29
El final del siglo XX fue muy prometedor para Luis Miguel, cuya carrera parecía no tener techo. Se cometieron errores, estos provocaron cambios en su personal, de Mc Cluskey, que tomó luego a Cristian Castro, se pasó a Abaroa, y de ahí a Asensi, que permanecería más de una década a su lado y tomaría después a David Bisbal, pero también hubo algunos aciertos en ese tramo final de los 90 que hicieron crecer la leyenda del que algunos bautizaron como el Sinatra mexicano.
Precisamente el mito Sinatra se iba a cruzar en su carrera dando lugar a uno de los momentos más satisfactorios e importantes de esos años 90. Su intervención en el gran evento de los 80 años de Frank Sinatra era no sólo su consolidación como astro latino, sino un claro guiño para que diera el paso hacia el famoso crossover en busca del público estadounidense de habla inglesa, algo que se había especulado y en lo que Quincy Jones podría tener una intervención determinante, cosa que desafortunadamente nunca se produjo por culpa del propio Luis Miguel, terco e inflexible cada vez que se le proponía, aduciendo que él quería triunfar cantando en español.
Aquel día Luis Miguel llegó al backstage en compañía de Mauricio Abaroa, quien en ese momento era su manager, justo en la época anterior a que su amigo Alejandro Asensi tomara las riendas de su carrera, quien lo hizo precisamente a raíz de una indisposición por enfermedad de Mauricio, pero que ya no soltó el puesto hasta el escándalo de 2008. En el auditorio estaba también el compositor Juan Carlos Calderón con Cristina Abaroa, hermana de Mauricio y también productora, quien trabajó muchos años con Calderón. Pero una de las personas claves para llegar a ese momento fue la publicista y manager Marianne Sauvage, quien logró los trámites para que Luis Miguel tuviera el privilegio de cantar esa noche para Frank Sinatra y estuvo también detrás de otro momento significativo e importante como fue la estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. La amistad de Marianne con el compositor cántabro Juan Carlos Calderón fue el nexo común que acabó con el Sol en los duetos de “La Voz”, ella quería apoyarlo, así fue como se le ocurrió, creyó que apoyando a Luismi apoyaba al tiempo a su gran amigo.
Marianne Sauvage era por ese entonces publicista de George Schlatter, quien con su compañía George Schlatter Productions fue el encargado de organizar el evento de Sinatra. Él producía muchos programas de TV en Estados Unidos. Schalatter tiene 15 nominaciones al Emmy, con producciones, entre otras, como Muhammad Ali’s 50 Birthday Celebration; Sammy Davis Jr. 60 Anniversary Celebration; Frank, Liza, and Sammy: The Ultimate Event; Las Vegas: An All-Star 75 Anniversary; The Shirley MacLaine Special: Where Do We Go from Here?; John Denver and Friend o Cher. Marianne estuvo a su lado en calidad de publicista por 17 años mientras se convertía en manager de artistas como la actriz Kate del Castillo.
Ella recuerda perfectamente cómo se produjo todo ese trámite: “Un día estaba trabajando con George en el especial para la TV de los 80 años de Frank Sinatra y en el pizarrón que había en la sala de juntas teníamos a todos los artistas con los que Sinatra había hecho duetos. De los latinos estaban Gloria Estefan, Jon Secada y Luis Miguel. En un principio se estaba proponiendo a Gloria o Jon, pero yo insistí en que fuera Luis Miguel, porque él tenía a los fans de los mexicanos que viven en California. Para que George se convenciera de que Luis Miguel era el indicado de los latinos, lo llevé a ver un concierto en el anfiteatro Gibson de los estudios Universal. Se quedó impresionado con su talento y viendo cómo las fans ovacionaban y gritaban. Fue el momento en que se convenció de que Luis Miguel debía estar en el evento de Sinatra, donde cantó el tema “Come fly with me”. George envió a Mexico a grabar el behind the scenes donde Luis Miguel cantaba el dueto bajo la producción del afamado productor Phil Ramone, quien ha trabajado, entre otros, con Madonna, Elton John, Pavarotti, Rod Stewart, etcétera. Recuerdo que antes de salir a cantar, Luis Miguel estaba muy nervioso, por lo que gente de su equipo me pidió que le fuera a comprar una botella de whisky para que se calmara, yo la encargué a alguien de seguridad quien la consiguió y se la hice llegar a su equipo, tuve que hacerlo con cuidado porque había mucha prensa latina por las inmediaciones y no queríamos que se dieran cuenta. Me acuerdo que en el parking del Shrine Auditorium estaban estacionados todos los campers y trailers donde estaban los camerinos de los artistas. El camper de Luis Miguel estaba por donde estaba el de Bruce Springsteen y el de Tony Benett. Después de su actuación estuvo ahí muy platicador con la prensa y dio una conferencia. Al final Frank Sinatra se tomó una foto con todos los invitados y se la pasaron muy bien.“ Efectivamente, Luis Miguel estuvo muy amable con la prensa, contrario a lo que solía hacer. “Estoy muy orgulloso de estar esta noche acompañándolo. Yo aprendí el idioma inglés oyendo sus canciones”, le dijo a los periodistas.
El 21 de noviembre de 1995 Juan Manuel Navarro publicaba desde Los Ángeles una nota titulada “¡Qué cumpleaños, Frank!”, en la que recogía y destacaba entre otras cosas la intervención del astro mexicano:
Frank Sinatra festejó el domingo su cumpleaños número 80 al lado de un gran número de celebridades, entre ellos Bruce Springsteen, Arnold Schwarzenegger, Ray Charles, Bob Dylan, Bono, Gregory Peck, Tom Selleck, Tony Benett y Luis Miguel. El cantante mexicano, vistiendo smoking negro, le cantó a Sinatra el tema “Come and fly with me”, acompañado por un video del festejado. Este tema lo interpretó con el artista norteamericano en su más reciente elepé de duetos.
“Todo el mundo que estaba en el auditorio se quedó fascinado con la actuación del mexicano. Los que ya lo conocían se quedaron más que contentos con él y los que todavía no sabían quién era, preguntaban que de dónde había salido una persona con gran talento”, dijo Marianne Sauvage aquel día en unas declaraciones incluidas en la nota de Navarro, quien también añadió que el cantante Tony Bennett felicitó personalmente a Luis Miguel por su actuación: “Atrás del escenario lo abrazó y le dijo que lo felicitaba porque tenía una estupenda voz.”
Después del éxito de este evento, Marianne tuvo otra brillante idea que acabaría convirtiéndose en uno de los momentos más simbólicos del momento estelar que vivía el intérprete de “Te desean”. Ella misma lo rememoraba en una plática reciente con Juan Manuel: “Luego del éxito del especial, un día iba yo caminando por el Paseo de la Fama y se me ocurrió que era necesario que Luis Miguel tuviera una estrella allí. Ahí mismo me comuniqué con su manager de ese entonces, Mauricio Abaroa, y se lo propuse. Obviamente a él le encantó la idea, pero le pedí que me diera una carta firmada donde Luis Miguel se comprometiera a presentarse ese día, era una exigencia lógica, no podemos imaginarnos organizar el día de su estrella y que no acudiera. Cumplió ese requisito para que se la otorgaran y así fue. Llené la solicitud y después nos dieron la noticia de que se la habían aprobado. Fue una gran alegría para todos, tanto él como su gente se pusieron muy contentos.” La estrella se la dieron en septiembre de 1996.
Marianne tendría otra recordada intervención, la de sugerir otra vez a George Schlatter de que invitara a Luis Miguel y a Salma Hayek para acudir juntos al evento Carousel of Hope Ball en octubre de 1996 que se efectúo en el Hotel Beverly Hilton. Salma en ese momento ya era famosa en Hollywood por sus películas Desperado, que estelarizó con Antonio Banderas, y por From Dusk Til Dawn en donde actúo con George Clooney y Quentin Tarantino. “Recuerdo que como toda publicista yo me adelanté con los reporteros para anunciar que iba a desfilar en la alfombra con Salma el cantante Luis Miguel y que para que él se sintiera cómodo y volteara a verlos le gritaran ¡Micky, Micky!”
Eran sin duda muy buenos tiempos que difícilmente hacían presagiar lo que sucedería 20 años después. Salvando las distancias, y entendiendo la comparación en su justa medida, a Luis Miguel le sucedió algo parecido a lo que impidió triunfar a su difunto padre, y es que su personalidad se impuso a su talento impidiéndole llegar más arriba de lo que había logrado. Él se ha defendido siempre diciendo que no quiere renunciar a su estilo ni a su idioma, pero más allá de eso, los conflictos internos motivados por los traumas que lo marcaron como ser humano a raíz de la ruptura de su familia acabaron pasando una factura mucho mayor de la que nadie podía imaginar el día que sonriente y vestido de blanco posaba con su recién develada estrella de Hollywood.