REMODELARLA

Mamá siempre encuentra nuevos doctores

a los que llevarme,

para que me remodelen.

 

Soy el proyecto de remodelación de mamá.

 

Cuando me viene a buscar a la escuela,

es para llevarme a otra cita.

Mientras maneja en la lluvia torrencial,

apoyo la cabeza sobre el vidrio frío.

Mis bocanadas de aliento empañan la ventanilla,

creando una superficie para escribir.

 

“Di que te avergüenzas de mí”, pienso.

“Di que te doy asco.

Di que no me amarás hasta que sea delgada”.

 

Cuando llegamos al consultorio médico,

cierro la puerta del auto de un golpe,

con la esperanza de que lea mi mensaje.

En el vidrio empañado

escribí con mi dedo:

Dilo de una vez.