TEMPORADA DE BALLENAS

La señora Boardman, mi maestra de inglés,

quiere que leamos varios tipos de libros,

no solo nuestros géneros o autores favoritos.

—Leer debería ser como cenar

en un buffet —señala—.

Tienes mucho que escoger:

ficción, poesía, novela gráfica y tantos otros.

¡Hay toneladas de libros!

¡Devóratelos todos!

Después de que leemos,

se supone que escribamos

sobre esos libros.

¿Una maestra que habla sobre

libros, comida y escritura?

Triperfecta.

 

—Ya sé lo que leeré

—le cuento a la señora Boardman después de clase—.

Canción para una ballena.

Es sobre una ballena cuyo canto

nadie escucha.

 

Sé lo que se siente

que no te escuchen.

 

Desafortunadamente, Marissa sí me escuchó.

—No me extraña que quieras leer

sobre una vieja ballena enorme.

Sus ojos lanzan arpones y

se aplaude a sí misma cinco veces.

Aplaude cada vez que termina una tarea.

Siempre cinco aplausos rápidos, cortos.

Debe ser una costumbre bien rara

cuando está en el baño.

 

—Las ballenas son

únicas,

bellas,

poderosas —dice la señora Boardman—.

Si te tomaras la molestia de leer sobre ellas,

lo sabrías.

 

Ahora soy yo quien aplaude cinco veces.