Agradecimientos

Mientras escribía Una mentira piadosa, emergieron muchos recuerdos de la excursión de mi propia clase a Bornholm. Sin embargo, este libro es ficción pura. Todos los personajes son producto de mi imaginación.

He vivido en Osted y Viby, en Selandia, y conozco el área bastante bien. Me tomé la libertad de mover el dolmen de Bregnetved al otro lado de la carretera para que encajara mejor en mi relato.

Gran parte de mi infancia la pasé en Osted, y quiero enviar un cariñoso recuerdo a todos mis viejos amigos. No he incluido ninguna de las cosas específicas que hicimos juntos, pero esos años de la infancia fueron de una importancia tan vital para mí que aún los llevo conmigo. También quiero enviar un pensamiento amoroso y muy especial a Henrik (Red), quien murió demasiado joven, pero nunca ha sido olvidado.

Mucha gente me ha ayudado en mis investigaciones para este libro. De corazón, agradezco su apertura y todo el tiempo que dedicaron a responder mis preguntas.

Su ayuda ha sido inestimable.

Gracias, capitán Bjørke Kierkegaard, de la policía de Selandia Central y Occidental, por habernos permitido, a mí y a Louise Rick, darle tantas molestias.

Gracias a la enfermera jefa Ulla Falkner, quien, una y otra vez, respondió mis preguntas con paciencia, y a la enfermera Anne Dorte Stagsted, por enseñarme el Hospital de Enfermos Psiquiátricos Agudos de Roskilde. Gracias por fingir que Mona Ibsen era una de sus pacientes.

Mi agradecimiento también al médico jefe Steen Holger Hansen, del Departamento de Medicina Legal, que me ha ayudado en todos mis libros. Gracias por tu excelente disposición a meterte en mis historias cada vez que aparezco. Y gracias, jefa de anestesistas Marie Louise Rovsing, por la enorme ayuda que me brindó en lo concerniente al éter.

Brian Ellebæk, adiestrador canino, me salvaste cuando mi historia llegó a un punto donde, sencillamente, era inverosímil. La reescribí para hacerla funcionar. Gracias.

Y muchas gracias, queridos amigos de Facebook, que no solo me respaldáis y me animáis, sino que también sois muy divertidos. Sois una enciclopedia de recuerdos de excursiones colegiales. Ha sido muy divertido entretejer vuestras anécdotas en este libro. Puedo imaginaros leyendo algo que os resulta familiar.

También, mi buena amiga Michelle Kristensen me prestó su diario de la excursión a Bornholm, de donde, entre otras cosas, tomé prestado un choque en bicicleta. Me parece fantástico que lo hayas conservado. ¡Gracias!

Os doy las gracias, Lars y Andreas. Tenéis las mismas edades que las chicas de Bornholm en el libro y me habéis ayudado con nombres y cosas así. Pero os estoy más agradecida aún porque habéis ayudado a que mi vida no se desmorone.

Mi agradecimiento a Lotte Thorsen por leerme y por tus infaliblemente agudas y útiles aportaciones. Son una ayuda enorme.

Ha sido un tremendo placer trabajar con mi nueva correctora, Stinne Lender. Nos has abrazado por completo: a Louise Rick, a mí y toda la historia. Gracias por acompañarme durante mi investigación en Bornholm y por tu serio compromiso con el relato.

Y tengo una deuda de gratitud con mi equipo de Politiken Publishing. Todos vosotros sois un gran regalo. También ha sido fabuloso trabajar con la agencia Nordin. Siempre habéis querido lo mejor para mí y eso me da una sensación de seguridad. Y felicidad.

Mis gracias más amorosas son para mi hijo, Adam. Eres la mejor parte de mi vida. Y, aunque siempre, a lo largo de todos estos años, has sido una gran inspiración para los personajes de Jonas y Markus, no eres, en absoluto, el modelo del Markus de este libro.

Finalmente, queridos lectores, muchas gracias. Me dais mucho ánimo. Gracias por dedicar vuestro tiempo a las historias que siguen apareciendo en mi cabeza.