SHABBAT

En el estado de la estrella solitaria,*

las noches de los viernes en otoño

son exclusivas del fútbol,

pero no en nuestra casa,

aunque podríamos usar

algunos árbitros,

sobre todo después de esta semana

en la que hemos tenido

una pelea tras otra.

 

Nos reunimos en el comedor.

Me da miedo cuando nos saludamos

con abrazos y Shabbat Shalom.

Prefiero acurrucarme con un puercoespín

que abrazar a Liam.

 

Sin embargo, espero deseosa las bendiciones.

A pesar de que mamá es cristiana,

igual participa.

Mis padres ponen sus

manos sobre mi cabeza

y rezan por mí.

Siempre me concentro en la voz de mamá.

“Quiera Dios mostrarte su favor

y ser generoso contigo.

Quiera Dios mostrarte su bondad

y otorgarte la paz”.

 

Favor.

Bondad.

Paz.

Sí, eso me gustaría.

 

De parte de mamá.

Por una vez.

* Nombre con el que popularmente se conoce al estado de Texas.