Sorpresa, sorpresa.
Que papá llamara a la escuela
por el incidente de la silla
no hizo que Marissa y Kortnee dejaran
de ser malas conmigo.
Ahora,
en lugar de torturarme,
me ignoran,
y hacen que sus amigos
también me ignoren.
Al principio pienso
que ser ignorada es mejor
que ser humillada.
Pero luego entro en duda.
Porque cuando la gente te mira sin verte,
es como si no importaras,
no existieras.
Y todo eso los pone
contentos.