Lo mejor de
volver a la escuela
son los útiles escolares.
Tiramos todo al suelo.
Catalina hace zoom sobre uno de mis tesoros:
lápices flamenco con plumas.
—Mira lo que sucede cuando escribes —digo.
El flamenco baila
mientras garabateo en un pedazo de papel.
Me cambia uno por un lápiz unicornio.
Se enciende cuando le das golpecitos.
—Fantástico para escribir en la cama.
Las mejores ideas para canciones llegan de noche.
—¡Para los poemas también!
Viv y yo solíamos hacer esto,
intercambiar y compartir útiles.
—Yo y mis amigos, también,
pero todos quedaron en Houston.
Así que ella no es de aquí.
No conoce a Marissa ni a Kortnee.
No sabe que soy Splash.
Ser su amiga será como
abrir un cuaderno a estrenar,
un limpio y nuevo comienzo.