En primer lugar, a mis maravillosos padres. Crecí en una casa llena de historias y amor, de ciencia ficción y música, de risas, bondad y bizcochos recién hechos. Llevo todas esas cosas en mi corazón, siempre. Me ofrecéis un amor y un apoyo infinitos. Me habéis convertido en quien soy.
A mis fabulosos lectores: Lucy Fisher, Liam Gormley, Jenny Hargreaves, Steve Lee, Helen Spencer, Heather Thompson, Len y Gill Waterworth (mamá y papá), Isobel Yates y Helen Yates. Sois algunos de mis parientes y amigos más queridos, mi escuadrón de animadores y sabios Yodas. ¡Gracias!
A mis asombrosos amigos. Me habéis secado las lágrimas, me habéis distraído y me habéis hecho reír. Me habéis dado la fuerza que he necesitado a lo largo de los últimos años, y os adoro a todos por ello.
Al Times y a Chicken House por celebrar todos los años el Concurso Times/Chicken House de Literatura Infantil, que ofrece la fantástica oportunidad de que escritores desconocidos y sin rumbo (como yo) sean publicados.
A todos los que forman Chicken House, un grupo de personas que me han apoyado muchísimo. A Barry Cunningham y Rachel Leyshon por la generosidad de sus ánimos, consejos y creatividad, y por su confianza ciega en mí como escritora. A Jazz Bartlett por insistirle a Barry en que leyera mi primer manuscrito y por sus magníficas ideas de publicidad. A Elinor Bagenal por hacer un trabajo tan fantástico vendiendo los derechos de El baile del ahorcado por todo el mundo. Y, por supuesto, a mi editora, Kesia Lupo, con la que ha sido un placer trabajar. La verdad es que no tengo ni idea de cómo era capaz de escribir antes de conocerte, Kesia. Aportas un montón de ideas, claridad y contención. ¡Y gracias por convencerme de no matar a ya sabes quién!
A la Big Idea Competition por reconocer el potencial de la idea de Angela y, claro está, a Angela McCann, por ser la persona a la que se le ocurrió la gran idea. Sin duda, los astros se alinearon el día en que entraste en la mencionada competición. ¡Gracias!
Y finalmente, a Ajda Vucicevic por toda su ayuda con mi primer manuscrito, la novela que llamó la atención de Chicken House. Sus ánimos y su confianza en mí al inicio de esta aventura escritora me transmitieron la seguridad que necesitaba para seguir adelante, y siempre le estaré eternamente agradecida.
Gracias otra vez, chicos. ¡No podría desear un fandom mejor!