COMO JUDAS

Papá arranca de la nevera los artículos sobre adelgazar

y los arroja a la basura.

—Lamento que te hayas enterado así.

Me dice que nunca encontró el momento

de hablarme sobre la terapia

porque estaba enloquecido con el trabajo,

pero luego continúa con un discurso interminable sobre

la importancia de hablar.

 

¿Los padres se escuchan alguna vez a sí mismos?

 

—Tú eres psiquiatra, papá.

Hablo contigo todo el tiempo.

 

Papá se sienta a horcajadas en la silla junto a mí.

—No es lo mismo.

Tu mamá y yo estamos de acuerdo

en que la doctora Nott puede ayudarte.

¿Traducción?

Mamá insistió, papá cedió.

 

—¡Judassss!

Siseo esa “s” como

una cascabel diamantina del oeste.

Papá siempre me cuidó las espaldas.

No el cuchillo clavado en ellas.