PRIMERA PARTE:
LOS SENTIMIENTOS

Oro noble de sabias palabras labrado,
destinado a las manos que aún no han nacido,
triste exiliado del mundo por la madre O
.

Ella así lo quiso.

Ella así lo decidió.

Permanecerás, pues, oculto en las profundidades de la tierra,

hasta que los cielos refuljan y los astros inicien su camino celeste.

Entonces, sólo entonces, la tierra te escupirá de sus entrañas,

acudirás obediente a su mano blanca

y la ungirás de rojo.

Fuego y sangre, inseparables,

en el cetro de poder de la madre O.

Fuego y sangre para la elegida que poseerá el cetro,

Sangre y fuego para la elegida que será poseída por el cetro.

Profecía de Trébora