Entro a la piscina escalón por escalón.
El agua es tibia como la de una tina
pero se siente fresca
comparada al aire abrasador.
Patada. Me desliiiiiizo.
Brazada. Me desliiiiiizo.
De un lado al otro
y viceversa.
Buceo en la profundidad.
Me elevo hacia la superficie.
Arqueo mi espalda.
Voltereta.
Apenas entro a la piscina,
soy ingrávida.
Infinita.
Por un rato.