El básquetbol es para Indiana
lo que el fútbol americano es para Texas.
Me toca ver a Viv
en acción como Cometa.
Entretiene al público,
dirige la banda usando su cola,
arroja camisetas a los fans,
y baila con las porristas.
Las zapatillas rechinan y
la pelota rebota y
hace un chillido agudo mientras
los jugadores corren en la cancha.
Anotamos un tanto.
Ellos anotan otro.
Nos mantenemos empatados todo el juego.
Vamos al tiempo extra.
Con siete segundos restantes de juego,
un Cometa roba la pelota
y la pasa a la mitad de la cancha.
Un jugador la lanza.
¡Fiuuuu!
Tres puntos.
Entró limpia.
¡Ganamos!
Al terminar, estoy ronca.
Es el final perfecto para
un viaje perfecto.