Para la cena, soy el aperitivo.
—¿Cómo te fue con la doctora Nott?
Mamá empieza, aun antes de que
el primer bocado de carne entre en mi boca.
—Un épico fracaso. Sigue tan gorda como siempre —dice Liam.
—Ya basta.
Papá regaña a mi hermano,
después de esperar un segundo,
como hace siempre
para que mamá pueda decir algo en mi defensa.
Pero ella nunca jamás lo hace.
Anaïs me hace un gesto,
mira a Liam, y pone los ojos en blanco
como diciendo “Qué idiota”.
Por una vez es amable.
Casi siempre se ríe con él,
pero últimamente también parece molesta con él.
Mamá mastica sus labios
más que la comida,
como si estuviera mordiendo las palabras.
—Espero que le des a la doctora Nott una oportunidad.
Col rizada cuelga del tenedor de mamá.
Asiento.
Ella muerde sus labios otra vez.
—Porque si la terapia no funciona,
tendremos que pensar en
otra cosa, ¿entiendes?
Empieza a decir algo más, sin duda.
Una palabra que empieza con “c”.
Cirugía.
Cirugía bariátrica.
Yo mastico, mastico y mastico,
pero es como si el pedazo de carne
se volviera más grande,
así que lo escupo con disimulo en la servilleta.
He perdido el apetito.