CADENA ALIMENTICIA

En el lugar de los helados,

una mujer gorda

me mira de arriba abajo,

y frunce los labios disgustada

como si hubiera mordido

un limón amargo.

 

No tiene sentido

que otra persona gorda me juzgue,

pero una Regla para Chicas Gordas

le da ese poder:

Cuánto más gorda eres,

más abajo estás

en la cadena alimenticia.

 

Luego mira a Javier

y aprieta su cartera.

No quiero que ofenda

a la familia de Catalina,

así que les digo:

—Solo como carteras cuando tengo hambre.

 

—Estos helados son lo mejor, ¿no es cierto?

—me dice Catalina, ignorando a la mujer.

 

—Parece que a ella le gustan

un poco demasiado —dice la mujer grosera—.

Necesita perder peso.

 

—¡Y usted necesita buenos modales!

Catalina me da el brazo

y me lleva de un tirón.