Catalina señala el concierto en la pantalla.
—¡Guau! ¿También te gusta Happy Days?
Tengo todas sus canciones en mi playlist.
—Yo también —digo.
—¿Qué otra música escuchas?
—No la hagas hablar.
Viv pone los ojos en blanco.
Si poner los ojos en blanco fuera un deporte olímpico,
ella tendría medalla de oro.
—Soy poeta, por eso
amo la música, porque
las letras son poemas cantados —digo—.
Rap y country son mis favoritos.
—Yo soy guitarrista —dice Catalina—.
Me gusta toda la música, pero amo la latina.
Elige las palabras con cuidado, como yo,
pero no es como yo.
Catalina es flaquita
como un panqueque.
Yo soy más un pastel de tres capas.
Mi gordiradar tendría que activar la alarma.
¿Por qué no suena?