Todos los chicos necesitan un lugar
al que puedan escapar cuando
la vida se vuelve insoportable.
La piscina es mi lugar.
Hoy me he quedado en el agua tanto tiempo
que mis dedos parecen uvas pasas.
Pero mi plan es nadar y flotar varias horas más,
un duelo por mi primer día sin Viv
y el último de las vacaciones de verano.
—Meencantanadar.
¿Puedoircontigo?
Catalina está otra vez en el trampolín.
Casi no la conozco,
¿puedo confiar en ella
en la piscina?
No he nadado
con nadie
salvo Viv desde
la fiesta “Bajo el mar”.
Todavía no sé por qué
Catalina quiere pasar tiempo conmigo.
¿Será que es amiga de
Marissa y Kortnee y
las ayuda a hacerme una trastada?
Salgo de la piscina y
me envuelvo los hombros
con la toalla como una capa de superhéroe.
Es el momento de activar mis poderes detectivescos.
—Ojalá pudiera seguir nadando,
pero tengo que preparar mis cosas
para la escuela mañana.
No miento.
Catalina trepa la cerca.
—Yo también lo estuve posponiendo.
Odio ser la nueva.
Como la Mujer Maravilla con su lazo,
persigo la verdad.
Le pregunto a Catalina:
—¿Vas a ir a la Academia Kiser?
—¿Es a dónde vas tú, Ellie?
Asiento.
—Ojalá. Así estaríamos juntas.
Pero voy a ir al colegio católico Obispo José.
La Mujer Maravilla no se da por vencida
hasta conseguir todas las respuestas.
Tampoco yo.
—¿Quieres que preparemos las cosas juntas?
—Creí que nunca me lo pedirías.