Hierro

Ganado tengo el pan: hágase el verso,—

Y en su comercio dulce se ejercite

La mano, que cual prófugo perdido

Entre oscuras malezas, o quien lleva

A rastra enorme peso, andaba ha poco

Sumas hilando y revolviendo cifras.

Bardo ¿consejo quieres? pues descuelga

De la pálida espalda ensangrentada

El arpa dívea, acalla los sollozos

Que a tu garganta como mar en furia

Se agolparán, y en la madera rica

Taja plumillas de escritorio, y echa

Las cuerdas rotas al movible viento.

¡Oh alma! ¡oh alma buena! mal oficio

¡Tienes!: póstrate, calla, cede, lame

Manos de potentado, ensalza, excusa

Defectos, tenlos —que es mejor manera

De excusarlos, y mansa y temerosa

Vicios celebra, encumbra vanidades:

Verás entonces, alma, cuál se trueca

En plato de oro rico tu desnudo

¡Plato de pobre!

Pero guarda ¡oh alma!

¡Que usan los hombres hoy oro empañado!

Ni de eso cures, que fabrican de oro

Sus joyas el bribón y el barbilindo: