Como seres humanos, tenemos una tendencia natural a buscar la felici-dad. Queremos sentirnos tranquilos, contentos y en paz con el mundo a nuestro alrededor. Sin embargo, hay diversos obstáculos que se interpo-nen entre nosotros y la meta que deseamos alcanzar. Como es natural en la vida, muchas veces tenemos problemas, y esos problemas hacen que nos preocupemos, dudemos de nosotros mismos e incluso hacen que nos sintamos inseguros. Nos obsesionamos pensando en ellos, les damos vueltas y vueltas en la cabeza intentando calmar la preocupación que sentimos, y lo único que logramos es angustiarnos más.
Por eso es importante identificar estas preocupaciones y encontrar una manera de aligerar el peso que representan. Mientras que preocu-parnos por nuestros problemas de forma positiva puede ser una manera constructiva de encontrar una solutión a lo que nos atormenta, si nos preocupamos en forma negativa, esta preocupación se transforma en un obstáculo a nuestra felicidad.
Recuerda que muchas veces las preocupaciones son cosas que tene-mos en el fondo de la mente y que no necesariamente estamos ‘conscien-tes' de estar sintiendo. Antes de comenzar los ejercicios en este capítulo, tómate un momento para reflexionar acerca de cómo te estás sintiendo en este momento.
Lo que nos decimos
a nosotros mismos
se convierte en un hechizo.
¿Cómo te sientes hoy? ¿Estás contento? ¿Te sientes desanimado? ¿Hay algo en particular que te está preocupando? Escribe como te sientes.
Ahora, utiliza la tabla que encontrarás a continuación para anotar tus es-tados de ánimo a diferentes momentos del día o de la semana. Para darte una idea, mira el ejemplo en la página 6.
El lenguaje que utilizamos para describir nuestras preocupaciones y dudas tiene un efecto inmenso en nuestros sentimientos y creencias. De-termina la manera en que nos enfrentamos a nuestros problemas y afecta la motivatión que tenemos para solucionarlos. Tenemos que darnos cuenta de que las palabras negativas actúan como hechizos que agravan nuestra situatión. Con esto en mente, relee lo que has escrito en tus dia-rios y presta particular atención a las palabras que utilizas para describir tus sentimientos. ¿Son en su mayoría positivas o negativas? ¿Qué dice esto de tu nivel de felicidad?
¿Te preocupas demasiado?
Tom Borkovec y sus colegas de la Pennsylvania State University desarrollaron una serie de preguntas para ayudarte a determinar si eres una persona que se preocupa más de lo normal.
En el siguiente cuestionario, califica con un número del 1 al 5 a cada una de las frases que aparecen a continuatión, dependiendo de qué tan común son para ti. Para cada frase, marca un círculo al-rededor del número que corresponde a la categoría que aplique a tu caso: “Nada común,” “Algo común” o “Muy común”. Nota que a veces “Nada común” correspondent al número “1” y otras veces correspondent al número “5,” así que siempre circula el número que esté bajo la categoría que aplique a ti. Luego suma todos los números que marcaste para calcular tu puntaje total.
Resultados:
Las personas que se preocupan un poco más de lo normal tendrán un puntaje de por encima de 52. Quienes se preocupan realmente demasiado tendrán un puntaje de más de 65. Por otro lado, las personas poco ansiosas tendrán un puntaje de más o menos 30.
Sea cual sea tu nivel de preocupación, y sobre todo si encuentras que estás dentro de un rango normal pero que tus preocupaciones siguen molestándote significativamente, es importante analizar qué es lo que te causa estas angustias. El primer paso en el plan de acción para desha-cerse de las preocupaciones, los hechizos y los pensamientos negativos es identificarlos.
1. Identificar
Es importante conectar las emociones que sientes (ya sea una creencia, un temor o una ansiedad) con aquello que te las causa. Tienes que bus-car siempre la raíz del problema para empezar a solucionarlo desde alii.
La felicidad es una opción.
—Kate del Castillo
EJERCICIO: Identifica tus problemas
Tómate un momento para releer lo que has escrito hasta ahora en tus diarios, e intenta ver cuáles son los problemas más recurren-tes, aquellos que te afectan con mayor frecuencia.
Ahora toma un lápiz, y escribe en la primera columna de la tabla que se encuentra a continuatión los problemas más significativos de tu vida, y lo que quisieras hacer para arre-glarlos. Organízalos en orden de importancia.
En la segunda columna, escribe las emociones que cada pro-blema te causa.
En la tercera, intenta pensar en cómo quisieras cambiar este problema.
Por ejemplo:
REFLEXIONA:
Tus problemas
Una vez hayas terminado, mira la tabla y observa bien tu lista de problemas. ¿Cómo te sientes al ver la lista? ¿Son más problemas de los que te imaginabas, o menos?
Al ver la lista, ¿te sientes más en control o menos? ¿Por qué?
Bien, ahora que hemos identificado los problemas que te causan preocu-paciones y dudas, es importante preguntarnos qué podemos hacer para solucionarlos. En últimas, todo el mundo tiene problemas en la vida, y todo el mundo se preocupa. Es normal. Lo que no está bien es que dejes que tus problemas tomen las riendas de tu vida y te impidan ser feliz. Tienes que retomar el control de tu vida.
Observa con cuidado la lista que hiciste en el ejercicio anterior: ¿Crees que hay algunos de estos problemas que puedas cambiar? ¿Cuáles?
Sin necesidad de entrar en demasiado detalle, ¿qué son algunas cosas que se te ocurre que puedes hacer para manejar tus problemas?
Bien, quiero decirte que este es el paso más importante para empezar a ser más feliz: Tienes que retomar el control sobre tu vida, pues nadie más lo va a hacer por ti, no importa cuánto te quiera. Sentirte mejor es tu responsabilidad y la de nadie más. jÁnimo! Apenas empieces a darte cuenta de que tú realmente sí puedes mejorar tu situación, te sentirás in-vadido de energía positiva.
Sentirte mejor es tu responsabilidad y la de nadie más.
Ahora que has superado uno de los pasos más importantes, tienes que tener la firme intención de hacer los cambios necesarios en tu vida para alcanzar tu meta. La intención es la que produce un resultado, y siempre y cuando guardes esa intención grabada en tu mente, verás cómo tanto tus acciones como tus pensamientos se irán alineando con la meta que quieres alcanzar. Es importante que hagas un acuerdo contigo mismo que vas a dedi-carte a ser más feliz. El hecho de que estés leyendo y haciendo los ejerci-cios de este libro ya es una muestra inmensa de tu intención de cambiar tu vida, pero es importante también que pongas esta intención por es-crito. Funcionará como un contrato que te ayudará a recordar la responsabilidad que tienes contigo mismo: la de hacerte más feliz.
En mi libro titulado Los 7 pasos para ser más feliz, te ofrezco seis tácticas infalibles para bajar el nivel de estrés, y disminuir las preocupaciones usando el poder de las palabras. Como ya lo he dicho mil veces en mis programas radiales y en mis libros, soy una firme creyente en el poder de las palabras y la diferencia que pueden hacer las palabras positivas en cambiar la actitud de una persona.
Aunque aquí te ofrezco seis tácticas, es posible que no todas se apli-quen a tu caso, así que te invito a hacer los ejercicios y cuestionarios que encontrarás a continuación para ver cuáles tácticas son las que más te servirán a ti en tu situación particular.
TÁCTICA 1: Vive en el presente y deja de esperar lo peor
Nuestra paz mental depende en gran parte de qué tan capaces somos de vivir en el presente. Cuando nos preocupamos constantemente por cosas que sucedieron en el pasado o aquellas que imaginamos que sucederán en el futuro, terminamos sintiéndonos ansiosos, frustrados y hasta de-primidos. ¿Te has dado cuenta de que entre más te preocupas por aque-11a reunión importante que tienes al otro día, peor te sientes? Por eso es importante aprender a vivir en el presente y disfrutar ahora de lo que mentalmente siempre estamos posponiendo: la felicidad.
Miremos hacia el futuro. ¿Cuáles son tus mayores preocupaciones a corto plazo?
¿Cuáles son tus mayores preocupaciones a largo plazo?
Mira tus respuestas cuidadosamente y responde a la siguiente pregunta con la mayor sinceridad posible: ¿Cuántos de estos temores crees que re-almente se van a materializar? Para ayudarte a responder a esta pregunta, piensa en cosas que te han preocupado en el pasado y que han terminado no sucediendo.
Ahora haz una lista de todos aquellos planes y proyectos que sueñas con hacer algún día. Puede tratarse del sueño de volver a estudiar, hacer un viaje a algún lugar recondite del planeta o aprender a tocar piano.
¿A cuáles de estos proyectos puedes comenzar a trabajarles a partir de hoy mismo? ¿Cómo?
Ahora, jponte manos a la obra! La acción es el mejor remedio a la preo-cupación. Recuerda que no importa cuán pequeño sea el paso que des, apenas comiences a avanzar en tus proyectos de vida te irás liberando de tus preocupaciones, jy comenzarás a vivir la vida que más quieres!
La acción es el mejor remedio a la preocupación.
Las preocupaciones suelen fundarse en hechos que no necesariamente son concretos. Hay una diferencia primordial entre como son las cosas y como las percibimos. Para acercarnos más a la realidad, tenemos que analizar nuestras preocupaciones e intentar ver cuáles son las posibilidades reales de que puedan suceder.
¿Tus estimaciones son más positivos o negativos de lo que te imagina-bas? ¿Cómo te hace sentir esto?
Muchas veces gastamos nuestra energía en preocuparnos por cosas que creemos que van a suceder. Lo que no nos damos cuenta, es que estas cosas casi nunca suceden. Por ejemplo, yo pienso que el avión en el que me voy a subir se va a caer. Pero la realidad es que hay muy pocos accidentes de avión cada año. Lo que yo percibo como realidad, no lo es. Haz el siguiente ejercicio para analizar tus predicciones, y ver si realmente sucedió lo que pensabas.
Piensa en lo que era tu vida hace un año. (Si te cuesta demasiado trabajo recordar exactamente lo que estaba sucediendo hace un año, puedes pensar en lo que estabas haciendo hace seis meses). ¿Qué cosas te preo-cupaban? ¿Qué predijiste que iba a suceder? Haz una lista para cada área de tu vida.
En lo profesional:
En lo social:
En lo familiar:
Ahora piensa en qué desenlace tuvieron las cosas que predijiste hace un año (o seis meses) en tu vida actual. ¿Qué fue lo que verdaderamente sucedió?
En lo profesional:
En lo social:
En lo familiar:
Enfoquémonos ahora en tu vida actual. ¿Qué te preocupa mucho en este momento de tu vida? ¿Qué predices que va a suceder?
En lo profesional:
En lo social:
En lo familiar:
Ahora quiero que, después de dos semanas, vuelvas a analizar las preo-cupaciones y predicciones que acabas de escribir. ¿Cuáles de tus predic-ciones se realizaron? ¿Cuáles no?
En lo profesional:
En lo social:
En lo familiar:
¿Puedes ver que algunas de las preocupaciones que te parecían gravísi-mas hace un tiempo ya no tienen ninguna importancia ahora? ¿Logras ver cómo esta regla puede aplicarse también a las preocupaciones que te asedian ahora? Lo importante es que te des cuenta de que las cosas no suelen ser tan graves como las imaginamos, y que lo importante es que guardes todo en perspectiva. Por eso es bueno escribir en tu diario cada semana; para que así puedas observar cómo muchas de nuestras preocu-paciones se resuelven al cabo de unos días. Cada vez que empieces a pre-ocuparte por algo que pudiera suceder en el futuro, piensa en la temporalidad de tus preocupaciones anteriores, jy muy pronto verás como te sentirás mucho mejor!
Hay una diferencia primordial entre como son las cosas y como las percibimos.
Uno de los obstáculos más grandes a la felicidad es la duda “iY si…?”. Es el centro del problema para aquellas personas que padecen de ansie-dad o de indecisión. Cuando las personas muy dudosas se proponen hacer algo, surge un sinfín de pensamientos negativos que los congela. La clave para bloquear este pensamiento automático está en darle una respuesta realista a la pregunta y aplacarlo de una vez por todas.
1. Piensa primero en algo que te preocupa y escríbelo a continuatión:
2. Identifica la primera situatión que se te viene a la mente y formúlala como una pregunta:
3. Ahora piensa en todos los posibles resultados de esta situatión. Sé honesto contigo mismo: realmente evalúa todas las posibilidades.
¿Cuál sería el peor resultado?
¿Cuál sería el mejor resultado?
¿Cuáles serían otros posibles resultados?
4. Finalmente, pregúntate: ¿qué puedes hacer para prepararte para el peor resultado? Escribe todas las respuestas que se te ocurran, y organízalas dependiendo de qué tan realistas sean.
Mira lo que acabas de escribir, y hazte la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que realmente quieres que ocurra? Recuerda que se trata de que reco-bres el control sobre tu propia vida, y que no sean las circunstancias las que decidan por ti. Eres tú quien debe tomar las riendas de tu vida. Escribe tu respuesta, y reflexiona acerca de cómo difiere de lo que usual-mente harías.
Te invito a que apliques esta técnica a cualquier tipo de preocupación que aparezca en tu vida. Cuando te encuentres inundado de dudas al afrontar una situación, toma una hoja de papel y un lápiz y sigue estos pasos para analizar todas las alternativas que se abren a ti. Lo más importante es que te des cuenta de que no sólo hay una alternativa, jsino muchas! Verás cómo muy pronto lo habrás incorporado a tu forma de pensar y ya ni necesitarás escribirlo en un papel.
Hay veces en que para solucionar un problema es necesario tomar cierta distancia. Cuando estamos de cerca, es difícil ver las opciones que hay y la verdadera magnitud de lo que sucede. Tendemos a pensar que es el fin del mundo, y que pase lo que pase, va a ser algo horrible.
¿Pero te has dado cuenta que cuando hablas con un amigo o un familiar, a menudo te ofrece una perspectiva completamente diferente y hasta reconfortante? Esto no es sólo porque se trata de una persona que te quiere y se preocupa por ti. También tiene que ver con el hecho de que se encuentra fuera del problema, y puede verlo con mayor claridad. Por eso, te aconsejo que cuando tengas una preocupación que te asedia, intentes verla como si fueras tu mejor amigo.
EJERCICIO: Déjame que te cuente…
Para salirte de tu situatión y hacer el intento de observarla con mayor claridad y objetividad, haz de cuenta que estás hablando con un amigo y le estás contando lo que te sucede. Descríbele lo que sientes, pero también la situatión en la que te encuentras.
Ahora, haz de cuenta que eres tu amigo, y escríbete una carta re-accionando a todo lo que acabas de oír. Piensa en cómo te conoce tu amigo, y los ejemplos que te podría dar de cosas que ya te han pasado, o de lo que piensan los demás de ti. Es un ejercicio difícil, pero haz un esfuerzo verdadero por verte y hablarte como lo haría él. Recuerda, esta persona es tu amigo, y jamás te diría cosas desa-lentadoras. Concéntrate en el cariño que te tiene y las soluciones que te podría ofrecer.
¿Qué descubriste? ¿Pudiste ver las cosas desde una perspectiva dife-rente? ¿Sientes que esto te ha ayudado a superar lo que te preocupa?
A veces tenemos tendencia a exagerar los efectos de lo que nos está suce-diendo. ¿Eres el tipo de persona que piensa que el mundo se va a acabar si cierta cosa no sucede? Pues no eres el único. Muchos de nosotros ten-demos a creer que las cosas están peor de lo que están en realidad. Mi consejo para que esto no te suceda es que dejes el drama.
Por supuesto, hay situaciones extremadamente difíciles en la vida; no estoy diciendo que no las haya. Pero la gran mayoría de las situaciones que nos causan preocupación en la vida cotidiana no son de vida o muerte; y cuando reaccionamos de manera exagerada no hacemos sino limitar nuestras posibilidades de encontrar soluciones viables.
Eres tú quien debe tomar las riendas de tu vida.
Lee las siguientes afirmaciones. Para cada una, escribe a) la reactión más dramática que podrías tener y b) la reactión menos dra-mática que podrías tener.
1. Vas de prisa para una reunión del trabajo y se te estalla un neumático en el camino.
Más drama:
Menos drama:
2. Estás preparando una cena familiar para diez personas, y faltando unas cuantas horas, tu hermano te anuncia que va a traer a cuatro personas más.
Más drama:
Menos drama:
3. Descubres que tu novio/a te ha sido infiel. Más drama:
Menos drama:
4. Le prestas tu blusa preferida a tu hermana, y cuando te la devuelve tiene una enorme mancha de vino.
Más drama:
Menos drama:
5. Hay una reestructuración en tu empresa y pierdes tu empleo.
Más drama:
Menos drama:
6. Le has pedido a un colega que te ayude con una presenta tión para el trabajo, y a último momento se enferma.
Más drama:
Menos drama:
7. Vas al doctor y te dice que necesitas hacerte una operatión.
Más drama:
Menos drama:
Ahora escribe algunas situaciones que te hayan sucedido a ti y mira cómo reaccionaste, y cómo podrías haber reaccionado en cada caso.
8.
Tu reactión:
Menos drama:
9.
Tu reactión:
Menos drama:
10.
Tu reactión:
Menos drama:
Lo importante en este ejercicio es que te des cuenta que no hay una sola manera de reaccionar a los problemas o a las situaciones estre-santes. No todo tiene que ser el fin del mundo. Por más desesperada que sea la situatión, siempre puedes encontrar una manera positiva de reaccionar. jAsí que deja el drama y comienza a sonreír!
En este capítulo has aprendido diferentes técnicas para manejar las preo-cupaciones que a menudo te afectan en la vida diaria. Ya sea que eres una persona que se preocupa mucho, o una persona que se preocupa poco, estas tácticas te ayudarán a liberarte de los hechizos que obstaculizan tu camino hacia la felicidad.
Estás aprendiendo a cambiar tu forma de pensar, y esta tarea no es nada fácil. Quiero antes que nada felicitarte por tu esfuerzo y por la pro-mesa que has hecho de cambiar tu vida. Vas por buen camino. jContinúa con el buen trabajo y sigue avanzando a pasos agigantados hacia tu muy merecida felicidad!