SIN AMOR

Así como brota el té de Texas*

de una plataforma petrolera,

estalla papá.

—¡La escuela tiene que

terminar

con este bullying!

 

—¡Se acabó la cena! —dice y

empieza a levantar la mesa,

golpeando los platos al apilarlos.

Mamá empieza a juntar las sobras para llevarlas

a la cocina.

 

Liam trata de agarrar otra costilla de cordero.

—¡Eh! Todavía estoy comiendo.

—Vete a tu cuarto —ordena mamá.

 

Solo yo permanezco sentada,

pero nadie me presta

atención.

 

Con la puerta vaivén abierta

entre el comedor y la cocina,

estoy en la primera fila para ver la acción.

 

Es como un partido de tenis

cuando mis padres discuten lanzando palabras por lo alto,

solo que sin amor.

 

—Voy a llamar a la escuela.

 

—Solo vas a empeorar las cosas —dice mamá.

Concuerdo en eso con ella en silencio.

 

—Hay leyes.

Papá limpia los restos de comida de los platos.

 

—Que no se cumplen mucho.

Mamá llena el lavavajilla.

 

¡Crash!

 

—¡Ay no, Phillip! ¡Rompiste un plato!

Mamá parece más alterada por eso

que por lo que me pasa.

 

—Marissa y Kortnee tienen que recibir un castigo.

¡Nadie se merece que la traten así!

Papá agarra la escoba.

Mientras él barre los pedazos,

mamá se agacha con el recogedor y dice:

—Será peor si hacemos un escándalo por esto.

Si adelgazara,

todo esto se acabaría.

 

—Eres increíble, Miriam.

¿Lo sabes?

 

—Y tú ignoras el efecto que

su gordura tiene en todo.

 

—Miriam, alguien lastimó a nuestra hija.

¿Te das cuenta de eso?

 

—De lo que no te das cuenta tú, Phillip...

 

Ya he escuchado bastante.

Me paro y

ellos ni siquiera se percatan de que me voy.

* Expresión que se usa coloquialmente como sinónimo de petróleo.