A veces temo que mis padres
terminen también en la aldea de los separados.
Trato de imaginarme lo que sería mi vida
pasando una parte de mi semana con papá,
la otra parte con mamá.
La mitad de mis cosas en una casa,
el resto en la otra.
Constantemente empacando y desempacando.
Nunca sentirme estable.
Ningún lugar al que llamar mi hogar.
Pero, ¿no me sentiría también aliviada?
No escucharlos pelear
nunca más
por mi culpa
sería agradable.
Claro, si tengo que elegir
con cuál vivir,
sé que sería papá.
no porque lo ame más,
sino porque no estoy segura
de que mamá realmente me ame.