AGRADECIMIENTOS

En todos mis otros libros no solo he tratado de dejar muy claros los agradecimientos que tengo con las personas y mentores que me han ayudado con ellos, sino también explicitar qué tan agradecido estoy con muchos autores y pensadores en los que he confiado a lo largo de los años. Este libro no sería posible sin ellos, pero también me siento increíblemente culpable cuando los lectores me dan crédito por nociones que se originaron gracias a otros escritores más sabios. Cualquier cosa valiosa en este libro provino de ellos y no de mí.

Este libro no sería lo que es sin la labor y el consejo valiosos de mis editores Nils Parker y Niki Papadopoulos. Steven Pressfield, Tom Bilyeu y Joey Roth me proporcionaron anotaciones críticas desde muy temprano en la realización de este libro, y por ello les estoy muy agradecido.

Quiero agradecerle a mi esposa, quien no solo me ayudó personalmente durante la escritura, sino que fue mi más dedicada lectora. Quiero agradecerle a mi agente, Steve Hanselman, quien me ha representado desde el primer día. Gracias a Michael Tunney por su ayuda con la propuesta, a Kevin Currie por su ayuda y a Hristo Vassilev por su excelente trabajo de investigación y su asistencia. Gracias a Mike Lombardi, de los Patriotas, por su apoyo y gran visión. También tengo una deuda de gratitud con Tim Ferriss, cuyo apoyo en mi último libro hizo posible este, y lo mismo le digo a Robert Greene, quien me ayudó a ser un escritor, así como al doctor Drew, quien me introdujo a la filosofía. Quiero agradecerle a John Luttrell y a Tobias Keller por su orientación y las conversaciones que sostuvieron conmigo durante el caos que surgió en American Apparel. No estoy seguro de haber podido escribir el libro si no fuera por Workaholics Anonymous, tanto gracias a la reunión en Los Ángeles como a las llamadas semanales.

En cuanto a instituciones, la Biblioteca de la Universidad de Texas en Austin y la Biblioteca Riverside de la Universidad de California facilitaron la creación de este libro, al igual que lo hicieron varios senderos para trotar, mis zapatos y mi hogar fuera de casa, Los Angeles Athletic Club.

Finalmente, ¿sería errado agradecerles también a mis mascotas? Si no, gracias a mis cabras, Biscuit, Bucket y Watermelon por hacer entretenida la vida.