta que golpea;
2. el portazo del ascensor.
El apartamento de la planta baja casi siempre tiene una terraza o jardín donde caen una gran cantidad de objetos desde los balcones de los pisos superiores.
Objetos que se encuentran en la terraza en la planta baja:
1. pinzas de la ropa para colgar;
2. la ropa extendida puesta a secar;
3. colillas de cigarrillos;
4. carozos de frutas;
5. macetas con plantas;
6. ramitas de plantas y flores secas;
7. agua que gotea desde los vasos;
8. suciedad recogida en los distintos balcones y tirada hacia abajo;
9. juguetes de niños;
10. alimentos para gatos.
¿Sorprendidos? Sin embargo, todo este material, que cae o accidentalmente o a propósito a vuestros balcones, llegará directamente a la terraza de la planta baja. La planta baja es prácticamente un centro de recolección de objetos perdidos y ocasionalmente los ocupantes lo visitan para ver si hay algo de su propiedad entre las tantas cosas. Recuerdo que en mi edificio, algunas señoras habían ingeniado una canasta que bajaban de sus balcones donde yo ponía los objetos encontrados en la terraza.
Para muchos ocupantes es normal después de comer levantar la mesa, quitar el mantel y sacudir la migas antes de guardarlo en el cajón. Lo que no debería ser normal es hacerlo desde el balcón haciendo caer a la planta baja todas las migajas, tapas de botellas, restos de comida y un algún carozo de fruta.
Un objeto que se escapa de las manos y cae por debajo es un accidente que le puede pasar a cualquiera, pero lo que realmente molesta es la falta de civismo de algunos ocupantes, intercambiando la planta baja por un centro de recolección de residuos no preocupándose en lo más mínimo que alguien tiene que recogerlo, si no quiere vivir en un basurero, tendrá que recogerlos y tirarlos. Hay que prestar mucha atención, porque una cosa es ser golpeado por una pinza de ropa, pero que recibamos una olla en la cabeza que dejó tambaleándose en la cornisa es otra, porque uno se puede encontrar con consecuencias muy graves si se lesiona alguien.
Por supuesto, disculparse por haber tirado a la terraza "accidentalmente" colillas de cigarrillos, los carozos de frutas o la suciedad recogida de su balcón ni hablar, incluso aquellos que son atrapados in fragantis y reprendidos, como buena tradición condominial, se inicia de inmediato despotricando contra el ocupante de la planta baja. Su crimen es no saber vivir en un condominio, no siendo capaz de soportar el pequeño inconveniente que encontramos cuando se decide a vivir en un apartamento de planta baja.
Apartamentos deshabitados
En cada edificio hay siempre al menos un apartamento deshabitado. Las causas son variadas:
1. el propietario aún no ha ido a vivir allí;
2. el propietario se mudó a una nueva casa;
3. es un propietario moroso y el apartamento fue puesto a la subasta;
4. el propietario ha puesto el apartamento a la venta;
5. el propietario está buscando un inquilino;
6. el propietario lo utiliza exclusivamente como una casa de vacaciones;
7. el propietario lo utiliza exclusivamente para sus citas amorosas;
8. el propietario es de edad avanzada y no es más independiente, por lo que un hijo se lo llevó a vivir con él;
9. el propietario falleció y el apartamento ha quedado en herencia para sus hijos;
10. el propietario murió y el cónyuge se ha transferido de un hijo.
Cuando hay un apartamento deshabitado, el administrador, tiene la ventaja de tener un ocupante menos que lo moleste a cada momento, en cambio encuentra muy difícil cuando necesita buscarlo para solucionar problemas o para la recaudación de las tasas, sobre todo cuando el dueño vive fuera de la ciudad.
Estáis seguro de que si se encontrase una mancha en el techo, del piso superior, seguramente es aquel apartamento deshabitado. Así comienza la búsqueda de parte del administrador del ocupante, que una vez alcanzado, podéis apostar que se mostrará seriamente molesto por esta cosa. Caerá el peso sobre el administrador por el hecho de que el propietario, quien vive lejos, se verá obligado a ir al edificio para hacer ver el apartamento a un operario. Por supuesto todo deberá hacerse en el día y hora que más le agrada, no es él quien se debe ponerse a disposición.
El propietario de un apartamento deshabitado nunca se encontrarán en casa el día de la lectura del contador de agua y sobre todo mirará bien para comunicar, por teléfono, el consumo a la empresa o al administrador. Es muy poco probable que se encuentre en su casa en el día de la recopilación de la cuota, aún sabiendo de que habría pasado el administrador, aún más improbable será recibir un llamado telefónico con tono preocupado porque se dio cuenta de que no ha pagado el condominio. Por lo general, el propietario de un apartamento deshabitado pertenece a la categoría del ocupante moroso, viviendo lejos, la forma preferida de pago de él, para no pagar, es la transferencia bancaria. Cada tanto pide al administrador del condominio las coordenadas bancarias de la cuenta corriente, a pesar de ya habèrselas proporcionado con anterioridad en cada recordatorio de pagamento pero puntualmente el bonífico no llegará.
A menudo sucede que los ocupantes se quejan por el ruido procedente del apartamento deshabitado, producido por el viento que golpea las puertas y ventanas que quedaron abiertas o se agitan las lonas utilizadas para cubrir los objetos en los balcones. Trabajo del administradore, como siempre, será la de localizar a los ocupantes pidiéndole que vaya a la vivienda para comprobar la fuente del ruido, y remediarlo.
Los primeros en saben que hay un apartamento deshabitado son los de la agencia inmobiliaria, que, misteriosamente, se encuentran en manos el número de teléfono del administrador. Un truco desplegado por los agentes de bienes raíces, es llamar o citofonar a una persona al azar, fingiendo saber que en su edificio hay un apartamento en venta, con la esperanza de que les revelen cuál es, efectivamente, si hay uno, y tal vez también le den el número de teléfono del administrador para localizar a su propietario.
¿Quién no ha querido comprar un apartamento a su hijo en el mismo edificio? Para que se pueda producir el sueño, sin embargo, se deben mover antes que los otros. Tan pronto como hay un ocupante anciano y que está muy enfermo, de inmediato los buitres comienzan a posarse en el apartamento, esperando, el momento de la muerte, para ser el primero en hacer la propuesta a los hijos, aunque si el momento no es de lo más adecuado . Entre las preguntas más frecuentes formuladas al administrador de condominios están: " ¿No sabéis si el propietario quiere vender el apartamento? Si oye algo¿ me lo hace saber? "
El dueño del apartamento deshabitado no participa nunca a las reuniones del condominio. A él la convocatoria se la deben entregar por correo, y para respetar los cinco días de aviso también hay que calcular el tiempo requerido para enviarle la notificación. Como no vive en el edificio, cuando se entera, trámite la copia del acta entregadas por correo, que fueron aprobados trabajos, se enojará y sólo entonces abordará el administrador por no haber tenido tiempo para organizarse y participar.
PRUEBA
¿Qué nivel de conocimiento tenéis vosotros?
1) El condominio es:
a) una demostración de cómo el hombre es incapaz de vivir con sus compañeros sin pelear;
b) el lugar en el cuál surgen los más bajos los instintos humanos;
c) algo creado por el hombre para poner a todos en desacuerdo;
d) un lugar que por su crueldad es la envidia de la mayoría de las prisiones de regímenes totalitarios.
2) El administrador es:
a) la persona que se prenderá la culpa con lo que suceda o sucederá;
b) una misión que nadie querría tener por ninguna razón en absoluto;
c) el que se encarga de la gestión del condominio;
d) una cosa es cierta: "Todos los administradores roban."
3) La reglamento del condominio es:
a) una serie de artículos que nunca se rige lo que realmente importa;
b) algo que todo el mundo habla pero que nadie ha visto jamás y / o leído;
c) un conjunto de normas que rigen la vida del edificio;
d) un éxito de ventas en todo el mundo, que no se conoce el autor.
4) La asamblea del condominio es:
a) una confusión en el que no entiende nada;
b) el lugar al que nadie irá por su propia voluntad;
c) el cuerpo principal del edificio donde se toman las decisiones más importantes;
d) el instrumento de tortura más cruel que la mente humana ha creado.
5) El acta de la asamblea es:
a) la evidencia más convincente de la existencia de la asamblea del condominio;
b) un acto que requiere mucho tiempo para escribirlo y aún más para leerlo;
c) una resumen de cuando se dijo y se resolvió en la reunión;
d) una concentración de faltas de ortografía y de sintaxis
6) La delega es:
a) hay quienes anhelan tenerla y quién no entiende por qué otros quieren mucho tener una;
b) poseerla en la reunión, para algunos ocupantes, es más importante que el oro;
c) el acto por el cual un ocupante pide a otro para que lo represente en la reunión;
d) el acto por el cual un ocupante se libera de asistir a la reunión.
7) Las milésimas son:
a) una cosa por la que a menudo se pelean en la asamblea;
b) no se sabe de donde salen, pero todos están convencidos de que su son demasiado altos;
c) los coeficientes de acuerdo a los cuales se dividen los costos;
d) un truco inventado por el administrador para hacerles pagar de más.
8) El saldo final es:
a) el prospecto que muestra si uno tiene que pagar o hay crédito;
b) nadie ha leído uno, pero todo el mundo pretende saber de lo que se está hablando;
c) el balance del condominio;
d) como la Navidad llega una vez al año, en vez de traer regalos es necesario pagar.
9) El presupuesto es:
a) un balance que es demasiado bajo respecto a los costos reales;
b) un balance donde los gastos por el reemplazo de las bombillas son demasiado altos;
c) el balance estimado de los gastos en que se incurrirán en el año siguiente;
d) poner en la estimación de que el próximo año se gastará mucho más.
10) El quórum es:
a) para saber es necesario conocer idiomas extranjeros;
b) algo para lo que antes de cada reunión es necesario conseguir una delega;
c) son las presencias necesarias para que una reunión sea válida y pueda deliberar;
d) una cosa difícil de lograr.
11) El consejero es:
a) una especie de agente secreto, nadie se acuerda de quién es y lo que hace;
b) una gran broma que se perpetúa cada año en la reunión;
c) el ocupante elegido en asamblea que debería ayudar al administrador;
d) si fuera pagado, todos se propondrían como candidatos.
12) El director del proyecto es:
a) no se sabe quién es, o lo que hace, pero sus tasas son muy altas;
b) debería ser el enemigo número uno de cada empresa de construcción que trabajan en el edificio;
c) un profesional a cargo de los ocupantes para asegurar el éxito de la obra;
d) un personaje de ficción creado por la imaginación de los administradores.
13) El techo plano es:
a) una de las cosas que más se deteriora en un edificio de apartamentos;
b) una piscina solario con hamacas y mesas;
c) una terraza que sirve como cubierta para los apartamentos de abajo;
d) no se sabe, pero cuando se necesita repararlo hay problemas, por esto se llama pavimento.
14) El Eternit es:
a) la única cosa creada por el hombre verdaderamente eterna y por esto viene destruida;
b) un material presente en todos los edificios, pero que no se puede decir de tener;
c) un material de construcción cancerígeno debido a que tiene un alto contenido de amianto;
d) una cosa que si se encuentra, uno tiene que pagar para destruirla.
15) El entretecho es:
a) algo construido, no siempre, para evitar oir los pasos de arriba;
b) no se sabe lo que sea, pero cuando se infiltra el agua hay problemas;
c) la estructura que divide dos apartamentos;
d) el lugar donde se consumen el "sol" en detrimento de los ocupantes.
16) La célula repetidora es:
a) una instalación que todo el mundo quiere, pero que todos debemos decir que no queremos;
b) han implantado una en el condominio de frente y se ha desatado el infierno;
c) el sistema que permite a los teléfonos móviles transmitir;
d) según muchos es un símbolo de cuando el dinero prevalecer sobre la salud.
17) La cabina de registro es:
a) una cosa que debe mantenerse limpia, si no se quieren los malos olores y las inundaciones;
b) algo que todo el mundo recuerda sólo cuando se tiene que pagar a alguien para limpiarlo;
c) el punto terminal de una columna de descarga o de unión de una descarga;
d) algo que nunca se puede abrir, pueden sólo las empresas de mantenimiento.
18) El crepúsculo es:
a) algo estudiado en la escuela que tiene que ver con los poetas;
b) se recuerda que no funciona al regresar a casa no se encuentra el ojo de la cerradura;
c) el mecanismo que hace que se encienda o apague las luces en función de la luminosidad exterior;
d) el mecanismo que hace girar las luces durante el día y las apaga en la noche.
19) El moroso es:
a) palabra dialectal que indica el novio de un ocupante;
b) un gran astuto que vive sobre los hombros de los otros condominios;
c) el ocupante en incumplimiento de pago con las cuotas;
d) una persona por el cuál los otros ocupantes se ven obligados a anticipar las cuotas.
20) El teléfono del administrador es:
a) el número a llamar para cualquier cosa tengan en mente los ocupantes;
b) el número a llamar de todos modos y en cualquier momento;
c) el número para llamar en días y horarios establecidos;
d) el número para llamar siempre, ya que debe ser accesible en todo momento.
La vida vivida
Los que les propongo ahora son eventos que han ocurrido en algunos condominios que he administrado. Son historias reales, donde emerge todo el cinismo, el egoísmo, el orgullo y esa vena de locura que impregna la gente cuando se trata de temas de condominio.
El moralista
Había un ocupante enojado porque tenía una mancha en el techo de una habitación, por encima del cual se construyó un sobretecho de propiedad exclusiva. Advertido por el ocupante fui junto con un albañil a su apartamento. El albañil nos informó que no estaba claro si la mancha fue causada por una pérdida o condensación, pero el ocupante juró que había tratado de mantener la ventana del dormitorio abierta para hacer circular más aire y tratar de sacar la mancha , pero siempre resurgía. Entonces fuimos a ver la terraza sobre el apartamento y el albañil se dio cuenta de que justo en el lugar había una salida de descarga del agua de lluvia. El operario sostenía que lo más probable, que la infiltración pudiese haber sido causada por un mal sellado del tubo de llenado ubicado también en contacto con la pared. El albañil no nos dio la certeza que el daño podría ser el resultado de la mala unión, porque nos dijeron que cuando está el agua de por medio es difícil predecir el problema. Para tener una mayor certeza, el albañil nos aconsejó perforar un agujero en la cámara de abajo para tratar de entender mejor de dónde viene el agua. Por supuesto, como siempre ocurre en estos casos, el ocupante de la planta baja se opuso por las razones de siempre: "¿Por qué se rompe en mi casa cuando la pérdida es arriba?" El razonamiento es impecable, pero los ocupantes no entienden los costes, una cosa es hacer un agujero en el techo y una cosa es tener que desmontar las baldosas de una terraza y restaurar el pavimento, sin tener en cuenta la posibilidad de que la infiltración podría no estar allí.
A este punto convoqué en asamblea a todos los ocupantes para decidir qué hacer. Durante la asamblea se inició una fuerte discusión entre:
- El ocupante de la vivienda donde se produjo la infiltración, que afirmó que era necesario romper el pavimento de la terraza y reparar el problema;
- El propietario del piso de arriba que estuvo insistiendo en que la cubierta estaba perfectamente sellado y que las manchas de la habitación eran de condensación debido a que las ventanas se mantenían cerradas en todo momento por los ocupantes;
- Los otros ocupantes que exigían mayores certezas antes de enfrentar un gasto para romper el pavimento y, por supuesto, se extendían más por las razones del propietario del ático, tratando de evitar el trabajo.
El asunto se prolongó durante más de un año entre las solicitudes de cotización, nuevas inspecciones con el propietario del ático que colocan nuevas excepciones siempre tratando de posponer el trabajo, sólo para descubrir, más tarde, que estaba vendiendo el apartamento.
El ocupante de la planta baja no entendía por qué todo este obstruccionismo para estos trabajos y yo entonces traté de explicarle que, lamentablemente, en los condominios quien no tiene problema no está dispuesto a llegar a un arreglo para los que tienen uno, especialmente si se tiene que poner dinero . El ocupante se escandalizó por mis palabras, me dije que no estaba bien, que no se puede pensar sólo en sí mismos y no preocuparse de los problemas de otras personas. Muy bien, pero ¿ sabéis cómo terminó eso?
Los nuevos propietarios del ático tenían que hacer las renovaciones clásicas, me llamaron haciéndome notar de que las baldosas de la terraza estaban levantadas en varios lugares y que a continuación sólo había arena, no había ni rastro de la vaina originale. A ese punto se realizaron las obras para la renovación completa de la terraza y de los tubos de drenaje y el ocupante resolvió su problema.
Más tarde, un ocupante del edificio me hizo ver que había anomalías en las tablas de milésima porque los apartamentos de la planta baja tenían coeficientes más altos que las plantas superiores a pesar de estar en una superficie mucho más pequeña y expuestos de la misma manera. Teniendo que llamar a la reunión para aprobar el balance, puse el tema en la agenda y en el debate expliqué a los ocupantes como las tablas estaban equivocadas sin ninguna explicación aparente. No llegando a un acuerdo entre los ocupantes, el promotor de la verífica de las milésimas, amenazó con acudir a los tribunales. Para evitar disputas legales, siendo claro que las tablas milésimas utilizadas estaban equivocadas, y que mi opinión no era suficiente, les aconsejé de hacerlas revisar por un técnico. ¿Sabéis quién se opuso implacablemente contra la reconstrucción de las tablas? El ocupante que vivía debajo del ático, propio el moralista que alegaba que no era justo que todo el mundo, en un edificio de apartamentos, se ocupara solamente de sus propios intereses. Por ahora él, había resuelto su problema y el de otro ocupante no quería saber nada, porque, no es poca cosa, si las tablas hubieran sido correctas, su milésimas hubieran aumentado y, en consecuencia, su participación en los gastos.
Esta breve historia de la vida real que he querido usar para hacerles entender el egoísmo que a menudo impregna ocupantes, no hay nada que hacer, puede estar seguros, aunque todos al inicio le dará la razón, nadie va a estar dispuesto a gastar dinero para resolver vuestro problema. Lo sé: es cínico, inmoral, no es civil, pero por desgracia el condominio funciona así. También hay que decir que estos comportamientos no son muy diferentes de lo que es la vida fuera de las paredes de la casa. Una pequeña lección que podríamos obtener, puede ser que seamos más pacientes, porque seguro que tarde o temprano, aunque nosotros podríamos tener un problema y no gustaría que otros nos ayudaran.
El carpintero
En un condominio me tocó un ocupante petulante contra un negocio de carpintería ubicado debajo de su apartamento. No sabía la razón de este resentimiento personal hacia el carpintero pero el hecho es que continuamente se presentaban en el taller la policía de la ciudad y las autoridades locales de salud, llamados por el ocupante, para llevar a cabo controles sobre el ruido y el polvo. También hubo citas en la corte y el juez obligó al carpintero de instalar ventiladores, silenciadores, poner las ventanas para cerrar la entrada de los locales, etc., prácticamente ha transformado el taller en una sala de operaciones. Debo decir que el carpintero tuvo la comprensión de parte de todos los otros ocupantes, incluidos los de los apartamentos situados encima de su laboratorio, porque más allá de las intervenciones encargadas por varios jueces, en realidad por tratarse de un carpintero, el local estaba siempre limpio y el dueño era una muy buena persona de la cual utilizaban sus servicio muchos de ellos. La situación empeoró cuando el carpintero compró un terreno baldío lleno de maleza junto a su laboratorio y recibió del ayuntamiento el permiso para construir una zona de aparcamiento. Todos los ocupantes estaban contentos con esto, ellos podrían tener un aparcamiento debajo de la casa y ver este terreno que antes estaba en un completo estado de abandono, ahora limpio, los llenaba de alegría. A todos menos uno, que comenzó su batalla personal argumentando que de acuerdo a la licencia concedida, el aparcamiento tenía que ser reservado exclusivamente para los coches del edificio, mientras que algunos no lo eran. Esta vez, sin embargo, el juez no le dio la razón, porque el carpintero en realidad había dado la preferencia a los ocupantes del apartamento, y sólo después, para los lugares que quedaron vacíos, había satisfecho las demandas de otros residentes locales. Inexplicablemente comenzaron a ocurrir en el aparcamiento hechos desagradables: lanzamiento de piedras, huevos y diversos líquidos contra los coches aparcados, parabrisas rotos y otros daños que el seguro del carpintero al final ya no quería pagar. La situación se agravó aún más cuando el carpintero consiguió un importante contrato por el Ayuntamiento para la una obra en un jardín. Inmediatamente el ocupante petulante comenzó a mover y me pidió que convocase una asamblea extraordinaria para discutir el problema, recogiendo firmas y delegas entre otros condominios y aprovechando también las personas mayores que no tienen el más mínimo conocimiento del problema. El ocupante petulante argumentó que para este fin vendrían todos los días, cientos de camiones cargados de madera y generarían una fila terrible que bloquearía todo el vecindario. No sé si el ocupante era consciente del hecho de que ningún camión nunca podría entrar en la carpintería por razones esencialmente físicas, como la rampa de acceso no se lo habría permitido. Lo más probable, que su comportamiento, era simple terrorismo psicológico en relación a los otros ocupantes, con el fin de sufragar los gastos de juicio con ellos en lugar de actuar a título personal, como lo había hecho hasta entonces. Por primera vez en mi profesión, me complací que la reunión, a pesar de las delegas recogidas, no alcanzó el quórum. Pero la historia no terminó ahí. Un día, el petulante ocupante me llamó porque el carpintero estaba haciendo un trabajo abusivos en la fachada de acceso, ampliando el laboratorio. Al ir a controlar, me di cuenta de que el carpintero simplemente había hecho quitar un tejido que cerraba por unos treinta centímetros la parte superior de la entrada sin tocar en lo más mínimo las paredes del edificio. Fui a hablar con el carpintero debutando con la frase que se había convertido en nuestro saludo: "No te digo quién me ha llamado ... pero, se quejaron porque estás ampliando la entrada del local." El carpintero me explicó que tenía encargada una nueva máquina necesaria para la orden recibida del ayuntamiento, pero que la empresa no podía entregársela porque el tamaño de la entrada no permitía el paso. Su arquitecto se dio cuenta de que el acceso al local había sido restringido en la parte superior, lo más probable cuando se instaló la puerta, por una placa de yeso de alrededor de unos treinta centímetros, y por lo tanto era suficiente eliminarla para restaurar las medidas iniciales sin tener que hacer otro trabajo. A este punto me fui a informar de todo al ocupante petulante, explicando la naturaleza de la obra y señalando, mientras él continuaba afirmando que había sido tocada la estructura de la fachada, para ser exigente con los trabajos, estos, habían sido restaurados al aspecto inicial de la fachada del edificio, que había sido modificada previamente por la capa de cartón yeso. El ocupante petulante se niega a atender razones, se abalanzó sobre mí, me dijo delincuente por proteger al carpintero, llegando a amenazar de llevarnos a los dos en tribunales y desde ese día no me dirigió la palabra.
Pero un día el ocupante petulante se encontró los ataúdes apilados en el patio de la carpintería justo debajo de su ventana y de inmediato me llamó diciendo que era de mal gusto y un insulto en contra de él y yo apenas me sostenía de la risa, le respondí que también eso era trabajo para el carpintero.
El sabelotodo o Pedante
Por desgracia, este personaje ha existido realmente, no es un producto de mi imaginación, y de su figura he pescado muchas de las características de los ocupantes que se encuentran en este libro, especialmente el ocupante pedante. Era un viejo policía retirado y tan pronto como adquirí la administración del condominio donde vivía, me lo señalaron de inmediato como un estorbo. Como no me fío mucho de lo que dicen los ocupantes, que a menudo se ven influidos por rencillas personales, he tratado de tener un diálogo con él. Al principio todo iba bien, me encontraba a menudo proporcionándole explicaciones sobre números y los trabajos realizados, y siempre estaba de acuerdo con lo que yo afirmaba, las reuniones eran muy tranquilas, en el momento de la designación del administrador, siempre era reelegido por unanimidad. Después, de repente todo cambió. Viene a vivir en el edificio un nuevo ocupante que planteaba un problema de malos olores provenientes de los desagües de la alcantarilla. El ocupante sabelotodo se activó para resolver el problema y, al final, dio su parecer, dedujo que el edificio no tenía responsabilidad porque no se sintió mal olor en los otros apartamentos. El ocupante considerándose perjudicado por este comportamiento se dirigió al ASL que a su vez intimó al condominio a buscar los pozos de desagüe que estaban bajo el piso, hacerlos inspeccionar, limpiar y equiparlos con el sifón. A este punto, mostrándole la carta de ASL, señalé al ocupante sabelotodo que me veía obligado a nombrar una empresa que se especializara en la búsqueda de pozos y desde ese momento todo cambió, como si la culpa fuera mia y no suya, ya que había tomado el asunto muy a la ligera. La empresa encargada, rompiendo la pared exterior de la vivienda "incriminada", encontró que en el espacio intermedio había una tubería rota, en la mitad de la pared, que terminaba con una rosa de ventilación a la altura de las ventanas. La tubería rota era lo que originalmente se suponía que llevaría el drenaje desde la columna de descarga de la planta baja a la terraza del edificio. El mal olor en el interior del apartamento era entonces debido al hecho de que el tubo siendo roto no transportaba los malos olores hacia arriba, sino que éstos se dispersaron por todo el espacio intermedio. El ocupante sabelotodo de inmediato corrió para ver lo que había ocurrido en el apartamento y en una carta dirigida a mí, escribió que el problema era del edificio, ya que el tubo había sido cortado en su apartamento, faltando la parte superior. El policía pensó que era mejor ir por el jefe de la Oficina Técnica del Ayuntamiento, donde había llegado la señalización realizada por la ASL y siendo un viejo colega, le concedió la misma declaración. Podéis imaginar mi incredulidad cuando el técnico, que yo conocía personalmente, me dijo que había estado él a explicarle la situación, y la de la policía; cuando le mostré que la realidad era diametralmente opuesta a la descripta, porque del tubo faltaba la parte inferior. En la asmblea cuando les informé a los ocupantes de lo sucedido, a algunos de los cuales ya le había hecho ver el tubo cortado para testimoniar el estado de las cosas, el policía hizo todo lo posible para no decir que había actuado de mala fe o por lo menos que se había equivocado, tratando de salir del paso . Por desgracia para él todos los ocupantes habían entendido lo ocurrido, y a partir de ese día todo lo que yo hacía, no le gustaba. La mala figura, remediada por el policía en la asamblea divirtió enormemente a los otros ocupantes que lo vieron por primera vez de espaldas a la pared y sobre todo perder toda la arrogancia demostrada durante muchos años hacia ellos. Mi popularidad aumentó considerablemente dentro del condominio. Después de un tiempo, otro hecho ayudó a desgastar aún más nuestra relación debido a una infiltración proveniente de una terraza privada. Una vez que la asamblea decidió la obra en la terraza, el ocupante sabelotodo hizo todo lo posible para limitar el gasto de los dos tercios correspondientes a los apartamentos inferiores, entre los cuales estaba el suyo. El techo plano en cuestión tenía una característica especial: por una parte cubría los balcones y otra los apartamentos, mientras que por otro lado sobresalía unos veinte centímetros como un balcón. El policía se mostró inflexible, exige la medición específica de toda la superficie hasta el más pequeño de los ángulos siendo responsabilidad del ocupante propietario de la pavimentación de todas las partes que sobresalen del edificio a pesar de que son sólo unos pocos centímetros. Para una correcta distribución de los gastos, conociendo el ocupante sabelotodo, decidí valerme de la asociación en la que había entrado el edificio, pidiendo a sus abogados una opinión. La opinión escrita por la asociación no fue clara y decidimos junto con el propietario de la terraza, resolver algunas dudas yendo personalmente del abogado que había respondido a las preguntas presentadas. Hablando con el abogado hubo un momento de gran confusión, porque él se refería a dos solicitudes de opiniones y no podíamos entender cuál era esta segunda opinión, ya que se había presentado una sola. A este punto, el abogado me pidió que fuera a la secretaría, para entregarme una copia de la otra cuestión planteada por el edificio y finalmente nos dimos cuenta de que el policía había estado allí, había hecho la solicitud de opinión escrita e incluso no estando satisfecho con la respuesta, se había hecho dar del abogado una nueva interpretación que dejase las cosas más ligeras. Yo y el ocupante quedamos atónitos por el comportamiento del ocupante sabelotodo y de la asociación, ambos deplorables. Lo único divertido de la historia fueron los comentarios dejados por el policía al personal de la oficina, que me decían que iba casi todos los días para saber si se había concedido su petición. La opinión de la asociación no dio razón a las tesis del ocupante sabelotodo, pero ni menos fue incorrecta y por eso, con el fuerte consenso de la mayoría de la asamblea, con los ocupantes más que dispuestos a pasar la mayor parte de la carga de los gastos al propietario de la terraza, disminuyendo el de ellos, logré obtener todo lo que quería, reduciendo al mínimo el desembolso suyo y el de los otros ocupantes de la columna en cuestión.
Todo lo que en el desglose de los gastos fue dudoso, fue interpretado por el ocupante sabelotodo a su favor, haciendo entender al propietario del ático que si hubiera querido una división diferente, hubiera tenido que dirigirse a la Autoridad Judicial estando de acuerdo con él la mayoría de los ocupantes.
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La humedad en la casa
En un edificio de construcción preguerra un ocupante desde el primer momento que tomé la administración, me decía que en su casa tenía muchas manchas de humedad. El apartamento se encuentraba a unos cincuenta centímetros por debajo del nivel de la calle, con una puerta de entrada independiente de la puerta principal del condominio, de la cual se bajaban unos escalones para acceder. El propietario del apartamento era un albañil y me dijo que en los últimos años habían enyesado varias veces las paredes, pero que la humedad siempre resurgía. El edificio estaba rodeado por un espacio intermedio, inspeccionado por las escotillas, pero que en el transcurso de los años había sido rellenado de escombros que no permitían la libre circulación del aire. El edificio era propiedad de un solo dueño, cuyos cinco hijos después de su muerte, había tomado una piso cada uno y habían vendido los dos subsuelos, una propiedad del albañil y el otro arrendado a una chica. La chica siendo inquilina no se quejaba de la humedad, aunque porque ella me dijo que dejaba en lo posible las ventanas abiertas para que circule el aire. A los cinco hermanos, cada vez que les presentaba el problema, no querían escuchar, citando el hecho de que al señor de la planta baja le habían vendido la propiedad a un precio inferior del valor de mercado, porque estaba en esa condición. Traté de explicarles que no era una justificación de que la casa había sido comprado en esas condiciones, pero no quisieron escucharme. Con el paso del tiempo las condiciónes empeoraron y la humedad aumentando más y más hasta llegar a la altura de los muebles, además el albañil se había casado y había tenido mellizos y ese no era un ambiente adecuado para que los bebés vivieran . Después de otra solicitud en la reunión y después de otra respuesta negativa, el ocupante se dirigió a un abogado que solicitó al tribunal na instancia de urgencia debido a la condición física de uno de los niños, que comenzó a sufrir del medio insalubre en el que se vio obligado a vivir. En la primera audiencia el tribunal nombró a un experto con la tarea de evaluar las condiciones reales en el hogar del solicitante. Los ocupantes se vieron obligados a designar un abogado y un experto de parte. Inicialmente, tanto el abogado como el topógrafo pensaban de encontrarse frentar al clásico ocupante que probaba, con la perspectiva de una indemnización por una mancha de humedad en la casa. El día de las evaluaciones de los expertos, llevada a cabo por el consultor designado por el tribunal, se encontraron frente a una situación nada menos que alarmante. El edificio era viejo, el subsuelo tenía las paredes completamente mojadas y el experto midió con un dispositivo, que la humedad alcanzaba el 90% en algunas habitaciones. Comprobada la gravedad de la situación, el abogado me aconsejó que tratara de llegar a un acuerdo sobre la base de que el albañil tenía todo a favor, visto también el estado de abandono en el que estaba el edificio. Incluso el geómetra retenía que la situación era muy grave y que difícilmente podría se habría podido ganar el caso, ya que era muy difícil argumentar hechos irrefutables detectados por el experto. El consultor de la corte en el informe evidenció el estado ruinoso del lugar, poniendo como solución la reestructuración del espacio intermedio y el corte de las paredes desde el suelo para evitar que la humedad entrara en los apartamentos. Convoqué una reunión entre los cinco hermanos y el abogado, en el que el abogado trató de convencerlos de que la situación no era a su favor, ya que el apartamento estaba cayendo realmente en un estado de abandono y los trabajos requeridos por el consultor eran necesarios. Por supuesto, los hermanos no estuvieron de acuerdo con el abogado y me acusaron de haber tomado parte por el albañil, lo que implica no muy sutilmente que entre nosotros hubiese un acuerdo. No escaparon a las críticas del ritual ni el legal, ni el geómetra, que fueron acusados de falta de compromiso. En ese momento renuncié de inmediato como administrador y también lo hizo el abogado. Más tarde me enteré de que siguieron adelante con la causa y que el tribunal les había ordenado llevar a cabo el trabajo requerido por el consultor.
El contrato de alquiler
En un edificio había una habitación que albergaba una lavandería a la cual se accedía por la rampa de la cochera con una entrada independiente. La lavandería más tarde cerró y durante muchos años el lugar permaneció vacío. Más tarde el local fue alquilado a un maestro que puso un pequeño teatro, donde por la tarde daba clases de recitación para los chicos, y preparaba espectáculos con ellos. El profesor hizo un gran trabajo para levantar este pequeño teatro, equipándolo de todo, desde el palco hasta el camerín estando muy orgulloso y mostrándoselos a todos los ocupantes que encontraba. Al lado del local, había un apartamento de propiedad del condominio, antes habitado por el portero y el profesor me preguntó si era posible alquilárselo. Le dije que le habría propuesto la cosa a los otros ocupantes y convoqué a los consejales poniéndolos al tanto de la petición recibida. Los concejales, informando de la opinión de otros ocupantes, fueron favorables, siendo reticentes a dar el apartamento en alquilar a alguien que no conocieran, por lo que decidieron colocar la solicitud en la agenda de la próxima reunión de aprobación del balance. Mientras tanto, ya que tenía que hacer una representación teatral, el profesor me preguntó si podía colocar temporalmente ropa de la escena en el apartamento vacío. Dado que la intención de los ocupantes era la de alquilar el apartamento, le di las llaves para que ponga su ropa. Y llega el día de la asamblea del condominio. En una señal de cortesía el maestro ofreció el proprio local para el desarrollo de la asamblea, que en aquella ocasión era un teatro y dada la similitud con una comedia ampliamente demostrado, creo que en el fondo sea su posición privilegiada, . Al principio, el ambiente era muy relajado y el maestro recibió de todos muchos elogios de como había equipado la sala, pero luego, como sucede a menudo, durante el desarrollo de la asamblea las cosas cambiaron considerablemente. Los ocupantes del edificio donde se encuentran sea el apartamento que el teatro se opusieron al alquilar del local para el maestro, ya que se encontrarían circulando por el edificio, como ya estaba pasando, muchachos desconocidos que fumaban, haciendo lío por las escaleras y además se mostraban muy groseros y arrogantes. Los ocupantes del otro edificio resultaron, por extraño que parezca, solidarios con el grupo disidente, por la comprensión de los agravios a los estudiantes de teatro, que a menudo forman pequeños grupos en la rampa de acceso a la cochera impidiendo a los coches que pasen y manifestando un cierto desaire a los que le pedían que se liberara el acceso con el fin de poder circular con el coche. La asamblea decidió por unanimidad no alquilarle la vivienda al maestro que con un gesto, dado el sujeto muy "teatral", salió de la habitación enojado, abrió el apartamento del condominio y entró nuevamente en la sala con un carro donde colgaban los trajes que protegía, prometiendo que iba a liberar la habitación y habría devuelto las llaves en pocos días. Todo parecía resuelto, el profesor restituía las llaves y el edificio de apartamentos encontraría una persona aceptable para alquilarle el apartamento. Unos días más tarde, sin embargo, se produjo un nuevo golpe "teatral" por parte del maestro, que al encontrarme, me dijo que iba a devolver las llaves al edificio sólo después de fuera reembolsado los gastos incurridos en la realización de las obras en el apartamento. Más tarde también recibí una carta de un abogado que me solicitaba el reembolso de las obras realizadas. Leídas las peticiones formuladas por el abogado sinceramente al principio todo parecía sólo un torpe intento de extorsionar al condominio, porque el maestro no tenía título en el apartamento y nadie nunca lo había autorizado ya sea verbalmente o por escrito para hacer el trabajo. Pero escuchando el consejo de un abogado, me di cuenta de que el problema era mucho más grande de lo que te pudieras imaginar en un principio. Toda la cuestión se refiere al hecho de haber prestado el apartamento al maestro para poner los trajes del teatro, como en cualquier disputa legal el juez podría llegar a la conclusión de que hubiese un contrato verbal de alquiler entre el maestro y el condominio . Examinado el tema con los consejales, antes de convocar la reunión, decidimos hablar con su abogado para tantear el terreno y ver lo que querían de verdad y si había la posibilidad de un acuerdo. Fui con uno de los asesores legales que nos explicó la cuestión desde su punto de vista. Nosotros confirmamos que las llaves se concedieron únicamente con el fin de depositar la ropa de escena, mientras él apoyaba la posición del contrato verbal de arrendamiento. De sus palabras, nos dimos cuenta que todo giraba alrededor del alquiler de la vivienda y que si el edificio le hubiese hecho un contrato de arrendamiento al maestro, toda la historia habría terminado allí. La nota discordante de la discusión fue, sin embargo, el pago de sus honorarios, que el cliente quería que estuviese a cargo del condominio y que era igual a un millón de las viejas liras. El asesor a mi lado se estremeció considerando la demanda muy alta y se quejó con el abogado, señalando que después de todo había escrito simplemente una carta. El abogado, a su vez, se justificó alegando que se había reunido varias veces con su cliente y para escribir la carta, había tenido que estudiar cuidadosamente el problema. Yo estaba muy afligido me sentía culpable hacia el condominio por haber prestado las llaves por pura gentileza, seguramente ingenuo, pero nunca me hubiera esperado que una persona se aprovecharía de ese modo, de mi buena fe, con el riesgo de ponerme en contra de todo el condominio que a ese punto podría haberme hecho juicio por daños y perjuicios. Llamé a la reunión de condominio que, como me lo esperaba, fui atacado de inmediato por el grupo habitual de los disidentes y por primera vez me sentí muy avergonzado porque yo sabía que había cometido una gran imprudencia. Me apoyó un ocupante, quien afirmó que si la solicitud se le hubiese presentado a él habría actuado de la misma manera. Me habría levantado a abrazarlo. Afortunadamente, la mayoría de los ocupantes estaban convencidos de mi buena fe y del hecho de que todos fuimos engañados por el maestro, que se había portado mal aprovechándose de la situación. La reunión decidió hacer el contrato de arrendamiento con el profesor y pagar los honorarios del abogado. Esta historia me ha enseñado a no confiar en nadie más, porque en este entorno para cada uno de los beneficios están dispuesto a pasar a cualquiera, incluso a aquellos que están haciendo bien y está actuando correctamente.
El ascensor en casa
En un edificio de apartamentos se había creado una situación muy extraña porque el ascensor llegaba al interno de la planta superior. El ático acababa de ser vendido y los nuevos propietarios estaban haciendo la reestructuración habitual en el interior del apartamento. La puerta de entrada del ascensor hacia la vivienda consistía en un pórtico blindado y los propietarios, para mayor seguridad, quería saber de la empresa de mantenimiento, si hubiese una posibilidad, a través de algún dispositivo electrónico, de poder llegar sólo ellos, en ascensor, al último piso. Me dirigí con el propietario de la empresa al apartamento, el cual señaló la puerta del ascensor, y se dio cuenta de la importante incidencia que persiste en el piso. La cuestión era muy complicada, porque la terraza del apartamento, que albergaba en la torreta el compartimiento del motor, pertenecía en su totalidad al ocupante y sólo estaba conectada por una escalera que iba desde la sala del ático. La empresa notó de inmediato que no existiesen condiciones de seguridad en el caso se detuviese el sistema en la planta superior, ya que la puerta del ascensor se abre sólo con una llave. De esta forma si el ascensor se hubiese detenido en el último piso por un avería, quién hubiese quedado dentro de la cabina no tendría ninguna oportunidad de salir, si no tuviese la llave. El segundo problema se refería al hecho de que el compartimiento del motor era accesible sólo pasando por el apartamento y esto no permitía de realizar intervenciones o mantenimiento de rutina o reiniciar el sistema en caso de falla técnica o de ausencia del titular. Como el ocupante estaba haciendo reformas en el apartamento, el titular le aconsejó hacer una pequeña habitación de unos pocos metros cuadrados delante de la puerta del ascensor con el fin de permitir a quién, debido a un fallo hubiese quedado encerrado dentro de la cabina, de esta manera pudiese salir y esperar ayuda. Para seguridad de los propietarios el acceso del compartimiento creado hacia la vivienda, podría prever un pórtico blindado, el hecho importante era que nadie permaneciera encerrado dentro de la cabina. En relación al problema del compartimiento del motor, para poder ser siempre accesible, hemos propuesto dos soluciones: la más cara era reemplazar el sistema existente con uno de tipo hidráulico en el que el motor se encuentra en la parte inferior, no hay cables, ya que el ascensor es impulsado por el pistón hacia arriba, y no sería necesario contar con un compartimiento delante del ascensor en el piso superior del edificio.
La segunda solución preveía la apertura de una escotilla en el techo del compartimiento creado en el interior del apartamento delante de la puerta del ascensor, para poder entrar en la terraza del piso superior, y si es necesario, siempre por la seguridad de los propietarios, se podría haber cerrado el espacio alrededor del compartimiento del motor para no permitir a quién subiera a la terraza, de tener acceso a la torreta y poder bajar al apartamento. Por desgracia, el problema era bastante grave, nunca antes se presentó, pero debido a que fue el primer año de la introducción de una verificación bienal realizada por un organismo autorizado, seguramente el hecho habría sido señalado y se corría peligro, con el cierre del sistema. Los propietarios, sin embargo, se mostraron reticentes a construir el espacio delante de la puerta del ascensor o la escotilla de acceso a la terraza, ya que tendrían que renunciar a una parte de su propiedad. Las cosas se mantuvieron tal cual y como previsto por la empresa de mantenimiento, en el momento de la auditoría, el ingeniero a cargo señal la anomalía, ordenando al condominio de encontrar una solución pena de cierre del sistema. El problema fue resuelto, no dejando llegar el ascensor al último piso y depositando una copia de las llaves del apartamento a disposición de la empresa en caso de emergencias en ausencia de los propietarios. El ocupante después de haber adquirido recientemente un ático y a un alto precio con el ascensor que llegaba directamente a su casa. Se encontró, por negarse a renunciar a una parte de su propiedad, a tener el ascensor con una parada obligatoria en el piso de abajo y tener que subir un tramo de escaleras.
Los mosquitos
En un condominio había un gran problema con los mosquitos, especialmente en un apartamento al lado de un jardín. La primera vez que me encontré con el dueño, él me contó el día que había ido a vivir a esa casa con su madre. Después de abrir la puerta y entrar, oyeron un silbido en el aire, encendieron la luz de inmediato sin entender de qué se trataba y vieron cientos de mosquitos que volaban a través de las habitaciones. Le tomó todo el día ahuyentarlos y matarlos mediante el suministros de diferentes tipos de insecticidas, que compraron en la tienda más cercana, desde aerosol hasta polvos de pulverización y, finalmente, logró exterminar a muchos, aunque de vez en cuando alguno se asomaba en las habitaciones. Con un tono compasivo me confió que esa noche él y su madre decidieron vender la casa porque no querían vivir allí, no pudiendo pegar ojo en toda la noche debido a los mosquitos. Pero la noche trae consejos y por la mañana, viendo que había menos mosquitos alrededor, ellos decidieron quedarse, pero que sería necesario pedir al condominio hacer un desinfección de estos animales. Más tarde entabló amistad con una persona que trabajaba para una empresa de desinsectación y él se propuso para realizar el intervento, a un costo menor que el practicado por su empleador, pero sin facturar, sólo dando un simple recibo por el dinero recibido. El ocupante me aconsejó encarecidamente de seguir haciendo la desinsectación con esta persona, porque él utilizaba productos muy buenos y desde que él hizo el control de plagas en forma periódica no habían tenido problemas con los mosquitos. Señalé al ocupante que no me oponía a hacer el trabajo con su amigo, pero que este tendría que emitir una factura o un recibo con la aplicación de parte del condominio por la retención de impuestos. Algún tiempo después el ocupante, exaltando aún las habilidades de su amigo, dijo que, lamentablemente, el operario no tenía ninguna posibilidad de hacernos una factura o un recibo con la retención de impuestos. En ese momento le dije que llamaría a otra compañía y me dirigí a una que conocía, que vino a hacer el trabajo emitiéndome la factura correspondiente. El costo del intervento fue el mismo, por supuesto, con la adición del IVA. Después de desinfectar el ocupante se mostró insatisfecho con el trabajo realizado por la compañía que yo contacté, porque había utilizado un producto no bueno y la intervención había durado muy poco tiempo, mientras que su amigo usaba buenos productos y el tiempo era mucho mayor. Durante la reunión para aprobar el balance, el ocupante contó por enésima vez la historia de su primera entrada en la casa , que ahora todo el mundo la sabe de memoria, y una vez más alabó las cualidades de su amigo por la exactitud que ponía en el control de plagas y los productos que utilizaba. Le señalé una vez más que su amigo no podía hacer el trabajo sin liberar una factura o un recibo. Propuse entonces, recurrir a la empresa de nuestro municipio que se ocupaba de control de plagas y todos estuvieron de acuerdo. Vino la empresa a examinar el trabajo y después de algún tiempo me hizo enviar el presupuesto que era casi el doble de la cantidad que se pagó previamente. Los ocupantes aceptaron la cifra y la empresa efectuó la desinfección. Después de la desinfección encontré al ocupante finalmente satisfecho porque la empresa había utilizado los mismos productos de su amigo, y por dentro me alegré de que finalmente había encontrado una empresa que le satisfizo. Pero el asunto no terminó bien, llamó de nuevo al ocupante, y me dijo que el problema no se había resuelto y que los mosquitos habían regresado. Llamé a la empresa y me respondió que harían una nueva intervención al mismo costo del anterior. Así que le envié un fax de protesta alegando que la primera intervención no había sido bien ejecutada, porque los mosquitos habían vuelto de inmediato y nos dieron la repetición de la intervención sin ningún gasto adicional. Fui a ver al ocupante diciéndole que el trabajo se haría de nuevo y él se puso furioso porque dijo que estaban desperdiciando el dinero y ya era demasiado tarde para hacer el control de plagas debido a que los huevos habían eclosionado. Cuando le dije que la nueva intervención era gratuita se calmó un poco, sobre todo después de contarme una vez más toda la historia de su primera entrada en la casa con su madre como de costumbre y prodigar elogios sobre la capacidad de su amigo para hacer la desinfección . Parecía terminar todo allí, pero durante la reunión sucesiva el ocupante volvió a la carga al afirmar que nadie sabía cómo hacer el control de plagas como su amigo y ofreciendolo para que la haga él, ya que las empresas sucesivas no fueron capaces de eliminar los mosquitos. Por enésima vez le pregunté si podía hacernos una factura y su enésima respuesta fue negativa, le dije que era imposible que haga el trabajo, repitiendo a todo el mundo una vez más que el condominio tiene retención de impuestos y el trabajo en negro no se hace. Al final el ocupante declaró: "¡No me importa quién hace el trabajo, con o sin factura, lo importante es que se haga!" Y le respondí: "Sí, pero ¿a quién llamamamos, ya que ninguna empresa es satisfactoria para usted?" A este punto el silencio. Todavía estoy esperando una respuesta.
La piscina en el jardín
Esto que les cuento es uno de los eventos más increíbles que jamás me ha sucedido. Un ocupante reestructurador estaba haciendo desde hace varios meses en su apartamento, ubicado en la planta baja de un edificio, unas obras que interesaban, los pisos, las paredes y los sistemas. Un día, mientras estaba en el trabajo me llamó un ocupante que me invitó a ir a hacer un chequeo en el edificio, porque se dio cuenta de que los trabajadores habían hecho una construcción en el jardín de la vivienda en la planta baja. Le dije al ocupante que iría por la tarde , esperando de ver realizado un pequeño armario o una pequeña terraza como suele ocurrir en estos casos. Me dirigí al condominio y para mi sorpresa vi desde el camino que habían hecho una construcción en el jardín, al menos, de tres metros por tres, con la apertura de la ventana y revestida en cortina como la fachada del edificio. Yo no podía creer lo que veía, los ocupantes me explicaron que en los días pasados, los trabajadores habían montado un toldo para el sol que había quedado abierta hasta ese día no permitiendo a nadie de ver lo que se está construyendo en el jardín. Junto con un ocupante entramos en el apartamento donde sólo estaban los trabajadores, los cuales al inicio, no querían dejarme entrar, pero luego presentándome como administrador, me abrieron. El ocupante que me acompañaba, en cambio, para acceder a la vivienda, se hizo pasar como mi ayudante para el asombro de los trabajadores. Salí al jardín y vi que la sala de estar del apartamento había sido visiblemente ampliada rompiendo la pared exterior reconstruyendola más adelante en el jardín y en el interior se podía ver una piscina. Los trabajadores me dijeron que el dueño les había dicho que tener permiso del condominio para ese trabajo. Los intimé a no seguir adelante con el trabajo y pidí hablar con el dueño que se había temporalmente trasladado, pero ninguno de ellos tenía su número de teléfono o al menos no querían dármelo. Les dije a los trabajadores de hacerme llamar de inmediato por el dueño y salí del apartamento. Mientras me iba junto al ocupante, de la carretera, nos dimos cuenta de que los trabajadores habían abierto de nuevo el toldo y habíamos puesto cartones para cubrir aquella parte del jardín. Más tarde en la noche al no haber sido contactado por el propietario, le envié un fax a la policía denunciando el incidente y al mismo tiempo le envié una carta certificada al propietario para que no continúe el trabajo. Más tarde recibí la llamada del ocupante, caído como de las nubes, que me pedía explicaciones sobre lo que había ocurrido en la tarde. Le expliqué que para ese trabajo tendría que pedir permiso al condominio. El ocupante en un primer momento me habló de lo que hizo de buena fe, sin saber que era necesario la autorización del condominio, pero luego al darse cuenta de la gravedad de la situación y podría conducirlo a consecuencias desagradables, comenzó a negar de haber movido la pared . Mostrando dotes inesperadas de gran actor, con la voz más inocente que logró sacar en ese momento, después que habíamos hablado durante media hora del salón con la piscina, me preguntó: "Disculpe, ¿pero usted que ha visto?" Cuando le dije de nuevo lo que había visto, el ocupante con el mismo tono de inocencia de antes, comenzó a girar las cosas, afirmando de no haber movido ninguna pared y que sin duda habían visto todo mal. A este punto decidí dejar esta conversación instando al ocupante a no hablar más de la buena fe. En los días posteriores el ocupante reestructurador continuó el trabajo hasta terminar la construcción. Unos días más tarde, recibí una carta suya en la que me acusaba de "entrada ilegal" y de haberme apresurado demasiado al informar a la policia, alegando nuevamente de no haber movido ninguna pared. Llamé a la asamblea para decidir las conductas a implementar e inesperadamente se presentó el ocupante autor del delito. La acogida no fue la mejor, los otros ocupantes se arremetieron en contra de él inmediatamente. Tratando con paciencia de restablecer la calma comenzamos la reunión. Para proteger mi posición procedí a la lectura de la carta que me fue enviada e hice poner por escrito en el acta que no pensaba de haber hecho violación de domicilio, ya que me habían abierto los albañiles y que mi posición como administrador me permitía efectuar, en estos casos, las inspecciones en los apartamentos. En este punto le pregunté al ocupante si confirmaba lo que estaba escrito en la carta, especialmente con referencia al hecho de que ningún traslado de paredes habían ocurrido y para sorpresa de todos, primero afirmó no querer declarar nada, pero luego dejó constancia de no haber hecho cambios en las paredes del apartamento. En su ignorancia no parece darse cuenta del riesgo de una demanda en mi nombre o de los otros ocupantes. Algunos ocupantes subrayaron que el problema estaba en los modos, porque si él les hubiera pedido permiso para ampliar la habitación, probablemente nadie se lo habría negado,en cambio con su actitud muy arrogante sólo sirvió para irritar más aún, que en algún momento incluso se temía que llegarían a las manos. El ocupante en la asamblea continuó reclamando que se vio obligado a mover la pared por problemas de humedad y cada tanto repetía esta aclaració, con todos lo que trataban de explicarles que no era posible mover una pared por la humedad y que si la razón era esa, no habría sido el caso para posicionar una piscina. La situación era paradójica, no se lograba entender si el ocupante "era" o "se hacía", él continuaba dando razones absurdas, digamos que era patético, declarando que sus hijos estaban enfermos y necesitaban la piscina, y por la privacidad no podía contar cuál era la enfermedad que les había afectado. Los ocupantes dejaron constancia de que la construcción se llevó a cabo en secreto, ya que los trabajadores habían cubierto con toldos el punto afectado por el trabajo por toda la duración de la obra. A este punto, el ocupante se irritó alegando que no era cierto y yo le dije que al final podría añadir a lo verbalizado por los demás lo que él quería, si lo retenía útil para responder a la verdad, y esto lo calmó. No creeréis, pero cuando le pregunté lo que quería añadir, respondió: "No añado nada." Quitar una construcción abusiva no es muy fácil, incluso cuando el abuso ha sido confirmado por el acta de la policía. Destruir las construcciones abusivas sería tarea del ayuntamiento, pero que a menudo carecen de los recursos financieros para proceder. Como de costumbre, la carga se transfiere a las personas que tendrán que recurrir a la autoridad judicial para obtener los permisos necesarios y darle el trabajo a una empresa para eliminar el abuso. Pero no esperéis que sea simple y sobre todo barato.
La búsqueda de los pozos
En un edificio de los servicios locales de salud, como resultado de la llamada de un propietario que se quejó de un fuerte olor a aguas residuales en su apartamento, se impuso la limpieza de la descarga de todos los pozos. Dado que muchos de los pozos no fueron inspeccionados se impuso al condominio de controlarlos y limpiarlos, de construir un sifón en el interior y de buscar el punto de entrada de la red de alcantarillado en el colector municipal con el fin de obtener el certificado correspondiente. El ocupante que había llamado la ASL estaba desesperado porque el olor viajó por todo el espacio hueco del edificio y penetró en su apartamento, que estaba en la planta superior, a través de cualquier grieta en la pared, en particular, de las tomas de corriente que había incluso sellado con cinta adhesiva. En el esfuerzo por encontrar una solución a su problema, había hecho un estudio personal sobre el funcionamiento de las aguas residuales y había contactado varias compañías del sector, pidiendo a cada una el tipo de intervención que hubiera realizado y los costos. La investigación de los pozos era complicada debido a que el edificio se compone de varias construcciones, separadas por un patio interno y por debajo de los edificios individuales estaban los sótanos y cocheras, así que era bastante probable que algunos pozos podrían estar dentro de ellos. Aprovechando el "estudio" realizado por el condominio, junto con los asesores eligimos la empresa con los mejores precios. El propietario de la empresa era una persona muy afable y simpática que mostraba una gran experiencia en el campo, él nos elucidó acerca de la búsqueda de pozos que se habrían hecho con un sofisticado sistema de cámara. Todos fuimos conquistados y le hemos confiado el trabajo para la búsqueda de pozos y su limpieza. El primer día de trabajo estaba presente también el titular de la empresa. Los operarios comenzaron la búsqueda de los pozos en el primer edificio, y de inmediato iniciaron los problemas, ya que, a pesar de que yo había advertido a los propietarios de las bodegas y cocheras de mantenerse en esos días a disposición para permitir a los operarios de poder inspeccionar los posibles pozos en su interior; muchos no resultaron muy útiles, otros se volvieron imposibles de rastrear y así fue necesario antes de iniciar la búsqueda de los pozos, iniciar la búsqueda de los ocupantes, para hacer abrir sus propiedades privadas. El menos colaborador fue un ocupante que tenía un pozo en su cochera, me dijo que no podía abrir a los operarios porque tenían que ir a trabajar y que su esposa estaba estudiando. A mi petición que era suficiente para abrir la cochera, él respondió que no era posible, porque tenía que supervisar a los operarios, que tal vez podrían robar algo de su interior. Al final para mayor tranquilidad me ofrecí para controlar el lugar hasta que los operarios terminaran. Por la noche el ocupante me llamó enojado porque los operarios, como se hizo tarde sólo a causa de su renuencia a colaborar, no habían terminado el trabajo y antes de salir habían cubierto el agujero con una tabla, con el riesgo de que el hijo que regresaba por la noche no pudiese notarlo y terminar en el "enorme" agujero con el coche. El trabajo continuó a un ritmo lento, después del primer día el dueño no se vio más y toda estaba en manos de los operarios no comunitarios con los que a causa de la lengua, era difícil conversar. Los operarios tenían un sistema para individualizar los pozos "a intentos", el sofisticado sistema de cámara dejaba mucho que desear, aunque permitiendo visualizar el paradero de los pozos, no mostraba referencias en la superficie del lugar exacto dónde cavar para traerlos a la luz. El sótano del edificio pronto se transformó en un queso suizo, se hicieron agujeros todos lados, nunca se sabía el día que volvían los operarios y, a veces, volviendo a casa los ocupantes encontraban nuevos agujeros. Los ocupantes estaban muy enojados aunque porque algunos se tomaron días libres para permitir que realicen la excavación dentro de su propiedad, para luego descubrir de otra excavación, que no había ningún pozo en esa parte, que en su lugar se encontraba en la bodega de al lado. La decepción de todo era debido al hecho de que, una vez llevado a la luz, los pozos estaban perfectamente limpios y no olían mal, mientras que después del descubrimiento, aunque los cerraban con tapas especiales selladas, dejaban un olor nauseabundo en las habitaciones. Toda la culpa cayó sobre mí, a pesar de que la empresa había sido presentada y elegida por los ocupantes, teniendo yo sólo la culpa de hacer cumplir una orden de ASL, ya que su incumplimiento daría lugar a la creación de una multa salada. También tuve varios enfrentamientos con el dueño de la empresa porque quería cobrar, mientras que yo insistí en que hasta que no encontrara todos los pozos, no consideraba la obra terminada. Cada tanto, él me preguntaba qué pozos faltaban y yo le decía de memoria la lista de columnas cuyos pozos no se había encontrado todavía. El día después de nuestra entrevista, envió a dos operarios para completar la obra, a los que les señalé las columnas de los pozos que todavía faltaban supervisar, y ellos por una razón u otra no los encontraban, y al final de la mañana se iban. Después de un tiempo, el titular, me llamaba de nuevo para cobrar y yo tenía que volver a explicarle que todos los pozos aún no se habían encontrado y él me preguntaba cuáles faltaban, así yo le rehice la lista por enésima vez. Entonces por la mañana me enviaba a dos nuevos operarios a los que tenía que explicarles cuales eran los pozos pendientes, los operarios se iban sin encontrar nada y la calesita comenzaba de nuevo después de un mes con la llamada del propietario. La historia se prolongó durante más de un año antes de que él encontrara "casi" todos los pozos, aparte de un par que al final decidimos de no buscar más, encontrándose en lugares imposibles de alcanzar. Dividir el costo era muy complicado porque tenía que clasificar todos los pozos buscando en cada uno de los apartamentos que estaban conectados y que llegasen también las descargas del condominio . Predispuse un mapa de los edificios con la ubicación de los pozos, asociando a cada uno de los apartamentos que los utilizaban y los vínculos entre ellos, hasta llegar a la red de alcantarillado municipal. Afortunadamente no hubo objeciones a mi división, pero por supuesto que el ocupante viene señalado en todas las reuniones como el principal culpable, por todas las cuentas, la búsqueda de pozos; mientra que yo quedé en segundo lugar.
Lamentablemente tengo que repetir una vez más, el problema al final es siempre el mismo, en la mente de cada ocupante emerge la misma pregunta: "Si no soy yo en tener el problema, porque tengo que gastar dinero para arreglar lo de otro? ". Así que como conclusión, el ocupante se ve obligado a recurrir a las instituciones y los gastos pertinentes que al principio podría ser menores si se divide entre todos, se duplican.
El local del partido
En un edificio había un local que pertenecía a una sociedad vinculada a un partido político. El local era muy grande, y durante muchos años estuvo vacío, nadie lo usaba ni pagaba la cuota del condominio. El mayor problema fue la falta de pago de la cuota por la renovación de la fachada, que habían sido anticipada por los otros ocupantes. El administrador anterior a petición de los ocupantes, se había dirigido a un abogado para ver la posibilidad de solicitar al Tribunal una orden judicial contra la empresa, obligándola a pagar las cuotas del condominio. Realizando una búsqueda de título de propiedad de la empresa, nos enteramos de que poseía otros locales, pero por desgracia estaban todos cubiertos por la hipoteca de varios bancos. El asunto era muy complicado porque ninguno de los bancos que tenían la hipoteca sobre los bienes de la sociedad, tal vez por razones políticas, había pedido la quiebra de la empresa y nos enfrentamos a un punto muerto. El condominio podría haber presentado una solicitud de quiebra, pero sin duda tienen prioridad sobre los ingresos de la venta de los activos, los bancos, que se pensaba que iría a los ellos, manteniéndose a "boca seca". En algún momento también llegó una propuesta de los bancos para la compra de la propiedad como un condominio, a un precio indicado por ellos, de la que se deduciría el importe total de la deuda contraída. Llamé a la reunión contando la propuesta de los bancos, pero por supuesto los ocupantes no tenían ni la capacidad ni el deseo de asumir un costo imposible por un sótano. La situación no mostró ninguna salida, la única esperanza era tener un nuevo propietario al cual dirigirse. Un ocupante hizo una propuesta que creo que era muy inteligente: pedir la quiebra de la empresa, siendo consciente de que muy probablemente el dinero de la venta de los bienes sería todos para los bancos. Que se declarase en bancarrota sin embargo habría producido tres ventajas para el condominio:
1. solicitar la cuota para el año en curso y para los nuevos compradores;
2. desbloquear el estancamiento que había surgido;
3. la posibilidad de que la empresa, por no declararse en quiebra saldase toda la deuda.
Es innecesario decir que la propuesta era demasiado inteligente como para ser aceptada por los ocupantes, así que se continuó hacia adelante esperando que algo suceda. Creo que, no teniendo más aquel condominio, los ocupantes siguen esperando recuperar su dinero.
El aparcamiento común
En un edificio de apartamentos que consta de dos construcciones, estaba por debajo de cada una un sótano con un patio común, registrado originalmente como "cochera para las motos." Los locales fueron, de hecho, siempre utilizados como cocheras para los autos y en un principio cada ocupante podía aparcar el proprio coche. Con los años, sin embargo, el tamaño de los coches fueron cambiando, pasando de los coches, a la camioneta, vehículos todo terreno y vehículos deportivos. Incluso el nivel de vida en los últimos años ha cambiado y si inicialmente pocos podían darse el lujo de autos grande, más adelante, casi cada familia poseía uno y sobre todo tenía al menos dos coches. Imagináis una situación en los años 60 y 70, donde el auto más grande probablemente era un Fiat 128 y donde era suficientemente simple hacer entrar en el pequeño garaje 7-8 coches, entre los más en boga en el momento (Fiat 500 600 850) y en cambio lo que podría ser la situación del segundo milenio, con los coches mucho más grandes para ser aparcados en el mismo espacio. El problema del doble coche era significativa, casi cada familia poseía al menos dos, y por supuesto tratándose de un condominio, los más prepotentes aparcaban tamnién el segundo coche en el garaje, a expensas de los que no podían aparcar ni siquiera una. El enfoque de los dos edificios hacia el problema fue diferente: en un edificio había lugares casi "asignados", aunque no eran motivados como resultado de la asamblea, mientras que en la otra construcción se aparcaban la mayor cantidad de coches posible utilizando un sistema de "empuje" dejando el coche siempre abierto de manera de poder ser empujados fuera del garaje para dejar salir las otras.
El primer sistema tenía un defecto importante: los ocupantes que podían aparcar sus coches en el garaje eran siempre los mismos y los nuevos no podían usarlo, a menos que fuera libre un lugar entre los "asignados". Esto provocó hostilidad hacia aquellos que se vieron obligados a aparcar el coche en la calle, ya que pagaban el condominio como todo el mundo y algunas personas comenzaron a amenazar de no pagar más las cuotas si el problema no se resolvía. El sistema a"empuje" utilizado por el otro edificio no era inmune a los problemas, debido en particular manera a la fórmula matemática que veía crecer en proporción directa la edad de los ocupantes con el peso del coche y esto significó que muchos de ellos no pudiesen empujar más el auto por el patio a la mañana y a la noche. El sistema de estacionamiento "a empuje" estaba al borde del precipicio, en la base de todo estaba el ocupante de edad avanzada que no tenían un coche o lo cogían cerca del mediodía o por la tarde, cuando todo el mundo ya se había ido. En virtud de esto a ellos les asignaron los aparcamientos más lejos de la salida debido a que sus coches eran siempre los últimos en salir y todos eran consciente de que, si en su lugar hubiera habido ocupantes saliendo con su coche por la mañana, habría que mover más autos. La mayor preocupación radicaba en la posible muerte de un par de ocupantes de edad avanzada que vivían solos y no tenían coche, ya que en su lugar podría haber ido a vivir una familia con dos o más coches y el equilibrio existente podría romperse drásticamente. Como si todo esto fuera poco, había pesadísimos coches viejos para mover, el primero entre todos un A112 de una anciana que quedaba casi clavada en el suelo y sólo después de mucho tiempo y esfuerzo por parte de los otros ocupantes para moverlo, la señora llevándola al gomista, se dio cuenta de que los ejes de las ruedas estaban inclinadas. El sistema de estacionamiento "a empuje" causaba fuertes contrastes entre los ocupantes de los dos edificios, porque a menudo los coches no los colocaban nuevamente en la cochera, con el resultado que quedaban en el medio del patio y no permitían a los inquilinos del otro edificio realizar las maniobras necesarias para salir del mismos. Pero los conflictos no terminaron ahí, también había ocupantes que estacionaban en el patio, que por cierto, eran siempre los de la otra construcción, no de los suyos, impidiendo las maniobras de entrada y salida en el garaje. Los ocupantes en cada edificio, de hecho, durante las reuniones, se quejaban diciendo que eran los de la otra que dejar el coche en el patio. Y luego estaban los más astutos, inevitable, que a pesar de la dificultad ya evidente en permitir que todos aparcasen al menos un coche en el garaje, pensaban abandonar sus coches dejándolos parados allí durante años. El caso más llamativo fue el de un jubilado que tenía un apartamento en planta baja con garaje independiente para aparcar su coche, que no sólo ocupó un lugar en la cochera sino también dejó estacionado el coche de su hijo en el patio durante más de un año, porque no estaba asegurado y no podía dejarlo en la calle. Como si esto fuera poco había llenado el garaje de objetos antiguos y muebles que no facilitaban ciertas maniobras dentro del pequeño espacio. Pero a veces la "justicia divina" sigue su curso y así fue como unos ladrones nocturnos robaron los muebles del garaje y cuando me advirtió sobre el incidente, aunque sentía por lo que había pasado, no pude dejar de notar que si en lugar dejarlos en el garaje del condominio, los hubiese mantenido en el suyo que estaba cerrado con llave, no habría ocurrido. Otro de los ocupantes dejó estacionado en la cochera durante varios años el auto de grandes dimensiones del padre que no vivía en el edificio, porque el pobre hombre no tenía un lugar para guardarlo. De hecho, no contento de la molestia procurada a los otros ocupantes, propuso llevarse el coche y alquiler el lugar de aparcamiento liberado, no teniendo en cuenta el hecho de que no fuera de su exclusiva propiedad. Me preguntaron varias veces cómo resolver el problema de aparcamiento en el garaje y siempre he propuesto como la única solución posibles hacer turnos, pero la mayoría estaba siempre en contra, habiendo ocupantes que pensaban que tenían derechos "adquiridos" sobre el lugar para el coche que ocupaban. Crear un sistema de turnos era imposible de lograr, porque nunca se llegó a determinar cuál era el número exacto de vehículos que podrían entrar en la cochera. Cada vez que traté de pedir a los ocupantes, siempre recibí respuestas vagas y llevando el tema a la asamblea, cada uno sostenía un número diferente porque todo dependía si por lugares ocupados se entendiese donde todo el mundo podía entrar y salir libremente, o para salir era necesario el sistema "a empuje". El patio ni siquiera estaba en buenas condiciones, era necesario hacer trabajos de mantenimiento. Durante muchos años se habló de anular la antigua sala de calderas que se encontraba en el patio al final de la rampa, ya que, según muchos, de ese espacio liberado, se podría conseguir dos plazas de aparcamiento. Aprobado las obras de reconstrucción del piso, se decidió derribar el local, incluso con mil vacilaciones, pero al final un ocupante arregló todo alegando que eran años que discuten y que si no aprovechaban esa ocasión, no lo habría hecho más. Derribado el local, surgió un problema para determinar la forma en que deberían haber sido distribuidos entre los dos nuevos edificios, las plazas disponibles en el patio y los dos ya utilizados que apoyaban contra una pared. Lógicamente, incluso si es una gran palabra referida a un condominio, dejaron dos para cada edificios, pero ninguno de los ocupantes se mostró satisfecho, como en las mejores tradiciones de condominio. Los ocupantes de un edificio, de hecho, creían que habían sido dañados por la nueva distribución de las plazas de aparcamiento, ya que los lugares asignados a ellos no eran dos, sino uno, ya que es imposible aparcar dos coches en ese punto del patio; los otros en su lugar alegaron que no sabían explotar los lugares asignados porque aparcaban los dos coches demasiado separados. Como si las dificultades para aparcar todos los coches en los garajes no fuesen suficientes para permitir al agua de lluvia que fluya hacia el nuevo pozo en el centro del patio, la empresa dio más pendiente hacia el pavimento. Las nuevas pendientes provocaron dos inconvenientes: el primero fue que después de quitar el freno de la máquina, como resultado de la presión, si no se frena inmediatamente, continúa su carrera hacia el medio del patio y la segunda era que una vez empujado el coche hacia el patio, se requería mucho más fuerza, habiéndose convertido el camino en cuesta arriba, para llevar el coche al garaje. Fue convocada una reunión para discutir el tema de aparcamiento. En cierto momento después del habitual intercambio de acusaciones entre los dos edificios, la asamblea se trasladó al patio porque algunos ocupantes querían demostrar "sobre el terreno" su teoría de que el problema radicaba en el hecho de que no se podía aprovechar de todos los lugares disponibles , porque los coches estaban mal aparcados. Como es habitual después de una serie de maniobras acrobáticas sobre dos ruedas y estacionamiento de autoescuela, nadie estaba satisfecho con la situación creada, ni de las soluciones propuestas y todos se lamentaron de haber gastado innecesariamente el dinero para los trabajos de romper la caldera, sin poder disfrutar de una ventaja real.
La deuda del condominio
Este hecho se los quiero contar, para advertirles a todos aquellos que están comprando, o tiene en previsión la compra de una nueva casa.
En un edificio estaba el propietario de un apartamento perteneciente a la categoría de ocupante moroso quién argumentaba que las cuotas de condominio estuviesen a cargo de su inquilino, ya que pagaba un alquiler muy bajo. Señalé varias veces al ocupante, independientemente de la procedencia de la renta, que una parte de la cuota era de él, viendo que el inquilino pagaba solamente la proporción que le corresponde por arrendatario. Visto que el ocupante no quería saldar la deuda, decidí posponer todo a la asamblea del condominio para tener el mandato y solicitar una orden judicial en su contra. Mientras tanto, las cosas fueron evolucionando, y me enteré de que el ocupante moroso estaba vendiendo el apartamento y me puse a la espera, con mucho interés de recibir como suele ocurrir antes de firmar la escritura, la llamada del comprador para saber si no había deudas mensuales dejadas por el vendedor. La perspectiva de la venta no me disgustaba desde el punto de vista del condominio, porque para vender la propiedad, el propietario tendría que pagar la deuda, o si el comprador no se hubiera molestado en tiempo, el condominio se hubiera encontrado con dos acreedores sobre los cuales busccar soluciones. Esperé, pero no recibí ninguna llamada. Después de algún tiempo me llegó la llamada del comprador, una enfermera que se suponía iba a vivir allí con su madre, pero ya era demasiado tarde, ya había hecho la escritura. La enfermera se sorprendió cuando le dije que, por desgracia, tendría que hacerse cargo, como es habitual en el ámbito jurídico, de los gastos relativos al año en curso y del año anterior, debido a que el vendedor era en mora con el condominio. Rápidamente la enfermera me dijo que no estaba obligada a pagar ningún precio, porque en el acto había sido declarado, por el vendedor, que no existían deudas con el condominio. A breve le respondí que era una tergiversación del vendedor por la cual podría tomar represalias hacia él, pero que su deuda con el condominio permanecía. A este punto, como se esperaba, la enfermera me acusó, de no haberla advertido a tiempo. Le señalé que yo no sabía, en lo más mínimo de su existencia hasta que recibí su llamada, ni tenía su dirección y que la culpa era toda suya porque debería haber hecho como todos los otros compradores, que antes del acto, para no tener sorpresas desagradables más adelante, hacen una llamada al administrador para saber si el actual ocupante está dejando, además de la vivienda, también una deuda. El comprador para protegerse, antes de firmar la escritura, pedi al vendedor una declaración escrita por el administrador que indique que no hay deudas mensuales que graven la propiedad. En caso de existencia de deudas, moviéndose en tiempo, el comprador puede exigir al vendedor soldar las deudas antes de la escritura, o puede retener una parte del precio de venta acordado para pagar él mismo la deuda. Después de sentir mis razones la enfermera se justificó diciendo que pensó que la declaración del vendedor era suficiente y todavía seguía convencida de que debería haber sido yo a advertirla en tiempo. Le dije por enésima vez que antes de su llamada telefónica ni siquiera sabía quién era y de todas maneras mi trabajo consistía en servir a los intereses del condominio y en este caso era positivo tener dos personas responsables para el pago de la deuda. Durante la reunión para aprobar el balance sugún la agenda del día, puse la solicitud de una orden judicial contra el ocupante anterior y el actual. Me dirigí a un vecino que junto con su esposa tenían un bufete de abogados. Le llevé todos los papeles y me aseguró que se trataba de una cifra modesta, y no pasaría mucho tiempo para cobrar la deuda. Pero antes de proceder con la solicitud al tribunal, como último recurso, le habría escrito tanto al viejo como al nuevo propietario pidiéndole nuevamente el pago de la deuda. Algún tiempo después recibí otra llamada de la enfermera, que habiendo recibido la carta, pedió una opinión a su abogado, estaba convencida de que sería mejor para ella pagar parte de su competencia, y luego, tomar represalias contra los que le habían vendido la casa . De parte del antiguo ocupante, sin embargo, ninguna respuesta a la carta. De acuerdo con el abogado decidimos proceder con la solicitud de una orden judicial contra el antiguo ocupante de la cantidad restante de la deuda. Más tarde discutí con la hermana del abogado, la cual tenía una disputa con otro ocupante. Después de la pelea con su hermana, el abogado me envió una carta de renuncia de su cargo, pidiéndome el dinero, de todos modos, por la práctica que llevó a cabo. Le respondí al abogado que no consideraba adecuado tal actitud, porque el condominio no tenía nada que ver con el desacuerdos entre su hermana y yo, y en cuanto a sus honorarios, la práctica no se había completado. Mientras tanto, me fui a la corte para averiguar en qué punto estaba la práctica, habiendo recibido del abogado como único elemento el nombre del juez. En el Tribunal, de ese juez no había ninguna señal y después de una mañana de búsqueda, hice una llamada telefónica a un abogado que conocía, el cual me aconsejó buscar en las oficinas del juez de Paz, siendo la cantidad requerida muy poco. Fui a las oficinas del juez de paz, y finalmente lo encontré. El juez me recibió y me dijo que había suspendido la práctica, por la falta del expediente por parte del abogado, del presupuesto extraordinario que había originado la deuda. La deuda requerida, de hecho, había sido erróneamente indicada por el abogado como sus gastos extraordinarios, sin embargo, había surgido de los gastos ordinarios a cargo del propietario. El abogado había hecho una "novela" tal sobre el origen de la deuda y sobre el pago parcial por parte del comprador, que al final el juez no había entendido cuál era la cantidad exacta objeto del decreto. Le expliqué al juez la naturaleza de la deuda y cuál era su importe restante. Al final de las explicaciones el juez me concedió la medida cautelar anhelada.
El condominio inmanejable
Entre los muchos condominios que he administrado había uno muy difícil de manejar. Casi todos los componentes tenían una rareza y escuchar a todos al final se había vuelto imposible. Había un ocupante administrador que habiendo sido administrador en el pasado estaba convencido de serlo y actuaba como si lo fuera todavía, el ocupante impaciente al cual cada cosa le molestaba, el ocupante propietario que había alquilado el apartamento a los estudiantes, el ocupante soltero que se despertó de repente de la hibernación, el ocupante pulgar verde que había llenado todos los descansos de las escaleras con plantas y por supuesto el ocupantes moroso. Ninguno estaba de acuerdo con los demás en nada y las reuniones de condominios se prolongaban durante horas, porque todo el mundo se sintía obligado a decir lo primero que le venía a la mente en cualquier momento. Eran tan reñida que no eran capaces de alternarse en la organización de las reuniones de condominio, que se llevaban a cabo estrictamente en el atrio de la escalera. En este edificio, me ocurrió de todo, incluso los operarios que enviaba a reparar fallas, fueron despedidos diciéndole que todo funcionaba perfectamente. Incluso la cosa más simple, como la sustitución de una bombilla era un problema. Cuando fueron sustituidos los buzones de correo, un ocupante ha querido una que fuese el doble de los otros porque recibía libros por correo, cuando había que podar las plantas en el jardín estaban los que quería cortarlas por completo y quienes no, cuando fue restaurada la iluminación exterior se puso una pequeña lámpara para una mayor iluminaría incluso el condominio de frente. Estaba quién me informaba de algo roto y quién me llamaba después para decirme que estaba sano, quién se quejaba de la empresa de limpieza porque no higienizaba bien y quién afirmaba lo contrario. Por no hablar de las continuas disputas en las escaleras entre los ocupantes con un intercambio de insultos y amenazas por cada pequeña bagatela. Podéis imaginar cómo pudo haber sido difícil manejar esta situación, sobre todo porque los ocupantes no se dieron cuenta de que de este modo no sólo yo sino nadie sería capaz de administrarlos. El deporte preferido por los ocupantes era insultarse a través de tarjetas que fueron colocados en cualquier lugar. Tan pronto como un ocupante encontraba una cosa mal, lo primero que hacía era poner una nota en el tablón de anuncios o en la puerta, en la cuál hacía referencia a las personas desconocidas que habían hecho algo y que para ellos no estaba bien; luego llegaba, siempre por una nota, la respuesta de un ocupante que se había sentido tocado; luego venía, siempre por la nota, la contra-respuesta del primer ocupante, a menudo indignado porque en la nota aparecían incluso insultos "encubiertos". De vez en cuando recibía una llamada telefónica de un ocupante que me preguntaba si había visto la nota y si era consciente de cuál fuese el problema. Yo, por supuesto, caía de las nubes, aunque ya imaginaba quién podría ser el autor. No hace falta decir que las discusiones mayores, en asamblea, se referían a los trabajos extraordinarios, con acusaciones mutuas de no querer "sacar" el dinero y gastar poco, por lo tanto el trabajo venía hecho mal.
Lo mejor, de los ocupantes lo ofrecían en el momento de podar las plantas en el jardín y cortar el césped. Estaba siempre obligado a estar presente, cuando llegaba la empresa, ya que desde el momento en que los operarios ponían un pie en el patio comenzaban las discusiones. La mayor atención estaba dirigida a los árboles, quienes los querían cortar del todo porque estaban secos y otros que afirmaban que podían recuperarlos y sólo tenían que cortar algunas ramas. Ese día pasaba de todo: la mitad de los ocupantes frente a los balcones y terrazas, otros que descendían al jardín poniéndose como escudos para proteger las planta de no cortarlas, otros que quitaban las herramientas de las manos de los operarios, amenazando con denunciar a todos a la oficina de los jardines del ayuntamiento . Una confusión increíble a la que se sentían obligados a participar incluso los ocupantes de los edificios cercanos, también ellos de frente a sus balcones, quién se quejaba, quién daba consejos y quién simplemente disfrutando del espectáculo, gratuitamente, estaba relajado en un sillón. No sé por qué motivo (?), pero ya ninguna empresa quería venir, para realizar el mantenimiento del jardín, con el debido respeto a los que se oponían a la tala de árboles y en medio de las protestas de los que querían hacer tabla rasa de todos las plantas.
Gente buena
Este último capítulo lo he querido dedicar a tres de las muchas buenas personas que he conocido en estos años de profesión. Afortunadamente han estado también ellos y gracias a estos ángeles que siempre me han dado el estímulo para seguir haciendo el administrador del condominio a pesar de las muchas desilusiones encontradas.
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La señora Flora
Conocí a la señora Flora en un condominio muy lamentable, sólo había seis condominios y tan pronto como tomé la gestión el administrador anterior me informó de que sólo había una anciana que versaba regularmente la cuota y era la señora Flora. La Sra flora era una inquilina que tenía un viejo contrato aún con el alquiler justo, pero pagaba la totalidad de la cuota, incluso la parte correspondiente al dueño. Cuando asumí la gestión del condominio, siendo la mayoría inquilinos, hice el reparto de costos entre inquilinos y propietarios, y a ese punto la señora y en especial sus hijos, con razón, exigieron que el propietario de la vivienda pagase la parte de su competencia. La señora estaba muy feliz de pagar una tasa más baja del condominio y desde ese día pasé a ser oficialmente parte de sus nietos. Nunca olvidaré el día en que la conocí, tenía que recoger la primera cuota del condominio y como siempre lo hacía, puse un par de días antes la notificación en los buzones de correo, indicando la hora y el día que iba a pasar. En el día señalado fui al edificio y, por primera vez en mi profesión de administrador de seis condominios me abrió la puerta uno solo: la Sra flora, que fue la única a pagar. Cada vez que iba encontraba el café listo, si no lo había hecho me ofrecía un amargo y unca faltaba un plato con galletas. La señora tenía un espíritu de lucha atemperada de haber pasado muchos años en el mercado local para vender frutas y verduras. Su marido estaba en el Cuerpo de Carabinieri y cuando se hicieron mayores le ofrecieron cuidar la madre de los actuales propietarios de la vivienda donde se hospedaba. Sucesivamente el marido murió, y años más tarde la señora que cuidaba, cuyos hijos para recompensarla, la dejaron vivir en el apartamento. Más tarde, el apartamento fue vendido, pero la señora continuó a vivir allí en alquiler. No sé las veces que me ha mostrado las fotos de su esposo, sus hijos y nietos de los cuales nunca dejó de exaltar la belleza. Por desgracia, la calma fue severamente probada por el vecino de enfrente que no estaba bien de la cabeza y siempre se burlaba: golpeaba con gran fuerza la puerta y el portón cuando quedaban abierto, tiraba por la ventana el agua a las personas que iban a visitar a la señora, abría en invierno la ventana de la escalera a pesar de que la señora le habían señalado más de una vez que así entraba aire frío en toda la casa. Aunque los otros inquilinos no eran de menos tipo el moroso, por ejemplo para la calefacción había una caldera central a combustible diesel, los proveedores se negaban a descargarlo si antes no les hubieran sido pagados las facturas antrasadas. En invierno a menudo la caldera no funcionaba, ya que no había combustible, cuando era posible encenderla. Sra flora cada vez que alguien entraba en el edificio de inmediato se asomaba por el balcón y empezaba a preguntarle acerca de quién era, por quién venía, que estaba haciendo, quién lo había enviado. No había manera de entrar en el edificio sin ser notado, la señora estaba siempre al acecho, pero no como el ocupante espía, ocupante impaciente, la señora lo hacía para hablar porque estaba siempre sola y a veces sentía la necesidad de hablar con alguien. Incluso a su vecina no se le escapaba si alguien entraba en el edificio, sólo que a ella esto le molestaba y trataba mal a todos, sobre todo cuando veía que estaban hablando con la señora Flora. Todos los operarios que he enviado al edificio, me dijeron que mientras ellos estaban allí, se había asomado una señora del primer piso y en función de lo que me informaron, si la señora era muy amable, o si les había insultado, me daba cuenta si habían encontrado la señora Flora o su vecina.
La señora Antonia
Con la señora Antonia tuve un comienzo muy tormentoso, pero luego hubo una gran relación y también descubrí que era la abuela de uno de mis compañeros de clase medias. El malentendido surgió por el hábito de la señora de pagar anticipadamente la cuota mensual. Cuando tomé la administración del condominio el antiguo administrador haciendo el balance, la cuota de marzo / abril pagada con anticipo, la puso en equilibrio, por lo que mientras todo el mundo estaba en deuda con el condominio por una cantidad que corresponde aproximadamente a una cuota, la señora tenía un pequeño crédito. Cuando fui a su casa para recoger la entrega de marzo / abril, la señora se negó a pagar porque decía que ya la había pagado, teniendo también el recibió del antiguo administrador. He perdido un montón de tiempo para explicarle que la cuota pagada por adelantado el administrador anterior había incluido en el balance de fin de año para la creación de un crédito, que había tomado medidas para deducir de la cuota de marzo / abril, pero no había manera de hacerla razonar, no tenía ninguna intención de volver a pagarla. Tomé de la señora también varios insultos afirmando que los administradores fuesen todos unos ladrones. Afortunadamente después de unos meses en mi rescate llegó un pareja de ocupantes de los cuales la Sra confíaba y a la que le expliqué todo el misterio y con mucha paciencia lograron hacerla razonar y, finalmente, la señora, aunque todavía vacilante, pagó la cuota. A partir de ese momento la relación con la señora mejoró mucho y cada vez que iba a cobrar la cuota estaba siempre feliz de verme, como cuando estaba la reunión de la asamblea con la oportunidad de cobrar el condominio, la señora, no pudiendo participar me llamaba siempre uno días antes para pedirme de pasar antes de la reunión para saldar su parte. Por desgracia, la señora un día tuvo una mala caída y se rompió el fémur, como era muy anciana los médicos no la operaron y así se vio obligada a permanecer en una silla de ruedas. A continuación, su condición mejoró ligeramente lo que le permitió moverse con la ayuda de un asistente. Un día incluso llegó directamente ella, a mi casa, para pagar la cuota del condominio, aunque no habitase cerca. Después de unos siete años de administración del edificio, debido a un trabajo requerido por los ocupantes pero no resuelto en asamblea, hubo un conflicto con una empresa y habiéndose roto la relación de confianza renuncié. La última vez que fui a ver a la señora Antonia ella estaba muy triste porque había oído que me iba y me pidió estrechándome las manos que me quedara, ya que sería poco probable que encontraran a otra persona tan honesta, enojándose mucho hacia los ocupantes para los cuáles yo no les interesaba como administrador. El día de la asamblea en la que dije que renunciaba, teniendo que recoger incluso la cuota del condominio, apenas llegué les dije a los ocupantes que pasaría antes de la señora Antonia, que seguramente me esperaba, pero uno de ellos me dijo: " ¿Nadie le ha informado de que La señora murió el mes pasado? ", me invadió una gran tristeza porque nadie se había sentido obligado a avisarme, aunque sólo sea para encargar un almohadón de flores en nombre del condominio como se hace normalmente en estas circunstancias.
El señor Francisco
El señor Francisco era una persona fuera del común y libre de todos los malos sentimientos que invaden el corazón de los ocupantes: la envidia, el egoísmo y la ira. El señor Francisco era conocido por todos porque había gestionado una panadería en el edificio. Lo cosa a la cual tenía de una manera especial era pagar regularmente la cuota del condominio. Me contó varias veces que su negocio no siempre había ido bien y con frecuencia se había encontrado sin nada que comer, sólo pan y cebolla, pero que siempre había pagado el condominio, regularmente porque todos deben contribuir a los gastos y no es justo que se anticipe dinero por quién no paga. También me contó que hace años había una familia que en el invierno iban siempre a esquiar, cada fin de semana, pero pagaba con retraso las cuotas del condominio y esto para él era inaceptable, porque en su vida había preferido no comer bien, pero no tener deudas. Era muy generoso, aunque no era rico, un gasto, en lugar de hacerlo pesar en un solo ocupante con poca capacidad de pago, trataba que se dividiese entre todos, lo hacía con ganas logrando convencer a los demás. Siempre era elegido concejal y debo decir que fue el único que conocí que tomaba este papel en serio, enfrentándose a menudo conmigo, refiriendo a los otros ocupantes nuestras conversaciones y ocupándose de todas esas pequeñas cosas por las cuales no se debería molestar a los administradores, sino hacerlos por sí mismos. Él siempre estaba muy tranquilo, pero una cosa lo alteraba: el consumo de agua. Lo que le molestaba era la indiferencia de muchos ocupantes en la comunicación de las lecturas y en el reemplazar su contador cuando la empresa que participaba en el desglose comunicaba su mal funcionamiento. En realidad no encontraba justo que algunos trataran de hacer pagar su proprio consumo a otros.
Resultados de la prueba "¿Qué nivel de conocimiento tienéis?"
Si habéis un puntaje con más respuestas a): tenéis tiene una idea muy vaga de lo que es un condominio y las normas que rigen su existencia. No entéis mucho, especialmente con todo lo que sucede en la asamblea. Vuestra única preocupación es no pagar demasiado, pero qué tipo de cálcula genera la vuestra cuota de condominio no lo sabéis y no tienéis la curiosidad de averiguarlo.
Si habéis un puntaje con más respuestas b): tienés una buena comprensión de lo que es un condominio y las normas que lo regulan, tan bueno que conocéis los mecanismos y buscáis con astucia para desentrañaros entre milésimas, reuniones, informes y presupuestos. Durante los años que habéis desarrollado vuestra propia filosofía personal de vida comunitaria, incluso aunque si habéis conocido las reglas no os convertisteis en un esclavo de ellas.
Si habéis un puntaje con más respuestas c): : tienéis un excelente conocimiento de lo que es un condominio y las normas que rigen su existencia, pero sois demasiado " profesor" y por esto sois objeto de burlas de parte de los otros ocupantes. Sabéis todo de las reglas del condominio, pero poco de las relaciones humanas.
Si habéis un puntaje con más respuestas d): : Sois cínico y desconfiado, especialmente con el administrador de cuál simplemente no confiáis. La vida del condominio no os gusta y no os gustan las reglas que la gobiernan. Vuestro sueño es vivir en un chalé independiente, con los vecinos más cercanos a no menos de un kilómetro de distancia.
EPÍLOGO
Estamos en el final. Espero que con este libro los haya divertido, intrigado, y sobre todo de haberles abierto los ojos sobre los mecanismos que regulan la vida en los condominios. No es un mundo fácil, tenemos que aprender a vivir juntos, a veces manejar las cosas sin tomar todo como una afrenta personal.
¿Qué decir de los administradores? Son personas que trabajan y tratan de hacerlo de la mejor manera. Como en todos los trabajos encontramos personas honestas o deshonestas, pero esto no autoriza a nadie a sentenciar que: ". Todos los administradores roban" Un consejo que puedo darles es que cuando usted encuentra uno honesto, téngalo apretado, no cambiarlo sólo porque en una oportunidad no ha actuado como ustedes quisieron. A mí me pasó y yo les puedo asegurar que a menudo encontrando casualmente los ocupantes, éstos se han declarado arrepentidos de echarme.
En cuanto a las empresas un consejo que les doy es respetar el trabajo de los obreros, no atacarlos con preguntas acerca de quiénes los han llamado, que vinieron a hacer, cuánto tiempo les va a tomar, cuánto le costará la reparación, si el desperfecto puede repetirse y si es mejor para solucionarlo hacerlo de otra manera. Mientras ustedes a veces intentan sólo pasar el tiempo, siguiendo aquello que están haciendo, ellos están trabajando y no es justo perder el tiempo en discusiones inútiles sobre las fechorías cometidas anteriormente por el administrador y otras empresas que han venido a trabajar en el edificio. Déjenlos trabajar en paz, y si usted tiene alguna queja para hacer, llame al administrador.
Con los vecinos les digo que tengan mucha paciencia, la misma que muestra ellos hacia nosotros, aunque a menudo no somo conscientes de ello. Todos nosotros durante el día podemos provocar molestias o trastornos, lo importante es no sólo darse cuenta de aquellos que sufrimos de los otros. En cada condominio hay alguien más intolerantes que otros, más polémico, más extravagante, más "ruidoso" y por desgracia, al menos hasta ahora, no ha sido descubierto ninguna cura para ellos